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May 16, 2025 37 mins

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Speaker 1 (00:00):
Antes de que Toño Bicicleta corriera por los
montes en Puerto Rico.
Ya en la isla había uno quehabía sembrado el miedo, un
hombre sin control, sincompasión, que no le perdonaba
nada a nadie.
Atacó sin pensarlo dos veces,se escapó de la cárcel en medio
de un motín sangriento, incendiócañaverales y burló a la

(00:21):
policía por más de un año.
Cañaverales y burló a lapolicía por más de un año.
Nunca pidió perdón, nuncamostró remordimiento y cuando lo
acorralaron, salió armado ylisto para caer peleando.
Este no fue cualquier criminal.
Fue el primero en convertirseen mito, el primer forajido en
alcanzar estatus de leyenda enla isla, el que cambió la forma

(00:43):
en que Puerto Rico veía elcrimen.
Esta es la historia de AntonioCorrea Cotto o, como algunos
todavía lo recuerdan, la bestiade Puerto Rico.
Procedan con cautela.

(01:03):
Oficiales en la escena.
Suspecto en custodia.
Hola, mi gente, bienvenidos asu canal.
Delitos de Sangre.
Yo soy Magaly.
Gracias por acompañarme duranteeste nuevo episodio.
Los invito a que sean parte deesta familia, se suscriban al
canal, me dejen un like, uncomentario o compartan este

(01:24):
episodio para que llegue a dondemás personas.
En Puerto Rico han habidomuchos criminales.
Sin embargo, las leyendas oesas historias que superan el
delito y quedan en la memoriacolectiva son muy pocas.
Antonio Correa Cotto es una deellas.
Las personas que vivierondurante su tiempo escuchan su
nombre y enseguida piensan entiros, en persecuciones, en

(01:47):
sangre y en un país paralizadopor el miedo.
Aunque ya hayan pasado décadas,antonio Correa Cotto no se
convirtió en mito por salir enportadas, sino porque su
historia fue tan intensa, tanfuera de control que parece
inventada.
Pero no lo es Es real y pasó enla isla de Puerto Rico.

(02:08):
Antonio Correa Cotto nació el 13de enero de 1918 en el barrio
Machuelo Abajo, en el pueblo dePonce, un sector donde la vida
era dura y el trabajo escaseaba,donde la calle enseñaba más que
la misma escuela y donde crecerera cuestión de fuerza, no de
edad.
Desde joven tenía fama, no debandido, pero sí de alguien que

(02:33):
no se dejaba Uno, que no pensabamucho antes de actuar.
Y poco a poco esa fama se fueconvirtiendo en advertencia.
Era impulsivo, entiendo enadvertencia.
Era impulsivo, agresivo, sinfiltro y sin miedo.
Y en un barrio como ese, con unpaís quebrado, ese tipo de

(02:57):
carácter no se curaba, seendurecía.
Antonio no fue moldeado por elsistema, fue formado por la
ausencia de uno.
Él no se convirtió en criminalde la nada.
Se crió dentro de un sistema queya venía roto Y lo que se formó
en Machuelo fue un hombre quesimplemente no conocía el límite
.
Pero para poder captar lo queAntonio Correa vivió, hay que
mirar más allá de su barrio yver el país en el que creció y

(03:21):
en el tiempo en el que creció.
En el que creció y en el tiempoen el que creció, puerto Rico
en los años 1910 y 1920 era unaisla que ya no era española,
pero que tampoco era libre.
Era una isla en crisis, conbandera americana pero sin voz
propia.
Acababan de darnos laciudadanía con la ley Jones,

(03:42):
pero eso no significaba igualdado derechos.
Seguíamos siendo territorio ypara muchos, solo un negocio.
Esto, lo que trajo fueronreclamos, creó confusión y más
control desde el otro lado delcharco.
El gobierno de Puerto Rico erade papel, los de verdad mandaban

(04:04):
desde Washington Y mientrastanto el pueblo estaba jodido.
Había pobreza en cada esquina.
El trabajo eran los cañaverales, el café o el tabaco, pero el
billete nunca se quedaba enmanos boricuas.
Los ricos eran los menos y losdemás sobrevivían.

(04:25):
La educación era limitada ymuchas veces en un inglés que
nadie entendía.
La esperanza era poca y lasoportunidades aún menos, así que
la mayoría de los chamaquitoscomo Antonio aprendían en la
calle Y si tú eras pobre ynacías en un sitio como Machuelo
, las probabilidades estaban entu contra desde el día uno.

(04:45):
Lo que le tocó a Antonio no fueuna infancia, fue una guerra
silenciosa, una dondesobrevivías o te tragaban vivo,
y en ese ambiente no es que seconvirtió en una bestia, es que
lo criaron así.
Los niños crecieron viendo todaesta injusticia, el abuso y el
abandono, y muchos, como Antonio, aprendieron a sobrevivir en

(05:09):
vez de soñar.
No es justificarlo, es entenderpor qué se formó así.
Él no se hizo criminal, migente.
Él simplemente nunca fue otracosa En su casa.
Había necesidad en la calle, nohabía oportunidades y él, desde
muy joven, empezó a explotartodo lo que se le interpusiera.

(05:31):
Si vamos a hablar claro, antonionunca tuvo una oportunidad real
de llevar una vida tranquila.
Desde pequeño estaba buscandola forma de sobrevivir y muchas
veces esa forma era ilegal.
No pasó mucho tiempo antes quela policía empezara a tenerlo en
la mira.
Nada grave al principio robosmenores, peleas, amenazas.

(05:52):
tú sabes lo típico de alguienque creció sin miedo.
Pero lo que empezó adiferenciarlo de los demás no
fue solo lo que hacía, sino cómolo hacía.
No fue solo lo que hacía, sinocómo lo hacía.
Antonio.
Correa Cotto no era de los quese escondían, él iba de frente,
sin importar las consecuencias.
Y eso daba miedo, porque untipo que no le tiene miedo a un

(06:14):
guardia, que no le importa caerpreso y que encima es
inteligente, ese sí es peligroso.
En la calle se decía que si temetías con Correa coto te ibas a
arrepentir, y no lo decían solopor decirlo.
Este hombre tenía fuerza,coraje y, lo más letal, una

(06:41):
rabia acumulada que explotabasin aviso.
A finales de los años 30 yatenía récord criminal Y no era
uno suavecito.
Ya en ese tiempo su nombreempezaba a sonar en Ponce, no
tanto como criminal buscado,sino como un tipo al que era
mejor no buscarle la boca ACorrea Cotto.
Lo arrestaron varias vecessiendo joven, pero hubo un caso

(07:02):
que los marcó más que todos Loacusaron de robar gallinas.
Asimismo es gallinas, aunqueeso suene insignificante para ti
y para mí.
En esos tiempos el robo degallinas era cosa seria Y para
Antonio fue una humillaciónbrutal por el valor de los

(07:26):
robados, sino por el golpedirecto a su orgullo.
Lo llamaron ladrón, lo llamaronun pillo, y eso él no se lo
perdonaba a nadie.
Estuvo preso por eso y desdeese momento la palabra que más
repetía era una sola venganza.
Antonio Correa Cotto juró quelos haría pagar, a todos los que
lo señalaron, a los testigos, alos jueces, cualquiera que haya

(07:48):
tenido que ver con su condena.
Y eso no era una amenaza vacía,mi gente.
Eso era una promesa.

Speaker 2 (07:57):
En cuanto a usted, en cuanto a usted que sabe que soy
inocente y me condena, y austedes que me acusaron sin
razón, les juro por mi madre,les juro por mi madre que está
ahí sentada, que los voy aahogar en sangre.

Speaker 1 (08:16):
Ese coraje que llevaba por dentro, esa furia,
que hasta entonces estaba mediocontenida, empezó a desbordarse
Y lo que vino después fue muchopeor que robar gallinas.
Antonio Correa Cotto no erasolo violento por serlo.
Ese coraje que él cargaba noapareció así de la nada.

(08:38):
Eso venía de años acumulandofrustración, maltrato, abandono
y mucho resentimiento.
Desde niño lo que vio fue abuso.
Dicen que su papá era unalcohólico, que era agresivo y
que lo golpeaba sin ningúnmotivo.
Y su mamá bueno, la señoraestaba, pero no estaba.
Era como si Antonio creciera enuna casa donde el amor nunca

(09:01):
hizo acto de presencia.
Entonces imagínate unchamaquito sin guía, sin cariño,
sin nadie que lo defendiera.
Aprendió que la única forma deprotegerse era atacando.
Primero En la escuela sialguien lo miraba mal, le caía
encima, si lo empujabanrespondía con una piedra.
Y poco a poco ese coraje sevolvió parte de su identidad.

(09:24):
Pero lo peor no era lo quepasaba afuera.
Lo más duro estaba adentro.
Él mismo decía, según los quelo conocieron, que sentía una
furia constante, como si algo deél estuviera siempre encendido.
Y ese fuego, con los años, sevolvió gasolina.
No confiaba en nadie.
Veía a los ricos como enemigos,a los guardias como abusadores

(09:47):
y a cualquier figura deautoridad como blanco fácil.
Ese odio hacia el sistema fuecreciendo porque no importaba lo
que hiciera La vida.
Siempre le daba la espalda y élrespondió como único sabía
hacerlo con violencia, aunque enlos archivos suene como una
bestia en la calle.

(10:08):
No todos hablaban mal de CorreaCoto.
Claro, le temían, pero tambiénlo respetaban y algunos hasta lo
querían del coraje y de lasangre.
Había un tipo que si tú eras delos suyos, te protegía con todo
.
Dicen que era bien leal, que sitú le dabas la mano él te la

(10:29):
devolvía sin pensarlo.
En el barrio lo veían ayudandoa las doñitas, compartiendo
comida cuando tenía ydefendiendo a los chamaquitos de
los abusadores.
Era como si tuviera un códigoMedio torcido pero suyo.
Tú no le hacías daño a lostuyos.
El problema era con los deafuera.
Correa Cotto era como unhuracán Era destructivo,

(10:49):
impredecible, pero con momentosdonde parecía calmo Hasta que
otra vez se le metía el demonio.
Aunque nació en 1916, la mayoríade las fuentes coinciden que
fue como en el 1918, cuandoAntonio Correa Cotto empezó a
dejar su huella en el barrioMachuelo en Ponce, un lugar
humilde de casitas de maderapintadas con colores vivos,

(11:13):
donde el olor a tabaco y caféera parte del paisaje y donde la
vida era dura pero sencilla, ydonde la vida sí era dura pero
sencilla.
Sus papás, don Rolando CorreaMartínez y doña Ángela Coto
García, eran gente humilde,trabajadores, quienes tuvieron
nueve hijos en total y sefajaban, trabajando para

(11:35):
alimentar a sus nueve hijos.
Y aunque había la cercanía defamilia, lo que no había era
dinero.
La necesidad era parte de todoslos días.
Antonio, siendo de los mayores,tuvo que fajarse desde chiquito
y lo poco que ganaba lo traíapara la casa.
Antes de los 10 años ya estabatrabajando en lo que fuera,
limpiando zapatos, haciendomandados.

(11:56):
Apenas podía cargar un machetey ya estaba en las fincas de
caña.
También aprendió carpintería,pero ni eso lo mantuvo mucho
tiempo alejado de los problemas.
No duró mucho tiempo en laescuela y lo que aprendió lo
absorbió en la calle, mirando,sobreviviendo y reaccionando.
Pero la calle lo jaló y lo queempezó como necesidad terminó en

(12:21):
violencia, sangre y leyenda.
Se dio cuenta que, por más quese matara trabajando, nunca iba
a tener lo que soñaba Y llegó elpunto en que se cansó.
Veía a los ricos de Poncecaminando como si el mundo les
perteneciera Y él, allá, sudandobajo el sol, sin un futuro
claro, y eso le fue metiendorabia, frustración y

(12:44):
eventualmente resentimiento.
Y qué pasó, pues?
que cambió los clavos y losmachetes por otra cosa?
El camino fácil.
Primero fue un robo leve, unametida de pata de principiante,
por los que le dieron dos mesesde cárcel y una multa de 15
pesos.
Pero en vez de asustarse, comole pasa a muchos, eso a él lo

(13:05):
encendió más.
Después vino otro incidente enel 42, esta vez con violencia,
en la que dejó a un hombremalherido, pero no le
erradicaron cargos.
Y como no pasó nada, él siguióhasta que en octubre del 43, la
ley por fin lo agarró otra vez.
Esa vez estuvo preso por un mesy, tú sabes, salió más decidido

(13:29):
que nunca.
Lo que empezó como necesidad seconvirtió en costumbre y la
costumbre en su estilo de vida.
Desde ese momento, lacriminalidad para Antonio Correa
Cotto no fue solo un escape,fue su identidad.
Y como Puerto Rico empezaba aidolatrar lo americano con

(13:50):
películas de gangsters y figurascomo Al Capone, pues Antonio
terminó convirtiéndose en esomismo el Al Capone poricua, un
bandido bien vestido, contatuajes en el pecho y una
cicatriz en la cara que lo hacíaver aún más peligroso.
Era bajito como de 5'5", perotenía esa presencia que imponía.

(14:11):
Y para muchos, para muchasmujeres, eso era parte de su
encanto.
Aunque suene loco, antonioCorrea Cotto tenía labia una
mezcla de miedo, respeto y famaque crecía cada día más.
Entre tantos líos, sangre ycorre-corre, hubo alguien que
logró calarle hondo.
Dicen que hasta el hombre mástemido tiene a alguien que lo

(14:34):
conoce diferente Y en el caso deCorrea Cotto, esa persona fue
Rosa María, una viuda sencilla,conocida en el barrio por su
forma tranquila de ser.
Nadie sabe muy bien cómo fueque se conocieron, pero lo
cierto es que Antonio quedóencantado, le pidió que se fuera
a vivir con él y el 2 deseptiembre de 1947 se casaron.

(14:57):
El mismo Antonio Correa, queandaba huyendo de la ley,
terminó vestido en el altar.
Así, en medio de todos losrumores de la fama que ya él
tenía, se casaron sin hacermucho ruido.
Pero la gente del barriomurmuraba.
Algunos decían que ella lo veíacomo un alma perdida que podía
salvar, otros que simplemente sedejó llevar por el encanto del

(15:20):
tipo malo.
Pero lo cierto es que ella lecreía.
Le creía cuando él le decía quequería cambiar, que quería una
vida tranquila.
Y por un rato hasta apareció.
Así Lo veían saliendo arreglado, con su camisa planchada, bien
afeitado, caminaba como si porfin tuviera rumbo, pero por

(15:41):
dentro.
El monstruo seguía ahí PorqueAntonio podía aparentar calma,
pero vivía en guerra consigomismo.
Tenía una oscuridad que no seiba, ni con amor, ni con
promesas, ni con fe.
Dicen que era celoso, posesivoy que Rosa, aunque lo amaba, le
tenía miedo.
Algunos juraban que era laúnica persona que lograba

(16:04):
calmarlo cuando se salía decontrol Y no se sabe mucho de la
relación en detalle, pero loque sí es claro es que ella
estuvo presente en una de susetapas más intensas Y que, a
pesar de todo lo que se decía deél, ella seguía ahí Un hombre
violento, marcado por la calle ypor su coraje, pero que en su

(16:26):
casa con ella tenía otro tipo devínculo.
No sabemos si era amor odependencia o protección, pero
sí sabemos que fue real, porquehasta los más temidos a veces
tienen a alguien que les ve allado, que nadie más conoce.
Lo que se decía por ahí era quela quería a su manera, pero esa
manera no siempre era bonita y,aunque hubo cariño, también
hubo gritos Y más de una vezhubo violencia, que había noches

(16:49):
en las que se iba de la casasin decir nada y regresaba con
la mirada apagada, como siacabara de hacer algo que ni él
mismo entendía Ella fue quizásel único intento real que él
hizo por tener una vida normal.
Pero como todo en su historia,eso también se le rompió entre
las manos, porque lo mismo quelo hacía peligroso en la calle

(17:11):
lo traía para la casa.
No se sabe si tuvo hijosAlgunos dicen que sí, otros que
no Pero si los tuvo, los mantuvolejos de su nombre, Y con razón
.
Según su tumba, parece que sítuvo una hija.
Y así Antonio Correa Cottosiguió con una vida llena de
coraje hasta el 25 de enero de1950 en Villa Olga Ponce, puerto

(17:36):
Rico.
Una casa, una noche y un actoque lo cambió todo.
Esa noche era una noche comocualquier otra, en uno de esos
barrios humildes donde la genteya sabía que después de cierta
hora era mejor no abrirle lapuerta a nadie.
Pero nadie se imaginaba lo queestaba a punto de pasar.
Antonio llegó como un loco a lacasa de un hombre mayor de 69

(18:00):
años años, y no se sabe si loconocía bien o si simplemente lo
escogió.
Lo que sí se sabe es que entró,y entró con intención.
Ese día Antonio Correa Cottoentró armado a la residencia.
Lo que pasó ahí, mi gente, fuepura violencia.

(18:21):
Y lo que pasó ahí, mi gente,fue pura violencia.
El hombre terminó sin vida y suesposa, herida, y otros tres
que estaban en la casa fuerontambién atacados.
Se cree que estas fueron laspersonas que lo habían acusado
de robarse las gallinas.
Cuando llegó la policía, seencontraron con una escena
brutal Dos muertos, variosheridos, sangre en el piso y un

(18:41):
silencio espeso que se sentíahasta en la piel.
Y Antonio, todavía armado, nose escondió, no huyó, sino que
disparó contra los agentes hastaque uno de ellos cayó herido.
Y ahí fue donde empezó elverdadero terror.
Y Correa Cotto se escapó comosi nada.

(19:02):
En cuestión de horas su nombreestaba en boca de todos.
Los periódicos reventaron lanoticia, los titulares, todos
eran sobre él.
No se hablaba de otra persona,ni en Ponce, ni en San Juan, ni
en el cafetín de la esquina.
Y no era para menos el tipo.
Acababa de dejar un charco desangre y todavía tenía la
pistola caliente.
La gente estaba en shock.

(19:24):
No era un robo, no era unajuste de cuentas, era una
masacre sin explicación.
Y esta vez no hubo forma detaparlo.
La policía lo buscó por cielo,mar y tierra hasta que lo
encontraron.
Finalmente lo arrestaron y lometieron preso mientras esperaba
juicio.
Ese arresto fue como un suspirode alivio para el país Y los

(19:46):
jueces Pedro Muñiz y LorenzoYara no tardaron en darle lo que
se esperaba mi gente Doscadenas perpetuas.
La gente decía.
Al fin esto se acabó.
Pero no sabían que ese era elprimer acto.
Nadie se imaginaba que lahistoria de la bestia de Puerto
Rico apenas estaba empezando.
Durante su juicio por el crimende Rafael Parisi Vázquez y

(20:14):
Rafaela Molares Méndez, en esemismo juicio, mi gente, otra vez
, antonio Correa Cotto.
Lo que hizo fue amenazar.
Y esto no era una amenaza vacía, mi gente, era una promesa.
A los 32 años, correa Cotto fueenviado directo al penal
estatal Y aunque lo habíanencerrado, nadie respiraba
tranquilo, porque Antoniosimplemente no era de los que
aceptaban su suerte.

Speaker 2 (20:30):
La reja, no son para correr a coto.

Speaker 1 (20:35):
Él no se rindió ni se arrepintió, sino que comenzó a
amenazar.
Desde la cárcel mandabamensajes, decía que se iba a
vengar, que los jueces pagarían,que eso no se iba a quedar así.
Y no era de puro guille, paraque lo sepan.
Él hablaba con una convicciónque daba miedo y que, al mismo
tiempo, era raro, porque, por unlado, él se confesaba con los

(20:56):
curas del penal, decía que eracatólico, que creía en Dios,
pero por el otro, planificaba supróxima jugada, así como si
estuviera en una guerra personalcontra el sistema jugado así
como si estuviera en una guerrapersonal contra el sistema.
Este hombre, lo que llevaba ensí era una rabia que no se le
iba, ni tras las rejas.
Y, en el fondo, todos sabíanque, aún con Correa Cotto
encerrado, el peligro no habíaterminado, apenas comenzaba,

(21:19):
porque siete meses después lahistoria de Correa Cotto dio
otro giro, uno que nadie viovenir.
El 28 de octubre de 1950, apenashabían pasado siete meses desde
que lo encerraron la cárcelestatal de Río Piedras estaba a
punto de explotar literal.
Ese día un grupo de confinados,incluyendo a Correa Coto,

(21:42):
organizó lo que sería una de lasfugas más salvajes en la
historia de Puerto Rico.
El plan no era algo sencillo,no era una escapadita, eso era
una rebelión.
Y provocaron un motín a sangrey fuego y armaron un caos total
dentro de la prisión.
Se metieron en el arsenal, seapoderaron de armas y con eso

(22:03):
convirtieron el penal en unazona de guerra.
Dos guardias perdieron la vida yvarios más terminaron heridos.
Y en ese revolú se escaparonmás de 100 reclusos.
Imagínate eso más de 100delincuentes sueltos en la calle
.
Entre ellos, por supuesto, elque más miedo daba, el que la
gente más quería ver encerradoAntonio Correa Couto.

(22:27):
Y ahora, esta vez, suelto otravez.
Desde ese momento comenzó lacacería más intensa que se haya
visto en Puerto Rico.
Se activó la policía estatalcompleta y hasta el gobierno
ofreció una recompensa de 10.000dólares por su captura, vivo o
muerto.
En esa época eso era un dineral.

Speaker 2 (22:54):
Último momento Pánico en todo Puerto Rico.
Correa Coto continúa a suvenganza y a su paso mata a
gentes inocentes.
Es por ello que hacemos lassiguientes recomendaciones No
salga a la calleinnecesariamente.
Cierre bien sus puertas yventanas.

(23:14):
Comunique a la policíacualquier pista que pueda
conducir a la captura de CorreaCota.
El cuartel general de policíaestá en alerta constante, ya que
informaciones de buena fuenteanuncian la presencia del
peligroso criminal en losalrededores de Villa Olga.
Se han solicitado refuerzosconsiderables a la capital.

Speaker 1 (23:34):
La policía, el sistema carcelario, el gobierno
entero se colapsaron.
No sabían por dónde empezar yla calle se puso tensa.
La gente empezó a armarse, atrancar puertas, a mirar por
encima del hombro, porque sabíanque Correa Cotto no iba a
esconderse tranquilo.
Él tenía enemigos, tenía rabiaacumulada y ahora tenía tiempo,

(23:58):
calle y un arma de las búsquedasmás intensas en la historia del
país.
Toda la isla estaba alerta y elnombre de Correa Cotto se
convirtió en sinónimo de peligro.
Ya, no era solo un criminalCorrea Cotto era el enemigo
número uno.

(24:18):
Después del motín, la islaentera quedó patas arriba.
Pero mientras los guardiasrecogían los casquillos y los
periódicos llenaban lostitulares, antonio Correa Cotto
desapareció.
Por meses nadie sabía concerteza dónde estaba, pero

(24:40):
cuando vol de la fuga,reapareció en Ponce, su zona, su
terreno, y atacó a alguien aquien jamás pensaron que tocaría
, a su propio primo, oscarCorrea Cotto.
Mientras otros dicen que fuepor una simple riña, pero lo

(25:05):
cierto es que intentó quitarlela vida Y, como si no fuera
suficiente, dos días despuésentró a la casa de una pareja de
envejecientes, los golpeóbrutalmente y luego les prendió
fuego a la casa, sinmisericordia, sin razón alguna.
El miedo se sentía en el aire,la policía estaba en pánico.

(25:38):
Los residentes de Ponceempezaron a dormir con cuchillos
al lado de la cama, muchoshasta se fueron del barrio.
Nadie quería ser la próximavíctima de Antonio Correa Cotto.
Atrapándose, se metía en losmontes, se escondía entre los
cañaverales, los prendía enfuego y se movía como si
conociera cada rincón mejor quelos mismos guardias.
Lo describían en los periódicoscomo un tipo bajito con bigotes
, cicatrices en la frente y enla boca, tatuajes y unos ojos

(26:02):
fríos que te miraban, que no temiraban sino que te atravesaban.
Y con esa descripción laparanoia se desenfrenó.
La gente llamaba a la policíapor cualquier hombre bajito con
cara seria.
Pero Antonio sabía moverse,sabía esconderse y sobre todo
sabía quién lo estaba buscando yquién lo estaba ayudando,

(26:25):
porque él no estaba solo.
Tenía simpatizantes conocidosque le daban comida, techo o los
chismes de la policía.
Y eso, mi gente, lo complicabatodo.
La isla era pequeña, pero paraun hombre como Correa Cotto era
suficiente selva Y cada día quepasaba libre era una provocación

(26:46):
más.
Ya había pasado más de un añodesde su fuga y Antonio Correa
Cotto seguía corriendo,escondiéndose y matando.
Y aunque muchos decían que sehabía ido de la isla, otros
juraban que seguía escondido enel sur.
El 10 de mayo reapareció denuevo en Villa Olga, un barrio
humilde de Ponce, y lo único quehizo dejó cicatrices que

(27:10):
todavía se recuerdan.
Entró a una casa y terminó conla vida de dos mujeres
embarazadas, julia Matei y DoñaAlvarado, y dejó a varios
heridos más.
Lo que hizo fue tan salvaje,tan innecesario, tan fuera de
control que hasta los que letenían simpatía le soltaron la
mano.
La comunidad ya estaba harta devivir con miedo y se unió.

(27:34):
Los periódicos reventaron, lasradios no hablaban de otra cosa
y ahora no era sólo la policíala que lo quería muerto, sino
que el pueblo también lo buscaba.
Los políticos se metieron y lapresión fue tanta hasta que
agentes federales y sabuesos deFlorida fueron traídos a la isla
para rastrearlo.
Ya, no era solo un fugitivo.

(27:56):
Correa Cotto era un objetivoHasta que, el 16 de mayo de 1952
, alguien soltó la informaciónclave Correa Cotto estaba
escondido en una finca a lahacienda Barrancas, a las
afueras de Ponce.
La policía llegó, armada hastalos dientes, y esta vez no iban

(28:18):
a pedir que se entregara bonito.
Cuando lo localizaron entre loscañaverales, los rodearon, le
ordenaron rendirse, pero CorreaCotto no pensaba rendirse.
Salió de la maleza armado hastalos dientes, con una pistola en
una mano y un machete en laotra Y, como si supiera que esa
era su última escena, se lanzóal frente.

(28:40):
Los agentes no lo pensaron dosveces.
El capitán Luis Pérez dio laorden de disparar Y ahí, en
plena balacera eran las nueve ymedia de la noche del 16 de mayo
de 1952, bajo el resplandor delcañaveral en llamas, antonio
Correa Cotto cayó abatido por lapolicía.

(29:03):
Su cuerpo quedó tendido sobre latierra ardiente.
Cuando todo se calmó, losagentes se acercaron con cautela
.
Tenían que estar seguros Y síera él, la gente fue a mirar
porque querían asegurarse de quede verdad estaba muerto.
La cacería más intensa en lahistoria criminal de Puerto Rico

(29:25):
por fin había terminado y elcuerpo, chamuscado y lleno de
sangre, fue llevado de regreso aPonce, sin ceremonia, sin
homenajes, para ser sepultado enel cementerio civil de Ponce,
en la misma ciudad que lo vionacer y que por años vivió bajo
el miedo que él sembró, y quepor años vivió bajo el miedo que

(29:46):
él sembró.
Tenía solo 35 años.
La muerte fue el final de suvida, pero el comienzo de su
leyenda.
Durante su fuga, correa Cotto seconvirtió en fenómeno mediático
.
Cada rumor, cada pista, cadamovimiento era portada.
Diarios como El Imparcial y ElMundo lo seguían paso a paso.

(30:06):
El país entero estaba en vilo Yasí, en un abrir y cerrar de
ojos, nació el mito.
La opinión pública estabadividida.
Para muchos, correa Cotto era uncriminal frío que recibió lo
que se merecía.
Pero había otro grupo,especialmente entre los sectores
pobres, que lo empezó a vercomo una especie de Robin Hood
boricua.
Entre los sectores pobres quelo empezó a ver como una especie

(30:28):
de Robin Hood boricua, aunquesus crímenes no tenían nada de
heroico.
El hecho de que volara a lasautoridades una y otra vez lo
convirtió en un símbolo derebeldía.
La gente decía que les robaba alos ricos para dar a los pobres
.
Pero la realidad era otra.
Correa Cotto se vengaba por losuyo y punto.
Pero en un país con corajesocial acumulado, esa imagen de
justiciero caló profundo, laconfusión entre el miedo y

(30:52):
admiración, fue lo que alimentósu leyenda.
Aunque no existe un númeroexacto de víctimas, se le
atribuyen al menos dosexterminaciones de vidas
confirmadas y múltiples intentos.
No pasó mucho tiempo antes deque su historia llegara a la
música Plenas, cuarachas, coplas.
Todo el mundo hablaba de losmilagros de Correa Cotto como si

(31:13):
fuera parte del folclore, y nosolo en Puerto Rico.
En la República Dominicanatambién se escribieron hasta
merengues inspirados por él.
Lo convirtieron en canción encuento y en leyenda.
Situaron en canción en cuento yen leyenda.
En los años 60 llegaron laspelículas, la primera Correa

(31:33):
Cotto Así me llaman en el 1968.
Luego vinieron La venganza deCorrea Cotto en el 1969 y una
tercera producción que completóla trilogía.
Actores de renombre como MiguelÁngel Álvarez y Lucy Boscana
ayudaron a construir una imagenmás compleja, casi humana del
criminal, que durante años fuesolo sangre y fuego en los
periódicos.
Y más tarde llegaron losdocumentales, los libros y los

(31:58):
podcasts, y los mitos.
Con el tiempo salieronversiones más exageradas.
Salieron versiones másexageradas.
Algunos decían que tenía unpacto con el diablo.
Otros juraban que usababrujería para hacerse invisible,
que no le entraban las balas.
Incluso hubo alguien queinsistía que fue un luchador
contra el gobierno, unjusticiero del pueblo.

(32:18):
Pero la verdad era otra.
Correa Cotto no tenía causa,solo tenía rabia.
Dejó una marca que no se borra.
Cambió la manera en que PuertoRico entendía el crimen.
Después de él las autoridadestomaron más en serio lo que un
solo hombre podía provocar.
Fue el primero, el primero enponer al sistema contra la pared

(32:41):
, el primero en convertirse enfigura mediática, el primero en
cruzar la línea y quedarse delotro lado.
Y aunque murió en el fuego, suhistoria no se apagó.
Hoy, más de siete décadasdespués, el nombre de Correa
Cotto todavía provocaescalofríos y curiosidad.
En Ponce su recuerdo sigueflotando en el aire.

(33:03):
Su tumba sencilla en elcementerio civil aún recibe
visitas de curiosos que han oídolos cuentos.
Historiadores y criminólogos locitan como ejemplo de cómo nace
un criminal legendario y lasabuelas todavía susurran su
nombre para asustar a los nietostraviesos.
Correa Cotto se convirtió en elsinónimo del fugitivo extremo,

(33:26):
del hombre que empujó loslímites de la realidad hasta
convertir su vida en relato,desde su infancia en pobreza
hasta sus caídas entre balas yllamas.
Su historia es una advertenciaviva, una mezcla cruda de crimen
, castigo y mito.
En resumen, mi gente, antonioCorrea Cotto fue un criminal

(33:46):
despiadado, pero uno que marcó atodo un pueblo.
Cometió crímenes atroces, comoel doble asesinato de 1950 y la
masacre de más de 10 personasdurante su fuga, y provocó la
cacería humana más intensa delsiglo XX en Puerto Rico.
Murió como vivió, enfrentando alas autoridades con armas en

(34:07):
las manos, pero incluso muertono se fue.
Siguió vivo en las noticias, enlas canciones, en películas, en
los cuentos, en la memoria delpaís.
Porque su historia, con toda suviolencia, su tragedia y su
mito, es una de las páginas másintensas y estremecedoras del
crimen en Puerto Rico.
Correa Cotto, el hombre, labestia, murió en 1952.

(34:32):
Pero Correa Cotto, la leyenda,sigue viva.
¿y por qué lo convirtieron enleyenda?
Porque Puerto Rico romantiza larebeldía, porque la prensa le
dio rostro, porque la música loconvirtió en cuento y porque, en
el fondo, hay una fascinacióncon el criminal que se burla del
sistema, aunque sepamos que loque hizo fue un inhumano.

(34:53):
Salió en todas partes.
Era el gángster puertorriqueño,el rebelde, el monstruo, el
símbolo de lo que puede pasarcuando la rabia, la pobreza, el
abandono se mezclan conviolencia y carisma.
Antonio Correa Cotto no fue unhéroe, pero tampoco fue solo un
villano.
Fue el producto de una época,de un sistema roto, de una

(35:16):
infancia sin amor y de unasociedad que muchas veces
prefiere mirar para el otro lado.
Y aunque su historia terminócon fuego y con balas, el eco de
su nombre todavía se escucha enla isla de Puerto Rico, porque
en cada esquina donde alguiendice ese tipo es como Correa
Cotto, hay una advertenciaescondida Muchos años después,

(35:37):
otro nombre volvería aestremecer a Puerto Rico Toño
Bicicleta.
Y aunque las historias de ambosson distintas.
Hay algo que los une CorreaCotto fue el primero en
convertirse en mito, el queabrió el camino para que en la
isla se dijera que loscriminales no solo se temen,
también se inmortalizan.

(35:58):
Del Monte, el escapistaincansable.
Correa Cotto fue la chispaoriginal, el gángster brutal que
convirtió la rabia en fama y elcrimen en leyenda Y en algún
rincón de la historia de PuertoRico.
Sus nombres siguen ahí, no porlo que construyeron, sino por lo

(36:20):
que destruyeron.
Y ahora que conoces su historia, cuéntame ¿era un monstruo sin
alma o el reflejo retorcido deun país abandonado?
Porque Antonio Cotto ya nopuede hablar, pero su sombra
todavía hace ruido.
Y esta, mi gente, fue lahistoria de Antonio Correa Cotto
, la bestia de Puerto Rico.

(36:41):
Hasta aquí les llego hoy.
Gracias por acompañarme, yasaben, suscríbete al canal,
denle un like, comenta.
Si me quieren enviar un mensaje, puede hacerlo a
delitosensangreayimacom.
Nos vemos en la próxima.
Gracias, como siempre.
Los quiero mucho, delitos desangre, bye.

Speaker 3 (36:58):
Dicen que la policía, para poderlo ir a capturar, le
obligaron a que saliera pegandofuego un cañaveral.
Ya, por fin volvió a reinar latranquilidad.

(37:22):
Ya, por fin volvió a reinar latranquilidad.
Ay que lo mataron, cerca dePonce, al salir de un cañaveral.
La hostia, al fin.
Vino a castigar a Correa Coto.
La hostia, al fin.

(37:44):
Vino a castigar a Correa Coto.
¡suscríbete al canal.
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