Episode Transcript
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(00:43):
Unidos, oyentes valientes o tal vez imprudentes, soy su
anfitrión. El susurro en la oscuridad que
(01:04):
no te deja dormir y esta noche, el número 27 de nuestra última
semana, en el corazón palpitantede octubre, nos sumergimos en el
(01:24):
maratón que congela la sangre 31noches de.
Pánico, 31 veladas donde la sombra se estira como dedos
codiciosos, el viento abuchan, hombres olvidados y cada crujido
(01:49):
en la casa es una invitación a lo prohibido a lo humano.
Es solo una fecha. Es la grieta por donde se cuelan
los muertos disfrazados de fiesta, listos para reclamar lo
(02:11):
que les pertenece de esta semana, mientras las calabazas
se pudren en los umbrales y la niebla lame las ventanas como
una lengua helada. Les traigo los últimos relatos
(02:31):
que arañan el alma, historias depueblos malditos en la Sierra,
donde el Día de Muertos se fundecon fantasmas y la línea entre
la risa y el grito se borra en la niebla.
(02:52):
Escuchan esto que seco instante.Es el latido de lo que viene.
Prepárense porque en gritos de terror no hay escapatoria sobre
el terror puro crudo que se enreda en sus pesadillas ya
(03:19):
sintonizados en la frecuencia del miedo.
Les deseo una noche inquieta y recuerden, si apagan la luz, no
seremos solo nosotros los que escuchemos sus gritos, que
(03:41):
comience la noche número 27 de pánico, así que.
¿Están listos? Apaga la luz si te atreves, la
sombra de Todos los Santos en elcorazón de un pueblo olvidado en
(04:10):
la Sierra es de Oaxaca. Donde el viento susurra secretos
entre las ruinas y antiguas capillas y los maizales se mecen
como almas inquietas. Llega la semana de Todos los
Santos. No es el Día de Muertos con sus
(04:34):
ofrendas coloridas y de las que bailan en el aire perfumado de
cempasúchil, no. Este es un Halloween traído por
los norteamericanos con Calabazas talladas en Canas
Corotescas que gotean savia pegajosa bajo la luna me aguante
(05:00):
el aire huele a tierra húmeda y algo más, algo podrido que se
cuela desde las grietas de la tierra.
Como si los muertos se hubiesen cansado de esperar su turno y
decidieran colarse antes de tiempo.
(05:23):
María, una joven maestra que regresó al pueblo después de
años en la ciudad, siente el peso de esa semana como una losa
sobre el pecho. El pueblo se conforma de un
puñado de casas de Adobe Agrietado por el sol implacable
(05:46):
del día, pero de noche de noche se transforma las calles
empedradas cubiertas de una niebla espesa que sube del río
Seco, como el aliento de un moribundo.
Serpentean entre sombras que parecen alargarse más de lo
(06:10):
normal, los faroles de aceite parpadean con una luz
amarillenta proyectando siluetasdeformes en las paredes.
Una rama que parece un brazo extendido, un perro callejero
cuya sombra tiene demasiadas cabezas.
(06:36):
Y el silencio no es un silencio común.
Es un que zumba, como el aleteo de murciélagos invisibles
rozando el oído, esperando que bajes la Guardia para susurrar
de horrores. La primera noche, María camina
(07:00):
de regreso a la casa de su abuela.
Una choza al borde del cementerio, donde las tumbas se
apiñan como dientes podridos en una mandíbula abierta.
El cielo es un manto negro salpicado de estrellas que
tiquilan con malicia con ojos que observan desde arriba.
(07:28):
El viento arrastra hojas secas que crujen bajo sus pies, pero
entre el roce seco oye algo más,un rezo en latín fragmentado,
como si viniera de una radio malsintonizada.
Réquiem maternal Donna es Réquiem se detiene.
(07:57):
El corazón latiéndole como un tambor de guerra en el pecho,
mira alrededor nada, solo la niebla que se arremolina sus
tobillos, fría como de 2 muertos, sacó de la cabeza
atribuyéndolo al cansancio, peroal llegar a la puerta encuentra
(08:22):
una calabaza en el umbral. No es como las otras, esta no
tiene ojos ni boca tallados. En su lugar hay grietas que
forman un rostro, una sonrisa torcida con dientes que parecen
gotear sangre negra bajo la luz de la Luna esa noche.
(08:50):
Duerme con las luces encendidas,pero el sueño la atrapa.
De todos modos, sueña con el cementerio, donde las lápidas se
inclinan unas hacia otras como conspiradores.
En el centro, una figura encapuchada acaba con las manos
(09:12):
desnudas y la tierra que arroja brilla con un fulgor
fosforescente. Como si estuviera viva la
figura, levanta la vista y bajo la capocha no hay rostro.
Es un vacío que succiona la luz,un agujero que grita en
(09:34):
silencio. María se despierta empapada en
sudor con el olor a tierra fresca, impregnado en las
sábanas afuera. El gallo no canta al amanecer.
En su lugar, un huido lejano rasca el Alba como el lamento de
(09:56):
un niño perdido en la niebla. Al día siguiente, el pueblo buye
con preparativos para la noche de disfraces.
Niños con máscaras de calaveras corren por las plazas riendo con
voces que suenan demasiado agudas, demasiado adultas.
(10:24):
Las mujeres cuelgan guirnaldas de maíz y huesos de animal, pero
María nota que algunos huesos noson de res o de pollo, son
delgados. Turbos como dedos humanos en la
tiendita de don Ramiro, donde elaire está cargado de polvo y el
(10:47):
olor a tabaco rancio, las vecinas cuchean sobre las
desapariciones. La niña de los López se la llevó
el viento anoche, dice una santiguándose y el borracho de
la esquina. Estuvieron bailando solo en el
(11:09):
maizal con una sonrisa que no era suya.
María intenta reírse decir que son cuentos de bruja para
asustar a los forasteros, pero su voz sale ronca atrapada en la
garganta por un nudo invisible. La segunda noche trae la
(11:35):
tormenta. El cielo se abre como una herida
supurante vomitando lluvia que azota los tejados de zinc con
una furia demoníaca. Los relámpagos iluminan el
pueblo en flashes Espectrales, una Cruz torcida en lo alto de
(11:57):
la capilla, un columpio vacío que se mece solo.
Imbolsado por una brisa inexistente, María se refugia en
la casa de su abuela, cuya habitación huele a naftamina y
algo dulce como carne, desconpuesta encuentra un viejo
(12:21):
vaho en el ático cubierto de polvo que se pega a los dedos
como piel muerta dentro. Cartas amarillentas por el paso
del tiempo, fotos desvaídas de la familia en una, su abuela
joven posa con un hombre de ojoshundidos y detrás de ellos, en
(12:46):
la niebla del fondo, una multitud de sombras con rostros
borrosos como si hubiesen sido borradas a propósito.
Mientras hojea las cartas, el viento, aula más fuerte y oye
pasos en el tejado, lentos, deliberados, con uñas raspando
(13:14):
la madera, levanta la vista y por la ventana entre de una
figura al otro lado del vidrio empañado, salta.
Encorvada, con una capa que se funde con la oscuridad.
No golpea, solo observa inmóvil mientras la lluvia corre por el
(13:40):
cristal como lágrimas de sangre.María cierra las cortinas con
manos temblorosas, pero el eco de sus pasos persiste en su
mente. Un ritmo que late en sincronía
con su pulso acelerado. Esa noche lo sueña.
(14:03):
En cambio, se la pasa en vela oyendo como la casa cruje como
si respirara, inhalando el terror que se acumula en las
paredes la tercera noche al Owenpropiamente dicha.
(14:24):
El pueblo se convierte en un carnaval de pesadillas.
Faroles de papel con rostros demoníacos flotan en el aire
guiados por cuerdas invisibles que se tensan como venas.
La música de mariachi se mezcla con cánticos, un coro de voces
(14:47):
que no pertenecen a los vivos. Los Santos vienen.
Los Santos vienen a cobrar Maríacontra su voluntad, sale a la
calle atraída por un tirón inexplicable en el pecho, como
si un invisible la jalara hacia el centro del pueblo.
(15:10):
La niebla es ahora un velo vivo que se enreda en las piernas y
susurran nombres olvidados, Isidro.
Ramiro, tú en la plaza, la multitud baila en un círculo
irregular. Disfraces raídos que cuelgan
(15:34):
como pieles mudadas. Un hombre con máscara de diablo
le agarra el brazo, sus dedos fríos como el hielo.
Únete, hija. Me dice con una voz que burbujea
como agua y durmiendo ellos te esperan.
(15:56):
Ella se estaba corriendo hacia el cementerio, donde las tumbas
brillan con una luz verdosa, como si la podredumbre de abajo
emitiera su propio resplandor espectral.
Allí, entre las cruces caídas y las flores marchitas.
Que se retuercen como gusanos. Encuentra la calabaza de su
(16:21):
puerta, pero ahora partida en dos.
De su interior no sale pulpa. Se lo enjambre de escarabajos
negros que se arrastran hacia ella sus caparazones cogiendo
como huesos rotos. Pero lo peor viene cuando el
(16:46):
suelo tiembla. Es un terremoto.
Es un latido profundo y subterráneo que hace librar las
lápidas. La tierra se abre en grietas
finas y de ellas emergen manos pálidas, huesudas con uñas
(17:06):
largas y astilladas que arañan el aire.
No buscan venganza, buscan calor, buscan vida para llenar
el vacío que las devora. María grita, pero su voz se
pierde en el viento, que ahora ruge con Risas Ahogadas, como un
(17:29):
coro de niños ahogados en el ríoSeco.
Corre, tropieza con raíces que parecen venas expuestas.
Y al fin, cae ante la tumba de su abuela, cuya losa está
inclinada como si hubiera sido empujada desde abajo.
(17:53):
En ese momento, la luna se asomaroja como una herida fresca y la
figura encapuchada aparece al fin.
No es un hombre ni un fantasma, es un eco.
Un remanente de los antiguos, aquellos que el pueblo sacrificó
(18:14):
en noches como esta. Cuando la línea entre vivos y
muertos se difumina, la semana de Todos los Santos no es para
celebrar, susurra la figura, su voz, un siceo que se clava en el
alma como un clavo oxidado. Es para recordar que la muerte
(18:39):
no espera, viene a ti disfrazadade fiesta y te arrastra con
ella. No haría, siente el tiro 1 hora
real como raíces que se enredan en sus tobillos y la hunden en
la tierra blanda. Ya araña la oscuridad, pero las
(19:05):
manos de abajo la alcanzan fríasy codiciosas.
El último relámpago ilumina el pueblo.
La multitud de la plaza ya no baila, se arrodilla sus
máscaras, cayendo para revelar rostros vacíos huecos que
(19:26):
absorben la luz ni en la distancia.
El aullido del niño perdido se transforma en una carcajada
eterna que resuena en la Sierra.Al amanecer, el pueblo despierta
(19:46):
como siempre, la niebla se dicipa, los faroles se apagan y
las calabazas se marchitan. En el suelo.
Nadie menciona amarilla. En la casa de su abuela, el baúl
está cerrado, las cartas intactas.
(20:10):
Solo queda una grieta en el umbral, donde la tierra parece
más oscura, más húmeda, y si escuchas bien en el viento que
baja de la sierras, aún se oye el resto.
Requiem Maternam. Donaez requiem para todos
(20:33):
nosotros, porque en el pueblo lasemana de Todos los Santos no
termina, solo espera paciente a que vengas de vuelta y así con
(20:53):
el eco de los rezos inconclusos reverberando en la Sierra.
Se cierra esta noche número 27 de este maratón.
Sintieron como una niebla se coló en sus habitaciones, como
las sombras en la pared adoptaron formas que no deberían
(21:18):
tener la semana de Todos los Santos.
Nos recuerda que la muerte no pide permiso.
Solo extiende su mano helada y te arrastra al baile eterno.
Si esta historia les dejó el corazón latiendo como un tambor
(21:39):
en la oscuridad, imaginen lo quevendrá porque el pánico no
descansa. Pero se vayan a un almas
inquietas mañana. En la noche 28 de nuestro
maratón, 31 noches de pánico, regresamos con un relato que
(22:03):
dará su sangre más que un vendaval en el desierto, donde
les relataré sombras que parpadean, susurros que nombran
personas olvidadas y una grieta que sangra, recuerdos ajena.
(22:26):
Darán el primer vistazo. Preferiría encerrar los ojos
sabiendo que el verdadero horrorlos está mirando sintonícense
mañana a la misma hora en la frecuencia del miedo que no se
apaga hasta entonces mantengan las luces encendidas.
(22:53):
Las puertas cerradas y Escúchenme.
Si oyen un arañazo, no volteen. Esto fue, soy su anfitrión, el
susurro que acecha y les deseo sueños perturbadores.
(23:20):
Buenas noches o lo que quede de ellas.