LOT-HIJAS- MOABITAS Y AMONITAS

📖 El Incesto de las Hijas de Lot: Moabitas y Amonitas🌟

Introducción

La vida de Lot se entrelaza con la de su tío Abraham desde el llamado de Dios. Aunque Lot formaba parte de la bendición prometida a Abraham, sus decisiones lo llevaron a vivir en medio de la corrupción de Sodoma, lo que culminó en una historia de fe, separación y juicio divino.

• Lot se une al llamado de Abraham desde Harán (Gén. 12).

• Por disputas entre sus pastores, se separa y elige las tierras fértiles cerca de Sodoma (Gén. 13).

• Es rescatado por Abraham tras ser capturado en guerra (Gén. 14).

• Dios destruye Sodoma y Gomorra; su esposa muere al mirar atrás (Gén. 19:26).

Refugiados en una cueva, sus hijas, temiendo no tener descendencia, embriagan a su padre y duermen con él:

• Moab (“del padre”): antepasado de los moabitas.

• Ben-ammi (“hijo de mi pueblo”): antepasado de los amonitas (Gén. 19:31-38).

👉 Aunque el incesto era condenado por la Ley (Lev. 18; 20), Dios permitió que de este pecado nacieran dos pueblos emparentados con Israel.

Aunque parientes, sus relaciones fueron mayormente de conflicto:

• Moab: Balac contrató a Balaam contra Israel (Núm. 22–24). Rut, la moabita, fue bisabuela de David, entrando en la genealogía de Jesús.

• Amón: Saúl y David pelearon contra ellos (1 Sam. 11; 2 Sam. 10). Sus dioses (Moloc y Milcom) llevaron a la idolatría a Israel (1 Rey. 11).

Los profetas denunciaron su burla ante la caída de Israel (Ezeq. 25:1-11).

• Las malas decisiones traen consecuencias: Lot eligió con los ojos carnales, y eso lo llevó al desastre.

• Dios juzga el pecado pero muestra gracia: Aunque Moab y Amón nacieron en pecado, Dios usó incluso a Rut la moabita en el linaje del Mesías.

• Parentesco no garantiza fidelidad: Ser descendientes de Lot no evitó que Moab y Amón se levantaran contra Israel.

• La esperanza de redención: La historia de Rut nos muestra que Dios puede redimir incluso un origen marcado por el pecado.

✅ En resumen:
De un acto desesperado y pecaminoso nació la raíz de dos pueblos enemigos de Israel, pero aún de allí Dios sacó redención, mostrando que su gracia puede transformar la maldición en bendición.