49. Carlos “Cabo” Altamirano: Resistencia en Bóvedas

Con su pausado y reflexivo estilo personal, propio de gente inteligente e interesada en el cultivo del desarrollo espiritual, Cabo nos cuenta de su paso por el Seminario en donde estudió Filosofía y Teología y de su titulación en la Facultad de Economía de la UASLP. Acostumbrado a escuchar, ahora nos cuenta de la fundación de Bóvedas, allá por el 1996 cuando se erigió en el primer centro cultural alternativo en el pueblo, en donde se escuchaba música electrónica, los asistentes podían colgar sus fotos para exponerlas y en donde Peyo vendía los tamales que preparaba su jefa. Bóvedas mutó un tiempo a el De Lirio Azul y después al Recoveco, para regresar a Bóvedas. El destino, la falta de espacios alternativos, pero sobre todo la personalidad de Cabo ha logrado que el gran público regrese a su centro cultural y juntos miren en lontananza hacia el futuro.

Participa: Carlos “Cabo” Altamirano Sánchez.

Cuando tenía ocho años visitaron la expo los Picassos de Picasso, en el Rufino Tamayo. Su madre les inculcó el placer por el arte, la lectura y a visitar centros culturales en el DF. Aplicó en la Facultad de Filosofía y Letras en donde la distancia con su casa le impidió concluir sus estudios. Sin embargo, poco pudo hacer para librarse del distintivo mote que su afición por el futbol, por los Pumas de la UNAM, le concedió: El cabo. Asegura que fue por Evanivaldo Castro Silva, el Cabo Cabinho. En el 2026, su Centro Cultural Bóvedas cumplirá treinta años de existencia, el único en San Luis Potosí pese a limitaciones y aciertos, persecuciones y logros, envidias y solidaridades, malversaciones y alianzas, extorsiones y resistencias.

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