Episode Transcript
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¿Cuánto realidad conficción? ¿Histories que viven en tu imaginoción?
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Bienvenidos a Cuento Realidad o Ficción, narrado por Cindy Pantoja. ¿Esto es?
El segundo capítulo, "Un Charco de lágrimas" de Alicia en el país de las maravillas,
escrita por Leois Quiero. Cada vez más extrañísimo,
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de Alicia, estaba tan sorprendida que por el momento se había olvidado de cómo se hablaba
correctamente. Ahora no estoy desplegando como el telescopio más gigante que hay existido
de luto. ¡Adiós pies! Porque, cuando bajó los ojos para mirar celos pies,
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estos ya estaban casi fuera de la alcance de la vista, de talejos que se habían ido.
¡Ay, pobres pesitos míos! ¡Vaya aún no a saber quién se ocupará ahora de ponerles las
medias y los apatos! Yo, al menos, no voy a perder. Estoy segunda. Voy a estar demasiado lejos
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para ocuparme de ustedes. Van a tener que reglárselas lo mejor que puedan.
Pero va a ser mejor que se amable con ellos, en su Alicia. Si no, en una vez hacen
llegan a caminar para donde yo quiero ir, a ver a ver, ya sé, les voy a regalar un par de
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botas nuevos, todas las navidades. Y si yo haciendo planes de cómo se las iba a ingenier,
voy a tener que mandarles por encomienda, pensó. Y que raro me va a parecer eso de mandarles
regalos a mis propios pies. Y que extrañas van a hacer las direcciones? Honorable,
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pie derecho de Alicia. Al fombra de la chimenea, cerca del guarda fuego, con cariño de Alicia.
¡Ay, Dios! ¿Qué tonterías estoy diciendo? En ese preciso momento, la cabeza de Alicia volvió
con el cielo raso del vestibulo. Y es que en realidad, para entonces Alicia ya
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naban y viendo algo más de nueve pie. Reposió de inmediato en la llave citadora, y fue
corriendo hacia la puerta que da a mal jardín.
Pobre Alicia, lo más que puedo hacer, fue tenderse de costado para mirar como un solo
ojo hacia el jardín. Había menos esperanzas que núdate de que pudiera atravesar la puerta.
(03:10):
Alicia se sentó y se puso llorar una vez más. Tendría que darte vergüenza, y jalice. Una
gran dota como tú tenía todo el derecho de decirlo llorabas en parar. Te digo que te
calles ahora mismo. Pero si yo igual que antes. De ramando galones del ágrimas, hasta que
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terminó por quedar rodeada por un gran charco de cuatro pudadas de profundidad y que cubría
medio vestibulo. Un rato después, Alicia y un golpe teo de pásitos al olecho, y se secó
preservedamente en los ojos para ver quién llegaba. Era el conejo blanco. Que volvía,
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suuntó somente vestido con un par de guantes y tus blancos hermanos y un gran abaní con
la otra. Venía al trote, apurado, mormurando para usar adentros mientras se acercaba.
Ay, la duqueza, la duqueza. Ay, lo que me va a decir por haberla hecho esperar. Alicia se
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sentía tan desesperada que estaba dispuesta a pedir ayuda a cualquiera. De modo que cuando
el conejo hace co hacia donde ella estaba, empezó en voz baja y continuidad. Señor,
(04:46):
por favor, el conejo se sobresaltó, dejó caer los guantes y tus blancos y el abanico
y se escurrió en la oscuridad lo más rápido que puedo. Alicia recogió el abanico y los
guantes y como hacía mucho calor en el vestibulo empezó a abanicarlo y siguió abanicándoles
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sin cesar mientras hablará. Ay Dios mío, que raro que es todo y pensar que ayer todo
sucedía como de costumbre. Me pregunto si no me habían cambiado durante la noche, a ver,
déjame pensar. Un poco. Era la misma? Yo cuando me levanté esta mañana? Casi casi me parece
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recordar que me sentía un poco distinto. Pero si no soy la misma, la pregunta que sigue es
entonces quién vengo a su? Ay, esa es la gran incógnita y empezó a recordar a todas las
chicas de su misma edad que como si. Para ver si la habían cambiado por alguna de ellas.
(06:08):
Estoy seguro de que no soy ararizo porque ella tiene bucle largos y yo no tengo ni un
solo rullito y estoy segura de que no puedo hacer maver, porque yo se un montón de cosas
y ella bueno. Ella sabe tan poquito, además ella sella y yo soy yo y ay Dios mío, que difíciles
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entender todo esto. Voy a hacer una prueba, a ver si sé todas las cosas que solías a ver, a ver.
4 por 5 es 12 y 4 por 6 es 13 y 4 por 7 es, ay no, así no voy a llegar nunca 20. Pero la tabla de
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multiplicarnos significa nada. Vamos a probar con biografía. Londres es la capital de Paris y parices
la capital de Roma y Roma, ay no, está todo mal, estoy segura, deben de haberme cambiado por
maver, voy a recitar, como aumenta la vegeta. Y Alicia tú son los brazos sobre la compra, como si
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estudiesse dando lección y empezó a repetir la porcia, pero la voz le cenaba ronca y extraño
y las palabras no pareció fluida del modo acostumbrado.
4 como aumenta el cocodrilo, el resplandor de su polo, derramando agua del nilo, sobre sus
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escamas todas, que son risa tan alegre, que zapatos tan sutiles, cuando recibe a los peces,
con mandíbulas gentiles. Estoy segura de que esas no son las palabras correctas. Dijo la pobre
alicio y se le volvieron a llenar los ojos del lágrima mientras seguías hablando. Y sí,
(08:14):
debo de ser mavel nomás y voy a tener que irme a vivir a esa casita de morondanga sin juguetes
y hay Dios siempre llena de lecciones para estudiar.
"Ai no, estoy decidida, si soy mavel, me quedo aquí abajo" y de nada va a servir que asomen
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sus cabezas para mirar hacia el fondo y digan "Vamos sube querida". Lo único que voy a hacer es
levantar la cabeza y preguntar "¿yo que soy?" "Primero digame eso" y después, si me gusta hacer
esa persona salvo, si no, me quedo aquí abajo hasta hacer otra, pero hay Dios y te lo hice con un
(09:08):
subidito acceso del lágrima. ¿Cómo me gustaría que asomás en las cabezas? Estoy trancanzada
de estar solo aquí abajo. Al decir esto, se miró las manos y se sorprendió al ver que se había puesto
uno de los guantesitos del conezco mientras hablaba. ¿Cómo me he podido hacerlo, pensó? Deu es
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vestar achicándome otra vez. Se puso de pie y fue hasta donde estaba la mesa para medirse con ella
y se contó con que según sus cálculos medía una dos pie y seguía encogiéndose verdigilosamente.
Pronto se dio cuenta de que la causa era el abanico que tenía en la mano y lo dejó creer
(10:05):
de inmediato, justo tiempo para salvarse de encoger del toro. Eso sí, que es salvarse por un pelo,
dijo Alicia. Bastante ajustaba por el subito cambio, pero muy contenta de seguir figurando
entre las cosas existentes. Ahora al jardín, y volvió a toda velocidad hasta la puertita, pero que
(10:32):
lástima, la puertita estaba cerrada nuevamente y la llavecita dorada estaba sobre la mesa de vídeo
como antes. Todo anda peor que nunca, pensó la pobre creatura porque jamás había sido tan chiquita,
como ahora, jamás, y la verdad es que es algo horrible, horrible.
(10:57):
Al decir las palabras, resbaló con uno de sus pies y plasche. Un instante después estaba un
día hasta el mentón en agua salada. La primera idea que se le cruzó por la cabeza fue la de que,
de algún modo o otro, se había caído en el mano. En ese caso, puedo volver por tren, se dijo.
(11:26):
Alicia había ido a la playa una vez en su vida y había llegado a la conclusión de que, en cualquier
punto de la costa de Inglaterra, había unas cuantas máquinas para bañarse en el mar. Algunos
chicos haciendo pozos en la arena con palitas de madera. Después una hilera de casas, de hospedaje,
(11:52):
y detrás de todo eso, la estación del ferrocarril. Sin embargo, no tardó enmarse cuenta de que estaba en
el charco del lágrimo que había llorado cuando me dían el ripis. Ojalá no hubiese llorado tanto,
dijo Alicia mientras nadaba de un lado al oto, tratando de encontrar la salida.
(12:17):
Supongo que ahora estoy sufriendo el castigo que me merezco. Aogarme en mis propias lágrimas.
Eso sí que va a ser algo raro, aunque, en realidad, todo es muy raro hoy. En ese preciso instante,
o yo que algo se sambullía en el charco, a alguna distancia de donde ella estaba.
(12:43):
Y se acercó nadando para averiguar de qué se trataba. Al principio pensó que podía
muy bien ser una amosa, un hipopótamo. Pero después recordó su propia pequeña y muy pronto
descubrió que era sólo un ratón que se había resbalado igual que ella. Valdrá la pena que se
(13:10):
le habla este ratón con su Alicia. Todo es tan desacostumbrado aquí que no me extrañe nada que su pie se
habla. Sea como sea, no pierdo nada con intentarlo. De modo que empezó a decir, "O ratón,
¿conoci usted el modo de salir de este charco?" Estoy muy cansada de nadar de aquí para allá,
(13:38):
o ratón. Alicia pensaba que esa era el modo correcto de dirigirse a un ratón. En realidad,
he dado la primera vez que lo hacía. Pero recordaba haber leído en la gramática latina de su hermano,
un ratón del ratón, para el ratón, al ratón, con el ratón, o ratón.
(14:04):
El ratón la miró con aire un poco, inquisitivo y a ella le pareció que le guinyaba uno de sus
ojos, pero no dijo nada. En una de esas no entiendo inglés, pensó Alicia. En una de esas es un ratón
(14:25):
francés que llegó con Guillermo el conquistador. Y es que, a pesar de todos sus conocimientos de historia,
Alicia no tenía una idea demasiado clara de cuándo hacía que habían sucedido las cosas.
De modo que empezó de nuevo.
(14:46):
Euez Machet, que era la primera oración de su libro de francés.
El ratón pegó un súbito brinco en el agua y pareció estremecerse de miedo.
"¡Oh, ¡isculpame! Se apresuró a guitarle Alicia.
Demerosa de haber herido los sentimientos del pobre animón.
(15:09):
Me olvidé de que usted no le gustan los gatos. Que no me gustan los gatos,
chí yo el ratón con voz, atiplada y llena de pasión.
Te gustaría ti los gatos y te estuvises en mi lugar?
Bueno, tal vez no, dijo Alicia en todo lo desposo.
(15:31):
No se no je por eso. Sin embargo, me gustaría que conociese a nuestra gata dinas.
Creo que empezaría a tomarle cariño a los gatos si solo pudiese conocerlo.
Es un tesoro. Si yo diciendo Alicia un poco para sus adentros mientras nadaba,
(15:54):
terezozamente por el charco. La vieira tan tranquilita cuando se
quiera sentada ronroniando junto al fuego, tan amorosa, selame las patitas y se lava la cara.
Y es tan suavecita cuando uno la tiene en sus brazos y es una verdadera campeona para
(16:17):
casar rotón.
"¡Ay, ¡isculpe!", huito Alicia de nuevo. Porque esta vez el ratón estaba todo herizado.
Y Alicia estaba segura de que debía de estar verdaderamente o fendido.
Si prefieres no volvemos a hablar de ella.
No volvemos a hablar. ¿Qué qué declara?
(16:41):
Grito el ratón. Que temblaba desde la cabeza hasta la punta de la cola.
Como si yo sacase esos temas, nuestra familia ha odiado siempre a los gatos.
Especial, despreciable, muy guillares. No vuelvas a mencionar esa palabra.
(17:03):
No lo voy a hacer más, hija, Alicia.
Muy apurada por cambiar de tema de conversación.
Le gustan los perros del ratón o con esto.
De modo que Alicia remepió con el cuchado.
Hay un perrito de lindo cerca de la casa.
(17:25):
Me gustaría que lo conociese.
Un fox terrier de ojos brillantes.
Dio?
Con mucho pelo, marrón y todo lleno de rullitos.
Y sabe ir a buscar las cosas que uno lo erró a.
Y se sabe sentar en dos patas y pedir la comida.
(17:48):
Y muchas cosas más.
Ahora no me acuerdo ni de la mitad.
Es de un granjero, sabe?
Y él siempre dice que es muy útil que vale un millón.
Dice que le mata todas las ratas.
Y hay Dios y Alicia con voz.
(18:09):
Apesa de un braga.
Me parece que volvió a venderlo.
Porque el ratón ya se alejaba de ella nadando lo más energípicamente
que le era posible y agitando bastante el charco mientras avanzaba.
(18:30):
Alicia lo llamó con su vida.
"Ratón si te querido, vuelva por favor, que no vamos a hablar más de gatos, ni de perros
si a usted no le gustó."
Cuando el ratón escuchó esto, Dios me vea vuelta y nadó lentamente hacia Alicia.
(18:50):
Meía la cara bastante palida por la emoción, pensó Alicia.
Y dijo en voz baja y tendlorosa.
Vayamos hasta la orilla y te voy a contar mi historia.
Así vas a entender por qué odio a los gatos y a los perros.
(19:12):
Ya era hora de salir porque el charco estaba bastante testado de pájaros y animal
que habían caído en él.
Había un pato y un dobo, un loro y un aglucho y muchas otras carturas de lo más extrañas.
(19:34):
Alicia encabezó la marcha y toda la compañía nadó hacia la costa.
Cuando realina tu ficción en historias que viven en tu imaginación.