Salmo 95:6 “Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.”
Vivimos en un mundo que piensa que el pensamiento científico no se puede compaginar con la fe en Dios. Sin embargo, siempre ha habido científicos que reconocen la teoría de que un ser superior ha diseñado el universo donde habitamos y ha creado los habitantes de este con propósito. Científicos famosos como Galilei, Newton, Kepler, Faraday, Pasteur, o Mendel son algunos ejemplos de científicos que han definido la ciencia actual y que creían en un Dios Creador. También hay hoy en día científicos de renombre que tienen su fe en Dios, como Francis Collins, director durante nueve años del proyecto del genoma humano, el ingeniero espacial Wernher Von Braun, Henry Schaefer, químico cuántico cinco veces nominado al premio Nobel, o profesionales de la medicina como el renombrado cirujano Ben Carson. Y es que la fe en Dios y el conocimiento científico no tienen por qué estar reñidos; al contrario, se pueden complementar en una bella armonía.
La Palabra de Dios nos muestra que Dios es el Creador de la vida y que todo lo ha creado con orden y equilibrio.
Salmo 74:16-17: “Tuyo es el día, tuya también es la noche; Tú estableciste la luna y el sol. Tú fijaste todos los términos de la tierra; El verano y el invierno tú los formaste.”
Génesis nos da el relato de la creación. El hombre puede creerlo o rechazarlo, pero eso no cambia la realidad. No hay teoría alternativa para explicar la complejidad y maravilla de la creación del universo y del detalle que encontramos en nuestro planeta. Curiosamente, los científicos que estudian más a fondo llegan a reconocer que este mundo demanda un diseño inteligente, pero para poder seguir rechazando a Dios, son capaces de sugerir incluso que haya sido un ser extraterrestre, aunque eso no resuelve el enigma. Si fuera así, ¿de dónde habría venido este ser extraterrestre? ¿De dónde habría surgido la primera vida? ¿De una explosión? Tenemos pruebas de muchas explosiones que han destruido vida, pero ¿puedes nombrar alguna explosión real que haya causado vida donde no la había?
Requiere un salto de fe aceptar cualquiera de las teorías del origen de la vida en la tierra, ya que ningún ojo humano estuvo ahí para documentarlo. Pero conociendo al Dios eterno que nunca fue creado, yo elijo creer que Él, el creador y testigo de Su obra creadora me ha dado la versión real de los hechos.
Colosenses 1:16-17, hablando de Cristo nos dice: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;”
El que fue antes de todas las cosas, el único ser realmente independiente y autosuficiente, nos ha dado este universo y nos ha dado vida.
El salmo 19 nos dice que la propia creación revela la gloria de Dios: El versículo 1 comienza: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.”
El salmo 97 expresa como esta revelación no puede pasar desapercibida: “Los cielos anunciaron su justicia, Y todos los pueblos vieron su gloria. Avergüéncense todos los que sirven a las imágenes de talla, Los que se glorían en los ídolos.” Al ver al Dios revelado en la creación, ¿qué otra cosa merecería nuestra adoración? Ninguna.
Salmo 90:2 “Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.”
La teoría de un diseño inteligente se ve corroborada al descubrir el funcionamiento detallado de nuestro cuerpo. Órganos como los de la vista, el oído, o cualquier sistema de nuestro cuerpo, por muy pequeño que sea, necesita un sinnúmero de acciones consecutivas, por lo que un simple error puede colapsar todo el funcion