Episode Transcript
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(00:00):
Yo venía a la vida de cada uno de ustedes.
(00:13):
Anuncio rapidito, recuerde el viernes tenemos nuestra vigilia.
Comenzamos a las 8 de la noche.
Véngase preparado con testimonios, con cantos.
Va a haber tiempo para que usted pueda testificar de la grandeza de Dios.
Este próximo viernes, partir de las 8 de la noche, noche de alabanza y adoración a Dios.
(00:38):
Libro del profeta Isaías, Dios bendiga vuestras vidas.
Libro del profeta Isaías, amados, capítulo 6.
Como referencia.
Libro del profeta Isaías, capítulo 6.
Cuando lo tenga me lo indica como un fuerte amén.
(01:00):
Todavía escucho por ahí algunas biblias que se están ojeando.
Libro del profeta Isaías, capítulo 6.
Dice la palabra del Señor.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En el año en el que murió el Rey Uzias, vio al Señor sentado sobre un trono alto y sublime.
(01:25):
Y sus faldas llenaban el templo, por encima de él había serafines.
Cada uno de ellos tenía seis alas, con dos cubrían su rostro, con dos cubrían sus pies y con dos volaban.
El uno al otro daban voces diciendo, santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos.
(01:48):
Toda la tierra está llena de su gloria.
Y los cuisiles de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba.
Y la casa se llenó de humo.
Entonces dije, ¡Ay de mí! exclama Isaías.
Que soy muerto, porque siendo hombre inmundo del aviós y habitando en medio de un pueblo
(02:09):
que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al rey Jehová de los ejércitos.
Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido,
tomado del altar con unas tenazas.
Y tocando con él sobre mi boca dijo, ¡eh aquí esto tocó tus labios!
Y es quitada tu culpa y limpio tu pecado.
(02:33):
Después oí la voz del Señor que decía, ¿a quién enviaré?
¿Y quién irá por nosotros?
Entonces respondí yo, ¡heme aquí!
¡Envíame a mí!
Padre en el nombre de Jesús te doy gracias.
Porque tú eres bueno, porque para siempre es tú misericordia.
(02:54):
Tardo para la ira eres tú mi Dios eterno.
No has hecho con nosotros, no has hecho conmigo conforme a mis obras.
Porque aquí mis obras son como trapo de inmundicia delante de ti oh rey.
Pero Señor tú misericordia que es nueva cada mañana, la oportunidad que nos das cada mañana.
De escuchar tu palabra, de entender el consejo a través de tu santo espíritu.
(03:15):
Señor en esta hora yo quiero menguar y que usted crezca.
Que ninguna palabra corrompida salga de mis labios, sino aquella palabra rima.
Aquella palabra que edifica Señor y yo tendré cuidado de darte la honra y la gloria que tú mereces.
Y el pueblo que ama la venida de Cristo dice, puede ocupar su lugar.
Bájamele tantito allá la música chicos. Dios es bueno amén hermanos.
(03:39):
Para siempre es tú misericordia.
Quisiera aclarar algo.
Lo quise hacer desde el domingo pasado pero se me olvida siempre.
Siempre que usted me ve con el teléfono en la mano y me ve escribiendo.
No piensa que estoy texteando o siendo irreverente.
No, no es la forma como nos comunicamos con los chicos allá atrás del sonido.
Súbele, bájale, apágale, préndele. Así. No me vaya a pensar mal.
(04:01):
El pastor está siendo irreverente y nos juzga a nosotros los muchachos.
Que estamos con el teléfono. No, no, no.
Es como yo me comunico con ellos allá atrás.
Pero Dios es bueno amén.
La porción que acabamos de contemplar del libro del profeta Isaías.
La visión que este profeta tiene.
Ocurre en un momento de amargura.
(04:24):
De tristeza. Cuando Isaías ve esta visión.
Mi corazón de Isaías estaba roto.
Isaías estaba lamentando.
Una pérdida de un ser.
Que en su momento fue un vaso, un instrumento.
Por Dios.
(04:46):
Pero un ser.
Que una enfermedad le quitó la vida.
Y no hablo precisamente de la lepra.
No hablo de la enfermedad que murió este gran rey.
Si no hablo de una enfermedad que.
Durante los siglos.
(05:07):
Me atrevo a decir que desde el principio de la creación.
Allá con Caín y Ave lo vemos también.
Ha afectado la humanidad.
Una enfermedad que.
No entiende de códigos. Ataca a grandes y chicos.
Blancos y negros.
Gordos, flacos, azules, verdes.
(05:28):
Ricos, pobres.
Una enfermedad que ataca a todo nivel social.
Que ataca a toda la humanidad.
Una enfermedad que el señor me decía.
Le decía señor pero en el pasado.
Y constantemente tú me escuchas que yo hablo de esto.
Y predico de esto. Y el señor me decía que esta.
Enfermedad es como la gripe.
Y le decía señor como con la gripe.
(05:49):
Me decía que cada año hay que estarse vacunando.
Contra ella.
Porque es una enfermedad muy contagiosa.
Es una enfermedad me decía que.
Que si no se controla.
Que si no tiene los medicamentos adecuados.
Se puede propagar.
Y podemos tener una epidemia.
De esta enfermedad.
(06:11):
Vemos que Isaías está viendo.
A Dios sentado en su trono.
Aunque le exclama y dice.
Mis ojos han visto al rey Jehová.
Pero él en sí lo que vio fue.
El altar, el trono y las faldas.
Simple y sencillamente.
Pero hermanos.
Quien no quisiera estar en esa visión.
Quien no deseará.
(06:32):
Tener una visión deseándole.
En los días en los que vivimos amados hermanos.
Pero Dios se le tiene que revelar a Isaías.
De esta manera.
Porque está lamentando la muerte de este rey.
Y la enfermedad de la que estoy hablando.
Y le quiero hablar en los minutos que me quedan.
Es el orgullo.
No me pregunte por qué.
Pero Dios me pone.
(06:54):
Que traiga siempre vacuna, medicina.
Con respecto a esta enfermedad.
Que constantemente está acechando.
La vida del ser humano.
Especialmente del cristiano.
Y cuando hablo del orgullo.
No estoy hablando de sentirnos orgullosos.
De que mi hijo es buen estudiante.
De que lleva muy buenas notas.
Del éxito no.
Estoy hablando acerca de la arrogancia.
(07:16):
De la muerte.
De la arrogancia.
De la vanidad.
Del exceso de estimación propia.
Que suele traer sentimientos.
De superioridad.
Sentimientos que a veces.
Nos ciegan.
Y no nos dejan ver la realidad.
El orgullo.
Aunque la Biblia enseña.
(07:38):
Y dice en el Salmo 138.
Versículo 6.
Que Jehová.
Atiende al humilde.
Y dice que lo ve de lejos.
Proverbio 16.
18 le enseño y usted me ha escuchado.
Hablar y hacer cita.
Mención de este versículo constantemente.
Que antes del quebrantamiento es la soberbia.
Y antes de la caída el altive de espíritu.
(08:00):
Me ha escuchado hablar.
De este tema.
Que antes que venga la caída.
El quebrantamiento de una persona.
Suceden estas dos cosas.
La persona se vuelve soberbia.
Y se vuelve altiva.
Y estos amados hermanos.
Son secuelas.
Del orgullo.
Esta es la soberbia.
(08:22):
El altivez.
Son secuelas resultados.
De esta enfermedad llamada orgullo.
El cáncer.
Que aqueja.
Que afecta a la sociedad.
Para mi es un cáncer.
Que ha afectado a la sociedad.
Durante mucho tiempo.
Aún ministerialmente.
Hablando.
(08:44):
Hay mucho orgullo.
Hay mucha soberbia.
Hay mucha gente amados hermanos.
Que sienten que están uno.
Dos. O muchos se sienten que están tres.
O cuatro.
Yo creo que hayan sentados a la par de Dios.
Soberbia.
Altivez espiritual.
Y a través de las escrituras.
Usted y yo podemos observar.
(09:06):
Como grandes hombres de Dios poderosos.
Cayeron.
Y están cayendo a causa de esta enfermedad.
Llamada orgullo.
Y de sus efectos.
Que es la arrogancia.
Que es la vanidad.
Que es el engreimiento.
Que es la soberbia.
Que es la altivez.
Alguien va a decir, pastores, esas hermanas no vinieron ahora.
(09:28):
Que bueno.
Que bueno que no vinieron hoy.
Que les dejamos. Olvídese de ellas.
Ya no las queremos por acá.
Esas hermanitas no queremos que nos visiten por acá.
Y es una canción.
De algunas de ellas para llegar al meollo del asunto.
Algunos de estos grandes hombres.
Encontramos dentro de ellos a faraón.
Rey de Egipto.
Después que Moisés va y recibe el mandato de Dios.
(09:50):
Después de aquella conversación.
Que Moisés tiene allá en el monte.
Cuando Moisés asciende.
Sube.
Y ve por qué razón la zarza.
No se apagaba.
Cuando llega el señor le dice Moisés.
Usted conoce la historia. Moisés.
Le da una misión.
Que le dé las sandalias.
Porque el piso, la tierra que pisa tierra.
(10:12):
Santa es.
Moisés quita.
Las sandalias de sus pies.
Y entabla una conversación con Dios.
Dios le da una misión de ir.
Y liberar a su pueblo.
Moisés llega con el mensaje.
Ante faraón.
Y le dice.
Dice Dios.
Que va el Dios de Israel.
(10:34):
En un acto de orgullo.
Acompañado con sus primas.
La arrogancia.
La vanidad.
Sutil el engreimiento.
La soberbia y su prima la altivez.
Esclaman en éxodo 522.
Y faraón respondió.
Y dijo.
Y quien es Jehová.
Para que yo oiga su voz.
(10:56):
Y deje ir a su pueblo.
Quien es yo ni lo conozco.
Recuerde que los faraones.
Se creían dioses.
Sobre la paz de la tierra.
Altivez.
Orgullo.
Engreimiento.
Un sentimiento de superioridad.
A los demás.
(11:18):
Simple y sencillamente por ocupar un lugar.
De privilegio.
Cuán peligroso es eso.
Cuán peligroso son.
Los lugares.
En la vida de un ser humano.
Si aquella persona.
No tiene los pies.
Bien cimentados en la paz de la tierra.
Que peligroso es.
Darle poder.
(11:40):
Dale autoridad.
Darle un título.
A alguien que no está preparado.
Mental.
Espiritual.
Y físicamente.
Para recibir semejante.
Responsabilidad.
Y esto lo vemos a través de la historia.
Muchos que han ascendido al poder.
Con estas actitudes que acabo de describir.
(12:02):
De orgullo.
Y su familia.
La arrogancia.
La vanidad.
La soberbio.
Ascienden al poder de esta manera.
Y de esta manera.
Se comportan.
Cuando están en el poder.
Nada más.
El gran guerrero sirio.
(12:24):
Con todos sus éxitos.
Con todas sus decoraciones.
Era un hombre bien importante.
Dentro del ejército de los asirios.
Pero era leproso.
Era leproso.
Y cuando recibe.
Amados hermanos.
La buena noticia dice que Inamán se fue.
Enojado. Segundo de reyes 511.
Diciendo saldrá luego.
(12:46):
Estando en pie.
Y invocará el nombre de Jehová su dios.
Y porque llegó Inamán.
Me va a atender.
Porque yo soy Inamán.
El gran general sirio.
Porque llegó fulano de tal.
Y a mi me tienen que atender.
Recuerdo.
Por allá en el 2020.
Cuando llegó la pandemia.
(13:08):
Y comenzaron a.
A hacer la cuarentena.
Y comenzaron a cerrar los aeropuertos.
Recuerdo que un vuelo.
Salió de los ángeles para el salvador.
No lo alcanzaron a detener.
Pero estando en el salvador.
Se les informó a los pasajeros.
Que la gente tenía que ser puesta en cuarentena.
Que se iban a ir a los hoteles.
Y recuerdo que allí.
(13:30):
En medio de las noticias salió un personaje.
Que exigía hablar con el presidente.
De la república del salvador.
Y decía a mi esposa le da risa.
Porque a mi me causó mucha gracia.
Mucha risa.
Después los chistes que le hicieron al hombre.
El hombre decía es que exigimos que venga el presidente.
Y nos de una explicación.
Porque nosotros somos la diáspora.
Se ha decido los que viven en Estados Unidos.
(13:52):
Somos la diáspora.
Y traemos 5.000 dólares cada uno.
Para gastar acá.
Y aquí venimos 3. Somos 15.000 dólares.
Que traemos y exigimos que venga el presidente.
El hombre estaba exigiendo.
Que llegara el presidente.
Porque él llevaba 5.000 dólares.
Arrogancia.
Prepotencia.
Y recuerdo que después cuando comenzaron a salir.
(14:14):
Los memes, los chistes.
Que hicieron un meme al hombre.
Que hacían alusión de ese video.
5.000 dólares.
Mi abuela los tiene debajo del colchón.
Y este viene presumiendo aquí.
Con 5.000 dólares.
Pero es que la arrogancia del hombre.
5.000 dólares.
Él quería porque llevaba 5.000 dólares.
Que el presidente llegara a atenderlo.
(14:36):
Otra paisana nuestra.
En ese mismo estado.
De cuarentena reclamó.
Que porque le habían dado frijoles.
Y le pusieron como apodo en las redes sociales.
Lady frijoles.
Porque como ahora estamos en Estados Unidos.
Y comemos hamburguesas.
Comemos tipón, re-buys.
Los frijolitos ya no los queremos.
Y nos volvemos soberbios.
(14:58):
Nos volvemos altivos.
Nos volvemos arrogantes.
Nos volvemos ingreídos.
Y yo como voy a comer frijoles hermano.
Antes muerta que se encia.
Y nos volvemos ingreídos.
Y yo como voy a comer frijoles hermano.
Antes muerta que se encia hermano.
Como que yo voy a andar comiendo frijoles.
No eso déjelo para los pobres.
Cálmese.
(15:20):
Ezequias.
Mas Ezequias dice.
No correspondió al bien que se le había hecho.
Sino que se enalteció.
En su corazón.
Segunda de crónica 235.
Después que recibió el bien de Jehová.
Se enalteció en su corazón.
Se volvió soberbio.
Y cuando le llegaron a preguntar.
Amados hermanos.
(15:42):
Que era lo que había sucedido.
Porque recuerda que este puso señales.
Que el reloj se detuviera y se retuvo una hora.
Y cuando le llegó a preguntar a aquella reina de Saba.
A que se debía eso.
En vez de dar la honra y la gloria a Dios.
Comenzó a enseñar sus carros.
La vanagloria del hombre.
Comenzó a enseñar sus éxitos.
El tesoro.
El oro que él tenía.
(16:04):
Hay mucho hermanito hoy en día.
Amados como anda presumiendo sus carros.
Que Dios nos está dando la oportunidad.
Que hablemos de aquel que nos ha bendecido.
De aquel que es el dueño, el oro y la plata.
Si te la dio no es para que lo presumas.
Si no para que hables de él.
Para que testifique de su grandeza.
Para que testifiquemos de su grandeza.
Que le hagamos saber al mundo.
Que es Jehová quien bendice.
(16:26):
Y que la bendición de Jehová.
Es la que no añade tristeza.
Si no que deja bendición.
Amados hermanos. Dice la palabra.
Pero mucha gente se vuelve soberbia.
Mi abuela tenía un dicho que decía.
Que el que no tiene llega a tener.
Loco se puede volver.
Y es cierto amados.
Cuántas veces hemos visto eso.
Recuerdo en cierta ocasión.
(16:48):
Venimos acá cuando llegué al estado de Texas.
El esposo de una prima.
Nos metió allá a la fábrica.
Donde él trabajaba.
Donde hacen esas trailers ahí.
Y después de un tiempo ahí lo ascendieron.
Le dieron un radio.
Hermano después el hombre no nos quería ni hablar.
Porque ella traía y dijo allá.
Por favor dijo allá en la compañía.
(17:08):
Y ella dijo que no le dijéramos el apodo.
Dice a quien nos vino a decir hermanos.
Un montón de vagos. Todos adrede.
Y ella una, dos, tres.
Y todos gritábamos el apodo.
Y más coraje le daba al tipo hermano.
Porque él ya se creía superior a los demás.
Porque ella traía un radio.
Hay muchos de nosotros hermanos.
Y apenas podemos decir.
Good morning, how are you?
(17:30):
Le hablan en español.
Y dice.
Lo que no nos damos cuenta.
Que la cara de Nopal no nos cambia.
Pero nos volvemos engreídos.
Nos hacemos los que.
Estando en pleno San Salvador.
En el mercado cuartel.
Muchos conocen.
(17:52):
De repente entre una pareja.
Con sus tres, cuatro y hablando en inglés.
En el mercado hermanos.
Y el muchacho pues que me acompaña.
Pues él sabe que yo soy de.
Temperamento.
Venga pastor salgamos, salgamos mejor.
Porque sé que a usted estas cosas le revientan.
Hablando inglés en el mercado hermanos.
Me da.
Cuatro pupusas.
(18:14):
Eso si lo dicen bien.
Pupusas.
Pero que terrible hermanos.
Cuando nos volvemos engreídos.
Y estoy tocando este tema de una manera.
Hasta cierto punto cómica.
Porque muchas veces.
Es necesario que se nos ubique.
Es necesario que el señor.
A través del Espíritu Santo venga.
(18:36):
Y nos haga ver la realidad.
Que delante de su presencia.
Como dijo aquel.
Delante de aquellos gigantes.
Nosotros nos miramos.
Delante de ellos como langostas.
Delante de los gigantes.
Delante del rey de reyes.
Y señor de señores.
Aquel que su trono.
El estrado de sus pies.
(19:00):
Como nos veremos nosotros.
Y esa es la lamentando.
La perdida de este gran rey.
Usias.
Un hombre que fue.
Prosperado.
Que fue bendecido por Dios.
Y quise dejar a Usias de último.
Porque es una de las historias que.
Cada vez que le recuerdo.
Toca tanto mi corazón.
(19:28):
Me parte el alma.
De ver como a tanta.
Emprana edad Dios lo comenzó a.
Usar poderosamente a este joven.
De 16 años.
De 16 años.
Comenzó a ser bendecido.
Comenzó a ser lo recto dice la palabra.
Delante de Jehová su Dios.
El hombre no solamente.
(19:50):
Era tremendo estratega militar.
Era un arquitecto era un ingeniero.
Diseñaba armas.
Era un agricultor.
A la escritura segunda de crónicas.
Capítulo 26.
Para que nos demos cuenta.
Vamos a leer desde el versículo 1.
Dice entonces todo el pueblo.
Estoy en segunda de crónica 26.
1.
(20:12):
Entonces todo el pueblo de juda.
Tomó a Usias.
Usias perdón.
El cual tenía 16 años.
Y lo pusieron por rey.
En lugar de amacía su padre.
Usias edificó a el lot.
Y restituyó a juda después que el rey amacías.
Durmió con sus padres.
De 16 años era usias.
Cuando comenzó a reinar.
(20:34):
Y 52 años reinó en jerusalén.
Y el nombre de su madre fue.
Geocalías de jerusalén.
E hizo lo recto ante los ojos de Jehová.
Conforme a todas las cosas.
Que había hecho amacía su padre.
Y persistió en buscar a Dios.
En los días de sacarías.
Entendido en visiones de Dios.
Y en esos días en que buscó a Jehová.
Jehová le prosperó.
(20:56):
El hombre era un reformador.
Aparte de ser un gran rey.
Aparte de ser un gran político.
Era un reformador.
Reformó muchas cosas.
Y las que su papá había hecho.
Las perfeccionó.
Y las que su papá había hecho.
Las perfeccionó.
Y dice que persistió.
En buscar a Jehová su Dios.
(21:20):
Y el versículo 5 dice.
6 y salió y peleó contra los filisteos.
Y rompió el muro de Gad.
Y el muro de Javin.
Y el muro de Azdod.
Y edificó ciudades en Azdod.
Y en la tierra de los filisteos.
Dios le dio ayuda.
Contra los filisteos y contra los árabes.
Que habitaban en Gurbahal.
Y contra los amonitas.
(21:42):
Y dieron a los amonitas.
Y dieron los amonitas presentes a Usaias.
Y se divulgó su fama.
Hasta la frontera de Jicto.
Porque se había hecho altamente poderoso.
No solamente era usado por Dios.
No solamente ya era famoso.
Ahora era altamente poderoso.
Ahora era altamente poderoso.
Vean los calificativos.
Que se le dan a este hombre.
(22:04):
Edificó también Usias.
Versículo 9.
En Jerusalén junto a la puerta del ángulo.
Y junto a la puerta del valle.
Y junto a las esquinas.
Y las fortificó.
Asimismo edificó torres en el desierto.
Y abrió muchas cisternas.
Porque tuvo muchos ganados.
Así en la zafela como en las vegas.
Y viñas y labranzas.
(22:26):
Así en los montes como en los llanos fértiles.
Porque era amigo de la agricultura.
Oiga todos los talentos.
Los atributos que este hombre tenía.
Que Dios le había dado.
Versículo 11.
Tuvo también Usias un ejército de guerreros.
Los cuales salían a la guerra.
En divisiones de acuerdo a la lista.
Hecha por mano de Jeciel Escriba.
Y de Amasías gobernador.
(22:48):
Y de Amananías uno de los jefes del rey.
Y todo el número de los jefes.
De familia.
Valientes y esforzados eran 2600 hombres.
Estos solamente eran los líderes.
Y bajo la mano de estos.
Estaba el ejército de guerra.
De 307.500 guerreros.
Poderosos y fuertes.
Para ayudar al rey.
Contra los enemigos.
(23:10):
Y versículo 14.
Y Usias preparó para todo el ejército.
Escudos, lanzas, yelmos.
Cosoletes, arcos y ondas.
Para tirar piedras.
E hizo en Jerusalén máquinas inventadas.
Por ingenieros.
Para que estuviesen en las torres.
Y en los baluartes.
Para arrojar saetas y grandes piedras.
Y su fama se extendió lejos.
(23:32):
Maravillosamente.
Hasta hacerse poderoso.
Wow.
Wow.
Venia como este hombre dio lo bendijo.
Como este hombre fue prosperado.
Como su fama creció.
Como su poderío.
Su sabiduría.
Era temida por los enemigos.
Su ejército.
(23:54):
Era temido.
Era un ejército bien preparado.
Con las mejores armas.
Con la mejor tecnología para la época.
Dice que era amigo de la agricultura.
Sembraba en el desierto.
Hacía cisternas en el desierto.
Y Dios hacía que brotara agua.
Es decir que todo lo que este hombre tocaba.
Era prosperado.
Era prosperado.
(24:16):
Si.
Era motivo para sentirse orgulloso.
Si.
Era motivo para presumir.
Al Dios tan grande.
Para ser el mejor.
Para presumir al Dios tan grande.
Y poderoso.
Que lo estaba bendiciendo.
Esa era la lógica.
Eso es lo que indicaba.
(24:38):
Porque eso es lo que indica.
La lógica que iba a usar este tema.
La lógica cristiana.
Que cada vez que Dios nos bendice.
Que cada vez que Dios nos prospera.
Que cada vez que Dios nos de ayuda.
Siempre le demos la honra.
Y la gloria a él.
Porque no le da palmas al rey con todo su corazón.
Esa es la lógica.
Que él nos bendició.
(25:00):
Esa es la lógica que indica.
Y toda nación.
Que reconoce.
Y todo pueblo que reconoce.
Y todo líder.
Todo estratega que reconoce.
Que pone por delante a Jehová.
El Dios verdadero.
El Dios del cielo es prosperado.
Y lo vemos a través de la escritura.
Y en los tiempos en los que vivimos.
(25:22):
Mi país, y lo digo con mucho orgullo.
Estamos viviendo algo similar.
Amados hermanos.
Estamos viviendo tiempos de prosperidad.
Estamos viviendo tiempos de bendición.
Se suelde el ramamiento de sangre.
Se suelda la violencia.
Hoy se respira paz.
Se respira tranquilidad.
Se respira otro vientos en nuestro país.
Pero la importancia de un pueblo.
(25:44):
Que esté orando.
Que esté clamando.
Por eso Segundo de Timoteo capítulo 2 lo enseña.
Que debemos orar por los reyes.
Por los líderes, por los políticos.
Para que podamos vivir quieta y reposadamente.
Dice la palabra.
Porque esta es la voluntad de Jehová Dios.
¿Qué haremos?
¿Qué intercedamos?
Es tiempo de elecciones.
(26:06):
Mi esposa me preguntaba y me decía.
¿Por quién vas a votar?
Y le decía, híjole es que está tan difícil.
El uno malo y el otro peor.
Me dijo, pues cómo.
Cómo.
Pero como siempre he enseñado.
Tenemos que acercarnos a aquellos.
Que se acercan más.
A lo que ustedes y yo creemos.
A los preceptos políticos.
(26:28):
Podemos tomar la postura de decir.
No, pues yo no voy a votar.
Yo no me meto en eso.
Si todos son iguales.
Pero eres entonces responsable.
Eres entonces responsable.
De que si al país le va mal es por tu culpa.
Ay hermano, sí.
Usted que tiene la oportunidad de votar y no lo hace.
Usted que tiene la oportunidad de orar.
Usted que tiene la oportunidad de ser líder.
(26:50):
Tenemos una responsabilidad bien grande.
Y es porque todo está bien caro.
No hay trabajo.
Pero cuánto jodan.
Cuánto jodan por el liderazgo.
Cuánto jodan para que al presidente le vaya bien.
Los salvadoreños entendimos que si al presidente le va bien.
A todos nos va a ir bien.
Y si al presidente le va mal.
A todos nos va a ir mal.
Yo no entiendo cómo se alegra.
(27:12):
Cuando hay cosas, porque todavía hay cosas malas que hay que corregir.
Le sale algo mal al hombre.
¿Te vas a alegrar de que le salga algo mal a tu país?
Si le va mal a tu país nos va mal a todos.
Pero el orgullo, la arrogancia, la altivez, la prepotencia.
No nos deja ver nos ciega.
Ahora si va entendiendo.
Por qué nos tenemos que inyectar con esta enfermedad.
Si a usted le va bien.
(27:34):
A mi me va mejor.
Si usted está bendecido.
Yo voy a estar bendecido.
Si usted tiene un hogar, un matrimonio estable.
Yo voy a estar tranquilo. Yo voy a estar estable.
Como pastor, como líder suyo.
Si a mi me va bien a usted le va a ir bien.
Si a mi Dios me bendice.
A usted Dios lo va a bendecir.
Pero hay mucha gente que no entiende este concepto.
Hay mucha gente que no entiende este principio.
(27:56):
Que la bendición de Jehová es la que enriquece.
Y no añade tristeza tras decir.
Que Jehová bendice al que bendice.
Pero Jehová también maldice al que te maldigere.
Hay que entender que hay una maldición.
Lucías tenía una oportunidad perfecta.
Para testificar de quién le da mal.
Para testificar de quién le daba el poder.
De quién le daba la sabiduría.
La gracia para edificar.
(28:18):
Para sembrar. Para hacer armas.
Para ser un líder exitoso.
Para tener aquel carisma.
Porque era querido por el pueblo.
De tal manera que Lucías lo vemos en el capítulo 6.
Está en el templo.
Está llorando. Está lamentando.
La pérdida de este gran rey.
Porque eso es lo que Lucías está haciendo.
En el año en el que murió el rey.
(28:40):
Y Lucías.
Isaías está lamentando.
Llorando.
Por lo que sucede.
Pero vemos en el versículo de Jisei.
Que la historia cambia completamente.
Ahorita vemos un panorama.
Donde Dios está bendiciendo la nación de Israel.
Donde hay tiempo de prosperidad.
Donde hay tiempo donde Israel está encima.
De todas las otras naciones.
(29:02):
Siendo prosperado en todas las áreas.
En la agricultura.
En lo militar.
En lo político.
Está siendo bendecido Israel.
Pero en medio de ello.
Cuando es ayudado maravillosamente.
Hasta hacerse grande.
Y poderoso.
Aparece.
Esta enfermedad.
(29:24):
Llamada.
Orgullo.
Y eso no me parte el alma.
Mas cuando ya era fuerte.
Versículo 16.
Jisei.
Su corazón se enalteció.
Y no se enalteció.
Y no está bien lo que voy a decir.
(29:46):
Pero no se enalteció contra otros.
Sino que dice la Biblia que su corazón se enalteció.
Para su propia ruina.
Porque se reveló contra Jehová.
Su Dios.
Que tristeza.
Que historia.
(30:08):
Se hicimos y conmovedora.
De bendición.
De prosperidad.
Pero el final.
Tiene un final trágico.
El cual puede ser.
La vida de cualquiera de nosotros.
(30:30):
Y me dije.
Pero pastor.
Yo ni siquiera me asimilo.
Ni siquiera me acerco.
A tener o hacer.
Lo que usí hacer.
O lo que el tenía.
Que muchas veces con tantito.
Con poquito.
Nos elevamos tanto.
Nos creemos tanto.
(30:52):
Nos sentimos tan superiores.
Le mencioné tres, cuatro reyes.
Faraón.
Por no mencionar a Zoro Babel.
Entre ellos.
El más rico.
Zoro Babel.
Nabucono Zorro.
(31:14):
Faraón.
Ezequias.
Gente que tenía.
Que estaban.
Reyes.
Emperadores de imperios.
Que tenían.
Y si queremos usar.
La lógica.
El contexto humano.
Tenían. Vaya de que jactarse.
(31:36):
Tenían.
De que jactarse.
Aunque no era bueno, no era correcto.
Porque estaban contagiados con esta enfermedad.
Pero tenían de que jactarse.
Pero yo.
Yo de que me puedo jactar.
De que me puedo sentir más grande.
O superior que usted.
(31:58):
De que me puedo sentir tan orgulloso.
Tan engreído.
Tan vanidoso.
De que.
Serlo triste.
De los seres humanos.
Y ahora me meto en más problemas.
Porque no pueden.
No guardo espaldas.
Hermano uno aquí y otro.
(32:20):
Yo estoy pensando en poner a Dancito y a Nilsson.
Uno aquí y otro allá que nadie se me acerque.
Que no me toquen.
Vanidad.
Engreimiento.
Porque no se les puede acercar.
Porque son los grandes.
Hombres de Dios.
No les puede referir la palabra.
Poner cuidado.
Tiene que sacar audiencia.
(32:42):
Toma un número.
Le toco el millón 454.
Espere.
No se les puede acercar.
Cuando ya son grandes y poderosos.
Más cuando son famosos.
Hermano.
Cuidado cuando ya son famosos.
Cuando ya llegan a las 500 vistas.
Ahí en el TikTok.
Ya ya hermano.
(33:04):
Famoso.
Yo estoy esperando el día que.
Llego yo a las primeras 100 vistas.
Va a volverme famoso.
Cuidado.
Cuidado.
Cuidado. Cuidado.
Cuidado.
Cuidado.
Cuidado.
(33:26):
Con la enfermedad del orgullo.
Que trae a sus parientas.
La altivez.
A sutillo el engreimiento.
Cuidado.
Cuidado.
Con que seamos contagiados.
Con esta enfermedad.
Que seamos un instrumento de Dios.
Que seamos un vaso de Dios.
Que Dios nos bendiga grande.
(33:48):
Porque es el deseo.
Yo deseo que seas prosperado.
Como prospera tu alma.
Pero no es la voluntad de Dios.
Que esa bendición nos enferme.
Nos contagie.
De esta enfermedad.
Llamada orgullo.
De esta enfermedad.
Llamada vanidad.
De esta enfermedad.
(34:10):
Llamada altivez.
Porque el desenlace.
El final estétrico.
Es tenebroso.
Es fatal.
Mas cuando ya fue fuerte.
Su corazón.
Se enalteció.
Para su ruina.
Y usted conoce como termina la historia.
Faraón y su gran ejército.
(34:32):
Se llamaron.
A ese aquí.
A los 15 años.
No le sirvieron de nada.
Nada más de perdida.
Se humilló.
Y alcanzó su sanidad.
Pero en su momento se enojó.
Actó altivamente.
Y si no lo hacen recapacitar.
Siguiera leproso hasta el día de hoy.
(34:54):
Y su descendencia también.
Y vemos que lo de Ucias.
No terminó de una manera correcta.
Porque se enalteció.
En su corazón.
Entrando en el templo de Jehová.
Para quemar incienso.
En el altar del incienso.
Vea lo que produce el orgullo.
Vea lo que produce la vanidad.
(35:16):
Vea lo que produce.
La altivez de espíritu.
Vea lo que produce.
El enqueñimiento.
El trabajo de este rey.
Era netamente político.
Y militar.
Él no tenía nada que ver con lo religioso.
Porque era establecido de parte de Dios.
Habían hombres establecidos para eso.
Hombres dedicados separados.
(35:38):
Los sacerdotes.
En este caso, Zacarías.
Zacarías y otros 70 que lo acompañaban.
Eran dedicados para eso.
Ese era el trabajo de ellos.
Estar en el altar.
Orando, intercediendo.
Quemando incienso.
Que no faltara el aceite.
Que no pagara la limpieza del lugar.
La santificación del lugar.
(36:00):
Era el trabajo de los sacerdotes.
Pero como este.
Ya se sentía grande.
Se sentía poderoso.
Famoso.
Ya tenía unos cuantos pesitos en el banco.
Pero.
Ya se sentía la mamá de Tarzán.
Cuando no llega ni la mamá de los pollitos.
Ya se sintió.
(36:22):
Que como tenía poder.
Que no era un dinero.
Pensó.
Que eso le daba el derecho.
La autoridad.
El poder de hacer lo que él quisiera.
Y donde él quisiera.
Que error más grande de nosotros los humanos.
Que error más grande.
De nosotros los humanos.
Traigo 5.000 dólares.
(36:44):
Que venga el presidente.
Por favor.
Por 5.000 dólares.
Aquí lo recogemos ahorita hostilio.
Que poco te dejo en ustedes hermano.
Yo presumiendo aquí.
Y ustedes con lo que me salen.
Pero nos volvemos altivos.
Nos volvemos engreídos.
(37:06):
Y pensamos que podemos ocupar o hacer.
Con los demás.
O de los demás.
Como a nosotros nos da la gana.
Que terrible es esta enfermedad.
De pensar que puedes usurpar.
O ocupar.
El lugar que en este caso Dios.
Lo ha designado para otros o para otro.
Pensar que tú con tu dinero.
Con tu altivez.
(37:28):
Con tu riqueza.
Con tu vanidad.
Con tu engreimiento.
Puedes ocupar el lugar de alguien más.
Yo puedo predicar mejor que el pastor.
Si claro que si estoy de acuerdo.
Lo puedes hacer mejor.
Pero como no te ha puesto Dios a ti.
Sino que me ha puesto a mi.
Y como decimos allá en El Salvador.
(37:50):
Y yo que culpa.
Pero el engreimiento.
La altivez.
La soberbia.
Le he contado este testimonio.
Hace muchos años.
Un varón llegó.
De una isla del Caribe.
No quiero ser tan específico.
De Puerto Rico.
Llegó.
(38:12):
Literalmente con una mano delante y una mano atrás.
Y mi pastor lo recibió.
Le dio el privilegio de tocar en la iglesia.
Predicaba.
Era asistente del pastor.
Y él conocía a los hermanos de la iglesia.
Nos conocía todos los que le ayudábamos al pastor.
Y después se fue.
Dijo que Dios lo había llamado al ministerio.
Y se fue.
Después de seis meses salió que era un doctor en divinidad.
(38:34):
Porque hasta eso hermano.
Los títulos hacen que el hombre se vuelva orgullo.
Un doctor en divinidad.
Estamos hablando de 15 a 25 años de estudio de ministerio.
Y después de seis meses.
Claro si se va a la pulga y compra el título.
Por supuesto que sí.
Pero salió que era doctor en divinidad.
Y me recuerdo que un día lo encontramos en la calle.
Andaba con mi padre.
En una llantera.
(38:56):
Yo venía porque andábamos todo sucio.
Andábamos echando ahí mecánica.
Bueno yo andaba sucio.
Mi papá el que estaba trabajando.
Y andábamos ahí.
Y recuerdo que le dije mira papá.
Este es el hermano de tal.
Y le extendí la mano. Después de muchos años.
Y aquel hombre estaba parado así.
Y me vio así.
(39:20):
Y hizo esto.
Uy hermano.
Y se me olvidó lo cristiano.
Se me olvidó que era bautizado.
Se me olvidó que hablaba en lengua.
Y se me salió el apellido.
No crea que lo agarré del buche y lo golpeé.
Y me volteé y le dije a mi papá.
Son los que tienen la culpa que la gente no crea.
Estos son los que van por el mundo.
(39:42):
Creyéndose la mano derecha de Dios.
Y no son nada, no son nadie.
Y se lo dije a él. No son nada, no son nada.
Porque me dio mucho coraje hermano.
Porque ahora el hombre ya tenía un título en divinidad.
Y yo no era digno.
De que él estrechara su mano.
Probablemente tenía razón.
Probablemente yo no soy digno.
De que él estreche su mano.
Pero no tienes el derecho.
(40:04):
La autoridad de humillar a nadie.
De esa manera.
Si el Dios del cielo.
Desciende.
Digno, come, habita, camina.
Y vive con nosotros.
Quien soy yo.
Para ver de menos.
A su creación.
A sentirme mejor.
(40:26):
A sentirme superior que ustedes.
Y esto lo vemos mucho.
Dentro de la juventud hoy en día.
Por los zapatos que traen.
Por el teléfono que llevan.
Presumen mucho.
Y yo me pregunto.
Cuántos de estos muchachos.
Si papá no se los comprara.
Hello.
Lo pudieran andar presumiendo.
(40:48):
O sea, quiénes presumiendo de algo que a ti no te cuesta.
Y muchas veces los seres humanos.
Presumimos de algo que a nosotros no nos cuesta.
Sino que bendición de Dios.
Y este andaba presumiendo.
De algo que a él no le había constado.
Sino que la gracia, la unción, el poder de Dios.
Estaba sobre él.
Y mientras ese poder.
Dice que fue prosperado y ayudado.
Grandemente por Dios.
(41:10):
Pero esa bendición.
No tuvo el cuidado.
No se percató.
No se previnió.
No se vacunó.
Contra la enfermedad.
Contra el virus.
Contra el cáncer.
Del orgullo.
Pastor, por qué nos está hablando de esto.
Porque probablemente Dios está a punto de bendecirte.
(41:32):
Porque estoy seguro que Dios va a bendecir a mucha gente.
Está bendiciendo a mucha gente.
Y Dios nos está hablando a tiempo.
Y nos está diciendo.
Te voy a bendecir.
Pero antes de bendecirte te voy a vacunar contra el orgullo.
Hello.
Alguien lo puede entender.
Alguien lo puede entender.
Dale palmas al Rey con todo su corazón.
Yo le dije.
(41:54):
Papá, yo quiero que me vacunes a mí.
Es decir, yo quiero que me vacunes a mí.
Es decir, yo quiero la bendición.
Pero antes vacúname.
Que no me vuelva suburbio.
Que no me vuelva altivo.
Que no me vuelva increído.
Que no me vuelva vanidoso.
Que ese sentimiento de superioridad.
No embargue mi corazón.
Que pueda ver a los demás.
(42:16):
Como dice la Biblia.
Que ame lo de los demás.
Que estime lo de los demás.
Dice.
Como a mí mismo.
Que cuide de los demás.
Como que si fuera algo mío.
Algo propio.
Eso nos manda la Biblia.
Pero cuando ya fue grande.
Fuerte, poderoso y famoso.
(42:38):
Su corazón se enalteció.
Para su perdición.
Entró en el templo.
Y quiso ofrecer el incienso.
Que le tocaba a los sacerdotes.
Cuidado con querer.
Estar usurpando el lugar que a ti no te toca.
Hay hermanitos.
Y hay hermanitas.
Que en el trabajo le quieren andar diciendo.
Al jefe que hacer.
(43:02):
Quieren ir a mandar al jefe.
Si ya tiene 25, 30 años.
Con la compañía y tu que vas empezando.
Que le vas a enseñar.
Y le quieres ir a decir como hacer las cosas.
Recuerdo hace muchos años.
Que un hermano que llego del Salvador.
Y otro hermano trabajaba acá de electricista.
Y el trabajaba en los edificios grandes.
Y le dije hermano.
Consígueme el trabajo.
(43:24):
Va llegando.
Y me dijo. Es que tu ya sabes como es el hermano.
Le bastó un poquito tiempo.
Para conocer como era el hermano.
Sabes que el hermano es bien necio.
Pero necesita trabajo. Ayúdale.
Me dijo. Voy a hablar con el ingeniero.
Con el arquitecto. Con el encargado.
De la construcción que le echaron.
Y se lo llevaron.
Y le pusieron al hermano.
(43:46):
Poniendo el chiro.
Eso andaba haciendo él.
A los ingenieros.
Y a los ingenieros.
Que andaban con los planos.
Que no. Que eso no iba ahí.
Que en su país eso no se hacía así.
Y vino el hermano y me dijo.
Habla con él. Allá le andaba diciendo a los ingenieros.
Lo que tienen que hacer.
A las tres semanas me dijo.
(44:08):
Lo siento. Lo van a correr.
Porque fue y le desbarató.
A un ingeniero lo que había hecho.
Que no se hacía así.
Le quería enseñar al ingeniero.
Alguien tiene la mala costumbre de ir diciendo al jefe.
El patrón lo que tiene que hacer.
Cuidado cuando estás resurpando el lugar.
Que a ti no te toca.
Cuidado. Cuidado.
Ay. Hoy sí.
(44:30):
Me están viendo así. Mira el gordo así.
Porque tenemos esa mala costumbre.
De querernos sentir superior o mejor.
O que sabemos más que los demás.
Si sabes más que los demás.
Dice el libro de Ecclesiastes.
Que alguien más te alabe a ti.
Deja de andarte promoviendo.
Deja de andarte diciendo cuán grande, cuán bueno.
(44:52):
Cuán maravilloso tú eres.
Que alguien más lo diga.
Que Jehová hable por ti.
No, no dejes que la altivez.
Que el engreimiento.
Que ese sentido de superioridad.
Te haiga carcomer el corazón.
El alma.
Y te sientas superior a otros.
Y sea para tu ruina.
Sea para tu ruina.
(45:14):
Al soberbio como mirábamos ahorita en Salmo 138.
Dios lo ve de lejos al altivo.
Al humilde Dios lo acobija.
Dios lo recibe.
El tiempo me avanzó muchísimo.
Si ya se creyó tanto.
Que comenzó a hacer cosas que no le correspondían.
Quiso usurpar el lugar del rol del sacerdote.
Y las consecuencias son fatales.
Dice la palabra del señor.
(45:36):
Vecículo 18.
Que el hombre no se puede ver.
Dice la palabra del señor.
Vecículo 18.
Y se pusieron contra el rey Usias 17.
Y entró tras él el sacerdote a Azarías.
Y con él 80 sacerdotes de Jehová.
Varones valientes.
Yo dije 70 agrégale 10 más son 80.
Y se pusieron contra el rey Usias.
Y le dijeron no te corresponde a ti.
(45:58):
O Usias el quemar incienso a Jehová.
Si no los sacerdotes.
Hijo de Harón que son consagrados.
Para quemarlo.
Sal del santuario.
Delante de Jehová entonces Susias.
Teniendo en la mano un incenciario.
Para ofrecer incienso se llenó de ira.
Y en su ira contra los sacerdotes.
La lepra brotó en la frente.
Delante de los sacerdotes y en la casa de Jehová.
(46:20):
Junto al altar de los sacerdotes.
Y aquella lepra estaba en su frente.
Y le hicieron salir apresuradamente.
De aquel lugar.
Y él también se dio prisa para salir.
Porque Jehová lo había herido.
Así el rey Usias.
Fue leproso hasta el día de su muerte.
Y habitó leproso.
En una casa apartada.
Por lo cual fue excluido.
(46:42):
De la casa de Jehová.
Y Jonathan su hijo tuvo su cargo.
De la casa real gobernando al pueblo de la tierra.
El gran famoso.
El poderoso.
El estratega.
El gran político.
El militar.
El hombre de carisma.
Aquel que fue el rey.
El que fue el rey de la tierra.
(47:04):
El hombre de carisma.
Aquel que fue ayudado grandemente.
De parte de Dios.
Aquel que cuando persistió.
En buscar a Dios y mantenerse.
Manso y humilde.
Ahora por este mismo Dios.
Que lo bendijo.
Por este mismo Dios que lo exaltó.
Por este mismo Dios que lo prospero.
Que lo hizo famoso.
(47:26):
Que lo hizo fuerte.
Que lo hizo altamente poderoso.
Ahora este mismo Dios lo lleve.
Que terrible.
Que historia.
Que manera de terminar.
La vida.
Que forma de concluir.
Con una vida exitosa.
Que manera.
Después de 52 años de gloria.
(47:48):
De bendición.
De prosperidad.
De ver la mano de Dios.
De ver sus hijos.
De ver sus hijos.
De ver sus hijos.
De ver la mano de Dios.
De ver sus enemigos rendidos.
Porque dice la Biblia.
Que Dios le ayudó contra los árabes y contra los filisteos.
De tal manera que hasta los amonitas.
(48:10):
Venían y le traían regalos.
O sea que.
Quiere decir que hasta con los enemigos.
Caí en gracia.
Después de toda una vida de éxito.
Está terminando con lepra.
Leproso con un cáncer.
Y el que lo sacó.
Y el que lo sacó.
Con un cáncer.
Llamado.
(48:32):
Orgullo.
Y ustedes leen otras historias.
Y otros escritos.
Dice que la lepra le cayó.
En la frente, en la cabeza.
Y cuando usted se va.
A los escritos que son referentes a la lepra.
Especialmente en el libro de Levíticos.
Dice que ese tipo de lepra.
Era la más letal.
Era la más contagiosa.
(48:54):
Era la que prácticamente.
Si Dios no sanaba nadie.
Se sanaba de esa lepra.
Ese tipo de lepra. Ese tipo de herida.
Fue la que Dios le hizo a Agusías.
De tal manera que cuando el sacerdote.
Se dio cuenta de la herida.
Lo tuvieron que sacar a prisa.
Del lugar santísimo, del lugar santo.
Fue excluido de la presencia de Dios.
(49:16):
No solamente fue excluido de la presencia de Dios.
Por sus perpias.
Por su engreimiento.
Por su vanagloria.
Por su actividad. Por su orgullo.
Fue excluido de su familia.
Fue excluido de su pueblo.
Fue excluido de toda aquella bendición.
De la cual un día.
Él fue partícipe.
Él fue actor. Él gozó.
(49:38):
Ahora le toca verlo.
De lejos.
En una casa. Solo.
Leprezo.
Así.
Concluye la vida.
De uno.
De grandes.
Y mejores reyes de Israel.
Así concluye el ciclo.
De un tiempo de prosperidad.
(50:00):
De bendición.
De expansión. De paz.
De riqueza. Para Israel.
Así concluye.
Con la imagen.
Del profeta Isaías.
Postrado en el altar.
Lamentando.
Llorando.
La perdida de Usias.
La perdida de Usias.
(50:22):
Recuerdo que hace muchos años.
Aquí en la ciudad de Dallas.
Texas.
Fue escenario de uno de los
Crímenes más.
Desde mi punto de vista cobardes.
Porque lo mataron a sangre fría.
Al presidente John F. Kennedy.
Un hombre con un corazón
temeroso de Dios.
Un hombre que podía hacer que esta nación.
(50:44):
Fue un hombre que podía hacer que esta nación.
Fue un hombre que podía hacer que esta nación.
Tomar un rumbo diferente.
Que Latinoamérica especialmente.
Tomar un rumbo diferente.
Y recuerdo anécdotas.
Porque yo era un niño.
Mi abuelo contaba y otros ancianos.
A mí siempre me ha encantado.
Sentarme a escuchar a los ancianos.
Hay sabiduría y conocimiento en esta gente.
(51:06):
Por eso yo respeto tanto.
Con todo respeto lo digo.
Respeto las canas amados hermanos.
Porque la vida le enseña que son sinónimos de sabiduría.
De respeto.
Y desde niño me ha encantado sentarme.
A escuchar a los ancianos.
Ellos se sentaban y contaban historias.
Y yo estaba, todos los otros niños andaba jugando.
Y yo estaba ahí sentado escuchando las historias.
De los ancianos.
(51:28):
Me ha encantado siempre.
Y recuerdo escuchar historias de estas.
Y que decían como la gente en El Salvador.
Imagínense.
Se lamentaba, lloraba.
La pérdida del presidente Kennedy.
Que hubo gente en El Salvador que lloraba.
Lo mataron acá. Era presidente de acá.
Hasta allá alcanzaba la bendición.
Porque decían que mandaba víveres.
Mandaba comida. Mandaba arroz.
(51:50):
Mandaba fricoles. Mandaba azúcar.
Mandaba ropa para allá. Y la gente.
Ahora que este hombre muere. Están lamentando.
Están llorando. Que ha muerto un gran hombre.
Que le han quitado la vida a un gran hombre.
Cobardemente hablando.
Porque si ustedes se ponen a ver.
Y la historia.
Desde mi punto de vista.
Respecto a la opinión de cada quien.
Fue un acto de cobardía. Desde mi punto de vista.
(52:12):
Y Juicías está.
Perdón. El profeta Isaías está llorando.
Se está lamentando la pérdida de este gran rey.
Está llorando la pérdida de este gran rey.
Dicen el año que murió el rey.
Juicías.
En medio de esa tristeza.
En medio de ese dolor.
Dios tiene que intervenir.
Y traer consuelo de cierta manera.
En medio de esa tristeza.
(52:34):
En medio de ese dolor.
Dios tiene que intervenir.
Y traer consuelo de cierta manera.
Y abrirle los ojos.
Y mostrarle la realidad.
A Isaías.
De lo que había pasado con Juicías.
Dice y vi yo a Jehová.
Dios de los ejércitos.
Sentado en su trono.
Alto. Grande.
(52:56):
Y sublime.
Sus faldas dicen descendían hasta abajo.
Dios se le tuvo que revelar.
A Isaías.
Y mostrarle.
Y decirle mira.
Si es cierto.
Isaías fue un gran rey.
Isaías fue en su momento.
Un instrumento.
Fue un vaso en mis manos.
(53:18):
Mientras él perdió.
Mientras él se mantuvo.
Mientras él me buscó.
Mientras él me dio la honra y la gloria a mí.
Yo estuve con él.
Yo lo bendije. Yo lo prosperé.
Yo fui con él.
Pero esa riqueza.
Pero esa bendición.
Y esa gracia.
No la supo aprovechar.
(53:40):
Y permitió.
Que el orgullo.
Embaneciera su corazón.
Contra mí. Para su propia.
Perdición.
Pero ahora.
Ahora. Les dije lo que interpreto.
En mi poca memoria. En mi poca mente.
Chiquitica interpreto esto.
Ahora le dice a Dios. Mira. Han muerto el rey.
Isaías. Pero el rey de reyes.
(54:02):
Y señor de señores.
Hay alguien que me está entendiendo.
El rey de reyes.
Y señor de señores.
Sigue sentado en su trono de gloria.
Sigue sentado en su trono de gloria.
Se ha muerto un gran rey.
Si es una gran pérdida. Si.
Lo es.
(54:24):
Pero el que puso.
El que estableció. El que quitó y pone reyes.
Dice Daniel. Soy yo.
Sigo sentado en mi trono. Dice Dios.
Sigo puesto en mi lugar.
Y la bendición va a continuar.
Mientras yo siga sentado en el trono.
Isaías recapacita.
Y dice. ¡Ay de mi!
Yo no sé que fue lo que
Él exclamó.
(54:46):
Yo no sé si se quejó.
Yo no sé si dijo.
¿Por qué usías?
¿Por qué permitiste?
¿Por qué no le hablaste?
Yo no sé que fue lo que Isaías dijo.
Yo no fue cual es
las palabras que le expresó
en su dolor.
Porque muchas veces en aquel momento de dolor.
(55:08):
De tristeza.
De decección. De lamento.
También nos podemos volver
orgullosos.
¿Y por qué a mi?
Cuántas veces nos hemos expresado de esa manera.
¿Y por qué a mi
me pasa esto?
¿Y por qué a nosotros?
(55:30):
¿Y por qué a mi familia?
¿Y por qué a mis hijos?
Yo lo he dicho.
Señor, ¿por qué a mis hijas?
Si yo te estoy buscando.
Si yo quiero hacer tu voluntad.
Si yo te estoy sirviendo.
¿Por qué? ¿Por qué el diablo se ensancha tanto
contra mis hijas, contra mi familia?
(55:52):
¿Usted sólo ha preguntado?
¿No me diga que no?
Si yo estoy buscando de Dios, ¿por qué?
Si yo quiero hacer lo bueno, ¿por qué?
Si yo ayudo, ¿por qué a mi me pasa esto?
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Y en medio de nuestro
dolor no nos damos cuenta que el cáncer,
que la enfermedad del orgullo, está invadiendo
nuestro corazón. Y comenzamos a cuestionar
a Dios, ¿por qué a mi me pasa esto?
¿Por qué a mi familia? ¿Por qué a mis hijos?
(56:14):
¿Por qué a mi papá? ¿Por qué a mi mamá? ¿Por qué a mi casa?
¿Por qué a nosotros?
Entonces, y Dios me decía.
Y Dios me decía.
¿Y por qué no?
¿Y por qué no te puede pasar a ti?
¿Quién eres?
¿Quién te crees?
Que a ti no te puede pasar.
(56:36):
¿Quién eres?
Que a ti no te puede llegar
el mal y tocar la puerta de tu casa.
¿Quién eres?
Para que a ti no te llegue.
¿Te sientes mejor, superior a los demás?
Que a los demás sí les puede llegar y a ti no te puede llegar.
Que a los demás sí les puede llegar y a ti no.
Porque tú eres Sam Gutierrez
(56:58):
de los torres, de los altos, de los montes,
de los últimos días.
¿Por eso a ti no te puede llegar?
¿Por qué eres el citoso en los negocios?
¿Porque tienes mucha plata?
¿Porque tienes mucho dinero?
¿Por eso a ti no te puede llegar?
Que lo...
(57:20):
que ya llegó lo esperamos.
Por ahí estos malvados en El Sonido
me han hecho una foto, hermanos.
Donde estoy diciendo hello, ya esperó lo llegamos.
Y ahora la vamos a poner ahí arriba
para que los hermanos no se les olviden.
¿Qué? ¿Y por qué no?
Me dijo Dios.
¿Por qué no te puede llegar a ti?
¿Quién te crees?
(57:44):
¿O tus hijas son mejores que las hijas
de los otros hermanos?
Si imaginas usted
si Job se hubiera puesto a pensar
de la misma manera, ¿y por qué a mí Dios?
Yo que ofrezco sacrificio,
yo que soy íntegro, yo que soy recto,
que soy perfecto delante de ti,
no lo digo yo, lo dice tu Dios.
Si imaginas si Job se hubiera puesto en ese plan
de engreimiento, de vanagloria, de orgullo.
(58:08):
Pero dice la Biblia que en todo eso
Job no agregó a Dios
despropósito alguno.
Es decir que no culpó a Dios en nada.
Pero nosotros nos ponemos
¿y a mí por qué?
Si yo voy a la iglesia,
yo cuando pasa el invito de la ofrenda
yo he hecho un dólar, ¿por qué a mí me va a llegar
la escasez? Si yo he hecho un dólar,
yo aporto,
(58:30):
gano mucho, pero doy un dólar,
soy mezquino, ¿por qué
me va a pasar a mí esto?
¿Por qué?
¿A mí por qué me va a pasar esto?
Si cuando el pastor llama con vocación
hay una oración al trabajo,
yo ahí estoy,
cuando quiero, cuando me da la gana,
cuando puedo,
(58:52):
¿y a mí por qué me va a pasar?
Y nos volvemos orgullosos,
altivos,
prepotentes.
¿Por qué a mí?
¿Por qué me tiene que estar pasando esto a mí?
Si yo te estoy sirviendo, yo te estoy buscando.
Yo te estoy buscando.
(59:14):
Yo le dije que esta enfermedad
afectaba a todo nivel,
a todos los estatus,
políticos, sociales, militares, religiosos,
color, tamaño, sexo,
religión. Esta enfermedad no entiende
de códigos.
Hay niños,
hay niños
que a temprana edad
usted ya le va viendo el carácter
(59:36):
orgulloso.
Hay niñas
8, 9, 10, 11, 12 años,
por citar unas edades.
Ay, que si no les saca ese
orgullo punta de vara.
Yo le decía hace atrás,
hace unas manitas atrás,
somos la última generación que castigó a nuestros hijos.
(59:58):
Pero también somos la generación
que los hijos nos castigan a nosotros.
¿Hasta dónde hemos llegado?
¿Hasta dónde hemos llegado?
¿Hasta dónde hemos llegado?
Hay muchachitos muy orgullosos,
muy rebeldes,
que usted les está dando y...
(01:00:20):
Es que a ustedes les gusta picarme,
¿verdad?
Se hacen como que de quién estará hablando,
por quién lo estará diciendo.
Yo les dije que esto nos afecta a todos,
esto nos afecta a todos,
a todo nivel,
nos llega a todos.
Y lo triste del asunto,
que sin darnos cuenta el que es afectado con esta enfermedad,
(01:00:42):
lo van aislando,
lo van dejando solo,
se va quedando solo,
se va quedando sin amigos,
sin familia,
sin nadie que lo visita,
sin nadie que lo cuida,
sin nadie que lo visita,
ya solito en la casita lo metieron.
Y de lejos miraba la prosperidad,
miraba la bendición,
(01:01:04):
y saías lamentando,
llorando,
sin ir y decirle, señor, ¿qué pasó?
Yo no sé si se puso a quejar.
Pastor, ¿de dónde saca usted eso?
Por la expresión que él dice a continuación,
¡Ay de mí!
Que soy hombre de labios inmundos,
y habito en medio de un pueblo
que también tiene labios inmundos.
¿Qué habrá expresado el pueblo?
(01:01:26):
¿Qué habrá dicho el pueblo
con respecto a la muerte de Ucía?
Probablemente le echaron la culpa al sacerdote,
no sé.
Porque hay gente que es muy fanática,
muy fanática.
Tóquenle la religión,
pero no le toquen al santo
porque cuidado.
Si no mira el religioso,
haga mofa de Dios,
(01:01:48):
haga mofa de la iglesia,
pero no le toquen al santo,
hagan mofa de la iglesia,
pero no le toquen a la virgen.
Ay hermano, porque cuidado,
usted le toca a la virgen.
Ay no, si hagas, si usted ya andaba cargando,
y se hace el que no sabe.
Allá andas, te peleabas por cargarla.
Hoy se hace el que no.
No le toquen, métase con la religión,
(01:02:10):
métase con Dios, pero no le toquen al santo.
Que cuidado.
Nos volvemos van a gloriosos.
Nos irritamos.
Usurpamos el lugar.
Yo no sé que fue lo que dijo Isaías,
pero lo que si sé,
que cuando Dios se le revela,
como el Dios santo y poderoso,
Él dice, ¿Quién soy yo?
Que habita en medio de un pueblo
(01:02:32):
de labios sin mundo, y yo también,
siendo de labios sin mundo, y reconoció,
y se humilló, y en medio
de ese reconocimiento y humillación,
y en medio de esa visión maravillosa,
celestial, dice que un ser de los que
estaba alrededor salió, agarró un
carbón, tocó su boca,
y le dijo, aquí esto ha tocado
tu boca, y tu culpa
ha sido quitada, y tu picado ha sido
(01:02:54):
limpiado, y es
restaurado.
De tal manera,
que ahora que es restaurado, tiene la
oportunidad. Dios exclama
y dice, y ahora, y ahora,
¿Quién irá? ¿Quién irá
y hacer el trabajo
que este hacía? Isaías,
al haber entendido, que Dios
sigue sentado en su trono de gloria, y que
(01:03:16):
es el mismo de ayer, hoy, y siempre,
y por los siglos de los siglos,
exclama y dice, eme aquí,
envíame
a mí un prototipo de Cristo,
yo iré por aquellos
que vagan sin Dios,
y sin esperanza.
Pastor, ¿cuál es la
la cura entonces,
(01:03:38):
o el antídoto
para esta enfermedad,
llamada cáncer? Termino con esto, venga
conmigo Mateo.
Mateo capítulo 11.
(01:04:00):
Para que esta enfermedad
no ataque nuestro corazón,
y venga a ser para nuestra ruina,
el Señor nos dice así.
Mateo 11
28, venir a mí
todos los que estáis trabajados
y cargados, y yo
os haré descansar,
(01:04:22):
llevá mi yugo sobre vosotros, y
aprendé de mí, que soy manso
y humilde de corazón,
y haré descanso para vuestras
almas, porque mi yugo es fácil
y ligera mi cara.
¿Cuál es el antídoto?
Bien sencillo,
bien sencillo,
unas píldoras de
mansedumbre, y unas
(01:04:44):
tres, cuatro cucharaditas de humildad.
Ese es el antídoto,
y venir constantemente a los pies de Cristo,
venir a mí los que estáis
cargados, todos de cierta
manera venimos cargados después de una
semana de labores, de trabajo,
de problemas familiares
en el hogar, económicos, físicos,
enfermedades, lo que sea, venimos cargados,
(01:05:06):
y venimos a este
lugar, y muchas veces no dejamos nuestras cargas
en el Señor, sino que no las llevamos.
Seguimos con ellas,
Dios dice, venir a mí los que estáis cargados
y trabajados, y os haré descansar,
y aprendan de mí, dice que soy manso y humilde,
lleve mi yugo, lleve mi carga,
que esta es ligera, fácil, pero se
requiere humildad y mansedumbre para
reconocer que necesitamos
(01:05:28):
de Dios, que somos unos
menesterosos. Dios bendiga
a los hermanos que nos siguen a través del internet,
bendiciones para vosotros.