171.-OFRENDAS EN EL ALTAR DEL SACRIFICIO

**Introducción** En el Tabernáculo, el altar del sacrificio era el centro de la adoración y las ofrendas a Dios. Este ritual simbolizaba diferentes aspectos de la relación del pueblo con Dios, incluyendo la devoción, el arrepentimiento, y la comunión. **Tipos de Ofrendas y su Significado** 1. **Holocaustos (Ofrendas quemadas)**: Estos sacrificios representaban la entrega total a Dios, consumiendo completamente el animal en el altar como acto de devoción pura (Levítico 1). 2. **Ofrendas de Cereal**: Eran expresiones de gratitud hacia Dios por su provisión, compuestas por granos y otros elementos, y parte de ellas era consumida por los sacerdotes (Levítico 2). 3. **Ofrendas de Paz**: Simbolizaban la comunión con Dios, compartiendo la comida sacrificada entre Dios, el sacerdote y el oferente, reflejando una relación restaurada (Levítico 3). 4. **Ofrendas por el Pecado y por la Culpa**: Servían para la expiación de pecados específicos y para hacer restitución por ofensas contra lo sagrado y contra los demás, respectivamente (Levítico 4-5). **Aplicación a Nuestras Vidas** 1. **Devoción Completa**: Ofrecer nuestras vidas completamente a Dios como un "sacrificio vivo" (Romanos 12:1). 2. **Gratitud y Reconocimiento**: Agradecer diariamente a Dios por sus bendiciones y compartir nuestros recursos (Levítico 2). 3. **Comunión y Paz con Dios**: Fomentar una relación constante con Dios a través de la oración y la participación en la comunidad de fe, buscando la paz espiritual (Levítico 3). 4. **Confesión y Restitución**: Mantener un corazón arrepentido y buscar reparar daños causados a otros, reflejando la justicia divina (Levítico 4-5). 5. **Intercesión**: Actuar como un sacerdocio real, intercediendo por los demás en oración y sirviendo a la comunidad (1 Pedro 2:9). 6. **Vivir por Principios**: Mostrar en nuestra conducta diaria los valores del Reino de Dios, actuando con integridad y amor. **Conclusión** Las ofrendas en el altar del sacrificio del Tabernáculo enseñan lecciones perdurables sobre cómo acercarnos y vivir en relación con Dios. A través de Jesucristo, estas prácticas se transforman en principios espirituales que aplicamos en nuestra devoción, en nuestras interacciones y en nuestra vida diaria. Esto refleja no solo nuestra fe sino también nuestro compromiso continuo con vivir conforme a los preceptos divinos, siendo luz en medio de un mundo que necesita ver el amor y la justicia de Dios en acción.