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October 20, 2025 254 mins
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EL HOMBRE MÁS RICO DE BABILONIA

Mediante el uso de antiguas parábolas babilónicas, George Samuel Clason comparte los secretos del éxito financiero en este clásico atemporal. Millones de lectores de todo el mundo se han sentido inspirados y guiados por la sabiduría que encierran estas páginas, haciendo de El hombre más rico de Babilonia uno de los libros más queridos e influyentes sobre el tema del ahorro, la planificación financiera y la riqueza personal.
  • Aprende los secretos para construir y mantener la riqueza personal mediante consejos prácticos y antiguas parábolas babilónicas
  • Comprende mejor los principios financieros básicos, como el presupuesto, el ahorro y la inversión.
  • Descubre cómo superar los obstáculos y mentalidades habituales que impiden el éxito financiero.
  • Aprende a crear un plan para alcanzar tus objetivos financieros y a cumplirlo.
  • Comprende la importancia de vivir por debajo de tus posibilidades y el poder de la capitalización.
  • Obtén información de expertos financieros a través de ejercicios adicionales incluidos en el libro.
  • Aprende valiosas lecciones que pueden aplicarse tanto a la gestión financiera personal como a la empresarial.
  • Aprende una manera práctica de liquidar tus deudas y cómo mantenerte sin deudas de por vida.
Este es el libro que revela el secreto de la riqueza personal. Amado por millones de personas, este clásico atemporal contiene la clave de todo lo que deseas y de todo lo que quieres lograr.


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Episode Transcript

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Speaker 2 (00:03):
Hola apreciado oyente. Si estás aquí es porque tal vez
te apasionan los libros y el conocimiento y la sabiduría
que traen consigo tanto como a nosotros. Así que probablemente
también quieras tener este o cualquier otro libro de este
podcast en físico para engrosar tu biblioteca personal o para
regalarlo a un amigo. Por eso, te dejaremos un enlace

(00:24):
en la descripción, donde puedes obtenerlo con descuento y con
envío a casi cualquier lugar del mundo. Pigeon, casa editorial,
presenta El hombre más rico de Babilonia Autor George Clason

(01:01):
El hombre más rico de Babilonia le ofrece con un
lenguaje ameno y sencillo, un plan financiero que le llevará
al camino de la riqueza. Aprenderá a ganar el dinero
que necesita, a conservarlo y a hacerlo fructificar. Este libro
trata del éxito personal fruto de nuestro esfuerzo y de
nuestra acción. Una buena preparación y una actitud mental positiva

(01:23):
son las claves del éxito. Una serie de reglas tan
antiguas como el mundo contienen el secreto del éxito y
de la prosperidad. En este libro, que se lee como
una novela, aprenderá estos secretos. A lo largo del camino
se encuentran las ambiciones que usted desea realizar y los

(01:46):
deseos que usted quiere satisfacer. Para realizar sus ambiciones y
sus deseos, tiene que triunfar en el terreno financiero. Para ello,
aplique los principios fundamentales claramente enunciados en las páginas de
este libro. Deje que estos principios lo lleven más allá
de las dificultades que trae la pobreza y que le

(02:06):
ofrezcan la vida feliz y plena que da una bolsa
bien provista. Estos principios son universales e inmutables como la
ley de la gravedad. Le podrán mostrar, como ya lo
han hecho a tantos otros antes que a usted, la
manera de engrosar su bolsa, de aumentar su cuenta bancaria
y de asegurarse un notable éxito económico. El dinero abundará

(02:28):
para los que comprendan las simples reglas de la adquisición
de bienes. Uno, comience a llenar su bolsa. Dos, controle
sus gastos. Tres, haga dar frutos a su dinero. Cuatro,
impida que sus tesoros se pierdan. Cinco, haga que su
propiedad sea una inversión rentable. Seis, asegúrese ingresos para el futuro. 7.

(02:56):
Aumente su habilidad en la adquisición de bienes. Prefacio Nuestra
prosperidad como nación depende de la prosperidad financiera de cada
uno de nosotros como individuos. Este libro trata del éxito
personal de cada uno. El éxito significa realizaciones como resultado
de nuestros propios esfuerzos y habilidades. Una buena preparación es

(03:20):
la clave del éxito. Nuestras acciones no pueden ser más
sabías que nuestros pensamientos. Nuestros actos y nuestra manera de
pensar no puede ser más sabios que nuestra comprensión. Este
libro de remedios para los bolsillos vacíos ha sido calificado
como una guía de comprensión financiera. Su objetivo es ofrecer

(03:40):
a los que ambicionan éxito económico una visión que los
ayude a conseguir dinero, a conservarlo y a hacer que
dé frutos. En las páginas siguientes vamos a regresar a
la antigua Babilonia, cuna de las reglas básicas de la
economía que son reconocidas aún hoy en día y aplicadas
en todo el mundo. El autor desea que este libro

(04:01):
sirva de inspiración para sus nuevos lectores, como lo ha
sido para tantos otros en todo el país, a fin
de que su cuenta bancaria se engrosara constantemente, de que
aumenten sus éxitos económicos y de que descubran la solución
a sus problemas financieros. El autor aprovecha la ocasión para
expresar su gratitud a los administradores que han compartido generosamente

(04:22):
estos relatos con sus amigos, parientes, empleados y asociados. Ningún
apoyo habría sido más convincente que el de los hombres
prácticos que han apreciado estas enseñanzas y han triunfado utilizando
las reglas que propone este libro. Babilonia llegó a ser
la ciudad más rica del mundo en la antigüedad porque
sus ciudadanos fueron el pueblo más rico de su tiempo.

(04:45):
Apreciaban el valor del dinero. Aplicaron sólidas reglas básicas para obtenerlo,
conservarlo y hacerle dar fruto. Consiguieron lo que todos deseamos,
ingresos para el futuro. Dinero es el criterio universal por
el que se mide el éxito en nuestra sociedad. El
dinero da la posibilidad de gozar de las mejores cosas

(05:07):
de la existencia. El dinero abunda para quien conoce los
medios de obtenerlo. Hoy en día el dinero está sometido
a las mismas leyes que lo regían hace seis mil años,
cuando los hombres prósperos se paseaban por las calles de Babilonia. 1.
EL HOMBRE QUE DESEABA ORO Bansir, el fabricante de carros

(05:28):
de la ciudad de Babilonia, se sentía muy desanimado. Sentado
en el muro que rodeaba su propiedad, contemplaba tristemente su
modesta casa y su taller, en el que había un
carro sin acabar. Su mujer salía a menudo a la puerta.
Lanzaba una mirada furtiva en su dirección, recordándole que ya
casi no les quedaba comida y que tendría que estar

(05:50):
acabando el carro, es decir, clavando, tallando, puliendo y pintando,
extendiendo el cuero sobre las ruedas, preparándolo de este modo
para ser entregado y que fuera pagado por el rico cliente.
Sin embargo, su cuerpo grande y musculoso permanecía inmóvil, apoyado
en la pared. Su mente lenta daba vueltas a un

(06:11):
asunto al que no encontraba solución alguna. El cálido sol tropical,
tan típico del Valle de Leofrates, caía sobre él sin piedad.
Gotas de sudor perlaban su frente y se deslizaban hasta
su pecho velludo. Su casa estaba dominada, en la parte trasera,
por los muros que rodeaban las terrazas del Palacio Real.

(06:32):
Muy cerca de allí, la torre pintada del Templo de
Bel se recortaba contra el azul del cielo. A la
sombra de una majestad tal se dibujaba su modesta casa,
y muchas otras también, mucho menos limpias y cuidadas que
la suya. Así era Babilonia, una mezcla de suntuosidad y simplicidad,
de cegadora riqueza y de terrible pobreza sin orden alguno

(06:54):
en el interior de las murallas de la ciudad. Si
se hubiera molestado en darse la vuelta, Bansir habría visto
cómo los ruidosos carros de los ricos empujaban y hacían
tambalearse tanto a los comerciantes que llevaban sandalias como a
los mendigos descalzos. Incluso los ricos estaban obligados a meter
los pies en los desagües para dejar paso a las

(07:14):
largas filas de esclavos y deportadores de agua al servicio
del rey. Cada esclavo llevaba una pesada piel de cabra
llena de agua que vertía en los jardines colgantes. Bansir
estaba demasiado absorto en su propio problema para oír o
prestar atención al ajetreo confuso de la rica ciudad. Fue
el sonido familiar de una lira lo que le sacó

(07:35):
de su ensoñación. Se dio la vuelta y vio el
rostro expresivo y sonriente de su mejor amigo, Coby el Músico.«
Que los dioses te bendigan con gran generosidad, mi buen amigo»,
dijo Coby a modo de saludo.« Pero me parece que
son tan generosos que ya no tienes ninguna necesidad de trabajar».
me alegro de que tengas esa suerte. Es más, me

(07:58):
gustaría compartirla contigo. Te ruego que me hagas el favor
de sacar dos séqueles de tu bolsa, que debe estar
bien llena, puesto que no estás trabajando en tu taller,
y me los prestes hasta después del festín de los
nobles de esta noche. No los perderás, te serán devueltos.—
Si tuviera dos séqueles, respondió tristemente Bansir, no podría prestárselos

(08:21):
a nadie, ni a ti, mi mejor amigo, porque serían
toda mi fortuna. Nadie presta toda su fortuna ni a
su mejor amigo.—¿ Qué? exclamó Coby sorprendido.—¿ No tienes ni
un séquel en tu bolsa y permaneces sentado en el
muro como una estatua?¿ Por qué no acabas ese carro?¿

(08:42):
Cómo sacias tu hambre?— No te reconozco, amigo mío.¿ Dónde
está tu energía desbordante?¿ Te aflige alguna cosa?¿ Te han
causado los dioses algún problema?« Debe de ser un suplicio
que me han enviado los dioses», comentó Bansir.« Comenzó con
un sueño, un sueño que no tenía sentido, en el

(09:05):
que yo creía que era un hombre afortunado. De mi
cintura colgaba una bolsa repleta de pesadas monedas». Tenía séqueles
que tiraba despreocupadamente a los mendigos, monedas de oro con
las que compraba útiles para mi mujer y todo lo
que deseaba para mí, incluso tenía monedas de oro que
me permitían mirar confiadamente el futuro y gastar con libertad.

(09:26):
Me invadía un maravilloso sentimiento de satisfacción. Si me hubieras
visto no habrías conocido en mí al esforzado trabajador, ni
en mi esposa a la mujer arrugada. Habrías encontrado en
su lugar una mujer con el rostro pretórico de felicidad
que sonreía como al comienzo de nuestro matrimonio. Un bello
sueño en efecto, comentó Coby, pero¿ por qué sentimientos tan

(09:48):
placenteros te habían de convertir en una estatua colocada sobre
el muro?¿ Por qué? Porque en el momento que me
he despertado y he recordado hasta qué punto mi bolsa
se encontraba vacía, me ha invadido un sentimiento de rebeldía.
Hablemos de ello. Como dicen los marinos, los dos remamos
en la misma barca. De jóvenes fuimos a visitar a

(10:10):
los sacerdotes para aprender su sabiduría. Cuando nos hicimos hombres,
compartimos los mismos placeres. En la edad adulta, siempre hemos
sido buenos amigos. estábamos satisfechos de nuestra suerte éramos felices
de trabajar largas horas y de gastar libremente nuestro salario
ganamos mucho dinero durante los años pasados pero los goces

(10:34):
de la riqueza sólo los hemos podido experimentar en sueños
somos acaso estúpidos borregos vivimos en la ciudad más rica
del mundo los viajeros dicen que ninguna otra ciudad la
iguala Ante nosotros se extiende esta riqueza, pero no poseemos
nada de ella. Tras haber pasado la mitad de tu

(10:54):
vida trabajando arduamente, tú, mi mejor amigo, tienes la bolsa
vacía y me preguntas,¿ me puedes prestar una suma tan
insignificante como dos séqueles hasta después del festín de los
nobles de esta noche?¿ Y qué es lo que yo
te respondo? Digo que aquí tienes mi bolsa, y que
comparto contigo su contenido. No, admito que mi bolsa está

(11:16):
tan vacía como la tuya.¿ Qué es lo que no funciona?¿
Por qué no podemos conseguir más plata y más oro,
más de lo necesario para poder comer y vestirse? Consideremos
a nuestros hijos. No están siguiendo el mismo camino.¿ De
sus padres? también ellos con sus familias, y sus hijos

(11:37):
con las suyas, tendrán que vivir entre los acaparadores de
oro y se tendrán que contentar con beberla con sabida
leche de cabra y alimentarse de caldo claro? Durante todos
estos años que hemos sido amigos, nunca habías hablado así,
replicó Coby intrigado. Durante todos estos años, jamás había pensado así.

(11:58):
Desde el alba hasta que me hacía parar la oscuridad
he trabajado haciendo los más bellos carros que pueda fabricar
un hombre, sin casi atreverme apenas a esperar que un
día los dioses reconocerían mis buenas obras y me darían
una gran prosperidad, lo que jamás han hecho. Al fin
me doy cuenta de que nunca lo harán. Por eso
estoy triste. Deseo ser rico. Quiero poseer tierras y ganado,

(12:22):
lucir bellas ropas y llenar mi bolsa de dinero. Estoy
dispuesto a trabajar para ello con todas mis fuerzas, con
toda la habilidad de mis manos, con toda la destreza
de mi cabeza, pero deseo que mis esfuerzos sean recompensados.¿
Qué nos ocurre? Te lo vuelvo a preguntar.¿ Por qué
no tenemos una parte justa de todas las cosas buenas,

(12:44):
tan abundantes, que pueden conseguir los que poseen el oro?
Hay si conociera la respuesta. Respondió Coby. Yo no estoy
más satisfecho que tú. Todo el dinero que gano con
mi lira se gasta rápidamente. A menudo he de planificar
y calcular para que mi familia no pase hambre. Yo

(13:04):
también tengo en mi fuero interno el deseo de tener
una lira suficientemente grande para hacer resonar la grandiosa música
que me viene a la mente. Con un instrumento así
podría producir una música tan suave que ni el mismo
rey habría oído nunca nada parecido. tú deberías tener una
lira así. Nadie en la ciudad de Babilonia podría hacerla

(13:25):
sonar mejor que tú, hacerla cantar tan melodiosamente que, no
sólo el rey, sino los mismos dioses quedarían maravillados. Pero,¿
cómo podrías conseguirla si tú y yo somos tan pobres
como los esclavos del rey? Escucha la campana. Ya vienen.
Señaló una larga columna de hombres medio desnudos, los portadores

(13:47):
de agua que venían del río, sudando y sufriendo por
una estrecha calle. Caminaban en columna de a cinco encorvados
bajo la pesada piel de cabra llena de agua. El
hombre que los guía es hermoso, Coby indicó al hombre
que tocaba la campana y andaba al frente de todos,
sin carga. En su país es fácil encontrar a hombres hermosos.

(14:10):
Hay varios rostros bellos en la fila, dijo Bansir, tanto
como los nuestros. Hombres altos y rubios del norte, hombres
negros y risueños del sur y pequeños y morenos de
los países vecinos. Todos caminan juntos del río a los
jardines y de los jardines al río, cada día de
cada año. No pueden esperar ninguna felicidad. Duermen sobre lechos

(14:32):
de paja y comen gachas. Me dan pena esos pobres animales, Coby.
A mí también me dan pena. Pero me hacen recordar
que nosotros no estamos mucho mejor que ellos, aunque nos
llamemos libres. Es cierto, Kobe, pero no me gusta pensar
en eso. No queremos seguir viviendo como esclavos año tras año. Trabajar, trabajar, trabajar.

(14:58):
Y no llegar a nada.¿ No deberíamos intentar averiguar cómo
los otros consiguieron su oro y hacer como ellos? Preguntó Kobe.
Tal vez haya un secreto que podemos aprender simplemente si
encontramos a los que lo conocen, respondió Bansir pensativo. Hoy mismo,
añadió Kobe, me he cruzado con nuestro viejo amigo Arkad,

(15:21):
que se paseaba en su carro dorado. Te diré que
ni me ha mirado, una cosa que algunos de los
de su clase creen tener derecho a hacer. En vez
de eso ha hecho una señal con la mano para
que los espectadores pudieran verle saludar y conceder el favor
de una sonrisa amable a Kobe el músico.« Sí, dicen
que es el hombre más rico de toda Babilonia», dijo Bansir.«

(15:45):
Tan rico, dicen, que el rey recurre a su oro
para asuntos del tesoro», contestó Coby.« Tan rico», comentó Bansir,«
que si me lo encontrara de noche estaría tentado de
vaciarle la bolsa».« Eso es absurdo», replicó Coby.« La fortuna
de un hombre no está en la bolsa que lleva consigo».

(16:07):
Una bolsa bien repleta se vacía con rapidez si no
hay una fuente de oro para alimentarla. Arkad tiene unos
ingresos que mantienen su bolsa llena, gaste como gaste su dinero.
Los ingresos, eso es lo importante. Dijo Bansir. Deseo una
renta que continúe alimentando mi bolsa, tanto si me quedo

(16:27):
sentado en el muro de mi casa como si viajo
a lejanos países. Arkad debe de saber cómo un hombre
puede asegurarse una renta.—¿ Crees que será capaz de explicárselo
a alguien con una mente tan torpe como la mía?—
Creo que enseñó su saber a su hijo Nomásir— respondió Coby.
Este fue Anín y Bey, según dicen en la posada,

(16:49):
se convirtió, sin la ayuda de su padre, en uno
de los hombres más ricos de la ciudad.— Coby, lo
que acabas de decir ha hecho nacer en mí una
luminosa idea. Un nuevo brillo apareció en los ojos de Bansir.
Nada cuesta pedir un sabio consejo a un buen amigo,
y Arcad siempre ha sido un amigo. No importa que

(17:10):
nuestras bolsas estén tan vacías como el nido de halcón
del año anterior. No nos detengamos por eso. No nos
inquietemos por no poseer oro en medio de la abundancia.
Deseamos ser ricos. Ven. Vayamos a ver a Arcad y
preguntémosle cómo podríamos conseguir ganancias por nosotros mismos. Habías poseído

(17:32):
por una auténtica inspiración, Bansir. Traes a mi mente una
nueva visión de las cosas. Me haces tomar conciencia de
la razón por la que nunca hemos tenido nuestra parte
de riqueza. Nunca la hemos buscado activamente. Tú has trabajado
con paciencia para construir los carros más sólidos de Babilonia.

(17:53):
Has concentrado en ello todos tus esfuerzos y lo has conseguido.
Yo me he esforzado en convertirme en un hábil músico,
y lo he logrado. En lo que nos hemos propuesto triunfar,
hemos triunfado. Los dioses estaban contentos de dejarnos continuar así. Ahora,
por fin vemos una luz tan brillante como el amanecer.

(18:15):
Nos ordena que aprendamos más para hacernos más prósperos. Encontraremos,
con un nuevo entendimiento, maneras honorables de cumplir nuestros deseos.
Vayamos hoy a ver a Arkad, dijo Bansir. Pidamos a
los amigos de nuestra infancia que tampoco han triunfado que
se unan a nosotros y que compartan con nosotros esa sabiduría.

(18:37):
Eres en verdad un amigo considerado, Bansir. Por eso tienes
tantas amistades. Haremos como dices. Vayamos hoy a buscarlos y
llevémoslos con nosotros. 2. El hombre más rico de Babilonia.
En la antigua Babilonia vivía un hombre muy rico que
se llamaba Arkad. Su inmensa fortuna lo hacía admirado en

(19:00):
todo el mundo. También era conocido por su prodigalidad. Daba
generosamente a los pobres. Era espléndido con su familia. Gastaba
mucho en sí mismo. Pero su fortuna se acrecentaba cada
año más de lo que podía gastar. Un día, unos
amigos de la infancia lo fueron a ver y le dijeron.« Tú, Arkad,

(19:23):
eres más afortunado que nosotros». Te has convertido en el
hombre más rico de Babilonia mientras que nosotros todavía luchamos
por subsistir. Tú puedes llevar las más bellas ropas y
regalarte con los más raros manjares, mientras que nosotros nos
hemos de conformar con vestir a nuestras familias de manera
apenas decente y alimentarlas tan bien como podemos. Sin embargo,

(19:46):
en un tiempo fuimos iguales. Estudiamos con el mismo maestro.
Jugamos a los mismos juegos. no nos superabas en los
juegos ni en los estudios. Y durante esos años no
fuiste mejor ciudadano que nosotros. Y por lo que podemos juzgar,
no has trabajado más duro ni más arduamente que nosotros.¿

(20:08):
Por qué entonces te elige a ti la suerte caprichosa
para que goces de todas las cosas buenas de la
vida y a nosotros, que tenemos los mismos méritos, nos ignora?
Si no habéis conseguido con qué vivir de manera sencilla
desde los años de nuestra juventud, los reprendió Arcad, es
que habéis olvidado aprender las reglas que permiten acceder a
la riqueza, o también puede ser que no las hayáis observado.

(20:32):
La fortuna caprichosa es una diosa malvada que no favorece
siempre a las mismas personas. Al contrario, lleva a la
ruina a casi todos los hombres sobre los que ha
hecho llover oro sin que hicieran esfuerzo alguno. Hace actuar
de manera desordenada a los derrochadores y reflexivos que gastan
todo lo que ganan, dejándoles tan solo apetitos y deseos

(20:53):
tan grandes que no puedan saciarlos. En cambio, otros de
a los que favorece se vuelven avaros y atesoran sus
bienes por miedo a gastar los que tienen, pues saben
que no son capaces de reponerlos. Además, siempre temen ser
asaltados por los ladrones y se condenan a vivir una
vida vacía, solos y miserables. Probablemente existen otros que pueden

(21:15):
usar el oro que han ganado sin esfuerzo, hacerlo rendir
y continuar siendo hombres felices y ciudadanos satisfechos. Sin embargo,
son poco numerosos. Solo los conozco de oídas. Pensad en
los hombres que repentinamente han heredado fortunas y decime si
esto que os digo no es cierto. Sus amigos pensaron

(21:36):
que estas palabras eran verídicas, pues sabían de hombres que
habían heredado fortunas. Le pidieron que les explicara cómo se
había convertido en un hombre tan próspero. En mi juventud, continuó,
miré a mi alrededor y vi todas las buenas cosas
que me podían dar felicidad y satisfacción, y me di

(21:56):
cuenta de que la riqueza aumentaba el poder de esos bienes.
La riqueza es un poder, la riqueza hace posible muchas cosas.
Permite amueblar una casa con los más bellos muebles. Permite
navegar por mares lejanos. permite degustar finos manjares de lejanos países,

(22:17):
permite comprar los adornos del orfebre y del joyero, permite, incluso,
construir grandiosos templos para los dioses, permite todas esas cosas
y aún muchas otras que procuran placer a los sentidos
y satisfacción al alma. Cuando comprendí todo eso, me prometí
que yo tendría mi parte de las cosas buenas de

(22:39):
la vida. Que no sería uno de esos que se
mantienen al margen, mirando con envidia como los otros gozan
de su fortuna. No me conformaría con ropas menos caras
que sólo serían respetables. No me contentaría con la vida
de un pobre hombre. Al contrario, estaría invitado al banquete
de las buenas cosas. Siendo, como ya sabéis, el hijo

(23:02):
de un humilde comerciante, y miembro de una familia numerosa,
no tenía ninguna esperanza de heredar, y no estaba especialmente
dotado de fuerza o de sabiduría, como habéis dicho con
tanta franqueza, así que decidí que si quería obtener lo
que deseaba necesitaría dedicar tiempo y estudio. En cuanto al tiempo,
todos los hombres lo tienen en abundancia. Vosotros habéis dejado

(23:26):
pasar el tiempo necesario para enriquecerse. Y sin embargo admitís
que no tenéis otros bienes que mostrar que vuestras buenas familias,
de las que tenéis razón de estar orgullosos. En lo
que concierne al estudio.¿ No nos enseñó nuestro sabio profesor
que posee dos niveles? Las cosas que ya hemos aprendido

(23:47):
y que ya sabemos, y la formación que nos muestra
cómo descubrir las que no sabemos. Así decidí buscar qué
había que hacer para acumular riquezas, y cuando lo encontré,
me creí en la obligación de hacerlo y de hacerlo bien.¿
Pues acaso no es sabio el querer aprovechar la vida
mientras nos ilumina el sol, ya que la desgracia pronto
se abatirá sobre nosotros en el momento que partamos hacia

(24:10):
la negrura del mundo de los espíritus? Encontré un puesto
de escriba en la sala de archivos, en la que
durante largas horas todos los días, trabajaba sobre las tablillas
de barro, semana tras semana, mes tras mes, sin embargo,
nada me quedaba de lo que ganaba. La comida, el vestido,
lo que correspondía a los dioses y otras cosas de

(24:31):
las que ya no me acuerdo, absorbían todos mis beneficios.
Pero todavía estaba decidido. Y un día, Algamiz el prestamista
vino a la casa del señor de la ciudad y
encargó una copia de la novena ley, me dijo. La
tengo que tener en mi poder dentro de dos días,
si el trabajo está hecho a tiempo te daré dos

(24:51):
monedas de cobre. Así que trabajé duro, pero la ley
era larga y cuando Algamiz volvió, no había terminado el trabajo.
Estaba enfadado, si hubiera sido su esclavo me habría pegado.
Pero como sabía que mi amo no lo habría permitido,
yo no tuve miedo y le pregunté. Algamiz, soy su

(25:12):
nombre rico. Decime cómo puedo hacerme rico y trabajaré toda
la noche escribiendo en las tablillas para que cuando el
sol se levante la ley esté ya grabada. Él me
sonrió y respondió. Eres un joven astuto, acepto el trato.
Pasé toda la noche escribiendo, aunque me dolía la espalda

(25:32):
y el mal olor de la lámpara me daba dolor
de cabeza, hasta que casi ya no podía ni ver.
Pero cuando él regresó al amanecer, las tablillas estaban terminadas. Ahora, dije,
cumple tu promesa. Tú has hecho tu parte del trato,
hijo mío, me dijo bondadosamente. Y yo estoy dispuesto a

(25:53):
cumplir la mía. Te diré lo que deseas saber porque
me vuelvo viejo y a las lenguas viejas les gusta hablar,
y cuando un joven se dirige a un viejo para
recibir un consejo, bebe de la fuente de la sabiduría
que da la experiencia. Demasiadas veces, los jóvenes creen que
los viejos sólo conocen la sabiduría de los tiempos pasados
y de ese modo no sacan provecho de ella. Pero

(26:16):
recuerda esto, el sol que brilla ahora es el mismo
que brillaba cuando nació tu padre y el mismo que
brillará cuando muera el último de tus nietos. Las ideas
de los jóvenes, continuó, son luces resplandecientes que brillan como
meteoros que iluminan el cielo, pero la sabiduría del anciano
es como las estrellas filas que lucen siempre de la

(26:36):
misma manera, de modo que los marinos puedan confiar en ellas.
Retén bien estas palabras si quieres captar la verdad de
lo que te voy a decir y no pensar que
has trabajado en vano durante toda la noche. Entonces, bajó
las pobladas cejas, sus ojos me miraron fijamente y dijo
en voz baja pero firme. Encontré el camino de la

(26:58):
riqueza cuando decidí que una parte de todo lo que
ganaba me tenía que pertenecer. Lo mismo será verdad para ti.
Después continuó mirándome y su mirada me atravesó, Hiro no
añadió nada más.¿ Eso es todo? Pregunté.¿ Fue suficiente para
convertir en prestamista de oro a un pastor? Respondió.¿ Pero

(27:23):
puedo conservar todo lo que gano, no? Dije. En absoluto, respondió.¿
No pagas al zapatero?¿ No pagas al sastre?¿ No pagas
por la comida?¿ Puedes vivir en Babilonia sin gastar?¿ Qué
te queda de todo lo que ganaste durante el año pasado? Idiota.

(27:45):
Pagas a todo el mundo menos a ti. Trabajas para
los otros. Lo mismo daría que fueras un esclavo y
trabajaras para tu dueño, que te daría lo que necesitas
para comer y vestir. Si guardaras la décima parte de
lo que ganas en un año,¿ cuánto tendrías en diez años?
Mis conocimientos de cálculo me permitieron responder. Tanto como gano

(28:09):
en un año. Él replicó. Lo que dices es una
verdad a medias. Cada moneda de oro que ahorras es
un esclavo que trabaja para ti. Cada una de las
pequeñas monedas que te proporcionará ésta engendrará otras que también
trabajarán para ti. Si te quieres hacer rico, tus ahorros

(28:29):
te deben rendir y estos rendimientos rendirte a su vez.
Todo esto te ayudará a conseguir la abundancia de que
estás ávido. Crees que te pago mal por la larga
noche de trabajo, continuó, pero en verdad te pago mil veces,
solo hace falta que captes la verdad de lo que
te he presentado. Una parte de lo que tú ganas

(28:50):
es tuyo y lo puedes conservar. No debe ser menos
de una décima parte, sea cual sea la cantidad que
tú ganes. Puede ser mucho más cuando te lo puedas permitir.
Primero págate a ti. No compres al zapatero o al
sastre más de lo que puedas pagar con lo que
te quede, de modo que tenga suficiente para la alimentación,

(29:10):
la caridad y la devoción a los dioses. La riqueza,
como el árbol, nace de una semilla. La primera moneda
que ahorres será la semilla que hará crecer el árbol
de tu riqueza. Cuanto antes plantes tu semilla, antes crecerá
el árbol. Cuanto más fielmente riegues y abones tu árbol,
antes te refrescarás, satisfecho, bajo su sombra. Habiendo dicho esto,

(29:36):
cogió sus tablillas y se fue. Pensé mucho en lo
que me había dicho y me pareció razonable. Así que
decidí que lo intentaría. Cada vez que me pagaban, tomaba
una moneda de cobre de cada diez y la guardaba.
Y por extraño que parezca, no me faltaba más dinero
que antes. Tras habituarme, casi ni me daba cuenta, pero

(29:58):
a menudo estaba tentado de gastar mi tesoro, que empezaba
a crecer, para comprar algunas de las buenas cosas que
mostraban los mercaderes, cosas traídas por los camellos y los
barcos del país de los fenicios. Pero me retenía prudentemente.
Doce meses después de la visita de Algamiz, éste volvió
y me dijo.— Hijo mío,¿ te has pagado con la

(30:21):
décima parte de lo que has ganado este año? Yo
respondí orgulloso.— Sí, maestro.— Bien, respondió contento,¿ qué has hecho
con ella?— Se la he dado a Asmur el fabricante
de ladrillos. Me ha dicho que viajaría por mares lejanos
y que compraría joyas raras a los fenicios en tiro,

(30:43):
para luego venderlas aquí a elevados precios, y que compartiríamos
las ganancias. Se aprende a golpes, gruñó, cómo has podido
confiar en un fabricante de ladrillos sobre una cuestión de joyas.¿
Irías a ver al panadero por un asunto de las estrellas?
Seguro que no, si pensaras un poco irías a ver
a un astrónomo. Has perdido tus ahorros, mi joven amigo,

(31:08):
has cortado tu árbol de la riqueza de raíz. Pero
planta otro. Y la próxima vez, si quieres un consejo
sobre joyas, ve a ver a un joyero. Si quieres
saber la verdad sobre los corderos, ve a ver al pastor.
Los consejos son una cosa que se da gratuitamente, pero
toma tan solo los buenos. Quien pide consejos sobre sus

(31:30):
ahorros a alguien que no es entendido en la materia
habrá de pagar con sus economías el precio de la
falsedad de los consejos. Tras decir esto, se fue. Y
pasó como él había predicho, pues los fenicios resultaron ser
unos canallas, y habían vendido a Asmur trozos de vidrio
sin valor que parecían piedras preciosas. Pero, como me había

(31:52):
indicado Algamís, volví a ahorrar una moneda de cobre de
cada diez que ganaba ya que me había acostumbrado y
no me era difícil. Doce meses más tarde, Algamís volvió
a la sala de los escribas y se dirigió a mí.—¿
Qué progresos has realizado desde la última vez que te vi?
Me he pagado regularmente, repliqué, y he confiado mis ahorros

(32:15):
a Ager, el fabricante de escudos, para que compre bronce,
y cada cuatro meses me paga los intereses. Muy bien.¿
Y qué haces con esos intereses? Me doy un gran
festín con miel, buen vino y pastel de especias. También
me he comprado una túnica escarlata. Y algún día me

(32:36):
compraré un asno joven para poderme pasear. Al oír eso,
Algamish rió. Te comes los beneficios de tus ahorros. Así,¿
cómo quieres que trabajen para ti?¿ Cómo pueden producir a
su vez más beneficios que trabajen para ti? Procúrate primero
un ejército de esclavos de oro, y después podrás gozar

(32:57):
de los banquetes sin preocuparte. Tras esto, no lo volví
a ver en dos años. Cuando regresó, su rostro estaba
cubierto de arrugas y tenía los ojos hundidos, ya que
se estaba haciendo viejo. Me dijo,— Arcad,¿ ya eres rico,
tal como soñabas? Y yo respondí,— No, todavía no poseo

(33:21):
todo lo que deseo, solo una parte, pero obtengo beneficios
que se están multiplicando.—¿ Y todavía pides consejo a los
fabricantes de ladrillos? Respecto a la manera de fabricar ladrillos,
dan buenos consejos, repliqué. Arcad, continuó, has aprendido bien la lección.

(33:42):
Primero aprendiste a vivir con menos de lo que ganabas, después,
aprendiste a pedir consejo a hombres que fueran competentes gracias
a la experiencia adquirida y que quisieran compartir esta, y
finalmente has aprendido a hacer que tu dinero trabaje para ti.
Has aprendido por ti sólo la manera de conseguir dinero,
de conservarlo y de usarlo. De modo que eres competente

(34:04):
y estás preparado para asumir un puesto de responsabilidad. Yo
me hago viejo, mis hijos sólo piensan en gastar y
nunca en ganar. Mis negocios son muy grandes y tengo
miedo de no poderme encargar de ellos. Si quieres ir
a Nipur a encargarte de mis tierras de allí, te
haré mi socio y compartiremos los beneficios. Así que fui

(34:26):
a Nipur y me encargué de los negocios importantes, y
como estaba lleno de ambición y había aprendido las tres
reglas de gestión de la riqueza pude aumentar grandemente el
valor de sus bienes. De modo que cuando el espíritu
de Algamí se fue al mundo de las tinieblas, tuve
derecho a una parte de sus propiedades, como él había
convenido conforme a la ley. Así habló Arkad, y cuando

(34:48):
hubo acabado de contar su historia, uno de los amigos habló.
Tuviste una gran suerte de que Algamiste hiciera su heredero.
Solamente tuve la gran suerte de querer prosperar antes de encontrarlo.¿
Acaso no probé durante cuatro años mi determinación al guardar
una décima parte de lo que ganaba?¿ Dirías que tiene

(35:09):
suerte el pescador que pasa largos años estudiando el comportamiento
de los peces y consigue atraparlos gracias a un cambio
del viento, tirando sus redes justo en el momento preciso?
La oportunidad es una diosa arrogante que no pierde el
tiempo con los que no están preparados. Hiciste prueba de
mucha voluntad cuando continuaste después de haber perdido los ahorros

(35:30):
de tu primer año. Fuiste extraordinario. Exclamó otro. Voluntad. Replicó Arkad.¡
Qué absurdo!¿ Creéis que la voluntad da al hombre la
fuerza para levantar un fardo que no puede transportar un
camello o que no puede tirar un buey? La voluntad
no es más que la determinación inflexible de llevar a

(35:53):
cabo lo que se ha impuesto. Cuando yo me impongo
un trabajo, por pequeño que sea, lo acabo. De otro modo,¿
cómo podría confiar en mí mismo para realizar trabajos importantes?
Si me propongo que durante cien días, cada vez que
pase por el puente que lleva a la ciudad cogeré
una piedra y la tiraré al río, lo haré. Si

(36:14):
el séptimo día pasó sin acordarme, no me digo que
pasaré el día siguiente, tiraré dos piedras, y será igual.
En vez de eso daré la vuelta y tiraré la
piedra al río. El vigésimo día no me diré que
todo esto es inútil, ni me preguntaré de qué sirve
tirar piedras al río cada día, podrías tirar un puñado
de piedras y habrías acabado todo. No, no diré eso

(36:38):
ni lo haré, cuando me impongo un trabajo lo hago,
de modo que procuro no comenzar trabajos difíciles o imposibles
porque me gusta tener tiempo libre. Entonces, otro de los
amigos elevó la voz. Si lo que dices es cierto,
y si, como tú has dicho, es razonable, entonces todos
los hombres podrían hacerlo, y si todos lo hicieran, no

(37:01):
habría suficiente riqueza para todo el mundo. La riqueza aumenta
cada vez que los hombres gastan sus energías, respondió Arkad.
Si un hombre rico se construye un nuevo palacio,¿ se
pierde el oro con el que paga? No, el fabricante
de ladrillos tiene una parte, el trabajador otra, el artista
la suya. Y todos los que trabajan en la construcción

(37:24):
del palacio reciben una parte.¿ Y cuando el palacio está terminado,
acaso no tiene el valor de lo que ha costado?¿
Y el terreno sobre el que está construido no adquiere
por este hecho más valor? La riqueza crece de manera mágica.
Ningún hombre puede predecir su límite.¿ Acaso no han levantado

(37:45):
los fenicios grandes ciudades en áridas costas gracias a las
riquezas traídas por sus barcos mercantes?¿ Qué nos aconsejas para
que nosotros también nos hagamos ricos? Preguntó uno de los amigos.
Los años han ido pasando, ya no somos jóvenes y
no tenemos dinero que ahorrar. Os recomiendo que pongáis en

(38:06):
práctica los sabios principios de Algamís, y decíos, una parte
de todo lo que gano me revierte y la he
de conservar. Decíoslo cuando os levantéis, decíoslo al mediodía, decíoslo
por la tarde, decíoslo cada hora de cada día. Repetidlo
hasta que estas palabras resalten como letras de fuego en
el cielo. Impregnaos de esta idea. Llenaos de este pensamiento.

(38:31):
Tomad la porción que os parezca prudente de lo que ganáis,
que no sea menos de la décima parte, y conservadla.
Organizad vuestros gastos en consecuencia. Pero lo primero es guardar
esa parte. Pronto conoceréis la agradable sensación de poseer un
tesoro que sólo os pertenece a vosotros, que a medida
que aumenta, os estimula. Un nuevo placer de vivir os animará.

(38:56):
Si hacéis mayores esfuerzos, obtendréis más. Si vuestros beneficios crecen,
aunque el porcentaje sea el mismo, vuestras ganancias serán mayores, ¿no?
Cuando lleguéis a este punto, aprended a hacer trabajar vuestro
oro para vosotros, hacedlo vuestro esclavo. Haced que los hijos
de su esclavo y los hijos de sus hijos trabajen

(39:17):
para vosotros. Asegúraos una renta para el futuro, mirad a
los ancianos y no olvidéis que vosotros seréis uno de ellos.
Invertid vuestro patrimonio con la mayor prudencia para no perderlo.
Los intereses de los usureros son irresistibles cantos de sirena
que atraen a los imprudentes hacia las rocas de la
perdición y el remordimiento. Vigilad que vuestra familia no pase

(39:42):
necesidad si los dioses os llaman a su reino. Para
asegurarle esta protección, siempre se pueden ir desembolsando pequeñas cantidades
a intervalos regulares. El hombre prudente no confía en recibir
una gran suma de dinero si no lo ha visto antes.
Consultad a los hombres sabios. Buscad el consejo de quienes

(40:02):
manejan dinero todos los días. Permitid que os ahorren errores
como el que yo cometí al confiar mi dinero al
juicio de Asmur, el fabricante de ladrillos. Es preferible un
pequeño interés seguro a un gran riesgo. Aprovechad la vida
mientras estáis en este mundo, no hagáis demasiadas economías. Si

(40:23):
la décima parte de lo que ganáis es una cantidad
razonable que podéis ahorrar, contentaos con esa porción. Aparte de esto,
vivid de manera conforme con vuestros ingresos y no os
volváis soñosos ni tengáis miedo de gastar. La vida es
bella y está llena de cosas buenas que podéis disfrutar.
Tras decir esto, sus amigos le dieron las gracias y

(40:45):
se fueron. Algunos permanecían silenciosos porque no tenían imaginación y
no podían comprender, otros sentían rencor porque pensaban que alguien
tan rico había podido compartir su dinero con ellos, pero
unos terceros tenían un nuevo brillo en los ojos. Habían
comprendido que Algamiz había vuelto a la sala de los
escribas para mirar atentamente a un hombre que se estaba

(41:07):
trazando un camino hacia la luz. Una vez hubiera encontrado
la luz, ya tendría una posición. Sabían que nadie podía
ocupar este lugar sin antes haber llegado a comprender todo
esto por sí mismo y sin estar dispuesto a aprovechar
la ocasión cuando se presentara. Estos últimos fueron los que,
durante los años siguientes, visitaron asiduamente a Arkad, quien los

(41:30):
recibía con alegría. Les aconsejó y les dio su sabiduría
de modo gratuito como gustan de hacer siempre los hombres
de larga experiencia. Les ayudó a invertir sus ahorros de
modo que les dieran un interés seguro y no fueran
malgastados en malas inversiones que no habrían dado ningún beneficio.
El día que tomaron conciencia de la verdad que había

(41:51):
sido transmitida de Algamiza a Arcad y de Arcad a ellos,
fue un hito en sus vidas. Una parte de lo
que ganáis revierte en vosotros, conservadla. 3. Las siete maneras
de llenar una bolsa vacía. La gloria de Babilonia persiste,
a través de los siglos, ha conservado la reputación de
haber sido una de las ciudades más ricas y con

(42:13):
más fabulosos tesoros. No siempre fue así. Las riquezas de
Babilonia son el resultado de la sabiduría de sus habitantes,
que primero tuvieron que aprender la manera de hacerse ricos.
Cuando el buen rey Sargón regresó a Babilonia después de
vencer a los elamitas, sus enemigos, se encontró ante una
situación grave, el canciller real le explicó las razones de ello.

(42:38):
Tras varios años de gran prosperidad que nuestro pueblo debe
a su majestad, que ha construido grandes canales de riego
y grandes templos para los dioses, ahora que las obras
se han acabado, el pueblo parece no poder cubrir sus necesidades.
Los obreros no tienen trabajo, los comerciantes tienen escasos clientes,
los agricultores no pueden vender sus productos, el pueblo no

(43:01):
tiene oro suficiente para comprar comida.—¿ Pero a dónde ha
ido todo el dinero que hemos gastado en esas mejoras?—
preguntó el rey.— Me temo mucho que ha ido a
parar a manos de algunos pocos hombres muy ricos de
nuestra ciudad— respondió el canciller. ha pasado por entre los
dedos de la mayoría de nuestras gentes tan rápido como

(43:22):
la leche de cabra pasa por el colador. Ahora que
la fuente de oro ha dejado de surtir, los más
de nuestros ciudadanos vuelven a no poseer nada.—¿ Por qué
tan pocos hombres pudieron conseguir todo el oro?— preguntó el
rey después de estar pensativo durante unos instantes.— Porque saben
cómo hacerlo— respondió el canciller. No se puede condenar a

(43:45):
un hombre porque logra el éxito, tampoco se puede, en
buena justicia, cogerle el dinero que ha ganado honradamente para
dárselo a los que no han sido capaces de hacer
otro tanto. Pero¿ por qué no pueden todos los hombres
aprender a hacer fortuna y así hacerse ricos? Vuestra pregunta
contiene su propia respuesta, Vuestra Majestad.¿ Quién posee la mayor

(44:08):
fortuna de la ciudad Babilonia? Es cierto, mi buen canciller,
es Arkad. Es el hombre más rico de Babilonia, tráemelo mañana.
El día siguiente, como había ordenado el rey, se presentó
ante el Arkad, bien derecho y con la mente despierta
a pesar de su edad avanzada.¿ Poseías algo cuando empezaste?

(44:32):
Solo un gran deseo de riqueza. Aparte de eso, nada. Arcad,
continuó el rey, nuestra ciudad se encuentra en una situación
muy delicada porque son pocos los hombres que conocen la
manera de adquirir riquezas. Esos babilonios monopolizan el dinero mientras
la masa de ciudadanos no sabe cómo actuar para conservar

(44:52):
una parte del oro que recibe en pago. Deseo que
Babilonia sea la ciudad más rica del mundo, y eso
significa que debe haber muchos hombres ricos. Tenemos que enseñar
a toda la población cómo puede conseguir riquezas. Dime, Arkad,¿
existe un secreto para hacerlo?¿ Puede ser transmitido? Es una

(45:14):
cuestión práctica, vuestra majestad. Todo lo que sabe un hombre
puede ser enseñado. Arkad, los ojos del rey brillaban, has
dicho justamente las palabras que deseaba oír.¿ Te ofrecerías para
esa gran causa?¿ Enseñarías tu ciencia a un grupo de maestros?
Cada uno de ellos podría enseñar a otros hasta que

(45:36):
hubiera un número suficiente de educadores para instruir a todos
los súbditos capacitados de mi reino.« Soy vuestro humilde servidor»,
dijo Arkad con una reverencia.« Compartiré gustoso toda la ciencia
que pueda poseer por el bienestar de mis conciudadanos y
la gloria de mi rey». Haced que vuestro buen canciller
me organice una clase de cien hombres y yo les

(45:58):
enseñaré las siete maneras que han permitido que mi fortuna
floreciera cuando no había en Babilonia bolsa más vacía que
la mía. Dos semanas más tarde, las cien personas elegidas
estaban en la gran sala del Templo del Conocimiento del Rey,
estaban sentados en coloreadas alfombras y formaban un semicírculo. Arkad
se sentó junto a un pequeño taburete en el que

(46:20):
humeaba una lámpara sagrada que desprendía un olor extraño y agradable.«
Mira al hombre más rico de Babilonia, no es diferente
de nosotros», susurró un estudiante al oído de su vecino
cuando se levantó Arkad.« Como leal súbdito de nuestro rey»,
empezó Arkad,« me encuentro ante vosotros para servirle». Me ha

(46:41):
pedido que os transmita mi saber, ya que yo fui,
en un tiempo, un joven pobre que deseaba ardientemente poseer
riquezas y encontré el modo de conseguirlas. Empecé de la
manera más humilde, no tenía más dinero que vosotros para
gozar plenamente de la vida, ni más que la mayoría
de los ciudadanos de Babilonia. El primer lugar donde guardé

(47:03):
mis tesoros era una ajada bolsa. Detestaba verla así, vacía
e inútil. Deseaba que estuviera abultada y llena, que el
oro sonara en ella. Por eso me esforcé por encontrar
las maneras de llenar una bolsa y encontré siete. Os explicaré,
a vosotros que os habéis reunido ante mí, estas siete

(47:23):
maneras que recomiendo a todos los hombres que quieran conseguir
dinero a espuertas. Cada día os explicaré una de las siete,
y así haremos durante siete días. Escuchad atentamente la ciencia
que os voy a comunicar, debatid las cuestiones conmigo, discutidlas
entre vosotros. Aprended estas lecciones a fondo para que sean

(47:44):
la semilla de una riqueza que hará florecer vuestra fortuna.
Cada uno debe comenzar a construir sabiamente su fortuna, cuando
ya seáis competentes, y sólo entonces enseñaréis estas verdades a otros.
Os mostraré maneras sencillas de llenar vuestra bolsa. Este es
el primer paso que os llevará al templo de la riqueza,

(48:05):
ningún hombre puede llegar a él si antes no pone
firmemente sus pies en el primer escalón. Hoy nos dedicaremos
a reflexionar sobre la primera manera. La primera manera. Empezad
a llenar vuestra bolsa. Arkad se dirigió a un hombre
que lo escuchaba atentamente desde la segunda fila. Mi buen amigo,¿

(48:27):
a qué te dedicas? Soy escriba, respondió el hombre, grabo
documentos en tablillas de barro. Yo gané las primeras monedas
haciendo el mismo trabajo. De modo que tienes las mismas
oportunidades de amasar una fortuna que yo tuve. Después habló
a un hombre de rostro moreno que se encontraba más atrás.

(48:50):
Dime por favor con qué trabajo te ganas el pan.
Soy carnicero, respondió el hombre. Compro cabras a los granjeros
y las sacrifico, vendo la carne a las mujeres y
la piel a los fabricantes de sandalias. Dado que tienes
un trabajo y un salario, tienes las mismas armas que
tuve yo para triunfar. Arkad preguntó a todos cómo se

(49:12):
ganaban la vida, procediendo de la misma manera. Ya veis,
queridos estudiantes, dijo cuando hubo terminado de hacer preguntas, que
hay varios trabajos y oficios que permiten al hombre ganar dinero.
Cada uno de ellos es un filón de oro del
que el trabajador puede obtener una parte para su propia
bolsa gracias a su esfuerzo. Podemos decir que la fortuna

(49:34):
es un río de monedas de plata, grandes o pequeñas
según vuestra habilidad.¿ No es así? Todos estuvieron de acuerdo. Entonces,
continuó Arcad, si uno de vosotros desea acumular un tesoro propio,¿
no sería sensato empezar usando esta fuente de riqueza que
ya conocemos? También todos estuvieron de acuerdo. En ese momento

(49:58):
Arkad se volvió hacia un hombre humilde que había declarado
ser vendedor de huevos.¿ Qué pasará si tomas una de
vuestras cestas y todas las mañanas colocas en ella diez
huevos y por la noche retiras nueve? Que al final rebosarán.¿
Por qué? Porque cada día pongo uno más de los
que quito. Arkad se volvió hacia toda la clase sonriendo.¿

(50:23):
Hay alguien aquí que tenga la bolsa vacía? Preguntó. Los
hombres se miraron divertidos, rieron y finalmente sacudieron sus bolsas bromeando. Bien,
continuó Arkad. Ahora conoceréis el primer método para llenar los bolsillos.
Haced justamente lo que he sugerido al vendedor de huevos.

(50:44):
De cada diez monedas que ganéis y guardéis en vuestra bolsa,
retirad sólo nueve para gastar. Vuestra bolsa empezará a abultarse rápidamente,
aumentará el peso de las monedas y sentiréis una agradable
sensación cuando las sopecéis. Esto os producirá una satisfacción personal.
No os burléis de lo que os digo porque os

(51:05):
parezca simple. La verdad siempre es simple. Ya os he
dicho que os contaría cómo amasé mi fortuna. Así fueron
mis comienzos, yo también he tenido la bolsa vacía y
la he maldecido porque no contenía nada con lo que
pudiera satisfacer mis deseos. Pero cuando empecé a sacar sólo
nueve de cada diez monedas que metía, empezó a abultarse.

(51:29):
Lo mismo le ocurrirá a la vuestra. Os diré una
extraña verdad cuyo principio desconozco. Cuando empecé a gastar sólo
las nueve décimas partes de lo que ganaba, me arreglé
igual de bien que cuando lo gastaba todo. no tenía
menos dinero que antes. Además, con el tiempo, obtenía dinero
con más facilidad. Es seguramente una ley de los dioses,

(51:53):
que hace que, para los que no gastan todo lo
que ganan y guardan una parte es más fácil conseguir dinero,
del mismo modo que el oro no va a parar
a manos de quien tiene los bolsillos vacíos.¿ Qué deseáis
con más fuerza?¿ Satisfacer los deseos de cada día, joyas, muebles,
mejores ropas, más comida, cosas que desaparecen y olvidamos fácilmente?¿

(52:15):
O bienes sustanciales como el oro, las tierras, los rebaños,
las mercancías, los beneficios de las inversiones? Las monedas que
tomáis de vuestra bolsa os darán las primeras cosas, las
que no retiráis, los segundos bienes que os he enumerado.
Este es, queridos estudiantes, el primer medio que he descubierto

(52:37):
para llenar una bolsa vacía, de cada diez monedas que ganéis,
gastad sólo nueve. Discutidlo entre vosotros. Si alguno puede probar
que no es cierto, que lo diga mañana cuando nos
volvamos a encontrar. La segunda manera. Controlad vuestros gastos. Algunos

(52:57):
de vosotros me habéis preguntado lo siguiente.¿ Cómo puede un
hombre guardar la décima parte de lo que gana cuando
ni las diez décimas partes son suficientes para cubrir sus
necesidades más apremiantes? Se dirigió Arcad a los estudiantes el
segundo día.¿ Cuántos de vosotros teníais ayer una fortuna más
bien escasa? Todos, respondió la clase. Y sin embargo no

(53:22):
ganáis todos lo mismo. Algunos ganan mucho más que otros.
Algunos tienen familias más numerosas que alimentar. Y en cambio,
todas las bolsas estaban igual de vacías. Os diré una
verdad que concierne a los hombres y a sus hijos,
los gastos que llamamos obligatorios siempre crecen en proporción a
nuestros ingresos si no hacemos algo para evitarlo. No confundáis

(53:47):
vuestros gastos obligatorios con vuestros deseos. Todos vosotros y vuestras
familias tenéis más deseos de los que podéis satisfacer. Usáis
vuestro dinero para satisfacer, dentro de unos límites, estos deseos,
pero todavía os quedan muchos sin cumplir. Todos los hombres
se debaten contra más deseos de los que puede realizar.¿

(54:09):
Acaso creéis que, gracias a mi riqueza, yo los puedo
satisfacer todos? Es una idea falsa. Mi tiempo es limitado,
mis fuerzas son limitadas, las distancias que puedo recorrer son limitadas,
lo que puedo comer, los placeres que puedo sentir son limitados.
Os digo esto para que comprendáis que los deseos germinan

(54:30):
libremente en el espíritu del hombre cada vez que hay
una posibilidad de satisfacerlos de la misma manera que las
malas hierbas crecen en el campo cuando el labrador les
deja un espacio. Los deseos son muchos pero los que
pueden ser satisfechos, pocos. Estudiad atentamente vuestros hábitos de vida.
Descubriréis que la mayoría de las necesidades que consideráis como

(54:53):
básicas pueden ser reducidas o eliminadas. Que sea vuestra divisa
el apreciar al 100% el valor de cada moneda que gastéis.
Escribid en una tablilla todas las cosas que causen gastos.
Elegid los gastos que son obligatorios y los que están
dentro de los límites de los nueve décimos de vuestros ingresos.

(55:14):
Olvidad el resto y consideradlo sin pesar como parte de
la multitud de deseos que deben quedar sin satisfacción. Estableced
una lista de gastos obligatorios. No toquéis la décima parte
destinada a engrosar vuestra bolsa, haced que sea vuestro gran
deseo y que se vaya cumpliendo poco a poco. Continuad
trabajando según el presupuesto, continuad ajustándolo según vuestras necesidades. Que

(55:39):
el presupuesto sea vuestro primer instrumento en el control de
los gastos de vuestra creciente fortuna. Entonces, uno de los
estudiantes vestido con una túnica roja y dorada se levantó.«
Soy un hombre libre», dijo.« Creo que tengo derecho a
gozar de las cosas buenas de la vida. Me rebelo
contra la esclavitud de presupuesto que fija la cantidad exacta

(56:02):
de lo que puedo gastar, y en qué». Me parece
que eso me impedirá gozar de muchos de los placeres
de la vida y me hará tan pequeño como un
asno que lleva un pesado fardo.—¿ Quién, amigo mío, decidirá
tu presupuesto?— replicó Arkad.— Yo mismo lo haré— protestó el joven.—

(56:23):
En el caso de que un asno decidiera su carga,¿
tú crees que incluiría joyas, alfombras y pesados lingotes de oro?
No lo creo, pondría Eno, Granoy y una piel llena
de agua para el camino por el desierto. El objetivo
del presupuesto es ayudar a aumentar vuestra fortuna, os ayudará
a procuraros los bienes necesarios y, en cierta medida, a

(56:45):
satisfacer parte de los otros. Os hará capaces de cumplir
vuestros mayores deseos defendiéndolos de los caprichos fútiles. Como la
luz brillante en una cueva oscura, el presupuesto os muestra
los agujeros de vuestra bolsa y os permite taparlos y
controlar los gastos en función de metas definidas y más satisfactorias.
Esta es la segunda manera de conseguir dinero. Presupuestad los

(57:09):
gastos de modo que siempre tengáis dinero para pagar los
que son inevitables, vuestras distracciones y para satisfacer los deseos
aceptables sin gastar más de nueve décimos de vuestros ingresos.
La tercera manera Haced que vuestro oro fructifique. Supongamos que
habéis acumulado una gran fortuna. Que os habéis disciplinado para

(57:31):
reservar una décima parte de vuestras ganancias y que habéis
controlado vuestros gastos para proteger vuestro tesoro creciente. Ahora veremos
el modo de hacer que vuestro tesoro aumente. El oro
guardado dentro de una bolsa contenta al que lo posee
y satisface el alma del avaro pero no produce nada.
La parte de nuestras ganancias que conservéis no es más

(57:53):
que el principio y lo que nos produzca después es
lo que amasará nuestras fortunas. Así habló Arkad a su
clase el tercer día.¿ Cómo podemos hacer que nuestro oro trabaje?
La primera vez que invertí dinero, tuve mala suerte porque
lo perdí todo. Luego os lo contaré. La primera inversión

(58:14):
provechosa que realicé fue un préstamo que hice a un
hombre llamado Ager, un fabricante de escudos. Una vez al
año compraba pesados cargamentos de bronce importados de mares lejanos
y que luego utilizaba para fabricar armas. Como carecía de
capital suficiente para pagar a los mercaderes, lo pedía a
los que le sobraba dinero. Era un hombre honrado. Devolvía

(58:37):
los préstamos con intereses cuando vendía los escudos. Cada vez
que le prestaba dinero, también le prestaba el interés que
me había pagado. Entonces, no sólo aumentaba el capital sino
que también los intereses. Me satisfacía mucho ver cómo estas
cantidades volvían a mi bolsa. Queridos estudiantes, os digo que

(58:58):
la riqueza de un hombre no está en las monedas
que transporta en la bolsa sino en la fortuna que amasa,
el arroyo que fluye continuamente y la va alimentando. Es
lo que todo hombre desea. Lo que cualquiera de vosotros desea,
una fuente de ingresos que siga produciendo, estéis trabajando o
de viaje. He adquirido una gran fortuna, tan grande que

(59:20):
se dice que soy muy rico. Los préstamos que le
hice a Ger fueron mi primera experiencia en el arte
de invertir de forma beneficiosa. Después de esta buena experiencia,
aumenté mis préstamos e inversiones a medida que aumentaba mi capital.
Cada vez había más fuentes que alimentaban el manantial de
oro que fluía hacia mi bolsa y que podía utilizar

(59:41):
sabiamente como quisiera. Y he aquí que mis humildes ganancias
habían engendrado un montón de esclavos que trabajaban y ganaban
más oro. Trabajaban para mí igual que sus hijos y
los hijos de sus hijos, hasta que, gracias a sus
enormes esfuerzos reuní una fortuna considerable. El oro se amasa
rápidamente cuando produce unos ingresos importantes como observaréis en la

(01:00:05):
siguiente historia. Un granjero llevó 10 monedas de oro a un
prestamista cuando nació su primer hijo y le pidió que
las prestara hasta que el hijo tuviera 20 años. El prestamista
hizo lo que se le pedía y permitió un interés
igual a un cuarto de la cantidad cada cuatro años.
El granjero le pidió que añadiera el interés al capital
porque había reservado el dinero enteramente para su hijo. Cuando

(01:00:29):
el chico cumplió 20 años, el granjero acudió a casa del
prestamista para preguntar sobre el dinero. El prestamista le explicó
que las 10 monedas de oro ahora tenían un valor de 31
monedas porque gracias al interés que se ganaba sobre los
intereses anteriores, la cantidad de partidas se había acrecentado. El
granjero estaba muy contento y como su hijo no necesitaba

(01:00:52):
el dinero, lo dejó al prestamista. Cuando el hijo tuvo 50
años y el padre ya había muerto, el prestamista devolvió
al hijo 167 monedas. Es decir que, en 50 años, el dinero
se había multiplicado aproximadamente por 17. Esta es la tercera manera
de llenar la bolsa, hacer producir cada moneda para que

(01:01:15):
se parezca a la imagen de los rebaños en el
campo y para que ayude a hacer de estos ingresos
el manantial de la riqueza que alimenta constantemente vuestra fortuna.
La cuarta manera. Proteged vuestros tesoros de cualquier pérdida, la
mala suerte es un círculo brillante. El oro que contiene
una bolsa debe guardarse herméticamente. Si no, desaparece. Es bueno

(01:01:40):
guardar en lugar seguro las sumas pequeñas y aprender a
protegerlas antes que los dioses nos confíen las más grandes.
Así habló Arkad a su clase el cuarto día. Quien
posea oro se verá tentado en muchas ocasiones de invertir
en cualquier proyecto atractivo. A veces los amigos o familiares
impacientes estarán ansiosos de ganar mucho dinero y participar de

(01:02:03):
las inversiones y nos urgen a hacerlo. El primer principio
de la inversión consiste en asegurar vuestro capital.¿ Acaso es
razonable cegarse por las grandes ganancias si se corre el
riesgo de perder el capital? Yo diría que no. El
castigo por correr este riesgo es una posible pérdida. Estudiad

(01:02:24):
minuciosamente la situación antes de separación de vuestro tesoro, cercioraos
de que podréis reclamarlo con toda seguridad. No os dejéis
arrastrar por los deseos románticos de hacer fortuna rápidamente. Antes
de prestar vuestro oro a cualquiera, aseguraos de que el
deudor os podrá devolver el dinero y de que goza
de buena reputación. No le hagáis, sin saberlo, un regalo,

(01:02:48):
el tesoro que tanto os ha costado reunir. Antes de
invertir vuestro dinero en cualquier terreno, sed conscientes de los
peligros que pueden presentarse. Mi primera inversión, en aquel momento,
fue una tragedia para mí. Confié mis ahorros de un
año a un fabricante de ladrillos que se llamaba Asmur,

(01:03:08):
que viajaba por los mares lejanos y por tiro, y
que aceptó comprarme unas extrañas joyas fenicias. Solamente teníamos que
vender esas joyas a su vuelta y repartirnos los beneficios
para hacer fortuna. Los fenicios eran unos canallas y vendieron
piezas de vidrio coloreado. Perdí mi tesoro. Hoy, la experiencia

(01:03:29):
impediría que confiara la compra de joyas a un fabricante
de ladrillos. Así que os aconsejo, con conocimiento y experiencia
que no confiéis demasiado en vuestra inteligencia y no expongáis
vuestros tesoros a posibles trampas de inversión. Es mejor hacer
caso a los expertos las cosas que ustedes quieren hacer
para que su dinero produzca. Estos consejos son gratuitos y

(01:03:52):
pueden adquirir rápidamente el mismo valor en oro que la
cantidad que se quería invertir. En realidad, este es el
valor real si así os salva de las pérdidas. Esta
es la cuarta manera de incrementar vuestra bolsa y es
de gran importancia si así evita que se vacíe una
vez llena. Proteged vuestro tesoro contra las pérdidas e invertid

(01:04:13):
solamente donde vuestro capital esté seguro o donde podáis reclamarlo
cuando así lo deseéis y nunca dejéis de recibir el
interés que os conviene. Consultad a los hombres sabios. Pedid
consejo a aquellos que tienen experiencia en la gestión rentable
de los negocios. Dejad que su sabiduría proteja vuestro tesoro
de inversiones dudosas. La quinta manera. Haced que vuestra propiedad

(01:04:39):
sea una inversión rentable. Si un hombre reserva una novena
parte de las ganancias que le permiten vivir y disfrutar
de la vida y si una de estas nueve partes
puede convertirse en una inversión rentable sin perjudicarle, entonces sus
tesoros crecerán con mayor rapidez. Así habló Arcad a su
clase en la quinta lección. Demasiados babilonios educan a su

(01:05:02):
familia en barrios de mala reputación. Los propietarios son muy
exigentes y cobran unos alquileres muy altos por las habitaciones.
Las mujeres no tienen espacio para cultivar las flores que
alegran su corazón y el único lugar donde los hijos
pueden jugar es en los sucios senderos. La familia de
un hombre no puede disfrutar plenamente de la vida a

(01:05:23):
no ser que posea un terreno, que los niños puedan
jugar en el campo o que la mujer pueda cultivar
además de flores, sabrosas hierbas para perfumar la comida de
su familia. El corazón del hombre se llena de alegría
si puede comer higos de sus árboles y racimos de
uvas de sus viñas. Si posee una casa en un
barrio que lo enorgullezca, ello le infunde confianza y le

(01:05:45):
anima a terminar todas sus tareas. También recomiendo que todos
los hombres tengan un techo que lo proteja tanto a
él como a los suyos. Cualquier hombre bien intencionado puede
poseer una casa.¿ Acaso nuestro rey no ha ensanchado las
murallas de Babilonia para que pudiéramos comprar por una cantidad
razonable muchas tierras inservibles? Queridos estudiantes, os digo que los

(01:06:09):
prestamistas tienen en muy buen concepto a los hombres que
buscan casa y tierras para su familia. Podéis pedir dinero
prestado sin dilación si es con el fin noable de
pagar al fabricante de ladrillos o al carpintero, en la
medida en que dispongáis de buena parte de la cantidad necesaria. Después,
cuando hayáis construido la casa, podréis pagar al prestamista regularmente

(01:06:31):
igual que hacéis con el propietario. En unos cuantos años
habréis devuelto el préstamo porque cada pago que efectuéis reducirá
la deuda del prestamista. Y os alegraréis, tendréis una propiedad
en todo derecho y el único pago que realizaréis será
el de los impuestos reales. Y vuestra buena mujer irá
al río con más frecuencia para lavar vuestras ropas y

(01:06:54):
cada vez os traerá una piel de cabra llena de
agua para regar las plantas. Y el hombre que posea
casa propia será bendecido. El coste de su vida se
reducirá mucho y hará que pueda destinar gran parte de
sus ganancias a los placeres y a satisfacer sus deseos.
Esta es la quinta manera de llenarse la bolsa, poseer

(01:07:14):
una casa propia. La sexta manera. Asegurar ingresos para el
futuro La vida de cada hombre va de la infancia
a la vejez. Este es el camino de la vida
y ningún hombre puede desviarse a menos que los dioses
lo llamen prematuramente al más allá. Por este motivo declaro,

(01:07:34):
el hombre es quien debe prever unos ingresos adecuados para
su vejez y quien debe preparar a su familia para
el tiempo en que ya no esté con ellos para
reconfortarlos y satisfacer sus necesidades. Esta lección os enseñará a
llenar la bolsa en los momentos en que ya no
sea tan fácil para vosotros aprender. Así se dirigió Arcad
a su clase el sexto día. El hombre que comprende

(01:07:57):
las leyes de la riqueza y de este modo obtiene
un excedente cada vez mayor, debería pensar en su futuro próximo.
Debería planificar algunos ingresos o ahorrar un dinero que le
dure muchos años y del que pueda disponer cuando sea
el momento. Hay distintas formas para que un hombre se
procure lo necesario para su futuro. Puede buscar un escondrijo

(01:08:18):
y enterrar un tesoro secreto. Pero aunque lo oculte muy hábilmente,
este dinero puede convertirse en el botín de los milones.
Por este motivo, no lo recomiendo. Un hombre puede comprar
casas y tierras con este fin. Si las escoge juiciosamente
en función de su utilidad y de su valor futuro,

(01:08:39):
tendrán un valor que se acrecentará y sus beneficios y
su venta le recompensarán según los objetivos que se haya fijado.
Un hombre puede prestar una pequeña suma de dinero al
prestamista y aumentarla a intervalos regulares. Los intereses que el
prestamista añada contribuirán ampliamente a aumentar el capital. Conozco a

(01:08:59):
un fabricante de sandalias llamado Ozan que me explicó, no
hace mucho tiempo, que cada semana, durante ocho años, llevó
al prestamista dos monedas. El prestamista le acaba de entregar
un estado de cuentas que le ha alegrado mucho. El
total de su depósito junto con el interés a una
tasa actual de un cuarto de su valor cada cuatro

(01:09:19):
años le ha producido 40 monedas. Le he animado a continuar,
demostrándole gracias a mis conocimientos matemáticos, que dentro de doce
años sólo depositando semanalmente dos monedas, obtendrá cuatro mil monedas
con las que podrá sobrevivir el resto de sus días.
Seguro que si una contribución regular produce resultados tan provechosos,

(01:09:41):
ningún hombre se puede permitir no asegurarse un tesoro para
su vejez y la protección de su familia, sin importar
hasta qué punto sus negocios e inversiones actuales son prósperos.
Incluso diría más. Creo que algún día habrá hombres que
inventarán un plan para protegerse contra la muerte. Los hombres
sólo pagarán una cantidad mínima regularmente y el importe total

(01:10:03):
constituirá una suma importante que la familia del finado recibirá.
Creo que esto es muy aconsejable y lo recomiendo con vehemencia.
Actualmente no es posible porque tiene que continuar más allá
de la vida de un hombre o de una asociación
para funcionar correctamente. Tiene que ser tan estable como el
trono real. Creo que algún día existirá un plan como

(01:10:25):
este y será una gran bendición para muchos hombres porque
hasta el primer pequeño pago pondrá a su disposición una
cantidad razonable para la familia del miembro fallecido. Como vivimos
en el presente y no en los días venideros, tenemos
que aprovecharnos de los medios y los métodos actuales para
llevar a cabo nuestros propósitos. Por ello, recomiendo a todos

(01:10:47):
los hombres que acumulen bienes para cuando sean viejos de
forma sensata y meditada. Pues la desgracia de un hombre
incapaz de trabajar para ganarse la vida o de una
familia sin cabeza de familia es una tragedia dolorosa. Esta
es la sexta manera de llenarse la bolsa. Preved los
ingresos para los días venideros y asegurad así la protección

(01:11:07):
de vuestra familia. La séptima manera. Aumentad vuestra habilidad para
adquirir bienes. Queridos estudiantes, hoy voy a hablaros de una
de las maneras más importantes de amasar una fortuna. Pero
no os hablaré del oro sino de vosotros, los hombres
de vistosas ropas que estáis sentados frente a mí. Voy

(01:11:30):
a hablaros de las cosas de la mente y de
la vida de los hombres que trabajan para o contra
su éxito. Así habló Arcad a su clase el séptimo día.
No hace mucho tiempo, un joven que buscaba a alguien
que le prestara dinero me vino a ver. Cuando le
pregunté sobre sus necesidades, se quejó de que sus ingresos
eran insuficientes para cubrir sus gastos. Le expliqué que en

(01:11:53):
tal caso era un cliente ruin para el prestamista porque
no podría devolver el préstamo.— Lo que necesitas, muchacho, le dije,
es ganar más dinero.¿ Qué podrías hacer para aumentar tus ingresos?—
Todo lo que pueda, respondió. He intentado hablar con mi
patrón seis veces durante dos lunas para pedirle un aumento

(01:12:15):
pero no lo he conseguido. No puedo hacer más. Su
simpleza hace reír pero poseía una gran voluntad de aumentar
sus ganancias. Tenía un justo y gran deseo ganar más dinero.
El deseo debe preceder a la realización. Vuestros deseos tienen
que ser fuertes y bien definidos. Los deseos vagos no

(01:12:37):
son más que débiles deseos. El único deseo de ser
rico no tiene ningún valor. Un hombre que desea cinco
monedas de oro se ve empujado por un deseo tangible
que tiene que culminar con urgencia. Una vez que ha
aumentado su deseo de guardar en lugar seguro cinco monedas
de oro, encontrará el modo de obtener diez monedas, luego

(01:12:58):
veinte y más tarde mil, y de pronto se hará rico.
Si aprende a fijarse un pequeño deseo bien definido, ello
lo llevará a fijarse otro más grande, así es como
se construyen las fortunas. Se empieza con cantidades pequeñas y
luego se pasa a cantidades más importantes. De este modo
el hombre aprende y se hace más hábil. Los deseos

(01:13:20):
tienen que ser pequeños y bien definidos. Si son demasiado numerosos,
demasiado confusos o están por encima de las capacidades del
hombre que quiere llevarlos a cabo, harán que su objetivo
no se cumpla. A medida que un hombre se perfecciona
en su oficio, su remuneración aumenta. En otros tiempos, cuando
era un pobre escriba que grababa en la arcilla por

(01:13:42):
unas cuantas monedas al día, observé que otros trabajadores escribían
más que yo y cobraban más. Entonces, decidí que nadie
iba a superarme. No tardé mucho tiempo en descubrir el
motivo de su gran éxito. Puse más interés en mi trabajo,
me concentré más, fui más perseverante y muy pronto pocos

(01:14:03):
hombres podían grabar más tablillas que yo en un día.
Poco tiempo después, tuve mi recompensa, no fue preciso ir
a ver a mi patrón seis veces para pedirle un aumento.
Cuantos más conocimientos adquiramos, más dinero ganaremos. El hombre que
espera aprender mejor su oficio será recompensado con creces. Si

(01:14:24):
es un artesano puede intentar aprender los métodos y conocer
las herramientas más perfeccionadas. Si trabaja en derecho o medicina,
podrá consultar e intercambiar opiniones con sus colegas. Si es
un mercader, siempre podrá buscar mercancías de mejor calidad que
venderá a bajo precio. Los negocios de un hombre cambian

(01:14:45):
y prosperan porque los hombres perspicaces intentan mejorar para ser
más útiles a sus superiores. Así que insto a todos
los hombres a que progresen y no se queden sin
hacer nada, a menos que quieran ser dejados de lado.
Hay muchas obligaciones que llenan la vida de un hombre
de experiencias gratificantes. El hombre que se respeta a sí

(01:15:06):
mismo debe realizar estas cosas y las siguientes. Debe pagar
sus deudas lo más rápidamente posible y no debe comprar
cosas que no pueda pagar. Debe cubrir las necesidades de
su familia para que los suyos lo aprecien. Debe hacer
un testamento para que, si los dioses lo llaman, sus
bienes sean repartidos justa y equitativamente. Debe ser compasivo con

(01:15:31):
los enfermos o los desafortunados y debe ayudarlos. Debe ser
previsor y caritativo con los que quiere. Así que la
séptima y última manera de hacer fortuna consiste en cultivar
las facultades intelectuales, estudiar e instruirse, actuar respetándose a sí mismo.
De este modo adquiriréis suficiente confianza en vosotros mismos para

(01:15:52):
realizar los deseos en que habéis pensado y que habéis escogido.
Estas son las siete maneras de hacer fortuna, extraídas de
una larga y próspera experiencia de la vida, las recomiendo
a los que quieran ser ricos. Queridos estudiantes, hay más
oro en la ciudad de Babilonia de lo que soñéis poseer.

(01:16:12):
Hay oro en abundancia para todos. Avanzad y poned en
práctica estas verdades, prosperad y hacéos ricos, como os corresponde
por derecho. Avanzad y enseñad estas verdades a todos los
súbditos honrados de su majestad que quieren repartirse las grandes
riquezas de nuestra bien amada ciudad. 4. LA DIOSA DE

(01:16:33):
LA FORTUNA. Si un hombre tiene suerte, es imposible predecir
el tamaño de su riqueza. Si lo lanzan a leufrates,
saldrá con una perla en la mano. Todos las personas
desean tener suerte, y ese deseo existía tanto en el
corazón de los individuos de hace cuatro mil años como
en los de nuestros días. Todos esperamos la gracia de

(01:16:56):
la caprichosa diosa de la fortuna.¿ Existe alguna manera de
poder obtener no sólo su atención, sino también su generosidad?¿
Hay algún modo de atraer la suerte? Esto es precisamente
lo que los habitantes de la antigua Babilonia querían saber
y lo que decidieron descubrir. Eran clarividentes y grandes pensadores.

(01:17:18):
Esto explica que su ciudad se convirtiera en la más
rica y poderosa de su tiempo. En aquella lejana época
no existían las escuelas. Sin embargo, sí que había un
centro de aprendizaje muy práctico. Entre los edificios rodeados de
torres de Babilonia, este centro tenía tanta importancia como el
palacio Los Jardines Colgantes y los templos de los dioses.

(01:17:41):
Ustedes constatarán que en los libros de historia este lugar
aparece muy poco, probablemente nada, a pesar de que ejerciera
una gran influencia en el pensamiento de aquel entonces. Este
edificio era el templo del conocimiento. En él, profesores voluntarios
explicaban la sabiduría del pasado y se discutían asuntos de
interés popular en asamblea abierta. En su interior, todos los

(01:18:06):
hombres eran iguales. El esclavo más insignificante podía rebatir impunemente
las opiniones del príncipe del Palacio Real. Uno de los
hombres que frecuentaban el Templo del Conocimiento era Arcad, hombre
sabio y opulento del que se decía que era el
más rico de Babilonia. Existía una sala especial en la
que se reunían, casi todas las tardes, un gran número

(01:18:29):
de hombres, unos viejos y otros jóvenes, pero la mayoría
de edad madura, y discutían sobre temas interesantes. Podríamos escuchar
lo que decían para verificar si sabían cómo atraer la suerte.
El sol acababa de ponerse, semejante a una gran bola
de fuego brillante a través de la bruma del desierto polvoriento,

(01:18:49):
cuando Arkad se dirigió hacia su estrado habitual. Unos cuarenta
hombres esperaban su llegada, tumbados en pequeñas alfombras colocadas sobre
el suelo. Ojos llegaban en ese momento.—¿ De qué vamos
a hablar esta tarde?— preguntó Arkad. Tras una breve indecisión,
un hombre altor, un tejedor, se levantó, como era costumbre,

(01:19:12):
y le dirigió la palabra. Me gustaría escuchar algunas opiniones
sobre un asunto, sin embargo, no sé si formularlo porque
temo que os pueda parecer ridículo, y a vosotros también,
mis queridos amigos, apremiado por Arcad y los demás, continuó.
Hoy he tenido suerte, ya que he encontrado una bolsa
que contenía unas monedas de oro. Me gustaría mucho seguir

(01:19:36):
teniendo suerte y como creo que todos los hombres comparten
conmigo este deseo, sugiero que hablemos ahora sobre cómo atraer
la suerte para que, de ese modo, podamos descubrir las
formas que podemos emplear para seducirla. Un tema realmente interesante,
comentó Arkad. Un tema muy válido. Para algunos, la suerte

(01:19:57):
sólo llega por casualidad, como un accidente, y puede caer
sobre alguien por azar. Otros creen que la creadora de
la buena suerte es la benévola diosa Istar, siempre deseosa
de recompensar a sus elegidos por medio de generosos presentes.¿
Qué decís vosotros, amigos?¿ Debemos intentar descubrir los medios de

(01:20:17):
atraer la suerte y que seamos nosotros los afortunados? Sí, sí.
Y todas las veces que sea necesario, dijeron los oyentes impacientes,
que cada vez eran más numerosos. Para empezar, prosiguió Arkad,
escuchemos a todos los que se encuentren aquí que hayan
tenido experiencias parecidas a la del tejedor, que hayan encontrado

(01:20:39):
o recibido, sin esfuerzo por su parte, valiosos tesoros o joyas.
Durante un momento de silencio, todos se miraron, esperando que
alguien respondiera, pero nadie lo hizo.—¿ Qué? ¿Nadie?— dijo Arkad.—
Entonces debe de ser realmente raro tener esa suerte.¿ Quién

(01:21:01):
quiere hacer ruta sugerencia sobre cómo continuar con nuestra investigación? Yo,
contestó un hombre joven y bien vestido mientras se levantaba.
Cuando un hombre habla de suerte,¿ no es normal que
piense en las salas de juego?¿ No es precisamente en
esos lugares donde encontramos a hombres que pretenden los favores
de la diosa y esperan que los bendiga para recibir

(01:21:23):
grandes sumas de dinero? No pares, gritó alguien al ver
que el joven volvía a sentarse.— Sigue con tu historia.
Dino si la diosa te ha ayudado en las salas
de juego.—¿ Ha hecho que en los dados aparezca el
rojo para que llenes tu bolsa, o ha permitido que
salga la cara azul para que el crupier recoja tus

(01:21:44):
monedas que tanto te ha costado ganar?— No me importa
admitir que ella no pareció darse cuenta de que yo
estaba allí, contestó el joven sumándose a las risas de
los demás.—¿ Y vos?¿ La encontrasteis esperando para hacer que
los dados rodasen a vuestro favor? Estamos deseosos de escuchar
y de aprender. Un buen principio, interrumpió Arkad. Estamos aquí

(01:22:09):
para examinar todos los aspectos de cada cuestión. Ignorar las
salas de juego sería como olvidar un instinto común en
casi todos los hombres, la tentación de arriesgar una pequeña
cantidad de dinero esperando conseguir mucho.— Eso me recuerda a
las carreras de caballos de ayer— gritó uno de los asistentes.—
Si la diosa frecuenta las salas de juego, seguramente no

(01:22:33):
dejará de lado las carreras con esos carros dorados y
caballos espumadores.— Es un gran espectáculo.— Decidnos sinceramente, Arkad,¿ ayer
la diosa no os murmuró que apostarais a los caballos
grises de Nínive?— Yo estaba justo detrás de vos, y
no daba crédito a mis oídos cuando os escuché apostar
a los grises. Sabéis tan bien como nosotros que no

(01:22:56):
existe ningún tronco en todas iría capaz de llegar antes
a la meta que nuestras queridas yeguas en una carrera honesta.¿
Acaso la diosa os dijo al oído que apostarais a
los grises porque en la última curva el caballo negro
del interior tropezaría y, de ese modo, molestaría a nuestras
yeguas y provocaría que los grises ganaran la carrera y
consiguieran una victoria que no habían merecido? Arkad sonrió con indulgencia.¿

(01:23:23):
Por qué pensamos que la diosa de la fortuna se
interesaría por la apuesta de cualquiera en una carrera de caballos?
Yo la veo como una diosa de amor y de
dignidad a la que le gusta ayudar a los necesitados
y recompensar a los que lo merecen. No la busco
en las salas de juego ni en las carreras donde
se pierde más oro del que se gana, sino en
otros lugares donde las acciones de los hombres son más

(01:23:44):
valerosas y merecen recibir una recompensa. Al cultivador, al honrado comerciante,
a los hombres de cualquier ocupación se les presentan ocasiones
para sacar provecho tras el esfuerzo y las transacciones realizadas.
Quizás el hombre no siempre reciba una recompensa, porque su
juicio no sea el más adecuado o porque el tiempo

(01:24:05):
y el viento a veces hacen fracasar los esfuerzos. Pero
si es persistente, normalmente puede esperar realizar un beneficio, pues
tendrá mayores posibilidades de que el beneficio vaya hacia él.
Pero si un hombre arriesga en el juego, continúa Arcade,
ocurre exactamente al revés, porque las posibilidades de ganar siempre

(01:24:25):
favorecen al propietario del lugar. El juego está hecho para
que el propietario que explota el negocio consiga beneficios. Es
su comercio y prevé realizar grandes beneficios de las monedas
que tuestan los jugadores. Pocos jugadores son conscientes de que
sus posibilidades son inciertas, mientras que los beneficios del propietario
están garantizados. Examinemos, por ejemplo, las apuestas a los dados.

(01:24:52):
Cuando se lanzan, siempre apostamos sobre la cara que quedará
a la vista. Si es la roja, el jefe de
mesa nos paga cuatro veces lo que hemos apostado, pero
si aparece una de las otras cinco caras, perdemos nuestra apuesta.
Por lo tanto, los cálculos demuestran que por cada dado lanzado,
tenemos cinco posibilidades de perder, pero, como el rojo paga

(01:25:14):
cuatro por uno, tenemos cuatro posibilidades de ganar. En una noche,
el jefe de mesa puede esperar guardar una moneda de
cada cinco apostadas.¿ Se puede esperar ganar de otra forma
que no sea ocasional cuando las posibilidades están organizadas para
que el jugador pierda la quinta parte de lo que juega?
Pero a veces hay hombres que ganan grandes sumas, dijo

(01:25:36):
de forma espontánea uno de los asistentes. Es cierto, eso ocurre,
continuó Arcad. Me doy cuenta de ello, y me pregunto
si el dinero que se gana de este modo aporta
beneficios permanentes a los que la fortuna le sonríe de
esta manera. Conozco a muchos hombres de Babilonia que han
triunfado en los negocios, pero soy incapaz de nombrar a

(01:25:58):
uno solo que haya triunfado recurriendo a esa fuente. Vosotros
que esta tarde estáis reunidos aquí conocéis a muchos ciudadanos ricos.
Sería interesante saber cuántos han conseguido su fortuna en las
salas de juego.¿ Qué os parece si cada uno dice
lo que sabe? Se hizo un largo silencio.¿ Se incluye

(01:26:21):
a los dueños de las casas de juego? Aventuró uno
de los presentes. Si no podéis pensar en nadie más,
respondió Arkad, si no se os ocurre ningún nombre,¿ por
qué no habláis de vosotros mismos?¿ Hay alguno entre vosotros
que gane regularmente en las apuestas y duden aconsejar esta
fuente de beneficios? Entre las risas, se oyó que en

(01:26:43):
la parte de atrás unos refunfuñaban. Parece que nosotros no
buscamos la suerte en estos lugares cuando la diosa los frecuenta, continuó.
Entonces exploremos otros lugares. Tampoco hemos encontrado sacos de monedas
perdidos ni hemos visto la diosa en las salas de juego.
En cuanto a las carreras, debo confesaros que he perdido

(01:27:05):
mucho más dinero del que he ganado. Ahora, analicemos detalladamente
nuestras profesiones y nuestros negocios.¿ Acaso no es normal que
cuando hacemos un buen negocio, no lo consideramos como algo fortuito,
sino como la justa recompensa a nuestros esfuerzos? A veces
pienso que ignoramos los presentes de la diosa. Quizá nos

(01:27:27):
ayuda cuando no apreciamos su generosidad.¿ Quién puede hablar del tema?
Dicho esto, un comerciante entrado en años se levantó alisando
sus blancas vestimentas. Con vuestro permiso, Honorable Arcad y mis
queridos amigos, quiero haceros una sugerencia. Sí, como habéis dicho,
nosotros atribuimos nuestros éxitos profesionales a nuestra habilidad, a nuestra

(01:27:51):
propia aplicación, porque no considerar los éxitos que casi hemos tenido,
pero que se nos han escapado, como eventos que habrían
sido muy provechosos. Habrían sido raros ejemplos de fortuna si
se hubieran realizado. No podemos considerarlos como recompensas justas, porque
no se han cumplido. Probablemente aquí hay hombres que pueden

(01:28:12):
contar este tipo de experiencias. Esta es una reflexión sabia,
comentó Arcad.¿ Quién de entre vosotros ha tenido la fortuna
al alcance de la mano y la ha visto esfumarse
de inmediato? Se alzaron varias manos, entre ellas, la del comerciante.
Arcad le hizo un ademán para que hablara. Ya que

(01:28:34):
has sido tú el que ha sugerido esta discusión, nos
gustaría escucharte a ti en primer lugar. Con gusto os
contaré un hecho que he vivido y que servirá de
ilustración para demostrar hasta qué punto la suerte puede acercarse
a un hombre y cómo éste puede dejar que se
le escape de las manos a pesar suyo. Hace varios años,
cuando era joven, recién casado y empezaba a ganarme bien

(01:28:57):
la vida, mi padre vino a verme y me indicó
que tenía que hacer una inversión urgentemente. El hijo de
uno de sus buenos amigos había descubierto una zona de
tierra árida no lejos de las murallas de nuestra ciudad.
Estaba situada sobre el canal donde el agua no llegaba.
El hijo del amigo de mi padre ideó un plan
para comprar esta tierra y construir en ella tres grandes

(01:29:19):
ruedas que, accionadas por unos bueyes, consiguieran traer agua y
dar vida al suelo infértil. Una vez realizado esto, planificó
dividir la tierra y vender las partes a los ciudadanos
para hacer jardines. El hijo del amigo de mi padre
no poseía suficiente oro para llevar a cabo tal empresa.
Era un hombre joven que ganaba un buen sueldo, como yo.

(01:29:43):
Su padre, como el mío, era un hombre que dirigía
una gran familia y con pocos medios. Por eso, decidió
que un grupo de hombres se interesarán por su empresa.
El grupo debía estar formado por doce personas con buenas
ganancias y que decidieran invertir la décima parte de sus
beneficios en el negocio hasta que la tierra estuviera lista

(01:30:03):
para su venta. Entonces, todos compartirían de forma equitativa los
beneficios según la inversión que hubieran realizado. Hijo mío, me
dijo mi padre, ahora eres un hombre joven. Deseo profundamente
que empieces a hacer adquisiciones que te permitan un cierto
bienestar y el respeto de los demás. Deseo que pueda

(01:30:24):
sacar provecho de mis errores pasados. Eso me gustaría mucho, padre, contesté.
Entonces te aconsejo lo siguiente, haz lo que yo hubiera
tenido que hacer a tu edad. Guarda la décima parte
de tus beneficios para hacer inversiones. Con la décima parte
de tus beneficios y lo que te proporcionarán, podrás, antes

(01:30:46):
de tener mi edad, acumular una gran suma. Padre, usted
habla con sabiduría. Deseo fervientemente poseer riquezas, pero gasto mis
ganancias en muchas cosas y no sé si hacer lo
que me aconseja. Soy joven. Me queda mucho tiempo. Yo
pensaba del mismo modo a tu edad, pero ahora han

(01:31:07):
pasado varios años y todavía no he empezado a acumular bienes.
Vivimos en una época diferente, padre. No cometeré los mismos
errores que usted. Se te presenta una oportunidad única, hijo mío.
Es una oportunidad que puede hacerte rico. Te lo suplico,
no tardes. Ve a ver mañana al hijo de mi

(01:31:31):
amigo y cierra con él el trato de invertir en
ese negocio el 10% de lo que ganas. Ve sin
dilación antes de que pierdas esta oportunidad que hoy tienes
a tu alcance y pronto desaparecerá. No esperes. A pesar
de la opinión de mi padre, dudé. Los mercaderes del
este acababan de traer ropa de tal riqueza y belleza

(01:31:52):
que mi mujer y yo ya habíamos decidido que compraríamos
al menos una pieza para cada uno. Si hubiera aceptado
invertir la décima parte de mis ganancias en esa empresa,
hubiéramos tenido que privarnos de esas vestimentas y de otros
placeres que deseábamos. No quise pronunciarme hasta que fuera demasiado tarde,
fue una mala idea. La empresa resultó más fructífera de

(01:32:14):
lo que se hubiera podido predecir. Esta es mi historia
y muestra cómo permití que la fortuna se me escapara.
En esta historia vemos que la suerte espera y llega
al hombre que aprovecha la oportunidad, comentó un hombre del
desierto de Tez Morena. Siempre tiene que haber un primer
momento en el que se adquieren bienes. Puede ser unas

(01:32:36):
monedas de oro o de plata que un hombre consigue
de sus ganancias por su primera inversión. Yo mismo poseo
varios rebaños. Empecé a adquirir animales cuando era un niño,
cambiando un joven ternero por una moneda de plata. Este gesto,
que simbolizaba el principio de mi riqueza, adquirió gran importancia
para mí. Toda la suerte que un hombre necesita debe

(01:32:59):
confluir en la primera adquisición de bienes. Para todos los hombres,
este primer paso es el más importante, porque hace que
los individuos que ganan su dinero a partir de su
propia labor pasen a ser hombres que consiguen dividendos de
su oro. Por suerte, algunos hombres aprovechan la ocasión cuando
son jóvenes y, de ese modo, tienen más éxito financiero

(01:33:21):
que los que aprovechan la oportunidad más tarde o que
los hombres desafortunados, como el padre de este comerciante, que
no la consiguen nunca. Si nuestro amigo comerciante hubiera dado
este primer paso de joven, cuando se le presentó la ocasión,
ahora poseería grandes riquezas. Si la suerte de nuestro amigo

(01:33:41):
tejedor le hubiera determinado a dar ese paso por aquel entonces,
probablemente ese hubiera sido el primer paso de una suerte mayor.—
A mí también me gustaría hablar— dijo un extranjero levantándose.—
Soy sirio. No hablo muy bien vuestro idioma. Me gustaría
calificar de algún modo a este amigo, el comerciante. Quizá

(01:34:04):
penséis que no soy educado, ya que deseo llamarlo de
ese modo. Pero, desgraciadamente, no conozco cómo se dice en
vuestro idioma y si lo digo en sirio, no me entenderéis. Entonces, decime,
por favor,¿ cómo calificáis a un hombre que tarda en
cumplir las cosas que le convienen? Contemporizador, gritó uno de

(01:34:25):
los asistentes. Eso es, afirmó el sirio, mientras agitaba las
manos visiblemente excitado. No acepta la ocasión cuando se presenta. Espera.
Dice que está muy ocupado. Hasta la próxima, ya te
volveré a ver. La ocasión no espera a la gente
tan lenta, ya que piensa que si un hombre desea

(01:34:48):
tener suerte, reaccionará con rapidez. Los hombres no reaccionan con
celeridad cuando se presenta la ocasión son grandes contemporizadores, como
nuestro amigo comerciante. El comerciante se levantó y saludó con
naturalidad como contestación a las risas. Te admiro, extranjero. Entras

(01:35:09):
en nuestro centro y no dudas en decir la verdad.
Y ahora escuchemos otra historia.¿ Quién tiene otra experiencia que contar?
Preguntó Arkad. Yo tengo una, contestó un hombre de mediana edad,
vestido con una túnica roja. Soy comprador de animales, sobre
todo de camellos y caballos. Algunas veces, compro también ovejas

(01:35:33):
y cabras. La historia que voy a contar os muestra
cómo la fortuna vino en el momento que menos la esperaba.
Quizás sea por eso que la dejé escapar. Podréis sacar
vuestras propias conclusiones cuando os lo cuente. Al volver a
la ciudad una tarde, tras un viaje agotador de diez
días en busca de camellos, me molestó mucho encontrar las

(01:35:55):
puertas de la ciudad cerradas al cal y canto. Mientras
mis esclavos montaban nuestra tienda para pasar la noche que
preveíamos escasa en comida y agua, un viejo granjero que,
como nosotros, se encontraba retenido en el exterior se acercó.«
Honorable señor», dijo al dirigirse a mí,« parecéis un comprador
de ganado. Si es así, me gustaría venderos el excelente

(01:36:18):
rebaño de ovejas que traemos. Por desgracia, mi mujer está
muy enferma, tiene fiebre y tengo que volver rápidamente a
mi hogar». Si me compráis las ovejas, mis esclavos y
yo podremos hacer el viaje de vuelta sobre los camellos
sin perder más tiempo. Estaba tan oscuro que no podía
ver su rebaño, pero por los válidos supe que era grande.

(01:36:42):
Estaba contento de hacer un negocio con él, ya que
había perdido diez días buscando camellos que no había podido encontrar.
Me pidió un precio muy razonable porque estaba ansioso. Acepté,
pues sabía que mis esclavos podrían franquear las puertas de
la ciudad con el rebaño por la mañana, venderlo, y
conseguir buenos beneficios. Una vez cerrado el trato, llamé a

(01:37:04):
mis esclavos y les ordené que trajeran antorchas para poder
ver el rebaño que, según el granjero estaba compuesto de
novecientas ovejas. No quiero aburridos describiendo las dificultades que tuvimos
para intentar contar a unas ovejas tan sedientas, cansadas y agitadas.
La tarea parecía imposible. Entonces, informé al granjero que las

(01:37:26):
contaría a la luz del día y le pagaría en
ese momento.« Por favor, honorable señor», rogó el granjero.« Pagadme
sólo las dos terceras partes del precio esta noche, para
que pueda ponerme en marcha. Dejaré a mi esclavo más
inteligente e instruido para que os ayude a contar las
ovejas por la mañana. Es de fiar, os podrá pagar

(01:37:48):
el saldo». pero yo era testarudo y rechacé efectuar el
pago esa noche. A la mañana siguiente, antes de que
me despertara, las puertas de la ciudad se abrieron y
cuatro compradores de rebaño se lanzaron a la búsqueda de ovejas.
Estaban impacientes y aceptaron de buen grado pagar el elevado
precio porque la ciudad estaba sitiada y escaseaba la comida.

(01:38:11):
El viejo granjero recibió casi el triple del precio que
a mí me había ofrecido por su ganado. Era una
rara oportunidad que dejé escapar.« Esta es una historia extraordinaria»,
comentó Arcad.¿ Qué os sugiere?« Que hay que pagar inmediatamente
cuando estamos convencidos de que nuestro negocio es bueno», sugirió

(01:38:32):
un venerable fabricante de sillas de montar.« Si el negocio
es bueno, tenéis que protegeros tanto de vuestra propia debilidad
como de cualquier hombre. Nosotros, mortales, somos cambiantes». Y, por desgracia,
solemos cambiar de idea con mayor facilidad cuando tenemos razón
que cuando nos equivocamos, que es sin duda cuando más

(01:38:54):
testarudos nos mostramos. Cuando tenemos razón, tendemos a vacilar y
a dejar que la ocasión se escape. Mi primera idea
siempre es la mejor. Sin embargo, siempre me cuesta forzarme
a hacer deprisa y corriendo un negocio una vez que
lo he decidido. Entonces, para protegerme de mi propia debilidad,

(01:39:14):
doy un depósito al instante. Esto me impide que más
tarde me arrepienta de haber dejado escapar buenas ocasiones. Gracias.
Me gustaría volver a hablar, el sirio estaba otra vez
de pie. Estas historias se parecen. Todas las veces la
suerte se va por la misma razón. Todas las veces,

(01:39:36):
trae al contemporizador un plan bueno. En todas las ocasiones,
dudan y no dicen, es una buena ocasión, hay que
reaccionar con rapidez.¿ Cómo pueden tener éxito de este modo?
Tus palabras son sabías, amigo, respondió el comprador. La suerte
se ha alejado del contemporizador en las dos ocasiones. Pero

(01:39:58):
eso no es nada extraordinario. Todos los hombres tienen la
manía de dejar las cosas para más tarde. Deseamos riquezas, pero,¿
cuántas veces, cuando se presenta la ocasión, esa manía de
contemporizar nos incita a retrasar nuestra decisión? Al ceder a
esa manía, nos convertimos en nuestro peor enemigo. Cuando era

(01:40:20):
más joven, no conocía esa palabra que tanto le gusta
a nuestro amigo de Siria. Al principio, pensaba que se
perdían negocios ventajosos por falta de juicio. Más tarde, creí
que era una cuestión de cabezonería. Finalmente, he reconocido de
que se trata una costumbre de retrasar inútilmente la rápida decisión,

(01:40:41):
una acción necesaria y decisiva. Realmente detesté esta costumbre cuando
descubrí su verdadero carácter. Con la amargura de un asno
salvaje atado a un carro, he cortado las ataduras de
esta costumbre y he trabajado para tener éxito. Gracias. Me
gustaría hacer una pregunta al comerciante, erijo el sirio. Su

(01:41:04):
vestimenta no es la de un pobre. Habla como un
hombre que tiene éxito. Decidnos,¿ sucumbís ante la manía de contemporizar?
Al igual que nuestro amigo comprador, yo también he reconocido
y conquistado la costumbre de contemporizar, respondió el comerciante. Para mí,
ha resultado un enemigo temible, al acecho y que esperaba

(01:41:26):
el momento propicio para contrariar mis realizaciones. La historia que
he narrado es tan solo uno de los abundantes ejemplos
que podría contar para mostraros cómo he desaprovechado buenas ocasiones.
El enemigo se puede controlar fácilmente una vez se le reconoce.
Ningún hombre permite de forma voluntaria que un ladrón le
robe sus reservas de grano. Como tampoco ningún hombre permite

(01:41:50):
de buen grado que un enemigo le robe la clientela
para su propio beneficio. Cuando un día comprendí que la
contemporización era mi peor enemigo, la vencí con determinación. De
este modo, todos los hombres deben dominar su tendencia a
contemporizar antes de poder pensar en compartir los ricos tesoros
de Babilonia.¿ Qué opina usted, Arkad? Usted es el hombre

(01:42:13):
más rico de Babilonia y muchos sostienen que también es
el más afortunado.—¿ Está de acuerdo conmigo en que ningún
hombre puede conseguir un éxito completo mientras no haya liquidado
por completo su manía de contemporizar?— Eso es cierto, admitió Arkad.
Durante mi larga vida, he conocido a hombres que han
recorrido las largas avenidas de la ciencia y de los

(01:42:35):
conocimientos que llevan el éxito en la vida. A todos
se les han presentado buenas ocasiones. Algunos las aprovecharon de
inmediato y pudieron, de este modo, satisfacer sus más profundos deseos,
pero muchos dudaron y se echaron atrás. Arkad se giró
hacia el tejedor.— Ya que has sido tú el que

(01:42:56):
nos ha sugerido un debate sobre la suerte, dinos lo
que opinas a ese respecto. Veo la suerte bajo un
nuevo prisma. Creía que era algo deseable que pudiera llegar
a cualquier hombre sin que éste realizara esfuerzo alguno. Ahora,
soy consciente de que no se trata de un acontecimiento
que uno puede provocar. He aprendido, gracias a nuestra discusión,

(01:43:19):
que para atraer la suerte, es preciso aprovechar de inmediato
las ocasiones que se presentan. Por eso, en el futuro,
me esforzaré en sacar el máximo partido posible de las
ocasiones que se me presenten.« Has entendido muy bien las
verdades a las que hemos llegado con nuestra discusión», respondió Arkad.

(01:43:39):
La suerte toma a menudo la forma de una oportunidad,
pero pocas veces nos viene de otro modo. Nuestro amigo
comerciante habría tenido mucha suerte si hubiera aceptado la ocasión
que la diosa le brindaba. Nuestro amigo comprador también habría
podido aprovechar su suerte si hubiera completado la compra del
rebaño y lo habría vendido consiguiendo un gran beneficio. Hemos

(01:44:02):
seguido con esta discusión para descubrir los medios necesarios para
que la suerte nos hondía. creo que vamos bien encaminados.
En las dos historias hemos visto cómo la suerte toma
la forma de una oportunidad. De todo esto se desprende
la verdad, verdad que por muchas historias parecidas que contáramos
no cambiaría, la suerte puede sonreíros y aprovecháis las ocasiones

(01:44:24):
que se presentan. Los que están impacientes por aprovechar las
ocasiones que se les presentan para sacarles el máximo provecho
posible atraen la atención de la buena diosa. Siempre se
apresura en ayudar a los que son de su agrado.
Le gustan sobre todo los hombres de acción. La acción
te conducirá hacia el éxito que deseas. A los hombres

(01:44:47):
de acción le sonríe la diosa de la fortuna. 5.
Las cinco leyes del oro. Si pudieras escoger entre un
saco lleno de oro y una tablilla de arcilla donde
estuvieran grabadas unas palabras llenas de sabiduría,¿ qué escogerías? Al
lado de las vacilantes llamas de una hoguera alimentada con
arbustos del desierto, los morenos rostros de los oyentes brillaban,

(01:45:10):
animados por el interés.— El oro, el oro— respondieron a
coro los veintisiete presentes. El viejo Calabab, que había previsto
esta respuesta, sonrió.—¡ Ah!— continuó, alzando la mano.— Escuchad a
los perros salvajes a lo lejos, en la noche. Aúllan

(01:45:32):
y gimen porque el hambre les corroe las entrañas. Pero
dadles comida y observad lo que hacen. Se pelean y
se pavonean. Y después siguen peleándose y pavoneándose, sin preocuparse
por el mañana. Exactamente igual que los hijos de los hombres.
Dadles a escoger entre el oro y la sabiduría.¿ Qué hacen?

(01:45:54):
Ignoran la sabiduría y malgastan el oro. Al día siguiente,
gimen porque ya no tienen oro. El oro está reservado
a aquellos que conocen sus leyes y las obedecen. Calabab
cubrió sus delgadas piernas con la túnica blanca, pues la
noche era fría y el viento soplaba con fuerza. Porque

(01:46:14):
me habéis servido fielmente durante nuestro largo viaje, porque habéis
cuidado bien de mis camellos, porque habéis trabajado duro sin
quejaros a través de las arenas del desierto y porque
os habéis enfrentado con valentía a los ladrones que han
intentado despojarme de mis bienes. Esta noche voy a contaros
la historia de las cinco leyes del oro, una historia
como jamás habéis escuchado antes. Escuchad, escuchad. Prestad mucha atención

(01:46:40):
a mis palabras para comprender su significado y tenerlas en
cuenta en el futuro si deseáis poseer mucho oro. Hizo
una pausa impresionante. Las estrellas brillaban en la bóveda celeste.
Detrás del grupo se distinguían las descoloridas tiendas que habían
sujetado fuertemente, en previsión de posibles tormentas de arena. Al

(01:47:01):
lado de las tiendas, los fardos de mercancías recubiertos de
pieles estaban correctamente apilados. Cerca de allí, algunos camellos tumbados
en la arena rumiaban satisfechos, mientras que otros roncaban, emitiendo
un sonido ronco. Ya nos has contado varias historias interesantes, Calabab,
dijo en voz alta el jefe de la caravana. En

(01:47:24):
ti vemos la sabiduría que nos guiará cuando tengamos que
dejar de servirte. Os he contado mis aventuras en tierras
lejanas y extranjeras, pero esta noche voy a hablaros de
la sabiduría de Arkad, el hombre sabio que es muy rico.
Hemos oído hablar mucho de él, reconoció el jefe de
la caravana, pues era el hombre más rico que jamás

(01:47:45):
haya vivido en Babilonia. Era el hombre más acaudalado porque
usaba el oro con sabiduría, más de lo que cualquier
otra persona lo hizo anteriormente. Esta noche voy a hablaros
de su gran sabiduría tal como Nomásir, su hijo, me
habló de ella hace muchos años en Nínive, cuando yo
no era más que un joven. Mi maestro y yo

(01:48:06):
nos habíamos quedado hasta bien entrada la noche en el
palacio de Nomásir. Yo había ayudado a mi maestro a
llevar los grandes rollos de suntuosas alfombras que debíamos mostrar
a Nomásir para que éste hiciera su elección. Finalmente, quedó
muy satisfecho y nos invitó a sentarnos con él y
beber un vino exótico y perfumado que recalentaba el estómago,

(01:48:26):
bebida a la que yo no estaba acostumbrado. Entonces nos
contó la historia de la gran sabiduría de Arcad, su padre,
la misma que voy a contaros. Como sabéis, según la
costumbre de Babilonia, los hijos de los ricos viven con
sus padres a la espera de recibir su herencia. Arcad
no aprobaba esta costumbre. Así pues, cuando Nomásir tuvo derecho

(01:48:50):
a su herencia, le dijo al joven,« Hijo mío, deseo
que heredes mis bienes». Sin embargo, debes demostrar que eres
capaz de administrarlos con sabiduría. Por tanto, quiero que recorras
el mundo y que demuestres tu capacidad de conseguir oro
y de hacerte respetar por los hombres. Para que empieces
con buen pie, te daré dos cosas que yo no

(01:49:12):
tenía cuando empecé, siendo un joven pobre, para acumular mi fortuna.
En primer lugar, te doy este saco de oro. Si
lo utilizas con sabiduría, construirás las bases de tu futuro éxito.
En segundo lugar, te doy esta tablilla de arcilla donde
están grabadas las cinco leyes del oro. Solo serás eficaz

(01:49:34):
y seguro si las pones en práctica en tus propios actos.
Dentro de diez años, volverás a casa de tu padre
y darás cuenta de tus actos. Si has demostrado tu valor,
entonces heredarás mis bienes. De no ser así, los daré
a los sacerdotes para que recen por mi alma y
pueda ganar la buena consideración de los dioses. Así pues,

(01:49:57):
Nomásir partió para vivir sus propias experiencias, llevándose consigo el
saco de oro, la tablilla cuidadosamente envuelta en seda, su
esclavo y caballos sobre los que montaron. Los diez años
pasaron rápidamente y Nomásir, como habían convenido, volvió a casa
de su padre, que organizó un gran festín en su honor,
festín al que estaban invitados varios amigos y parientes. Terminada

(01:50:21):
la cena, el padre y la madre se instalaron en
sus asientos ubicados en la gran sala, semejantes a dos tronos,
y Nomásir se situó frente a ellos para dar cuenta
de sus actos tal como había prometido a su padre.
Era de noche. En la sala flotaba el humo de
las lámparas de aceite que alumbraban débilmente la estancia. Los

(01:50:42):
esclavos vestidos con chaquetones blancos y túnicas batían el húmedo
aire con largas hojas de palma. Era una escena solemne.
Impacientes por escucharle, la mujer de Nomásir y sus dos
jóvenes hijos, amigos y otros miembros de la familia se
sentaron sobre las alfombras detrás de él. Padre, empezó con deferencia,

(01:51:03):
me inclino ante vuestra sabiduría. Hace diez años, cuando yo
me encontraba en el umbral de la edad adulta, me
ordenasteis que partiera y me convirtiera en hombre entre los hombres,
en lugar de seguir siendo el simple candidato a vuestra fortuna.
Me disteis mucho oro. Me disteis mucha de vuestra sabiduría. Desgraciadamente,

(01:51:24):
debo admitir, muy a pesar mío, que administré muy mal
el oro que me habíais confiado. Se escurrió entre mis dedos,
ciertamente a causa de mi inexperiencia, como una liebre salvaje
que se salva a la primera oportunidad que le ofrece
el joven cazador que la ha capturado. El padre sonrió
con indulgencia.— Continúa, hijo mío, tu historia me interesa hasta

(01:51:48):
el mínimo detalle. Decidí ir a Nínive porque era una
ciudad próspera, con la esperanza de poder encontrar buenas oportunidades allí.
Me uní a una caravana e hice numerosos amigos. Dos hombres,
conocidos por poseer el caballo blanco más hermoso, tan rápido
como el viento, formaban parte de la caravana. Durante el viaje,

(01:52:11):
me confiaron que en Nínive había un hombre que poseía
un caballo tan rápido que jamás había sido superado en
ninguna carrera. Su propietario estaba convencido de que ningún caballo
en vida podía correr más deprisa. Estaba dispuesto a apostar
cualquier cantidad, por muy elevada que fuera, a que su
caballo podía superar a cualquier otro caballo en toda Babilonia.

(01:52:33):
Comparado con su caballo, dijeron mis amigos, no era más
que un pobre asno, fácil de ganar. Me ofrecieron, como
gran favor, la oportunidad de unirme a ellos en la apuesta.
Yo estaba entusiasmado por aquel proyecto tan emocionante. Nuestro caballo
perdió y yo perdí gran parte de mi cupo, el

(01:52:54):
padre rió. Más tarde descubrí que era un plan fraudulento
organizado por aquellos hombres y que viajaban constantemente en caravanas
en busca de nuevas víctimas. Como podéis suponer, el hombre
de Nínive era su cómplice y compartía con ellos las
apuestas que ganaba. Esta trampa fue mi primera lección de desconfianza.

(01:53:15):
Pronto recibiría otra, tan amarga como la primera. En la caravana,
había un joven con el cual me unía la amistad.
Era hijo de padres ricos como yo y se dirigía
a Nínive para conseguir una situación aceptable. Poco tiempo después
de nuestra llegada, me dijo que un rico mercader había
muerto y que su tienda, su valiosa mercancía y su

(01:53:36):
clientela estaban a nuestro alcance por un precio muy razonable.
Diciéndome que podríamos ser socios a partes iguales, pero que
primero tenía que volver a Babilonia para depositar su dinero
en un lugar seguro, me convenció para que comprara la
mercancía con mi oro. Retrasó su viaje a Babilonia, y
resultó ser un comprador poco prudente y malgastador. Finalmente me

(01:53:59):
deshice de él, pero el negocio había empeorado hasta tal
punto que ya no quedaba casi nada aparte de mercancías
invendibles y yo no tenía más oro para comprar otras.
Mal vendí lo que quedaba a un israelita por una
suma irrisoria. Los días que siguieron fueron amargos, padre. Busqué
trabajo pero no encontré ninguno, pues no tenía un oficio

(01:54:21):
ni una profesión que me hubieran permitido ganar dinero. Vendí
mis caballos. Vendí a mi esclavo. Vendí mis ropas de
recambio para comprar algo que llevarme a la boca y
un lugar donde dormir, pero el hambre se hacía sentir
cada vez más. Durante aquellos días de miseria, recordé vuestra
confianza en mí, Padre. Me habíais enviado a la aventura

(01:54:45):
para que me convirtiera en un hombre, y estaba decidido
a conseguirlo. La madre ocultó su rostro y lloró tiernamente.
En aquel momento me acordé de la tablilla que me
habíais dado y en la que habíais grabado las cinco
leyes del oro. Entonces leí con mucha atención vuestras palabras
de sabiduría y comprendí que si primero hubiera buscado la sabiduría,

(01:55:06):
no hubiera perdido todo mi oro. Memoricé todas las leyes
y decidí que cuando la diosa de la fortuna me
volviera a sonreír, me dejaría guiar por la sabiduría de
la edad y no por una juventud inexperta. En beneficio
de los que están aquí sentados, voy a leer las
palabras de sabiduría que mi padre hizo grabar en la
tablilla de arcilla que me dio hace diez años. Las

(01:55:30):
cinco leyes de oro. 1. El oro acude fácilmente, en
cantidades siempre más importantes, al hombre que reserva no menos
de una décima parte de sus ganancias para crear un
bien en previsión de su futuro y del de su familia. 2.
El oro trabaja con diligencia y de forma rentable para
el poseedor sabio que le encuentra un uso provechoso, multiplicándose

(01:55:52):
incluso como los rebaños en los campos. 3. El oro
permanece bajo la protección del poseedor prudente que lo invierte
según los consejos de hombres sabios. 4. El oro escapa
al hombre que invierte sin fin alguno en empresas que
no le son familiares o que no son aprobadas por
aquellos que conocen la forma de utilizar el oro. El

(01:56:15):
oro huye del hombre que lo fuerza en ganancias imposibles,
que sigue el seductor consejo de defraudadores y estafadores o
que seña de su propia inexperiencia y de sus románticas
intenciones de inversión. Estas son las cinco leyes del oro
tal como mi padre las escribió. Afirmo que son mucho
más valiosas que el mismo oro, como demuestra la ría.

(01:56:37):
Os he hablado de la enorme pobreza y de la
desesperación a las que me había conducido mi inexperiencia, de
nuevo miró a su padre. Sin embargo, no hay mal
que cien años dure. El fin de mis desventuras llegó
cuando encontré un empleo, el de capataz de un grupo
de esclavos que trabajaban en la construcción de la nueva
muralla que tenía que rodear la ciudad. Como conocía la

(01:57:00):
primera ley del oro, pude aprovechar esta oportunidad, reservé una
pieza de cobre de mis primeras ganancias, sumando otra siempre
que me era posible hasta conseguir una moneda de plata.
Era un proceso lento, puesto que tenía que satisfacer mis necesidades.
Admito que gastaba con reparo porque estaba decidido a ganar
tanto oro como me habíais dado, padre, y antes de

(01:57:23):
que hubieran transcurrido los diez años. Un día, el jefe
de los esclavos, del cual me había hecho bastante amigo,
me dijo,« Sois un joven ahorrador que no gasta a
diestro y siniestro todo lo que gana.¿ Tenéis oro reservado
que no produce?». Sí, le contesté. Mi mayor deseo consiste

(01:57:45):
en acumular oro para reemplazar el que mi padre me
había dado y que perdí. Es una ambición muy noble,
y¿ sabíais que el oro que habéis ahorrado puede trabajar
por vos y haceros ganar todavía más oro? ¡Ay! Mi
experiencia ha sido muy dura porque todo el oro de
mi padre ha desaparecido y tengo miedo de que suceda
lo mismo con el mío. Si confiáis en mí, os

(01:58:09):
daré un provechoso consejo respecto a la forma de utilizar
el oro, replicó él. Dentro de un año, la muralla
que rodeará la ciudad estará terminada y dispuesta a acoger
las grandes puertas centrales de bronce destinadas a proteger la
ciudad contra los enemigos del rey. En todo Nínive no
hay el metal suficiente para fabricar estas puertas y el

(01:58:29):
rey no ha pensado en conseguirlo. Este es mi plan.
Varios de nosotros vamos a reunir nuestro oro para enviar
una caravana a las lejanas minas de cobre y de
estaño para traer a Nínive el metal necesario para fabricar
las puertas. Cuando el rey ordene que se hagan las puertas,
nosotros seremos los únicos que podremos proporcionar el metal y
nos pagará un buen precio. Si el rey no nos compra,

(01:58:53):
siempre podremos revender el metal a un precio razonable. En
esta oferta reconocí una oportunidad y, fiel a la tercera ley,
invertí mis ahorros siguiendo el consejo de hombres sabios. Tampoco
sufrí decepción alguna. Nuestros fondos comunes fueron un éxito y
mi cantidad de oro aumentó considerablemente gracias a esta transacción.

(01:59:16):
Con el tiempo me aceptaron como miembro del mismo grupo
de inversores para otras empresas. Aquellos hombres eran sabios a
la hora de administrar provechosamente el oro. Estudiaban cuidadosamente todos
los planes presentados antes de pasar a ejecutarlos. No se
arriesgaban a perder su capital o a estancarlo en inversiones
no rentables que no hubieran permitido recuperar el oro. Empresas

(01:59:40):
insensatas como la Carrera de Caballos y la asociación de
la que había formado parte por culpa de mi experiencia
ni siquiera habrían merecido su consideración. Ellos habrían detectado los
peligros de esas empresas inmediatamente. Gracias a mi asociación con
aquellos hombres, aprendí a invertir mi oro con seguridad para
que me produjera beneficios. Con el paso de los años,

(02:00:03):
mi tesoro aumentaba cada vez más deprisa. No sólo he
ganado lo que había perdido, sino que he traído mucho más.
A lo largo de mis desgracias, mis intentos y mis éxitos,
he puesto a prueba la sabiduría de las cinco leyes
del oro repetidamente, Padre, y éstas se han revelado justas
en cada ocasión. Para aquel que no conoce las cinco

(02:00:25):
leyes del oro, el oro no acude a él y
se gasta rápidamente. Pero para aquel que sigue las cinco leyes,
el oro acude a él y trabaja como un fiel esclavo.
Nomásir dejó de hablar e hizo una señal a un
esclavo que se encontraba al fondo de la sala. El
esclavo trajo, de uno en uno, tres pesados sacos de cuero.

(02:00:46):
Nomásir tomó uno de los sacos y lo colocó en
el suelo frente a su padre dirigiéndose a él una
vez más. Me habíais dado un saco de oro, de
oro de Babilonia. Para reemplazarlo, os devuelvo un saco de
oro de Nínive del mismo peso. Todo el mundo estará
de acuerdo en que es un intercambio justo. Me habíais

(02:01:07):
dado una tablilla de arcilla con sabiduría grabada en ella.
A cambio, os doy dos sacos de oro. Diciendo esto,
tomó los otros dos sacos de manos del esclavo y,
como el primero, los colocó delante de su padre. Esto
es para demostrar, Padre, que considero mucho más valiosa vuestra

(02:01:27):
sabiduría que vuestro oro. Pero,¿ quién puede medir en sacos
de oro el valor de la sabiduría? Sin sabiduría, aquellos
que poseen oro lo pierden rápidamente, pero gracias a la sabiduría,
aquellos que no tienen oro pueden conseguirlo, tal como demuestran
estos tres sacos. Es una gran satisfacción para mí, padre,

(02:01:48):
poder estar frente a vos y deciros que gracias a
vuestra sabiduría he podido llegar a ser rico y respetado
por los hombres. El padre colocó su mano sobre la
cabeza de Nomásir con gran afecto. Has aprendido bien la
lección y, verdaderamente, soy muy afortunado de tener un hijo
al que confiar mi riqueza. Terminado el relato, Calabab permaneció callado,

(02:02:12):
observando a sus oyentes con aire crítico.¿ Qué pensáis de
la historia de Nomásir? Continuó.¿ Quién de entre vosotros puede
acudir a su padre o a su suegro y dar
cuenta de la buena administración de sus ingresos?¿ Qué pensarían
esos venerables hombres si les dijérais, he viajado y aprendido mucho,
he trabajado mucho y he ganado mucho pero, ay, tengo

(02:02:35):
poco oro?¿ He gastado parte de él con sabiduría, otra
parte alocadamente y también he perdido otra por imprudencia?¿ Todavía
creéis que la suerte es la responsable de que algunos
hombres posean mucho oro y de que otros no tengan?
En ese caso, os equivocáis. Los hombres tienen mucho oro

(02:02:56):
cuando conocen las cinco leyes del oro y las respetan.
Gracias al hecho de haber aprendido las cinco leyes en
mi juventud y de haberlas seguido, me he convertido en
un mercader rico. No he hecho fortuna por una extraña magia.
La riqueza que se adquiere rápidamente también desaparece rápidamente. La

(02:03:17):
riqueza que permanece para proporcionar alegría y satisfacción a su
poseedor aumenta de forma gradual porque es una criatura nacida
del conocimiento y de la determinación. Adquirir bienes constituye una
carga sin importancia para el hombre prudente. Transportar la carga
año tras año con inteligencia permite llegar al objetivo final.

(02:03:38):
A aquellos que respetan las cinco leyes del oro, se
les ofrece una rica recompensa. Cada una de las cinco
leyes es rica en significado y, si no habéis comprendido
su sentido durante mi relato, voy a repetíroslas ahora. Me
las sé de memoria porque, siendo joven, pude constatar su
valor y no me hubiera sentido satisfecho mientras no las

(02:04:00):
hubiera memorizado. La primera ley del oro El oro acude fácilmente,
en cantidades siempre más importantes, al hombre que reserva no
menos de una décima parte de sus ganancias para crear
un bien en previsión de su futuro y del de
su familia. El hombre que sólo reserva la décima parte
de sus ganancias de forma regular y la invierte con

(02:04:22):
sabiduría cegaramente creará una inversión valiosa que le procurará unos
ingresos para el futuro y una mayor seguridad para su
familia si llegara el caso de que los dioses le
volvieran a llamar hacia el mundo de la oscuridad. Esta
ley dice que el oro siempre acude libremente a un
hombre así. Yo puedo confirmarlo basándome en mi propia vida.

(02:04:43):
Cuanto más oro acumulo, más oro acude a mí rápidamente
y en cantidades crecientes. El oro que ahorro proporciona más,
igual que lo hará el vuestro, y estas ganancias proporcionan
otras ganancias. Así funciona la primera ley. La segunda ley
del oro. El oro trabaja con diligencia y de forma

(02:05:03):
rentable para el poseedor sabio que le encuentra un uso provechoso,
multiplicándose incluso como los rebaños en los campos. Verdaderamente, el
oro es un trabajador voluntarioso. Siempre está impaciente por multiplicarse
cuando se presenta la oportunidad. A todos los hombres que
tienen un tesoro de oro reservado, se les presenta una oportunidad,

(02:05:25):
permitiéndoles aprovecharla. Con los años, el oro se multiplica de
manera sorprendente. La tercera ley del oro. El oro permanece
bajo la protección del poseedor prudente que lo invierte según
los consejos de hombres sabios. El oro se aferra al
poseedor prudente, aunque se trate de un poseedor despreocupado. El

(02:05:48):
hombre que busca la opinión de hombres sabios en la
forma de negociar con oro aprende rápidamente a no arriesgar
su tesoro y a preservarlo y verlo aumentar con satisfacción.
La cuarta ley del oro. El oro escapa al hombre
que invierte sin fin alguno en empresas que no le
son familiares o que no son aprobadas por aquellos que
conocen la forma de utilizar el oro. Para el hombre

(02:06:12):
que tiene oro pero que no tiene experiencia en los negocios,
muchas inversiones parecen provechosas. A menudo, estas inversiones comportan un riesgo,
y los hombres sabios que las estudian demuestran rápidamente que
son muy poco rentables. Así pues, el poseedor de oro
inexperto que se fía de su propio juicio y que
invierte en una empresa con la que no está familiarizado

(02:06:34):
descubre a menudo que su juicio es incorrecto y paga
su inexperiencia con parte de su tesoro. Sabio es aquel
que invierte sus tesoros según los consejos de hombres expertos
en el arte de administrar el oro. La quinta ley
del oro. El oro huyó del hombre que lo fuerza
en ganancias imposibles, que sigue el seductor consejo de defraudadores

(02:06:55):
y estafadores o que se fía de su propia inexperiencia
y de sus románticas intenciones de inversión. El nuevo poseedor
de oro siempre se encontrará con proposiciones extravagantes que son
tan emocionantes como la aventura. Estas dan la impresión de
proporcionar unos poderes mágicos a su tesoro que lo hacen
capaz de conseguir ganancias imposibles. Pero, verdaderamente, desconfiad, los hombres

(02:07:20):
sabios conocen bien las trampas que se esconden detrás de
cada plan que pretende enriquecer de forma repentina. Recordad a
los hombres ricos de Nínive que no se arriesgaban a
perder su capital ni a estancarlo en inversiones no rentables.
Aquí termina mi historia de las cinco leyes del oro.
Al contarosla, os he revelado los secretos de mi propio éxito.

(02:07:44):
Sin embargo, no se trata de secretos, sino de grandes
verdades que todos los hombres deben aprender primero y seguir
después si desean escapar de la multitud que, como los
perros salvajes, se preocupa todos los días por su ración
de pan. Mañana entraremos en Babilonia. Observad con atención. Mirad

(02:08:04):
la llama eterna que arde en lo alto del templo
de Bel. Ya vemos la ciudad dorada. Mañana, cada uno
de vosotros tendrá oro, el oro que tanto os habéis
ganado con vuestros fieles servicios. Dentro de diez años contando
desde esta noche,¿ qué podréis decir de este oro? Entre
vosotros hay hombres que, como Nomásir, utilizarán una parte de

(02:08:28):
su oro para comenzar a acumular bienes y, por consiguiente,
guiados por la sabiduría de Arkad, dentro de diez años,
no cabe la menor duda, serán ricos y respetados por
los hombres, como el hijo de Arkad. Nuestros actos sabios
nos acompañan a lo largo de toda la vida para
servirnos y ayudarnos. Del mismo modo, cegaramente, nuestros actos imprudentes

(02:08:51):
nos persiguen para atormentarnos. Desgraciadamente, no se pueden olvidar. Los
primeros de los tormentos que nos persiguen son los recuerdos
de cosas que tendríamos que haber hecho, oportunidades que se
nos presentaron pero que no aprovechamos. Los tesoros de Babilonia
son tan importantes que ningún hombre es capaz de calcular

(02:09:12):
su valor en piezas de oro. Todos los años adquieren
mayor valor. como los tesoros de todos los países, constituyen
una recompensa, la rica recompensa que espera a los hombres resueltos,
decididos a conseguir la parte que merecen. La fuerza de
vuestros propios deseos contiene un poder mágico. Guiad este poder

(02:09:33):
gracias al conocimiento de las cinco leyes del oro y
tendréis vuestra parte de los tesoros de Babilonia. 6. El
prestamista de oro de Babilonia. 50 monedas de oro. El
fabricante de lanzas de la vieja Babilonia nunca había llevado
tanto oro en su bolsa de cuero. Volvía feliz caminando

(02:09:53):
a grandes zancadas por el camino real del palacio. El
oro tintineaba alegremente en la bolsa que colgaba de su
cinturón y se movía con un suave vaivén cada vez
que daba un paso, era la música más dulce que
jamás hubiera oído. 50 MONEDAS DE ORO Le costaba creer
en su buena suerte.¿ Cuánto poder había en esas piezas

(02:10:15):
que tintineaban? Podrían procurarle todo lo que quisiera, una casa enorme, tierras,
un rebaño, camellos, caballos, carros, todo lo que deseara.¿ Qué
haría con ellas? Aquella noche, mientras tomaba una calle transversal
y apresuraba su paso hacia la casa de su hermana,
no podía pensar en otra cosa más que en esas

(02:10:37):
pesadas y brillantes monedas que ahora le pertenecían. Unos días
más tarde, al ponerse el sol, Rodan entró perplejo en
la tienda de Matón, prestamista de oro y mercader de
joyas y de telas exóticas. Sin fijarse en los atractivos
artículos que estaban ingeniosamente dispuestos a ambos lados, cruzó la
tienda y se dirigió a las habitaciones de la parte posterior.

(02:11:01):
Encontró al hombre que buscaba, Matón, tendido en una alfombra
y saboreando la comida que le había servido su esclavo negro.«
Me gustaría pediros consejo porque no sé qué hacer». Rodan
estaba de pie con las piernas abiertas y por debajo
de la chaqueta de cuero entreabierta se adivinaba su pecho velludo.

(02:11:21):
La figura delgada y pálida de Matón le sonrió y
le saludó con afabilidad.«¿ Qué necedades habrás cometido para venir
a pedir los favores del prestamista de oro?¿ Has tenido
mala suerte en el juego?¿ Acaso alguna mujer te ha
desplumado hábilmente?» Desde que te conozco, nunca has solicitado mi
ayuda para resolver tus problemas. No, no, nada de eso.

(02:11:46):
No busco oro. He venido porque espero que puedas darme
un sabio consejo. Escuchad, escuchad lo que dice este hombre.
Nadie viene a ver al prestamista de oro para que
le dé un consejo. Mis oídos me están jugando una
mala pasada. Oyen correctamente.¿ Cómo es posible? Rodan, el fabricante

(02:12:10):
de lanzas, es más astuto que nadie. Por eso visita
a Matón, no para pedirle que le preste oro, sino
para pedirle consejo. Hay muchos hombres que vienen a pedirme
oro para pagar sus caprichos pero no quieren que los aconseje. Pero,¿
quién mejor que el prestamista para aconsejar a los muchos
hombres que acuden a él? Comerás conmigo, Rodan, continuó diciendo.

(02:12:36):
Esta noche tú serás mi invitado. Ando. Ordenó a su
esclavo negro, extiende una alfombra para mi amigo Rodan, el
fabricante de lanzas, que ha venido para que le aconseje.
Será mi invitado de honor. Tráele mucha comida y el
mejor vino para que se complazca en beber. Ahora, dime

(02:12:57):
qué es lo que te preocupa. Se trata del regalo
del rey.¿ El regalo del rey?¿ El rey te ha
hecho un regalo que te causa problemas?¿ Qué clase de regalo?
Me dio 50 monedas de oro porque le gustó mucho el
diseño de las nuevas lanzas de la Guardia Real y
ahora estoy muy apurado. A cualquier hora del día me

(02:13:20):
siento acosado por personas que querrían compartirlas conmigo. Es natural,
hay muchos hombres que querrían tener más oro del que
tienen y que aquellos que lo obtienen fácilmente lo compartieran
con ellos. Pero,¿ no puedes decirles que no?¿ No eres
lo bastante fuerte como para defenderte? Hay muchos días que

(02:13:41):
puedo decir que no pero otras veces es más fácil
decir que sí.¿ Puede alguien negarse a compartir este dinero
con su hermana a la que se siente muy ligado?
Seguramente tu hermana no querrá privarte de la alegría de
tu recompensa. Pero es por amor a su marido Araman,
a quien ella desea haber convertido en un rico mercader.

(02:14:02):
Cree que nunca ha tenido suerte y quiere que le
preste el oro para que pueda convertirse en un próspero
mercader y después devolverme el dinero con los beneficios. Amigo mío,
prosiguió Matón. Este asunto que quieres discutir es muy interesante.
El oro otorga a quien lo posee una gran responsabilidad
y cambia su posición social frente a los compañeros. Despierta

(02:14:26):
el temor a perderlo o a ser engañado. Produce una
sensación de poder y permite hacer el bien. Pero, en
otras ocasiones, las buenas intenciones pueden causar problemas.¿ Has oído
hablar alguna vez del granjero de Nínive que era capaz
de entender el lenguaje de los animales? No es el
tipo de fábula que a los hombres les gusta contar

(02:14:48):
en casa del herrero. Te la voy a contar para
que aprendas que en el hecho de tomar prestado o
de prestar, hay algo más que el paso del oro
de una mano a otra. El granjero, que entendía lo
que decían los animales entre ellos, todas las noches se
paraba solo para escuchar lo que hablaban. Una noche oyó
al buey quejarse al asno de la dureza de su destino,

(02:15:09):
arrastró el arado desde la mañana hasta la noche. Poco
importa que haga calor, que esté cansado o que la
yunta me irrite el cuello, igualmente tengo que trabajar. En cambio,
tú eres una criatura hecha para el ocio. Decorado con
una manta de colores, no tienes otra cosa que hacer
que llevar a nuestro amo a donde desee ir. Cuando

(02:15:31):
no va a ninguna parte, descansas y pases durante todo
el día. El asno, a pesar de sus peligrosos cascos,
era de naturaleza buena y simpatizaba con el buey. Amigo mío, respondió,
trabajas mucho y me gustaría aliviar tu suerte. Así que,
voy a contarte cómo puedes tener un día de descanso.

(02:15:53):
Por la mañana, cuando venga a buscarte el esclavo para
la labranza, tiéndete en el suelo y empieza a mugir
sin cesar para que diga que estás enfermo y que
no puedes trabajar. Entonces, el buey siguió el consejo del
asno y a la mañana siguiente, el esclavo se dirigió
a la granja y le dijo al granjero que el
buey estaba enfermo y que no podía arrastrar el arado.

(02:16:16):
En este caso, dijo el granjero, unce al asno pues
igualmente hay que labrar la tierra. Durante todo el día,
el asno que solamente había querido ayudar a su amigo,
se vio forzado a hacer el trabajo del buey. Por
la noche, cuando lo desengancharon del arado, tenía el corazón afligido,
las piernas cansadas y le dolía el cuello porque la

(02:16:37):
yunta se lo había irritado. El granjero se acercó al
corral para escuchar. El buey empezó primero.— Eres un buen amigo.
Gracias a tu sabio consejo, he disfrutado de un día
de descanso. En cambio yo, replicó el asno, soy un
corazón compasivo que empieza por ayudar a un amigo y

(02:16:59):
termina por hacer su trabajo. A partir de ahora, tú
arrastrarás tu propio arado porque he oído que el amo
decía al esclavo que fuera a buscar al carnicero si
todavía seguías enfermo. Espero que lo haga porque eres un
compañero perezoso. Nunca más se hablaron. Allí terminó su amistad. Rodan,¿

(02:17:21):
puedes explicarme la moraleja de esta fábula?« Es una buena fábula»,
respondió Rodan,« pero yo no veo la moraleja».« No pensaba
que fueras a descubrirla. Pero hay una y muy simple,
si quieres ayudar a tu amigo, hazlo de forma que
luego no recaigan sobre ti sus responsabilidades».« No se me

(02:17:41):
había ocurrido eso. Es una moraleja muy sabia. No deseo
cargar con las responsabilidades de mi hermana y de su marido».
Pero dime, tú que prestas dinero a tanta gente,¿ acaso
los que te piden dinero prestado no te lo devuelven?
Matón sonrió con el gesto que permite la experiencia.¿ Acaso

(02:18:02):
sería un buen préstamo si no me lo devolvieran?¿ No
crees que el prestamista tiene que ser lo suficientemente listo
como para juzgar con precaución si el oro que presta
será de utilidad para el que lo pide prestado y
después le será devuelto, o si el oro se desperdiciará
inútilmente y dejará al que lo ha pedido abrumado por
una deuda que nunca podrá devolver? Voy a enseñarte las

(02:18:24):
monedas que tengo en mi cofre y voy a dejar
que te cuenten algunas historias. Llevó a la habitación un
cofre tan largo como su brazo, cubierto con piel de
cerdo roja y adornado con figuritas de bronce. Lo depositó
en el suelo y se agachó delante de él, con
las dos manos colocadas encima de la tapa. Exijo una

(02:18:45):
garantía de cada persona a quien presto dinero y la
dejo en el cofre hasta que me devuelven el dinero.
Cuando lo hacen, se la devuelvo pero si no lo hacen,
este depósito me recordará siempre a aquel que me ha traicionado.
El cofre me demuestra que lo más seguro es prestar
dinero a aquellos cuyas posesiones tienen más valor que el
oro que desean que les preste. Tienen tierras, joyas, camellos

(02:19:09):
u otros objetos que se pueden vender como pago del préstamo.
Algunas de las prendas que me dan tienen más valor
que el préstamo. Con otras, prometen entregarme una parte de
sus propiedades como pago si no lo devuelven. gracias a
esta clase de préstamos me aseguro de que me devolverán
el oro con intereses ya que el préstamo se basa

(02:19:29):
en el valor de las propiedades hay otra categoría de
personas que piden dinero prestado los que pueden ganar dinero
son como tú trabajan o sirven y se les paga
cuentan con unos ingresos son honestos y no tienen mala
suerte sé que ellos también pueden devolver el oro que
les prestó y los intereses a los que tengo derecho

(02:19:52):
Estos préstamos se basan en el esfuerzo humano. Los otros
son los que no poseen propiedades ni tampoco ganan dinero.
La vida es dura y siempre habrá gente que no
podrá adaptarse. Mi cofre podría reprocharme más tarde que les
prestara dinero aunque sea menos que un céntimo, a menos
que buenos amigos del que me ha pedido el dinero

(02:20:13):
me garantizaran su devolución. Matón soltó el cerrojo y abrió
la tapa. Rodan se acercó a mirar con curiosidad. Había
un collar de bronce encima de una tela de color escarlata.
Matón tomó la joya y la acarició con cariño.« Esta
prenda siempre estará en mi cofre porque su propietario está muerto.

(02:20:35):
La conservo cuidadosamente y me acuerdo mucho de él porque
era un buen amigo. Hicimos muy buenos negocios juntos hasta
que trajo a una mujer del Este que no se
parecía en nada a nuestras mujeres, con la que se casó.
Una criatura deslumbrante». Malgastó todo su oro para colmar todos
los deseos de ella. Cuando ya no le quedaba más oro,

(02:20:57):
acudió a mí, angustiado. Le aconsejé. Le dije que le
ayudaría una vez más a dirigir sus negocios. Juró por
el signo del gran toro que retomaría las riendas de
sus asuntos. Pero eso no ocurrió. Durante una pelea, aquella
mujer le hundió un cuchillo en el corazón, del mismo

(02:21:17):
modo que él le había desafiado a que hiciera.—¿ Y ella?—
preguntó Rodan.— Sí, este collar era suyo. Matón cogió la
bella tela color escarlata. Presa de amargos remordimientos, se lanzó
a leufrates.— Nunca me devolverán estos dos préstamos.— El cofre

(02:21:39):
te explica, Rodan, que los que piden dinero prestado y
son muy apasionados, constituyen un gran riesgo para el prestamista
de oro. Ahora te voy a contar otra historia diferente.
Buscó un anillo esculpido en un hueso de buey. Esta
joya pertenece a un granjero. Yo compro las alfombras que

(02:22:00):
sus mujeres tejen. Los saltamontes devastaron sus cosechas y sus
trabajadores no tenían nada que comer. Le ayudé y a
la cosecha siguiente, me devolvió el dinero. Más tarde volvió
a visitarme y me dijo que un viajante le había
hablado de unas extrañas cabras que había en unas tierras lejanas.
Tenían el pelo tan suave y fino que sus mujeres

(02:22:21):
podrían tejer las alfombras más bellas que se hubieran visto
jamás en Babilonia. Quería poseer ese rebaño pero no tenía dinero.
Así que le presté el oro necesario para el viaje
y la compra de las cabras. Ahora ya tiene su
rebaño y el año que viene, voy a sorprender a
los amos de Babilonia con las alfombras más caras que
nunca hayan tenido la oportunidad de comprar. Pronto le devolveré

(02:22:45):
el anillo. Insiste en devolverme el dinero rápidamente.¿ Acaso hay
personas que piden dinero prestado que hacen esto? Inquirió Rodan.
Si me piden dinero con el fin de ganarlo, lo
adivino y acepto prestarlo. Pero si lo hacen para pagarse
sus caprichos, te apierto que seas prudente si quieres recobrar

(02:23:07):
el oro. Cuéntame la historia de esta joya, pidió Rodan
mientras tomaba con sus manos un brazalete de oro incrustado
de extraordinarias piedras.— Te interesan las mujeres, amigo mío— bromeó Matón.—
Soy bastante más joven que tú— replicó Rodan.— De acuerdo,

(02:23:27):
pero esta vez te imaginas un romance donde no lo hay.
La propietaria es gorda y está arrugada y habla tanto
para decir tan poco que me enoja. Antaño tenía mucho
dinero y su hijo y ella eran buenos clientes pero
el tiempo les trajo desgracias. Le hubiera gustado hacer de
su hijo un mercader. Un día vino a mi casa

(02:23:48):
y me pidió dinero prestado para que su hijo pudiera
asociarse con el propietario de una caravana que viajaba con
sus camellos y trocaba en una ciudad lo que compraba
en otra. El hombre demostró ser un canalla porque dejó
al pobre chico en una ciudad lejana sin dinero y
sin amigos, tras abandonarlo mientras dormía. Quizá cuando sea adulto,

(02:24:08):
me devolverá el dinero. Desde entonces, no recibo ningún interés
por el préstamo, sólo palabras vanas. pero reconozco que las
joyas valen el préstamo.¿ Y esta mujer, te pidió algún
consejo sobre este préstamo? Al contrario, se imaginó que su
hijo era un hombre poderoso y rico de Babilonia. Sugerirle

(02:24:31):
lo contrario la hubiera enfurecido. Solamente tuve derecho a una reprimenda.
Sabía que corría un riesgo porque su hijo era inexperto,
pero como ella ofrecía la garantía, no pude negarle el préstamo. Esto,
continuó Matón mientras agitaba un pedazo de cuerda anudado. Pertenece
a Nevatur, el comerciante de camellos. Cuando compra un rebaño

(02:24:55):
que cuesta más de lo que él posee, me trae
este nudo y yo le hago un préstamo según sus necesidades.
Es un comerciante muy listo. Confío en su juicio y
puedo prestarle dinero tranquilamente. Muchos otros mercaderes de Babilonia también
gozan de mi confianza porque su conducta es honrada. Los

(02:25:15):
objetos que me entregan en depósito entran y salen regularmente
del cofre. Los buenos mercaderes forman un activo en nuestra
ciudad y para mí, es beneficioso ayudarles a mantener vivo
el comercio para que Babilonia sea próspera. Matón tomó un
escarabajo esculpido en una turquesa y lo lanzó desdeñosamente al suelo.
Es un insecto de Egipto. A uno joven que posee

(02:25:38):
esta piedra no le importa demasiado que algún día yo
recupere el oro. Cuando se lo reclamo, me responde,¿ cómo
puedo devolverte el dinero si la desgracia se cierne sobre mí?
Tienes a otros.¿ Qué puedo hacer? El objeto pertenece a
su padre, un hombre valeroso pero que no es rico
y que empeñó sus tierras y su rebaño para ayudar

(02:26:00):
a su hijo en sus empresas. Al principio el joven
tuvo éxito y luego empezó a estar muy ansioso por enriquecerse.
Por culpa de su inexperiencia, sus tentativas se fueron al traste.
Los jóvenes son ambiciosos. Les gustaría conseguir rápidamente las riquezas
y las cosas deseables que aporta. Para asegurarse una fortuna rápida,

(02:26:24):
piden dinero prestado con imprudencia. Como es su primera experiencia,
no pueden comprender que una deuda que no sea devuelta
es como un agujero profundo al que podemos descender rápidamente
y en el que podemos debatirnos en vano durante mucho tiempo.
Es un agujero de penas y lamentos donde la luz
del sol se ensombrece y la noche perturba un sueño agitado.

(02:26:46):
Pero no desaconsejo que se preste dinero. Ánimo a que
se haga. Lo recomiendo en el caso de que se
haga con una finalidad buena. Yo mismo tuve mi primer
gran éxito como mercader con dinero que me habían prestado. Pero,¿
qué debe hacer un prestamista en un caso así? El
joven ha perdido la esperanza y no hace nada. se

(02:27:09):
ha desanimado no se esfuerza por devolver el dinero y
yo no quiero despojar a su padre de sus tierras
y de su ganado me has contado muchas historias interesantes
pero no has contestado a mi pregunta debo o no
debo prestar las 50 monedas de oro a mi hermana y
a su marido tienen tanto valor para mí tu hermana

(02:27:32):
es una mujer valiente y le tengo mucha estima Si
su marido viniera a verme para pedirme 50 monedas de oro,
le preguntaría para qué iba a emplearlas. Si me contestara
que quiere hacerse mercader como yo y tener una tienda
de joyas y de muebles, le diría,¿ conoces este oficio?¿
Sabes dónde se puede comprar barato?¿ Acaso podría responder afirmativamente

(02:27:55):
a todas estas preguntas? No, no podría, admitió Rodan. Me
ayudó mucho a fabricar lanzas y también ayudó en otras tiendas. Entonces,
le diría que su objetivo no es sensato. Los mercaderes
tienen que aprender su oficio. Su ambición, más que encomiable,

(02:28:16):
no es lógica y por lo tanto, no le prestaría dinero.
Pero supongamos que dice, sí, ayudé mucho a los mercaderes.
Sé cómo ir a Esmirna para comprar a bajo precio
las alfombras que las mujeres tejen. Además, conozco a los
ricos de Babilonia a quien puedo vender y así obtener
grandes beneficios. Entonces, le diría, tu objetivo es sensato y

(02:28:40):
tu ambición digna. Me alegraré de prestarte las cincuenta monedas
de oro si me aseguras que me las devolverás. Pero
si dijera, lo único que os puedo asegurar es que
soy un hombre de honor y que os devolveré el dinero. Entonces,
le respondería que cada moneda de oro es muy valiosa
para mí. Si los ladrones te quitan el dinero de

(02:29:02):
camino a Esmirna o te arrebatan las alfombras a la vuelta,
no tendrás medios para pagarme y habré perdido mi oro.
Como ves, Rodan, el oro es la mercancía del prestamista.
Es fácil prestarlo. Si se presta con imprudencia, es difícil
de recuperar. Una promesa es un riesgo que un prestamista

(02:29:23):
prudente desdeña y prefiere la garantía de una devolución asegurada.
Es bueno, prosiguió, ayudar a los que lo necesitan, ayudar
a los que no tienen suerte. Está bien ayudar a
los que empiezan para que prosperen y se conviertan en
buenos ciudadanos. Pero la ayuda debe ser sensata porque si no,
igual que el asno de la granja deseoso de ayudar,

(02:29:45):
cargaremos con un peso que pertenece a otro. Sigo alejándome
de tu pregunta, Rodan, pero escucha mi respuesta, guarda tus 50
monedas de oro. Son la justa recompensa de tu trabajo
y nadie puede obligarte a compartirlas, a menos que lo desees.
Si quisieras prestarlas para que te dieran más oro, deberías

(02:30:06):
hacerlo con precaución y en sitios distintos. No me gusta
ni el oro que duerme ni tampoco los grandes riesgos.¿
Cuántos años has trabajado como fabricante de lanzas? Tres años.
Además del regalo del rey,¿ cuánto dinero has ahorrado? Tres
monedas de oro. O sea, que cada año que has trabajado,¿

(02:30:30):
te has privado de cosas buenas para ahorrar una moneda
de tus ganancias? Así es. Entonces, quizás privándote de las
cosas buenas podrías ahorrar 50 monedas de oro en 50 años. Sería
el fruto de toda una vida.¿ Y crees que tu
hermana arriesgaría los ahorros de tus 50 años de trabajo para

(02:30:52):
que su marido diera los primeros pasos como mercader? No,
visto de este modo, no. Entonces, ve a verla y dile,
he estado tres años trabajando todos los días de la
mañana a la noche, excepto en los días de ayuno
y me he privado de muchas cosas que deseaba ardientemente.
Por cada año de trabajo y de abnegación, he conseguido

(02:31:15):
una moneda de oro. Eres mi hermana predilecta y deseo
que tu marido emprenda un negocio donde pueda prosperar mucho.
Si puede presentarme un plan que a mi amigo matón
le parezca sensato y realizable, entonces le prestaré gustosamente mis
ahorros de un año entero para que tenga la oportunidad
de demostrar que puede tener éxito. Haz lo que te

(02:31:36):
digo y si tiene talento para triunfar, tendrá que demostrarlo.
Si falla, no te deberá más que lo que espera
devolverte algún día. Soy prestamista de oro porque tengo más
oro del que me hace falta para comerciar. Deseo que
mi excedente de oro trabaje para los demás y así
me aporte más oro. No me quiero arriesgar a perder

(02:31:58):
mi oro porque he trabajado mucho y me he privado
de muchas cosas para ahorrarlo. Así que no voy a
prestarlo a quien no merezca mi confianza y me asegure
que me será devuelto. Tampoco lo prestaré si no estoy
convencido que los intereses de este préstamo me serán devueltos rápidamente.
Te he contado, Rodan, algunos secretos de mi cofre. Estos

(02:32:20):
secretos te han revelado las debilidades de los hombres y
su ansiedad por pedir dinero prestado aunque no siempre tengan
los medios seguros para devolverlo. Con estos ejemplos, te darás
cuenta de que a menudo, la gran esperanza de estos
hombres sería adquirir grandes ganancias si tuvieran dinero y que
simplemente se trata de falsas esperanzas porque no tienen ni

(02:32:41):
la habilidad ni la experiencia necesarias para realizarlas. Ahora tú, Rodan,
posees el oro que podría producirte más oro. Estás muy
cerca de convertirte, como yo, en un prestamista de oro.
Si conservas tu tesoro, te aportará generosos intereses, será una
fuente abundante de placeres y será provechoso para el resto

(02:33:03):
de tus días. Pero, si lo dejas escapar, será una
fuente tan constante de penas y lamentos que nunca lo olvidarás.¿
Qué es lo que más deseas para el oro que
contiene tu bolsa de cuero? Guardarlo en un lugar seguro.—
Has hablado con sensatez— respondió Matón en tono de aprobación.—

(02:33:24):
Tu primer deseo es la seguridad.¿ Crees que bajo la
custodia de tu cuñado estarás seguro y al abrigo de
cualquier pérdida?— Me temo que no porque no es prudente
en su forma de guardar el oro.— Entonces, no te
dejes influir por los estúpidos sentimientos hacia cualquier persona que
te llevan a confiar tu tesoro. Si quieres ayudar a

(02:33:46):
tu familia o a tus amigos, encuentra otros medios que
no sean arriesgarte a perder tu tesoro. No te olvides
de que el oro escapa inesperadamente a los que no
saben guardarlo. Ya sea por extravagancia o dejando que los
otros lo pierdan por ti. Después de la seguridad,¿ qué
es lo que más deseas para tu tesoro? Que me

(02:34:07):
produzca más oro. Vuelves a hablar con sensatez. Tu oro
tiene que darte ganancias y aumentar. El dinero que se
presta sabiamente puede incluso duplicarse antes de que te hagas viejo.
Si te arriesgas a perder tu dinero, también te arriesgas
a perder todo lo que te pueda reportar. Así que

(02:34:27):
no te dejes influir por los planes fantásticos de hombres
imprudentes que piensan que saben la forma de hacer que
tu oro produzca extraordinarias ganancias. Son planes forjados por soñadores
inexpertos que no conocen las leyes seguras y fiables del comercio.
Sé conservador en cuanto a las ganancias que el oro
pueda producirte y en cuanto a lo que puedes ganar

(02:34:48):
y así saca partido de tu tesoro. Invertir el oro
contra una promesa de ganancias usureras es ir a perderlo.
Intenta asociarte con hombres hábiles y emprender negocios cuyo éxito
esté asegurado para que tu tesoro salga ganando y esté
en lugar seguro gracias a vuestra astucia y experiencia. De
este modo, evitarás las desgracias que acompañan a la mayoría

(02:35:11):
de los hijos de los hombres a quienes Dios confía
el oro. Cuando Rodan quiso agradecerle su sabio consejo, éste
no le escuchó y dijo. El regalo del rey te
procurará mucha sabiduría. Si guardas las cincuenta monedas de oro,
tendrás que ser discreto. Tendrás tentaciones de invertir en muchos proyectos.

(02:35:33):
Te darán muchos consejos. Tendrás muchas oportunidades de obtener grandes beneficios.
Antes de prestar ninguna moneda de oro, tienes que asegurarte
de que te será devuelta. Si quieres más consejos, vuelve
a visitarme. Te los daré gustosamente. Antes de irte, lee
lo que grabé en la tapa del cofre. Se puede

(02:35:56):
aplicar tanto al prestamista como al que pide el dinero prestado.
Vale más prevenir que curar. 7. LAS MURALLAS DE BABILONIA.
El viejo Bansar, guerrero feroz en otros tiempos, hacía guardia
en la pasarela que llevaba a la parte más alta
de las murallas de Babilonia. A lo lejos, valerosos soldados

(02:36:18):
defendían el acceso a las murallas. La supervivencia de la
gran ciudad y de sus centenares de miles de habitantes
dependía de ellos. De más allá de las murallas llegaban
el fragor de los ejércitos que combatían, los gritos de
los hombres, los cascos de miles de caballos, el ensordecedor
ruido de los arietes que golpeaban las puertas de bronce.

(02:36:40):
Los lanceros estaban en alerta continua, preparados para impedir la
entrada en la ciudad en el caso de que las
puertas se dieran. No eran numerosos, los ejércitos principales estaban lejos,
hacia el este, acompañando al rey, que dirigía una campaña
contra los elamitas. No habían previsto que pudieran ser atacados
durante esta ausencia y las fuerzas defensoras eran escasas. Cuando

(02:37:04):
nadie se lo esperaba, los grandes ejércitos asirios llegaron del norte.
Las murallas deberían soportar el ataque, si no, sería el
fin de Babilonia. Alrededor de Bansar se agrupaban numerosos ciudadanos
con expresión espantada que se informaban ansiosamente sobre la evolución
de los combates. Miraban aterrorizados la hilera de soldados muertos

(02:37:26):
o heridos que eran transportados o que bajaban de la pasarela.
El asalto estaba llegando al momento crucial. Tras haber rodeado
la ciudad durante tres días, el enemigo había concentrado sus
fuerzas en aquella parte de la muralla y en aquella puerta.
Las defensas, situadas en la parte superior de la muralla,
mantenían a raya a los adversarios que intentaban escalar las

(02:37:49):
paredes de la muralla mediante plataformas o escaleras echándoles aceite
hirviendo o tirando lanzas a los que conseguían llegar hasta
lo más alto. Los enemigos respondían disponiendo una línea de
arqueros que proyectaban una lluvia de flechas contra los babilonios.
El viejo Bansar ocupaba un puesto elevado desde el que
podía ver muy bien todo lo que pasaba, se encontraba

(02:38:12):
muy cerca del centro de los combates y era el
primero en percibir los ataques frenéticos del enemigo. Un comerciante
de edad avanzada se le acercó.— Décime, por favor, no
podrán entrar, ¿verdad? Juntando las dos manos le suplicó.— Mis
hijos están acompañando a nuestro buen rey, no hay nadie

(02:38:32):
para proteger a mi anciana esposa. Robarán todos nuestros bienes,
tomarán todas nuestras reservas. Nosotros ya somos viejos, demasiado para
poder servir como esclavos, nos moraremos de hambre. Pereceremos. Decime
que no podrán entrar en la ciudad. Cálmate, buen comerciante,

(02:38:54):
respondió el guardia. Las murallas de Babilonia son sólidas. Vuelve
al bazar y di a tu mujer que las murallas
os protegerán a vosotros y a vuestros bienes tanto como
a los ricos tesoros del rey. Permanece cerca de la
muralla para que no te alcance una flecha. Una mujer
con un bebé en brazos ocupó el lugar del hombre

(02:39:14):
que se retiraba. Sargento,¿ qué noticias hay del combate? Décime
la verdad para que pueda tranquilizar a mi pobre marido.
Está en cama con una gran fiebre producida por sus
terribles heridas. Pero insiste en protegerme con su armadura y
su lanza, porque estoy encinta. Dice que la venganza del

(02:39:34):
enemigo sería terrible en el caso de que entrara. Tienes
buen corazón porque eres madre, y lo volverás a hacer.
Las murallas de Babilonia te protegerán a ti y a
tus hijos. Son altas y sólidas.¿ No oyes los gritos
de nuestros valientes defensores que tiran calderos de aceite hirviendo
a los que intentan escalar los muros? Sí, y también

(02:39:58):
oigo el bramido de los arietes que chocan contra nuestras puertas.
Vuelve con tu marido, dile que las puertas son fuertes
y resistirán el embate de los arietes. Dile también que
a los que escalan las murallas les espera una lanza.
Ve con cuidado y date prisa en llegar a los edificios,
donde estarás más segura. Bansar se apartó para dejar vía

(02:40:21):
libre a los refuerzos armados. Cuando pasaban muy cerca de
él con su pesada marcha y los escudos de bronce
que tintineaban, una niña estiró del cinturón a Bansar.— Decime
por favor, soldado,¿ estamos seguros?— preguntó.— Oigo ruidos terribles, veo
hombres que sangran.— Tengo tanto miedo.¿ Qué será de nuestra familia,

(02:40:45):
mi madre, mi hermanito y el bebé? El viejo militar
tuvo que cerrar los ojos y levantar la barbilla mientras
alzaba a la niña.« No tengas miedo, pequeña», le dijo.«
Las murallas de Babilonia os protegerán a ti, a tu madre,
a tu hermanito y al bebé. La buena reina Semiramis

(02:41:05):
hace cien años las hizo construir para proteger a gente
como tú. Vuelve y di a tu madre, a tu
hermanito y al bebé que las murallas de Babilonia los
protegerán y que no tienen de qué tener miedo». Todos
los días, el viejo Bansar permanecía en su puesto y
observaba cómo los recién llegados subían a la pasarela y
combatían hasta que, heridos o muertos, los habían de bajar.

(02:41:27):
A su alrededor, una muchedumbre de ciudadanos atemorizados y ansiosos
quería saber si las murallas aguantarían. Él daba a todos
la misma respuesta con la dignidad del viejo soldado,« Las
murallas de Babilonia os protegerán». Durante tres semanas y cinco
días continuó el ataque con renovada violencia. Cada día la

(02:41:49):
mandíbula de Bansar se crispaba más y más, pues el paso,
lleno de sangre de los numerosos heridos, se había convertido
en un nodazal por el flujo incesante de hombres que
subían y bajaban tambaleantes. Todos los días, los atacantes masacrados
se amontonaban en pilas ante la muralla. Todas las noches,
sus camaradas los transportaban y enterraban. La quinta noche de

(02:42:12):
la última semana el clamor disminuyó. Los primeros rayos de
sol iluminaron la llanura, cubierta de grandes nubes de polvo
que levantaban los ejércitos en retirada. Un inmenso grito se
alzó entre los defensores. No había duda sobre lo que
quería decir. Fue repetido por las tropas que esperaban detrás
de las murallas, por los ciudadanos en las calles, barrió

(02:42:35):
la ciudad con la violencia de una tempestad. La gente
salió precipitadamente de las casas, una muchedumbre delirante llenó las calles,
los sentimientos de miedo reprimidos durante semanas se transformaron en
un grito de alegría salvaje. De lo alto de la
gran torre de Bel salieron las llamas de la victoria,
una columna de humo azul se alzó en el cielo

(02:42:56):
para llevar bien lejos su mensaje. Una vez más, las
murallas de Babilonia habían repelido a un enemigo poderoso y feroz,
dispuesto a saquear sus ricos tesoros y a dominar a
sus ciudadanos y reducirlos a la esclavitud. La ciudad de
Babilonia sobrevivió varios siglos porque estaba completamente protegida. De otro modo,

(02:43:18):
no lo habría conseguido. Las murallas de Babilonia ilustran bien
las necesidades del hombre y su deseo de estar protegido.
Este deseo es inherente a la raza humana, hoy en
día es tan fuerte como en la antigüedad, pero nosotros
hemos imaginado planes más amplios y mejores para llegar a
este fin. Hoy en día, apostados tras los muros inexpugnables

(02:43:40):
de los seguros, de las cuentas bancarias y de las
inversiones fiables, podemos protegernos de las tragedias inesperadas que pueden
surgir en cualquier momento. No podemos permitirnos vivir sin estar
protegidos de manera adecuada. 8. El tratante de camellos de Babilonia.
Cuanto más nos atenaza el hambre, más activo se vuelve

(02:44:02):
nuestro cerebro y más sensibles nos volvemos al olor de
los alimentos. Tarkad, el hijo de Azore, ciertamente pensaba así.
Tan sólo había comido dos pequeños higos de una rama
que salía más allá del muro de un jardín, y
no había podido coger más antes de que una enfadada
mujer apareciera y lo echara. Sus gritos agudos aún resonaban

(02:44:24):
en sus oídos cuando atravesaba la plaza del mercado. Esos
ruidos horribles le ayudaron a tener quietos los dedos, tentado
siempre de coger alguna fruta de las cestas de las
mujeres del mercado. Nunca hasta entonces se había dado cuenta
de la gran cantidad de comida que llegaba al mercado
de Babilonia y que bien olía. Tras dejar el mercado,

(02:44:45):
atravesó la plaza en dirección a la posada, ante la
que se paseó arriba y abajo. Tal vez encontrara a
alguien que le pudiera dejar una moneda de cobre con
la que podría pedir una copiosa comida y arrancar así
una sonrisa al austero dueño de la posada. Si no
tenía esa moneda, sabía muy bien que no sería bienvenido.

(02:45:05):
Distraído como estaba, se encontró sin esperarlo, cara a cara
con el hombre al que más deseaba evitar, Dabasir, el
tratante de camellos de largo y huesudo cuerpo. De todos
los amigos o conocidos a los que había pedido pequeñas
sumas de dinero, Dabasir era el que lo hacía sentirse
más molesto pues no había cumplido la promesa de reembolsarle

(02:45:25):
rápidamente lo debido. El rostro de Dabasir se iluminó al
ver a Tarkad.—¡ Ajá, Tarkad, justo a quien buscaba, tal
vez pueda devolverme las dos monedas de cobre que le
dejé hace una luna y también la de plata que
le había dejado anteriormente!¡ Qué suerte!— Hoy mismo podré usar

(02:45:46):
esas monedas.—¿ Qué me dices eso, muchacho? Tarkad empezó a
balbucear y enrojeció. Su estómago vacío no le ayudaba a
tener la cara dura de discutir con Dabasir.— Lo siento,
lo siento mucho, murmuró débilmente, pero hoy no tengo las
dos monedas de cobre ni la de plata que te debo.—

(02:46:07):
Pues encuéntralas, insistió Dabasir. Seguro que puedes encontrar un par
de monedas de cobre y una de plata para pagar
la generosidad de un viejo amigo de tu padre que
te ha ayudado cuando te hacía falta. No te puedo
pagar por culpa de la mala suerte.¿ La mala suerte?¿
Culparás a los dioses de tu propia debilidad? La mala

(02:46:30):
suerte persigue a los hombres que piensan más en pedir
que en dejar. Muchacho, ven conmigo mientras como, tengo hambre
y te quiero contar una historia. Tarkat retrocedió ante la
brutal franqueza de Dabasir, pero al menos era una invitación
para entrar en un sitio donde se comía. Dabasir lo
empujó hasta un rincón de la sala donde se sentaron

(02:46:52):
sobre unas pequeñas alfombras. Cuando Kauskor el propietario apareció sonriente,
Dabasir se dirigió a él con su habitual gran familiaridad.
lagarto del desierto tráeme una pierna de cabra muy hecha
y con mucha salsa pan y muchas verduras que tengo
mucha hambre y necesito mucha comida no olvides a mi

(02:47:13):
amigo tráele una jarra de agua y que sea fresca
pues el día es caluroso el corazón de tarkat parecía
desfallecer se tenía que sentar allí a beber agua y
ver como aquel hombre devoraba una pierna entera de cabra
no decía nada No se le ocurría nada que decir.

(02:47:34):
En cambio Dabasir no sabía lo que era el silencio.
Sonriendo y saludando con la mano a todos los demás clientes,
a los cuales conocía, continuó.« He oído decir a un
viajero que acaba de llegar de Urfa que un hombre
rico de allí posee una piedra tan fina que se
puede ver a su través. La coloca en las ventanas
de su casa para impedir que la lluvia entre». Por

(02:47:57):
lo que me ha dicho el viajero, es amarilla y
le permitieron mirar a través de ella de modo que
el mundo exterior le pareció extraño y diferente de lo
que es en realidad.—¿ Tú qué piensas, Tarkad?¿ Crees que
un hombre puede ver el mundo de un color diferente
del que tiene en realidad?— No sabría decirlo, respondió el
joven mucho más interesado por la pierna de cabra que

(02:48:19):
estaba delante de Davasir. pues yo sé que es cierto,
ya que he visto con mis propios ojos el mundo
de un color diferente del que en realidad tiene, y
la historia que te contaré relata cómo llegué a volverlo
a ver de nuevo de su verdadero color. Dabasir va
a contar una historia, murmuró alguien de una mesa vecina
a su compañero, y acercó su alfombra hacia ellos, los

(02:48:42):
demás comensales cogieron su comida y se agruparon en un semicírculo.
Comían ruidosamente al oído de Tarkad, lo tocaban con los
huesos de la carne, él era el único que no
tenía comida. Dabasir no le propuso que compartiera con él
la pierna de cabra ni le ofreció el trozo de
pan duro que se había caído al suelo.« La historia

(02:49:03):
que te voy a contar», empezó Dabasir, haciendo una pausa
para poder llevarse a la boca un buen trozo de carne,«
relata mi juventud y cómo llegué a ser tratante de camellos».¿
Alguno de vosotros sabe que yo fui en un tiempo
esclavo en Asiría? Un murmullo de sorpresa recorrió el auditorio
y Dabasir lo escuchó con satisfacción. Cuando era joven, continuó

(02:49:26):
Dabasir después de otro goloso ataque a la pierna de cabra,
aprendí el oficio de mi padre, la fabricación de sillas
de montar. Trabajé con él en la tienda hasta que
me casé. Como era joven e inexperto, ganaba poco, justo
lo necesario para cubrir modestamente las necesidades de mi excelente esposa.
Estaba ansioso de obtener buenas cosas que no me podía permitir.

(02:49:50):
Rápidamente me di cuenta de que los propietarios de las
tiendas me daban crédito aunque no pudiera pagarles a tiempo.
Joven e inexperto, yo no sabía que el que gasta
más de lo que gana siembra los vientos de la
inútil indulgencia y cosecha tempestades de problemas y humillaciones. De
este modo sucumbí a los caprichos y, sin tener el

(02:50:10):
dinero necesario, me compré bellas ropas y objetos de lujo
para mi esposa y para nuestra casa. Fui pagando como pude,
y durante un cierto tiempo todo fue bien. Pero un
día descubrí que con lo que ganaba no tenía suficiente
para pagar mis deudas y vivir. Mis acreedores me empezaron
a perseguir para que pagara mis extravagantes compras y mi

(02:50:32):
vida se volvió miserable. Pedía prestado a mis amigos, pero
tampoco se lo podía devolver, las cosas iban de mal
en peor. Mi mujer volvió con su padre y yo
decidí irme de Babilonia a otra ciudad donde un joven
pudiera tener más oportunidades. Durante dos años conocí una vida
agitada y sin éxitos, siempre viajando con las caravanas de

(02:50:54):
los mercaderes. Después pasé a un grupo de simpáticos ladrones
que recorrían el desierto en busca de caravanas no armadas.
Tales acciones no eran dignas del hijo de mi padre
pero veía el mundo a través de una piedra coloreada
y no me daba cuenta de hasta qué punto me
había degradado. Tuvimos éxito en nuestro primer viaje al capturar

(02:51:15):
un rico cargamento de oro, seda y mercancías de gran valor.
Llevamos este botín a Ginir y allí lo derrochamos. La
segunda vez no tuvimos tanta suerte, después de haber efectuado
el robo, fuimos atacados por los guerreros de un jefe
indígena al que pagaban las caravanas para que las protegiera.
Mataron a nuestros dos jefes y los que quedamos fuimos

(02:51:37):
llevados a Damasco, despojados de nuestras ropas y vendidos como esclavos.
Yo fui comprado por dos monedas de plata por un
jefe del desierto sirio, con los cabellos rapados y vestidos
solamente con algunos trozos de tela, no era diferente de
los otros esclavos. Como yo era un joven despreocupado, pensaba
que aquello no era más que una aventura hasta que

(02:51:59):
mi amo me llevó ante sus cuatro mujeres y me
dijo que me tendrían como eunuco. Entonces entendí de verdad
mi situación. Esos hombres del desierto eran salvajes y guerreros,
yo estaba sujeto a su voluntad, desprovisto de armas y
sin esperanza de escapar. Estaba de pie, espantado por las
cuatro mujeres que me examinaban. me preguntaba si podría esperar

(02:52:23):
alguna compasión de su parte. Sira, la primera mujer, era
más vieja que las otras y me miraba impasible. Me
aparté de ella sin esperar nada de su parte, la siguiente,
de una belleza despreciativa, me miraba con tanta indiferencia como
si fuera un gusano en la tierra. Las dos más
jóvenes reían como si aquello fuese una broma divertida. El

(02:52:46):
tiempo que esperé su veredicto me pareció un siglo, cada
una parecía dejar la decisión final a las demás. Finalmente,
Sira habló con una voz gélida.« Tenemos muchos eunucos, pero
sólo unos pocos guardianes de camellos, y además no sirven
para nada, hoy mismo he de ir a ver a
mi madre enferma y no tengo ningún esclavo en el

(02:53:07):
que pueda confiar para que se ocupe de mi camello.
Pregunta a este esclavo si sabe conducir uno». Entonces mi
amo me preguntó.¿ Qué sabes de camellos? Luchando por esconder
mi entusiasmo, respondí. Se hacer que se arrodillen, lo sé cargar,
y lo sé conducir durante largos viajes sin cansarme. Y

(02:53:30):
si es necesario, puedo reparar sus arneses. El esclavo sabe bastante,
observó mi amo. Si ese es tu deseo, Sira, haz
de este hombre tu camellero. Así fui dado a Sira
y ese mismo día la conduje tras un largo viaje
en camello al lado de su madre enferma. Aproveché la

(02:53:50):
ocasión para agradecerle su intervención y para decirle que no
era esclavo de nacimiento sino hijo de un hombre libre,
un honorable fabricante de sillas de Babilonia. También le conté
mi historia. Sus comentarios me desconcertaron y más tarde reflexioné
largamente sobre lo que me había dicho.«¿ Cómo puedes llamarte

(02:54:10):
a ti mismo hombre libre?», me dijo,« cuando tu debilidad
te ha llevado a esta situación. Si un hombre tiene
alma de esclavo,¿ no se convertirá en uno, sin importar
su cuna, del mismo modo que el agua busca su nivel?
Y si alguien tiene alma de hombre libre,¿ no se
hará respetar y honrar en su ciudad aunque no lo
haya acompañado la suerte? Durante un año fui esclavo y

(02:54:34):
viví con esclavos, pero no podía convertirme en uno de ellos».
Un día Sira me preguntó,¿ Por qué te quedas solo
en tu tienda por la noche, cuando los otros esclavos
se juntan en agradable compañía? A ello respondí, pensé en
lo que me dijisteis. Me pregunté si tenía alma de esclavo.

(02:54:55):
No puedo unirme a ellos, por eso me mantengo al margen.
Yo también me mantengo al margen, me confió. Yo tenía
un gran dote, por eso mi señor se casó conmigo.
Pero no me desea y lo que toda mujer desea
más ardientemente es ser deseada. Por eso, y como soy
estéril y no tengo hijos, me he de mantener al margen.

(02:55:18):
Si yo fuera un hombre preferiría la muerte antes de
ser esclavo, pero las leyes de nuestra tribu hacen de
las mujeres esclavas.¿ Qué pensáis de mí ahora, que tengo
alma de hombre libre o de esclavo? Le pregunté repentinamente.¿
Quieres devolver las deudas que contrajiste en Babilonia? Me preguntó ella.

(02:55:40):
Sí que lo quiero, pero no veo cómo podría hacerlo.
Si dejas que los años pasen sin preocuparte y sin
hacer esfuerzo alguno para devolver ese dinero, entonces tienes alma
de esclavo. No puede ser de otro modo si un
hombre no se respeta a sí mismo, nadie se puede
respetar si no paga las deudas que ha contraído.¿ Pero

(02:56:01):
qué puedo hacer si soy esclavo en Siria? Sé esclavo
en Siria ya que eres un ser débil. No soy
un ser débil, repliqué. Entonces, pruébalo. ¿Cómo?¿ Acaso tu rey
no combate a sus enemigos con todas las fuerzas que

(02:56:21):
tiene y de todas las maneras que puede? Tus deudas
son tus enemigos, te hicieron huir de Babilonia. Dejaste que
se acumularan y se hicieron demasiado grandes para ti. Si
las hubieras combatido como un hombre, las habrías vencido y
hubieras sido una persona honrada por las gentes de tu ciudad.
Pero no tuviste valor para hacerlo y mírate, tu orgullo

(02:56:44):
te ha abandonado y ha sido de desgracia en desgracia
hasta que has llegado a ser esclavo en Siria. Pensé
mucho en estas desagradables acusaciones y concebí diversas teorías esculpatorias
para probarme que en mi fuero interno no era un esclavo,
pero no tuve oportunidad de utilizarlas. Tres días más tarde,
la sirvienta de Sira me vino a buscar para conducirme

(02:57:05):
ante mi ama.« Mi madre vuelve a estar muy enferma», dijo.«
Unce los dos mejores camellos de mi marido, átales odres
llenas de agua y cárgalas alforjas para un largo viaje.
La criada te dará la comida en la tienda de cocina».
Cargué los camellos preguntándome la razón de tanta comida que
me daba la criada, pues la casa de la madre

(02:57:27):
de mi ama estaba a menos de una jornada de viaje.
La sirvienta montó en el segundo camello y yo conduje
el de Sira. Cuando llegamos a la casa de su madre,
empezaba a hacerse de noche. Sira despidió a la criada
y me dijo.— Dabasir,¿ tienes alma de hombre libre o
de esclavo?— Alma de hombre libre, respondí.— Ahora tienes la

(02:57:52):
oportunidad de probarlo. Tu amo ha bebido mucho y sus
hombres están embotados. Coge los camellos y huye. En ese
saco tienes vestidos de tu amo para disfrazarte. Yo diré
que has robado los camellos y que has huido mientras
visitaba a mi madre enferma. Tenéis alma de reina, le dije,

(02:58:12):
me gustaría poder haceros feliz. No espera la felicidad a
la mujer que huye de su marido para buscarla en
tierras lejanas entre extranjeros. Toma tu propio camino y que
te protejan los dioses del desierto, pues la ruta es larga,
sin comida ni agua. No tuve necesidad de que me
lo dijeran dos veces, se lo agradecí calurosamente y me

(02:58:34):
fui en medio de la noche. No conocía aquel extraño
país y sólo tenía una pequeña idea de la dirección
que había de seguir para llegar a Babilonia, pero me
adentré valientemente en el desierto hacia las colinas. Iba montado
en un camello y aviaba al otro. Viajé durante toda
la noche y el día siguiente lleno de ansiedad, conocedor

(02:58:54):
de la suerte reservada a los esclavos que roban la
propiedad de sus amos e intentan escapar. Hacia el final
de la tarde llegué a un país árido, tan inhabitable
como el desierto. Las agudas piedras serían las patas de
mis fieles camellos que lentamente y con gran esfuerzo elegían
la ruta. No encontré hombre ni bestia y pude comprender

(02:59:15):
con facilidad por qué evitaban aquella tierra inhóspita. A partir
de entonces, el viaje fue como pocos hombres pueden contar
haber tenido. Día tras día, avanzamos lentamente. Ya no teníamos
agua ni comida. El calor del sol era despiadado. Al
final del noveno día, resbalé de mi montura con el

(02:59:37):
sentimiento de que era demasiado débil para volver a montar
y que con toda seguridad moriría en aquel país deshabitado.
Me tendí en el suelo y dormí. Sólo me desperté
con las primeras luces del alba. Me senté y miré
a mi alrededor. Había un nuevo frescor en el aire
de la mañana, mis camellos estaban tumbados cerca de allí,

(02:59:58):
ante mí se extendía un vasto país cubierto de rocas
y arena. Nada indicaba que hubiera algo que pudieran beber
o comer un hombre o un camello.¿ Debería enfrentarme con
mi fin en aquella tranquila paz? Mi mente estaba más
clara de lo que lo había estado nunca. mi cuerpo
parecía no tener ya importancia. Con los labios resecos y sangrantes,

(03:00:21):
la lengua áspera e inflada, el estómago vacío, ya no
sentía el molesto dolor del día antes. Medía la inmensidad
descorazonadora del desierto y una vez más me pregunté,¿ tengo
alma de hombre libre o de esclavo? Y entonces, con
la rapidez del rayo comprendí que si tenía alma de
esclavo me tumbaría en la arena y moriría, un final

(03:00:43):
digno de un esclavo fugitivo.¿ Pero qué si tenía alma
de hombre libre, qué sucedería? Debería encontrar el camino hacia Babilonia,
devolver el dinero a los que habían confiado en mí,
hacer feliz a mi mujer, que me amaba de verdad
y llevar la paz y la satisfacción a mis padres.«
Tus deudas son tus enemigos y te han hecho huir

(03:01:04):
de Babilonia», había dicho Sira. Si era cierto,¿ por qué
no me había mantenido firme como un hombre?¿ Por qué
había permitido que mi mujer volviera con su padre? Entonces
algo extraño ocurrió. El mundo entero me pareció ser de
un color diferente, como si hasta ese momento lo hubiera
visto a través de una piedra coloreada que de repente

(03:01:26):
hubiera desaparecido. Por fin comprendí cuáles eran los verdaderos valores
de la vida. Morir en el desierto. Jamás. Gracias a
una nueva visión se me aparecieron todas las cosas que
tenía que hacer. Primero, volvería a Babilonia y daría la
cara ante todos con los que había contraído deudas. Les

(03:01:48):
diría que tras años de errar y de desgracias, había
vuelto para pagar mis deudas tan rápido como me lo
permitieran los dioses. Después construiría un hogar para mi mujer
y me convertiría en un ciudadano del que mis padres
estarían orgullosos. Mis deudas son mis enemigos, pero los hombres
que me han prestado dinero son mis amigos, pues han

(03:02:09):
tenido confianza y han creído en mí. Me tambaleaba sobre
mis piernas debilitadas.¿ Qué significaba el hambre?¿ Qué significaba la sed?
Sólo eran obstáculos en el camino de Babilonia. Surgía en
mí el alma de un hombre nuevo que iba a
conquistar a sus enemigos y a recompensar a sus amigos.

(03:02:30):
Me estremecí ante la idea del gran proyecto. Los vidriosos
ojos de los camellos se iluminaron de nuevo al oír
mi voz ronca. Se levantaron con gran esfuerzo, después de
varios intentos. Con una conmovedora perseverancia se dirigieron hacia el norte,
donde algo me decía que encontraríamos Babilonia. Encontramos agua, atravesamos

(03:02:53):
un país fértil donde crecían la hierba y los frutales.¿
Encontramos el camino de Babilonia porque el alma de un
hombre libre mira la vida como una serie de problemas
que resolver, y los resuelve, mientras que el alma de
un esclavo gimotea, que puedo hacer yo, que solo soy
un esclavo? Y a ti, Tarkad,¿ el estómago vacío hace

(03:03:14):
que tu mente sea más clara?¿ Ya has tomado el
camino que lleva hacia el respeto a ti mismo?¿ Ves
el mundo de su verdadero color?¿ Deseas pagar tus deudas justas,
sean las que sean, y convertirte en un hombre respetado
en Babilonia? Las lágrimas acudieron a los ojos del joven,
que se arrodilló rápidamente.— Me has mostrado el camino— dijo—,

(03:03:39):
ahora sé cómo encontrar en mi interior el alma del
hombre libre.—¿ Pero qué pasó cuando regresaste?— preguntó un oyente interesado.
Cuando se está determinado, se encuentran los medios, respondió Dabasir.
Yo estaba determinado, por eso me puse en camino para
encontrar los medios. Primero visité a todos los hombres con

(03:04:02):
los que tenía una deuda y les supliqué que fueran
indulgentes hasta que pudiera ganar el dinero con el que
les pagaría. La mayoría me acogieron con alegría, algunos me insultaron,
pero otros me ofrecieron su ayuda. Uno de ellos me
dio justamente la ayuda que necesitaba, era Matón, el prestamista
de oro. Al saber que había sido camellero en Siria,

(03:04:24):
me envió a ver al viejo Nevatur, el tratante de
camellos al que nuestro buen rey había encargado que comprara
varias manadas de camellos para una gran expedición. Con él
puse en práctica mis conocimientos sobre camellos y poco a
poco pude ir devolviendo cada moneda de cobre o plata.
De manera que al final pude caminar con la cabeza
bien alta y sentir que era un hombre honorable entre

(03:04:45):
los hombres. Dabasir se inquinó de nuevo sobre su comida.—¡ Eh, Causcor, caracol!—
gritó lo bastante fuerte para que le oyeran en la cocina—.
La comida está fría. Tráeme más carne recién asada. Dale
también un buen trozo a Tarkad, el hijo de mi
viejo amigo, que tiene hambre y que comerá conmigo. Así

(03:05:09):
se acabó la historia de Davasir, el tratante de camellos
de la antigua Babilonia. Encontró su camino cuando entendió una
gran verdad que ya habían descubierto y aplicado hombres sabios
desde mucho antes de esa época. Esta verdad había ayudado
a muchos hombres a superar las dificultades y a llegar
al éxito, y seguiría haciéndolo a todos los que comprendieran

(03:05:31):
su fuerza mágica. Cualquiera que lea estas líneas la poseerá.
Cuando se está determinado, se encuentran los medios. 9. Las
tablillas de barro de Babilonia. St.

Speaker 3 (03:05:43):
Swithin's College Nottingham University, Newark-on-Trent. Nottingham. 21 de octubre de 1934.
Señor profesor Franklin Caldwell Expedición Científica Británica Illa

Speaker 2 (03:05:49):
Mesopotamia. Querido profesor. Las cinco tablillas de barro que desenterró
durante sus recientes excavaciones en las ruinas de Babilonia han

(03:06:11):
llegado en el mismo barco que su carta. Me han
fascinado y he pasado numerosas y agradables horas traduciendo sus inscripciones.
Tendría que haber contestado su carta con más celeridad pero
he esperado hasta haber completado las transcripciones adjuntas. Las tablillas
han llegado a su destino sin daño gracias al excelente

(03:06:31):
embalaje y al uso juicioso de sistemas de conservación. quedará
tan asombrado de la historia que relatan como nosotros, los
del laboratorio. Uno espera que un pasado tan lejano y
oscuro esté lleno de romance y aventura, ya sabe, algo
así como las mil y una noches. Y luego se
da cuenta de que los problemas del mundo antiguo, de

(03:06:52):
hace cinco mil años, no son tan diferentes de los
de ahora, como se puede constatar con la lectura de
estos textos que cuentan las dificultades que encontró para pagar
sus deudas un personaje llamado Dabasir. ¿Sabe? Es curioso, pero,
como dicen mis estudiantes, estas viejas inscripciones me cogen en
fuera de juego. Como profesor de universidad, se supone que

(03:07:16):
soy una persona que piensa y que tiene conocimiento sobre
la mayoría de los temas. Y ahora llega un individuo
salido de las polvorientas ruinas de Babilonia que nos da
un método del que nunca había oído hablar para pagar
las deudas al tiempo que consigues más dinero para tu cartera.
Debo decir que esta es una idea que me gusta,
y sería interesante probar si funciona igual de bien en

(03:07:38):
nuestros días que en la antigua Babilonia. Mi mujer y
yo proyectamos aplicarla a las cuestiones económicas que, en nuestro caso,
necesitan evidentes mejoras. Le deseo la mejor de las suertes
en su valerosa empresa y espero con impaciencia una nueva
ocasión de ayudarlo. Suyo afectísimo Alfred H. Sebsbury Departamento de

(03:08:01):
Arqueología Tablilla número 1 Esta noche de luna llena, yo, Dabasir,
que acabo de salir de la esclavitud en Siria, decidido
a pagar todas mis deudas y convertirme en un hombre
rico y digno del respeto en mi ciudad natal de Babilonia,
grabo en barro este informe permanente de mis negocios para
que me guíe y me ayude a cumplir mis mayores deseos.

(03:08:25):
Siguiendo el consejo de mi sabio amigo Matón, el prestamista
de oro, me he decidido a seguir el plan preciso que,
por lo visto, permite a los hombres honorables liberarse de
sus deudas y vivir en la riqueza y en el
respeto a sí mismos. Este plan incluye tres objetivos que
son mi esperanza y mi deseo. Primero, el plan me

(03:08:46):
permitirá gozar de una cierta prosperidad. Así, apartaré la décima
parte de lo que gane y será un bien que conservaré.
Matón habla sabiamente cuando dice, el hombre que guarda en
su bolsa el oro que no necesita gastar es bueno
para con su familia y leal a su rey. El
hombre que sólo tiene unas cuantas monedas de cobre en

(03:09:07):
su bolsa es insensible respecto a su familia y a
su rey. Pero el hombre que no tiene nada en
sus bolsas es cruel con su familia y desleal a
su rey, pues su corazón es amargo. El hombre que
desea triunfar debe tener en su bolsa dinero para poderlo
hacer tintinear, y en su corazón amor para su familia
y lealtad para con su rey. En segundo lugar el

(03:09:29):
plan prevé que cubra mis necesidades y las de mí. Mujer,
que ha vuelto lealmente conmigo de casa de su padre.
Ya que Matón dice que quien cuida de fiel esposa
tiene el corazón lleno de respeto a sí mismo y
gana fuerza y determinación para sus proyectos. De manera que
usaré siete décimos de lo que gane en comprar un casa, ropas, comida,

(03:09:51):
y una suma que dedicaremos a otros gastos para que
nuestras vidas no estén exentas de placeres y satisfacciones. Farrowman
me ha recomendado que cuide de no gastar en estos
honorables conceptos más que los siete décimos de lo que gano.
El éxito del plan reposa en esta recomendación, hemos de
vivir con esa porción y nunca tomar o comprar más

(03:10:11):
de lo que podamos pagar con ella. Tablilla número 2 En
tercer lugar el plan prevé que pague mis deudas con
lo que gane. Cada luna, las dos décimas partes de
mis ganancias serán divididas justa y honorablemente entre todos los que,
habiendo confiado en mí, me han dejado dinero y llegará
el momento en que todas mis deudas serán liquidadas. Para

(03:10:35):
dar fe de ello, grabo aquí el nombre de todos
los hombres con los que estoy en deuda y la
cantidad justa de lo que les debo. Farra el tejedor,
dos monedas de plata, seis de cobre. Sinjar el fabricante
de colchones, una moneda de plata. Amar, mi amigo, cuatro
monedas de plata, siete de cobre. Acamir, mi amigo, una

(03:10:59):
moneda de plata, tres de cobre. Diebequer, amigo de mi padre,
cuatro monedas de plata, uno de cobre. Alcaad, el dueño
de la casa, catorce monedas de plata. Matón el prestamista
de oro, nueve monedas de plata. Videjique el agricultor, una
moneda de plata, siete de cobre. A partir de aquí

(03:11:22):
la placa está gastada, el texto es indescifrable. Tablilla número 3
Debo a todos estos acreedores la suma de 19 monedas de
plata y 141 de cobre. Como debía estas sumas y no
veía manera alguna de pagarlas, en mi locura, permití que
mi mujer volviera a la casa de su padre y

(03:11:43):
abandoné mi ciudad natal buscando en otro lugar un bienestar fácil,
para sólo encontrar el desastre y ser vendido vergonzosamente como esclavo.
Ahora que Matón me ha enseñado cómo puedo ir devolviendo
mis deudas en pequeñas cantidades que tomaré de lo que gane,
comprendo hasta qué punto estaba loco cuando escapé de las
consecuencias de mi extravagancia. He visitado a mis acreedores y

(03:12:06):
les he explicado que no tenía recursos para pagarles salvo
mi capacidad de trabajar, y que tenía la intención de
dedicar dos décimas partes de lo que ganara para liquidar
mis deudas de modo justo y honorable. Que no podía
pagar más que eso y que si eran pacientes, llegaría
un día en que habría cumplido enteramente las obligaciones contraídas. Amar,

(03:12:27):
a quien creía mi mejor amigo, me insultó duramente y
me fui de su casa humillado, virejí que el agricultor
pidió ser el primero en cobrar, pues tenía gran necesidad
de ayuda. Alcaad, el propietario de la casa, me advirtió
de que si no arreglaba mi cuenta bien pronto, me
causaría problemas. Todos los demás aceptaron gustosos mi proposición y

(03:12:49):
ahora estoy más decidido que nunca a pagar mis justas deudas,
pues me he convencido de que es más fácil pagarlas
que evitarlas. Trataré con imparcialidad a todos mis acreedores aunque
no pueda satisfacer las necesidades y demandas de algunos de ellos.
Tablilla número 4 Vuelve a ser luna llena. He trabajado duro

(03:13:11):
y con la mente liberada. Mi buena esposa me ha
apoyado en el proyecto de pagar a mis acreedores. Gracias
a nuestra sabia determinación, durante la pasada luna he ganado
la suma de 19 monedas de plata comprando unos robustos camellos
para Nevatur. Las he repartido según el plan, he guardado
una décima parte para ahorrarla, he compartido siete décimos con

(03:13:34):
mi buena esposa para nuestras necesidades y las dos décimas
partes restantes las he dividido entre mis acreedores de manera
tan ecuánime como he podido en monedas de cobre. No
he visto a Amar, pero he dado las monedas de
cobre a su mujer. Virejica ha estado tan contento que
me habría besado la mano. Tan solo el viejo alcaada
gruñido y me ha dicho que le debía pagar más rápido,

(03:13:57):
a lo que he replicado que sólo podría pagarle si
estaba bien alimentado y tranquilo. Todos los demás me han
dado las gracias y han alabado mis esfuerzos. De este modo,
mi deuda se ha reducido en cuatro monedas de plata
en una luna, y ahora poseo casi dos monedas más,
que nadie puede reclamarme. Me siento más ligero de lo

(03:14:18):
que lo había estado en mucho tiempo. La luna llena
brilla una vez más, he trabajado duro pero con escasos resultados.
Solo he podido comprar unos pocos camellos y he ganado
once monedas de plata. Sin embargo, mi mujer y yo
nos hemos atenido al plan, aunque no nos hayamos comprado
nuevos vestidos y solo hayamos comido un poco de sémola.

(03:14:41):
He vuelto a guardar la décima parte y hemos vivido
con las siete décimas. Me he sorprendido cuando Amara ha
lavado mi pago aunque era pequeño, lo mismo que Videjik.
Alkaat se ha enfadado, pero cuando le he dicho que
me devolviera su parte si no la quería, la ha aceptado.
Los otros han estado contentos, como anteriormente. Vuelve a brillar

(03:15:03):
la luna llena y mi alegría es grande. Descubrí una
buena manada de camellos y compré algunos robustos, mis ganancias
han sido de 42 monedas de plata. Esta luna, mi mujer
y yo nos hemos comprado sandalias y ropas que necesitábamos
ya hace tiempo. También hemos comido carne y aves. Hemos

(03:15:24):
pagado más de ocho monedas de plata a nuestros acreedores,
ni al caada protestado. El plan es formidable, nos libera
de las deudas y nos permite crear un tesoro que
es sólo nuestro. Ya hace tres lunas que empecé a
grabar esta tablilla. Cada una de ellas me he quedado
con una décima parte de lo que había ganado. Cada una,

(03:15:45):
mi buena esposa y yo hemos vivido con las siete
décimas partes. Incluso cuando resultaba difícil, cada una, he pagado
a mis acreedores las dos décimas partes. Ahora guardo en
mi bolsa veintiuna moneda de plata que son mías. Eso
me permite andar con la cabeza alta y caminar con
orgullo junto a mis amigos. Mi mujer puede cuidar bien

(03:16:07):
de la casa y va bien vestida. Somos felices de
vivir juntos. Este plan tiene un inmenso valor.¿ No ha
hecho de un antiguo esclavo un hombre honorable? Tablilla número 5
Brilla de nuevo la luna llena y recuerdo que ya
hace mucho tiempo que grabé mi primera tablilla. Ya hace

(03:16:29):
doce lunas. Pero no por eso desatenderé el informe, ya
que hoy mismo he pagado mi última deuda. Hoy es
el día que mi buena esposa y yo festejamos el
triunfo que nos ha proporcionado nuestra determinación. Durante mi última
visita a mis acreedores ocurrieron algunas cosas de las que
me acordaré durante mucho tiempo. Amar me suplicó que perdonara

(03:16:51):
sus feas palabras y me dijo que, entre todas, deseaba
especialmente mi amistad. Al final el viejo Alkaat no es
tan malo pues me dijo, antes eras como un trozo
de barro blando que podía ser apretado y moldeado por
cualquier mano, pero ahora eres como una moneda de cobre
que se puede sostener sobre su canto. Si necesitas plata

(03:17:11):
u oro, ven a verme en cualquier momento. No es
el único que me respeta, muchos otros me hablan con deferencia.
Mi buena mujer me mira con aquel brillo en los
ojos que hace que un hombre se sienta confiado. Pero
ha sido el plan el que me ha dado el éxito,
me ha hecho capaz de devolver el dinero de mis
deudas y ha hecho tintinear el oro y la plata

(03:17:33):
en mi bolsa. Lo recomiendo a los que quieran prosperar. Pues,
si ha conseguido que un esclavo pagara sus deudas,¿ no
ayudará a un hombre a encontrar su libertad? Y yo
no lo he abandonado pues estoy convencido de que, si
lo sigo, me hará un hombre rico entre los hombres. Nottingham.
7 de noviembre de 1936. Señor Profesor Franklin Caldwell Expedición Científica

(03:18:06):
Británica Illa, Mesopotamia. Querido profesor, si en el transcurso de
sus próximas excavaciones en las ruinas de Babilonia encuentra el
fantasma de un viejo ciudadano, un tratante de camellos llamado Dabasir,
hágame un favor, dígale que aquellos galimatías que escribió en
unas tablillas de barro hace ya mucho tiempo le han
valido la gratitud eterna de ciertas personas de una facultad

(03:18:28):
de Inglaterra. Seguramente se acordará Ude de mi carta de
hace un año en la que le decía que mi
mujer y yo teníamos la intención de seguir su plan
para liberarnos de nuestras deudas y, al mismo tiempo, tener
algo de dinero en nuestros bolsillos. Habrá adivinado que estas
deudas nos avergonzaban desesperadamente por mucho que las intentáramos esconder

(03:18:49):
a nuestros amigos. Desde hacía años estábamos terriblemente humillados por
ciertas deudas e intranquilos hasta la enfermedad por miedo de
que algún comerciante desatara un escándalo que nos habría obligado
a dejar la facultad con toda seguridad. Gastábamos cada chelín
de nuestros ingresos, que era apenas suficiente para mantenernos a flote.

(03:19:11):
Nos veíamos obligados a ir a comprar allí donde nos
dieran crédito, sin importarnos si los precios eran más elevados.
La situación fue empeorando en un círculo vicioso que se
agravó en vez de mejorar. Nuestros esfuerzos se hicieron desesperados,
no podíamos mudarnos a un sitio más barato porque aún
debíamos alquileres al propietario. Parecía que no podríamos hacer nada

(03:19:34):
para mejorar nuestra situación. Entonces apareció su nuevo amigo, el
viejo tratante de camellos de Babilonia, con un plan capaz
de realizar justo lo que nosotros deseábamos cumplir. nos animó
amablemente a seguir su sistema. Hicimos una lista de todas
las deudas que teníamos, y yo se la mostré a
todos nuestros acreedores. Les expliqué que, tal como iban las cosas,

(03:19:59):
era imposible que les pagara. Ellos mismos podían constatarlo mirando
los números. Entonces les dije que la única manera que
yo veía de poderles pagar todo era apartando el 20%
de mis ingresos mensuales, dividiéndolo equitativamente entre ellos y de
este modo devolverles lo que les debía en algo más
de dos años. Durante este intervalo haríamos todas nuestras compras

(03:20:22):
al contado. Todos fueron verdaderamente correctos. Nuestro tendero, un viejo razonable,
aceptó esta manera de que le paguemos la deuda. Si
pagan al contado todo lo que compran y van pagando
lo que deben poco a poco, es mejor que si
no me pagan nada. Pues no le habíamos pagado desde
hacía tres años. Finalmente guardé en lugar seguro una lista

(03:20:46):
con sus nombres y una carta en la que, de
mutuo acuerdo, les pedía que no nos importunaran mientras fuéramos
desembolsando el 20% de nuestros ingresos. Comenzamos a trazar planes
para idear cómo vivir con el 70% de lo que ganábamos.
Y estábamos decididos a ahorrar el 10% restante para hacerlo
tintinear en nuestras bolsas, la idea de la plata, y

(03:21:08):
posiblemente la del oro, eran de las más seductoras. Este
cambio en nuestra vida fue toda una aventura, aprendimos a
disfrutar calculando y evaluando cómo vivir cómodamente con el 70%
que nos quedaba. Empezamos por el alquiler y nos arreglamos
para obtener una buena reducción. Después examinamos nuestras marcas favoritas

(03:21:30):
de té y otros productos y quedamos agradablemente sorprendidos al
ver que podíamos encontrar mejor calidad a más bajo precio.
Es demasiado largo para contarlo por carta pero, de todos modos,
no ha resultado ser tan difícil. Nos acomodamos a esta
nueva situación con el mejor de los humores. Qué alivio
fue comprobar que nuestros asuntos económicos ya no se encontraban

(03:21:53):
en un estado que nos hiciera sufrir por las viejas
cuentas impagadas. No obstante, no olvidaré hablarle del 10% que
estábamos obligados a hacer sonar en nuestras bolsas. Pues bien,
solo lo hicimos sonar durante un cierto tiempo, no demasiado. ¿Sabe?
Esa es la parte divertida, es fantástico comenzar a acumular

(03:22:16):
dinero que uno no quiere gastar, se siente más placer
gestionando una cantidad así que gastándola. Después de haberla hecho
sonar para nuestro solaz le encontramos una utilidad más provechosa,
elegimos un plan de inversiones que podíamos pagar con este
10% todos los meses. Esta decisión se ha manifestado como
la más satisfactoria de nuestra regeneración y es la primera

(03:22:39):
cosa que pagamos con mi nómina. Saber que nuestros ahorros
crecen sin cesar es un sentimiento de lo más satisfactorio.
De aquí hasta que se acabe mi carrera académica, estos
ahorros deberán constituir una suma suficiente para que sus rentas
nos basten a partir de ese momento. Y todo con
el mismo salario, difícil de creer pero cierto, pagamos nuestras

(03:23:02):
deudas gradualmente al mismo tiempo que nuestros ahorros aumentan. Además,
ahora nos arreglamos mejor que antes en el campo económico.¿
Quién habría dicho que había tanta diferencia entre seguir un
plan y dejarse llevar? A finales del año que viene,
cuando hayamos pagado todas nuestras facturas, podremos invertir más y

(03:23:23):
ahorrar para poder viajar. Estamos decididos a que nuestros gastos
corrientes no superen el 70% de nuestros ingresos. Ahora puede
UD entender por qué nos gustaría expresar nuestro agradecimiento personal
a ese individuo cuyo plan nos ha salvado de ese
infierno en la Tierra. Él lo conocía, había pasado por

(03:23:43):
todo eso, quería que otros sacaran provecho de sus amargas experiencias.
Por ello pasó fastidiosas horas grabando su mensaje en la arcilla.
Tenía un mensaje auténtico para dar a sus compañeros de sufrimientos,
un mensaje tan importante que, al cabo de cinco mil años,
ha salido de las ruinas de Babilonia tan vivo y

(03:24:03):
verdadero como el día en que fue enterrado. Suyo afectísimo
Alfred H. Sebsbury Departamento de Arqueología 10. EL BABILONIO MÁS
FAVORECIDO POR LA SUERTE. Zarrunada, el príncipe mercader de Babilonia,
avanzaba orgulloso a la cabeza de su caravana. Le gustaban

(03:24:23):
los tejidos finos y llevaba ropas caras y favorecedoras. Le
gustaban los animales de raza y montaba con agilidad en
su semental árabe. Era difícil adivinar su avanzada edad al mirarlo.
Ciertamente nadie habría podido sospechar que estaba atormentado interiormente. El
viaje a Damasco había sido largo y las dificultades numerosas.

(03:24:47):
No le preocupaba, las tribus árabes eran feroces y estaban
ávidas de saquear sus ricas caravanas, pero no tenía miedo
porque sus numerosas tropas de guardia le aseguraban una buena protección.
Estaba trastornado por la presencia de aquel joven a su
lado que traía de Damasco. Era Adangala, el nieto de
su socio de hacía años, Arad Gula, a quien debía

(03:25:09):
una eterna gratitud. Quería hacer alguna cosa por su nieto
pero cuanto más pensaba en ello, más difícil le parecía,
justamente a causa del joven. Cree que las joyas son
adecuadas para los hombres, pensó mirando los anillos y pendientes
del joven, y sin embargo tiene el rostro enérgico de
su abuelo. Pero él no llevaba ropas de colores tan llamativos.

(03:25:32):
Lo he invitado a venir conmigo esperando poderle ayudar a
hacerse una fortuna y a huir del derroche con que
su padre ha gastado su herencia. Adán Gula puso fin
a sus reflexiones.—¿ Para qué trabajáis tan duramente, siempre de
un lado a otro con vuestra caravana haciendo largos viajes?¿
Nunca os tomáis un tiempo para gozar de la vida?—¿

(03:25:55):
Gozar de la vida?— repitió sonriendo Zarrunada.—¿ Qué harías tú
para gozar de la vida si fueras Zarrunada?— Si tuviera
una fortuna como la vuestra viviría como un príncipe. Nunca
atravesaría el desierto, gastaría los séqueles tan rápido como cayeran
a mi bolsa, llevaría las ropas más caras y las

(03:26:15):
joyas más raras. Esa sería una vida de mi agrado,
una vida que merecería la pena de ser vivida, los
dos hombres rieron. Tu abuelo no llevaba joyas, Sarro nada
había hablado sin pensar, luego continuó en tono de broma.¿
Y no dejarías un tiempo para trabajar?« El trabajo está

(03:26:35):
hecho para los esclavos», respondió Adangula. Zarrunada se mordió los
labios pero no respondió, condujo en silencio hasta que el
camino los llevó hasta una cuesta. Allí frenó su montura
y señaló hacia el lejano valle verde.« Mira el valle,
mira más lejos y podrás ver las murallas de Babilonia.

(03:26:55):
La torre es el templo de Bel. Si tu vista
es aguda, podrás incluso ver el humo del fuego eterno
en lo más alto». ¿Así, aquello es Babilonia? Siempre he
deseado ardientemente ver la ciudad más rica del mundo, comentó Adangula.
Allí donde mi abuelo empezó a levantar su fortuna. Si

(03:27:16):
todavía estuviera vivo, no estaríamos ahora dolorosamente oprimidos.¿ Por qué
deseas que su espíritu permanezca en la tierra más allá
del tiempo que le correspondía? Tú y tu padre podéis
culminar su trabajo. Desgraciadamente ninguno de los dos tenemos sus dones.
Mi padre y yo no conocemos el secreto para atraer

(03:27:37):
los séqueles de oro. Sarru nada no respondió pero aflojó
las bridas de su montura y bajó, pensativo, por el
sendero que llevaba al valle. La caravana lo seguía envuelta
en una nube roja de polvo. Más tarde llegaron al
camino real y tomando rumbo hacia el sur, atravesaron tierras irrigadas.

(03:27:58):
Tres viejos que trabajaban en un campo llamaron la atención
de Sarru nada. Le parecían extrañamente familiares,¡ qué ridículo! No
se pasa cuarenta años más tarde por un campo y
se encuentran los mismos labradores. Sin embargo, algo le decía
que eran los mismos. Uno de ellos sostenía débilmente el arado,

(03:28:19):
los otros dos, al lado de los bueyes se esforzaban,
pegándoles en vano para que continuaran avanzando. Cuarenta años antes
él había envidiado a esos hombres,¡ qué gustoso habría cambiado
con ellos de lugar! Pero qué diferencia, ahora. Se volvió
para mirar su caravana con orgullo, sus camellos y asnos
bien elegidos y pesadamente cargados de mercancías valiosas provenientes de Damasco,

(03:28:43):
todos aquellos bienes menos uno le pertenecían. Señaló a los
labradores diciendo. Harán el mismo campo desde hace cuarenta años.
Se deben parecer.¿ Qué os hace pensar que son los mismos?«
Ya los había visto aquí», respondió Sarru nada. Los recuerdos

(03:29:05):
recorrieron rápidamente su pensamiento.¿ Por qué no podía vivir en
el presente y enterrar el pasado? Vio entonces, como en
una imagen, la cara sonriente de Arad Gula. La barrera
entre él y aquel joven cínico que estaba a su
lado cayó. Pero,¿ cómo podía ayudar a un joven soberbio
con ideas de lujo y las manos cubiertas de joyas?

(03:29:28):
Podía ofrecer trabajo en abundancia a hombres dispuestos a trabajar
pero nada a los que consideraban que el trabajo era
indigno de ellos. Pero debía a Arad Gula algo más
concreto que una tentativa a medias. Arad Gula y él
nunca habían hecho las cosas de esta manera, estaban hechos
de otra madera. Se le ocurrió un plan de manera repentina.

(03:29:50):
No sería fácil. Debía considerar a su familia y su
propio estatus. Sería cruel, haría daño. Pero como era un
hombre de decisiones rápidas, abandonó sus objeciones y se determinó
a actuar.—¿ Te gustaría saber cómo tu abuelo y yo
formamos una sociedad que se revelaría tan ventajosa?—¿ Por qué

(03:30:12):
no me cuentas sólo cómo conseguiste los équeles de oro?—
Eso es lo único que necesito saber— replicó el joven.
Comencemos por los hombres que están arando, continuó Sarro nada
ignorando su respuesta. Yo no era más viejo que tú.
Cuando la columna de hombres de la que yo formaba
parte se acercaba a ellos, Mejido el agricultor se burló

(03:30:35):
de la manera en que labraban. Mejido estaba encadenado a
mi lado. Mira a esos tipos perezosos, protestó. El que
aguanta el arado no hace fuerza para labrar profundamente, los
otros no vigilan que los bueyes no salgan del surco,¿
cómo pueden esperar tener una buena cosecha si trabajan tan mal?—¿

(03:30:55):
Habéis dicho que Mejido estaba encadenado a vuestro lado?— preguntó
Eddingulo sorprendido.— Sí, llevábamos un collar de bronce alrededor del cuello,
una pesada cadena nos unía los unos a los otros.
Cerca de él estaba Zabado, el ladrón de corderos que
conocí en Arrun. En la punta, un hombre al que

(03:31:16):
llamábamos pirata, porque no quería decir su nombre. Habíamos pensado
que era marinero porque tenía tatuadas en el pecho unas
serpientes enroscadas, a la manera de los hombres de mar.
La columna estaba organizada de manera que los hombres pudieran
avanzar de cuatro en cuatro.—¿ Ibais encadenado como un esclavo?—

(03:31:36):
preguntó Adangula incrédulo.¿ Tu abuelo no te dijo que yo
fui esclavo en un tiempo? Hablaba a menudo de vos
pero nunca hizo alusión a eso. Era un hombre en
el que podías confiar los más íntimos secretos. Tú también
eres un hombre en el que se puede confiar, ¿verdad?
Saru nada le miró fijamente a los ojos. Podéis contar

(03:32:01):
con mi silencio, pero estoy muy sorprendido. Contadme cómo llegasteis
a ser esclavo. Cualquiera puede encontrarse en esa situación, Sarru
nada se encogió de hombros. Una casa de juego y
la cerveza de cebada me llevaron a la ruina. Pagué
los delitos de mi hermano. Durante una pelea mató a

(03:32:22):
su amigo, yo fui entregado a la viuda por mi
desesperado padre para que mi hermano no fuera perseguido por
la ley. Cuando mi padre no pudo conseguir dinero suficiente
para liberarme, ella se enfadó y me vendió en el
mercado de esclavos.¡ Qué vergüenza y qué injusticia!— protestó Hayden Gula.—
Pero decime,¿ cómo recuperasteis vuestra libertad?— Ya llegaremos a eso,

(03:32:47):
pero todavía no. Continuemos la historia. Cuando pasamos ante ellos,
los labradores se mofaron de nosotros. Uno de ellos se
quitó el sombrero y nos saludó inclinándose.—¡ Bienvenidos a Babilonia!— gritó,
invitados del rey. Os espera en las murallas de la ciudad,
donde el banquete ya está servido, ladrillos de barro y

(03:33:09):
sopa de cebollas, y rieron a mandíbula batiente. Pirata se
enfureció y les maldijo.¿ Qué quiere decir eso de que
el rey nos espera en las murallas? Pregunté. En las
murallas de la ciudad tendremos que llevar ladrillos hasta que
se nos quiebre el espinazo, o tal vez nos peguen
hasta la muerte antes de eso.¿ Quién quiere trabajar duramente?

(03:33:35):
comentó Zabado.« Esos labradores son listos y no se rompen
la espalda, solo lo hacen ver».« No se puede prosperar
siendo un gandul», protestó Mejido.« Si labras una hectárea, habrás
hecho una buena jornada de trabajo y da lo mismo
si tu amo lo sabe o no. Pero si solo
haces la mitad, eres un gandul».« Yo no lo soy,

(03:33:57):
me gusta trabajar y hacerlo bien pues el trabajo es
el mejor amigo que he conocido». Me ha dado todas
las cosas buenas que tengo, mi granja y mis vacas,
mis cosechas, todo.¿ Y dónde están todas estas cosas ahora?
Se burló Zavado. Creo que es más provechoso ser inteligente
y pasar desapercibido sin trabajar. Mírame a mí, cuando nos vendan,

(03:34:21):
yo transportaré agua o haré alguna otra tarea fácil, mientras tú,
que te gusta trabajar, te partirás el espinazo transportando ladrillos,
y río estúpidamente. Esa noche me invadió el terror, no
podía dormir. Me acerqué a la línea de guardia y
cuando los otros se habían dormido, llamé la atención de Godoso,
que hacía el primer turno. Era uno de esos tunantes árabes,

(03:34:46):
una especie de canalla que creía que si te robaba,
además te tenía que cortar el cuello.— Dime, Godoso, le susurré,¿
nos venderán cuando lleguemos a las murallas de Babilonia?—¿ Para
qué lo quieres saber? Preguntó prudentemente.¿ No lo entiendes? Le supliqué.

(03:35:08):
Soy joven y quiero vivir. No quiero ser hostigado o
azotado hasta la muerte.¿ Tengo posibilidades de tener un buen amo?
Voy a decirte algo, me susurró en respuesta. Tú eres
un buen tipo, no me das problemas. La mayoría de
las veces somos los primeros en ir al mercado de esclavos.

(03:35:29):
Escucha ahora, cuando vengan los compradores, diles que eres un
buen trabajador, que te gusta trabajar duro y para un
buen amo. Si no nos animas a comprarte, el día
siguiente te encontrarás llevando ladrillos, un trabajo agotador. Después se alejó.
Me tumbé en la arena caliente mirando las estrellas y

(03:35:49):
pensando en el trabajo. Aquello que había dicho Mejido de
que el trabajo era su mejor amigo me hizo preguntarme
si también sería el mío. Verdaderamente lo serías y me
ayudaba a liberarme. Cuando Mejido se despertó, le susurré la
buena noticia. Un brillo de esperanza nos acompañó de camino
a Babilonia. A media tarde nos íbamos acercando a las

(03:36:12):
murallas y podíamos ver las filas de hombres parecidos a
hormigas negras que escalaban por los escarpados senderos. Al aproximarnos,
quedamos sorprendidos de ver a miles de hombres que trabajaban,
algunos cavaban los fosos, otros transformaban la tierra en ladrillos
de barro. La mayoría carreteaba ladrillos en grandes cestas por
los empinados caminos hasta donde se encontraban los albañiles. Los

(03:36:36):
vigilantes insultaban a los rezagados y hacían chasquear los látigos
en la espalda de los que se salían de la fila.
Algunos pobres hombres agotados se tambaleaban y caían bajo las
pesadas cestas, incapaces de levantarse. Si los latigazos no podían
ponerlos de pie, los apartaban de las filas y los
dejaban de lado. Pronto caerían cuesta abajo, con los demás

(03:36:59):
cuerpos de esclavos que esperaban junto al camino una sepultura
sin bendecir. Me estremecí mirando esta escena, aquello es lo
que esperaba al hijo de mi padre si no tenía
éxito en el mercado de esclavos. Bodoso tenía razón. Atravesamos
las puertas de la ciudad y nos dirigimos hacia la
prisión de esclavos, a la mañana siguiente nos condujeron al

(03:37:21):
recinto del mercado. Allí, los demás esclavos se apretaban asustados
los unos contra los otros y sólo los látigos conseguían
que se movieran para que los vieran los compradores. Mejido
y yo hablábamos animadamente con todos los hombres que nos
lo permitían. Asterisco las famosas construcciones de la antigua Babilonia,

(03:37:41):
las murallas, los templos, los jardines colgantes y los grandes
canales fueron posibles gracias al trabajo de esclavos, principalmente prisioneros
de guerra, lo que explica el trato inhumano que recibían.
Algunos también eran ciudadanos de Babilonia y sus provincias, vendidos
como esclavos a causa de delitos que hubieran cometido o
de problemas financieros. Era costumbre que los hombres se ofrecieran

(03:38:05):
a sí mismos o a sus familias para garantizar el
pago de préstamos, juicios legales y otras obligaciones. Por lo
que en caso de impago, las personas afectadas podrán ser
vendidas como esclavos. El vendedor de esclavos llamó a los
soldados de la Guardia Real, que encadenaron a Pirata y
le pegaron brutalmente en cuanto protestó. Cuando se lo llevaron

(03:38:27):
sentí pena por él. Mejido presintió que pronto nos separaríamos
y cuando no teníamos compradores cerca me hablaba seriamente para
hacerme comprender hasta qué punto sería importante el trabajo en
mi futuro. Algunos hombres lo detestan. Lo hacen su enemigo.
Es mejor que lo trates como a un amigo, hacer
que te quiera. No te preocupes si es duro. Cuando

(03:38:51):
quieres construir una buena casa, no te importa si las
vigas son pesadas o si el pozo del que sacas
el agua para el yeso está lejos.— Prométeme, muchacho, que,
si tienes un amo, trabajarás para él tanto como puedas.
No te inquietes si él no aprecia tu trabajo. Recuerda
que el trabajo bien hecho hace bien al que lo realiza,

(03:39:12):
lo convierte en un hombre mejor. Aquí se paró porque
un corpulento agricultor venía hacia la valla para mirarnos con interés.
Mejido le preguntó sobre su granja y sus cultivos, convenciéndolo
de que le sería de gran utilidad. Tras un violento
regateo con el vendedor de esclavos, el granjero sacó una
gran bolsa de oro de entre sus ropas y poco

(03:39:34):
después Mejido seguía a su nuevo amo y desaparecía. Otros
hombres fueron vendidos durante la mañana. A mediodía Godoso me
confió que el vendedor estaba ya harto y que no
pasaría una noche más allí sino que al atardecer llevaría
el resto de esclavos al comprador del rey. Yo ya
estaba desesperando de mi suerte cuando un hombre gordo y

(03:39:55):
de aspecto amable se acercó al muro y preguntó si
entre nosotros había algún pastelero.¿ Para qué un buen pastelero
como vos necesita un pastelero de calidad inferior? Le dije acercándome.¿
No sería más fácil enseñar a un hombre de buena
voluntad como yo los secretos de vuestro oficio? Miradme, soy joven,

(03:40:15):
fuerte y me gusta trabajar. Dadme una oportunidad y haré
todo lo que pueda para llenar de oro vuestra bolsa.
Quedó impresionado por mi buena voluntad y comenzó a regatear
con el vendedor. Este nunca se había fijado en mí
desde que me compró, pero ahora alababa con gran elocuencia
mis virtudes, mi buena salud y mi buen carácter. Me

(03:40:37):
sentí como un buey cebado que vendieran a un carnicero.
Para mi gran alegría, al final se cerró el trato
y me fui con mi nuevo amo pensando que era
el hombre más afortunado de Babilonia. Mi nueva casa era
de mi agrado. Nana Knight, mi amo, me enseñó a
moler la cebada en un cuenco de piedra del pato,
a hacer un fuego en el horno y finalmente a

(03:40:59):
moler muy fina la harina de sésamo para hacer los
pasteles de miel. Yo dormía en el granero en que
guardaba el cereal. La vieja esclava, la criada Svasti, me
alimentaba bien y estaba contenta de que le ayudara a
hacer las tareas más difíciles. Esa era la oportunidad de
ser útil a mi amo que había deseado ardientemente y

(03:41:19):
en ella esperaba encontrar una vía para ganar mi libertad.
Pedí a Nana Knight que me enseñara a amasar y
cocer el pan, y lo hizo, contento por mi buena voluntad.
Más tarde, cuando ya dominaba estas técnicas le pedí que
me mostrara cómo hacer los pasteles de miel y pronto
hice toda la pastelería. Mi amo estaba contento de poder

(03:41:41):
no hacer nada pero Svasti sacudía la cabeza en signo
de desaprobación.« No es bueno para ningún hombre estar sin trabajar», declaraba.
Pensé que era el momento de empezar a pensar en
una manera de ganar las monedas para comprar mi libertad.
Como acababa mi trabajo a mediodía, pensé que Nananaid estaría
de acuerdo en que buscara un empleo provechoso para las tardes,

(03:42:04):
trabajo del que podríamos compartir los beneficios. Después tuve una idea,¿
por qué no hacer más pasteles de miel y venderlos
a los hombres hambrientos en las calles de la ciudad?
Presenté mi plan a Nana Knight de la siguiente manera.
Si una vez haya terminado la pastelería, puedo disponer de
mis tardes para haceros ganar más dinero a vos,¿ no

(03:42:26):
sería justo que compartierais parte de las ganancias conmigo? Así
tendré un dinero propio para poder comprar las cosas que
todo hombre desea y necesita. Es bastante justo, admitió. Cuando
le presenté mi plan para vender pasteles de miel, estuvo
muy contento.« Mira qué haremos», sugirió.« Los venderás a un

(03:42:49):
céntimo el par, me devolverás la mitad de lo que
ganes para pagar la harina, la miel y la leña
necesaria para cocerlos. Yo me quedaré con la mitad del
resto y la otra mitad será para ti». Estaba bien
contento de aquella generosa oferta que consistía en darme la
cuarta parte de mis ventas. Aquella noche trabajé hasta tarde

(03:43:09):
para fabricar una bandeja sobre la que colocar los pasteles.
Nana Knight me dio uno de sus vestidos usados para
que tuviera un aspecto decente y Svasti me ayudó a
arreglarlo y lavarlo. El día siguiente hice una cantidad de
más de pasteles de miel. Comencé a anunciar mi mercancía
paseándome por la calle, los pasteles tenían aspecto de estar

(03:43:31):
bien cocidos y ser apetitosos. Al principio nadie parecía interesado
y me desanimé, pero continué y cuando más tarde los
hombres tuvieron hambre, empezaron a comprar y muy pronto la
bandeja estaba vacía. Nananar estaba muy contento de mi éxito
y me pagó mi parte gustoso. Yo estaba encantado de
tener algún dinero. Mejido tenía razón cuando decía que el

(03:43:55):
amo aprecia los trabajos de un buen esclavo. Aquella noche
estaba tan excitado por mi éxito que apenas pude dormir
e intenté calcular cuánto podía ganar en un año y
cuántos años necesitaría para comprar mi libertad. Pronto encontré clientes
regulares paseándome con la bandeja de pasteles. Uno de ellos
no era otro que tu abuelo, Arad Gula. Era vendedor

(03:44:19):
de alfombras y las vendía a las amas de casa.
Iba de un extremo a otro de la ciudad acompañado
de un burro cargado de alfombras y de un esclavo
negro que lo cuidaba. Compraba dos pasteles para él y
dos para su esclavo, siempre se entretenía a hablar conmigo
mientras los comían. Tu abuelo me dijo una cosa que
recordaré siempre, me gustan tus pasteles, muchacho, pero me gusta

(03:44:43):
aún más el ardor con que los vendes. Un espíritu
así te puede llevar muy lejos en el camino del éxito.
Puedes comprender, Adangula, lo que esas palabras de aliento significaron
para un joven esclavo, solo en una gran ciudad, que
luchaba contra sí mismo para encontrar una puerta de salida
a su humillación. A medida que los meses pasaban, iba

(03:45:05):
engrosando mi bolsa, que empezaba a tener un peso reconfortante
colgada de mi cinturón. El trabajo se había convertido en
mi mejor amigo, como había predicho Mejido. Yo estaba feliz
pero Esbasti se mostraba intranquila. Temo por tu amo, pasa
demasiado tiempo en las casas de juego, protestaba. Un día

(03:45:26):
me invadió la felicidad al encontrar a mi amigo Mejido
en la calle. Llevaba tres asnos cargados de verduras al mercado.
Estoy muy bien, dijo, mi amo aprecia mi trabajo y
ya soy capataz. Mira, me confía los productos que vende
en el mercado e incluso ha reclamado a mi familia.
El trabajo me ayuda a recuperarme de mi gran desgracia

(03:45:49):
y algún día me ayudará también a comprar mi libertad
y a volver a tener una granja. Pasó el tiempo
y cada día Nana Knight tenía más prisas por verme
llegar después de mi venta. Esperaba mi vuelta, contaba impaciente
el dinero y lo dividía. Me presionaba para que buscara
nuevos clientes y aumentara mis ventas. A menudo iba más

(03:46:11):
allá de las puertas de la ciudad para buscar a
los vigilantes de los esclavos que construían las murallas de
la ciudad. Detestaba ver aquellas escenas desagradables pero encontraba que
los vigilantes eran compradores generosos. Un día vi sorprendido a
Sabado que esperaba en fila para llenar de ladrillo su cesto.
Estaba flaco y encorvado y su espalda estaba llena de

(03:46:32):
cicatrices y llagas producidas por los látigos de los vigilantes.
Me dio pena y le di un pastel que aplastó
contra su boca como un animal famélico. Viendo el ansia
que se reflejaba en su mirada, corrí antes de que
pudiera atrapar mi bandeja.—¿ Por qué trabajas tan duramente?— me
preguntó un día Arad Gula, casi la misma pregunta que

(03:46:54):
tú me has hecho hoy,¿ te acuerdas? Le dije lo
que me había contado Mejido sobre el trabajo y cómo
había resultado ser mi mejor amigo. Le enseñé con orgullo
mi bolsa de monedas y le dije que ahorraba para
comprar mi libertad.¿ Qué harás cuando seas libre? Preguntó. Tengo

(03:47:14):
la intención de hacerme mercader, respondí. Entonces me confió algo
que nunca había sospechado. Tú no sabes que yo también
soy esclavo, soy socio de mi amo. Calla, ordenó Adangula,
no escucharé mentiras difamatorias sobre mi abuelo. No era ningún esclavo.

(03:47:35):
Sus ojos brillaban de cólera. Sarru nada permaneció en calma.
Lo honro por haberse elevado desde su desgracia y haberse
convertido en un gran ciudadano de Damasco.¿ Y tú, su nieto,
estás hecho de la misma madera?¿ Eres tan hombre como
para hacer frente a la realidad o prefieres vivir con
falsas ilusiones? Eben Gula se hirguió en la silla y

(03:47:59):
respondió con la voz ahogada por una profunda emoción. Todo
el mundo amaba a mi abuelo, sus buenas acciones fueron incontables.¿
No fue él quien, cuando llegó el hambre, compró grano
en Egipto y lo transportó en su caravana para distribuirlo
entre la gente y que así no murieran de hambre?¿
Por qué decís que no era más que un despreciable

(03:48:20):
esclavo de Babilonia? Si siempre hubiera sido un esclavo, tal
vez habría sido despreciable, pero cuando gracias a su esfuerzo
se convirtió en un gran hombre en Damasco, seguro que
los dioses le perdonaron sus desgracias y lo honraron con
su respeto, respondió Sarru nada. Tras decirme que era un
esclavo me dijo hasta qué punto ansiaba recobrar su libertad.

(03:48:43):
Ahora que poseía suficiente dinero para comprarla, estaba preocupado por
lo que haría en el futuro. Ya no hacía buenas
ventas como antes y temía el momento en que careciera
del apoyo de su amo. Me indigné por su indecisión.
No te ates más a tu amo. Encuentra de nuevo
la sensación de ser un hombre libre. Actúa como tal

(03:49:05):
y triunfa como tal. Decide qué es lo que quieres
conseguir y el trabajo te ayudará a conseguirlo. Continuó su
camino diciéndome que estaba contento de que lo hubiera hecho
avergonzarse por su cobardía. Un día fui fuera de las
murallas y me extrañó ver allí un gran gentío. Cuando
pregunté a un hombre que pasaba me respondió.—¿ No lo

(03:49:28):
has oído? Han llevado ante la justicia a un esclavo
fugitivo que había matado a un guardián y lo flagelarán
hasta la muerte. Incluso el rey en persona estará presente.
El gentío era tan numeroso cerca del poste de flagelación
que temía acercarme más por miedo a que volcaran mi
bandeja de pasteles de miel. Entonces subí a la muralla

(03:49:49):
inacabada para mirar por encima de las cabezas. Tuve la
suerte de ver a Nabucodonosor en persona que avanzaba en
su carro dorado. Jamás había visto una magnificencia tal, ropa semejantes,
paños de tejido dorado guarnecidos de terciopelo como aquellos. No
pude ver la flagelación, pero pude oír los gritos desgarradores

(03:50:10):
del pobre esclavo. Me pregunté cómo alguien tan noble como
nuestro noble rey podía aceptar ver un sufrimiento tal, pero
cuando vi que reía y bromeaba con sus nobles, supe
que era cruel y entendí por qué imponían a los
esclavos que construían las murallas aquellas inhumanas tareas. Una vez
muerto el esclavo, colgaron su cuerpo de una pierna en

(03:50:31):
el poste para que todo el mundo pudiera verlo. Cuando
la muchedumbre se comenzó a dispersar, me acerqué a él,
sobre su pecho reconocí el tatuaje de las dos serpientes abrazadas.
Era pirata. Asterisco las costumbres de los esclavos de la
antigua Babilonia, aunque nos parezcan contradictorias, estaban severamente por la ley.

(03:50:53):
Un esclavo, por ejemplo, podía poseer bienes de todo tipo,
incluso otros esclavos sobre los que su amo no tenía
ninguna potestad. Los esclavos se casaban libremente con no esclavos.
Los hijos de mujeres libres eran libres. La mayoría de
los comerciantes de la ciudad eran esclavos, muchos de estos
tenían negocios con sus amos y eran ricos. Cuando volví

(03:51:17):
a ver a Arad Gula, era ya otro hombre. Me
recibió lleno de entusiasmo.« Mira al esclavo libre. Tus palabras
fueron mágicas. Ya mis ventas y beneficios aumentan, mi mujer
está encantada». Ella era una mujer libre, la sobrina de
mi amo, y desea ardientemente que nos mudemos a un

(03:51:38):
pueblo donde nadie sepa que yo he sido esclavo. De
esta manera nuestros hijos estarán a salvo de todo reproche
sobre la desgracia de su padre. El trabajo ha sido
mi mejor ayuda, me ha hecho capaz de recuperar la
confianza y la habilidad para vender. Estaba encantado de haberlo
podido ayudar aunque sólo hubiera sido para devolverle los ánimos

(03:51:59):
que él me había dado. Una noche, Svasti vino a
verme angustiada. Tu amo está en problemas. Tengo miedo por él.
Hace unos meses perdió mucho dinero en el juego, ya
no paga al granjero la harina y la miel, ya
no paga al prestamista. Y ahora están enfadados y lo amenazan.¿

(03:52:21):
Por qué debemos preocuparnos por sus locuras? Dije sin pensar.
No somos sus guardianes. Loco, no comprendes nada. Ha dado
tu título al prestamista como aval. Según la ley, puede
reclamarte y venderte. No sé qué hacer, es un buen amo.¿

(03:52:41):
Por qué se ha de abatir sobre él una desgracia así?
Los temores de Svasti eran fundamentados, mientras hacia los pasteles
el día siguiente por la mañana, llegó el prestamista con
un hombre que se llamaba Sasi. Ese hombre me miró
y dijo que le parecía buen trato. El prestamista no
esperó a que llegara mi amo y le dijo a

(03:53:02):
Svasti que le informara de que me habían llevado. Con
sólo la ropa que tenía encima y mi bolsa fuertemente
atada a mi cinturón, me obligaron a alejarme de los
pasteles sin acabar. Me habían alejado de mis deseos más
profundos como el huracán arranca el árbol del bosque y
lo arroja en el tempestuoso mar. Una casa de juego
y la cerveza de cebada me volvían a causar desgracias.

(03:53:26):
Sasi era brusco, tosco. Mientras me conducía a través de
la ciudad, le iba contando el buen trabajo que había
hecho para Nananaid y le decía que esperaba hacer lo
mismo por él. Su respuesta no me dio ningún ánimo.
No me gusta ese trabajo, ni tampoco a mi amo.
El rey le ha ordenado que me envíe a construir

(03:53:47):
una parte del gran canal. Mi amo me ha dicho
que comprara más esclavos, que trabajara duro y que acabara rápidamente.¿
Cómo se puede acabar un trabajo tan enorme rápidamente? Imagina
el desierto sin árboles, tan solo pequeños arbustos y un
sol tan ardiente que el agua de nuestros barriles se
calentaba tanto que nos costaba poderla beber. Después imagina filas

(03:54:10):
de hombres que bajan a un profundo agujero y suben
arrastrando pesados cestos llenos de tierra por senderos polvorientos, de
sol a sol. Imagina la comida servida en abrevaderos que
usábamos como cerdos. No teníamos tiendas ni paja para las camas.
En esta situación me encontré. enterré mi bolsa en un
sitio marcado preguntándome si algún día saldría de allí al

(03:54:34):
principio trabajaba con buena voluntad pero a medida que los
meses pasaban sentía como se me quebraba el alma luego
la fiebre se apoderó de mi cuerpo contusionado perdí el
apetito y apenas podía comer el cordero y las verduras
que nos daban por la noche daba vueltas en mi
camastro sin poderme dormir En mi miseria me preguntaba si

(03:54:56):
no era el mejor el plan de Sabado, holgazanear e
intentar no partirse el espinazo trabajando. Entonces recordé la última
vez que lo había visto y me di cuenta de
que su plan no era bueno. En mi amargura pensé
en Pirata y me pregunté si no era preferible luchar
y matar. La memoria de su cuerpo ensangrentado me recordó

(03:55:16):
que también su plan era inútil. Entonces me acordé de Mejido,
sus manos eran profundamente callosas a fuerza de trabajo pero
su corazón estaba ligero y en su rostro había felicidad.
Su plan era el mejor. Sin embargo, yo estaba tan
dispuesto a trabajar como Mejido, él no habría trabajado más duramente.¿

(03:55:38):
Por qué mi trabajo no me proporcionaba felicidad y éxito?¿
Era el trabajo lo que había dado la felicidad y
el éxito a Mejido o estos eran bienes en manos
de los dioses?¿ Trabajaría el resto de mi vida sin
satisfacer mis deseos, sin éxito ni felicidad? Todas estas preguntas
se agolpaban sin respuesta en mi mente. Estaba dolorosamente confuso.

(03:56:01):
Varios días más tarde, cuando ya me creía al límite
de mis fuerzas y mis preguntas continuaban sin respuesta, Sasi
me hizo buscar. Mi amo había hecho venir a un
mensajero para llevarme a Babilonia. Cabé para recuperar mi precioso saquito,
lo escondí entre mis harapos y partí. Al marchar, aquellos
mismos pensamientos siguieron pasando raudos por mi cerebro febril, como

(03:56:25):
un huracán dando vueltas a mi alrededor. Me pareció vivir
la extraña letra de una canción de Arun, mi ciudad natal,
mira al hombre que como un torbellino se comporta como
la tormenta, que en su carrera nadie puede seguir y
su destino nadie puede predecir.¿ Era mi destino ser castigado
por no sabía qué?¿ Qué miserias y decepciones me esperaban?

(03:56:49):
Imagina mi sorpresa cuando, al llegar al patio de la
casa de mi amo, vi a Arad Gula que me esperaba.
Me ayudó a entrar y me abrazó como a un
hermano perdido hace tiempo. Por el camino le habría seguido
como un esclavo sigue a su amo, pero no me
lo permitió. Pasó su brazo por mis hombros y me dijo.

(03:57:09):
Te busqué por todas partes. Cuando ya no tenía esperanzas,
encontré a Svasti, quien me contó la historia del prestamista
que me condujo hasta tu noble amo. Él ha negociado
con dureza y me ha hecho pagar un precio desorbitado
pero tú lo vales. Tu filosofía y tu audacia han
inspirado mi éxito actual. La filosofía de Mejido, no la mía, interrumpí.

(03:57:34):
La de Mejido y la tuya. Gracias a los dos,
ahora vamos a Damasco, donde te necesito como socio.« Mira», exclamó,«
dentro de un momento serás un hombre libre». Diciendo esto
sacó del interior de su ropa una tablilla de barro
que era mi título. La levantó por encima de su
cabeza y la tiró con fuerza contra el pavimento de

(03:57:56):
piedra para romperla en mil pedazos. Pisó con alegría los
añicos hasta que quedaron reducidos a polvo. Mis ojos se
llenaron de lágrimas de agradecimiento. Sabía que era el hombre
más afortunado de Babilonia.—¿ Ves? El momento de mayor angustia,
el trabajo resultó ser mi mejor amigo. Mi buena voluntad

(03:58:19):
de trabajar me permitió no tener que ir con los
esclavos que construían las murallas. E impresionó a tu abuelo
hasta el punto de que me quisiera hacer su socio.— Entonces,¿
el trabajo era la clave secreta de los séqueles de
oro de mi abuelo?— preguntó Adangula.— Era la única que
tenía cuando yo lo conocí— respondió Sarru nada. A tu

(03:58:42):
abuelo le gustaba trabajar, los dioses apreciaron sus esfuerzos y
lo recompensaron generosamente. Empiezo a entender, Haydn Gula hablaba mientras pensaba.
El trabajo atrajo a sus numerosos amigos que admiraban su
perseverancia y el éxito que le proporcionaba. El trabajo le
dio los honores que apreciaba tanto en Damasco. El trabajo

(03:59:04):
le aportó todas esas cosas de la que he disfrutado.
Y yo creía que el trabajo era sólo para los esclavos.
La vida está llena de numerosos placeres de los que
puede gozar el hombre, comentó Zarrunada, y cada uno tiene
su lugar. Estoy contento de que el trabajo no esté
sólo reservado a los esclavos. Si así fuera, me vería

(03:59:27):
privado de mi mayor placer. Hay muchas cosas que me gustan,
pero nada reemplaza al trabajo. Zarrunada y Adangula pasaron por
la sombra de las elevadas murallas hacia las macizas puertas
de bronce de Babilonia. A su llegada, los guardias de
la puerta se pusieron firmes y saludaron respetuosamente al honorable ciudadano.

(03:59:48):
Con la cabeza bien alta, Zarrunada condujo la larga caravana
a través de las puertas y por las calles de
la ciudad.« Siempre he querido ser un gran hombre como
mi abuelo», le confió Adangula.« Nunca había entendido qué clase
de hombre era. Vos me lo habéis mostrado». Ahora lo entiendo,
lo admiro aún más y me siento más determinado a

(04:00:09):
convertirme en un hombre como él. Temo no poderos pagar
nunca por haberme dado la auténtica clave de su éxito,
a partir de hoy la usaré. Empezaré humildemente, como él,
y eso será más acorde con mi verdadera condición que
las joyas y las bellas ropas. Y diciendo esto, Adangula
retiró los anillos de sus dedos y los pendientes de

(04:00:32):
sus orejas. Aflojó las riendas de su caballo, retrocedió unos
pasos y se colocó tras el jefe de la caravana
con un profundo respeto. 11. Un resumen histórico de Babilonia.
No ha habido en el curso de la historia una
ciudad más atractiva que Babilonia. Su nombre evoca visiones de
riqueza y esplendor y sus tesoros de oro y joyas

(04:00:54):
eran fabulosos. Podríamos pensar que una ciudad así tenía un
emplazamiento maravilloso, rodeada de ricos recursos naturales como bosques o
minas en un exuberante clima tropical. No era el caso,
se extendía a lo largo del curso de los ríos
Tigris y Eufrates en un valle árido y plano. No
había bosques, minas, ni tan solo piedra para la construcción.

(04:01:18):
No estaba en una vía comercial natural y las lluvias
eran insuficientes para la agricultura. Babilonia es un ejemplo de
la capacidad del hombre para alcanzar grandes objetivos usando los
medios que tiene a su alcance. Todos los recursos habían
sido desarrollados por el hombre, todas las riquezas resultaban del
trabajo humano. Babilonia poseía tan sólo dos recursos naturales, una

(04:01:42):
tierra fértil y el agua del río. Gracias a una
de las más grandes realizaciones técnicas de todos los tiempos,
los ingenieros babilonios desviaron las aguas del río mediante diques
e inmensos canales de irrigación. Los canales atravesaban todos los
parajes del árido valle para llevar agua al fértil suelo.
Estas obras constituyen uno de los primeros trabajos de ingeniería

(04:02:05):
de la historia y el sistema de regadío permitió que
las cosechas fueran más abundantes de lo que lo habían
sido nunca. Afortunadamente, Babilonia fue gobernada durante su larga existencia
por sucesivas líneas de reyes que sólo se dedicaron ocasionalmente
a las conquistas y los saqueos. Aunque la ciudad se
embarcó en diversas guerras, estas fueron locales o eran para

(04:02:28):
defenderse de los ambiciosos conquistadores llegados de otros países que
codiciaban sus fabulosos tesoros. Los extraordinarios dirigentes de Babilonia pasaron
a la historia a causa de su sabiduría, audacia y justicia.
Babilonia no dio orgullosas monarquías que querían conquistar el mundo
conocido y forzar a las naciones a someterse. Babilonia ya

(04:02:49):
no existe como ciudad, cuando las fuerzas humanas que construyeron
y mantuvieron la ciudad durante miles de años desaparecieron, se
convirtió rápidamente en una desierta ruina. Estaba situada en Asia,
a unos mil kilómetros del canal de Suez, justo al
norte del Golfo Pérsico. Su latitud es cercana a los 30
grados sobre el ecuador, parecida a la de Yuma, Arizona,

(04:03:12):
y poseía un clima semejante al de esta ciudad, caliente
y seco. El Valle de Leufrates, en otro tiempo populosa
región agrícola, es hoy una llanura árida barrida por el viento.
Las escasas hierbas y los arbustos del desierto luchan contra
la arena llevada por el viento. Los fértiles campos, las

(04:03:32):
grandes ciudades y las largas caravanas de los ricos comerciantes
ya no existen. Las tribus árabes nómadas son los únicos
habitantes del valle desde la era cristiana y subsisten gracias
a sus pequeños rebaños. La región está salpicada de colinas.
Al menos durante siglos fueron consideradas como tales, pero los

(04:03:52):
fragmentos de alfarería y ladrillos gastados por las ocasionales lluvias
llamaron finalmente la atención de los arqueólogos. Se organizaron campañas
para realizar excavaciones financiadas por museos europeos y americanos. Los
picos y las palas demostraron rápidamente que aquellas colinas eran
antiguas ciudades, las podríamos llamar tumbas de ciudades. Babilonia es

(04:04:16):
una de ellas, los vientos habían esparcido sobre ella el
polvo del desierto durante veinte siglos. Las murallas, originalmente construidas
de ladrillo, se habían desintegrado y habían vuelto a la tierra.
Así es hoy en día la rica ciudad de Babilonia,
un montón de tierra abandonado hace tanto tiempo que nadie
conocía su nombre hasta que se retiraron los escombros acumulados

(04:04:38):
durante siglos en las calles, los nobles templos y los palacios.
Algunos científicos consideran que las civilizaciones babilónica y las de
las otras ciudades del valle son las más antiguas de
las que se tiene conocimiento. Se han demostrado de manera
fehaciente algunas fechas que se remontan hasta los 8000 años de antigüedad.

(04:04:59):
En las ruinas de Babilonia se descubrieron descripciones de un
eclipse solar, los astrónomos modernos calcularon fácilmente cuando hubo un
eclipse visible en Babilonia y pudieron, de este modo, establecer
la relación entre su calendario y el nuestro. Así se
pudo calcular que hace 8000 años, los sumerios que ocupaban Babilonia
vivían en ciudades fortificadas. No se puede calcular desde cuando

(04:05:23):
existían dichas ciudades. Sus habitantes no eran simples bárbaros que
vivían en el interior de unas murallas protectoras, sino gentes
cultivadas e inteligentes. Tanto como puede remontarse en el pasado
la historia escrita, fueron los primeros ingenieros, astrónomos, matemáticos, financieros,
y el primer pueblo que poseyó una lengua escrita. Ya

(04:05:46):
hemos hablado de los sistemas de irrigación que transformaron el
árido valle en un vergel cultivado. Los vestigios de los
canales son aún visibles aunque la mayoría están llenos de arena.
Algunos de ellos eran tan grandes que, cuando no llevaban agua,
una docena de caballos podían galopar de frente en su interior.
Se los compara en amplitud con los canales más anchos

(04:06:08):
de Colorado y Utah. Además de regar la tierra, los
ingenieros babilonios llevaron a cabo otro proyecto igualmente vasto, recuperar
una inmensa región pantanosa en la desembocadura de Leufrates por
medio de un sistema de drenaje y hacerla cultivable. Herodoto,
historiador y viajero griego visitó Babilonia tal como era durante

(04:06:29):
su apogeo y nos dejó la única descripción conocida hecha
por un extranjero. Sus escritos presentan una pintoresca descripción de
la ciudad y algunas de las extrañas costumbres de sus habitantes.
Menciona la fertilidad notable de la tierra y las abundantes
cosechas de trigo y cebada que se recogían. La gloria
de Babilonia se ha apagado pero su sabiduría ha sido

(04:06:52):
conservada para nosotros gracias a los archivos. En aquellos lejanos tiempos,
el papel no había sido todavía inventado, y en su lugar,
la gente grababa laboriosamente sus escritos en tablillas de arcilla húmeda.
Cuando las acababan, las cosían y quedaban duras. Medían aproximadamente
seis por ocho pulgadas y el espesor era de una pulgada.

(04:07:16):
Utilizaban estas tablillas de barro, como se les llama comúnmente,
como nosotros las modernas formas de escritura. Se grababan leyendas, poesía, historia,
transcripciones de decretos reales, leyes del país, títulos de propiedad,
billetes e incluso cartas que eran enviadas mediante mensajeros hacia
ciudades lejanas. Gracias a estas tablillas hemos podido conocer asuntos

(04:07:40):
íntimos de la gente. Una tablilla que cegaramente provenía de
los archivos del almacenero del país cuenta, por ejemplo, que
un cliente llevó una vaca y la cambió por siete
sacos de trigo, tres entregados en el mismo momento y
los otros cuatro a conveniencia del cliente. Los arqueólogos recuperaron
bibliotecas enteras de estas tablillas, cientos de miles de ellas,

(04:08:02):
protegidas por los escombros de las ciudades. Las inmensas murallas
que rodeaban la ciudad constituían una de las extraordinarias maravillas
de Babilonia. Los antiguos las consideraron comparables a las pirámides
de Egipto y las situaron entre las siete maravillas del mundo.
El mérito de la construcción de las primeras murallas es

(04:08:23):
atribuible a la reina Semiramis, pero los arqueólogos modernos no
han podido encontrar vestigios de estas primeras construcciones, ni establecer
su altura exacta. Por los escritos de los antiguos se
estima que medían entre unos 50 y 60 pies en la parte exterior,
que estaban hechos de ladrillos cocidos y además protegidos por
un profundo foso de agua. Las murallas más recientes y

(04:08:46):
célebres fueron construidas unos 600 años antes de Cristo por el
rey Nabopolazar, quien proyectó una construcción tan colosal que no
pudo vivir para ver el final de las obras. Fue
su hijo Nabucodonosor, cuyo nombre aparece en la Biblia, quien
las terminó. La altura y la longitud de estas murallas
más recientes nos dejan atónitos. Una autoridad digna de confianza

(04:09:10):
informó que debieron de tener alrededor de 52 metros, es decir
la altura de un edificio moderno de 15 plantas. Se estima
que la longitud total era de entre 15 y 17 kilómetros y
la anchura era tal, que en su parte superior podía
correr un carro tirado por seis caballos. No queda prácticamente
nada de esta formidable estructura excepto una parte de los

(04:09:32):
cimientos y el foso. Además de los destrozos de la naturaleza,
los árabes se llevaron los ladrillos para construir en otras partes.
Uno tras otro, los ejércitos victoriosos de casi todos los
conquistadores de ese periodo de guerras invasoras se enfrentaron contra
las murallas de Babilonia. Una multitud de reyes asedió Babilonia,

(04:09:53):
pero todo fue en vano. Los ejércitos invasores de aquel
tiempo no eran despreciables y los historiadores hablan de fuerzas de 10.000 caballeros, 25.000
carros y de 1.200 regimientos de infantes de 1.000 hombres cada uno.
A menudo necesitaban dos o tres años de preparación para
reunir el material de guerra y los depósitos de vituallas

(04:10:15):
a lo largo de la línea de marcha propuesta. La
ciudad de Babilonia estaba organizada casi como una ciudad moderna.
Había calles y tiendas, vendedores ambulantes que ofrecían sus mercancías
en los barrios residenciales, sacerdotes que oficiaban en templos magníficos.
Un muro aislaba los palacios reales en el interior de

(04:10:36):
la ciudad. Dicen que esas murallas eran más altas que
las de la ciudad. Los babilonios eran artesanos hábiles que
trabajaban en la escultura, la pintura, el tejido, el oro
y fabricaban armas de metal y maquinaria agrícola. Los joyeros
creaban piezas de gusto exquisito y algunas muestras que han
sido recuperadas de las tumbas de ricos ciudadanos se exponen

(04:10:59):
en museos de todo el mundo. En una época muy lejana,
cuando el resto del mundo cortaba árboles con hachas de
piedra o cazaba y luchaba con lanzas y flechas con
punta de piedra, los babilonios ya usaban hachas, lanzas y
flechas de metal. Eran financieros y comerciantes inteligentes. Por lo
que sabemos, fueron los inventores del dinero como moneda de cambio,

(04:11:22):
de los billetes y de los títulos de propiedad escritos.
Babilonia no fue conquistada por sus enemigos hasta cerca de 540
años antes de Cristo. Pero tampoco entonces fueron tomadas las murallas.
La historia de la caída de Babilonia es de lo
más extraordinario. Ciro, uno de los grandes conquistadores de la época,

(04:11:43):
proyectaba atacar la ciudad y tomar las murallas intomables. Los
consejeros de Nabónidus, rey de Babilonia, le persuadieron para que
fuera ante Ciro y librara batalla sin esperar a que
la ciudad estuviera asediada. El ejército babilonio, tras consecutivas derrotas,
se alejó de la ciudad. Ciro entró por las puertas

(04:12:03):
abiertas de la ciudad, que no opuso resistencia. El poder
y el prestigio de Babilonia fueron declinando gradualmente hasta que,
al cabo de unos siglos fue abandonada, dejada a merced
de vientos y tormentas que la devolvieron al desierto sobre
el que se había alzado en su origen. Babilonia había
caído para no volverse nunca a levantar, pero debemos mucho

(04:12:24):
a su civilización. Los siglos han reducido a polvo las
orgullosas paredes de sus templos pero su sabiduría aún pervive.
Sobre el autor George Samuel Clason, 7 de noviembre de 1874 a 7
de abril de 1957, también conocido como George S. Clason, nació

(04:12:46):
en Louisiana, Missouri, y murió en Napa, California. Durante sus 82
años de edad fue soldado, hombre de negocios y escritor.
Sirvió en el ejército de los Estados Unidos durante la
Guerra Hispano-Estadounidense. Claesson inició dos compañías, la Claesson Map Company
y la Claesson Publishing Company. La Claesson Map Company fue

(04:13:09):
la primera en publicar un atlas de caminos de Estados
Unidos y Canadá, pero no pudo sobrevivir a la Gran Depresión.
George Claesson es mayormente conocido por escribir una serie de
folletos informativos acerca de ser ahorrativo y de cómo lograr
éxito financiero. Comenzó a escribir los folletos en 1926, usando parábolas

(04:13:30):
que fueron establecidas en la antigua Babilonia. Los bancos y
las compañías de seguros comenzaron a distribuir las parábolas y
las más famosas fueron compiladas en el libro El hombre
más rico de Babilonia. Clason estuvo casado dos veces, primero
con Andana Ball y luego con Anna Burt. Gracias por
escuchar este audiolibro. Esperamos que lo hayas disfrutado. No olvides

(04:14:04):
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