Sting y Juan Luis Guerra_ dos universales que se encontraron… pero no despegaron

✨ Dos gigantes. Dos universales.
El inglés más latino y el dominicano más global.
Sting y Juan Luis Guerra se unen en “Estrellitas y Duendes” — una joya poética donde el idioma se vuelve desafío, y la voz se transforma.
🎧 Como fan y comentarista musical, admiro profundamente a ambos.
Pero esta vez… confieso que me deja sentimientos encontrados.
Una canción tan exquisita y difícil, incluso para un hispanohablante,
pone a Sting en un terreno donde su timbre —su sello inconfundible—
parece perderse.
¿Respeto? Sin duda.
¿Magia? Tal vez no la que esperábamos de dos creadores de semejante talla.
Aun así, este encuentro merece ser escuchado, analizado y debatido.
🎥 Dale play al Reel y dime:
¿Te emociona esta versión o esperabas algo más?
—
🎙️ Comentario por @kikeposada
“El Quijote de la Música” 🎧
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Episode Transcript

Speaker 2 (00:00):
El anuncio de la colaboración entre Juan Luis Guerra y
Sting generó una expectación natural. Dos colosos de la música,
dos universales capaces de crear obras de alcance planetario. De

(00:22):
un lado, Guerra, el dominicano que convirtió el merengue y
la bachata en géneros con alma de jazz. de rock
y de espiritualidad. Del otro, Sting, el inglés más cosmopolita
que existe. El hombre que trajo la raíz jamaicana del
reggae al pop mundial con The Police, que exploró los

(00:43):
sonidos árabes, las texturas del jazz y que ha cantado
en inglés, portugués y español con una naturalidad admirable. Por
eso este encuentro prometía más, la posibilidad de una creación nueva.
no una simple recreación. La elección de estrellitas y duendes,

(01:05):
una de las piezas más poéticas y complejas de guerra,
era arriesgada. Tanto por su nivel lírico como por su prosodia,
es una canción difícil, incluso para un hispanoparlante, con imágenes
metafóricas y acentos imposibles de traducir al fraseo anglosajón. Y ahí, precisamente,

(01:26):
El experimento se desdibuja. La interpretación de Sting, aunque correcta,
no suena a Sting. Su timbre, su rango, esa tensión
emocional que lo distingue, parecen ausentes. Su voz se percibe contenida,
casi neutral. como si el idioma lo hubiera puesto en
una armadura demasiado ajustada. El resultado es más un gesto

(01:50):
diplomático que una fusión inspirada. Uno recuerda inevitablemente a Nat
King Cole cantando en español. Entrañable, pero con un acento
que distrae más de lo que seduce. Sting atraviesa, sin duda,
una etapa latinoamericana. Viene de una colaboración con Charlie García,
otro gigante del sur. que tampoco llegó a materializar la

(02:13):
química esperada. Dos leyendas compartiendo espacio, pero no energía creativa.
Aquí ocurre algo parecido. La reunión suena a respeto mutuo, sí,
pero no a diálogo. Y es una lástima, porque ambos
poseen la sabiduría y el oficio para ofrecer algo que
trascienda el mero encuentro simbólico. No se trata de negar

(02:37):
el valor del gesto que lo tiene. sino de lamentar
la falta de riesgo. Cuando artistas de semejante talla se cruzan,
uno espera una conversación entre mundos, no una lectura al
pie de la letra. Estrellitas y Duendes sigue siendo una
joya de Juan Luis Guerra, pero esta versión, con todo

(02:59):
su brillo mediático, no alcanza a iluminar el cielo que prometía.