Pastor José Luis Cinalli
22/6/2025
La oración que funciona
“Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran… y se les concederá”, Juan 15:7 (NBLH, NVI).
“Pidan lo que quieran… y se les concederá” es una promesa condicional. La oración mueve la mano del que mueve al mundo siempre que sus palabras permanezcan en nosotros. Dios no escuchará nuestras palabras si ignoramos las suyas. Sus palabras no son solo para ser escuchadas sino para ser obedecidas. Las bendiciones de Dios no son a cualquier precio: ¡tenemos que obedecer! Para Jesús la palabra ‘permanecer’ es sinónimo de obedecer. “Cuando obedecen mis mandamientos, permanecen en mí… así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”, Juan 15:10 (NTV). Jesús espera que nosotros tengamos con Él la clase de relación que Él tenía con el Padre: “... El Padre está en mí y yo estoy en el Padre”, Juan 10:38 (NTV). Veamos algunos aspectos de esa relación tan cercana entre Jesús y el Padre.
1. Jesús permanecía en el Padre: “A Dios nadie lo vio jamás; quien lo ha dado a conocer es el Hijo unigénito, que está en el seno del Padre”, Juan 1:18 (RVC).
2. Jesús fue enviado por el Padre: “… He venido a ustedes de parte de Dios. No estoy aquí por mi propia cuenta, sino que él me envió”, Juan 8:42 (NTV), Juan 7:28.
3. Jesús hablaba lo que el Padre le decía: “Yo no invento lo que enseño. Dios me envió y me ha dicho lo que debo enseñar”, Juan 7:16 (TLA).
4. Jesús hacía solo lo que veía hacer a su Padre: “… El Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, solo hace lo que ve que el Padre hace. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo”, Juan 5:19 (NTV).
5. Jesús buscaba la gloria del Padre: “Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta... llevo a cabo la voluntad del que me envió y no la mía”, Juan 5:30 (NTV). “Yo honro a mi Padre”, Juan 8:49 (NTV). “Siempre hago lo que a él le agrada”, Juan 8:29 (NTV); Juan 17:4, 13:31.
Ya que Jesús hacía la voluntad del Padre, dependía de los recursos del Padre y buscaba la gloria del Padre podía decir con toda seguridad: “yo estoy en el Padre” (Juan 10:38, NTV) y “yo vivo gracias al Padre...”, Juan 6:57 (NTV). Permanecer en Jesús es tener con Él la misma relación que Él tenía con su Padre: “Los que dicen que viven en Dios deben vivir como Jesús vivió”, 1ª Juan 2:6 (NTV). Si pudiéramos vivir como lo hizo Jesús podríamos decir: “para mí el vivir es Cristo” (Filipenses 1:21) y como consecuencia tendríamos una chequera en blanco que diría: “pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!”, Juan 15:7 (NTV). En la medida en que aprendamos a permanecer en Jesús y sus palabras permanezcan en nosotros nuestras oraciones jamás serán rechazadas, como nunca lo fueron las oraciones de Jesús. “Jesús miró al cielo y dijo: “Padre, gracias por haberme oído. Tú siempre me oyes...”, Juan 11:41-42 (NTV). ¿Cuál era el secreto para que las oraciones de Jesús recibieran siempre contestación? Su cercanía con el Padre. Jesús vivía para hacer la voluntad del Padre y buscaba siempre la gloria del Padre. Si pudiéramos hacer la voluntad de Dios y buscáramos solo su gloria nuestras oraciones tendrían total éxito.