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October 31, 2025 34 mins

31 Noches de Pánico | EL ERRANTE | GRAN FINAL DE TEMPORADA | Gritos D Terror | Noche 31


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Episode Transcript

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(00:43):
Bienvenidos, oyentes valientes de la noche, 31 de nuestro
maratón infernal, 31 noches de pánico.

(01:06):
Han sobrevivido a 30 días de sombras acechantes, de susurros
en la oscuridad y de criaturas que se escabullen entre los
pliegues de la realidad desde labruja de la selva en la noche 1.

(01:30):
Que tejía maldiciones con hilos de niebla amazónica hasta el
hombre sin rostro que merodeaba por las calles empedradas de la
Ciudad de México en la noche 15,pasando por el río de almas en

(01:50):
la noche 22, donde las aguas delrío devoraban secretos no con.
Cada historia ha sido unido en el tapiz de terror que hemos
tejido juntos, pero esta noche, en la víspera de Todos los

(02:15):
Santos, con el velo entre los vivos y los muertos, se adelgaza
hasta volverse un suspiro. Te traigo el gran.
Una epopeya que une todos los misterios, todas las aventuras,

(02:37):
todos los escalofríos de este mes maldito.
Prepárense porque le rapte ese espectro que ha rondado las
esquinas de tus pesadillas. Regresa para reclamar lo que es

(03:00):
suyo. Ajusta tus audífonos, cierren
las puertas y recuerden en Halloween lo que has hecho.
No siempre viene de fuera. Bienvenidos la sombra que camina

(03:24):
entre nosotros. Están listos, apaga la luz la
noche 31. La sombra que camina entre

(03:48):
nosotros. Imagina una ciudad como
cualquier otra en el corazón de Latinoamérica, calles empedradas
que se vendían entre casas coloniales de paredes agitadas,

(04:12):
donde el aire cuelas 1000 Marchito y a humo de Fogatas
improvisadas es octubre. Y el mes ha sido un torbellino
de locuras en las plazas. ¿Los niños corrían con

(04:33):
calaveritas de azúcar teñidas derojo, riendo mientras el sol se
ponía en un cielo que parecía sangrar naranjas y púrpuras,
pero tú? Si has caminado por esas veredas

(04:53):
al atardecer, habrás sentido esecosquilleo en la nuca, esa
sensación de que alguien te observa desde el reflejo de un
charco turbio. ¿Recuerdas esa noche la primera

(05:13):
de octubre, cuando la bruja del bosque susurraba tu nombre en el
viento? O aquella en que el río se tragó
a un pescador y su bote reapareció vacío con las redes
llenas de huesos blanqueados porel tiempo.

(05:34):
Todas esas historias que hemos contado en gritos de terror no
eran solo cuentos, eran advertencias y el.
Él ha estado ahí todo el tiempo.Se llama o se llamó Don Ramiro,

(05:59):
un hombre común como el de tu vecino o el tendero de la
esquina. Murió hace 30 años, en una noche
como esta. Aplastado bajo las ruinas de una
casa derruida por un temblor en las afueras de la ciudad, su

(06:23):
cuerpo quedó sepultado bajo vigas astilladas y tierra húmeda
que olía a raíces podridas y a promesas rotas.
Pero la muerte no resultó del todo, no esa noche de octubre.
Cuando el velo se rasgó como un sudario viejo, desde entonces,

(06:50):
don Ramiro ha sido el errante, una sombra que se desliza entre
los virus alimentándose de sus miedos, tejiendo ilusiones con
los hilos de las leyendas que tehe narrado este mes.
Al principio de octubre, cuando la luna era una uña afilada del

(07:14):
cielo, el Errante Emergió de su tumba improvisada.
La tierra se abrió con un chasquido sordo, como el de una
mandíbula que se desencaja, y élse incorporó cubierto del barro
negro que goteaba como sangre. El aire era extenso, cargado de

(07:40):
ese olor a lluvia inminente que impregna las sierras andinas.
Húmedo terroso, con un matiz metálico que te eriza la piel,
caminó hacia la ciudad sus pasosmudos sobre el sendero de graba
que crujía como huesos pisoteados.

(08:03):
Nadie lo vio llegar. Porque el errante no proyecta
sombra bajo la luna llena, solo un escalofrío fugaz, como si el
viento hubiera lamido tu oreja con una lengua helada en la
noche, mientras la bruja de la selva maldecía a los viajeros

(08:29):
con visiones de serpientes que se enroscaban en sus sueños.
El errante se coló en una casa humilde en las afueras de la
ciudad. La familia dormía en hamacas que
se mecían como péndulos. En la brisa nocturna el ambiente

(08:51):
era opresivo. Parece de Adobe que sudaban
humedad, el zumbido constante demosquitos que picaban como
agujas envenenadas. Y el aroma dulzón de plátanos
fritos que aún flotaba desde la cena.
Él se sentó al borde de la cama de la abuela, una mujer arrugada

(09:17):
como un mapa viejo, y le susurróal oído, recuerda el bosque
abuelita, las raíces que te arrastran.
Ella se despertó sudando con losojos vidriosos, convencida de

(09:39):
que había soñado con la bruja. Pero no eran un sueño.
El Errante había plantado la semilla, un miedo que crece en
la oscuridad, ramificándose comolas enredaderas que estrangulan
los árboles en la selva. Día tras día, noche tras noche,

(10:06):
el Hernández se movió como un hilo invisible tejiendo el tapiz
de octubre en la noche 5, cuandohablamos de duendes, ese ser
pequeño con ojos como Carbones encendidos que roban el aliento
de los jornaleros, el merodeo por las plantaciones de

(10:30):
Veracruz. El aire allí era un soplo
caliente y pegajoso, saturado del perfume amargo del café
Maduro y del sudor de hombres que cortaban ramas bajo un sol
que quemaba como hierro al rojo vivo.

(10:52):
Las hojas susurraban secretos alviento, un roce seco como uñas
arañando madera. Un peón exhausto se recostó
contra un tronco rugoso y el errante se agachó a su lado

(11:13):
imitando el gruñido de un animalherido.
El hombre se levantó de un saldo.
Con el corazón martillando como un tambor de guerra y juró haber
visto una figura pequeña danzadaentre las Matas, me sentó en el

(11:35):
malposeó a sus compañeros alrededor de la cogata esa
noche, donde las llamas crepitaban y lanzaban sombras y
bailaban como demonios en las paredes de las chozas.
El errante sonrió la oscuridad, una sonrisa sin labios, sólo un

(12:00):
estiramiento de niebla y se alejó, dejando atrás un rastro
de lugar que se enraizaban en sus mentes.
Pero el errante no era sólo un observador, el anhelaba más.

(12:22):
Cada historia de nuestro maratónle daba fuerza en nahuatl en la
noche 10, que se transformaba enJaguar bajo a la luna, con su
pelaje moteado brillando como obsidiana y sus garras dejando
surcos humeantes en la tierra roja.

(12:44):
El hombre sin rostro de la noche15.
Cuya ausencia de fracciones era un vacío que succionaba las
almas en Santiago de Chile, donde el esmog nocturnolia
escape quemado y apan recién horneado, un contraste cruel que

(13:06):
volvía loco al olfato. El errante Absorbía estos ecos
moldeándolos en su forma etérea.Su piel, si es que tenía piel,
se volvía más sólida su voz. Un murmullo que podía

(13:27):
confundirse con el rumor de la multitud en un mercado
abarrotado. ¿Tú lo has sentido, verdad?
En esas situaciones ambiguas quetodos hemos vivido.
Esa vez que caminabas solo por una calle desierta al anochecer

(13:52):
y juraste que alguien te seguía,pero al goltear solo había un
perro callejero lamiendo un charco de lluvia sucia, o cuando
en una fiesta de Día de Muertos,el incienso de Copal te ahogaba
la garganta. Es un espeso, un resinoso que se

(14:17):
pegaba a la ropa como un sudarioy viste a un hombre en el
rabillo del ojo vestido de charro que se desvaneció entre
los danzantes. Era un disfraz.
¿Te preguntaste después con el pulso acelerado y el paladar

(14:40):
amargo de tequila Rancio? El errante era él, siempre lo ha
sido. Se mezcla en las multitudes de
las ferias octubrinas, donde el aire vibra con el estruendo de
mariachis desafinados y el dulzor empalagoso de las

(15:04):
Hojandras espolvoreadas de azúcar se sienta en los
autobuses de estar talado. Los que traquetean por
carreteras polvorientas oliendo a diesel y a frutas maduras
aplastadas bajo los pies y te Rosa el hombro con un dedo frío

(15:27):
como el mármol de una lápida. Disculpe, murmura con una voz
que podía ser la de tu tío fallecido.
Y tú asientes distraído. Sino tal como tus recuerdos se
tiñen de gris. A medida que avanzaba el mes, el

(15:51):
errante se volvió audaz en la noche 22 con el río de almas,
ese caudal negro del Magdalena que arrastra lamentos de
ahogados, ese dragón barquero imprudente.
Elegante, cruzó el puente colgante sobre sus aguas

(16:11):
turbulentas. El viento aullaba como un lobo
herido, azotando las cuerdas quegemían como tendones tensos y el
agua bajo chapoteaba con furia, salpicando gotas que olían a
salmuera y a podredumbre antigua.

(16:34):
Se asomó el borde. Y del reflejo ondulante vio no
su rostro desdibujado, sino los de todos los personajes de
nuestras historias, la bruja conojos de serpiente, el duende con
dientes como navajas, el nahual rugiendo en la distancia.

(16:58):
Pronto se dijo, el velo se romperá del todo.
Algo era su meta esa noche final, cuando los altares
rebozaban de Cempasúchil, floresnaranjas que desprendían un
aroma terroso y picante como tierra removida de una fosa

(17:24):
fresca y las calacas de papel picado danzaban en la brisa, el
errante Planeaba su asalto. No sólo observar, poseer, elegir
un cuerpo, un alma desprevenida y anclarse al mundo de los

(17:47):
amigos antes de que el reloj marcara la medianoche y el velo
se cerrara de nuevo la ciudad palpitaba con la fiebre de
Halloween. Calles adornadas con calabazas
talladas que goteaban cera derretida de velas parpadeantes.

(18:12):
Su luz naranjada proyectando sombras alargadas que se
retorcían como dedos esqueléticos.
El aire era un festín sensorial.El crujido de hojas secas bajo
botas de niños disfrazados de diablitos y catrinas, el aroma a

(18:34):
chocolate caliente mezclado con el humo acre de pirotecnia
barata y el bullicio de risas que se quebraban en sollozos
repentinos, como si alguien hubiera pisado un vidrio roto.
El Errante caminaba entre ellos,ahora casi tangible.

(18:59):
Su figura se delineaba como un hombre de mediana edad, con un
sombrero gastado y poncho raído que olía a naftalina y a olvido
se coló en una procesión de Día de Muertos.
Donde las ofrendas humeaban con el vapor de tamales envueltos en

(19:22):
hojas de maíz, su masa esponjosay salada tentándolo con un
hambre que no era de carne, sinode existencia.
Allí la vio a Elena, una joven maestra que había escuchado cada
episodio de nuestro Podcast. Acurrucada en su departamento

(19:46):
esa noche de la 15, Elena, con sus ojos castaños que reflejaban
las luces de León parpadeantes de la ventana, era perfecta,
ambiciosa, sola, con un corazón herido por la pérdida de su

(20:08):
madre. Muerte en un accidente en la
noche 3. Cuando la historia del carro
fantasma no celó la sangre, Elena caminaba ahora por la
avenida principal. Su falda floreada andeando como
alas de mariposa. En la brisa fría que bajaba de

(20:31):
las montañas, el errante la siguió su presencia, un peso
invisible en el aire. Haciendo que las mariposas
nocturnas revolotearan erráticasalrededor de las farolas como
almas desorientadas, Elena susurró cuando ella se detuvo en

(20:57):
un puesto de antojos, donde el aceite saltaba en la plancha y
el olor a cebolla carmenizada semezclaba con el picor de Chiles
Asados. Ella se volvió frunciendo el
seño, pero sólo vió un hombre común ofreciéndole un tamal

(21:18):
envuelto. Enojomeante.
¿Me conoces? Preguntó ella con una risa
nerviosa que sonó como campanillas rotas de las
sombras. Respondió él.
Y su voz era un eco de todas lasnarraciones de octubre, el

(21:41):
gruñido del Nahual, el lamento del río, el susurro de la bruja.
Elena Mordió el Tamal, la masa caliente, quemándole la lengua y
sintió un escalofrío que atribuyó al viento.
Pero era él probando su esencia,saboreando.

(22:06):
El pulso de su vida, la noche avanzaba quien errante Tejía su
red en un callejón angosto, donde las paredes resumaban
graffiti, desvaído y el suelo estaba alfombrado de basura
húmeda que apestaba a orina y a sueños abandonados inbocoicos de

(22:31):
nuestras historias. Un niño disfrazado de duende
pasó corriendo y de repente el aire se envió como si un glaciar
hubiese exhalado. El pequeño tropezó y en su caída
vio o creyó ver ojos rojos parpadeando en la oscuridad.

(22:57):
Gritos ahogados elevaron, mezclándose con el estallido de
cohetes que iluminaban el cielo en explosiones de verde y rojo
como venas reventadas. Elena, alertada por el alboroto,
se acercó y el Errante, el átomodel brazo.

(23:21):
Su tacto era ahora firme. Como una garra de un bocado
emergiendo del río ven conmigo, le dijo Enviándola hacia un
parque donde los altares improvisados ardían con velas
que goteaban se la roja sobrepétalos marchitos en el

(23:46):
parque el ambiente en un vórticede terror sutil.
Árboles centenarios se erguían como guardianes nudosos.
Sus raíces nudosas, emergiendo del suelo como venas expuestas y
el viento susurraba entre las hojas imitando voces lejanas.

(24:09):
Elena recuerda tu madre, el carro que la llevó.
Ella se detuvo. El corazón latiéndole como un
tambor en las costillas, el sudor perlando su frente.
A pesar del frío que calaba hasta los huesos, el errante se

(24:31):
acercó más su aliento, un hálitogélido que olía a tierra
removida y incienso quemado que caminaba este mes por ti
confeso. Su voz, un tejido de todas las
leyendas, el rugido del Jaguar, el chapoteo de almas en el río,

(24:56):
el crujido de la casa en ruinas cada noche.
Cada historia me ha traído aquí el velo está Delgado, Elena.
¿Puedo darte lo que perdiste? Sólo déjame entrar.

(25:19):
¿Ella lo miró y por un instante El Mundo se invitó, era un
hombre loco, un borracho de la fiesta o algo más?
Situaciones ambiguas como esa vez que soñaste con tu difunto.
Y despertaste con el teléfono sonando a medianoche, un número

(25:42):
desconocido que se portaba con la estática, el llenado do y en
esa duda, el errante se filtró sus dedos se hundieron en su
piel como un buen agua y ya sintió un tirón en el pecho,
como si un hilo invisible la jalara hacia el abismo.

(26:06):
Imágenes de este yaron, la brujariendo en la selva, el duende
danzando y el río tragándose barcos fantasmas.
No es real, se dijo, pero su vozyo ronca, ahogada en un gorgoteo

(26:27):
que no era suyo. La medianoche se acercaba el
reloj de la Catedral cercana. Cañón 11 campanadas, cada una un
martillo contra yunques invisibles, reverberando en el
pecho como un presagio. El errante la llevó al centro

(26:51):
del parque, donde un altar mayorardía con ofrendas, fotos
desvaídas de los muertos, velas que chisporroteaban con mechas
negras y flores de cempasúchil. Que se marchitaban ante sus ojos
pétalos cayendo como lágrimas defuego.

(27:15):
El aire era un tapiz de olores, el dulzor del azúcar de almas,
el amargor del copal, que se elevaban espirales grises y
debajo en el o sutil de la descomposición.
Como carne olvidada en un refrigerador descompuesto, la

(27:41):
multitud danzaba alrededor máscaras de calaveras riendo con
dientes pintados, pero sus movimientos se volvieron lentos,
como si el tiempo se espesara enmiel negra.
Ahora murmuró el Errante. Su forma solidificándose sus

(28:06):
ojos, pozos negros sin fondo se clavaron en los de Elena.
Ella luchó sus uñas arañando el aire, pero era tarde.
El velo se rasgó con un sonido inodible un desgarro como tela
podrida y él se derramó en ella como tinta en agua clara.

(28:31):
Su cuerpo se convulsionó los ojos rodando en blanco y un
grito escapó de su garganta. Sino el lamento colectivo de
octubre, el aullido del Nahual, el chapote del río, el susurro
de la bruja. La multitud se apartó.

(28:56):
Atribuyéndola un desmayo por el calor de la fiesta.
Un trago de más. Nadie vio como sus labios se
curvaban en una sonrisa que no era suya.
Cuando el reloj marcó las 12, elvelo se cerró con un suspiro

(29:16):
colectivo. Las velas se apagaron de golpe,
dejando un humo que picaba en los ojos y olía.
Sufre Elena o lo que quedaba de ella se levantó ajustándose en
la falda, con manos temblorosas,camino entre la gente que se

(29:38):
dispersaba el eco de risas desvaneciéndose en la niebla que
bajaba de las colinas. Nadie notó el brillo extraño en
sus ojos, ni como el aire alrededor se enfriaba haciendo
que los perros aullaran en la luna menguante.

(30:00):
Pero lo logró. ¿Se encó el errante al mundo de
los vivos o fue el solo otro ECO?
Otro truco del Halloween que se desvanece con el Alba.
Elena regresó a su departamento,donde el radio aún mormoraba el

(30:24):
final de nuestro podcast se miróen el espejo, empañado por el
vapor de la ducha, el vidrio rayado, reflejando una figura
borrosa con sombras que se movían detrás de sus hombros
hasta el próximo octubre. Se dijo con una voz que era

(30:48):
mitad suya, mitad susurro sepulcral.
Afuera la ciudad despertaba gallos cantando en Corrales
lejanos el rumor de voces arrancando con estertores y
dice, el aromaca fue fresco, filtrándose por las rendijas.

(31:14):
Pero en las esquinas, en los charcos que reflejaban el cielo
gris, algo esperaba una sombra que camina entre nosotros,
paciente tejido, hilos invisibles para el próximo mes
de pánico. ¿Lo sientes ahora que se

(31:40):
construyó en la nuca? Está aquí.

(32:13):
Han sido 31 noches de escalofríos compartidos de
terrores que nos unen en la penumbra, gracias por su
valentía, por encender las velasy apagar las luces, por dejarse
llevar por las sombras que hemosinvocado juntos.

(32:35):
Si esta temporada les ha robado el sueño o les ha reganado
pesadillas inolvidables, sepan que su participación ha sido el
alma de este podcast. Compartan sus historias en las
redes, susurren sus miedos en los comentarios y, si desean que

(32:57):
el terror continúe, que el Errante regrese el próximo
octubre. Díganmelo.
Quieren más noches de pánico, más velos rasgados.
Su voz es la que decide hasta lapróxima sombra.

(33:23):
Duerman con un ojo abierto, se despide.
¿Pero el miedo? El miedo nunca duerme.
Buenas noches y feliz Halloween.
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