Pastor José Luis Cinalli
13/7/2025
La oración, nuestra arma de guerra
“Para destruir las fortalezas del mal… empleo… las invencibles armas del todopoderoso Dios”, 2ª Corintios 10:4 (NT-BAD).
La oración es, para el cristiano, el recurso infalible en cualquier caso y en cualquier necesidad. Eso sí, la oración es un arma eficaz siempre que no esté fuera de servicio. La oración no tiene límites si se la usa. Ya que está escrito que la oración llega al cielo: “… Su oración llegó hasta la santa morada de Dios en el cielo” (2º Crónicas 30:27, LPD) no aceptes que el diablo rompa tu confianza en la promesa de Dios. Recuérdale lo que está escrito. No existe oración que el diablo tema más que la oración que dice: “escrito está”. Por otra parte, recuerda que ¡Dios no hace nada si no es en respuesta a la oración! Alguien describió la pobre cosecha de una iglesia sin oración diciendo: ¡en Hechos 2, oraron durante diez días, Pedro predicó diez minutos y fueron salvas tres mil personas! ¡Hoy en día, la iglesia ora diez minutos, predica diez días, y son salvadas tres! ¿Estás usando la poderosa e indestructible arma de la oración con efectividad? En los momentos de mayor necesidad, ¿a quién acudes en busca de ayuda? Dios dijo: “... Los que confían en mí no serán defraudados”, Isaías 49:23 (PDT). “Por cuanto en mí ha puesto su amor... me invocará, y yo le responderé...”, Salmo 91:14-15.
Ya que la oración es el recurso más importante del cristiano, veamos algunos aspectos bíblicos:
1) La oración es la respuesta a la crítica injusta. “Responden a mi amor con acusación, pero yo me entrego a la oración… yo soy solo oración”, Salmo 109:4 (VIN2011, CJ). David es acusado, calumniado e injuriado injustamente y, ¿cómo responde? ¡Con oración! Una cosa es innegable: vas a tener críticos y gente que no te va a querer. Hay personas que hagas lo que hagas nunca las agradarás. No desperdicies tu tiempo tratando de ganártelas. Tienes una tarea que lograr, tienes un destino por alcanzar. No desperdicies tu tiempo peleando con ellos. Hay gente que te criticará y te sentirás tentado a desahogar tus emociones. En ese caso pregúntate: ¿vale la pena? Reconoce que algunos desafíos que salen a tu encuentro son simplemente distracciones que quieren alejarte de tu destino. “Evitar la pelea es una señal de honor”, Proverbios 20:3 (NTV). ¡Existen batallas que no valen la pena pelear! ¿Qué hizo Nehemías cuando Sambalat y Tobías lo criticaron abiertamente? “Yo oré...”, Nehemías 4:4 (TLA). Cuando Dios te encomiende una misión, siempre estarán los Sambalat y Tobías intentando hacer que participes en peleas que no tienen importancia. Intentarán desenfocarte y desgastarte emocionalmente para que no cumplas con tu misión. No cedas ante las distracciones, no te desenfoques, no te desgastes emocionalmente, presenta tu caso al tribunal superior, plántate a las afueras del cielo y bombardea sus puertas a cañonazos; ¡la oración tiene ese poder!
2) La oración perseverante nos hace esperar en medio de los silencios de Dios. “… Lo llamé, pero no respondió”, Cantares 5:6. Se dice que Dios no llega tarde, pero a menudo, tampoco llega temprano. Con demasiada frecuencia Dios tarda en contestar nuestras oraciones y su propósito es probar nuestra fe, como en el caso de la mujer sirofenicia. Aunque pedía a gritos por su hija endemoniada “Jesús… no le contestaba… ni una palabra”, Mateo 15:23 (NTV, N-C). Finalmente, y