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October 24, 2025 25 mins

31 Noches de Pánico | LA GALERÍA DE LA CARNE | Gritos D Terror | Noche 24


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Episode Transcript

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(01:04):
Que congela la sangre. 31 nochesde pánico.
El fin de mes está cerca y con el momento en que lo digital
cruza la línea hacia lo visceral, olviden los fantasmas.

(01:30):
En los sádicos y los demonios enespejos viejos, hoy el terror
tiene una pantalla brillante y cabe en su bolsillo.
¿Alguna vez han revisado su galería de fotos solo para

(01:52):
encontrar imágenes que no recuerdan haber tomado?
Fotos con un ambiente tan pesadoy un contenido tan gordo y
grotesco que su mente las habríaborrado por instinto.
Prepárense para una historia quenos lleva al edificio Carcash,

(02:19):
donde una joven descubre que su historial es un algo donde fotos
del futuro. Un futuro de canibalismo y
desesperación que se niega a serun borrado.
Es una premonición macabra que se acerca a la realidad.

(02:42):
Con cada hora que pasa, apaga todas las notificaciones, ajusta
tus audífonos porque esta noche la memoria de su smartphone.
Podría ser el lugar más peligroso de este mundo, así que

(03:08):
si están listos, apaga la luz site atreves, la galería de la
carne. El edificio cargage se alzaba en

(03:33):
el barrio olvidado un esqueleto de ladrillo roído por la humedad
y el olvido. Harina vivía en el séptimo piso,
donde el aire era tan denso y cargado de moho que no podía
respirar. La única luz que le llegaba era

(03:58):
el brillo verdoso y perpetuo de la neblina que envolvía al viejo
mercado negro visible desde su ventana.
Eran las 15:00 H de la tarde. El sol intentaba sin éxito
penetrar la capa de polución y desesperanza alguna.

(04:24):
Buscando liberar espacio en su smartphone, su única conexión
funcional con El Mundo decidió hacer limpieza en su galería de
fotos, la tarea de la monótona, fotos de recibos, capturas de

(04:44):
pantalla, cielos grises en el corazón de la galería.
Una carpeta se había materializado.
Guión bajo profano no recordaba haberla creado al abrirla, el

(05:08):
ambiente en la habitación se sintió 10°, más frío.
Las fotos no eran suyas, eran 9 imágenes numeradas.
Tomadas todas en un ángulo picado, como si fueran la
perspectiva de alguien cayendo, la foto 1 mostraba una mano

(05:37):
pálida y temblorosa, aferrada a una barandilla de hierro oxidado
idéntica a la de la escalera de incendios del carcash.
Los nudillos estaban blancos y un reguero de sangre fresca y

(05:57):
oscura goteaba sobre el cemento agrietado.
Alina sintió un escalofrío helado, intentó borrarla.
El teléfono emitió un breve zumbido y la foto desaparecida.

(06:20):
Un instante después reapareció en su lugar lo intento de nuevo
y otra vez la imagen se negaba aser eliminada, como si su propia
existencia digital tuviera un rencor particular contra el
borrado sacudiéndose el pánico. Decidió ignorarlo y siguió

(06:48):
hojeando la foto, dos era peor, un comedor estrecho, iluminado
por una bombilla desnuda y suciaen el centro, una figura borrosa
pero grande de espaldas, inclinada sobre una mesa sobre

(07:14):
la mesa. El plato no contenía comida,
contenía la mitad de un rostro humano con la boca abierta en un
mito silencioso. El aire en la foto parecía
espeso, saturado de un hedor borroso y putrefacto.

(07:38):
La foto 3 la hizo gritar, era lavista desde el suelo de una
cocina. Botas de trabajo manchadas de
algo rojo oscuro y detrás de lasbotas, una osamenta de lo que
parecía ser un torso vacía despojada de carne con las

(08:04):
costillas como arcos rotos en lapenumbra.
Esa noche Alina no durmió. A las 6:15 H de la mañana, la
foto 1 se movió a la pantalla principal.
Abrió la galería con manos sudorosas y temblantes.

(08:28):
La foto había cambiado, ahora era ligeramente más nítida y un
pequeño detalle la paralizó. La barandilla estaba iluminada
por la luz. Su matinal filtrado, tal como se

(08:48):
veía su escalera de incendios enese mismo instante, se negó a
levantarse. Bloqueó el teléfono a las 6:30 h
un golpe seco la sobresaltó su gato atalaya.

(09:10):
Se había quedado atrapada en el pequeño balcón de servicio,
justo al lado de la escalera de incendios.
Alina se vio obligada. Abrió la puerta del balcón.
En el exterior, frío y cortante,olía a metal al estirar la mano

(09:34):
hacia la barandilla de hierro oxidado.
Para poder alcanzar al gato miró, sus nudillos pálidos eran
exactamente los de la foto. En un pánico mudo intentó

(09:55):
retroceder, pero un resbalón en el musgo húmedo del balcón la
hizo caer. Su mano se raspó violentamente
contra el metal. Abrió La Palma.
Allí estaba el reguero de sangrefresca y oscura, goteando sobre

(10:17):
el cemento agrietado. El momento se había cumplido,
tembló y regresó a su departamento y lesa más allá del
Corte, pero psicológicamente desgarrada.

(10:39):
La memoria del teléfono no solo guardaba sus fotos, guardaba su
destino. A la mañana siguiente, la foto
dos dominaba su pantalla. La hora en la esquina superior

(10:59):
derecha indicaba las 8:47 h PM. Era el comedor con el plato
macabro. Alina reconoció el papel tapiz.
Era el de la planta baja en el apartamento de la señora Romero,

(11:23):
la solitaria vecina que nunca salía.
No iré a ningún lado. Se prometió pepeando su puerta y
tirando el pestillo, se arrastrópor el día con los nervios a
flor de piel. A las 8 P.

(11:47):
M el hambre la devoró, no había comido nada.
En casi 2 días buscó el alacena vacía.
De repente, recuerdo que la señora Romero le había ofrecido
una vez un poco de harina de maíz.

(12:11):
La necesidad se impuso al miedo con el corazón latiéndole contra
las costillas, Alina bajó al primer piso.
La neblina fuera se había espesado hasta convertirse en un
Vero blanco y ciego. Tocó la puerta de la señora

(12:33):
Romero. Silencio estaba a punto de
marcharse cuando la puerta viejay mal ajustada se deslizó hacia
adentro. Una oscuridad pesada emanaba del
interior. Señora Romero Salina, se detuvo

(12:58):
en el umbral. El comedor estaba como en la
foto, iluminado por una bombillaamarilla y sucia.
Sentado en la mesa no estaba la señora Romero, sino un hombre
gigantesco, con la espalda encorvada, vestido con ropa de

(13:19):
trabajo desgarrada. El masticaba lentamente
emitiendo un sonido húmedo y naoseabundo anina petrificada
retrocedió. El hombre levantó la vista, su

(13:40):
rostro estaba embarrado de rojo y sus ojos pequeños y vidriosos,
brillaron con una excitación depredadora.
Pero no era lo que sostenía. Lo que la rompió era lo que
estaba sobre el plato. Sí, era la mitad de un rostro,

(14:05):
pero este rostro le era familiar.
Reconoció los ojos asustados de su propio gato, atalaya, que de
alguna manera el caníbal. Había troceado con precisión
quirúrgica. El hombre sonrió en un solo

(14:29):
movimiento, arrojó el plato y seabalanzó.
A mí le gritó un sonido estrangulado que se perdió en la
humedad. El carcash corrió escaleras
arriba los pasos del hombre, retumbando a pesados y lentos.
Detrás de ella no era una persecución, sino una procesión

(14:56):
de la fatalidad. Llegó a su piso, se encerró,
pero la puerta no tenía sentido.La foto 3 ya estaba en su
teléfono con la hora marcada, 9,2 P.
M. La escena había cambiado

(15:18):
ligeramente. Ahora las botas de trabajo
estaban más cerca y junto a la osamenta vacía había un
fragmento de tejido, una tela a cuadros idéntica a la blusa que
ella llevaba puestas. Eran las 9:01 h PM.

(15:47):
Alina corrió a la cocina loca deterror.
Trató de saltar por la ventana, pero estaba atascada por la
pintura. Buscó un cuchillo.
En ese momento, la puerta de su departamento se dio con un

(16:07):
crujido agónico. El hombre canilo al entró sin
prisa. Con el cuchillo de Trinchar en
la mano, harina rojo, un plato. El ni se inmutó.
Ella intentó escabullirse bajo la mesa, pero él alcanzó, la

(16:30):
arrastró y la tiró al suelo. Cayó de espaldas su cabeza,
golpeando el linóleo en su visión borrosa.
Vio las botas de trabajo justo donde la foto la había predicho.

(16:51):
Él levantó el cuchillo. Alina sintió que la hoja fría se
hundía, pero la agonía fue breve, ahogada por un terror más
grande que el dolor físico. El hombre sonrió por última vez.

(17:12):
El teléfono de Alina cayó de su mano inerte.
La hora cambiaba a 9 0, 2 P. M la luz de la bombilla iluminó
la escena, las botas, la osamenta vacía, la de atalaya,

(17:34):
aunque a ese nivel de despojo era irreconocible.
Y el fragmento de la blusa a cuadros.
El hombre, un simple depredador,comenzó su labor, pero el giro
final no estaba en la carne, sino en la memoria 1.

(17:59):
Segundo. Después, el teléfono de Alina
con su galería profano abierta. Tomó una nueva foto, la foto 10.
La foto 10 mostraba un plano detalle del hombre encorvado
limpiando el cuchillo con un paño sucio, pero en el fondo,

(18:25):
desenfocado y espectral, se veíaun teléfono, otro idéntico al de
Alina sobre una mesa en la esquina.
El caníbal terminó y se fue la neblina del mercado negro
engullendo su silueta. El smartphone de Alina se quedó

(18:50):
encendido en el edificio, carga la humedad y hermó comenzaron a
reclamar la sangre derramada y acientos de kilómetros.
En una ciudad luminosa y moderna, otro joven se aburría

(19:12):
en el metro. Empezó a limpiar su galería de
fotos riéndose de las viejas selfies.
De repente, una carpeta que no recordaba haber creado.
Apareció guión bajo profano. Contenía 10 imágenes, la décima

(19:39):
ahora renombrada como foto 1 erala imagen del caníbal limpiando
su cuchillo en un departamento sucio.
El fondo borroso era idéntico alque él veía a través de la
ventanilla del metro. El joven intento borrarla.

(20:04):
No pudo intentó borrar toda la carpeta imposible.
La memoria del teléfono no era sólo un chip almacenamiento, era
un éter oscuro, un resentimientocósmico que, alimentado por la
inercia digital, se dedicaba a archivar y luego proyectar las

(20:30):
atrocidades más. De la humanidad, usando los
usuarios como actores de su propio guión de horror, la
memoria de Alina se había transferido.
El historial era suyo. Era el registro de una entidad

(20:55):
que existía en el espacio entre el hablo y el.
El suspiro cerró la galería y sepreparó para bajarse en su
parada. El reloj marcaba las 6:15 h PM.

(21:19):
El tren paró en un andén que se veía extrañamente viejo y
húmedo. Había una barandilla de hierro
oxidado. Y un par de zapatos tirados en
el suelo. Al salir tropezó y al agarrarse
de la barandilla notó el primer indicio, sus martillos estaban

(21:46):
varios y el aire del Sol y a ocio y desesperación, tal como
la neblina, que nunca se disipa sobre el mercado negro.
La foto 1 le sonrió desde su bolsillo.

(22:07):
El historial digital guarda rencores y cada foto, al negarse
a morir, solo espera su turno para volverse real cuantas
carpetas profan. Ya están en los terabytes de la

(22:29):
nube. Y con eso cerramos el archivo
guión bajo profano por esta noche.
Si están escuchando esto, asegúrense de apagar su galería
de fotos antes de dormir. Recuerden, un smartphone tiene

(22:56):
memoria. Y si no borran el contenido, ese
contenido bien podría terminar borrándolos a ustedes.
El rencor digital es el más fríoy persistente de todos.

(23:17):
Hemos sobrevivido a la noche 24 de 31 noches de pánico.
Pero el maratón está lejos de terminar mañana.
Es la noche 25 y nos adentraremos en el terror de la
geografía, donde la naturaleza no solo es indiferente, sino

(23:42):
activamente hostil. ¿Qué pasa cuando el único sonido
que conocen se vuelve su peor enemigo?
Mañana viajaremos a un pueblo costero envuelto en una neblina
perpetua, donde lo único constante es un zumbido de baja

(24:07):
frecuencia que ha carcomido la sanidad de todos sus habitantes
durante generaciones. Los doctores lo llaman tintus.
Los pescadores lo llaman el canto del limón, pero hay algo

(24:29):
peor que el subido mucho peor. Mañana exploraremos el momento
en que ese sonido se detiene de golpe, dando paso un silencio en
esa ausencia de ruido, sino la presencia voraz de lo

(24:49):
innombrable. El silencio es sólo la boca
abierta y de contarle un amigo sobre te espero mañana para la

(25:15):
siguiente noche 25 que tenga. Una noche de miedo.
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