Pastor José Luis Cinalli
12/1/2025
Vivir para la gloria de Dios
“… Cualquier cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios”, 1ª Corintios 10:31 (BPD). “Todo lo que hagan o digan, háganlo… en honor del Señor Jesús…”, Colosenses 3:17 (NTV, NBE). “Lo que hagan, háganlo… buscando agradar al Señor…”, Colosenses 3:23 (BDA2010).
El fin supremo de nuestra vida es glorificar a Dios. Lo que decimos, hacemos o pensamos debe ser motivado por el deseo de agradarlo. Por tal motivo, antes de aceptar algún pensamiento o de manifestar una opinión o hacer alguna cosa deberíamos preguntarnos: ¿le dará gloria a Dios? Veamos algunas maneras prácticas de glorificar a Dios:
1) En y con nuestro cuerpo: “Dediquemos íntegramente el cuerpo… a glorificar a Dios, porque a Él pertenece”, 1ª Corintios 6:20 (NT-BAD). Nuestro cuerpo es el lugar donde el Santo de los Santos habita (1ª Corintios 6:19); por lo tanto, debe estar involucrado en el santo ejercicio de glorificar a Dios. Ahora bien, antes de glorificar a Dios con nuestro cuerpo debemos glorificarlo en nuestro cuerpo: “… Den gloria a Dios en su cuerpo…”, 1ª Corintios 6:20 (RVC). Glorificamos a Dios con nuestro cuerpo cuando prestamos un servicio para Él; por ejemplo, cuando lo alabamos, Salmo 47:1. Pero glorificar a Dios en nuestro cuerpo significa que Él es santificado en nosotros antes de que nuestro cuerpo sea usado para glorificarlo, por ejemplo cuando decidimos no abusar de él con borracheras, drogas e inmoralidad. ¿Lo ves? Le damos gloria a Dios con lo que hacemos o decidimos no hacer, incluyendo el comer, el beber, o el hecho de no hacer ninguna de estas cosas. “… Vivamos con decencia a la vista de todos. No participen en la oscuridad de las fiestas desenfrenadas y las borracheras, ni vivan en promiscuidad sexual e inmoralidad, ni se metan en peleas, ni tengan envidia… no se permitan pensar en formas de complacer los malos deseos”, Romanos 13:13-14 (NTV). Por otra parte, destruir el cuerpo físico es una deshonra a Dios; y podríamos hacerlo no solo con el suicidio sino con el empleo de tabaco, drogas, alcohol o aun con nuestra mala alimentación. “Nuestros viejos deseos pecaminosos fueron clavados en la cruz… de manera tal que nuestro cuerpo pecador ya no está bajo el dominio del pecado… Considérense… muertos a la vieja naturaleza pecadora, sordos al pecado, y vivan para Dios… No dejen que ninguna parte de su cuerpo se convierta en instrumento del mal, útil al pecado; entréguense por completo a Dios…”, Romanos 6:6-13 (NT-BAD); Colosenses 3:5. En definitiva, ya que nuestro cuerpo pertenece a Dios debemos cuidarlo; si realmente hemos de honrar al Señor todo nuestro ser debería gritar: ¡gloria a Dios!
2) Realizando buenas acciones. “… Dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial”, Mateo 5:16 (NTV). Después de una vigilia de oración varios jóvenes se acercaron a D. L. Moody y le dijeron orgullosamente: “Vea como nos brilla el rostro”. El predicador le contestó amablemente: “Moisés no sabía que le resplandecía el rostro”. La bondad que llama la atención de nosotros no es la que Jesús bendice. Todo lo que hacemos debe ser motivado por el deseo de dar honor a Dios. Pablo dijo: “Por el poder del Espíritu Santo he hecho muchos milagros y maravillas”, Romanos 15:19 (TLA). El apóstol no hablaba de lo que él hacía para Dios sino lo que Dios hacía por medio de él. Luego agregó: “Quiero que siempre… estén haciendo lo que es bueno y noble, con lo cual… traerán gloria al Señor”, Filipenses 1:10-11 (NT-BAD). Cuando Jesús sanó al paralítico “la multitud… glorificó a Dios”, Mateo 9:8 (BAD). Cuando hacía el bien “la multitud… glorificaba a Dios”, Mateo 15:31 (RVC). Cuando resucitó al hijo de la viuda “todos… glorificaron a Dios”, Lucas 7:16. Cuando los discípulos sanaron a un cojo de nacimiento “no había quien no estuviera alabando a Dios por el portentoso milagro”, Hechos 4:21 (NT-BAD). Si pensamos en hacer alguna buena obra para ganarnos el favor o el aplauso de la gente, no hemos empezado a recorrer el camino de la fe. El apóstol Pedro dijo: “Mantengan entre los incrédulos una conducta tan ejemplar que… ellos observen las buenas obras de ustedes y glorifique