Episode Transcript
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Speaker 1 (00:01):
Este es el podcast de Rocío Córdoba. Una mujer como tú.
Speaker 2 (00:08):
Vamos a hablar de la necesidad de expresarnos. La necesidad
de hablar es algo muy profundo en el ser humano.
Tenemos necesidad de comunicarnos, de expresar lo que pensamos, de
poner en orden todas esas ideas, de contar lo que
(00:29):
nos ha sucedido. Todo eso que nos impacta de formas diferentes.
Hay una frase divina que decíamos el otro día y
que justamente nos dio la pauta para elegir el tema
de esta mañana. Y dice, si entendiéramos el poder medicinal
de una conversación,¿ sabríamos qué hablar? Es urgente.¿ Y cuántas
(00:54):
parejas dejan de hablar entre tanto ruido? la casa, los hijos,
las facturas, las prisas, a veces el orgullo, los enojos guardados,
dejan de darse estas conversaciones con los hijos, con los
(01:16):
adolescentes porque cierran la puerta, porque es cuestión de la edad,
porque ya no nos oyen, porque¿ para qué le hablo
si no le importa? Y son esas conversaciones que muy
(01:36):
probablemente es lo que nos está faltando a los seres humanos.
Sabernos escuchados, sentirnos escuchados, que alguien se interesa por saber
eso que nos pasa. Era una promesa así muy tentadora,
digamos que... se presagiaba una comunicación sin límites en la
(02:00):
nueva era en la que estamos viviendo con tantos teléfonos celulares,
redes sociales, pero desafortunadamente hoy estamos más desconectados que nunca
con esta necesidad urgente de tener conversaciones mucho más profundas,
mucho más calmadas, sin tanta prisa, con mayor disponibilidad, ¿sabes?
(02:27):
de escuchar a la otra persona. Muchas conversaciones de todos
los días son muy distraídas, muy rutinarias. Vamos aventando palabras
a veces al vacío como para llenar el tiempo porque
le tenemos miedo a este silencio, lo sentimos algo así
como muy hostil y entonces pues preferimos llenar aquello sin
(02:51):
palabras digamos que muy profundas o muy sinceras. Y cuentan
que seríamos personas distintas si nuestros encuentros, que al final
decidieron el rumbo de nuestra vida, escucha esto, hubieran sido
menos mudos y menos superficiales. Si de verdad hubiéramos intercambiado pensamientos,
(03:17):
cuentan que nuestra vida podría haber sido distinta. En esas
conversaciones con personas distintas, con las que en ese momento,
sin que te dieras cuenta, se fueron decidiendo rumbos, justamente.
Y por eso es importante, importantísimo, el darnos el tiempo
(03:39):
de estar con la otra persona. Y cuando digo estar,
es con toda esta disponibilidad real, verdadera, de intercambiar, pues sí, pensamientos. Fíjate,
qué bonito, Sócrates... Fue el primero en sostener que dos
personas pueden aprender interrogándose mutuamente, examinando las ideas heredadas hasta
(04:04):
detectar sus fallos, sin atacarse ni tampoco insultarse. Sócrates admitía
con mucho humor que, siendo extraordinariamente feo, luchó por demostrar
que todo el mundo puede resultar hermoso por su forma
de hablar. Guau. Y esto te lo comparto para que
(04:29):
podamos ir entendiendo lo importante que es hablar. Porque hablar,
digamos que va poniendo en orden el mundo en el
que vivimos. Le vamos dando, digamos que, un entendimiento a
eso que sentimos cuando lo platicas. Muchas veces lo vas ordenando,
(04:53):
lo ves desde otra postura. Las personas somos seres sociales,
hasta un punto que a veces hasta nos es difícil admitir.
A veces queremos convencernos de que no necesitamos a nadie,
pero la realidad es otra. Y hay una frase también
(05:18):
muy bonita que decía... Luis Buñuel, y decía, yo adoro
la soledad a cambio de que un amigo venga a
hablarme de ella. Y no sé si lo entiendes de
la misma manera que yo, pero es una cosa así como,
(05:38):
quiero estar solo pero no olvidado. La soledad que amas
no es aislamiento, es ese refugio en el que también
podría caber justamente la presencia de alguien querido. Necesitamos estas conversaciones.
Y decíamos en un principio, a veces de manera urgente,¿
cuántas veces las amigas nos hablamos? Pues sí, justamente con
(06:04):
esa necesidad de ver a la otra. Y oía a
una mujer que lo decía de una manera muy divertida,
a veces nos hablamos para decirnos qué onda, vamos a echarnos,
no sé, una cerveza, ¿no? La que suele tener a
la amiga con la que disfrutan eso. Y entonces es
como más, suena cotorreo. Pero ojo cuando la amiga te dice, oye,¿
(06:28):
tienes tiempo para tomar un café? Eso suena a necesito
una conversación más tranquila, más profunda. Tengo algo que compartir.
Necesito que me escuches. Porque fíjate, no es necesito, a
veces ni siquiera un consejo. Es simplemente tener a un
interlocutor de tu confianza. Alguien que no saque el celular
(06:54):
de la bolsa. Que tenga la mirada puesta en ti.
Que toda su atención te la preste por un ratito.
Con esas ganas de realmente comprenderte, entenderte, sin juzgarte. Que
(07:15):
sientas ese lugar seguro para soltar aquello que te pesa,
que te cansa, que no entiendes, que no quieres aceptar,
que te rehúsas. Una buena conversación, escucha esto, te puede
salvar hasta de ti misma. O sea, abrir a veces
la boca y sacar lo que te está quemando por
dentro de¿ Qué medicinal puede resultar? Y luego pasa de
(07:41):
la manera menos esperada.¿ Cuántas veces en un taxi hay
una confesión, hay una plática profunda?¿ Cuántas veces no te
bajaste de un taxi diciendo, hijo, me faltó camino, caray? ¿No?
No quiere volver a darse otra vueltecita porque esto estaba
(08:03):
muy bueno. Con un desconocido muchas veces puedes hablar porque
quizá te está escuchando de verdad, te quita un peso encima.
Te bajas de ahí respirando un poquito más ligero, te
va ordenando la cabeza. A veces la conversación con tu
mamá empieza preguntándole por la familia, por las tías. Y
(08:28):
qué necesarios. Decía acá Lalo que muchas veces así en
un taxi, por ejemplo, el señor que va manejando, cuando
ve a un chavito, le puede decir,¿ a quién le vas?
El fútbol puede unir a dos personas, un equipo, o
(08:49):
hasta decir, uy, no, estás perdido. Y de ahí salir
con cosas interesantes. Contábamos que a veces... La plática se
da con la señora en el transporte, en el camión.
La clásica que le preguntas algo, te dice, yo te
(09:10):
digo dónde te bajas y en el yo te digo
cómo te bajas te empieza a platicar de su hijo
y de sus angustias y de lo que le preocupa.
O alguna persona que estaba sentada en el parque y
tenía un libro abierto y entonces con lo que La
portada del libro dice, el otro puede empezar una conversación,
porque todos tenemos mucho que contar, mucho que soltar. Y
(09:38):
esto se da de manera también muy común en la peluquería. Bueno,
si los peluqueros hablaran, si las que te hacen el
manicure pudieran contar todo lo que ahí se deja. Vamos
con el pretexto de las uñas, pero a veces es
ir a soltar. o ir a escuchar a la que
(09:58):
te está haciendo el manicure, pero esa proximidad, ese momento
en el que tienes que estar para que se pueda
hacer lo que pediste, hace que se inicie una conversación
que muy probablemente necesitábamos. Ambas partes. A veces te pones
los audífonos y dices, no, gracias, o sea, de esta
(10:18):
manera te comunico que no tengo nada que comunicar. Pero
eso crees. Te pudiste haber llevado algo de ese momento,
de esa persona completamente desconocida. A veces también soltamos tanto
que nos quedamos vacíos y regresamos iguales a la casa
(10:39):
en el sentido que no aprendimos nada. Hay que darnos
oportunidad de escuchar al otro porque el otro puede saber
algo que nosotros no sabíamos o considerar algo que no
veníamos considerando. ¿No? ¿No? Lo decía Sócrates, eso de intercambiar
ideas para llegar a cosas que igual y te pueden
(11:03):
servir muchísimo. O sea, no subestimes las palabras. A veces
el taxista fue más honesto que tu mamá, ¿no? Que
te dice, no, si le digo se enoja. Y probablemente
el taxista no sabe ni cómo eres. Jarrito de Tlaquepaque
(11:23):
y él sí te la soltó, qué bolé. Y funciona. Fíjate,
creo que esto nos va a quedar como anillito al
dedo para muchos.¿ Cuántos emprendedores picudos, picudas que corren todos
los días para ser más productivos, apasionados en lo que hacen,
(11:45):
no son ni siquiera conscientes de mantener una buena conversación
con su pareja? O sea, tienes un proyecto de vida
con una persona y se te olvida tener esas conversaciones.
O sea, muchas juntas en la chamba, mucha comunicación, mucho Zoom,
a la semana, ese momento todos juntos para ver cómo
(12:09):
van las cosas. Y se nos olvida que ese proyecto
de vida que se llama familia o pareja requiere, sin duda,
de juntas. Y las juntas son estas conversaciones. Cuando no
hay conversaciones se va, digamos que, como cocinando esta frustración
(12:32):
y empezamos como a separarnos. Y por eso es que
uno entiende de una forma el tiempo libre y el
otro de otra y las vacaciones y cualquier otro evento
o decisión donde se tienen que tomar decisiones pues sí, determinaciones,
(12:54):
ya no hay nada que les una. Porque muchas veces
se nos olvida que hay que hablar. Y sobre todo
cuando hay hijos. Sobre todo cuando hay que estar en
la misma página. Hay que hablar. Hay que dejar claros
los límites, las necesidades del otro, tratar de lograr consensos
(13:17):
para que la pareja o la familia funcionen. O sea,
Nos decimos grandes en lo que hacemos. Entendemos perfecto la
dinámica y cómo funciona y cómo ser más productivos y
cómo tener un gran equipo. Y en tu casa, papacito
o mamacita, es lo mismo. Es otro tipo de empresa
(13:41):
que requiere de estas juntas. Y hablando de otro tipo
de conversaciones,¿ sabes cuáles también tenemos bastante pausadas? Las conversaciones
que tendríamos que tener con nosotros mismos, en donde tendríamos
que cuestionarnos tantas cosas y no vivir solo de manera automática.
(14:08):
Hacer esa pausa para preguntarte si verdaderamente lo que estás
haciendo te llena. Si estás viendo con la frecuencia que
tendrías que ver a tus papás. Si estás teniendo diálogo
con tus hijos. Si realmente disfrutas compartir tiempo con algunas personas.¿
(14:29):
Hace cuánto no revisas o actualizas tus ambiciones? Porque vamos cambiando.
Preguntarte si lo que te está haciendo falta puede ser
una vida más tranquila. O tener más tiempo, no sé,
haciendo eso que te gusta. O revisando tu salud, la
(14:51):
del cuerpo. Todas estas cosas son también de alguna manera
esas conversaciones con uno que necesitamos tener para despertar, para despertar.
Digamos que estar al día de nosotros mismos. Y cualquier
respuesta es buena. Lo importante es responderte, es cuestionarte. Porque
(15:18):
mientras no nos cuestionemos o no nos respondamos, es que
estamos en modo automático. Esas conversaciones internas son las que
nos mantienen despiertos. Entendiendo el aquí y el ahora. Lo
que está pasando hoy, que ya no es lo mismo...
de lo que pasaba ayer. Los hijos nos están creciendo.
(15:39):
Los papás se nos están haciendo grandes. Y esas reflexiones
sí son muy importantes. Decíamos, no hay conversación más importante
de la que falta. Y siempre hay una pendiente.