Episode Transcript
Available transcripts are automatically generated. Complete accuracy is not guaranteed.
Speaker 1 (00:03):
Antes de comenzar, una advertencia. En este episodio hay escenas
fuertes que no son aptas para niños. Se recomienda discreción.
Esto
Speaker 2 (00:10):
es Rambulante, soy Daniel Alarcón.
Speaker 1 (00:29):
Esta es la segunda parte de la historia de la
toma del Palacio de Justicia en Colombia por parte de
la guerrilla del M-19. Si no han oído la primera parte,
les recomiendo que lo hagan. Vuelvan al episodio anterior y
así este tendrá más sentido. Entonces, el 6 de noviembre de 1985,
el presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes Echandía, atrapado
como rehén en el cuarto piso del palacio, pedía por
(00:50):
radio que parara el fuego. Un momento, por favor,
Speaker 3 (00:54):
un momento.
Speaker 1 (01:00):
En ese momento, Alfonso Yakin, guerrillero del M-19, le arrebató
el teléfono.
Speaker 3 (01:05):
Oiga, es increíble, habla Alfonso Yakin, el segundo al mando
de este operativo. El presidente de la república no le
ha pasado el teléfono al presidente de la corte y
se va a morir porque el presidente de la república
ni siquiera con su poder jurisdiccional. Es increíble que el M-19,
el que se ha tomado el Palacio de Justicia, se
lo tomó los tanques del ejército. Es lo increíble, el
ejército en dos instantes.
Speaker 1 (01:35):
Los disparos y las explosiones no pararon sino hasta 28 horas después.
Todo terminó con más o menos 100 muertos, incluyendo a las
dos voces que acabamos de escuchar, Reyes Echandía y Yaquin.
El Palacio de Justicia, la sede de las altas cortes
en Colombia, quedó casi completamente destruida.
Speaker 4 (01:52):
Por lo menos 30 o 40 personas murieron carbonizadas durante el incendio
del palacio. Pasará el tiempo y tal vez nada quede
plenamente establecido porque los testigos y protagonistas de las horas
cruciales murieron.
Speaker 1 (02:06):
Una de las protagonistas de esta historia es la familia
de Jimmy Beltrán, mesero de la cafetería y de quien
nunca se supo nada. No estuvo entre los rescatados y
tampoco apareció muerto. Desde que terminó la toma, su esposa
Pilar se ha dedicado a buscar la verdad de lo
que pasó.
Speaker 5 (02:20):
Yo estaba tan segura de la inocencia de él. Yo
sé que él fue una persona inocente, totalmente inocente en
todo esto que pasó. Inocente. Yo estaba segura que él
volvía algún día.
Speaker 1 (02:32):
Pero pasó el tiempo y Jimmy nunca volvió. La búsqueda
de Pilar duraría más de 40 años. Esa búsqueda
Speaker 5 (02:37):
se convirtió en nuestro sentido de vida
Speaker 1 (02:42):
El de Pilar y el de otras 11 familias que tampoco
supieron qué pasó con sus seres queridos. Pero ese no
fue el caso con la otra familia protagonista de esta historia,
la de Julio César Andrade. Él era magistrado auxiliar de
la corte y su cuerpo quedó irreconocible por el fuego,
pero pudieron identificarlo gracias a su cédula. Aparentemente la encontraron
(03:03):
cerca del cadáver. Esta es Diana, la hija menor de
Julio César, que en ese momento tenía seis años. Cuando
mi mamá quiere ver los restos,
Speaker 6 (03:09):
le dicen que no, que los restos, el atabón está sellado,
hay una caja metálica y hay orden de no abrirla.
Speaker 1 (03:19):
No insistieron, estaban en shock y tampoco querían ver un
cuerpo carbonizado. Y aunque decidieron no volver a tocar el tema,
Diana creció con una duda.
Speaker 6 (03:27):
Por qué le negaron a mi mamita ver a mi papito?
Todo el mundo tiene derecho a tener un cuerpo, una pestaña,
un pelo. Déjenselo ver. Crecí pensando,¿ y qué tal que
no sea?
Speaker 1 (03:42):
Esta duda tenía más sentido de lo que creía. Esta
semana en Radio Ambulante volvemos a dos episodios que produjimos
hace algún tiempo sobre la toma del palacio. 40 años después,
todavía hay varias preguntas sobre lo que pasó en ese
edificio entre el 6 y 7 de noviembre de 1985. Nuestro productor senior
David Trujillo nos sigue contando.
Speaker 7 (04:04):
Vale la pena recordar esto rápidamente. Después de la toma
del palacio, las 12 familias de los desaparecidos no encontraron respuestas
en ninguna parte. Ni los militares, ni la policía, ni
el gobierno, ni la justicia, nadie se preocupaba por aclarar
qué había pasado con sus familiares. El único que se
interesó fue el abogado Eduardo Umaña Mendoza. Él sí los escuchó.
(04:27):
Por 12 años investigaría el caso, intentaría a toda costa llevarlo
ante la justicia y tocaría todas las puertas para que
se autorizara el análisis detallado de los cadáveres. Luego hablaremos
un poco más de él, pero por ahora... Yo soy
Yomari
Speaker 8 (04:40):
Ortegon Osorio, abogada, defensora
Speaker 7 (04:44):
de derechos humanos. Desde 2001, Yomari y unos colegas lideran la
investigación que comenzó con Umaña. Según ella, la primera investigación
oficial se hizo pocos días después de la toma. Fue
ordenada por el presidente Belisario Betancur y se llamó Comisión
de Esclarecimiento de los Hechos del Palacio de Justicia. La
idea era saber qué había pasado en medio de todo
el caos. Seis meses después, la comisión entregó un informe.
Speaker 8 (05:07):
Las conclusiones son conclusiones muy cortas, de hecho fue una
investigación muy rápida y se entiende algo que prácticamente cierra
todas las investigaciones y es que el M-19 cometió una toma,
el Estado a través de las fuerzas militares la repelió
y en consecuencia hubo una actuación legal.
Speaker 7 (05:32):
Nada más que decir, aunque hasta el día de hoy
no se ha podido comprobar del todo, según esta investigación,
el único culpable era el M-19, que pagado por el narcotráfico,
lo que quería era destruir los procesos de extradición de
sus financiadores. Las personas rescatadas estaban vivas. Las que no,
incluyendo los guerrilleros, murieron y muchos de sus cuerpos quedaron
completamente quemados. El reporte de la comisión sí menciona que
(05:56):
hay personas desaparecidas, pero asegura que hay pruebas suficientes de
que murieron en el cuarto piso. Y claro, sí reconoce
que el ejército detuvo a gente que salió del palacio.
Recordemos las grabaciones interceptadas de los militares que vimos en
el primer episodio. Las basuras están quitándole
Speaker 2 (06:13):
la ropa de civiles. al personal de empleados y magistrados
para utilizarlos ellos y poder salir como evacuados, cambio.
Speaker 7 (06:23):
Quizás sea difícil entender lo que dicen, pero básicamente, el
ejército estaba preocupado de que los guerrilleros, que habían entrado
con uniformes camuflados, se estuvieran poniendo la ropa de los
civiles y trataran de pasar desapercibidos. Por eso, la orden
era identificar muy bien a las personas rescatadas. Si los
militares no podían identificarlas, las detenían hasta saber quiénes eran.
Y a pesar de que esa investigación inicial no iba
(06:46):
mucho más allá de lo que pasó, hay algo que
llama la atención.
Speaker 8 (06:49):
Sí señala que hubo alegaciones de tortura respecto de personas
que fueron detenidas.
Speaker 7 (06:56):
Hubo varios casos, entre esos el de dos universitarios, Yolanda
Santo Domingo, que tenía 22 años, y Eduardo Mattson, que tenía 21.
Ambos estudiaban Derecho. Ese 6 de noviembre Eduardo estaba haciendo una
investigación para una tarea y Yolanda estaba tomando un examen
con un profesor que era juez en el Palacio. Como
ellos estaban en el segundo piso, los rescataron muy rápido
y los llevaron a la Casa del Florero, un museo
(07:18):
justo al frente del palacio, desde donde los militares estaban
coordinando las operaciones. Según sus testimonios a la comisión, ahí
los separaron del resto de la gente. Los acusaron de
ser del M-19 y empezaron a torturarlos para que confesaran.
De ahí los llevaron primero a la sede de investigación
criminal de la policía y después a una base militar.
(07:38):
Siguió el maltrato con palizas y amenazas de muerte, hasta
que como a la medianoche los militares confirmaron que Eduardo
Madson era sobrino de un gobernador y decidieron liberarlos para
que no se les armara un problema más grande con
el gobierno. Ahí los militares se disculparon con Yolanda y
Eduardo y les pidieron silencio sobre lo que había ocurrido.
Aquí no ha pasado nada y ya, los liberaron. Pero
(07:59):
ahí no terminó la cosa. Los dos contaron su historia
a esta comisión que ordenó el presidente Betancur, y en
las semanas siguientes a la toma, Yolanda recibió amenazas para
que no hablara más de lo que pasó. Después de
esta investigación oficial, sus casos pasaron a la justicia penal militar,
que regula lo que hacen las Fuerzas Armadas. Lo mismo
pasó con los casos de otros torturados, pero la justicia,
(08:20):
la militar, terminó archivándolos. En realidad era común que los
militares torturaran, y es que a finales de los años 70
el gobierno había sacado un decreto conocido como Estatuto de Seguridad.
Ahí se les daban muchas facultades a la fuerza pública,
incluso las judiciales, con la excusa de combatir a las guerrillas.
Speaker 8 (08:39):
Eran los propios militares en consejos verbales de guerra quienes
definían si una persona era responsable o no. Por supuesto,
esto se prestaba para muchísimas arbitrariedades y violaciones a derechos humanos.
Speaker 7 (08:51):
Aunque ese estatuto desapareció en 1982, muchas prácticas continuaron haciéndose por
debajo de la mesa, y la Constitución le permitía a
las autoridades detener a una persona sospechosa por unos días,
sin orden de captura. Hoy el proceso es muy diferente.
Si las autoridades piensan que una persona pertenece a un
grupo armado, se empieza una investigación formal. La Fiscalía ordena
(09:12):
que la policía detenga al sospechoso, y luego hay un
juicio penal civil para decidir si es culpable o no.
Pero en esa época...
Speaker 8 (09:20):
Es como una forma inquisitorial de investigación. Si se ve sospechoso,
lo torturo y si se confiesa partícipe del M-19, lo detengo.
Y si no sabe nada, por supuesto, existían dos opciones,
o el asesinato o la liberación.
Speaker 7 (09:37):
y si los liberaban era con amenazas de muerte para
asegurar su silencio. Las personas del palacio que denunciaron torturas
insisten en que se salvaron de morir porque lograron comprobarles
a los militares que trabajaban en el palacio o que
alguien cercano al gobierno los conocía. Este es un archivo
de noticias de ese momento. El que habla es un
abogado rescatado en la noche del 6 de noviembre.
Speaker 9 (09:57):
Llegaron ahí los miembros de las Fuerzas Armadas y creyeron
que éramos guerrilleros.
Speaker 7 (10:04):
De forma arbitraria, sin ningún tipo de prueba. Entonces les
dijeron manos arriba. Y
Speaker 9 (10:08):
ya un coronel, alumno mío, se dio cuenta que yo
estaba ahí. Y entonces nos patrullaron y nos sacaron del edificio.
Speaker 7 (10:19):
Es imposible saber qué le habría pasado a este abogado
si el coronel que menciona no hubiera estado ahí. Sin embargo,
lo más seguro por lo que aparece en las grabaciones
interceptadas y en la investigación oficial es que se lo
hubieran llevado detenido. Y una vez detenido, como ya sabemos,
le pudo haber pasado cualquier cosa. Ese tipo de incidentes
y el hecho de que la constitución les permitiera a
(10:40):
los militares y policías detener gente de forma arbitraria, hicieron
pensar a los familiares de los desaparecidos, casi desde el
primer momento, que era probable que a sus seres queridos
los hubieran detenido, y tal vez torturado y hasta asesinado. Además,
varios recibieron llamadas pocos días después de la toma diciendo
que sus familiares estaban vivos en bases militares. A veces
decían que eran soldados que no podían decir sus nombres,
(11:03):
pero que estaban viendo cómo torturaban a estas personas y
que por favor fueran a rescatarlas. Pero cuando los familiares
iban hasta allá, los militares siempre les decían lo mismo,
que nunca tuvieron detenidos del palacio. Y quizás lo más
inverosímil de todo esto es que sí había pruebas de
que algunos rehenes habían salido vivos del palacio, videos de
(11:23):
los noticieros, por ejemplo. Pero a pesar de esa evidencia,
el ejército negaba que los había detenido y con eso
se acababa el asunto.¿ Por qué? Porque aunque suene absurdo,
en Colombia, en 1985, la desaparición forzada no era un delito.
Así que si no hay delito, legalmente no se puede investigar,
no se puede hacer nada. La única opción que les
(11:47):
quedaba a estas familias entonces era insistir e insistir e insistir,
sin muchos resultados.
Speaker 8 (11:52):
Son muchísimos años sin respuesta, muchísimos años de espera, muchísimos
años de incertidumbre.
Speaker 7 (12:02):
Un año después de la toma, en 1986, el Congreso libró
de cualquier responsabilidad al presidente Betancourt por haber sido la
cabeza de toda la operación de retoma. Aceptaron que pudo
haber permitido exceso de fuerza, pero que finalmente estaba cumpliendo
su función de restablecer el orden. Remataron su informe diciendo
que no era a ellos a quienes competía juzgarlo, sino,
(12:22):
y abro comillas, al pueblo y a la historia. Cuatro
años después, en 1990, el M-19 y el gobierno del nuevo
presidente Virgilio Barco firmaron un acuerdo de paz. Este acuerdo
sí fue definitivo y esa guerrilla terminó la lucha armada.
Aunque la investigación oficial los declaró como únicos culpables de
(12:46):
lo que pasó en el palacio, el acuerdo les permitió
a los guerrilleros acogerse a una ley de indulto que
había salido meses antes. Eso les dejó volver a la
vida civil y posteriormente participar en elecciones populares y ocupar
puestos en el gobierno. Dos años después, en el 92, cuando
su movimiento político tenía un apoyo importante de la gente
y varios exguerrilleros ya estaban en cargos públicos, salió otra
(13:08):
ley que reforzó ese indulto. Si bien es cierto que
los que participaron directamente en la toma estaban muertos, finalmente
nadie del M-19 fue condenado por lo del Palacio. La
comisión que había armado el presidente Betancur no le pidió
testificar a ningún guerrillero. Durante toda esta época, las familias
de los desaparecidos seguían pidiendo explicaciones al Estado. Aunque poco
(13:31):
a poco fueron recibiendo indemnizaciones, como el resto de las
familias de los civiles que murieron en el palacio, todavía
no estaba completa su reparación como víctimas. Necesitaban justicia, pero
sobre todo verdad. El que buscaba esa verdad era Eduardo Maña,
el abogado de esas familias, pero en 1998 fue asesinado en
su oficina por unos sicarios, un crimen que hasta hoy
(13:53):
no se ha resuelto.
Speaker 8 (13:54):
El abogado es asesinado y durante muchos años el caso
queda céfalo. No había alguien que le representara.
Speaker 7 (14:03):
Con su muerte, la investigación que estaba haciendo con los testimonios,
los documentos y los videos se paralizó. pero Umaña alcanzó
a ver un poco de lo que quizás fue el
único resultado concreto de tantos años de trabajo. Pocos meses
antes de su asesinato, se exhumó una fosa común en
el cementerio del sur en Bogotá, la misma donde fueron
enviadas varias víctimas mortales del palacio, no todas identificadas, y
(14:24):
otras tantas de la avalancha de armero. Se hicieron análisis
forenses de esos restos, que eran casi 200, y finalmente, tres
años después, en el 2001,
Speaker 10 (14:33):
Una de las muestras que estaban envueltas en bolsas blancas
permitió la identificación de Ana Rosa Castiblanco, empleada de la
cafetería del Palacio de Justicia. Se
Speaker 7 (14:42):
comprobó que el cuerpo de Ana Rosa Castiblanco, una de
las 12 personas desaparecidas, había estado enterrado en esa fosa común
durante 13 años. Luego se identificaron algunos restos de guerrilleros que
no estaban carbonizados, pero de ahí no se hicieron más análisis.
Era una tarea larga y difícil porque, entre otras cosas,
no tenían técnicas para identificar cadáveres muy quemados, pero tampoco
(15:04):
es que hubiera mucha voluntad para seguir con esa tarea,
y finalmente la fiscalía decidió guardar esos restos en sus instalaciones.
Antes de seguir hay que decir algo.¿ Se acuerdan que
en Colombia la desaparición forzada no era un delito? Pues
resulta que en el 2000 por primera vez se reconoció como tal.
Y bueno, esto es lo importante. Se considera un delito
que no prescribe. Es decir, no importa cuántos años pasen,
(15:26):
el caso se mantiene abierto hasta que aparezca la víctima.
Y esa fue una de las razones para que un
año después, en el 2001, Yomari reactivara el caso con sus colegas.
Speaker 8 (15:37):
Entonces hicimos un derecho de petición a la fiscalía diciéndole, bueno,
ahora que se ha dictado una ley que penaliza la
desaparición forzada,¿ ustedes por qué no inician una investigación?
Speaker 7 (15:50):
Lo cual parece lógico, ¿no? Pero no vayan a pensar
que la justicia se movió rápido, para nada. La petición
llegó en el 2001, la fiscalía la aceptó en 2003, pero no
empezaron a mover la investigación hasta 2005.
Speaker 11 (16:02):
La fiscal Ángela María Huitrago fue la encargada de reabrir
las investigaciones por el tema de los desaparecidos del Palacio
de Justicia.
Speaker 7 (16:09):
Era un caso con pruebas que se recogieron en 1985 y 1986,
pero que se paralizó hasta 2005. Desde ese momento, Huitrago empezó
a investigar a varios militares y algunos fueron llamados a juicio.
Lo más lejos que había llegado la justicia con este
caso era la destitución del cargo en 1990 de dos militares
(16:30):
que comandaron la retoma, el coronel Edilberto Sánchez, comandante del
B-2 de la Brigada 13, la sección de inteligencia, y el
general Jesús Armando Arias, comandante de esa brigada. A Sánchez
lo encontraron culpable de la desaparición de la guerrillera Irma Franco,
a Arias de no haber hecho lo necesario para proteger
la vida de los rehenes. Pero esta vez iban a
(16:50):
ser juzgados penalmente, y se les uniría al coronel Luis
Alfonso Plazas Vega, el comandante de la escuela de caballería
en ese entonces. Recordemos que Plazas Vega apareció en el
primer episodio, bajándose de su tanque y hablando con periodistas.
En ese momento, con el palacio bajo ataque, explicó el
objetivo de la retoma con una frase que se haría famosa.
Speaker 12 (17:10):
Mantener la democracia, maestro.
Speaker 7 (17:13):
Ahora, 20 años después, cuando se reabría el caso...
Speaker 13 (17:16):
El coronel en retiro, Alfonso Plazas Vega, detenido por el
caso de los desaparecidos del Palacio de Justicia, denunció en
la noche de RCN un supuesto fraude procesal y un
montaje en su contra.
Speaker 14 (17:27):
Una pausa y volvemos.
Speaker 1 (17:38):
Estamos de vuelta en Reambulante. Antes de la pausa escuchábamos
cómo 20 años después de la toma del Palacio de Justicia
se iniciaba una investigación con procesos penales por lo sucedido.
Pero uno de los militares detenidos, Alfonso Plazas Vega, a
quien se le acusaba de la desaparición de víctimas esa noche,
ahora denunciaba fraude y montaje en su contra. David Trujillo
(17:58):
nos sigue contando. Los siguientes
Speaker 7 (18:00):
cinco años serían claves para esta investigación. Aunque es cierto
que muchas pruebas recogidas en esa época se perdieron, fueron
apareciendo otras que le dieron un nuevo aire al caso.
Se supo, por ejemplo, que las balas del cuerpo de
Alfonso Reyes Echandía, el presidente de la corte que vimos
en el primer episodio pidiéndose ese al fuego, no eran
de armas que usó el M-19. Lo mismo pasaba en
(18:22):
al menos otros dos cuerpos de magistrados que tuvieron como
rehenes en el cuarto piso. Y eso no era todo.
Cuando se conocieron las comunicaciones interceptadas de los militares, las
que hemos escuchado a lo largo de la historia, no
solo se probó el exceso de la fuerza de las
autoridades y la detención arbitraria de los rehenes, sino cosas
mucho más puntuales como el hecho de que había guerrilleros
(18:44):
que salieron vivos. Sí, porque inclusive tenemos una información de
que Otero se nos salió con la cédula de un
Quien habla es el general Rafael Zamudio, el comandante del ejército.
Es el 7 de noviembre, justo cuando la toma está terminando,
y se refiere a Luis Otero, quien organizó el operativo.
Dice que pasó desapercibido con la cédula de un muerto.
(19:09):
Aquí habla de Andrés Almarales, uno de los comandantes de
la toma, que lo llevaron a una unidad de la
policía militar. Los cuerpos de ambos, los de Almarales y Otero,
aparecieron después sin vida. Y no solo eso, también hay
una conversación sospechosa entre dos militares. Primero el coronel Edilberto
Sánchez Rubiano, que comandaba el área de inteligencia de la
brigada que entró al palacio, habla sobre una persona que
(19:31):
tienen retenida y a la que interrogaron.
Speaker 2 (19:34):
pudimos obtener inclinación sobre un sujeto, sobre un sujeto que
es abogado y que ya fue reconocida por todo el
personal cambio.
Speaker 7 (19:45):
Después, el coronel Luis Carlos Adovnik, el segundo al mando
de la Brigada 13, le da una orden.
Speaker 2 (19:50):
Esperamos que si está la manga, no aparezca el caleta.
Speaker 7 (19:57):
Dice, si está la manga, no aparezca el chaleco. O sea,
según personas expertas en comunicaciones militares, esa es una orden
de desaparición forzada y de ocultamiento de pruebas. Eso lo
reveló la fiscalía. En 2007, la fiscalía ordenó hacer una inspección
a las bases militares donde llevaron a personas detenidas del palacio.
Entre esas estaba el B2 de la Brigada 13, donde se
(20:19):
manejaba la inteligencia del ejército. Ahí encontraron, en una caja
de seguridad, pertenencias del magistrado auxiliar Carlos Horacio Urán, incluyendo
varios de sus documentos personales, como la cédula de identidad
y su licencia de conducir. Se suponía que Urán había
muerto durante la toma. El cuerpo lo reconoció su esposa
en medicina legal el 8 de noviembre. No se había quemado.
(20:42):
Estaba desnudo, con heridas de explosivos. No tenía sus pertenencias.
Según el acta de levantamiento, lo encontraron en el patio
interno del palacio. Pero la versión de que había muerto
dentro del edificio tenía huecos gigantes, pues varios testigos lo
vieron salir vivo del palacio el 7 de noviembre e incluso
su familia y amigos lo reconocieron en un video.
Speaker 15 (21:02):
Hace algunas semanas Noticias 1 mostró varios videos que comprueban que
el magistrado Carlos Horacio Urán salió vivo del Palacio de Justicia.
Su cuerpo fue encontrado en las ruinas un día después
del video que lo muestra abandonando la asaltada edificación.
Speaker 7 (21:15):
La necropsia reveló que tenía varias lesiones, pero solo un disparo,
en la cabeza, que fue lo que lo mató. Y
según los análisis, fue desde muy cerca, a menos de
un metro de distancia. Pero además...
Speaker 16 (21:26):
El examen forense muestra además que alguien ahumó el cuerpo
del doctor Urán para alterar las verdaderas circunstancias de su muerte.
Speaker 7 (21:34):
Pero no fue el único cuerpo que estaba manipulado. De hecho,
todo el interior del palacio después de la toma fue alterado.
Desde el 7 de noviembre, cuando todo terminó, el gobierno le
pidió a investigadores civiles que hicieran el levantamiento de los
cadáveres y analizaran la escena del crimen. Pero las autoridades
militares no los dejaron entrar al edificio y ordenaron que
(21:55):
fuera la propia justicia penal militar la que se encargará
de eso. Esos jueces militares les ordenaron a soldados, a
bomberos y a miembros de la sección criminal de la
policía que recogieran todo el armamento que hubiera quedado en
el palacio. Luego empezaron a levantar escombros, a barrer el
polvo y a lavar todo con mangueras, lo cual es
un error porque...
Speaker 8 (22:17):
En una investigación normal ustedes saben que la recomendación principal
es deje todo quieto, no toque nada.
Speaker 7 (22:23):
Y es que eso es básico en la ciencia forense.
Lo dice y lo decía la ley en ese momento.
Cualquiera que haya visto un programa de televisión sobre crímenes
sabe que lo primero que se dice es no toquen nada,
porque saber cómo quedó la escena del crimen, las manchas
de sangre, los impactos de bala, puede dar muchísimas pistas
de qué fue lo que pasó exactamente. Pero lo que
(22:43):
se hizo en el palacio fue intentar dejar todo como
si no hubiera pasado nada.
Speaker 8 (22:47):
Por eso esa necesidad de limpiar, de limpiar, de lavar.
Si lo pudiéramos resumir en una frase sería el control
de la escena del crimen por parte de la fuerza pública.
Speaker 7 (23:01):
Además, se ordenó recoger los cadáveres de todo el edificio
antes de examinarlos. A los que quedaron intactos los desnudaban
y los lavaban, y los militares siguen sin explicar por
qué hicieron eso. Los que estaban quemados los guardaban en
bolsas con objetos que encontraron alrededor, con pedazos de ropa, relojes, anillos, billeteras.
Luego los pusieron en el patio central del palacio y
(23:22):
ahí fue donde se hicieron los levantamientos legales de esos cuerpos. Claro,
así se perdió evidencia crucial para la investigación y se
volvió muchísimo más difícil identificar esos cadáveres. Se cometieron errores
desde el primer momento, errores que complicaron después los análisis
en medicina legal, la entidad en Colombia que se encarga
de los temas forenses y el lugar donde se les
(23:43):
entregaron los cuerpos a los familiares.
Speaker 8 (23:46):
En 1985 se hizo algo que hoy sería imposible, absurdo, entregar
los restos a sus familiares con base en identificación de prendas.
Aunque apenas decirlo así tan crudo, pero si había un
reloj cerca de un cadáver y la familia reconocía ese reloj,
se le entregaba a la familia.
Speaker 7 (24:05):
Eso pasó en el caso del magistrado Pedro Elías Serrano.
Su familia reconoció el cadáver carbonizado por un reloj que
supuestamente encontraron cerca al cuerpo y se lo entregaron. Pero
resulta que el acta de la necropsia dice que ese
cuerpo tiene, y cito textualmente, un útero no preñado, así
que imposible que fuera él. Incluso hay sospechas de que
(24:25):
puede tratarse de Norma Constances Guerra, una de las desaparecidas,
porque su mamá reconoció un collar y una pulsera que
estaban cerca de sus restos. Es cierto que en esa
época no había prueba de ADN para evitar a toda
costa estos errores, pero como lo explica Yomari...
Speaker 8 (24:41):
No es necesario en todos los casos hacer prueba de ADN.
En el 85 no se utilizó ningún método. En el 85 se
utilizó el método de quien era importante tenía derecho a
llevarse unos restos. Por supuesto los desaparecidos, que eran los
trabajadores de la cafetería, a ellos no se les prestaba
mayor atención.
Speaker 7 (25:03):
Hoy, en noviembre de 2018, seguía sin saberse quién era la
persona enterrada en la tumba del magistrado Serrano. Ya se
exhumaron los restos, pero como estaban tan quemados, en Colombia
fue imposible reconocerlos porque no existe la tecnología suficiente para eso,
así que los enviaron a Estados Unidos, donde siguen analizándolos.
(25:23):
En 2010, 25 años después de la toma, condenaron por primera vez
a un militar que participó en la retoma del palacio.
Speaker 12 (25:30):
Una jueza especializada de Bogotá condenó a 30 años de cárcel
al coronel en retiro, Alfonso Plazas Vega, a quien halló
culpable de la desaparición forzada de los empleados del Palacio
de Justicia.
Speaker 7 (25:41):
Esta jueza recibió amenazas de muerte y a los pocos
días tuvo que salir del país. Siempre insistió en que
había otros funcionarios públicos culpables de los crímenes cometidos durante
la retoma del Palacio. y ordenó investigar a toda la
cadena de mando de la operación. Aunque la orden incluye
al presidente Betancur, no lo investigaron porque en Colombia esa
labor le corresponde al Congreso, y este yo lo había
(26:02):
librado de cualquier responsabilidad en 1986. El coronel Plaza se declaró inocente,
dijo que era víctima de una persecución política y, aunque
apeló el fallo, ratificaron la condena. En ese mismo año, 2010,
se publicó el informe de la Comisión de la Verdad
que la Corte Suprema había formado cinco años antes. Estaba
(26:24):
conformada por magistrados de esa misma corte, y durante ese
tiempo se dedicaron a investigar, hacer entrevistas, consultar archivos, organizar documentos.
El informe no tiene ningún valor jurídico, es decir, no
puede ser usado como prueba en un juicio.
Speaker 8 (26:38):
Pero de los mejores trabajos que se ha hecho de
avanzar en la verdad al tiempo con la investigación judicial
es el de esa comisión. Esa comisión por primera vez
identifica dónde están los nudos.
Speaker 7 (26:54):
Da un contexto muy detallado de lo que pasaba en
el país en ese momento. También explica cronológicamente lo que
ocurrió durante la toma y los días después. Y recoge
los testimonios tanto de las personas que estuvieron dentro del edificio,
como de los ministros de la época, exguerrilleros del M-19
que no participaron en la toma y periodistas. Además, analiza
las pruebas que existen en contra de las fuerzas militares
(27:16):
por tortura y desaparición forzada. Por primera vez, la gente
pudo acceder a información que hasta ese momento no estaba disponible.
Entre esas personas estaba Diana Andrade, que ya la vimos
en el episodio anterior. Diana era la hija menor del
magistrado auxiliar Julio César Andrade. Tenía seis años cuando su
papá murió en la toma del palacio. En ese entonces,
(27:37):
les entregaron una caja sellada con los restos carbonizados de
Julio César, y aunque su mamá pidió verlos, no la dejaron.
Desde ese momento, la familia Andrade no quiso volver a
hablar del tema. Les causaba un dolor tan grande que
preferían no revivirlo. Evitaban contarle a la gente la causa
de la muerte de Julio César y nunca fueron a
ninguna conmemoración de las víctimas. Tampoco se hacían preguntas al respecto, nada.
(28:03):
Pero Diana...
Speaker 6 (28:03):
Yo sí hacía mis conjeturas sola, siempre lo hice, porque
creyeron que ese era mi papá, que si no había
la posibilidad de que ese no fuera.
Speaker 7 (28:15):
Por eso, cuando salió el informe de la Comisión de
la Verdad, estando en Miami, donde vivía desde hacía 10 años,
Diana se leyó todas y cada una de las casi 500 páginas.
Allá aparecía información sobre el levantamiento de los cuerpos, incluido
el de su papá, Julio César Andrade.
Speaker 6 (28:30):
Yo recuerdo que yo leí el acta de levantamiento de
mi papá. Y a mí yo dije,¿ esto es normal?
Speaker 7 (28:37):
En el nombre del cadáver aparecía NN o Julio César Andrade.
Y
Speaker 6 (28:40):
yo, ¿NN? O sea, ellos nunca estuvieron seguros tampoco.
Speaker 7 (28:44):
Además, decía que la posición en la que había sido
encontrado era artificial. Y
Speaker 6 (28:48):
yo, ¿artificial?¿ Eso qué quiere decir Google, artificial? Dice que
cuando el cuerpo se ha movido, el cuerpo de mi
papá lo moviera.
Speaker 7 (28:57):
Según el acta, esta persona murió en el cuarto piso,
entonces
Speaker 6 (29:01):
Por qué lo encontraron en el patio interno
Speaker 7 (29:02):
Como también decía en el acta. Claro, pudo haber sido
que lo movieron cuando estaban recogiendo los cadáveres y poniéndolos
en el patio, pero había algo que definitivamente a Diana
no la dejaba dormir. Gabriel, su hermano mayor, que en
ese entonces tenía 17 años, reconoció el cuerpo gracias a que
tenía pegada una cédula de identidad.
Speaker 6 (29:21):
Pero si estaba tan calcinado el cuerpo porque tenía una
cédula casi entera. O sea, cuando el papel no es
lo primero que se consume, empecé a hacerme ese tipo
de preguntas.
Speaker 7 (29:32):
Pero ella sola porque no se atrevía a comentárselo a
su familia. Entonces empezó a buscar noticias de ese momento,
a ver documentales, a leer libros. Quería saber todo lo
que nunca se había atrevido a saber sobre la muerte
de su papá de 25 años.
Speaker 6 (29:45):
Mi única herramienta era mi computador y buscando y leyendo
y leyendo y leyendo. Estaba demasiado obsesionada. Yo me iba
a explotar si nadie me ayudaba.
Speaker 7 (29:54):
Solo su esposo sabía lo que pasaba y era algo
que ya se le estaba saliendo de las manos. Así
estuvo unos cuatro años.
Speaker 6 (30:01):
Yo no sé, no sé, me entró un... Años yo
con esto, pero no, yo tengo que hacer algo. Es
como si el muerto me estuviera hablando. No sé, sentía
algo muy raro. Yo me ahogaba en las noches. Yo
sentía que a mí me oprimían el pecho. Yo me
levantaba con una angustia.
Speaker 7 (30:20):
Entonces una noche, después de una de esas pesadillas, entendió
que la persona que la podía ayudar era Gabriel, el
único de su familia que vio el cuerpo de su papá,
y decidió hablar con él. Una
Speaker 14 (30:31):
pausa y volvemos.
Speaker 1 (30:43):
Estamos de vuelta en Radioambulantes. Soy Daniel Alarcón. En 2014, mientras
Diana Andrade se preguntaba si la persona que habían enterrado
en Barranquilla en realidad era su papá, pasó algo que
cambió el rumbo del caso del Palacio de Justicia.
Speaker 17 (30:57):
La Corte Interamericana de los Derechos Humanos condenó a Colombia
como estado por la desaparición de 11 personas durante la retoma
del Palacio de Justicia.
Speaker 1 (31:06):
Incluida la de Ana Rosa Castiblanco, cuyo cuerpo apareció en
la fosa común del Cementerio del Sur en 2001. Este caso
estaba ante la corte desde 1990, cuando el papá de uno
de los desaparecidos, que era abogado, intentó que los escucharan
fuera de Colombia. Cuando Yomari y sus colegas retomaron la investigación,
fueron aportando más y más pruebas al caso. Entonces, no
(31:29):
solo estaban incluidos los desaparecidos en esa condena, también estaban
las detenciones ilegales y las torturas a personas como Yolanda
Santo Domingo y Eduardo Mattson, cuyas historias ya escuchamos. Además,
estaba el caso de la muerte extrajudicial del magistrado auxiliar
Carlos Horacio Urán, de quien también hablamos. La Corte ordenó
que se indemnizara a las familias de las víctimas de
(31:50):
desaparición forzada y tortura. También le exigió al presidente del momento,
Juan Manuel Santos, que hiciera un acto público donde se
reconociera la responsabilidad del Estado en los hechos.
Speaker 18 (32:01):
Hoy reconozco la responsabilidad del Estado colombiano y pido perdón.
Aquí se presentó una acción lamentable. Absolutamente condenable del M-19,
pero si hubo fallas en la conducta y procedimiento de
(32:25):
agentes del Estado, así debe reconocerse.
Speaker 1 (32:30):
La Corte también dijo que hubo irregularidades en el manejo
de la escena del crimen y el tratamiento de los cadáveres.
Irregularidades que no pueden ser consideradas como simples errores. Por eso,
le exigió al Estado hacer todo lo posible para aclarar
lo que pasó y encontrar a las 11 personas desaparecidas. Eso
incluyó exhumar los cuerpos ya enterrados y hacerles análisis. Empezaron
(32:51):
a exhumar poco a poco. Primero fueron los cadáveres de
los que se sospechaba habían sido mal identificados. Entre ellos
estaban los restos del magistrado Pedro Elías Serrano. Ya mencionamos
su caso. Cuando Diana Andrade se enteró de esas exhumaciones,
supo que eso era lo que tenían que hacer con
el cuerpo de su papá. David Trujillo nos cuenta el
resto de la historia.
Speaker 7 (33:12):
Ya era 2015, 30 años después de la toma, y Diana necesitaba
contarle a su hermano Gabriel las dudas que tenía. Había
que planear muy bien cómo decírselo, porque seguro lo iba
a tomar mal y le iba a decir que no.
Pero Diana lo tenía que hacer, y no podía hacer
por teléfono. Esperó a que su hermano viajara a Miami
en unas vacaciones.
Speaker 6 (33:30):
Entonces cuando llega mi hermano, le planteo la idea, le digo, Gabriel,¿
yo cómo hago para exhumar a mi papá? Yo quiero
traer los restos para que sean evaluados aquí en Estados Unidos.
Speaker 7 (33:40):
Así, sin anestesia. Le contó las dudas que tanto la perseguían,
los otros casos de restos exhumados, los errores que hubo
en el tratamiento de los cadáveres. Gabriel empezó a llorar.
Este es Gabriel.
Speaker 19 (33:52):
Yo no quería que esto sucediera. No porque a mí
me diera rabia, sino porque esa sí fue la suma
de todos los miedos. Es que que le toque a
uno la tragedia dos veces a la puerta no es fácil.
Speaker 7 (34:05):
Gabriel le decía a su hermana que él había visto
esos restos, que había visto la cédula de identidad, que
para qué iban a revivir ese dolor después de tantos años.
Él
Speaker 6 (34:13):
estaba absolutamente seguro. Pero yo le decía a Gabriel, tú
tenías 17 años,¿ de qué seguridad vas a tener? No había
posibilidades de que, a menos de que un médico forense
lo dijera. Ahí hubo un desmadre terrible.
Speaker 7 (34:29):
Pero Gabriel se negó y Diana terminó la conversación. por
esa misma época se empezaron a hacer públicos los resultados
de las exhumaciones. En octubre de 2015 aparecieron los restos de
tres de las víctimas desaparecidas, dos estaban enterrados juntos al
lado de los de otra víctima del palacio. Los de
la tercera persona fueron confundidos con los de una magistrada auxiliar,
(34:51):
que con este descubrimiento ahora hacía parte de la lista
de desaparecidos. Eso, sumado a la conmemoración de los 30 años
de la toma, hizo que varios medios publicaran especiales contando
lo que había pasado con la investigación en tres décadas,
A Gabriel lo invitaron a uno de sus especiales y
ahí habló sobre las intenciones de su hermana para exhumar
el cadáver de su papá. Esta es una parte de
(35:12):
esa entrevista. Gabriel explica por qué no está de acuerdo
con Diana.
Speaker 19 (35:16):
Quedarnos con la certeza de que la persona que enterramos
en el cementerio en Barranquilla es nuestro papá. y no
la angustia que pueda gerenarnos el hecho de la expectativa
por el resto de la vida buscando un padre desaparecido.
Es absolutamente invivible ya per se el hecho de haber crecido,
(35:41):
madurado y recién comenzado a envejecer con la ausencia de
mi papá, como para ahora tener que remover una pesadilla.
Speaker 7 (35:53):
Entonces Diana decidió contarle a sus otros dos hermanos, y
ellos de inmediato le dijeron que sí, que la apoyaban. Entonces,
ahora que eran mayoría, a Gabriel no le iba a
quedar de otra. Tenía que aceptar. No lo había mencionado antes,
pero Gabriel es abogado como su papá. De todos los hermanos,
era el único que conocía el procedimiento para pedir una exhumación.
(36:14):
Por eso lo necesitaban.
Speaker 19 (36:16):
Cuando me cogen mis hermanos y me dicen, tú tienes
que hacerlo o lo vamos a hacer nosotros. Yo dije, bueno,
si ellos lo van a hacer, seguramente lo van a
hacer de manera atropellada. Entonces me tocó tragarme el sapo
y hacerle tripa al corazón.
Speaker 7 (36:29):
Hicieron la solicitud formal y finalmente la fiscalía les dijo
que harían la exhumación en febrero de 2016. Le contaron a
su mamá lo que estaba pasando y ella también los
apoyó en su decisión. Pero Diana recuerda lo que sentían
en ese momento.
Speaker 6 (36:43):
Esto removió mucho, mucho dolor. Estábamos en una burbuja. Entonces
cuando yo llego y le pongo una agujita, todos caímos.
Nos vimos en el cementerio de Barranquilla exhumando a mi
papá un día
Speaker 7 (36:56):
Los funcionarios de la Fiscalía de Medicina Legal desenterraron el ataúd,
abrieron la caja metálica que estaba sellada y fueron pasando
los huesos quemados a unas bolsas. El choque
Speaker 19 (37:05):
visual es tremendamente duro. Eso es una diligencia inhumana. Es
ver una película de 30 años en 12 horas.
Speaker 7 (37:14):
Les tomaron muestras de sangre a los cuatro hermanos para
hacer pruebas de ADN y eso fue todo. Ya no
quedaba más, solo esperar el resultado de los análisis, un
proceso que se demoró poco más de un año. A
mediados de 2017, Diana recibió una llamada de la fiscalía. Le
dijeron que ya habían hecho los análisis y que se
acercara a medicina legal. Les dijo que ella vivía fuera
de Colombia y que lo mejor era que se comunicaran
(37:36):
con alguno de sus otros hermanos para que recogieran los restos.
Su idea era llevarlos a algún cementerio en Bogotá, que
era donde les quedaba más fácil a todos visitar la tumba,
pero la persona que la llamó le dijo que era
obligatorio que todos estuvieran. Tenían que decirles algo muy importante.
Diana viajó sin pensarlo dos veces y el 2 de junio
de 2017 se encontraron los cuatro hermanos en Medicina Legal. Allí
(38:00):
los llevaron a una sala y un forense les empezó
a mostrar diapositivas. Les explicó el contexto de la toma
del palacio. Les habló del proceso de identificación de los
cuerpos en ese momento. Todo lo que Diana ya sabía.
Speaker 6 (38:12):
De un momento a otro muestran que cromosomas, no sé qué,
que las muestras tomadas a Julio, a Diana, a Gabriel.
Y él como que se enredó en un momentico y
yo le digo...¿ Tú qué quieres decir, no es? Y
él agacha la cabeza y me dice, no. Yo empecé
a gritar como una loca. Yo sabía, yo
Speaker 7 (38:33):
sabía, yo sabía, yo sabía. Gabriel estaba destrozado y con
mucha culpa. Siempre supo en el fondo que su hermana
tenía razón, que sus dudas tenían todo el sentido. Y él,
que había reconocido el cuerpo, que había visto esa cédula
de identidad, nunca se atrevió a preguntar más.
Speaker 19 (38:47):
Y me provocaba tirarme por la ventana. La carga de
culpa que dejó todo esto en mí es que nadie
sabe esto, cómo es que lo daña uno mentalmente, ¿no?
Tú sientes que el error fue tuyo, no que fue
de medicina legal. Ahí no hay terapia que valga.
Speaker 7 (39:04):
Les preguntaron a los de medicina legal si sabían de
quién eran esos restos. Les respondieron que sí, pero que
primero debían hablar con la otra familia antes de dar
cualquier información. Al día siguiente, la fiscalía llamó a Pilar,
la esposa de otro de los desaparecidos, Víctor Jaime Beltrán,
más conocido como Jimmy. Él era el mesero de la
cafetería que desapareció después de la toma. La fiscalía quería
(39:26):
que Pilar fuera con su familia porque debían decirles algo importante.
El proceso fue el mismo que con los Andrade. Diapositivas,
pruebas de ADN, análisis. Pero esta vez el resultado fue diferente. Sí,
habían encontrado a Jimmy, 31 años después. Pilar no lo podía creer.
Entonces le preguntaron si
Speaker 5 (39:44):
quería ver los restos y Pilar aceptó. La llevaron a
otra sala. Entonces veo los dientes, normales como cualquier diente
Speaker 7 (40:04):
Durante todos esos años, Pilar había estado en charlas con
familias de víctimas de desaparición forzada, y siempre le habían
dicho que cuando encontrara el cuerpo de Jimmy, lo iba
a reconocer de inmediato, como si de verdad le hablara.
Pero para ella no fue así. Pilar no lo reconocía
por ningún lado, eran solo unos huesos quemados. Entonces le
preguntó a la persona encargada si entre los restos había
(40:25):
una mula dañada. Está acá. Me la
Speaker 5 (40:27):
muestro y se la pongo. Era él. Era la mula
que yo tanto buscaba.
Speaker 7 (40:45):
Los forenses le explicaron a Pilar que es imposible saber
la causa de la muerte de Jimmy. Pudo haber recibido
muchos disparos, pero solo se le ve uno en la
cadera y con seguridad no fue mortal. Entonces a Pilar
solo le quedaba una duda. Era estaba segura de no
haber visto ese cadáver en medicina legal en los días
después de la toma. Estuvo una semana buscándolo y nunca
(41:07):
lo vio. Hubiera reconocido la muela.¿ Dónde lo encontraron? La
llevaron a ella y a su familia a otra sala
más cómoda. Ahí les dijeron que Jimmy había estado en
otra tumba todo el tiempo y que esa familia, la
dueña inicial de los restos, los había reconocido por error
en medicina legal, antes de que a Pilar le dieran
permiso de ver los cadáveres. También les contaron que esa
(41:29):
misma familia quería conocerlos. Les preguntaron si estaban de acuerdo
y dijeron que sí. Entonces entraron.
Speaker 6 (41:35):
Pero mi reacción cuando yo
Speaker 5 (41:37):
veo a Pilar
y yo, ¿Pilar? Ella entra a donde estamos nosotros y
se sienta y me dice, Pilar, yo soy Diana Andrade,
la hija de Fanny Andrade.
Speaker 6 (41:47):
Y yo,¿ tú te acuerdas de mí? Y le dije,
claro que sí.
Speaker 19 (41:50):
Y yo veía que Diana le decía Pilar, y Pilar
le decía Diana. O sea, nosotros nos conocemos. No solo
nos conocíamos, sino que le teníamos el muerto a ella.
Speaker 7 (42:02):
Pilar dice que su vida ha sido una serie de
casualidades hermosas, y esta fue otra más. Resulta que a
mediados de los 90, unos 10 años después de la toma, los
Andrade y los Beltrán se vincularon a FASOL, una fundación
de jueces alemanes que se ha dedicado a ayudar a
familias víctimas de la rama judicial en Colombia. Ahí se
conocieron y compartieron varios momentos juntos. Las hijas de Pilar
(42:23):
jugaban con Diana y sus hermanos. Cada familia sabía lo
que le había pasado a la otra, y ahora, dos
décadas después, se reencontraban de la forma más inverosímil posible.
Speaker 6 (42:33):
Ella tenía a su muerto súper cerca con nosotros. Su
verdad la tenía más cerca de lo que ella algún
día pensó.
Speaker 7 (42:41):
Todos lloraban en ese momento. Se abrazaban y entendían el
inmenso descanso que estaba teniendo la familia Beltrán. Diana le
decía a Pilar.
Speaker 6 (42:49):
Este cuerpo ha recibido todo el amor que un muerto
pueda tener. Tu esposo no estuvo en una fosa común.
Estuvo amado, estuvo con flores, estuvo siempre alguien ahí
Speaker 7 (43:06):
cuidándolo. Y hubo algo que ambas familias tuvieron claro en
ese momento.
Speaker 19 (43:09):
Fue un dolor relevado. No puedo imaginarme los 30 años de
Pilar buscando a su marido, porque nosotros recién comenzábamos.
Speaker 7 (43:24):
Incluso antes de la condena de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, la justicia colombiana ya había llamado a juicio
a varios militares, y hasta ahora, noviembre de 2018, ha condenado
a tres de ellos. Intenté contactarlos para saber su versión
de los hechos. Hablé con la Asociación Colombiana de Oficiales
en Retiro de las Fuerzas Militares y me confirmaron lo
(43:45):
que esperaba. Estas personas nunca dan declaraciones públicas. El general
Jesús Armando Arias Cabrales, que era comandante de la Brigada 13
del Ejército y que fue condenado a 35 años de cárcel,
hizo una excepción.
Speaker 20 (43:59):
En este momento, reflexión y viendo por espejo retrovisor... Habló
en el 2015
Speaker 7 (44:06):
en un especial que
Speaker 20 (44:06):
hizo una revista para recordar las tres décadas de la toma.
En mi conciencia mantengo esa convicción de que se actuó
de una manera honesta, de una manera honrada, haciéndole honor
uniforme a la institución.
Speaker 7 (44:24):
También busqué al coronel Luis Alfonso Plazas Vega, que comandaba
la escuela de caballería y que entró con los tanques
al palacio. En un principio lo condenaron a 30 años de
cárcel por los desaparecidos, pero en diciembre de 2015 la Corte
Suprema de Justicia lo absolvió. Los magistrados dieron varias razones,
entre ellas que los testigos no eran creíbles, que él
no fue el comandante de la retoma y que tampoco
(44:45):
tomaba decisiones sobre las personas liberadas. Su labor fue de
combate y no de inteligencia, según la corte. Plaza Vega
siempre había sido muy mediático, de hecho era el único
militar que participó en la toma que hablaba constantemente con medios.
Cuando salió libre dio varias entrevistas, luego un año después
dio otra al respecto, pero desde entonces no ha vuelto
(45:06):
a dar declaraciones sobre el tema. pero sí ha escrito libros,
tres sobre el palacio. En ellos ha dicho que no
desaparecieron a las personas, sino a sus cuerpos, y que
fue medicina legal la que lo hizo. Su argumento es
el que ya hemos dicho. Hubo un desorden tremendo en
el tratamiento de los cadáveres y algunos fueron enviados a
(45:26):
la fosa común en el cementerio del sur en Bogotá.
Solo reconoce que había una persona desaparecida, Irma Franco, guerrillera
del M-19, pero que él no tuvo nada que ver
con eso, sino que fue la inteligencia militar. Dice que
es cierto que llevaron personas detenidas a la escuela de caballería,
que estaba bajo su mando, y que las torturaron allá,
pero que estuvieron en un área a la que él
(45:47):
no tenía acceso y que la manejaba la sección de
inteligencia del B-2 de la brigada. Esto lo confirmó la
Corte Suprema. El comandante del B-2 era el coronel Edilberto
Sánchez Rubiano. En 2016 fue condenado por la desaparición de dos
empleados de la cafetería del Palacio, pero no ha aceptado
los cargos y sigue sin decir la verdad sobre lo
que pasó. Hasta ahora, en noviembre de 2018, han aparecido seis
(46:11):
de los doce desaparecidos iniciales del Palacio. Pero esta lista
está lejos de reducirse. Por el contrario, hay nuevas personas desaparecidas.
Entre esas, el papá de Diana y Gabriel, Julio César Andrade.
Speaker 1 (46:28):
En el 2017, la Fiscalía abrió un proceso penal por la
desaparición del magistrado auxiliar Julio César Andrade. Allí, un nuevo
expediente se sumó al caso del Palacio de Justicia, que
ya tiene varios folios con cientos de miles de páginas.
Y no es una exageración. Todavía no hay avances. Gabriel,
el hijo mayor, se hizo cargo del caso como abogado
y aportó pruebas para que empiecen a investigar. La idea
(46:50):
es llevarlas también a cortes internacionales. Y es que dentro
de esas pruebas hay un video de la época que
Diana encontró en un documental sobre la toma. Ahí se
ve salir a varias personas por la puerta principal del
edificio en la tarde del 6 de noviembre. Son escoltadas por
militares y llevadas en dirección a la casa del florero.
Entre esas personas hay un hombre que tiene las manos
detrás de su cabeza y sostiene un pañuelo blanco.
Speaker 19 (47:13):
El pañuelo, las gafas, la mirada, la línea capilar, el
color del pelo. Y cada gesto que veo yo en
ese señor que va saliendo de ahí es de mi papá.
Speaker 1 (47:25):
Y con eso aparece una nueva posibilidad.
Speaker 6 (47:27):
Tengo la certeza y el tiempo me va a dar
la razón. Que mi papá salió vivo. Mi papá fue
víctima de torturas. Y Dios me dé vida y sobre
todo a mi mamá para saber qué pasó con él.
Speaker 1 (47:45):
Al momento de la publicación, 40 años después de los hechos,
el caso de Julio César Andrade sigue quieto en la Fiscalía.
David Trujillo es productor senior de Raúl Blante, vive en Bogotá.
Este episodio fue editado por Silvia Viñas, Camila Segura y
por mí. Andrea López Cruzado hizo la verificación de datos.
El diseño y sonido es de Andrés Aspiri con música
(48:05):
de Remy Lozano. Gracias a Constanza Gallardo, Miguel Salazar y
a Elena Urán y a toda su familia. Queremos agradecer
especialmente a Alejandra Quintero Nonsoque y Clara Ibarra, quienes nos
compartieron una parte importantísima del audio que escucharon en este episodio.
Sin la ayuda de Alejandra y Clara, esta historia no
hubiera sido posible. El resto del equipo de Ramblante incluye
a Paola Aleán, Adriana Bernal, Anelis Casasuz, Diego Corzo, Emile Herbeta,
(48:29):
Camilo Jiménez, Santo Fimio, Natalia Ramírez, Bruno Selsa, Elsa Liliana
Ulloa y Luis Fernando Vargas. Carolina Guerrero es la CEO.
Ramblante es un podcast de Ramblante Studios, se produce y
se mezcla en el programa Hindenburg Pro. Soy Daniel Alarcón.
Gracias por escuchar.