Cómo desactivar maldiciones financieras
“Si… no obedeces… serás maldito. El… Señor te enviará maldiciones… ”, Deuteronomio 28:15-20.
¿Puede un creyente ser maldecido? Sí y no. Si obedece a Dios la maldición no lo toca: “Obedece a Dios y vivirás… sin ser tocado por el mal… inmune a la desgracia”, Proverbios 19:23. “… El que me obedece vivirá… seguro y sin temer ninguna desgracia”, Proverbios 1:33. “El que obedece a Dios… tiene un poderoso protector para él y para sus hijos”, Proverbios 14:26. Pero “si no me obedecen… yo los maldeciré… maldeciré hasta las bendiciones que reciban…”, Malaquías 2:1-2. “… Maldeciré a quien no obedezca…”, Jeremías 11:3. “Si… no obedeces… el… Señor te enviará maldiciones… ”, Deuteronomio 28:15-20. “Si obedeces al SEÑOR… vayas donde vayas y en todo lo que hagas, serás bendito… El SEÑOR… te bendecirá… y te dará prosperidad… Pero si… no lo obedeces… Vayas donde vayas y en todo lo que hagas serás maldito. El propio SEÑOR te enviará maldiciones… te afligirá con enfermedades… y las calamidades te perseguirán hasta la muerte… El SEÑOR te castigará… Andarás a tientas… y nadie vendrá en tu ayuda… todas estas maldiciones te perseguirán y te alcanzarán hasta que quedes destruido”, Deuteronomio 28:1-45. Está claro que el pecado atrae maldición: “El Señor enviará contra ti maldición, confusión y fracaso en toda la obra de tus manos, hasta que en un abrir y cerrar de ojos quedes arruinado y exterminado por tu mala conducta y por haberme abandonado”, Deuteronomio 28:20.
Entonces, “la maldición nunca viene sin causa”, Proverbios 26:2. Y ¿cuál es la causa de toda maldición? La desobediencia: “A causa de nuestro pecado, se han derramado sobre nosotros las maldiciones…”, Daniel 9:11. “Debido a que se negaron a obedecer, traje… maldiciones…”, Jeremías 11:8. ¿Y cuándo se rompe una maldición? El día en que volvemos a obedecer. La maldición opera solo cuando vivimos en pecado. Los israelitas experimentaron maldición durante todo el tiempo en que le robaron a Dios: “Ustedes me están robando... en los diezmos y las ofrendas… por eso yo los maldigo… ustedes... están bajo gran maldición…”, Malaquías 3:8-9. Sin embargo, Dios les aseguró que la maldición se rompería el día en que ellos volvieran a obedecer: “Traigan los diezmos… y verán cómo abro las ventanas del cielo para derramar sobre ustedes bendiciones a raudales”, Malaquías 3:10. ¡La desobediencia activa maldiciones pero la obediencia las desactiva! ¡Qué gran lección! ¡Si obedecemos a Dios las maldiciones no nos alcanzarán!
La protección de Dios está disponible solo para los hijos obedientes. Las maldiciones que Balaam le echaba al pueblo de Israel no surtían efecto porque ellos estaban protegidos. ¿Recuerdas la historia? “Balac… rey de Moab, empezó una guerra contra Israel. Llamó a Balaam… para que lo maldijera”, Josué 24:9. Balac era consciente de que su dios no podía con el Dios de Israel. Entonces recurrió al recurso espiritual más poderoso