Ahora que la pandemia nos obliga a detenernos y nos condiciona la vida, extrañamos seriamente lo que no parecía importante, una caminata, una reunión, un saludo de mano, un abrazo; ahora buscamos el bálsamo que nos rescate del ahogo, que nos de vitaminas emocionales y entonces encontramos en la música el camino a la libertad.