Episode Transcript
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(00:00):
Muchas gracias por recibirnos, León, qué chingón.
(00:05):
Estábamos...
Estábamos platicando que es la primera...
¿Cuánto tenemos trabajando? ¿13 años?
¿12 años más o menos trabajando juntos?
¿Y es la primera vez que nos subimos a un escenario tú y yo juntos?
Sí, es la segunda vez que hago esto igual en público.
La primera vez también fue acá en León.
Sí, ¿no?
Sí, sí.
Gracias por visitarnos.
(00:26):
Bueno, este... Les platicamos de qué va.
Este es un podcast que tenemos... ¿Cuántos tenemos con él?
Tres temporadas ya, tres tercer año, sí.
Y la idea es que hicimos un podcast porque somos blancos
y claramente teníamos que hacerlo.
(00:46):
El pedo acá fue, nos lo pidieron, nos dieron la idea
y en un principio pensé en...
Pues sí, me daba hueva el podcast de invitados especialistas.
Qué padre, qué intrínseco.
Estabamos así con las exólogas... No, no, escucha.
Sí, viene vestido de Roberto Martínez, de hecho.
Exacto.
(01:06):
Y entonces, si es Roberto Martínez...
Intrínseco.
Intrínseco.
Y yo soy como el Diego Rosarín, flaco.
Y entonces decimos el podcast, pero más como basado en el error.
Y Osvaldo y yo...
¡Ah, cómo le hemos cagado!
Y entonces le decía de, güey, es que a mí me vale madre
escuchar la opinión de un güey que ya es chingo en la vida.
(01:29):
Mejor güey es que le están chingando en la vida.
¿Se me entiendes cómo?
Y la neta es que es una cosa que es muy lógica para mí
cuando empecé con Osvaldo porque era...
Hemos pasado un chingo de proyectos, hemos hecho un chingo de cosas, güey.
Hemos fracasado un chorro más.
Y no lo digo de falsa, me decía de...
He fracasado mucho y soy millonario.
No, sí soy millonario y sí he fracasado mucho.
(01:50):
¡Yo no!
¡Ajá!
No, no le paguen a sus empleados.
Y la cosa es que les digo que me hacía mucho sentido hacer el podcast con Osvaldo
porque sí hemos estado desde ser compas, cuando no había nada,
hasta ser los primeros proyectos, aquel pulso pegara a la gira, güey.
(02:11):
O sea...
Han pasado diez años que se sintieron muy rápidos, sinceramente.
Nos hemos divertido muchísimo.
Y creo que nos gustaba la idea igual cuando nos ofrecen...
¿Qué quieren hacer?
Nos dicen, nos dan la puerta abierta de ¿qué quieren hacer acá en León?
Lo dijimos es...
Hagamos el podcast, hagamos el podcast porque sabemos que...
¿Alguien aquí escucha el podcast para empezar?
Sí lo han oído, ¿no?
(02:32):
¡Ah, ok!
Gracias.
Y entonces la cosa, como pueden ver, es muy eso.
Es una conversación de dos amigos que se conocen tal vez más de lo que deberían.
Ya no hay secretos entre este güey y yo.
De plano.
¡No, no, hombre!
La homosexualidad quedó hace años.
Sí, sí, no.
Sí, sí, no, no.
Ni siquiera entra la homofobia, hijo.
(02:53):
Sí, no, no.
Y la onda es que...
Justo por eso me gustaba.
Porque siento yo que en el diseño del programa el espectador es otro güey sentado en la mesa.
Primos míos, amigos nuestros nos dicen, güey, es que a veces te interrumpo las historias porque pues las vivimos, güey, ¿no?
Por eso nos han dicho, invitados.
Creo que no lo necesitamos.
No.
(03:14):
¿Qué güey, ma?
O sea, todos los demás podcast se tratan de eso, güey.
Entonces está chido, por lo menos algo distinto.
La parte chida es que es un proyecto, creo que es el único proyecto que tenemos que no hay hate.
¡Qué pedo!
O sea, yo nunca había entrado a los comments de YouTube en mi vida y ver cosas buen pedo, güey.
(03:37):
Estamos tan mal acostumbrados que ya eran como que, oye, hablando de tu proyecto y todos, ¡no, no, espérame, espérame!
Yo me meto a los comments del pulso y es, güey, es, me trapa a Tlaco, güey.
O sea, es así, ¿qué te pasa, estúpido idiota?
Y aquí es como de, hey, chido podcast y yo, es gente que nos quiere, güey.
Entonces, se siente padre.
Hoy vamos a grabar un episodio que le traíamos muchas ganas.
(03:58):
Esperemos que a todos les funcione, que les sirva.
Mi mujer me pega. ¿Ese vas a tratar?
Exacto.
Estoy...
No es cierto.
Y bueno, si estamos listos y ustedes quieren, vamos a empezar y luego hacemos una...
Veo, unos 45 preguntas.
Va, va, va.
Sentarte caballero, por favor.
Sí, sí, por favor, señor.
(04:19):
Si la cagamos, tenemos productores y no pasa nada.
Bueno, para quien no sepa la estructura del programa es un poquito...
Alguien arma una pieza escrita para introducir al tema y después nos ponemos a platicar,
ignorando a toda la gente que está aquí.
Bienvenidos.
Gracias.
Están preparados para ser ignorados.
(04:41):
No es cierto, el tema que queríamos tratar hoy es acerca de los cambios en los hábitos
y la desprogramación.
Sé que suena muy a hippie de Tulum, pero no es así, o sea, está chido, la neta, porque sí, sí suena así.
Gero, ¿good?
(05:02):
¿Está bien?
Listo, amigo.
A darle.
Gracias, León.
Vamos a comenzar ya.
Siempre ha sido así, siempre he sido así.
Eso es muy yo, esto es muy tú.
Este tipo de cosas nos decimos todo el tiempo, como algo muy normal, porque pensamos que nuestras personalidades
(05:24):
están definidas, que ya estamos hechos así.
Si somos impuntuales, dragones, codos, lentos, neuróticos, peleoneros, callados, tímidos,
y todas las cosas que crees que eres y que te definen son pura pendejada.
Te voy a presentar lo que es la narrativa.
La narrativa es aquello que tú te cuentas a ti mismo, puede ser triste, feliz, agridulce,
(05:49):
es esa historia personal en donde tú sabes cómo reaccionas a tal o cual situación.
Ahora déjame te digo algo, eso se puede cambiar, literal, se puede cambiar.
No es un consejo de Marco Antonio Regil, no es el podcast de Shark Tank, es el secreto más cabrón
que ha aprendido en la vida y te va y que puedes cambiar lo que te caga de ti.
(06:15):
Puedes cambiar lo que te caga de ti.
Puedes ser puntual, inteligente, lector, trabajador, puedes descansar más, ser más familiar,
hacer deporte, bajar de pinches peso, vato, puedes hasta dejar a tu esposa y tus hijos e irte a ser feliz.
Ok, tal vez eso no puedes exagerar.
(06:36):
Pero esto es muy real y en este capítulo te vamos a decir cómo.
Cuesta un huevo, pero todo lo bueno cuesta un huevo.
Si estás dispuesto a apagarlo, quédate con Osvalda Lailama y Chumi Guru
para darte cuenta que tú puedes dejar de ser un estúpido gusano mediocre
y convertirte en un estúpido gusano triunfador.
(06:59):
Se dice y no pasa nada. Venga.
¡Vamos!
¿Listo?
Sí, listo.
El capítulo de hoy para todos los que nos están escuchando, las millones de personas.
Estamos en vivo desde la ciudad de León, Guanajuato, en el día de la mantefactura.
(07:24):
¡Qué padre!
Esto no es una grabación de un concierto de Taylor Swift,
esto es gente leonesa.
Es un escenario 360 para los que no están viendo.
Disculpen, van a ver mis nalgas todo el programa, las de acá atrás, ni modo, en lo que les quedó.
Y ustedes disculpen, no van a ver nada.
Ok, es un capítulo que le traíamos muchas ganas porque queremos hablar acerca de
(07:50):
cuando puedes cambiar los hábitos y qué tanto se puede hacer.
No se trata de un pedo de, es que yo era alcohólico.
Sí, pero me mama mi alcoholismo, eso no lo quiero cambiar.
Más bien, la cosa es un tema que descubrí yo, y ahí es donde quisiera empezar.
En cosas que yo me contaba de cómo era, yo decía, ah no, ya valió madre, así soy yo.
(08:12):
Y luego empecé, esto te estoy platicando fue hace tres, cuatro años.
O sea, 37-38 años.
37-38, yo tengo 41 años y la onda es que pensé, no sé por qué te pasa que piensas que
así eres ya.
Ah, es que yo soy bien enojón.
Es muy desseñor igual, no?
Ah, pues ya sí, ya, tú eres un viejo racista.
(08:34):
Ándale, sí, yo soy racista y misógino, sí, solo eres de Monterrey.
Pero, algo que encontré es que te puedes cambiar...
No, es que no quiero decir...
Vamos a sonar a Marcantón y a Mjx.
Sí, sí va a sonar, Marcantón y Régil, me vale.
Sí te puedes cambiar, no quiero decir el chip, pero es la mejor palabra que puedo
contar. Algo que platicaba con mi hermano, Emilio, es la narrativa que tú te cuentas.
(09:01):
Es decir, a mí me pasó que no pensaba yo y pensaba que odiaba ser morning person.
Para los de Aguascalientes, morning person es alguien que se despierta en la mañana.
Y yo decía, güey, es que yo no puedo, me despierto de malas, no soy morning person.
(09:25):
Sí, te empiezas a poner el pretextito.
Y te cuentas eso y tú, güey, vale verga, ¿no?
Y luego pasó que en mi huaiticanismo me empezó a gustar el golf.
Ya sé, ya sé que hueva verga, sí, no, o sea...
Ese es tu público, mi público, la mitad va...
No, no, tenía que pasar, te va a pasar, o sea, ni te hagas.
Y esa madre es muy temprano y entonces me iba yo a jugar con este idiota, ¿dónde estás,
(09:48):
Gerónimo?
Está Gerónimo por acá.
Bueno, por allá anda Gerónimo.
Y nos siguió y me decía el güey, paso por ti a las 5.40 de la mañana.
Y yo, va.
Y entonces me descubrí...
¡Uo, uo, uo!
O sea, güey, espera, yo he estado trabajando contigo muchos años, sabía, el error número
uno que podías comentar con Chimán Torres era ponerle un vuelo a las 6 de la mañana,
como lo cometí hoy.
Como lo prometieron hoy.
Ah.
(10:09):
Y mira.
Qué felices fuimos volando a las 6 hoy.
Y entonces el tema es que yendo en la carretera me decía Gerónimo, me dice güey, mi esposa,
si mi esposa me invita a un desayuno a las 5.30 de la mañana a Cuernavaca, la mando a
la chingada, güey.
Pero como es golf y es divertido y somos gays, pues me divierte ir contigo.
(10:32):
Y mando a la chingada también a su esposa.
Sí, por supuesto.
De hecho sí.
Entonces, y entonces la parte padre fue que empecé a reflexionar de eso güey y dije,
si no me caga despertó a lo temprano.
Sí.
O sea, a ver, a nadie le gusta, gusta, pero empecé como a detectar que sí podía yo
tener otra historia que me contaba.
(10:54):
Algo de lo chingón que descubrí cuando platicaba con mi carnal, porque lo platicaba, empezó
por una plática con mi hermano cuando estábamos en Guadalajara, y le decía, oye güey, digo
que diferentes son, yo me he pedido Torres Morales, que diferentes son las familias morales
y los Torres.
Unos son, ambos son por ejemplo excesivamente trabajadores, pero el ocio lo ocupan diferente.
(11:23):
Una familia es muy deportista, crudos y todo, pero juegan fútbol o se van a la pinche en
un motoclub o lo que sea, y los otros no, descansan y tienen un ranchito y se van allá
a cotorrear.
Empecé a ver cómo las vidas de las dos familias güey se empiezan a alejar cada vez más,
y dije güey, es que a mí lo que me gusta es estar todo el tiempo, no en putiza, pero
(11:49):
sí activo.
O sea, no te pasa que te sientes mal cuando te vas de peda y te quedas como todo el día
nada más viendo Netflix.
Yo sé que puede sonar como muy nerd, pero como que estar así todo aplastado nomás me
agüita un poquito.
Es que creo que se trata de cantidades, especialmente cuando estás viendo, cuando estás echando
la hueva o estás tirado, decíndole, ¿lo has ido desde muy temprano?
(12:12):
Bájale, carnal, bájale porque se te va a acabar muy rápido y ese efecto, ese placebo
de sentir ganas de estar ahí echándola, se te va a acabar muy rápido y ya no más
te va a convertir en una costumbre de no querer hacer más cosas y tu tiempo está pasando.
Y algo que quería que platicara acá, hay mucha gente joven, ¿en qué momento pasamos
de tener 25?
Ah, no mames, no, gordo.
(12:33):
A 40 fue de que...
O sea, es justicia, o sea, ya sé que todos los viejos te lo dicen así, se pasa rápido
el tiempo, no tienes ni puta idea, güey, o sea, en lo que menos piensas ya estás pelón,
güey, o sea, no mames, o sea, sí sí, ¿cuándo me pasó?
Te está pasando ahorita mismo, güey, o sea, sí sí sí, eso no...
No espera, no espera.
Entonces, cambiar ese ritmo, cambiar ese método.
(12:55):
Exacto, güey, sí.
Y es donde la palabra clave que creo que vamos a hablar bastante aquí es productividad.
Productividad es, creo que para mí, algo que fue cambiando en mi manera de trabajar.
Yo siempre decía, no, pues es que yo trabajo muy bien, tengo mi estilo de trabajo, tengo
mi levanto temprano y he siempre sido una persona que se va temprano a hacer las cosas.
Sí, tú eres tempranero.
Y decía yo, bueno, voy a hacer mis cosas a la mañana, luego descanso, luego trabajo
otras cosas, luego cocinó, empieza a ser como mi día y un día me di cuenta de que
(13:20):
estaba yo desorganizado completamente.
Ah, güey.
Y había muchos tiempos muertos.
Es que si tienes eso, cabrón.
Entonces, en vez de meter allá más chamba, dije, no, esos son mis tiempos de descanso.
Ajá, metes menos chamba.
Esos son mis tiempos de descanso.
A mí yo le decía a Joaquín López Oregali, güey, ¿cómo hace tantas cosas, güey?
(13:42):
Me dice, es que divido mi día como si fueran cajones, me dice.
Y cuando hago el editorial, no más hago eso.
Y luego lo acabo y lo cierro.
Y luego hago el noticiero de la mañana y no más hago eso y lo acabo y lo cierro.
No está pensando en todo su puto día.
Y dice, ya a las siete, yo ya cabé, güey.
(14:03):
Me pongo una pinche serie, me sirvo un tequila.
O sea, es que hasta en eso cabe el disfrute, güey.
Sí, lo que cambió para mí fue el calendario, el agenda.
Todos lo tenemos en su celular.
Pero agendas, pregunta, ¿agendas, el descanso también?
Más bien no pongo nada ahí.
OK.
Sabes que sé que si hay un espacio muerto ahí de una hora muerta es, hey, descanso.
(14:24):
Y a mí me sirve mucho, especialmente a la gente que trabaja en cosas creativas,
tu hora de descanso es tu hora de trabajo también, porque estás alimentando tu cerebro con otras ideas.
Y nos pasa mucho, en Máquina 501, jalamos la temporada, por ejemplo, del Pulso de la República,
perdón que le estoy dando espalda, pero bueno.
Jalamos todo el año, muy duro, güey.
Y llega un momento que ya estamos hasta la chingada de cansados.
(14:46):
O sea, ya estamos fundidos, ya los chistes ya no están saliendo.
Y es cuando neta todos sabemos que es tiempo de tomar vacaciones.
Y algo que le practicaba una amiga a Letizagún, decía, ni siquiera nos deseamos feliz Navidad, cabrón.
No hay nada.
A ver, está la amistad y nos queremos un buen.
Pero tenemos seis meses viéndonos la jeta todo el cabrón día y decimos, ya.
(15:08):
Cada quien va a descansar, el GAB, tú, el Negro, todo la bola.
Y regresamos, güey.
No sé si te has fijado cómo son las juntas de regreso.
Son poca madre.
Son poca madre y son más efectivas.
No, hombre, súper productivas, porque sí nos extrañamos.
O sea, porque si no nos dirigimos la pinche palabra.
Se va cada quien a su casa, a las chicas, y el regreso es muy chido,
(15:31):
porque regresa todo mundo súper creativo, con chingos de ideas, de buenas, güey.
O sea, el descanso hasta de tus brothers, güey.
Oye, regresando un poco al tema.
Cuando hablabas de cambiar y cambiaste a ser una persona en la mañana,
¿qué hiciste en ese cambio, más que en la mañana, tus noches?
Sí.
(15:52):
¿Cómo cambió noche?
¿Cómo fuiste diciendo, acá me voy a parar?
Mira, los pasos que te traía acá es,
uno, es qué es lo que te cuentas.
La narrativa de lo que te cuentas es súper importante,
y neta, este capítulo lo quería hacer porque es una lección de las más chingonas que he aprendido en mi vida, güey.
En mi mente, güey, ya te lo había dicho, Chukotke,
(16:14):
en mi mente ya ni siquiera me abucheo, güey.
¿Qué quiere decir eso?
O sea, si la cago en algo, no digo, ah, es que eres un pendejo.
Ni siquiera digo eso.
Digo, esto de hoy no me salió.
Y entonces, desde ahí, güey, como que mi autoestima,
yo no me la puteo solo.
Entonces, lo que hice fue, para empezar a ser morning person,
(16:36):
porque uno, veía los beneficios, decía, güey,
en vez de escribir en la noche con unos whiskies,
escribo en la mañana y escribo en 30 minutos.
Con unos whiskies.
También con unos whiskies.
Y entonces, porque hice, lo de Joaquín, no mezclé cajones.
Si es el cajón de tomar un whisky y de ver una serie, haz eso.
Si es el cajón de escribir, haz eso.
No mezcles tareas. Bueno.
(16:57):
Y dos, que es la que más cuesta, me dejé de ser pendejo.
Es, despierta temprano, o sea, deja de ser,
no quiero decir así, pero, dejas de ser niñita, güey.
Ay, ¿dejé de ser pendejos? Sí, la vida es temprano, cabrón.
Y entonces, esa cosita, Sacoza Hombre escribió de Balaguer,
le decía, el minuto heroico, es un minutito que te lo haces,
(17:21):
ya, ya, ya mamón, ya.
En lo que estás, es que no puedo sin mi café, callate puñetas,
todo el mundo puede, ajá.
Entonces, entiendo que tendemos a ritualizar las cosas,
pero también tendemos mucho a lo que practicamos en un podcast,
a sovarnos la herida en vez de curarnos la herida.
Y entonces, creo que entre más crezco,
(17:42):
y es una cosa delante de la edad,
más me doy cuenta que las abuelitas tenían razón.
Despertase temprano, dormías... O sea,
y que todo esto era monte. Sí, exacto.
Robarse a tu esposa, ¿no?
Y entonces, básicamente fueron dos cosas.
Uno, dejar de hacerme pendejo,
y que el beneficio que le veía yo a dormirme tantito más tempranito,
(18:04):
a mí me caga dormir temprano porque siento que la vida se me pasa
y soy un robot, pero es una trauma que yo tengo.
Porque siento que solo trabajo, y llego a mi casa y me duermo,
digo, soy un esclavo del sistema, entonces me gusta...
No sé por qué me pasa eso.
No, no, es que es muy importante.
El balance.
El balance entre tú, tú me tomas como persona,
(18:25):
a la persona.
Y entonces, bueno, algo que me empezó a pasar,
que fui yo a hacer el tratamiento del TDA
y que te empieces a pensar más rapidón,
me empezó a sobrar tiempo, güey.
Entonces, como resolví a mi día desde más temprano,
ya después del radio, a las cinco, ya no tenía ni madres, güey.
Y yo, güey, no, mames, no tengo nada hasta las ocho, nueve,
(18:47):
que es cuando ya me pongo a ver una película o algo así.
Entonces, me iba a nadar, me iba al golfito,
me echaba una siestecilla.
O sea, sí te puedes como elongar el día
porque empiezas más gallito, güey.
No sé qué sea eso, señor, porque usted es de patron y pues...
No, mames, no, ni jalan tanto, es cierto.
Se hace la víctima, pero no, es cierto.
No, no, no, sí que entiendo.
(19:08):
Esas cosas y luego, les voy a decir algo que no debería contar en el podcast,
pero bueno, es que sí, está medio cabrón.
¿Quién lo va a contar acá?
¿Quién lo va a escuchar?
1.200 personas y toda mi familia.
No, hijo, está horrible esto, pero no, pero...
Decidí renunciar a mi herencia genética.
Sé que suena muy... se regalan dudas, pero no.
(19:31):
De lo que no me gustaba de mi familia, güey.
Decidí renunciar a decir, no, yo no soy eso.
Yo no soy huevón.
Yo no soy... o sea, yo sí soy de este otro team.
No por despreciar a cosas, pero...
Más bien creo que juntaste lo mejor de tus dos familias.
Sí, güey.
O sea, cuando dices de, haz que mis jefes vienen, ojón,
mándalo la chingada aquí.
(19:52):
No que lo mandes a la chingada, sino esa herencia como que cancela la hueá.
Y luego te enfocas en el mix de cosas que eres.
Sí.
Y entonces, ahí, güey, me empezó a cambiar un chingo la dinámica
porque sí empecé como motivadillo, güey.
Sí, sí.
Pero yo solo.
Entonces, algo de lo que me quiero clavar mucho es
(20:15):
en la historia que te cuentas.
Hace poco estaba platicando con un compa que está siendo...
No sé, este gay que es así como medio emprendedor
y que él le tata o le tía nada, le pega, no sé qué.
Y me decía una cosa, y dice, güey, es que ustedes, güey,
o sea, tú y tu equipo,
insisto, no quiero sonar como Marcoteo Regil,
dice, pero tienen mentalidad de campeón, güey.
Dice, si fracasan, no es que les ganen la pelea,
(20:39):
es nomás te metieron un putazo en el round the box.
Va a haber vergasos, vas a eso, vas.
Dice, y para mí me decía, si yo fracaso,
haz de cuenta que se me acaba el mundo.
Y le digo, es que es lo que te cuentas.
Y contándole justo a un foro de empresarios,
la historia de Osvaldo y yo, le decía, güey,
(21:00):
es que el primer proyecto que hicimos tú y yo fue un fracaso.
Y creo que el segundo también.
Entonces, o sea, Nakozari nunca salió.
No nos cuentes más, ya son un chico.
Ah, o sea, it hurts.
No me recuerdes.
Era una cosa que le dedicamos, ¿puta qué? ¿8 meses?
Sí, nomás.
Nos llevamos más de un año solamente escribiéndolo.
Solamente escribiendo.
(21:21):
Solamente escribiéndolo y luego...
Y luego ya ahorré un chingo de tiempo.
... grabándolo, grabando las voces, haciendo todo.
Y ahí está en un disco duro.
Ahí está en un disco duro, muriéndose.
Espero que nunca lo vayan a ver porque nos dará mucho.
Es una porquería.
Pero entonces lo que pienso es de,
si nosotros hubiéramos sido personas diferentes,
nos hubiéramos dicho,
bueno, pues yo no jalo que estés bien, wey, bye.
Sí.
(21:42):
Como que más bien creo que dijimos,
este proyecto...
Nos enseñó a trabajar juntos.
No, y este en específico no salió.
Pero aquí hay algo.
O sea, hay buenos guiones, están cagados los chistes.
O sea, aunque puede surgir algo de ahí.
Como que siento que...
Romances.
Un romance, pues un hijo lo perdí.
Este...
No, eso es HBO, pero no.
(22:04):
Y más bien creo...
Eran gases.
Exacto.
Hasta incluso HBO, wey, ¿no?
O sea, digo, siempre contamos mucho drama,
pero así que quedas tú,
¿cómo nos dolió?
O sea...
¿Sabes qué pasa?
Digo, ya la última temporada ya no estuve ahí
porque me fui a hacer Deportología,
otro proyecto que también podemos cabrarlo.
Deportología pegó cabrón en su momento.
(22:25):
Pero también ellos dijeron,
hasta acá llegamos y nos volvimos locos.
Nosotros de Giménecos.
Entonces, también cuenta como,
para mí es un éxito.
Para que mucha gente diga,
pero ¿por qué se acabó?
Tuvo su tiempo, tuvo su momento.
Y ya.
Entonces, yo sí lo cuento para mí como un triunfo.
A pesar de que yo no estaba al aire,
pero era como estar allá produciéndolo,
(22:46):
ayudando a escribir,
haciendo todo...
Para mí fue una experiencia que al final,
como tú dices, me dejó el...
Por ejemplo, Alex Fernández me enseñó a escribir
muy cabrón, personajes.
Yo le admiro mucho cómo escribe a Alex.
Y si te fijas, poco a poco,
proyecto del pulso US,
el que, como decimos, pulso de Estados Unidos.
Pero nos dejó la manera de grabar
(23:07):
de otra manera.
Con LiveWire,
con cosas más...
Con tecnología más moderna que estaban
para nosotros en ese momento pegando.
Y él ver cómo estaba trabajando YouTube.
Y cómo trabajan otros mercados.
Y tan así que cuando luego fuimos a hacer
shows a Estados Unidos,
ya sabíamos a quiénes estábamos hablando.
Por ejemplo, de que lo que nos pasa mucho es,
(23:31):
volviendo al pedo de la narrativa que les contaba,
no nos contamos
la historia de
a qué nos dedicamos, por ejemplo.
¿Tú eres financiero o eres qué?
Administración financiera.
Administración financiera y yo soy ingeniero mecánico.
Si nos hubiéramos tragado esa historia,
seguiría en la maquina y seguirías en...
No sé qué haga un administrador.
Administrando finanzas.
(23:53):
Seguirías administrando unas finanzas.
Y el tema es que hasta eso...
Lo cambiamos, wey.
Hasta eso no nos la creímos.
Somos como AMLO
siendo presidente legítimo.
Ni él se la cree.
Ajá, cuando ganó y no ganó.
Pero algo que veo es,
eso está bien chido y lo decía en una conferencia
la semana pasada en Mérida.
(24:15):
Tenemos 13 años trabajando de esto.
Y le decía, un poco para insultar
a la escuela que me invitó,
le decía a los niños,
yo sé más que tu profe de comunicación.
Porque tu profe me la pela tantito.
¿Por qué?
Porque tengo más horas en el taller
que este wey.
Algo que de las su experiencias más chingonas
que me han pasado
(24:37):
fue, ya te lo he contado mil veces,
cuando me topé a Eugenio Derbez
y me saludó así.
Yo soy bien fan de este cabrón.
O sea, básicamente, de admirarlo hacemos comedia.
Sí, claro, no.
Nosotros crecimos con él, quieras o no.
Y entonces me saluda,
y me dice, neta no es mamé,
qué pedo tus escritores, wey.
Están bien perros, wey.
(24:59):
Y yo de, no les digas,
porque luego van a querer cobrar más.
No, y sabes qué pensé?
Dije, sí wey,
porque estamos, quieras que no,
todos los días en el ring.
Es lo que le decíamos al Chema Solari, wey.
Un compa que tenemos que es escritor de comedia,
le decíamos, hasta el batoque,
hasta el negro, wey,
y no más que mis amigos escritores, wey.
(25:21):
Y es el camarógrafo, era el camarógrafo
y luego fue el director.
O sea, el tema acá es que
en la narrativa voló el pedo ese,
parece que ya valió madre.
Parece que ya estás muy viejo,
parece que ya así es tu vida, wey.
Este proyecto lo empezamos
a los 30 años, wey.
O sea, ustedes todavía ni llegan a eso, wey.
Y nosotros seguimos empezando
(25:43):
el proyecto.
Y yo le decía a mucha gente, si yo me hubiera creído
esa narrativa del ingenierito,
estaría casado con dos chavos y
poniéndole el cuerno a mi esposa, claramente.
Pero ahora estoy solo.
¡Ay, sí! Ahora León no le pone el cuerno.
Ahora León no le pone el cuerno a su vieja.
Y la parte padre es que
desde que...
O sea, la génesis misma
(26:05):
de los proyectos de nosotros es
mandar un poquito a la chingada
lo que creíamos de nosotros mismos, wey.
Sí.
Creo que igual el programarse,
el saber
tener pasos para esto,
porque igual hacer un cambio de un día
a otro no es tan sencillo de decir, ¡Ay, wey, wey!
¡Hoy quiero ser ingeniero!
Todo eso requiere
(26:27):
tiempo,
requiere estudio, requiere saber
muy bien hacia dónde quieres ir.
Porque no es un...
Hazmelo como quieras. Hay una frase que
lo voy a leer como Marc Antonio Regil,
porque ya sé cuál es Marc Antonio Regil.
Dice, el éxito es el producto de los hábitos
diarios, no de las transformaciones
que suceden una vez en la vida.
Porque de eso se trata.
(26:49):
Tu vida, tu día a día son puros hábitos.
Y tú dices, no los puedo cambiar.
Sí, sí, los puedes cambiar.
Los cambias siempre, nada más no lo notas.
Y es lo que le quería decir a Eugenio,
o más bien lo que pensé cuando Eugenio me dijo
que chido son mis escritores.
Dije, obvio,
estos cabrones escriben dos veces por semana
o más,
porque todos escriben cinco veces
(27:11):
a la sema. O sea,
están todo el tiempo en el ring.
Obvio, van a estar mamadísimos.
Están peleando todo el puto día, güey.
Y a la hora que los bajas, están de este pelo, güey.
Aunque no parezca, porque no parece.
En una conferencia,
en una universidad, Don Murillo me decía
hace unos dos años,
¿Qué se siente haber logrado el éxito?
Sí, le dije, hijo...
(27:33):
No, ahí te va. Yo sé que habla como chabelo, pero...
No, me preguntaba,
¿qué se siente ser exitoso?
No, güey, no te das cuenta.
Porque todo el tiempo estás haciendo pan.
Y si todo el tiempo estás haciendo pan,
pues nomás te asomas que tienes un chingo
de fila en la panadería.
Pero tienes que seguir haciendo pan.
O sea, lo importante acá
es una lección que me enseñó
(27:55):
Don Jorge Ramos, güey. Una vez me invitó
a su estudio en Miami, ¿te acuerdas que fuimos?
Nunca me llevaste a Miami,
pero sigue hablando. Sigue quemándote.
¿A dónde fuimos? Con Jorge.
Sí, sí, sí, sí.
Y el diseño de su estudio no mames, güey.
O sea, era de este tamaño, así.
El estudio del güey.
Y yo, madre, güey. No, pues aquí las cámaras
y la mano, no sé qué, univisiono, no sé dónde estaba.
(28:17):
Y luego había un escritorito chiquitito, güey.
Y me dice...
Y allí escribo el noticiero.
Digo, a cabrón, o sea, ¿escribes tú el noticiero?
Sí, ahí. Hay una laptopcita,
un café y eso.
Y dije, sí, este bato, güey,
que es Don Pistola, güey,
se siente y se pone a darle el solo.
O sea, pues cuanto y más tú. Y el tema acá
es que la
(28:39):
manufactura fina
que tienes que tener todos los días
es lo que hace que el producto esté bien cabrón.
O sea, tú
no te hiciste un escritor de comedia tan bueno
si no hubiera sido de tantas veces
que le diste y tantas veces que
nos mandamos a...
¿Cuántas veces te entregué un guión? ¡Cácatahá!
Y la parte padre es como que no hubo
agüite. No, claro que no.
(29:01):
Porque todos sabíamos
que los chistes tienen que pegar porque si no nos vamos todos a la casa.
¿Te has acordado?
Sí, no, y tienes que demostrarlo. Desde un principio tienes que
buscarle home run. Ahora,
esto está bien padre y suena muy motivador, está muy bonito.
No más que viene la cosa mala.
Cuando te pones de niña,
cuando empiezas a lloriquear es de
es que mi familia no me apoya,
es que me... ¡Cállate!
(29:23):
Este pedo es solo.
Eso tengo que decir solo. Es personal.
Este pedo es personal.
Nadie te va a ayudar, nadie te va a entender.
Igual y hasta te van a poner el pie, cabrón.
Pero este pedo es solo.
¿Por qué? Porque tú no puedes
convencer a tu esposa
de que le entre a un proyecto en el que tú
estás encaminado. Igual te va a
comprender, igual y va a echar lo mejor
(29:45):
que pueda, pero cada quien aquí
lo está haciendo por sí mismo.
Hay mucha gente que
no va a comprender tu concepto,
no va a comprender tu idea, no va a comprender tu cambio.
Y qué haces cuando tu familia no te
apoya. ¿Tú crees que mi familia me aventaba
billetes para hacer el pulso? ¡No, wey!
No es cierto.
Mis tías me regañaban cuando hacía sketches
del Papa. ¿A poco no?
(30:07):
Siempre estoy muy orgullosa de ti.
Pero en ese
momento no había nada.
No seas llorón
porque el que quiere cambiar eres tú.
No quieras cambiar al wey
de enfrente. Y eso lo aprendí yo
con mi papá, por ejemplo.
¿Por qué este wey sigue siendo así?
Pues es él, wey. ¡Cállate!
Tú eres el que está cambiando y tú eres el que quiere hacer las cosas más chingón.
(30:29):
Tú solo
no arrastres banda, no hagas equipo,
no... ¡aja! Cada quien
está cumpliendo
lo que quiere hacer. Porque luego puede ser
decepcionante. Y lo que
quiero de ahí yo defender a la gente que no te va a ayudar
es, no es su culpa
que tú quieras cambiar.
No es culpa ni de tu vieja, ni de tus hermanos,
ni de tu familia, ni de tu esposo, nadie.
(30:51):
Entonces, que no lo comprenda,
tienes que entenderlo.
Porque el que quiere entrenar eres tú.
El que quiere estar en los Bulls eres tú, wey.
El que quiere ser el nuevo
Michael Jordan eres tú, wey.
Michael Jordan no pegó con él y con todos
sus hermanos. No eres Michael Jackson.
A menos de que tu papá abuse a toda la familia
en general. ¡Ay, sí!
Esperemos que no sea el caso.
(31:13):
Pero Luis Miguel era uno.
O sea, el Luisito Rey le pegaba
nomás a ese wey. No, no, la cosa
esa, porque luego... Hay una pertiente
que va como que continúan todos estos
casos, ¿no? Sí, claro, ahí va un patrón.
Pero algo que... O sea, porque luego
la gente cuando nos pregunta cosas,
nos pregunta desde el yoriqueo, ¿no te has fijado?
Sí. ¿Cómo le podás
hacer para empezar? Pues empieza,
(31:35):
pendejo.
Si me tienes como... O sea, no tiene mucha
ciencia, ¿no? No es como de...
Pues fíjate que yo fui al Himalaya.
Y ahí me di cuenta. No, wey,
estaba en Chihuahua, prendí la cámara, me puedo escribir.
Salía mal, mal, mal, mal, mal, mal,
hasta que salió bien. Esa es la receta.
Chambear.
La receta es jalar.
Y sé que se oye muy... Es que lo dices
(31:57):
porque eres white, psíca, no sé qué, no, no, no, no.
A ver, el tema es que,
como se los dije aquella vez
en Mérida, jalo el
doble que tú y que tu papá.
Por eso nos va tan bien.
El salpedo es que en el tema
de la meritocracia y en el tema
de... Es que el capitalismo está en mi
contra. No, no, no, wey, no hay ningún
wey trabajador que le esté yendo mal.
(32:19):
Elon Musk se parte lo zico.
Bill Gates se parte lo zico.
Hay gente que le heredan, está bien,
a esa gente la conocemos como
mi reyes. Y ahí están
gobernando Nuevo León. ¿Todo bien?
No pasa nada. Dijo
nuevo, eh. No voy a empezar a creer.
Dijiste nuevo Nuevo León.
Nuevo Nuevo León. Ajá. Y entonces la cosa
es... Ah, sí, entonces sí. Y el tema es ese.
(32:41):
O sea, como cuando
es algo que decíamos
creo que en nuestras primeras conferencias
no hay nada que te pueda
decir alguien que te haga levantarte del asiento, wey.
Si tu proyecto no te está
quemando por dentro, chinga
tu madre, no lo hagas. No eres
el futuro de México. A nadie le importas,
wey. Somos productores
y créeme que no estamos esperando a ninguno
(33:03):
de ustedes. Ahorita viene él con una muy
buena idea. Ten tu millón de pesos, hijo.
Claro que no. Tengo que darme
cuenta de que existes.
Tenés que formarte en la fila
y darle en su madre a toda la fila.
Nadie está regalando billetes.
Amlo sí, pero es muy
distinto. Entonces
esa es una de las grandes cosas. O sea,
creo que por ejemplo uno de los cambios
(33:25):
se va a sentir súper... Chochito,
wey. ¿Cómo jale ese hijo
de la verga? Chochito es nuestro
nuevo niño. Empezó de
asistentillo.
No, no, hijo nuestro.
No vayan a empezar... No, no, no, no. Es un morro
que es primo de Chochito.
Trabaja con nosotros. Y
era el chavo que
lava las pelucas,
(33:47):
trae los cafés, la fregada.
Tiene tanta hambre ese hijo de la mañana, wey,
que ahorita ya sabe editar,
fotografiar, moverle el prompter,
wey. O sea, en dos semanas... Sigue sin saber tener los
cafés, pero ánimo. Sigue sin saber cómo
controlar su problema con el alcohol. Pero
algo que pasa acá, y se los
digo porque ya tenemos cierta edad,
uno se da cuenta
cuando el morro que está en frente
(34:09):
tiene hambre.
El hambre vale más que la carrera,
que la maestría, que el pinche doctorado
y todo. El hambre es cuando lo veis y estuvo
este pinche cabrón. O sea, este morrillo
le va a dar el 110.
Y en esta empresa contratamos a pura
gente que da el 110.
¿Sabes una manera que uno
puede detectar dónde están
las cosas que te gustaría cambiar o cómo podrías
(34:31):
cambiarlas en tus vacaciones?
A ver, wey. Es algo que he notado
muchas veces porque el mexicano de por sí
tiene un problema con no saber tomar
las vacaciones. No sabe tomarlas,
las toma como con miedo. Lo decía Octavio Paz.
El mexicano no sabe agradecer y no sabe
vacacionar. No sabe vacacionar porque uno
está chambeando todo el tiempo, entonces
cree que su vacación es una extensión
del trabajo pero en chanclas.
(34:53):
Entonces no hay como una gran diferencia
en eso. Entonces creo
que el estar de vacaciones
y no estás descansando y no estás
haciendo, hay que prender los focos.
Hay que prender los focos porque
o estás haciendo
el trabajo de alguien más
y no estás dando lo que
deberías hacer
o qué chingada estás haciendo.
(35:15):
Algo que se me hace cabrón es, y lo
practicamos ahorita,
¿cómo celebramos como latinoamericanos
la cultura de
el esfuerzo?
El yo trabajé más que tú. Esa pendejada, wey.
El yo salí a las 9
de la noche. Pues es un idiota, wey.
O sea, a ver,
y luego hay veces que la empresa misma ya tiene
esa cultura de que al jefe no le gusta
(35:37):
que salgamos a la hora que tenemos que estar
a ir. A mí me lo decía un cuate
mío de la maquila, el gringo,
y me caía supergordo
porque me decía, es que yo no entiendo a ustedes
los mexicanos, dice, ¿cómo no les
alcanzan las 8 horas? Y yo,
pinche gringo, no sé qué. Y lo pensé,
dije, tiene toda la razón, y me dijo,
es que pierdan un chorro de tiempo, wey.
Llegan y, ey, Lolita, el cafecito,
(35:59):
¿cómo está? Y luego el mail
y no sé qué, y te pones a ver el pinche
gringo, y el pulso de la república, vean el pulso de la república.
Y decía yo, es que
pierdan un montón de tiempo. Por eso
a la hora de los proyectos, como son buenos
trabajadores, quieren acabarlos, y se matan
a la última hora, en vez de darle
todos los días una cucharadita, wey.
Ese es un hábito que, como
mexicanos, necesitamos cambiar.
(36:21):
Lo quiero para mañana, lo quiero para ayer,
el rápido. Y dejarlo de
celebrar, wey. Dejar de celebrar
al wey que está exhausto, wey.
O sea, no eres más chingón.
Se lo decía, creo que lo conté,
lo de la bicicleta, ¿te acuerdas?
Adelante, claro. No, es que fui una vez a
una cosa de un wey que se llama
el Master Muñoz.
Ajá. Y ya fui con ese
(36:43):
wey, no sé qué. Y entonces un brother
levantó la mano y me dijo, oye, Chumel,
es que, eran empresarios ahí que
este wey estaba robando el dinero.
Perdón, dando un curso
de masterminds.
Y entonces estos masterminds
me decía un señor, oye,
Chumel, es que yo soy empresario,
pero tengo un pedo con la empresa
de que si yo no llego a
(37:05):
jalar, nadie trabaja.
Y le dije, mira, wey,
si para que tu empresa
pegue, tienes que estar
arriba de la bicicleta,
tú no tienes una empresa, tienes una bicicleta,
wey. El tema acá, wey,
lo que hemos hecho nosotros, para lo menos
con los proyectos que tenemos,
es que, por lo general,
todos los componentes que nos unen,
(37:27):
wey, están cargados de mucho
respeto. Y como saben,
el editor,
que los escritores nos matamos,
y que yo me maté tratando
de dar mi mejor pulso, él va a tratar de
editar lo mejor que pueda. Porque luego
cuando estás en el Barcelona, no quieres ser el pendejo
que no se la pasó a Messi, wey.
No quieres. Y si tú infundes
una actitud
(37:49):
de respeto, te vas
a ganar el respeto y todo va a empezar
a marchar aunque no estés, wey.
Cuando llega a fallar,
te acuerdas, te voy a contar la del nuevo,
te acuerdas una vez que la cagó bien,
cabrón, en Mérida, wey.
Ah, sí, sí, sí, sí. Ahí te va.
Esto es cómo funciona
la manera de liderazgo desde el respeto.
Teníamos una transmisión
(38:11):
en vivo así como esta, wey.
Y uno de los morros, ¿hazte cuenta que estoy de aquí?
Me pare, me dice, chumel,
no se oyó nada.
Se fundieron las tarjetas de audio, wey,
valió madre. Todas las dos horas que hiciste de
transmisión en vivo, no sonaron.
Nos pusimos
una emputada, wey, porque no puede repetir,
es en vivo, ya valió. Y el
bato estaba pero que lloraba del coraje, wey.
(38:33):
Y dice el técnico que tiene una adicción.
No, no, no, sí, es todo. Eh, wey, no mames.
Y entonces ahí te va, agarré este
morro, pero así
taléan los ojos así con lágrimas, wey.
Y le decía, mira, wey, la cagaste,
¿va? Me decía, la cagué, cabrón.
¿Estás enojado? Sí.
Usa ese enojo
y no me vuelvas a fallar
la próxima semana. Así con lo emputado
(38:55):
que estás, úsalo. Digo, porque
sí, wey. O sea, por tu culpa no metimos el gol.
Ya valió. Ya se acabó el partido, ni
pedo, wey. Y ya he estado yo así nomás esperándote, wey.
Usa ese
mismo enojo. En la vida
nos volvió a fallar ese cabrón.
¿Por qué? Porque en vez de castigarlo
y decirle que es un pendejo, ah, no sé qué,
porque eso hace un mal jefe, eso hace un jefe
que está tonto, wey. Un jefe que
(39:17):
es listo. Dice, él sabe
que lo hizo mal, no quiere cagarla,
nadie quiere que su equipo pierda, wey.
Y si en vez de eso
le dices, está bueno pues chaparito, te la voy a pasar,
en la perra de la vida te volvieron a fallar.
Esa es la parte chinguana.
Una de las cosas, por ejemplo, que tenemos en máquina
es que no tenemos departamento de RH,
wey. Confiamos en que
la gente toma sus vacaciones cuando se le
(39:39):
pega la perra gana el tiempo que
se le pega la perra gana. Y excepto
Memo. Excepto Memo que se le tomó un mes
y fue a su chingada madre. Ah, vale, vale, verga.
Pero todo el mundo es tan respetuoso del trabajo
porque el tema es que acá, si
se va Osvaldo, lo cubrimos entre todos.
Si se va Gabriel, lo cubren entre todos.
Si se va el negro, lo cubren entre todos. O sea,
tú le estás haciendo la vida poquito más difícil
a tus compañeros. Y por lo
(40:01):
general, te lo digo, nadie se pasa de
correr en el trá con sus vacaciones. O sea, se van,
sabemos que descansa, no sé qué,
pero tú en tu mente dices, wey,
todo el mundo le está chingando para que yo esté aquí a toda madre
echándome unos hot dogs. Y luego te regresas.
La parte chida es ese, confías
en el otro, wey. Y el hecho de
establecer la confianza en el otro,
wey, hace que el otro no te defraude.
Va a pasar que sí porque hay gente
(40:23):
en acá. Eso siempre va a pasar.
Pero algo que yo entendí,
era algo que vi en terapia y que tenía como último
punto, que es
a veces
cambiar, las cosas que tienes que cambiar
van a
dolerle a otros guayos.
Cuando tuve que
rediseñar
la empresa y tuve que correr
(40:45):
gente, yo no quería correr
gente porque Osvaldo lo sabe perfecto.
Me caga la confrontación.
Yo tengo una comunicación de la
fregada porque no me gusta
confrontar. Siento que voy a pelear
y prefiero alargar el tema, prefiero no
hablar las cosas. Y este cabrón es el wey que
se siente y cierra la puerta y dice, qué pedo, wey.
Y, ajá, me
saca mucho de balanza. Y
(41:07):
una de las cosas que me decía el terapeuta, me dice, wey,
es que tienes liderazgo. Dice,
pero no tienes nada de autoridad.
Y yo, ¿cómo? Dice,
a todo mundo le vale medio madre, medio
verga. Porque como sabe que nomás te fijas
en el pulso, todo lo demás puede
ser un desmadre. Dice,
entonces necesitas apretar
un poquito
la cicatria. Y me dijo, me dio una cita
(41:29):
muy padre, me dice, tienes que ser, alguien,
¿vieron el padrino, no? Sí. Tienes que ser
como Michael Corleone. Dice,
era bien buen pedo
y era bien mal pedo a la vez.
La parte cañona es que a
veces si tienes que decirle, wey, eh,
ponte las pilas, wey, porque
nos estás jodiendo el trabajo a todos los demás.
Eso cuesta hacerlo. Yo no lo hacía,
hasta hace bien poquito, wey. Sí. Pero
(41:51):
es una cosa que yo sabía que necesitaba cambiar
de mí, wey. Porque nunca necesité
esa habilidad, wey. Lo mío era
ponerme la peluca y peña nieto.
O sea, no tenía que tener autoridad,
wey. Ya sabes, como hasta que
se nos empezó a
secar la empresa.
Hasta que empezó a chorrear dinero y
nos... Casi nos vamos a la quiebra,
cabrón. A la chingada.
(42:13):
A la cajita de su casa. Exacto. Y era
o me pongo yo
las pilas y hago los ajustes que
tengo que hacer o nos vamos todos a la
casa, wey. Eso a mí
me costó un chingo trabajo, wey.
Pero aprendí que no es malo,
wey. Te sientes feo,
pero no es malo.
¿Hay algún hábito que
todavía sientas que
(42:35):
haya que mejorar en tu vida?
Acá poniéndote en...
Es que me interesó mucho el tema que dijiste
acerca de la confrontación.
Y creo que, por ejemplo,
en áreas que...
áreas de mejora, por no decir en donde estás
pendejo, podrías estar a eso.
Creo que
(42:57):
el más claro para mí
es la soberbia.
Necesito
aprender a confiar en el wey de enfrente.
Es que te pasa
igual. Es...
No, no, no. Te vas, se muy bien.
Sé que yo lo puedo hacer
más rápido, por eso no se lo presto a nadie.
Y a veces es tiempo
de decir de, wey, va a costar
(43:19):
un poco más trabajo, no te le quedes
viendo, o sea...
Si me entiendes...
Es un buen punto.
Porque basando...
Eso que yo te decía en el podcast pasado, porque nunca pido
ayuda, wey, porque para mí lo más difícil
es decirte, oye, wey,
estoy hasta la chingada de
trabajo. Nunca lo hacía.
O sea, lo empezaste a hacer hace poquito, pero
(43:41):
es por mi soberbia de creerte el más perrón
y de que todo sale
primero y diez, pero es de batu.
Bájale tantito, wey.
Descansa. Me pasó el
fin de año, wey. Por eso
hicimos este podcast. Al cierre
del 2023, cabrón, estábamos
hechos cag...
Hicimos
libro. Los...
(44:03):
El podcast de los miércoles, el radio diario,
los pulsos lunes y jueves y
los fines de semana, wey. O sea,
jalábamos de lunes a lunes sin parar,
wey.
Y cuando dije, tenemos
que cambiar eso,
fue cuando vi fotos de mi sobrino y empecé
a chillar de extrañarlo
y tener chingüe de lana en el banco y no
poder ir a ver porque tienes que ir a
(44:25):
San Luis y luego Buenos Aires y luego
la feria del libro y luego lo sé qué, o sea, no poder
hacer algo que quiero, dije
fuck it. Porque no tomamos vacaciones ese
año. No tomamos vacaciones ese año.
Por jugarle al berguino.
Y entonces acabamos, bato,
exhaustos y me decía Don Joaquín.
Me dice, ¿qué sigue? Le digo, no, ya
nada, wey. Me dice,
encontraste tu límite superior.
(44:47):
Es de ahí
para abajo. Y
sí, wey. O sea, entonces
en el último capítulo de la última
temporada me dijiste, ¿cuál es
tu propósito de los 24? Y te dije,
equilibrio, wey. Sí quiero
descansar. Sí no me quiero meter
tanta chinga porque no es que no valga
la pena, es que vale un choro la
pena cuando sí descanso y cuando sí veo a mi
(45:09):
familia y cuando sí
estoy en boxers viendo Game of Thrones.
O sea, sí también es
padre eso. Porque sé que no voy a huevonear.
No, no, no para nada. Y voy a regresar
a la chamba, nada más
que no se vuelva una tortura,
wey.
No, creo que me queda clara esa parte.
Digo, igual como ya empezando a dar la
conclusión,
(45:31):
cambiar el hábito
involucra más
que, como tú dices, o sea, pasando a
los puntos, sí involucra
mucho desempeño de ti.
También saber cuáles son tus límites.
Creo que estamos ahí aprendiendo.
Aprender a reflexionar y
vacacionar y manejar tu mente
hasta que diga, hasta acá llegué.
Y decir,
(45:53):
¿qué sigue? Porque el cambio tiene
que ser constante. Sí, por eso
tiene que ser chiquito. Sí, por eso
tiene que ser despertante temprano.
No, deje el alcohol
y el cigarro. No, no, no, wey, eso está
cabrón. O sea, es dale despacito.
Ahora soy vegano. Por eso
no funciona. Porque la gente, o sea,
y le decía yo a un cuate mío, al Danilo,
le digo, se va al
(46:15):
yema a las 4 de la mañana, le digo, wey,
no lo hagas doloroso.
O sea, tampoco te metas en un pedo que te va
a cagar la madre. O sea, es
hazlo comodito.
Incomodito un poquito, pero
que es lo grabable, pues. No quieras
correr un maratón. Sí, tienen que ser todo
métodos y cosas lo grabables.
Lo grabables, sí, sí.
Y sobre todo,
(46:37):
yo creo que eso es lo que más nos funciona a nosotros.
Que sí quieras, que sí te
guste. O sea, nosotros nos mamaba
la comedia, wey. O sea, lo haríamos
hasta en el tiempo libre, yo creo.
Si fuéramos godines y nos habíamos conocido
en media de Manchubaba, haríamos comedia
en los ratos libres. Porque sí nos gustaba
un chingüeso. O sea, por eso no ha cambiado
mucho nuestra línea y se lo decimos
a todos los políticos que luego quieren como
(46:59):
hacer cosas. Le digo, no wey,
lo que queríamos era hacer esto, wey.
Lo digo toda la vida y es
una frase que es mi mantra.
Somos los niños que se volvieron
astronautas, wey. Ya chingamos,
wey. No quiero ser el dueño
de la NASA. No quiero venderle
proyectes a Elon Musk, wey.
Ya vuelo todos los días,
lunes y jueves. Ya lo logré.
(47:21):
Ya no me quiten de aquí. Déjenme.
Entonces, la parte padre es que ya
no se vuelve un tema de dinero.
Ya no se vuelve un tema de principio. Ya no se vuelve un tema
de fracasé, la vida, no sé qué.
Ya tengo la panadería
que siempre quise toda mi vida.
Ahora déjate hacer el mejor pinche
pan que ha probado esta gente, wey.
Por eso le decía al niño
que el éxito no se ve.
(47:43):
No se ve la filota de gente que tienes.
Pero tú sigues haciendo el mismo
pan todos los días.
Pero como te encanta hacer pan,
por eso tienes un chorro de gente formada.
Se dice y no pasa nada. ¡Vamos!
¡Vámonos!
Muy bien. Gracias, chicos.
(48:07):
Eh... ¿Bien, no?
Vamos a mi productor.
Tenemos productor acá atrás.
Tenemos un espacio para algo, ¿no?
Como por unos tres, cuatro preguntas
porque hay chamba mañana, hay pulso
mañana, entonces tenemos que volar hoy.
Pero vamos a quedar un rato
por acá, vamos a echar nuestras preguntas.
Tenemos a alguien con un micro que nos puede ayudar.
¿Dónde esté el micro? No sabemos nada.
(48:29):
Ahí viene el micro.
Si alguien tiene una pregunta
así rapidita para nosotros, ojo, ojo, ojo.
Entonces, ¿qué piensen?
Preguntas.
Oye, Chumel, fíjate que...
Tenemos una pregunta.
Tiene unos terrenos ahí que no nos vale madre.
Entonces, procuramos preguntar...
Tenemos la primera pregunta.
Chumel, ¿qué tal? Buenas tardes. Soy Mónica de Irapuato.
(48:53):
Le quiero preguntar, ¿cómo vas a lograr el equilibrio?
Creo que dejándome descansar,
cosa que no he hecho todavía.
Pero...
Aprendí a valorar
el tiempo libre, güey.
O sea...
Que si quiero ver a mis sobrinos y a mi hermano
o si quiero irme a pistear con este güey,
(49:15):
sí hacerlo.
Porque es parte integral de la vida, güey.
Te lo digo porque neta ese año, el 2023,
fue... Nos matamos, güey.
Fue como hace 20 años, fue el año pasado.
Ah, sí. O sea, pero te lo juro que
fue un año que no vi nada, güey.
O sea, no era más que trabajar, trabajar, trabajar.
Y por lo general, uno dice
qué bendición es el trabajo.
Sí, sí, sí, sí. Pero también qué bendición
(49:37):
descansar tantito, güey.
Y segunda pregunta, ¿cómo sabes
que lograste el equilibrio?
¿Cómo vas a saber que lo lograste?
Yo creo que...
Yo creo que no sintiéndome exhausto
y que cuando vean las fotos de mi sobrino
no llore porque lo extraño.
Sí. Creo que no te das cuenta,
solo como que pasa, ¿no?
Bueno, hay una cosa bien chida
(49:59):
que te quiero platicar antes de eso.
Hay una historia bien bonita
de Buda
que conoce
otro güey que llegó a la iluminación.
Está en chilla esa historia.
Conoce un güey que llega a la iluminación y el bato lo que hacía
es que cruzaba gente
por un río.
Y Buda va con este señor. Es igual
falsa la historia porque nada es cierto.
(50:21):
Y va con este señor
y él había logrado la iluminación
cruzando gente en el río.
Y le dice, ¿cómo lo hiciste? Dice, güey,
es que yo, le dice, toco la cítara
para cruzar a la gente del río
y mientras toco. Y me di cuenta,
dígate que chida la acción,
me di cuenta que si a la cuerda
la tensas de más,
si trabajas mucho, se puede romper
(50:43):
e incluso suena fuera de tono.
Pero si la flojas demasiado,
se echa pura hueva,
no suena nada. Entonces
tiene que tener tensión
pero tiene que ser una tensión
armónica. Para que
esté tenso, pero lo
suficientemente guanguita para que
suene bonito. O sea, si afloja
pero no afloje. Ajá. Entonces creo que
(51:05):
la vida tiene que sonar bonito para saber qué
está pasando. Ajá,
¿quién más? Aquí.
Tú.
Ahí está.
¿Cómo están? Bien.
Bien. Bueno, hablaron
de los hábitos, pero...
En realidad no hablamos de los hábitos, si se dieron cuenta.
Bueno, algo así, en esencia.
También han hablado del llamado
(51:27):
y otras cosas. Pero
yo les quería preguntar, porque, bueno,
yo no soy de aquí, pero yo veo que hay mucha
gente, con todo respeto,
muy grande, pero también muy chiquita.
O sea, como que está muy diversificado
en edades y se me hace
como... yo les quería preguntar a
los dos, que, ¿qué se siente
cuando ustedes sienten
que van por buen camino? O sea,
(51:49):
sienten miedo, emoción,
nervios, no pueden dormir,
pueden dormir. O sea, ¿cómo se siente
para que las personas
que estamos aquí, que no sabemos qué hacer,
sepamos que, ah, bueno,
vamos por buen camino, tal vez no?
¿Cómo se siente?
Ajá. Es una emoción.
Sí hay una emoción constante. No, sí, sí. Ajá, tú primero.
Es una emoción constante el saber
(52:11):
que sí estás
haciendo algo que representa. Algo a mí
que lo que más me emociona en el día a día es decir
lo que estoy haciendo
lo va a escuchar alguien
con la voz de este idiota, pero lo va a escuchar
alguien. Y
importa, importa mucho lo que está sucediendo
y importa mucho saber que mucha
juventud que se quiere informar, que quiere
saber qué está pasando con el país
(52:33):
y eso me da
mucha esperanza y esa es la que me hace
querer levantarme y seguir día a día
mejorando. ¡Qué buena
respuesta, wey!
Aplausos, vanos, mamés, wey.
Le pagué.
Creo que hay una
historia que me gusta mucho que luego
cuento, que es de mis historias
favoritas, es de mis mantras.
(52:55):
Es de la
iliada, de la iliada
que yo ya le he contado.
Cuando Aquiles,
que era el gran guerrero que nadie vencía,
Aquiles secuestra a Briseida
y Briseida secuestrada
le dice a Aquiles, le dice, wey, ¿por qué nadie
te mata? ¿Por qué eres el
guerrero más cabrón? Pareces inmortal.
Dice, los dioses te bendijeron
(53:17):
pero ¿cómo le haces? ¿Cómo le haces
para no ser así de
de perro en tu trabajo?
Y le dice a Aquiles una cosa que
me fascina y te la comparto, es
le dice a Aquiles a ella,
porque yo quiero lo que
quieren todos los hombres,
la eternidad, solo yo la quiero
más. Entonces, algo que nos pasa
es, como dice Osvaldo,
(53:39):
sentimos que lo que hacemos
vale la pena, merece
ser escuchado,
pero sobre todo, ahí está,
es algo que cuento varias veces,
es el fenómeno de Walter White,
produce lo que tú consumirías.
Si tú te lo darías, jala.
Es como la gente gorda,
cocina cabrón, ¿por qué?
Pues porque está gorda, ajá,
(54:01):
entonces se gorda creativamente,
¿me entiendes?
Cuando yo me compré mi primera tele, lo primero
que puse fue el pulso de la República,
y me acuerdo que lo vi y exclamé,
no mames que chico programa,
y es mío, pero de todos modos
dije, es que lo vería si alguien más lo hiciera,
entonces, si tú
lo verías o lo leyeras
o lo consumieras, aunque alguien
(54:23):
más lo hiciera, esa es una gran brújula
para saber que vas por buen camino.
Eso.
Yes.
Hola. Hola.
Soy Adriana y soy su fan,
siempre los escucho, los veo,
me divierto mucho, creo que lo que ustedes dicen
son una radiografía
de lo que pasa en nuestro país,
pero dicen muchas verdades
(54:45):
que a muchas personas les puede
incomodar. Y muchas groserías.
Así es, y yo creo que eso es lo que tienen
como autenticidad de este programa.
No tienen miedo
ustedes con los contenidos que a veces
dicen, que lo dicen que muchas personas
quisiéramos decirlos,
que a veces no se puede, y ustedes
se enfrentan y lo dicen, no viven con miedo
por decir
(55:07):
toda esa verdad, que les aplaudimos,
que lo tengan que decir, tienen esa
radiografía que
de verdad se necesita porque hablan
en la voz de los ciudadanos
que muchas veces
pues quisiéramos decir todas esas
cosas, ustedes lo dicen, no pasa nada,
pero bueno, detrás de eso, pasa,
viven con ese miedo.
El que habla es él, entonces
(55:29):
se la pela. No, mira,
hay una regla muy clara.
Hablamos de los políticos
y hablamos del poder.
Nunca hablamos del narco,
por ejemplo, porque
pues porque no sé si les caiga bien
el chiste, ¿sabes cómo?
También
creo que el miedo,
no,
(55:51):
creo que la comedia
es el antídoto del miedo,
porque la única
manera de que el bully deje de chingar
es cuando le bajas los
calzones y todos los rimos de él.
Entonces, porque
la, el miedo
es la falta de inteligencia.
Cuando
alguien es
(56:13):
divertido, yo lo he dicho
siempre, la risa es el
escote de la inteligencia. Si alguien
es inteligente, por lo general
es muy inteligente. Tu tío el más
mamón es el más pendejo
también. Y tu tía la más chistosa
es súper divertida
y borracha. Entonces
con el tema del miedo, creo que
creo que empezamos
(56:35):
siendo muy libertinos
y
hemos aprendido, o he aprendido a
que la voz
que tenemos o la gente que nos escucha
es un buen. Y por no haber
querido aprender esa lección nos quitaron HBO.
Porque yo pensé que no
era tan en serio, y sí es muy en serio.
Ojo, lo que nos mama es
seguir haciendo comedia,
(56:57):
pero también es estar consciente
de quién te va a ver y del
eco que van a ser tus palabras.
Entonces usa eso con responsabilidad.
Ten libertad,
pero no libertinaje, como decía mi profecía de
sociales. En resumen,
nos da
miedo
que pueda pasar.
Me da más miedo si se ponen
(57:19):
de verdad autoritarios.
Me da más miedo
Ciro, que le pase
algo. Me da más miedo Joaquín
que le pase algo. Me da más miedo Loret
que le pase algo. Porque esos
güey sí están pisando callos
cabrón. Yo estoy haciendo sketches con pelucas.
Esos brothers ya le metieron
nueve balazos. Se puede
poner feo. Más bien esa es
(57:41):
mi miedo. Que de verdad
votemos por gente que de verdad
no sabe tomar un chiste y que de verdad
es autoritaria y de que de
verdad nos puede pasar
lo que a Led Varela
lo pueden correr de su país por hacer chistes
del gobierno. Entonces
creo que dentro de todo
lo que nos ha pasado, los
artistas y los comediantes que admiramos
(58:03):
tienen la misma cicatriz que nosotros.
Luis Cique, Dave Chappelle,
Ricky Gervais.
Todos han estado en el lajo.
Todos los han quemado, todos
los han querido cancelar y siguen
teniendo el especial más visto de
Netflix. South Park sigue existiendo.
Entonces, mientras
Rengiz Timpy y South Park
y todas las pendejas que vemos sigan
(58:25):
existiendo, nosotros también. Entonces
eso te quita un poquito el miedo.
¡Sí!