Presos cantores

En este episodio de La Biblia en un año, Jack Graham nos relata cómo Pedro y Juan sanaron a un hombre cojo junto a la puerta llamada Hermosa. Sin ofrecer plata ni oro, declararon con autoridad: “En el nombre de Jesucristo, levántate y anda”, y el hombre fue restaurado de inmediato, revelando a todos el poder vivo de Jesús. A través de este milagro, Pedro y Juan anunciaron con valentía el Evangelio, llamando al arrepentimiento y a creer en Cristo. Aunque los líderes religiosos intentaron silenciarlos, ellos siguieron predicando sin temor, mostrando que la obediencia a Dios está por encima de cualquier amenaza humana. Ese día, miles creyeron, y la iglesia continuó creciendo por la fuerza del Espíritu Santo obrando entre ellos.

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Episode Transcript

Speaker 1 (00:00):
Oremos. Y a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban
himnos a Dios, y los presos los oían. Hechos 16, 25. Mientras
las palabras de Hechos 16 resuenan en mi espíritu, estoy emocionado
porque ahora tengo una clave importante para mi éxito interminable. Hoy,

(00:22):
reconozco que la oración debe ser mi primera respuesta. Y
no mi último recurso. Al mirar a Pablo y Silas,
me doy cuenta de que mi adoración es un buque
de guerra que puede usarse para romper la opresión y
las cadenas del enemigo. A través de mi voz y
a través de mi alabanza y adoración enviarás una onda

(00:45):
expansiva y un terremoto que sacudirá los cimientos de mi
prisión y me liberará. No importa dónde esté o lo
que enfrente, nunca olvidaré que una de las mayores armas
que poseo es mi adoración. Con esta verdad cantaré tus
alabanzas dondequiera que vaya, y cuando lo haga, las cadenas

(01:07):
del infierno y las cadenas de mi enemigo no podrán retenerme.
En el nombre de Jesús. Amén. Gracias por orar con
nosotros hoy. Continúa tu tiempo con Dios escuchando la historia
bíblica de hoy, traída a ti por BibleInAlier.com.

Speaker 2 (01:30):
presos cantores. En nuestra historia anterior, leímos la carta que
Pablo le escribió a la iglesia en Galacia. Con el
amor y la sabiduría de Jesús, Pablo le suplicó a
la iglesia en Galacia que dejaran de someterse a la ley.
Los animó a vivir bajo la gracia y por medio
del Espíritu. En nuestra historia de hoy, vemos a Pablo

(01:50):
y a Silas enfrentar a un demonio fastidioso. Pero cuando
Pablo enfrenta al demonio, unos hombres lo aprehenden y lo
echan a la cárcel. Mientras Pablo y Silas están encerrados
en la oscura profundidad de una celda de Roma, logran
ver la luz de la esperanza, inspirado en el libro
de los hechos.

Speaker 3 (02:12):
Estoy tan contento de que te hayas unido a nosotros
en el podcast de la Biblia en un año hoy.
Pero antes de llegar al episodio de hoy, quiero que
sepas que me encantaría enviarte mi devocional diario que te
dará un nuevo ánimo cada mañana y día. Desde el
momento en que nos despertamos hasta el momento en que
finalmente apoyamos la cabeza en la almohada, hay miles de

(02:35):
cosas que demandan nuestra atención. Pero es en medio de
todo este ajetreo y bullicio que tú y yo necesitamos
paz y verdad en la palabra de Dios. Por eso
quiero ayudarte a pasar tiempo cada día creciendo en la
palabra de Dios que da vida y cambia vidas enviándote
mi devocional diario gratuito por correo electrónico PowerPoint hoy. Así

(02:56):
que visita jackgraham.org para inscribirte en tu devocional PowerPoint hoy.
Eso es jackgraham.org, jackgraham.org. En nuestro último episodio, escuchamos la
carta de Pablo a la iglesia en Galacia y su
poderosa y hermosa explicación de la salvación solo por gracia

(03:18):
en Cristo. Instó a los gálatas a no dejarse esclavizar
por la carga de la ley ahora que han recibido
la libertad que es nuestra en Cristo. Luego nos anima
a usar nuestra libertad en Cristo para caminar por el
Espíritu y no por la carne, y a producir el
fruto del Espíritu en nuestras vidas. Hoy encontraremos a Pablo
y a su compañero misionero Silas confrontando un espíritu maligno

(03:40):
y enfrentándose a una prisión romana. Sin embargo, incluso en
la oscuridad de su celda, están llenos de esperanza y
alabanza mientras glorifican a Dios con cantos, y como resultado,
un hombre y su familia llegan a la fe personal
en el Señor. Escuchemos ahora en esta lectura del libro
de

Speaker 2 (04:03):
Siervos del Dios Altísimo!», gritó la joven.«¡ Abran camino a
los siervos de Dios!», gritó más fuerte.«¡ Estos hombres han
venido en el nombre de Dios!», se carcajeaba y daba vueltas.
Esta tontería la repitió durante muchos días. Una joven esclava
poseída por un demonio siguió a Pablo, Lucas, Silas y

(04:24):
Timoteo por todo el recorrido hasta la ciudad de Teatira.
Durante días, rodó por el suelo gritando y anunciando la
llegada de los hombres había enloquecido si bien era cierto
lo que decía lo hacía de una forma perversa y
burlona no les perdía el rastro y no paraba de
gritar asustaba a todos a su alrededor en ocasiones la

(04:48):
verdad hablada de forma grosera puede dañar tanto como una
mentira Era claro que la joven esclava estaba perturbada y
que le habían suministrado hierbas diversas para su consumo con
la finalidad de que su mente permaneciera encarcelada. Sus amos
se enriquecían por medio de ella al vender sus servicios
como adivina. Al principio, Pablo se entristeció al ver a

(05:11):
la joven tan quebrantada. Sin embargo, con el paso de
los días, los gritos infinitos de la joven terminaron por
molestar a Pablo.«¡ Escuchen a estos siervos de Dios!», gritaba
la divina. Sus perversas carcajadas taladraban los oídos de los
habitantes de la ciudad. Estos son hombres que han venido a...
En el nombre de Jesús, sal de ella, espíritu inmundo,

(05:34):
gritó Pablo interrumpiéndola. La joven cayó al suelo y rodó
por la tierra. Sus puños golpearon el suelo y se
mordió la lengua. De pronto, como el sol que interrumpe
finalmente la tormenta, el demonio salió de ella. Tirada en
medio del camino, la joven comenzó a llorar. Pablo y

(05:56):
Silas la ayudaron a ponerse de pie y sacudieron el
polvo de sus ropas. Ella sonrió con arrepentimiento y enseguida
corrió de vuelta hacia sus amos. Si bien el alboroto
se había calmado, Pablo tenía el presentimiento de que eso
no era todo. La joven corrió a la casa de
sus amos, llorando de alegría y libertad. pero a sus

(06:18):
amos no les agradó la noticia de su restauración, pues
perderían las ganancias que recibían gracias al demonio que la
había poseído. El demonio era el que le permitía adivinar
el futuro y hablar en dialectos antiguos. Muchos en la
ciudad pagaban una fortuna para escuchar la jerga de la
magia negra. Entonces la azotaron y ella se arrastró de

(06:41):
vuelta al espacio donde la aprisionaban. Sus amos se ocuparían
de ella más adelante, pero por el momento tenían sus
ojos clavados en Pablo. Silas y Pablo se divertían recorriendo
las calles del mercado. Compraban alimentos para sus viajes y
les predicaban el mensaje de Jesucristo a los comerciantes y
vendedores que pasaban junto a ellos. Pablo caminaba hacia un

(07:03):
hombre que vendía dátiles y pan cuando sintió un golpe
inesperado en su sien derecha. Pablo cayó inmediatamente al suelo. Enseguida,
vio una bota venir directo a sus costillas. Pablo sintió
que su pecho se quedaba sin aire. Adeando, miró a
su alrededor y encontró a otra enorme silueta que había

(07:23):
inmovilizado a Silas en el suelo. A Pablo lo pusieron
boca abajo y lo ataron con sogas. Una vez atados,
Pablo y Silas fueron llevados al tribunal. Estos judíos andan
alborotando nuestra ciudad, declararon los amos de la joven ante
el tribunal. Enseñan costumbres que no son rumanas. Pablo y

(07:43):
Silas se miraban el uno al otro. Desde luego. no
serían juzgados con justicia. Pablo abrió la boca para dirigirse
al juez, pero lo interrumpió un gancho derecho que le
impactó la mandíbula. Les arrancaron sus vestidos y los magistrados
ordenaron que los azotaran con varas. Pablo observaba mientras golpeaban

(08:04):
a Silas con la larga y delgada vara. No obstante,
Silas no gritó, pues era un hombre fuerte y sabía
lo que implicaba ser un cristiano. Les dio la espalda
a aquellos que lo azotaban. Enseguida, Pablo recibió la misma paliza.
La afilada vara atravesó su piel desnuda. Su espalda tenía
una costra de sangre y astillas. Después de una paliza

(08:28):
sin tregua, Pablo y Silas fueron encarcelados. El suelo de
la celda era frío y áspero, tan áspero que le
rasgó las plantas de los pies a Pablo. Y antes
de que los dos hombres pudieran recuperar el aliento, Llegó
el carcelero. Era un hombre grande. Claramente estaba bien fornido
debido a su trabajo. Los agarró violentamente para atarles las

(08:52):
cadenas a los pies, pero había algo diferente en él.
Pablo pudo ver que detrás de su ceño fruncido se
ocultaba una oveja perdida. Era medianoche, y los fríos muros
de la cárcel envolvían a los prisioneros en la oscuridad.
Desde lejos, Se podía ver una tenue antorcha por los
pasillos de la cárcel mientras el carcelero dormía. Pablo escuchaba

(09:16):
el continuo goteo de agua fría que caía sobre la
áspera piedra, que resonaba por toda la silenciosa cárcel. Todos
los prisioneros estaban arrinconados en sus celdas, tiritando y a
la espera de la luz de la mañana. Pablo y
Silas pensaban en Jesús, en cómo había sufrido el desprecio
de los hombres. y que, a pesar de eso, los

(09:37):
había amado tanto. Nunca perdió su esperanza ni su gozo,
así que ellos harían lo mismo. Uno a uno, los
prisioneros levantaban sus cabezas al oír las voces que cantaban
himnos a Dios. Pablo y Silas daban gritos de júbilo
y cantaban bellas melodías. Sus cantos resonaban en los fríos

(09:58):
muros de piedra. El eco era encantadoramente poderoso. El helado
ambiente de la cárcel se llenó de las cálidas melodías
de los hijos de Dios. Los cantos eran cada vez
más y más fuertes a medida que los otros prisioneros
se unían a las melodías. Una orquesta de esperanza estalló
en medio de la profundidad oscura del calabozo romano mientras

(10:21):
los hombres heridos se volvían a su Dios. Mientras cantaban,
la propia tierra comenzó a temblar. Como si Dios se
sumara a la melodía, un violento terremoto sacudió los cimientos
de la cárcel. Al instante las puertas se abrieron y
los barrotes de hierro cayeron como los muros de Jericó.
También las cadenas de Pablo y Silas se soltaron y

(10:44):
se abrió un camino para que pudieran escapar. Pese a esto,
Pablo y Silas no escaparon. Podían escuchar los pasos del
carcelero aproximarse. Al doblar la esquina, se encontró con todas
las celdas completamente abiertas. El carcelero pensó que Pablo y
Silas habían escapado y desenvainó su espada. Lloraba porque estaba

(11:06):
consciente de que había deshonrado a su país y que,
como había podido evitar que escaparan, su muerte era segura.
El carcelero apretó la punta de su espada contra su
garganta y murmuró unas últimas palabras antes de avanzar hacia ella.«¡ Detente!»,
dijo con fuerte voz Pablo. El carcelero se tropezó, pero

(11:26):
Silas lo atrapó antes de que cayera sobre su espada.«
No te hagas daño», dijo Pablo.« Todos estamos aquí». El
carcelero temblaba de miedo en los brazos de Silas. Se
postró ante ellos y lloró agradecido porque le habían salvado
la vida. Pablo y Silas llevaron al carcelero afuera y
se sentaron bajo la luz de la luna. Hablaron sobre

(11:48):
el quebrantamiento que el¿ Qué debo hacer para ser salvo?
Preguntó el carcelero con los ojos llenos de lágrimas. Pablo
y Sila sonrieron. Cree en Jesús y serás salvo. Tú
y tu casa serán bendecidos, le contestaron. Entonces, el carcelero
los invitó a su casa y ellos le predicaron el

(12:10):
evangelio a toda su familia. El carcelero los escondió en
su casa hasta que llegó el día establecido para ser liberados.
Es momento de que se vayan en paz, dijo el carcelero.
Los magistrados les piden que se vayan tranquilos y en paz.
Sin embargo, Pablo sabía por qué querían que se fueran.
Pablo y Silas eran ciudadanos romanos y los habían encarcelado

(12:32):
sin ninguna sentencia judicial. Lo que habían hecho era penado
por la ley romana. Entonces, los magistrados tuvieron que disculparse
con Pablo y con Silas. Después de que los magistrados
se humillaron, Pablo y Silas salieron de la cárcel con alegría.

Speaker 3 (12:56):
Comenzar la lectura de hoy aprendiendo que Pablo tiene un
nuevo compañero en el ministerio, un hombre llamado Silas. Pablo,
Silas y Lucas estaban en la ciudad romana de Tiatira,
donde se alojaban en la casa de una nueva creyente
llamada Lidia, una mujer de negocios adinerada que comerciaba con
telas púrpuras. Mientras iban por la ciudad predicando el evangelio,
Eran constantemente seguidos por una joven esclava que estaba poseída

(13:19):
por un demonio que predecía el futuro. Sus dueños usaban
a esta joven para su beneficio personal, sin preocuparse por
ella ni por su bienestar. Y mientras Pablo y Silas
caminaban por la ciudad, la joven gritaba en voz alta
para que todos escucharan. Estos hombres son siervos del Dios
Altísimo que les están diciendo el camino para ser salvos.
Sus palabras eran ciertas, pero no venían de Dios. Es

(13:41):
un recordatorio de que no todos los que proclaman a
Cristo Jesús son verdaderos seguidores o verdaderos adoradores. Son falsos profetas.
existen espíritus demoníacos que proclaman un mensaje. Esto fue una
obra del enemigo, Satanás mismo, para distraer a la gente
del mensaje de Jesús y el Evangelio, y Pablo lo
vio claramente. Finalmente, cuando ya había tenido suficiente, habló al

(14:04):
espíritu maligno en esta joven con la autoridad que le
dio el Espíritu Santo. Ordenó al espíritu, al demonio, que
la dejara, y de inmediato ella fue liberada. Así como
Jesús había expulsado demonios, Pablo continúa la obra del Señor
liberando a los cautivos de las fuerzas del mal y
los poderes de Satanás para experimentar el poder de Dios.¡

(14:25):
Qué alivio debió ser esto para la joven poseída! Las
voces en su cabeza la habían dejado sin paz y
ahora estas voces estaban silenciadas. Pero sus amos, que se
beneficiaban enormemente de su condición, estaban muy enojados. Su tráfico
se había detenido abruptamente y y sabían quién tenía la culpa.
Entonces apelaron al magistrado local diciendo que Pablo y Silas

(14:49):
estaban causando problemas y promoviendo prácticas contrarias a la ley romana.
Por supuesto, esto era una gran mentira, pero cuando tus
enemigos no tienen una verdadera acusación contra ti, recurren a
mentiras y calumnias. Una vez más, Pablo y sus amigos
se encuentran perseguidos, solo que esta vez no por judíos,
sino por romanos. Él y Silas fueron arrestados, golpeados y encarcelados.

(15:11):
Pero incluso en esto, Pablo y Silas perseveraron con alabanza
y vieron la oportunidad de adorar a Dios como testimonio
y testigo del poder de Jesús. Cuando nos suceden cosas malas,
cuando las circunstancias se vuelven en nuestra contra, cuando somos
perseguidos o apartados por nuestra fe,¿ seguimos alabando a Dios?
Con demasiada frecuencia perdemos la oportunidad de dar testimonio de

(15:34):
la gloria de Dios y la gracia de Dios en
nuestras vidas, en nuestras dificultades. Pero Pablo y Silas no
perdieron esta oportunidad. Así que mientras estaban sentados en su
celda esa noche, en lugar de llorar y quejarse y
lamerse las heridas, estos hombres cantaron grandes canciones de alabanza
y adoración y los otros prisioneros podían escucharlos elevando a
su Dios en el nombre de Jesús. Luego escuchamos como

(15:56):
alrededor de la medianoche Dios envió un gran terremoto y
sacudió la prisión, abrió las puertas de la prisión e
hizo que las cadenas se cayeran de todos los prisioneros.
Esta era su oportunidad para escapar, pero no lo hicieron.
No huyeron. Cuando el carcelero se despertó, estaba seguro de
que los prisioneros se habrían ido y eso le costaría
la vida, porque cuando los comandantes descubrían que no habían

(16:18):
hecho su trabajo, eran ejecutados. Entonces decidió quitarse la vida.
Pero Pablo intervino, haciéndole saber que nadie había escapado. Escucha
la respuesta del carcelero en Hechos 16, versículos 29 y 30. El carcelero
pidió luz, entró corriendo y se postró temblando ante Pablo
y Silas. Luego lo sacó y preguntó, Señores,¿ qué debo

(16:41):
hacer para ser salvo? Esa es la pregunta más importante
que cualquiera de nosotros puede hacer y ser respondida por
los testigos del Evangelio. Señores,¿ qué debo hacer para ser salvo?
Cuando vemos un milagro como este, cuando vino el terremoto
y sacudió la casa, hay un propósito y un plan
más grande. Las cadenas que Dios quería romper no eran

(17:01):
sólo las que ataban a Pablo y Silas y a
los otros prisioneros. sino las cadenas del pecado que ataban
al carcelero y a su familia. Y, como resultado de
la perseverancia y alabanza de Pablo, este hombre y toda
su familia abrieron sus corazones al evangelio de Cristo. Todos
fueron salvados. Los hombres fueron con él a su casa
y toda su familia adoró al Señor con el apóstol

(17:25):
Pablo y Silas. Y a la mañana siguiente, los magistrados
enviaron un mensaje de que Pablo y Silas debían ser liberados.
Descubrieron que estos hombres no eran simplemente judíos, sino ciudadanos romanos.
Es la primera indicación de que Pablo usará sabiamente su
ciudadanía romana para avanzar el evangelio de Jesús por todo
el imperio romano, y escucharemos más sobre eso en nuestra

(17:47):
próxima lectura. Querido Dios, te agradecemos por esta gran escritura
en Hechos capítulo 16 y el poder del evangelio para cambiar vidas. Señor,
en medio de nuestras pruebas y tribulaciones que siempre te alabemos.
Nos has dicho que demos gracias siempre, que podemos alabarte
incluso en los momentos más oscuros, porque cuando lo hacemos,

(18:09):
tú eres glorificado y Jesús es magnificado, y la gente
verá y escuchará nuestro testimonio. Por lo que Cristo ha
hecho por nosotros, podemos mantenernos firmes en medio de los
mayores desafíos de la vida. Que así sea en nuestras vidas.
En el nombre de Jesús. Amén. Gracias por escuchar el
podcast de la Biblia en un año de hoy. Soy

(18:29):
Jack Graham de Dallas, Texas. Y antes de irnos, quiero
que sepas que me encantaría enviarte mi devocional diario para
darte un nuevo ánimo cada día. Así que visita jackgram.org
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