Los salmos Hallel son salmos de alabanza a Dios que se solían recitar para celebraciones del pueblo judío. La palabra Hallel, de donde proviene nuestra palabra Aleluya significa literalmente alabanza. Los salmos 113-118 son Hallel y los últimos 5 salmos del libro también son alabanzas a Dios. Al leer los salmos, marca toda muestra de alabanza de los salmistas, y verás que la alabanza está basada en el reconocimiento del carácter de Dios.
Estos y otros salmos alaban a Dios por alguno de sus muchos atributos, y es que Dios es indudablemente digno de alabanza.
Se suele hablar de atributos comunicables y no comunicables. Los incomunicables son aquellos rasgos que son intransferibles. Son características de Dios que son únicamente suyas. Por ejemplo, decimos que Dios es omnipotente, omnipresente y omnisciente.
Dios es omnipotente; significa que todo lo puede. No existe ni ha existido nadie más con esta característica. Todos podemos algo, sea mucho o sea poco, pero nadie lo puede todo. Mas en los salmos Dios es alabado por ser Jehová, Dios de los ejércitos en Salmo 84:12, 80:19, denotando su fuerza insuperable. Salmo 91:1 dice: “El que mora al abrigo del altísimo morará bajo la sombra del omnipotente”
El salmo 24 nos dice que la tierra y su plenitud son de Jehová, el cual la fundó sobre los mares y la afirmó sobre los ríos. Y los versículos 8 y 10 nos dices ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla. “Jehová de los ejércitos, El es el Rey de la gloria.”
Y el salmo 115:3 proclama: “Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho.”
Dios también es omnipresente. Dios puede estar en todo lugar en todo momento. Nosotros no podemos estar en todos los sitios. Nosotras las mujeres pensamos que podemos, y conseguimos estar en varias cosas a la vez, pero nunca al mismo tiempo y con la misma intensidad. En realidad, solo podemos concentrarnos en una cosa a la vez, y desde luego, físicamente, solo podemos estar en un sitio a la vez.
Dios, sin embargo, puede estar contigo al mismo tiempo que está conmigo. No hay peligro de que se despiste o que no esté prestando atención a tus problemas. Está ahí para todo aquel que a él clame. Es más, nos dice salmo 139 que no podríamos huir de su presencia, incluso si lo intentáramos.
Salmo 139:7-10
“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar,
Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.”
Dios es omnisciente. Dios lo sabe todo. Aunque utilizamos el adjetivo “sabelotodo” para el que piensa que sabe algo de muchas cosas, o que piensa que lo sabe todo de un tema en particular, no hay nadie en la tierra que sepa todo ni siquiera de un solo tema. Todo el que ha investigado sobre un tema en particular se da cuenta de la incapacidad de llegar a saber todo lo que hay por saber aún de un tema en específico. Pero Dios sabe todo de todos los temas. Y conoce tanto el presente, como el pasado, como el futuro. Sabe lo que es externo y obvio, y conoce aquello que está escondido.
Salmo 139:1-4 “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.
Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.”
Pero en los salmos también vemos algunos atributos de Dios que son comunicables, es decir, aquellos que nosotros los humanos podemos tener a un cierto nivel. Por ejemplo, Dios es misericordioso, es justo, bondadoso, verdad, santo y amoroso. Nosotros podemos tener estos atributos, aunque no de forma perfecta.
Salmo 103:8 “Misericordioso y clemente e