Pastor José Luis Cinalli
29/06/25
La oración y la escuela del silencio
“Jesús... solía retirarse a lugares solitarios para orar”, Lucas 5:15-16 (BAD).
Apartarse para crecer en el conocimiento de Dios es una de las disciplinas espirituales más devaluadas y menos practicada; sin embargo, es capaz de hacer la gran diferencia en nuestra supervivencia espiritual. Jesús practicaba esta disciplina espiritual: “Jesús... se retiró otra vez a lo alto del monte, para estar solo”, Juan 6:15 (DHHe). Los retiros de Jesús duraban horas o días, Mateo 4:1. Solía ir solo (Mateo 14:23) o llevaba a sus discípulos: “Jesús... se fue al Monte… como era su costumbre. Los discípulos lo acompañaron. Cuando llegaron al lugar, Jesús les dijo: “Oren...”, Lucas 22:39-40 (TLA). Los retiros espirituales de Jesús con sus discípulos eran habituales. Esa es la razón por la que Judas supo dónde encontrarlo la noche que lo entregó: “Judas... conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos”, Juan 18:2. El retiro es una pausa en nuestra vida cotidiana para profundizar nuestra relación con Dios. Es un tiempo propicio para hacernos un chequeo espiritual. Puede durar algunas horas o extenderse por varios días. Eso sí, es difícil de practicar porque la cultura actual nos programa para sentirnos cómodos con el ruido y las multitudes, no con el silencio y el retiro. Estamos más a gusto en un centro comercial que en un sitio solitario o tranquilo. Somos adictos al ruido. No podemos estar en el auto sin encender algún tipo de sonido de fondo. No podemos ir de vacaciones sin poner música apenas nos levantamos. Se acabaron los espacios silenciosos en los que pensábamos acerca de cosas trascendentales como Dios, la muerte y la vida eterna.
Moisés fue invitado a tener un retiro con Dios en la cumbre de la montaña, Éxodo 24:1. ¿Y qué sucedió? Dios le entregó un mensaje y un diseño. ¿No podía Dios revelarle a Moisés sus planes en el valle? Claro que sí. ¿Y por qué no lo hizo? Porque Moisés estaba distraído. Con toda probabilidad, al igual que todos nosotros, Moisés no estaba atento para recibir semejante revelación. Es difícil escuchar la voz de Dios en medio de la bulliciosa rutina diaria. Necesitamos estar apartados, quietos, concentrados y alineados. Dios no deposita sus más preciados tesoros en manos de adoradores descuidados. Con frecuencia es necesario ‘salir fuera de la aldea’ para obtener visión de largo alcance, Marcos 8:22-26. Sin embargo, ¿cuándo y con cuánta frecuencia practicamos esta disciplina espiritual? ¿No será esa la razón por la que hay tan poca visión, discernimiento y poder espiritual? Por otra parte, aunque Moisés estaba apartado en la cumbre de la montaña Dios no le habló sino después de seis días: ¡a veces los silencios de Dios son para enseñarnos a confiar!
Los retiros espirituales de silencio y oración deben ser habituales en nuestra vida. Apartarse para estar con Dios esporádicamente no trae demasiado beneficio a nuestra salud integral. Las disciplinas espirituales deben ser un estilo de vida o no habrá salud. El retiro junto a la oración y el ayuno son las indestructibles armas espirituales mencionadas en la Biblia para deshacerse de las fuerzas de maldad que arrecian contra nosotros. Así triunfó Jesús y lo mismo hizo Elías quien se internó en el desierto y después de cuarenta días de oración y ayuno acabó con el espíritu de temor que lo atormentaba, 1º Reyes 19:2-3. El retiro y el ayuno le dieron una nueva unción ministerial. ¿Existe alguna fuerza de mald