Episode Transcript
Available transcripts are automatically generated. Complete accuracy is not guaranteed.
Speaker 2 (00:02):
Hola a todos y bienvenidos a Ideas para Vivir Mejor.
Soy Eugenio Paya Ruiz, lector empedernido, escritor y experto en
desarrollo personal. Y hoy te voy a traer las ideas
principales de un libro que se llama Cómo ser una
estrella en el trabajo. Está escrito por Robert Kelly. Pero antes,
(00:23):
muy rápidamente, déjame saludar como siempre al Instituto Valenciano Digestivo, iBody,
que ha creado un programa intensivo 100% online para ayudarte
a mejorar tu bienestar de una manera integral. Son médicos,
son profesionales de la salud que te van a acompañar
en alimentación consciente, en ejercicio, en gestión del estrés, todo
(00:44):
a tu ritmo y desde tu casa. Y solamente por
ser oyente de este podcast tienes un 10% de descuento
en tu inscripción. Tienes que usar el código IDEASPARAVIVIRMEJOR, todo junto,
y en mayúsculas cuando entres en ibadi.es barra talleres o
más sencillo, haz clic en el enlace que te dejo
en la descripción de este episodio. Y ahora sÃ, vamos
(01:07):
con las ideas principales de cómo ser una estrella en
el trabajo. En una oficina, en una empresa, en un proyecto,
siempre hay alguien, siempre hay alguna persona que parece que
está jugando con un manual secreto que los demás no tienen.
Es esa persona que asciende sin despeinarse continuamente, es la
(01:29):
persona que se lleva los proyectos más interesantes, es la
persona que recibe cumplidos y recibe elogios en cada reunión.
Y tú a veces miras a esa persona y piensas, oye,¿
qué tiene esta persona que no tengo yo? Lo lógico
serÃa suponer que es alguien más inteligente o que es
(01:50):
alguien que tiene un coeficiente intelectual muy elevado o es
una persona que rebosa mucha creatividad o es una persona
muy ambiciosa. pero no, la realidad es que no. Nos
dice el libro que cuando los investigadores han comparado a
este tipo de empleados estrella con los empleados normales, lo
(02:10):
que han encontrado es nada, ninguna diferencia, absolutamente nada. No
hay más inteligencia en los empleados estrella, no hay más creatividad,
ni siquiera hay más hambre de éxito necesariamente. Claro, entonces,¿
qué es lo que pasa aqu�¿ Por qué hay algunas
(02:31):
personas que parecen tocadas por una varita? No trabajan más,
no son mejores académicamente, pero sà que hacen cosas distintas.
Siguen nueve comportamientos, nueve estrategias que nos va detallando el libro.
Y cuando esas estrategias se enseñan al resto de empleados,
(02:53):
digamos a los empleados corrientes, lo que sucede es que
su productividad no sube un poquito, no mejora un 10%.
Nos dice el libro que se multiplica por dos, se
vuelven el doble de productivos. Asà que vamos a ver
cuáles son esos comportamientos que nos dice el libro. El
primero es asumir responsabilidades más allá de las tuyas.¿ Esto
(03:19):
qué es? Es tener iniciativa. Ahora bien, esa iniciativa tiene
un requisito. Primero tienes que brillar en lo básico. Si
tu trabajo, tu trabajo real de todos los dÃas, lo
que pone en tu contrato, no está impecable, nadie te
va a tomar en serio cuando quieras hacer algo extra
que no está dentro de tus responsabilidades. Otra cosa, apunta
(03:43):
siempre hacia lo que de verdad impacta en la organización
cuando quieras hacer esas cosas extra. Y hay tres cosas
que siempre impactan, ahorrar dinero, generar ingresos y evitar pérdidas.
Lo demás puede ser muy simpático, pero estas tres cosas
son las que suelen cambiar el juego en todas las empresas.
Y sobre todo, cuando elijas esa tarea extra, comprometete con
(04:05):
ella hasta el final. Tener iniciativa no es soltar una
idea brillante en medio de una reunión y dejar que
los demás la ejecuten mientras tú esperas que te aplaudan.
La iniciativa es levantarte y decir, esta es mi idea
y voy a llevarla hasta el final. Porque al final,
de lo que se trata este primer punto es de
(04:27):
que ofrezcas más de lo que se espera de ti
una y otra vez. Bien, vamos con la segunda estrategia
que nos da el libro, el segundo comportamiento de esos
empleados estrella. Hoy vivimos en lo que se llama la
economÃa del conocimiento y en esta economÃa nadie puede saberlo todo,
ni tú, ni yo, ni ese compañero que presume de
(04:51):
que lo sabe todo, todo el tiempo. Lo cierto es que,
según estos mismos investigadores, la mayorÃa de nosotros solamente podemos
guardar en nuestra cabeza, en nuestra mente, entre un 10 y
un 25% de lo que realmente necesitamos para hacer nuestro trabajo.¿
El resto dónde está? El resto está en los demás.
(05:13):
Ese hueco, ese vacÃo, tiene un nombre. Se llama déficit
de conocimiento. Claro, la diferencia entre los empleados que triunfan
y los que se quedan atrás no es que unos
tengan más memoria o tengan más neuronas. es que han
aprendido a cerrar ese déficit de una forma más rápida
(05:37):
y de una forma más inteligente. Los mejores no esperan
dÃas y dÃas para resolver un problema. Los mejores preguntan,
reciben una respuesta en una hora o en dos horas
y siguen adelante. Mientras tanto, pues hay otros que dan
vueltas durante tres, cuatro, cinco dÃas o más. Y todo eso,
(05:59):
repetido semana tras semana, mes a mes, se convierte en
una brecha invisible, pero al final del camino es una
brecha insalvable. Es un efecto compuesto silencioso que al cabo
de un año multiplica distancia entre un empleado y otro. Entonces,¿
qué es lo que hacen distinto los empleados estrella? La
(06:20):
clave está en sus redes sociales. Es decir, no se
trata de coleccionar contactos como cromos en LinkedIn, pero sÃ
que se trata de cultivar relaciones reales, relaciones vivas, relaciones ágiles.
Porque el conocimiento es un trueque. Si quieres recibir, tienes
(06:41):
que dar. Todos tenemos un nicho, todos tenemos un área
donde podemos ser útiles a los demás. Puede ser resolverles
un problema técnico, puede ser simplificar un proceso, da igual.
Lo importante es que sepas cuál es el tuyo y
lo pongas al servicio de los demás, como te digo siempre.
(07:01):
Segunda cosa importante... para cultivar estas redes lo que hacen
estas personas es cooperación proactiva es decir ayudan antes de
que se lo pidan comparten un recurso un aprendizaje lo
que sea no porque esperen algo inmediato a cambio sino
porque saben que cuando llegue el momento y ellos necesiten
(07:23):
ayuda pues habrá alguien que estará ahà para devolver esa
ayuda que ellos están prestando hoy Muy importante también, cuidan
las formas. No llegan tarde, no hacen preguntas que podrÃan
resolver buscando en Google, no buscan atajos fáciles. Se preparan,
hacen sus deberes y cuando reciben ayuda de los demás
(07:45):
la reconocen públicamente. Porque saben que una red se fortalece
con respeto y con gratitud. Respeto y gratitud. Y quizá
lo más importante de este tema de construir redes. Estos
empleados estrella son buenos ciudadanos de su red. Es decir,
no la usan como un cajero automático al que vas
(08:08):
cuando te quedas sin ideas. Alimentan esa red, cuidan esa
red y piensan en ella como una carrera de relevos.
Nadie gana solo y todos dependen de todos. Porque el
éxito en esta economÃa del conocimiento en la que vivimos
nunca es individual, no puede serlo, es imposible. Vamos con
(08:32):
la siguiente clave, la tercera clave para el éxito profesional
se llama autogestión. Autogestión. Si quieres progresar en el trabajo,
tienes que dejar de esperar a que venga alguien más
a gestionarte. Por ejemplo, tienes que dejar de esperar que
tu jefe te diga todo el tiempo lo que tienes
que hacer, o cuándo lo tienes que hacer, o cómo
(08:54):
lo tienes que hacer. Porque si estás esperando eso... Lo siento,
pero estás entregando el volante de tu carrera a otra persona.
Y nadie, nadie va a cuidar más de tu futuro
que tú. Los empleados estrella no esperan instrucciones. No esperan
(09:15):
el correo del lunes, no esperan la reunión de los viernes.
Son proactivos. Se colocan en la ruta más directa entre
lo que hacen y el valor que recibe el cliente.
Y entienden que su trabajo no es solamente cumplir. Su
trabajo es aportar, es dejar una huella, es marcar la
(09:36):
diferencia cada dÃa. Y luego está ese estado del que
todos hemos oÃdo hablar, ¿verdad? Hemos hablado de él en
el podcast, algunos lo han saboreado, otros lo persiguen como
un tesoro. El estado de flujo, ese instante mágico en
el que te concentras en una actividad y las horas vuelan, ¿verdad?
En el que la concentración es tan intensa que el
(09:57):
trabajo parece salir sin esfuerzo. Ese momento en el que
la creatividad y la productividad van de la mano y
se disparan juntas. Pues bien, los que dominan la autogestión
protegen ese estado de flujo como si fuera oro puro.¿
Y cómo lo hacen? Apagan notificaciones, buscan silencio, ponen lÃmites claros,
(10:19):
porque saben que interrumpir el estado de flujo es como
detener un cohete en pleno despegue. La energÃa que se
pierde para volver a arrancar ese cohete es enorme. Y
eso saben que no se lo pueden permitir. Autogestionarse también
es saber decidir dónde voy a poner el foco. Y
(10:42):
aquà hay una trampa en la que casi todos caemos
alguna vez. Vivir atrapados en las cosas que son urgentes. Correos, llamadas,
reuniones de última hora, fuegos que apagar... Todo eso es urgente, ¿verdad?
Y eso consume el dÃa entero si no le ponemos
un lÃmite, si lo tenemos que poner nosotros. La diferencia
(11:04):
está en cómo distribuyen estas personas su tiempo. Normalmente, nos
dice la ciencia, que dedican un 60% a lo urgente
e importante. Claro, porque hay que cumplir. Pero reservan un
40% para lo estratégico. Es decir, para lo importante que
(11:25):
no es urgente. Y ese 40% es donde se cocina
el futuro. Es donde nacen las ideas que cambian la
trayectoria de un equipo, la trayectoria de una empresa y,
sobre todo, de una carrera profesional. Eso es asÃ. Los
que saben autogestionarse... No esperan a que llegue la suerte
(11:47):
y toquen su puerta. No esperan a que venga un
ascenso caÃdo del cielo como si fuera un premio de
la loterÃa. Van ellos proactivamente a por proyectos que les retan.
Eligen tareas que se ajustan a sus fortalezas, pero también
los hacen crecer. Buscan oportunidades que los obligan a salir
(12:10):
de ese estado de comodidad y les fuerzan a entrar
en la zona de aprendizaje, dejando la zona de confort detrás.
Al final autogestionarse es una cuestión de libertad, de no
ser un simple pasajero en tu propia vida profesional, sino
de pasar a ser el conductor de esa vida, de
no dejar que otros escriban tu historia, sino de tomar
(12:33):
la pluma en la mano y escribir esa historia tú.
Vamos con la siguiente clave. Dominar tu oficio es fundamental,
sea cual sea. Ese es el primer paso. Eso es, digamos,
lo que te da derecho a sentarte en el tablero
de juego, en la mesa con los demás. Pero hay
una cosa que está clara. Solamente dominar tu oficio ya
(12:56):
no es suficiente. Porque lo que de verdad diferencia a
los empleados estrella, esos que todo el mundo quiere en
sus equipos, no es que hagan muy bien lo suyo.
Es que saben salir de su burbuja, saben mirar su
trabajo desde otros ángulos, saben romper el cristal de su
(13:18):
especialidad y ver no solamente su pequeña parcelita, sino también
la de los demás. Ese es muchas veces el secreto.
Porque la experiencia propia, si no se cuestiona, se convierte
en rutina. Y la rutina, si no la agitamos un poco,
se va a convertir en un lastre. Y los que
(13:39):
destacan lo saben. Y por eso buscan nuevos puntos de
vista de una manera activa. No esperan a que alguien
les dé esos puntos de vista. Los van a buscar.
Y lo hacen desde cinco ángulos crÃticos. El primero, los compañeros.
compañeros refuerzan lo que ya sabes pero también son un
(14:00):
espejo que te va a enseñar lo que tú no
ves de ti mismo ese compañero que te dice tu
informe está bien pero se entenderÃa mejor si lo presentas
asà bueno pues ese tipo de comentario vale oro y
hay que apreciarlo y hay que pedirlo El segundo son
los clientes. Los clientes son la brújula real de cualquier empresa.
(14:23):
Y a veces los clientes tienen comentarios que duelen, pero
esos comentarios son los que revelan las cosas que de
verdad importan. No lo que tú crees que importa, sino
lo que mueve su decisión, como consumidores, de volver o
de marcharse. Otro ángulo interesante, los competidores. Los competidores son
la prueba viviente de lo que está pasando en el mercado.
(14:47):
Si miras bien, te van a enseñar dos cosas. Lo
que nunca deberÃas imitar y lo que puedes hacer mejor.
Porque el futuro de tu sector es muy raro que
se invente dentro de una oficina. El futuro está ocurriendo
ahà fuera, probablemente en otro lugar y tienes que tener
también la vista puesta ahÃ. El cuarto ángulo es la
(15:09):
gente que lidera tu organización, tu empresa. Te guste o no,
ellos son quienes marcan el rumbo estratégico. Entonces, entender cómo piensan,
entender hacia dónde miran, entender qué prioridades tienen, te va
a permitir alinear tu trabajo con la dirección en la
que se va a mover la empresa en los próximos años.
(15:30):
Y el quinto y último ángulo son... Disciplinas que no
tienen absolutamente nada que ver con tu disciplina o con
tu trabajo. La innovación más transformadora casi nunca va a
surgir dentro de los lÃmites de tu profesión. Van a
ser de la intersección de mundos distintos. El ingeniero que
(15:52):
se inspira en el arte, el economista que aprende de
la biologÃa... el médico que habla con un músico y
descubre un nuevo enfoque para escuchar al paciente. La chispa
aparece ahÃ, en ese roce incómodo entre lo que dominas
(16:14):
y lo que desconoces.¿ Cuál es la lección práctica de
todo esto? Es muy sencillo. No te limites a dominar
tu especialidad. No te encierres en tu cajita de herramientas.
Sal fuera, pide feedback a tus compañeros incluso antes de
que llegue la evaluación formal, habla con tus clientes, escúchalos
(16:38):
de verdad, no para contestarles sino para entender qué es
lo que quieren. Observa a tus competidores, por supuesto, no
para copiarlos necesariamente sino para adelantarte a ellos. Y sobre todo,
contamina tu mente, contamina mucho tu mente con mundos ajenos.
Leyendo sobre pinturas y trabajas en finanzas. Aprendiendo de psicologÃa
(17:01):
si eres programador. Habla con alguien que viva en un
universo muy distinto al tuyo. Y eso solo te va
a enriquecer. Como te decÃa, la innovación no nace en
la comodidad de lo que conocemos. Surge normalmente en la
incomodidad de lo que no conocemos, en un choque de
ideas que en principio parece que no encajan hasta que
(17:23):
encajan y en ese momento salta la chispa y tenemos
el nuevo invento revolucionario del siglo. Pero vamos con el
siguiente punto. El 90% de los trabajadores pasa el 90%
de su tiempo siguiendo a otras personas. Asà que la
pregunta no es si vas a seguir a alguien, porque
vas a seguir a alguien. La pregunta es qué tipo
(17:45):
de seguidor vas a elegir ser. Seguir bien es una
habilidad estratégica. Puede catapultar tu carrera, puede multiplicar tu impacto
o puede ser un auténtico desastre. Los seguidores estrella... no
(18:05):
son esas ovejas pasivas que esperan instrucciones de la persona
que siguen, como si fueran robots. Pero tampoco son rebeldes
profesionales que se oponen a todo como si fuera un deporte.
Son simplemente pensadores crÃticos, comprometidos, cooperativos. Son personas que saben
sumar sin perder su independencia por el camino. Y consiguen
(18:31):
este equilibrio porque dominan cinco conductas muy, muy concretas. Primero,
son capaces de gobernarse a sà mismos. No necesitan que
alguien les vaya dictando cada paso. Tienen iniciativa, saben priorizar
y asumen su responsabilidad. Es decir, que un lÃder puede
(18:51):
confiar en ellos porque no hay que estarles vigilando a
cada minuto. Segundo, trabajan con la mente puesta en algo
más grande que su propio beneficio. Entienden que el éxito
de un proyecto, de un equipo, de una empresa, es
también su éxito. Y por eso ponen el foco en
(19:14):
el bien común y no solamente en colgarse esa medalla
a nivel personal. Tercer punto, desarrollan unas competencias en su
puesto de trabajo tan sólidas que nadie puede cuestionar su credibilidad.
Se trata de que saben hacer, dominan su oficio con
tanta claridad que su voz tiene un peso cuando hablan. Cuarto,
(19:40):
se atreven a levantar la voz cuando aparece un dilema ético.
No miran hacia otro lado, no callan aquello que es incómodo.
Tienen esa valentÃa de señalar lo que está mal, aunque
eso les pueda suponer en cierta manera un riesgo. Y quinto,
(20:00):
otra cosa que hacen es controlar su ego. Porque seguir
bien a alguien implica colaborar con ese alguien de verdad.
No aparentar cooperación mientras en secreto estás compitiendo con tus compañeros,
sino construir juntos sin obsesionarte con quién va a recibir
el mérito al final.¿ Y qué pasa cuando estos seguidores
(20:27):
no están de acuerdo con su lÃder de equipo? Porque
eso pasa y pasará. Pues Lo que pasa es que
no se callan, no tragan con todo, pero tampoco montan
un drama en medio de la oficina. No son reactivos,
te repito, son proactivos. Entonces preparan el terreno, reúnen datos,
construyen argumentos sólidos, buscan aliados y cuando tienen todo en
(20:51):
la mano, pues lo comunican con valentÃa y con respeto.
Y lo hacen de una forma que inspira incluso a
aquellos con los que discrepan. Eso hacen. Es una alianza estratégica.
Una sociedad entre la persona que lidera y la que sigue.
Es una relación de ida y vuelta. El lÃder da
dirección y el seguidor aporta su perspectiva. El lÃder marca
(21:15):
el rumbo y el seguidor le recuerda dónde están las rocas.
Y cuando esa alianza funciona, el barco no solamente avanza,
sino que suele llegar más lejos y suele llegar mejor.
Lo que pasa es que nos han vendido el mito
del liderazgo con mayúscula, el del gran jefe, el del
(21:35):
héroe carismático que entra en una sala y de repente
todos se callan. Lo hemos visto en el cine, lo
hemos leÃdo en libros de gestión empresarial, lo hemos escuchado
en discursos polÃticos y claro, nos lo hemos creÃdo en
cierta manera. Pero nos dice el libro que en el
(21:57):
mundo real ese modelo muchas veces no funciona. No funciona
porque hoy en dÃa vivimos en un entorno donde la
información está distribuida, donde el poder ya no está en
un despacho sino en los datos y mucha gente tiene
acceso a esos datos, por tanto las buenas ideas pueden
surgir de cualquier sitio. De un becario que acaba de llegar,
(22:20):
de un técnico que lleva 10 años resolviendo problemas técnicos, puede
llegar de una clienta que se atreve a dar un
feedback brutalmente honesto, de cualquier sitio. Y entonces, en ese entorno,
el mito del lÃder todopoderoso se queda un poquito obsoleto.
No encaja ya. Los lÃderes que funcionan bien hoy en dÃa...
(22:43):
lo que el libro llama lÃderes con L minúscula, tienen
otra manera de estar, tienen otra manera de ejercer influencia
sobre sus equipos y se definen por tres cualidades muy concretas. Tres.
La primera, conocimiento. No van de gurús, no necesitan ponerse
en un pedestal todo el tiempo, no necesitan fingir que
(23:05):
tienen todas las respuestas. Se ganan el respeto porque su
experiencia es una realidad, porque su juicio está probado, porque
cuando hablan no lo hacen desde la teorÃa, sino desde
las cosas que han vivido. Y ojo, no presumen de
saberlo todo, al contrario, admiten las cosas que no saben
(23:28):
y entonces se rodean de gente que completa aquello que
no saben, es decir, esos vacÃos. Y eso, lejos de debilitarles,
les hace más fuertes. Segunda, saben tratar con las personas.
No hace falta que hagan discursos inspiradores, no hace falta
que tengan frases motivacionales hechas en PowerPoint. Es una cosa
(23:50):
más básica y más difÃcil también. Estas personas saben escuchar
de verdad. Saben preguntar a sus equipos qué quieren, qué necesitan,
cómo lo ven, porque saben que la autoridad no es
algo que se imponga. La autoridad es algo que se
construye con la confianza y esa confianza nace de sentirse escuchado.
(24:13):
Y tercera cualidad, se encargan de las cosas aburridas, de
esas cosas que nadie quiere hacer. aunque sea programar reuniones,
aunque sean gestionar documentos, aunque sea cualquier cosa, pero se
aseguran de que las cosas van adelante y avanzan. Y
hacen ese trabajo gris que nunca sale en los titulares,
(24:35):
pero que es absolutamente fundamental. Y a veces incluso cargan
con la logÃstica, con la burocracia, con el engranaje invisible.
Lo hacen porque alguien tiene que hacerlo y aunque no
sean las cosas que más brillan, pues sà que son
la base que va a mantener en pie cualquier proyecto.
Al final, un buen lÃder, con L minúscula, como dice
(24:57):
el libro, no es ese héroe que quiere que lo sigan,
sino la persona que hace que todos puedan avanzar. No
es el que tiene el foco en el escenario todo
el tiempo, sino es la estructura que permite que esa
obra se pueda representar. Siguiente punto del libro, dice que
(25:19):
las empresas adoran el trabajo en equipo. Es cierto, ¿verdad?
Lo convierten muchas veces en un eslogan y en una
especie de mantra. El problema es que muchas veces ese
trabajo en equipo se persigue como si fuera un fin
en sà mismo. como si fuera suficiente con juntar a 15
personas en torno a una mesa de reuniones, enchufamos un
(25:40):
proyector y esperamos que por arte de magia pues aparezca
una genialidad y resolvamos todos los problemas. Claro, el tema
es que no funciona asÃ. Lo que... Suele pasar en
la práctica, pues es que esas reuniones se hacen eternas,
el debate se convierte en un debate circular, perdemos el foco,
(26:02):
la energÃa se va escapando por el desagüe y mientras
tanto el trabajo de verdad, el que genera valor, se
queda muchas veces aparcado. Los mejores profesionales saben esto, han
aprendido a detectar esta trampa. Y por eso, antes de
aceptar una reunión, antes de invertir una hora de su tiempo,
(26:25):
se hacen tres preguntas que son muy simples, pero que
les ayudan mucho a decidir si van o no van
a esa reunión. La primera es,¿ esta reunión está resolviendo
algo que realmente importa?¿ Está resolviendo algo crÃtico? Porque si
no lo es, si no es algo que afecte al
corazón del negocio, a lo mejor es solamente ruido y
(26:47):
el ruido, como todos sabemos, desgasta. Segunda pregunta que se hacen,¿
la misión de esta reunión se puede explicar con dos
frases claras, sin rodeos? Si necesitamos un PowerPoint de 20 diapositivas
para justificar por qué hacemos una reunión o por qué
existe un equipo, probablemente ese equipo no deberÃa existir. La
(27:07):
claridad es la primera señal de que algo va en
serio y algo tiene sentido. Y tercera,¿ de verdad hace
falta una reunión o estamos maquillando algo que a lo
mejor podrÃa resolverse a través de un email o a
través de darle la responsabilidad a una sola persona? Porque
(27:29):
muchas veces lo que llamamos colaborar en realidad es evitar
que alguien tome una decisión o alargar el proceso de
toma de decisiones. Si las tres respuestas a las preguntas
anteriores son sÃ, entonces estos empleados estrella se comprometen de
lleno y ahà empieza el verdadero trabajo en equipo. El
(27:53):
trabajo en equipo, estos empleados no lo ven como una
lucha de egos, lo ven como una coreografÃa. Cada persona
tiene su parte. Ellos cumplen con lo suyo a tiempo,
ayudan al que se retrasa y cuando llega el éxito,
pues todos comparten el mérito. Porque entienden que da igual
lo brillante que seas en el aspecto individual si el
(28:14):
conjunto fracasa. Da igual. El trabajo en equipo... No es
una religión tampoco, no es un dogma, tiene que ser
una herramienta. Y como toda herramienta, su valor va a
depender de cómo la usamos y de cuándo la usamos.
Y aquà vuelvo al ejemplo de siempre. Con un martillo
puedes construir una casa o puedes romper una ventana. De
(28:37):
la misma forma, un equipo en una reunión puede innovar
o puede desperdiciar el tiempo y el talento. Y la
diferencia está en la intención, en la claridad y en
la responsabilidad con la que se pone en marcha ese
equipo o esa reunión. Los mejores lo saben y por
eso cuando dicen trabajo en equipo no hablan de que
(28:57):
nos sentemos juntos, hablan de que avancemos juntos. Otro punto importante,
los ascensos. Los ascensos rara vez se van a decidir
solamente por el talento. El talento importa mucho, por supuesto,
pero lo que de verdad pesa, lo que va a
inclinar la balanza en muchas ocasiones, es algo más sutil.
(29:19):
Es la capacidad de moverte en esas dinámicas invisibles que
hay en todos los trabajos. La capacidad de leer entre lÃneas.
Porque eso es asÃ, en toda organización, en todo proyecto,
en toda empresa, siempre hay dos estructuras conviviendo. Hay una
primera estructura que es el organigrama oficial, que es el
(29:40):
que conocemos todos, el que sale en los PowerPoint, cajitas, nombres, flechas,
que muestran jerarquÃas. Todo está muy claro, todo está muy
limpio y todo está muy ordenado. Y luego está la
otra estructura. La red real de influencia. Esa no aparece
en el organigrama ni en la intranet. Esa la tienes
(30:02):
que ir descubriendo tú paso a paso, observando, escuchando mucho,
leyendo las dinámicas que existen. en el sitio de trabajo
los empleados estrella entienden ese mapa oculto saben identificar quién
tiene realmente el poder aunque no figure en el cargo
más alto a lo mejor el que tiene el verdadero
(30:25):
poder no es el que está más arriba Porque el
trabajo no viaja solo, no es algo que baste con
hacerlo bien y dejarlo en la mesa. Necesita canales, necesita puentes,
necesita relaciones que lo transporten, que lo conecten con otras
áreas y que lo hagan visible, por supuesto. mejores no
(30:46):
ven a la empresa como una máquina rÃgida con una
jerarquÃa rÃgida la ven como un ecosistema vivo en el
que hay personas hay dinámicas hay equilibrios hay tensiones y
entienden que en ese ecosistema la clave no es ser
el más fuerte sino saber dónde encajar con quién colaborar
(31:09):
y qué puentes vamos a tender Ese es el verdadero
mapa que hay que aprender a leer si de verdad
quieres crecer. El que no está en el papel, repito,
sino en las personas que tienes a tu alrededor. Otro
punto muy importante, la comunicación. Comunicar es la palanca que
(31:32):
va a multiplicar tu impacto. la diferencia entre una idea
que se queda abandonada en un cajón y una idea
que puede cambiar el rumbo de un proyecto, de una empresa,
de un sector, incluso de un paÃs, fÃjate, esa es
la comunicación. Te lo pongo en estos términos. Los mediocres
(31:53):
recitan datos. Los excepcionales cuentan historias. Los mediocres buscan impresionar
con gráficos. Los excepcionales buscan transformar Con historias.¿ Por qué?
Porque el cerebro humano no se acuerda de los números.
El cerebro humano recuerda las emociones. Y detrás de cada
(32:15):
buena historia tiene que haber emociones. Emociones que hagan que
el mensaje que tú quieres transmitir se quede grabado. Por eso,
la próxima vez que tengas que presentar algo, que tengas
que explicar una idea, acuérdate, no se trata de los
datos que tienes, se trata de la historia que vas
a contar y de cómo esa historia va a conectar
(32:37):
con las personas que te están escuchando. Fundamental. Asà que
ya lo sabes, todo esto que hemos visto, y te
lo voy repitiendo, iniciativa, tejer una red, autogestión, salir de
tu burbuja, el saber cómo seguir a las personas adecuadas,
el liderazgo con L minúscula, el verdadero trabajo en equipo,
(32:59):
el mapa oculto de las organizaciones, esa comunicación que transforma,
todo esto, No son dones mágicos, no son privilegios que
están reservados a unas pocas personas iluminadas, son simplemente comportamientos,
son hábitos que cualquier trabajador puede aprender, cualquiera. La diferencia
(33:21):
entre mirar a esa persona que parece que juega con
un manual secreto o ser tú quien tiene ese manual
es una simple decisión. La decisión de empezar hoy ya
con cada uno de estos comportamientos. Son nueve comportamientos, no
son tantos. y repetirlos y mañana volverlos a repetir porque
(33:42):
lo cierto es que al final la diferencia entre estar
donde estás y quedarte ahà o estar donde quieres estar
o donde sueñas estar a veces depende de algo tan
sencillo como atreverte a empezar a hacer estas nueve cosas. Bueno,
espero que este episodio te haya inspirado y que te
lleves al menos una idea, una que puedas poner en
(34:04):
marcha hoy mismo. Y si quieres seguir profundizando en todo esto,
quiero contarte que hace unos dÃas lancé el volumen 1 de
mi nueva colección de libros. Se llaman Secretos para Vivir
Mejor y es un compendio... que tiene ideas y herramientas
prácticas para que puedas aplicarlas en tu dÃa a dÃa
y des esos pasos reales hacia la vida que deseas.
(34:26):
Lo tienes ya disponible en Amazon. Te dejo el enlace
directo en la descripción de este capÃtulo para que le
puedas echar un vistazo a este y al resto de
mis libros. Gracias como siempre por estar al otro lado.
Si este episodio te ha aportado valor, por favor, compártelo
con alguien a quien también pueda ayudar. SuscrÃbete al canal,
por supuesto, y sigue al podcast en Instagram. Y, por supuesto,
(34:50):
si alguna vez te apetece apoyar este proyecto con un
café virtual, ya sabes que puedes hacerlo fácilmente a través
de PayPal o de transferencia. Vas a encontrar todos los
detalles en la descripción. Y ahora, sin más, me despido.
Te mando un fuerte abrazo. Y hasta la próxima.