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June 29, 2025 38 mins

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La historia de José Aníbal Gerena Lafontaine, "La Palomilla", nos transporta al Puerto Rico de mediados del siglo XX para revelarnos una transformación humana extraordinaria que desafía nuestras concepciones sobre el crimen y la rehabilitación. Desde las humildes montañas de Utuado hasta convertirse en el fugitivo más famoso de la isla, este relato cautivador nos muestra cómo un joven marginado por la pobreza y la falta de oportunidades terminó convirtiéndose en un símbolo de redención.

Con apenas un octavo grado de educación, La Palomilla saltó a la fama no por la gravedad de sus delitos, sino por su asombrosa capacidad para burlar al sistema penitenciario. Siete fugas espectaculares —incluyendo su legendario escape de la temida prisión de Oso Blanco, donde utilizó una cegueta silenciada con grasa para cortar los barrotes y descender tres pisos con una soga hecha de sus propios pantalones— lo convirtieron en una figura mítica que paralizaba a la policía y fascinaba al público. Cada captura generaba multitudes, los periódicos agotaban sus ediciones, y su nombre resonaba en cada rincón de Puerto Rico.

El punto de inflexión llegó durante un violento motín carcelario cuando, contrario a lo que todos esperaban, La Palomilla protegió a un guardia penal en vez de aprovechar el caos para escapar. Este gesto marcó el inicio de su transformación. Tras años de buena conducta, recibió un indulto del gobernador Luis Muñoz Marín en 1961, y lo que siguió sorprendió a todos: se estableció en Barceloneta, formó una familia, creó un negocio exitoso (se le atribuye popularizar los famosos pilones de ajonjolí) y en 1969 fue homenajeado como ciudadano modelo.

Esta historia nos invita a reflexionar profundamente sobre las segundas oportunidades. ¿Puede alguien etiquetado como criminal cambiar completamente? La Palomilla nos demuestra que cuando el sistema ofrece una verdadera oportunidad de rehabilitación, incluso el fugitivo más famoso puede transformarse en un miembro valioso de la sociedad. ¿Conoces otras historias similares de redención? Comparte este episodio y únete a la conversación sobre cómo nuestras comunidades pueden ofrecer caminos genuinos hacia la rehabilitación.

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Episode Transcript

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Speaker 1 (00:00):
No todas las historias de fugitivos terminan
en tragedia.
Algunos no huyeron por maldad,sino por necesidad.
Y en Puerto Rico hubo uno quese fugó tantas veces que ya ni
los barrotes lo tomaban en serio.
Le dispararon, lo capturaron,lo sentenciaron y aún así logró

(00:21):
algo que nadie esperaba rehacersu vida.
Hoy les cuento cómo un jovenperseguido por toda la isla
acabó convertido en ciudadanomodelo cuando ya nadie apostaba
por él.
Esta es la historia de JoséAníbal Gerén Alafontaine, a
quien mejor se le conoce como lapalomilla.

(00:42):
Hola, mi gente, bienvenidos asu canal.
Delitos de Sangre.
Yo soy Magaly.
Gracias por acompañarme duranteeste nuevo episodio.

(01:03):
No-transcript.
A veces los nombres quedanmarcados no por lo que hicieron,

(01:24):
sino por cómo lo hicieron.
Y en los años 40, si había unhombre que ponía nerviosa a la
policía y que hacía correrrumores de boca en boca, ese era
José Aníbal Gerena Lafontaine.
Algunos lo veían como un ladrónmás, otros lo veían como un
joven perdido Y unos cuantos,aunque nunca lo dirían en voz
alta, lo admiraban por lo quelograba hacer frente a todo un

(01:45):
sistema.
José Aníbal no era undesvividor y tampoco era un
líder de banda, pero seconvirtió en el enemigo público
número uno porque lo arrestabany se escapaba, no una ni dos,
sino que se escapó un total desiete veces Y con cada fuga su
nombre se volvía más grande, másdifícil de borrar.

(02:08):
José Aníbal Gerena La Fontainenació en el barrio Florida en
Barceloneta, pero su crianza fueen Utuado, entre las montañas
donde vivían sus padres.
José Gerena y Luz La FontaineTenía una hermana llamada Doris
Gerena La Fontaine, nacida en1929, y un hermano llamado Darío
Gerena y Luz Lafontaine.
Tenía una hermana llamada DorisGerena Lafontaine, nacida en
1929, y un hermano llamado DaríoGerena Lafontaine, nacido en

(02:31):
1930.
José Aníbal llegó a estudiarhasta el octavo grado en la
escuela.
Después de eso la calle leenseñó lo que la escuela no pudo
.
Pero desde joven le empezaron aseguir los pasos.
En los archivos policíacos y enlos periódicos de la época su
nombre aparecía con distintasvariaciones Aparecía como José

(02:53):
Ramón, josé Rosario, josé Luis,josé Carlos, hasta que uno de
esos alias se convirtió en elque lo marcaría para siempre,
como La Palomilla.
Este apodo venía de unapandilla juvenil con ese mismo
nombre, formada por un grupo dejóvenes que, en plena posguerra,

(03:13):
se dedicaban a robar carteras ya meterse en casas.
No eran sicarios, eran, comodirían en esa época, carteristas
con baña.
Pero la diferencia era queestos no sólo sabían robar, sino
que también sabían escaparse.
Puerto Rico, en aquella época,no era fácil para nadie, pero
mucho menos para los que nacíanen campos pobres como Florida o

(03:36):
Tua Dolares.
Estamos hablando de los años 30y 40, cuando la isla era
considerada una posesión deEstados Unidos.
El desempleo era masivo, lapobreza normalizada y la
educación pública una lotería.
La gran mayoría de los niños sesalía de la escuela a los 10 o
12 años porque tenían quetrabajar, ya fuese vendiendo

(03:58):
dulces, cargando canastas,lavando carros.
Los campos estaban llenos dehambre y las ciudades llenas de
oportunidades para quien supierarobarlas.
No existían programas de apoyopara jóvenes en riesgo, ni
psicólogos escolares, nirehabilitación.
Si te desviabas, ibas preso yya.

(04:20):
Y si eras menor ibas alreformatorio.
Que el reformatorio en realidadno tenía mucho.
Era una época donde la cárcelservía como escuela y donde, si
nacías pobre, ya estabas a medioencerrar.
Y que quede claro, mi gente,esto no es una excusa.
No estoy justificando lasdecisiones que tomó.
Sé que siempre hay quiencomenta mis abuelos también

(04:42):
crecieron en pobreza y noterminaron presos.
Y es verdad.
No todos los que nacen sinoportunidades se desvían.
Pero también es cierto que notodos cargan con las mismas
heridas ni viven la mismahistoria.
Este canal no romantiza niglorifica el crimen.
Contamos las historias comofueron, con sus luces y con
todas sus sombras.
Y esta, la de la palomilla,merece contarse completa no solo

(05:05):
por cómo comenzó sino por cómoterminó.
Pero es desde ahí, desde esaesquina del mapa olvidada por
muchos, que empieza estahistoria.
En agosto de 1945, la policíadel pueblo de Arecibo arresta a
un joven llamado EstebanGonzález, quien era mejor

(05:26):
conocido como Jimmy y era uno delos miembros de esa pandilla La
Palomilla.
Y con él empieza a caerse elgrupo.
Uno a uno los van identificandoAlgunos tenían 13, 15, 19 años,
todos eran menores y parte deese grupo ya empezaba a ponerle
los pelos de punta a la policía.
Los arrestaban y se escapabanuna y otra vez.

(05:49):
Tanto en San Juan, santurce,mayagüez, la historia se repetía
.
Estos jóvenes forzaban puertas,burlaban a los guardias y luego
desaparecían.
A veces los volvían a capturary otras veces no.
Y entre todos esos nombreshabía un joven que todavía no
aparecía, pero que no tardaríaen sobresalir.

(06:13):
En octubre de ese mismo añofinalmente arrestan en el pueblo
de Utuado, a José Aníbal GerenaLafontaine, de 17 años.
Lo trasladan a San Juan y lesradican cargos por hurto mayor y
portación de armas.
Pero como todavía no era mayorde edad porque en ese tiempo
será menor hasta los 21 años nolo enviaron al presidio, sino

(06:38):
que lo enviaron a la EscuelaReformatoria de Mayagüez.
En esa época, en Puerto Rico lamayoría de edad no era los 18
como ahora era los 21 años.
Así que, aunque José Aníbal yatenía 17, cuando lo arrestaron
por primera vez, todavía loconsideraban menor de edad ante
la ley.
Hoy en día, a los 17 años,muchos ya son procesados como

(07:01):
adultos, dependiendo del delito.
Pero en los años 40 eso no sehacía tan fácilmente Y esa
diferencia de edad fue clavepara que no lo encerraran en una
cárcel de adultos desde elprincipio.
En vez de eso lo mandaron a unlugar que supuestamente lo iba a
rehabilitar, a la EscuelaIndustrial de Mayagüez.
Pero en vez de salir mejor,salió más astuto y eso lo salvó

(07:25):
por ahora.
La policía pensó que con esosarrestos la pandilla se había
acabado, que se habíadesintegrado con el gran trabajo
de la policía.
Si bien los otros ya estabantras las rejas o rendidos, la
palomilla apenas estabaempezando su historia, una

(07:54):
historia que, como veremos, noiba a parar ahí.
Pasaron algunos años desdeaquel arresto inicial, pero para
abril de 1948 el nombre de lapalomilla volvió a salir a la
luz Y esta vez ya no era porcarteras ni travesuras de barrio
.
Lo que se dice que hizo fuebastante serio.
En la calle Los Pinos delsector Arizona en Arecibo, la

(08:15):
palomilla alegadamente agrediócon un cuchillo a un joven de 22
años llamado Agustín SerranoVélez, a quien apodaban Manny.
Agustín Serrano Vélez, a quienapodaban Manny, no fue un simple
encontronazo se dice que lohirió tres veces con un arma
pulso cortante, lo cual lo dejógravemente herido, y huyó como
si nada Sobre Agustín MannySerrano Vélez, el joven que

(08:36):
recibió estas puñaladas.
No existen registros públicosde qué le pasó después.
No se sabe si sobrevivió, si serecuperó ni si volvió a caminar
.
Lamentablemente, a veces lahistoria se concentra en el
agresor y olvida a las víctimas.
Así que si alguno de ustedesrecuerda o sabe qué le pasó a
Maní, déjenmelo saber en loscomentarios.

(08:57):
Pero es ahora lo de lapalomilla aparecer y desaparecer
sin dejar rastro.
El fiscal de Arecibo, lorenzoLagarde Garcés, actuó bastante
rápido y le erradicaron cargospor intento de asesinato y
portación ilegal de armas.
Le fijaron una fianza de 5.500dólares.

(09:21):
Para ese momento la palomilla yaera conocido en las estaciones
de policía.
Lo que nadie esperaba era todolo que estaba por venir.
Un año después, en mayo de 1949, estando ya preso en la cárcel
del distrito de Arecibo, volvióa hacer lo que mejor sabía y se

(09:41):
escapó otra vez.
No hay dato preciso sobrecuándo ni cómo se dio la primera
fuga de José Aníbal.
Lo que sí está documentado esque, tras su arresto en 1945,
fue enviado a este reformatorio,de donde ya se había escapado
una vez.
Ese episodio inicial marcó unpatrón de fugas recurrentes

(10:04):
velocidad para salir y unaaudacia que lo definieron en los
años que siguieron.
La policía lanzó la alerta deinmediato.
Esta vez No era cualquiera fuga.
Ahora la palomilla eraconsiderada oficialmente como un
prófugo peligroso y la presiónpara encontrarlo mi gente subió
como la espuma.

(10:25):
Poco tiempo después locapturaron en Aguadilla, pero en
vez de encerrarlo y reforzar laseguridad, lo llevaron a
Santurce, al cuartel de laParada 19, porque querían
interrogarlo por un caso deasalto a mano armada contra un
hombre llamado Daniel González,quien había sido víctima en
plena avenida Muñoz Rivera,justo frente al parque Sixto

(10:47):
Escobar.
Daniel lo reconoció en cuantolo vio, pero la palomilla, como
siempre, lo negó todo.
Dijo que él estaba en otrolugar, que tenía cómo probarlo y
que además quería que loinvestigara otro agente que no
fuera el detective Ramón MViriella, porque no confiaba en
él.
Obviamente que la policía no lecreyó y lo acusaron formalmente

(11:09):
de robo a mano armada junto aMarcial Lugo, alias El Chino.
Ya para ese entonces, joséAníbal sabía cómo moverse dentro
del sistema.
Y ahí, dentro del cuartel,volvió a hacer historia.
El 30 de mayo de 1949 estabaencerrado junto a otro preso de

(11:31):
nombre Luis Ortiz Antonio,acusado de robar unos cálices de
la iglesia Y, supuestamente,cuando el reten fue al baño, se
les dio la oportunidad perfecta.
Pero aquí hay dos versiones Unaversión dice que un cómplice le
pasó las llaves y la otra, másimpresionante por supuesto, dice
y asegura que la palomilla usóun alambre amarrado a un palo de

(11:56):
escoba para alcanzar la llavedesde la celda.
Como fuera abrió el candado,brincó por la ventana y salió
corriendo por la parada 6.
Un agente lo vio escapar ydisparó, pero falló Otra vez
habían perdido la palomilla.
El escándalo no se hizo esperar.

(12:16):
Un preso llamado Juan FebreAcevedo, que estaba en una celda
cercana, juró haber vistoentrar a un hombre vestido de
blanco, con sombrero marrón, yluego salir sin que nadie
detuviera a la palomilla.
Fuera ayuda externa o puracreatividad, lo cierto es que la
palomilla estaba suelto otravez Y esta vez no era solo un

(12:39):
ladrón, era un fugitivosupuestamente peligroso,
definitivamente un dolor decabeza para el estado y el
nombre más repetido en losinformes de inteligencia
criminal.
Y esto apenas iba por la mitad.
La palomilla no llevaba ni unasemana fugado cuando la policía

(12:59):
empezó a recibir confidencias.
Lo buscaban día y noche.
Lo habían visto supuestamenteen Río Piedras, en Isla Verde y
en Bayamón, pero nadie lograbaatraparlo Hasta que finalmente
lo localizaron de madrugada enuna calle Río Piedras en junio
de 1949, un poco después de lasdos y media de la mañana, cuando

(13:21):
el detective Rufino Borrero secruzó frente con él, intentó
arrestarlo.
Pero se dice y claro que sabemosque hay que tomar las cosas
como un grano de sal que lapalomilla sacó un revólver y le
disparó dos veces a la gente,pero ninguna de estas balas
lograron alcanzarlo, dándole laoportunidad a la gente a

(13:44):
responder al fuego con variostiros de vuelta Y, según él
mismo declaró, la palomilla cayóal suelo, pero se levantó de
inmediato y corrió por unacarretera lateral hasta perderse
entre los callejones.
Para el tiempo que llegaron losrefuerzos, la palomilla ya se
había esfumado.
Horas más tarde la palomillaintentó meterse en una casa,

(14:09):
esta vez en la de un señorllamado Daniel Irizarry en la
calle William Jones.
Cuando lo sorprendierontratando de forzar una ventana,
la palomilla supuestamentedisparó otra vez, dejando caer
una media con 28 balas calibre38, y nuevamente desaparece,
como por arte de magia.
El país estaba sorprendido nosolo por toda la violencia, que

(14:35):
no era común en esa época, sinoporque nadie entendía cómo un
solo hombre podía burlar atantos a la vez.
Y la tensión subió aún máscuando un cabo de nombre, arturo
García, encontró un revólvertirado cerca de un puente.
Lo entregó al cuartel ysupuestamente todo apuntaba que
también le pertenecía a lapalomilla.

(14:56):
Ahora todas las pistolas queaparecen por ahí son de él.
El 19 de junio, tras semanas depersecución, lo volvieron a
capturar, esta vez en Arecibo, yal momento de arrestarlo le
confiscaron dos relojes, unacadena, sustancia de la que
fuman, y 10 dólares en efectivo.

(15:16):
La palomilla también admitióhaber estado envuelto en el
tiroteo de río Piedras.
El fiscal FranciscoPorratadaria le erradicó cargos
por escalamiento y posesión desustancias y se lo llevaron
preso otra vez.
Pero antes de ser trasladado,lo interrogaron por horas Y,

(15:37):
aunque no se conservapúblicamente el documento
oficial de este interrogatorio,varios cronistas de esa época
publicaron en el periódico ElMundo algunas de las respuestas
textuales.
Y lo que dijo dejó a muchos conla boca abierta.
Sobre el uso de sustancias, lapalomilla respondió no me
pregunten quién me los vendió,no quiero meter a nadie en eso.

(16:00):
Yo fumo desde hace cuatro añosy lo consigo en San Juan Todo el
mundo fuma.
Eso no es delito grande.
Y cuando le preguntaron sivivía del crimen soltó sin
filtros, yo no vivo de atraco,lo que yo hago es meterme en las
casas.
No tengo dinero, no tengotrabajo.
Pero dijo que nunca habíaterminado o abusado de la vida

(16:21):
de nadie.
Esa forma de hablar directa, sinmiedo, sin pena, reflejaba
exactamente quién era.
No se victimizaba, no sejustificaba, solo decía lo que
sentía.
Y aunque muchos criticaron susupuesto descaro, otros lo
escuchaban con una mezcla derabia, curiosidad y hasta

(16:43):
admiración.
La mañana después del tiroteo,los periódicos amanecieron con
su cara en primera plana.
No importaba si vivías enCaguas, en Mayagüez.
Todo el mundo sabía el nombre deJosé Aníbal Gerena Lafontaine.
Y la pregunta era la misma encada esquina Y ahora qué van a

(17:06):
hacer con la palomilla?
La policía lo presentó ante eltribunal de inmediato.
Los cargos eran asalto agravado, portación de armas, tentativa
de asesinato y fuga reiterada.
Pero había un problema Lapresión pública era inmensa y el
sistema no podía permitirsequedar mal otra vez, así que el

(17:30):
tribunal le impuso una de lasfianzas más altas de la época 26
mil dólares.
Eso, en los años 40, era unasentencia económica imposible.
Era como decirle no vas a salir.
No, esta vez.
Pero la palomilla ya no erasolo un acusado, era un

(17:53):
personaje nacional.
La prensa lo seguía, la gentediscutía su caso en la radio y
algunos hasta se atrevieron acompararlo con Robin Hood.
Aunque él nos robó para otrosrobaba para él.
Pero eso no importaba.
Lo que importaba era lanarrativa.
Un joven, pobre, inquieto,quien escapaba de cárceles como

(18:14):
quien escapa de una verja rota.
Y ahora, por primera vez, elsistema lo tenía.
Podrían retenerlo?
No, la historia no se detendríaahí, porque, a pesar de estar
bajo custodia, a la palomilla lequedaban más fugas, más juicios
y hasta una película que nadiese imaginaba Ya.

(18:37):
Tenía encima varios cargos,condenas acumuladas y un
historial de fugas tan extensoque uno pensaría que esta vez lo
iban a cerrar bajo siete llaves.
Pero no.
En la madrugada del 14 de marzode 1950, josé Aníbal Gerena
Lafontaine, alias La Palomilla,protagonizó una de las fugas más

(18:59):
audaces del Presidio Insular deRío Piedras, conocida como Oso
Blanco, una de las cárceles mástemidas en su momento, pero él
no le temía eso.
Con una cegueta robada, un parde pantalones de prisionero y
pura paciencia, cortó losbarrotes de la ventana de su

(19:20):
celda ubicada en un tercer piso.
Pero no lo hizo a lo loco.
Usó grasa como amortiguador desonido para que los cortes no se
escucharan, lo que le permitiótrabajar sin despertar a los
guardias.
Y cuando tuvo la ventana libre,se amarró una soga hecha con su
propio pantalón y descendióhasta el segundo piso.

(19:43):
El problema era que desde ahítodavía quedaban como 30 pies de
altura.
Problema era que desde ahítodavía quedaban como 30 pies de
altura.
El resto lo hizo con unacombinación de suerte piernas y
una colchoneta roja, porque esono lo detuvo.
Rasgó el colchón de su cama yusó la guata como cojín para
amortiguar la caída y saltó Unguardia.

(20:07):
Alberto Curet lo vio en plenaacción y le disparó tres veces y
salió corriendo detrás de él,pero terminó cayéndose en una
zanja.
Para cuando se levantó, lapalomilla ya otra vez estaba en
la calle, perdido en laoscuridad.
Esa fuga no fue cualquier cosa,fue una burla directa al
sistema, un mensaje claro No haybarrotes que me retenga.

(20:31):
Y para muchos ese fue elmomento donde dejó de ser
simplemente un fugitivo y seconvirtió en una leyenda.
Ahora, esa fuga no solo volvióa ponerlo en libertad, sino que
impactó profundamente la opiniónpública, exponiendo las graves
fallas del sistema penitenciarioen ese momento.
Y lo que vino después fue todoun circo.

(20:54):
El director del presidio, félixRivera, intentó justificar lo
ocurrido diciendo queprobablemente hubo una
conspiración entre presos.
Según él, otros confinadosMiguel Ángel González Rodríguez,
alias Quejolo, y AntonioCaraballo Vélez también habían
estado planificando escaparsecon él usando la misma ruta.

(21:15):
Pero se abrió una investigacióninterna y lo que salió a
relucir fue un total desastre enla prisión, con poca vigilancia
nocturna, mal alumbradoexterior y barrotes hechos con
un material tan débil que erafácil de cortar.
Todo indicaba que la gran,temida prisión del Oso Blanco
tenía más huecos que seguridad Y, aunque hubo sospechas de que

(21:40):
alguien de afuera le pasó esacegueta, también se planteó que
pudo haberla conseguido dentrodel mismo presidio, lo cual, de
ser cierto, hablaba aún peor delsistema carcelario.
La noticia se regó como pólvora.
En cuestión de horas ya sehablaba de su escape en San Juan
, en Caguas, en Ponce, enBayamón y hasta en la prensa

(22:00):
exterior.
Pero eso no era todo.
Unos días después, el 19 demarzo, un soldado norteamericano
llamado Edward Marshall dijohaber visto a la palomilla en
Arecibo a las 4 de la mañana y,según su relato, al confrontarlo
la palomilla le disparó dosveces y él le respondió con

(22:21):
varios tiros, pero la palomillavolvió a escaparse, esta vez
internándose entre loscañaverales.
Y si ya todo esto te pareceincreíble, espera El propio
procurador general interino,josé Aponte.
Aseguró escuchen esto.
Aseguró que había visto a lapalomilla desde un avión

(22:46):
mientras sobrevolaba la zona deBarceloneta.
Dijo que lo vio caminando poruna carretera medio abandonada,
que mandó a bajar el aviónmientras sobrevolaba la zona de
Barceloneta.
Dijo que lo vio caminando poruna carretera medio abandonada,
que mandó a bajar el avión, peroque cuando pasaron de nuevo por
el área, la palomilla ya noestaba.
Esto la prensa no lo perdonó migente.
Un columnista del periódico ElMundo, de nombre Eliseo Convas

(23:08):
Guerra, se burló ahíabiertamente diciendo ¿qué vista
la del fiscal desde un aviónpudo identificar a la palomilla?
¿Y qué vista la de la palomillatambién, que desde abajo lo vio
venir y se escondió?
Mientras tanto, la madre de lapalomilla, luz Celeste

(23:28):
Lafontaine, estaba enferma y sucasa en Utuado, estaba bajo
vigilancia constante.
Un reportero la entrevistó yella aseguró que su hijo nunca
había terminado con la vida denadie ni abusado de ninguna
mujer.
Que sí se había desviado, peroque era porque una vez una
maestra le dio un codo.
En la escuela algo así leí enla historia y desde ahí no

(23:52):
volvió a confiar en nadie.
Después de esa última gran fuga, lo buscaron como nunca antes.
Estaba en la lista de los másbuscados, había operativos,
redadas rumores en cada barrio,pero él desapareció En medio de
todo eso.
La palomilla le escribió unacarta a su madre diciéndole que
quería entregarse.

(24:12):
Le dio el nombre de una personaen San Juan con la que tenía
que encontrarse para coordinarlotodo, pero parece que la señora
se enfermó en el camino y nologró llegar a tiempo.
Perdió la cita y se perdió laoportunidad.
Días después la policíaencontró una camisa
ensangrentada con dos agujerosde bala y comenzaron a circular

(24:34):
rumores de que la palomillaestaba herido, escondido y
siendo protegido por alguien enun toado adhesivo.
El 23 de marzo, a las 10 de lanoche, finalmente lo encontraron
.
Entraron a la fuerza a unacasucha en el barrio San Antón
de Ponce y allí estaba él,herido, débil pero vivo.

(24:59):
No ofreció resistencia.
Lo habían atrapado otra vez.
El día que capturaron a lapalomilla, los periódicos se
agotaron.
No se hablaba de otra cosa.
Desde las fotos de su arresto,los detalles del operativo, las
especulaciones, todo el paísquería saber qué había pasado,
dónde estaba y si de verdad lohabían herido.

(25:21):
Y sí estaba herido, durante lapersecución había recibido dos
impactos de bala, uno en elhombro izquierdo y otro en el
testículo derecho.
Pala, uno en el hombroizquierdo y otro en el testículo
derecho.
Aún así, se mantuvo de pie pordías, escondido entre los
cañaverales, sin comer, sinapenas dormir, esperando que el
dolor bajara lo suficiente comopara seguir huyendo.

(25:43):
Y esto lo contó él mismodespués, con una calma que
rayaba en lo absurdo.
Cuando lo arrestaron, lotrasladaron al hospital Damas de
Ponce y ahí ocurrió algo quenadie vio venir.
Casi 3,000 personas seacercaron al lugar, no para

(26:05):
protestar, no a pedir justicia,sino a aclamarlo como si fuera
una estrella de cine Gentegritándole que se cuidara,
mujeres llorando, niños tratandode verlo de lejos.
Una escena surreal.
De ahí fue llevado nuevamenteal oso blanco, pero no lo
metieron directo en celda.
Estuvo varias semanas en laenfermería recuperándose, y

(26:28):
durante ese tiempo le llegabancartas todos los días.
Le llegaban regalos, comida,hasta fotografías firmadas por
admiradoras.
Y como si eso fuera poco, unjoven de 14 años, conocido como
el niño predicador Jorge Godoy,fue hasta el presidio para
visitarlo.
Jorge se había reunido antescon la madre de la palomilla y

(26:49):
pidió verlo para hablarle deDios y decirle que aún podía
cambiar su vida.
El momento fue tan comentadoque hasta la prensa lo reseñó
como si se tratara de un eventonacional.
Mientras todo eso ocurría, losjuicios seguían.
En abril de 1950 fue llevadohasta la corte por haberse

(27:09):
escapado del presidio y por eltiroteo contra el detective
Rufino Borrero.
El juez Julio Suárez Garrigadel Tribunal de Distrito de San
Juan ordenó que se le quitaranlas esposas mientras lo
escuchaba y al final losentenció a 90 días de cárcel
por la fuga.
Cuando el juez terminó, lapalomilla lo miró con una media

(27:31):
sonrisa y le dijo gracias, señorjuez.
Todo el mundo notó esto.
No era sarcasmo, no era desafío, era una especie de respeto
extraño, como si entendiera quepor fin alguien le estaba
hablando de frente, hablando defrente.

(27:54):
El 12 de mayo de ese mismo añoregresó nuevamente a la corte,
esta vez por un robo cometido en1949 en la casa del
farmacéutico Luis Ortega, aquien le sustrajo un reloj y una
sortija.
El jurado lo absolvió en menosde cinco minutos y cuando salió
del tribunal, la gente queabarrotaba la sala les regaló
dinero.
Lo tuvieron que sacar por lapuerta de atrás, acompañado por
su abogado, césar Andreu Rivas,y varios guardias penales.

(28:16):
Ya, mi gente, la palomilla noera solo un reo, era una figura
pública.
Pero el 19 de mayo la suertecambió.
Ese día el mismo juez SuárezGarriga lo condenó a cinco años
de cárcel por el cargo más serioque tenía pendiente, que era el
del ataque contra el detectiveBorrero, y en mi opinión, debió

(28:37):
haber sido el del intento deasesinato, ¿no?
Y así la palomilla volvió aquedar tras las rejas.
Pero lo que nadie se imaginabaera que el presidio estaba a

(29:02):
punto de convertirse en unabomba de tiempo y él estaría
justo en el medio guardiaspenales sin vida y provocó la
fuga de 112 confinados.
Fue una escena brutal con fuego,golpes, amenazas, gritos.

(29:25):
Dicen que el origen fue unaalianza entre presos comunes y
un grupo deilla.
Tomó una decisión inesperada Enlugar de unirse al motín o
aprovechar la confusión parairse, cosa que todo el mundo
esperaba que hiciera, escondió aun guardia penal dentro de una

(29:45):
celda y le salvó la vida.
El mismo que tantas veces habíahuido de las autoridades, esta
vez salvó a uno.
Los rumores corrieron rápido.
Algunos decían que estabacambiando, otros pensaban que
era estrategia para ganarbeneficios.
Pero entre los presos el gestofue visto con respeto.
A partir de ese día lo trataroncomo si fuera un visitante

(30:09):
especial, no un preso más, máscomo a un turista en presidio.
Poco a poco se fue ganando elfavor de los celadores, de
algunos funcionarios y hasta deotros convictos.
Pero no todo era tan fácil comoparecía.
En mayo del año siguiente 1951,sucedió algo que reavivó la

(30:32):
leyenda Se volvió a escapar.
Nadie supo cómo.
No hubo disparos, no hubo motín, solo desapareció.
Y el rumor más fuerte quecorrió por la calle es este que
lo habían dejado escapar paraque ayudara a atrapar a Toño
Bicicleta y a Gregorio LebrónMartínez.
Verdad o mito?
Nunca se confirmó.

(30:55):
La administración del presidionegó eso rotundamente.
El alcalde James M Jones dijoque días antes de la fuga un
guardia había tenido unaltercado con la palomilla en el
comedor y lo golpeó con elretén.
Eso, según ellos, fue lo quepudo haber motivado la fuga,
como una venganza silenciosa.
Pero no tardó mucho en aparecer.

(31:19):
El 21 de junio de 1951 loarrestan en una casa que estaba
ayudando a arreglar en SabanaGrande.
Utuado, esta vez no corrió, nopeleó y no se resistió, solo
pidió ver a su madre que estabapostrada en una cama, pero no se
lo permitieron.
Cuando llegó al nuevo presidio,cojeaba y cuando uno de los

(31:41):
periodistas le preguntó por qué,contestó sin rodeos me disloqué
el tobillo, cayendo en un hoyoendorado mientras caminaba
asituado.
Después de su captura, losfiscales Efraín Ruiz y Guillermo
Gil lo acusaron por la nuevafuga y por portación de armas.
El juez Juan Toro lo sentencióa tres años más de cárcel.

(32:04):
Pero aquí vino un detalle clave.
En el informe probatorio que sele entregó al tribunal se decía
que la palomilla sufría declaustrofobia desde los 14 años,
desde aquella primera vez quelo encerraron solo en una celda
de la princesa.
Por eso el mismo informerecomendaba que se le permitiera

(32:24):
salir del encierro de vez encuando para evitar que su
condición se agravara.
Pero en la práctica eso no secumplía y al poco tiempo su
abogado, césar Andreu Rivas,volvió a denunciar lo que
ocurría dentro del presidio,diciendo mi cliente lleva días
encerrado desnudo a un calabozoy no me permite ni siquiera

(32:47):
visitarlo.
La administración lo negó, todocomo siempre.
Pero esa fue la última vez quese registró un incidente entre
la palomilla y el sistemacarcelario, porque los años
siguientes algo cambió.
Es curioso cómo funciona lasociedad.
Un joven sin educación, con unhistorial lleno de fugas, de

(33:09):
robos, de resistencia constante,termina siendo más recordado
por cómo escapa que por lo quelos rodeaba.
Y uno se pregunta ¿qué habíadetrás de ese impulso de huir
todo el tiempo?
¿Era rebeldía o era trauma?
Desde los 14 años lo encerraronsolo Desde los 14 años.

(33:31):
Lo encerraron soloClaustrofobia, dijeron.
Pero nadie se preocupó portratarlo.
Solo lo siguieron encerrando,empujando más y más a un
muchacho que, como muchos otrosen la isla, nunca tuvo una
oportunidad real de enderezarse.
Y lo más fuerte es que, a pesarde todo, nunca mató a nadie,

(33:52):
nunca violó, nunca lideró unabanda de narcotráfico.
Lo que hizo fue meterse en casa,fugarse, desafiar un sistema
que ya venía fallando desdeantes que él naciera.
A veces, cuando la cárcel seconvierte en la única escuela,
no sorprende que algunosaprendan a ser maestros en
sobrevivir.
Después de su última sentencia,en 1951, algo empezó a cambiar

(34:14):
en José Aníbal Gerena Lafontaine.
Ya, no era el mismo muchachoque se fugaba cada vez que podía
.
Poco a poco, los periódicosdejaron de hablar de él, las
fugas se acabaron y los motinestambién.
Y con los años el país seolvidó de la palomilla hasta que

(34:35):
en 1955, volvió a salir entitulares, pero esta vez no como
prófugo ni como amenaza.
Esta vez era noticia porque,según el informe del presidio,
se había convertido en un presomodelo, sin necesidad de castigo
, sin incidentes, eracolaborador y respetuoso.

(34:58):
En el 1957, por su buenaconducta, le conmutaron la
sentencia y cuatro años después,en 1961, el mismo gobernador,
luis Muñoz Marín, lo indultóoficialmente.
El hombre que una vez tuvo alsistema en jaque ahora quedaba

(35:19):
libre, y no solo libreregenerado.
Se estableció en el barrioPerol de Barceloneta, se casó,
crió un hijo y montó su propionegocio.
Dicen que fue él quien inventólos pilones de ajonjolí, esas
paletas con semillas que todavíase venden en fiestas patronales

(35:40):
.
Y si no fue el primero, almenos fue él que lo popularizó
en su pueblo.
Y para los que no sepan qué sonlos pilones, los pilones son
unos dulces hechos de una mezclade semillas de ajonjolí.
Sepan qué son los pilones Lospilones son unos dulces hechos
de una mezcla de semillas deajonjolí, sésamo, tostado, miel
o melaza de caña y a vecesazúcar, que se moldean en forma
de pequeños cilindros o conossobre palitos similares a un

(36:01):
lollipop.
Para 1964, ya nadie lo llamabala palomilla.
Ahora era simplemente JoséAníbal, el Comenciante.
Palomilla Ahora era simplementeJosé Aníbal el Comenciante.
La Escuela Superior de Florida,la misma región donde nació, le

(36:25):
dedicó la clase graduanda deese año y en 1969 fue
homenajeado como ciudadanomodelo.
Lo aplaudieron, le dieronplacas y lo celebraron.
La historia que comenzó conbarrotes, persecuciones y
disparos ahora cerraba condiplomas, fotos familiares y
respeto.
En el 1970, el actor EfraínLópez Neres produjo una película

(36:45):
inspirada en su vida porque sí,hasta una película tuvo.
Y el día que murió ya no lollamaban fugitivo, ni prófugo,
ni ladrón.
Lo llamaban vecino, padre,esposo, hombre trabajador y
amigo.
Esta historia no es parajustificar lo que hizo, tampoco
para romantizar sus delitos,pero sí es para dejar claro que

(37:07):
a veces el sistema falla tantoque el mismo que perseguían
termina dando cátedra desuperación A la palomilla.
Lo encerraron desde niño, lomarcaron, lo encerraron, lo
golpearon y a pesar de todo,cuando por fin pudo vivir en paz
, lo hizo.
Fue víctima de abandono.
Pero también fue prueba de quehay gente que no nace mala.

(37:30):
Simplemente nace sin opciones,sin alguien que lo guíe por la
vida.
Y cuando por fin la vida le diouna oportunidad, él la
aprovechó.
Pude ver en Facebook unascuantas comentarios.
Le voy a poner el link, perounos cuantos comentarios.
Mucha gente que lo conocía diceque era su amigo, que hacía el

(37:51):
delivery del gas.
Me parece muy bien que logrórecuperarse, logró cambiar su
vida.
Pero hasta aquí le llego migente con la historia de José
Aníbal Gerena Lafontaine, elhombre que una vez fue la
palomilla, un hombre que llenóde frustración a la policía de
titulares a los periódicos y que, con los años, terminó siendo

(38:17):
un ejemplo de que sí, se puedecambiar.
Así que gracias por acompañarmehasta el final.
Si esta historia te hizo pensar, si aprendiste algo nuevo o si
te sorprendió lo que fue capazde hacer este hombre, te invito
a que me dejes un comentario.
Quiero saber tu opinión¿ Creesque realmente se reformó o
simplemente aprendió asobrevivir?
Y, como siempre, si no lo hashecho, suscríbete al canal,
activa la campanita y comparteeste video con alguien que
recuerde o haya escuchado elnombre de La Palomilla, porque

(38:40):
estas historias no se debenolvidar, porque son parte de lo
que somos como pueblo.
Sí que nos vemos en el próximoepisodio.
Gracias por acompañarme, pordejarme contar esta historia que
tanto habían pedido.
Mil gracias por su apoyo.
Hagan bien Sin mirar aquí.
Los quiero mucho.
Delitos de sangre.
Bye.
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