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October 20, 2025 • 33 mins
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Speaker 2 (00:01):
Hola a todos y bienvenidos a Ideas para Vivir Mejor.
Soy Eugenio Pallarruiz, lector empedernido, escritor y experto en desarrollo personal.
Y hoy te traigo las ideas principales de La Supraconsciencia Existe,
un libro escrito por Manuel Sánchez Garra y por Juan
Carlos Cebrián, un libro famosísimo que está vendiendo muchísimo aquí

(00:22):
en España. Piensa en ti, aquí, ahora mismo. No quiero
que pienses en tu nombre, ni en tu historia, ni
en lo que has hecho esta mañana, ni en lo
que tienes que hacer pasado mañana o lo que tienes
que hacer después. Piensa en ti, aquí, respirando. Nota tu respiración,

(00:43):
ese flujo invisible que entra y que sale sin que
tengas que dar ninguna orden. Es algo tan obvio que
normalmente ni lo percibimos. Ahora quiero que recuerdes algo de ayer,
una imagen, una frase, una sensación, algo que dejó una huella.
Y ahora quiero que tomes una decisión sencilla. Cruza los brazos,

(01:05):
o toca tu cara, o mueve un pie. En ese instante,
algo dentro de ti se ha activado. Eso que observa
tu respiración, eso que trae recuerdos, eso que toma decisiones,
es lo que llamamos conciencia. La que enciende las luces
cuando te despiertas y la que las apaga cuando te duermes.

(01:27):
La que está justo detrás de cada pensamiento, de cada
emoción y de cada una de nuestras acciones. La mayoría
de nosotros vivimos creyendo que esa es toda la historia.
como si la conciencia fuera un pequeño panel de control
al que solamente tenemos acceso cuando estamos despiertos, como si

(01:51):
fuera un interruptor que se enciende cuando nacemos y se
apaga cuando morimos. La hipótesis del libro es,¿ y si
esto no fuera así?¿ Y si ese panel de control
no fuera más que la superficie?¿ Y si detrás de
esa lucecita con la que operamos cada día hubiera algo
mucho más profundo, algo que está siempre encendido, aunque no

(02:13):
lo veamos y aunque no lo percibamos? Imagina que debajo
de tu respiración hubiera un océano entero esperándote. Un océano
que no depende de si tú lo miras o si
no lo miras. Un océano que es incluso cuando tú
no estás mirando. A ese fondo es a lo que

(02:36):
el libro llama supraconciencia. Suena abstracto, lo sé, pero es
una idea muy sencilla. Tu mente es como una ola.
La ola sube, baja, rompe, desaparece. Pero el océano permanece siempre. Bueno,
pues en la superficie de ese océano están tus pensamientos,

(02:58):
están tus recuerdos, están tus emociones, lo que llamas el yo.
Pero debajo, en esas profundidades invisibles, hay una serie de
corrientes que sostienen todo eso. Una serie de corrientes que
no piden permiso, que estaban aquí antes de que tú
nacieras y seguirán estando aquí cuando tú ya te hayas ido.

(03:24):
Esta es una pregunta humana, universal, una pregunta antigua.¿ De
dónde viene esta conciencia que nos habita?¿ Por qué podemos recordar?¿
Por qué podemos imaginar?¿ Por qué podemos sentirnos vivos? Bueno, filósofos, sabios, científicos,
todo el mundo ha buscado respuestas a estas preguntas. Y

(03:48):
en las últimas décadas, esa búsqueda ha dado un giro inesperado.
Ha llegado a la física cuántica. La física cuántica es
un territorio donde la realidad ya no es tan rígida.
La realidad es más bien maleable. Donde algo puede estar
en dos sitios al mismo tiempo. Donde lo que está
unido sigue unido aunque lo separe medio universo. Algunos investigadores

(04:15):
ya han ido aún más adentro de eso, hasta los
microtúbulos que habitan en el interior de nuestras neuronas. Son
pequeñas estructuras, esos microtúbulos, donde podría estar sucediendo algo más
que procesos bioquímicos. Lugares donde, tal vez, la conciencia no

(04:37):
sea un producto, sino la base de todo lo demás.
No hay consenso científico, eso es así. Pero por primera vez,
la ciencia está empezando a considerar que la conciencia no
surge de la materia, sino que podría ser la materia
la que surge de la conciencia. Al revés de como

(05:00):
lo habíamos pensado hasta ahora. Y esto de la supraconciencia
no es una fe, no es un dogma y no
es una religión. Es simplemente una posibilidad. Y podemos llegar
a ella por dos caminos, según el libro. La reflexión
y la experiencia directa. Hablaremos más en profundidad de ellos.
La reflexión sucede cuando empiezas a hacerte preguntas incómodas.¿ Soy

(05:24):
algo más que mi historia?¿ Soy algo más que este relato,
que esta narrativa que me repito todos los días?¿ Y
si la voz en mi cabeza no fuera quién soy,
sino solamente un eco de algo más? Y luego está
la experiencia directa. La experiencia directa es la que no
se explica, es la que se vive. A veces te

(05:46):
puede ocurrir en una meditación, por ejemplo, o a veces
te puede ocurrir dando un paseo o en el silencio
de un hospital. Es ese momento en el que de
pronto el ruido se apaga y algo se abre y
aparece un fondo inmenso, un fondo silencioso y una paz
que no depende de nada más. Un presente que no
se va. Como si de repente dejaras de mirar la

(06:09):
pantalla y estuvieras dentro de la película que estabas viendo.
Como si por un segundo recordaras quién eres de verdad.
Y cuando ves el mundo desde ahí, las cosas cambian.
Tu mente y tu cuerpo dejan de sentirse como una isla.

(06:30):
Se convierten en parte del mar. Tu historia personal, que
es ese relato con principio y fin que todos nos contamos,
deja de ser el centro de todo y aparece algo
mucho más grande, algo que no necesita ni principio ni final.
Incluso la muerte cambia de forma. Si la conciencia no

(06:51):
es un interruptor que se apaga, entonces la muerte no
es un apagón. Es un cambio de estado. como cuando
la ola deja de ser ola y vuelve al océano.
No es que se pierda, solamente cambia de forma. Miles
de personas que han estado al borde de la muerte

(07:13):
relatan las mismas cosas. Una luz, una paz, una unidad
con el todo. Da igual si estas personas estaban en
una mesa de operaciones o en un accidente o en
un campo de batalla. Da igual también la cultura de
la que vengan, da igual el idioma, da igual la religión,
el patrón de lo que cuentan es universal. Y lo

(07:35):
cuentan como quien recuerda un viaje que vivió con cada
célula de su ser. Y desde ese momento su forma
de estar en el mundo, por lo menos para muchos
de ellos, cambia para siempre. A esto lo llamamos experiencias
cercanas a la muerte. ECM, ¿no? Tres letras, ECM, experiencias
cercanas a la muerte. Y las personas que han estado

(07:57):
ahí hablan de una sensación extraña y a la vez
muy clara, la sensación de desprenderse del cuerpo, como si
uno soltara un abrigo pesado y de repente flotara. Desde ahí,
desde algún lugar arriba, son capaces de observar lo que
está ocurriendo en ese momento. Según la situación, ven a

(08:17):
los médicos corriendo, o ven a las familias llorando, o
ven a las máquinas pitando. Lo ven todo y, sin embargo,
no sienten miedo. Al contrario, lo que relatan es que
hay mucha calma. Y después casi siempre aparece un túnel.
Y al final de ese túnel dicen que hay una
luz cálida que no empuja, que no te obliga a ir,
sino que te atrae con una suavidad que es imposible

(08:40):
de explicar. Y dicen también que junto a esa luz
Pues hay presencias. Hay personas que las reconocen como familiares
que ya han fallecido y otros las describen como seres
que transmiten paz. Y dicen también que nadie necesita hablar
en ese entorno. Es como si la comunicación fuera directa

(09:03):
de conciencia a conciencia. Y entonces llega también lo que
todos describen igual, aunque usen palabras distintas. Una sensación de
amor total. Quienes lo han sentido dicen que no hay
forma de explicarlo con palabras humanas, que ninguna experiencia terrenal

(09:24):
se parece a estas experiencias cercanas a la muerte. Lo
más desconcertante de todo esto es que muchos de estos
relatos vienen de personas que en ese momento estaban clínicamente muertas.
no tenían pulso, no tenían actividad cerebral detectable... y sin

(09:46):
embargo estas personas cuando regresan a la vida... describen detalles
muy precisos... de todo esto que les ha ocurrido mientras
estaban inconscientes. Pueden decir qué instrumentos han usado en su cuerpo...
qué dijo tal médico, cómo se movía alguien en esa
sala o incluso en otra sala. Y esos detalles muchas

(10:06):
veces se confirman. Es como si su conciencia hubiera seguido
ahí aunque el cuerpo ya no estaba. Claro, cuando estas
personas despiertan, Algo profundo cambia en ellas. Son personas que
generalmente dejan de temer a la muerte, empiezan a ver
a la vida con otros ojos. Las preocupaciones pequeñas del

(10:30):
día a día ya no tienen el mismo peso. El trabajo,
el dinero, la imagen, todo eso, después de una experiencia
cercana a la muerte, pierde fuerza. Lo que de verdad importa,
que son básicamente tres cosas, las personas, el amor y
el propósito, empieza a ocupar el centro de sus vidas.
Es como si hubieran regresado de esa experiencia con una

(10:50):
brújula nueva. La ciencia ha intentado explicar todo esto, por
supuesto que sí. Hay investigadores que hablan de que esto
se produce por una falta de oxígeno en el cerebro.
Otros hablan de unas tormentas químicas que nuestro cerebro lanza
justo antes de nuestro fallecimiento, de neurotransmisores que están disparando

(11:12):
imágenes vívidas, descargas neuronales extremas que son capaces de generar
visiones intensas. Puede que todo eso sea cierto, o puede
que no, o puede que sea cierto en parte. Pero
ninguna de esas teorías consigue explicar la claridad con la
que las personas que han sufrido una ECM narran su experiencia.

(11:32):
Ni por qué personas de culturas, de edades, de creencias
totalmente distintas describen cosas tan parecidas entre sí. Ahí es
donde aparece lo que el libro, para mí, aporta a
este terreno, que es lo de la física cuántica. La
física cuántica es ese lugar donde las reglas que conocemos

(11:55):
no funcionan como esperamos habitualmente. En la física cuántica las
partículas pueden estar en dos sitios a la vez. Lo
que pasa aquí puede afectar a lo que ocurre allá,
aunque estemos a kilómetros de distancia. En física cuántica nada
es sólido, nada es fijo, todo es energía, todo vibra.
Y si ese es el lenguaje profundo de la realidad,

(12:18):
a lo mejor la conciencia no está encerrada en nuestro cerebro,
como siempre hemos creído. A lo mejor pasa lo contrario.
Tal vez nosotros estamos dentro de la conciencia. Tal vez
la muerte no sea un muro, sino una puerta. Una
puerta que algunos, muy pocos, han cruzado y por algún

(12:41):
motivo que se nos escapa, por algún motivo que aún
no entendemos, han podido volver para contar su experiencia. La
física cuántica lo que pasa es que nos suena como
un club cerrado al que solamente entran esas personas tan
inteligentes que saben resolver ecuaciones que ocupan pizarras enteras, ¿verdad?

(13:02):
Pero si nos acercamos un poco a través del libro,
si nos atrevemos a mirar más allá de lo que
pensamos sobre la física cuántica, nos damos cuenta de que
tampoco tiene que ser un territorio reservado a genios con
bata blanca, ¿no? Puede ser una ventana abierta a un

(13:23):
mundo que es difícil de entender porque no obedece nuestras reglas.
A escalas diminutas, hablamos de aquí de electrones, de fotones,
de las partículas que componen todo aquello que existe, a
nivel diminuto las cosas no se comportan como se comportan
aquí arriba, en la realidad que vemos. No caminan en

(13:45):
línea recta, no se quedan quietas. Las cosas no siguen
un guión que nos parece a nosotros lógico. Un electrón,
por ejemplo, nos dice el libro que puede estar en
varios sitios al mismo tiempo. No en un sitio detrás
de otro, a la vez en dos sitios. Y ese
es uno de los primeros enigmas de la física cuántica,
esa dualidad. A veces se comporta como partícula, a veces

(14:08):
se comporta como onda. No son dos electrones diferentes, es
el mismo mostrando dos caras de la misma moneda. Y
luego está Heisenberg, que tiene el famoso principio de incertidumbre.
Dicho sin fórmulas y aterrizado, significa que no puedes saberlo

(14:31):
todo al mismo tiempo. Si conoces con precisión dónde está
una partícula, no puedes saber a qué velocidad va. Si
sabes a qué velocidad va, no puedes saber exactamente dónde
está esa partícula. Es decir, siempre hay algo que se
escapa¿ Y qué significa esto? Bueno, esto es gigantesco, porque

(14:52):
esto significa que la realidad no es un libro cerrado
que tiene todas las páginas ya escritas. Esto significa que
la realidad es un texto que se redacta mientras lo
vamos leyendo. Es un campo de posibilidades que se convierte
en historia solamente cuando tú miras. Y otro concepto, tenemos

(15:13):
también el entrelazamiento cuántico. Einstein... que no soportaba estas cosas
que no encajaban con su lógica, lo llamó con resignación
la acción fantasmal a distancia. Dos partículas que estuvieron unidas
en algún momento pueden separarse kilómetros, pueden separarse incluso años luz,

(15:36):
y aún así, cuando hacemos algo con una de esas partículas,
la otra responde al instante. Como si un hilo invisible
las mantuviera unidas constantemente, como si ignorasen las leyes del
espacio y las leyes del tiempo. En los años 80, Alain
Aspect y su equipo lo demostraron de una forma bastante concluyente.

(15:56):
Esa conexión existe. Pero,¿ y si ese comportamiento cuántico no
estuviera solamente ahí fuera, sino también aquí dentro, en nosotros?
Algunos científicos creen que sí. Dicen que los microtúbulos, te
comentaba antes que son esas estructuras diminutas que tenemos dentro

(16:19):
de nuestras neuronas, esos microtúbulos, dentro de ellos, podrían estar
ocurriendo procesos cuánticos. Y que esos procesos cuánticos podrían estar
relacionados con algo tan misterioso y tan cercano como nuestra
propia conciencia. Eso que tú llamas yo. Eso que piensa,

(16:43):
que siente, que decide, que recuerda, que sueña. Eso que
llamamos yo, nuestra conciencia. Si esto fuera cierto, si la
mente no es solamente un cóctel de reacciones químicas, sino
que es un jugador activo en ese tablero cuántico que
nos explica el libro, entonces esto es muy fuerte porque

(17:03):
nuestra posición en la historia cambiaría por completo. Ya no
seríamos espectadores pasivos viendo pasar la vida como quien está
viendo una película en la pantalla de un cine, ¿verdad?
Seríamos coautores del guión. Parte del mecanismo que hace que
la realidad se vuelva real. Te lo repito, esto abre

(17:28):
una puerta increíble, ¿no? Esto explicaría por qué hay experiencias
humanas que se escapan de los moldes de la ciencia tradicional.
Eso explicaría por qué hay vivencias que no encajan en
nuestras explicaciones lineales de la realidad. Por ejemplo, las experiencias

(17:48):
cercanas a la muerte, ¿no? Lo que te contaba antes,
miles de personas de culturas diferentes han contado con patrones
sorprendentemente similares una experiencia cercana a la muerte. Quizás simplemente
ocurren en un nivel que todavía no entendemos, en un
nivel donde la mente y el universo no son dos
cosas separadas, sino que son dos hebras de alguna manera

(18:13):
entrelazadas dentro de la misma trama. Dos espejos que se
reflejan uno al otro, casi mejor metáfora. Y si eso
es cierto, entonces la conciencia no es solamente una linterna
que ilumina lo que ya está ahí. Si eso es cierto,
la conciencia es parte de la maquinaria misma que hace

(18:34):
que el universo se exprese. Si eso es cierto, cada
pensamiento tuyo y mío importan. Cada emoción importa, cada mirada importa,
cada gesto, cada elección que hacemos en el día a
día tiene un peso real en el tejido invisible de
eso que llamamos realidad. Es decir, no estamos simplemente viviendo

(18:55):
en el mundo, estaríamos ayudando a crear el mundo. La supraconciencia, entonces,
no es tuya ni mía. Es un fondo, es una frecuencia,
es un campo que sostiene lo visible y lo invisible.
Un océano del que emergen nuestras olas personales, esos pensamientos,

(19:18):
esas emociones, esas narrativas biográficas, y al que todo retorna
más tarde o más temprano. Y en ese fondo el
tiempo deja de ser una línea. Lo que es pasado
y futuro para nosotros pierde su rigidez. Y lo único
que queda,¿ qué es? Un presente vivo, un presente elástico,
que se abre como un río. Un presente que, mirado

(19:40):
sin prisa,¿ a qué se parece sospechosamente? A la eternidad.
A la eternidad. La supraconciencia es holográfica. No somos piezas sueltas.
Somos un todo viéndose a sí mismo desde distintos puntos
de vista. Por eso a veces ocurren esas cosas que

(20:00):
llamamos casualidades extremas. Cuando piensas en alguien y ese alguien
te llama. Es decir, cambias dentro y cambias fuera. como
si existiera una red invisible donde cada vibración se notara
en todas partes. A esto lo hemos llamado de mil formas. Sincronicidad, intuición, presentimiento,

(20:24):
todas apuntan a lo mismo, apuntan a que hay una
conexión más honda que no cabe en esa aritmética del
yo separado del resto del mundo, ¿no? Y lo más interesante,
la supraconciencia no es algo que vive solamente en lo extraordinario.
Está en lo cotidiano también, ¿verdad? En esa intuición que

(20:47):
aparece antes de que nuestra mente empiece a debatir. En
ese impulso creativo que no estaba y de pronto sentimos.
En esa calma que irrumpe en medio del ruido y
lo pone todo en su sitio sin necesidad de decir
una palabra más alta que otra. Del otro lado del
ring tenemos al ego, a nuestro ego, pequeño, ruidoso, exigente,

(21:12):
ese ego que se alimenta del pasado fabricando culpas y
se alimenta del futuro sembrando miedos. No conoce el presente,
al ego le asusta el miedo, el ego necesita comparar, acumular, exhibir,
y cuando toma el mando lo que hace es separar, aislar,
multiplicar el sufrimiento. No es casualidad que en un mundo

(21:35):
que lo alimenta cada día a ese ego con pantallas,
con likes, con estatus, con métricas, aumenten también la ansiedad
y la depresión. El ego es una lente que deforma
las cosas y te hace creer que eres menos de
lo que eres en realidad y que te falta más
de lo que en realidad te falta.¿ Y qué pasa cuando,

(21:57):
aunque sea por un momento, ese ego se aparta y
deja que la supraconciencia asome? Pues que la felicidad deja
de depender de lo que tienes o de quién te
mira o de cuánto has conseguido. La felicidad nace desde dentro.
Y no es esa euforia frágil, es un sosiego estable.

(22:18):
No es ese golpe rápido de dopamina. Es el asentamiento
sereno de una mente que está en equilibrio. Vuelvo a
las experiencias cercanas a la muerte. Esas experiencias místicas, o
esos chispazos de creatividad, o esos momentos de telepatía con
otra persona que no sabemos explicar... Si lo que dice

(22:40):
el libro es cierto, todo eso no serían rarezas sueltas,
sino diferentes puertas que dan a la misma sala. Esa
sala donde el yo se vuelve transparente y lo que
queda es unidad, lo que queda es un silencio lleno,
es un todo en el que ya no hay ni
dentro ni fuera. Claro, la pregunta es cómo llegamos a

(23:01):
esa sala sin necesidad de tener un accidente, sin necesidad
de pasar por un quirófano o sin necesidad de que
suceda un milagro. Pues con lo más simple y a
la vez lo más difícil a día de hoy. Detenerse,
respirar y escuchar. La meditación no es una huida del mundo.
Es una manera de entrar por completo en el mundo.

(23:23):
Cuando te sientas con intención a estar solamente, el ruido
baja y poco a poco aparece el fondo. Y te
digo lo de siempre, no hace falta que te vayas
al Tíbet, no te hace falta incienso, no hace falta
nada de eso, solo hace falta un poco de honestidad,
solo hace falta que te quedes lo suficiente como para
atravesar esa impaciencia que todos tenemos. Porque al otro lado

(23:46):
de esa impaciencia está la puerta. Y cuando cruzas esa puerta,
aunque sea un segundo... la vida se empieza a reordenar.
Lo urgente deja de aplastar a lo que es realmente importante.
Lo accesorio se cae solo. Lo esencial ocupa el centro
de esa sala sin pedir permiso. No te vuelves invulnerable,

(24:08):
te vuelves verdadero. Y desde esa verdad, la acción cambia.
Dejas de hacer para demostrar y empiezas a hacer para expresar.
Tu trabajo deja de ser trabajo y se convierte en servicio.
Tus logros son consecuencias. Tu éxito es inevitable, es una

(24:29):
alineación de las cosas. Si esto es así, entonces cada
uno de nuestros gestos cuentan, cada uno de nuestros pensamientos cuentan,
cada emoción que sentimos cuenta. Si esto es así, no
estamos viviendo simplemente en el mundo. Estamos ayudando a crear
el mundo. Y nuestra atención, que se ejercita con la meditación,

(24:50):
es una llave para eso. Para acercarte a esa supraconciencia,
hay un primer paso que no podemos saltarnos. Ese paso
se llama salir del tiempo psicológico. No es un ritual esotérico,
aunque suene así. Es algo infinitamente más simple. Mira, el ego,

(25:11):
te repito que es esa voz incansable que narra tu
vida desde dentro de tu cabeza, tu ego vive enganchado
a dos lugares que no existen fuera de tu mente.
pasado y el futuro. Tu ego pasa el día repasando
aquello que ya no puedes cambiar y pasa el día
imaginando lo que todavía no ha sucedido, posiblemente nunca va

(25:33):
a suceder y comparando lo que fue con lo que
podría haber sido. Tu ego repite conversaciones que terminaron hace años.
Tu ego se preocupa por escenarios que puede que nunca
lleguen a suceder. Y mientras tanto, ¿qué? Mientras tanto el
presente se te está escapando. Por eso el ego odia

(25:56):
el silencio. Le incomoda, le desarma. Porque el presente no
necesita historias, no necesita justificaciones. El presente simplemente es. Y ahí,
en ese terreno tan quieto, tan simple, el ego pierde
el control completamente. pero tienes que saber que ese ruido

(26:17):
no eres tú, no es tu identidad más profunda, no
es tu esencia, es solamente un personaje, es una interfaz
útil para moverte por el mundo, útil para trabajar, útil
para relacionarte, útil para sobrevivir, pero también frágil, inestable. y
algo que depende siempre de lo que los demás piensan,

(26:39):
de lo que los demás dicen o de lo que
los demás esperan de ti. Por eso necesita estímulos, por
eso necesita validación, certezas, por eso corre, por eso huye,
por eso el ego nunca descansa. La supraconciencia, en cambio,
no necesita nada de eso. No corre, no huye, no discute.

(27:00):
Está aquí, ahora, silenciosa, presente. Es ese fondo limpio debajo
de todo el ruido que tenemos en nuestra mente. Y
muchas personas llegan a ese fondo por dos caminos. o
bien por un camino involuntario, cuando vive en una situación
que podemos considerar límite, un accidente, una enfermedad grave, una

(27:22):
experiencia cercana a la muerte, como hemos dicho, en esos
momentos extremos, el yo narrador que es esa persona que opina,
que teme, que recuerda, ese yo narrador se apaga y
aparece otra cosa, aparece una conciencia clara, estable, sin miedo,
una presencia que no depende de tu historia ni de

(27:45):
tu cuerpo, de nada, no depende de nada. Y el
segundo camino para esa supraconsciencia es más lento, es más humilde,
es el entrenamiento, es esa práctica de la que hemos
hablado de meditación, que va vaciando el ruido hasta que
lo esencial aparece por sí mismo. Meditación. Meditar no es

(28:07):
dejar de pensar a la fuerza, no es luchar contra
tu mente, tampoco es perseguir ninguna experiencia extraordinaria, tampoco vas
a sentir nada especial. Meditar es simplemente aprender a estar.
respirar sin prisa, observar tus pensamientos sin intervenir y dejar
que esos pensamientos vengan y después se vayan como hacen

(28:29):
las nubes que pasan por el cielo todos los días.
Tú no eres las nubes, tú eres el cielo que
está detrás de esas nubes. Y si eres constante con
la meditación, la atención se estabiliza, el yo defensivo se desinfla.
Y aparece un silencio distinto, no un vacío, sino un
silencio lleno de presencia. Es como poder bajar por fin

(28:53):
el volumen del mundo. Ese es el umbral de la supraconciencia.
Y a partir de ahí surgen cosas que no se
pueden fingir. Surge la paz, una paz tranquila, no eufórica,
una paz estable, una apertura suave, sin exigencias, una intuición

(29:13):
más clara, una creatividad también que no necesita demasiado esfuerzo
y que fluye prácticamente sola. Y no es solamente la
mente la que nota esta diferencia, el cuerpo también responde.
La respiración se vuelve más profunda, el pulso se vuelve
más tranquilo, el sistema nervioso en general se regula, nuestro

(29:35):
estrés baja, las reacciones automáticas que tenemos se suavizan, nuestra
percepción se amplía también. Y con el tiempo, esa práctica
se vuelve una manera de vivir más que una práctica.
Es decir, ya no solamente vas a meditar cuando cierres
los ojos. Vas a meditar mientras caminas, mientras cocinas, mientras trabajas,

(29:58):
mientras hablas con alguien también. La presencia impregna todo. Y
entonces las relaciones cambian, el trabajo cambia, tú cambias, surge
más empatía, más bondad, no porque debas ser así, sino
porque así es como la conciencia se expresa cuando esa
conciencia está libre de interferencias. Así que ya lo sabes,

(30:24):
durante este ratito hemos mirado juntos hacia un lugar que
no podemos ver con los ojos, pero que todos, todos, todos,
sin excepción, llevamos dentro. Ese fondo silencioso que no compite,
que no exige, que no juzga, que solamente está. Y
la verdad es que no necesitas un laboratorio, no necesitas

(30:46):
una religión nueva, no necesitas una experiencia cercana a la
muerte para tocar ese fondo. Lo único que necesitas es detenerte,
es respirar, es escuchar, en definitiva es estar presente. Porque
al final la supraconciencia no es algo que está allí fuera,
esperándote como si fuera un destino exótico de vacaciones. Está aquí,

(31:10):
está ahora, esperando a que tú te recuerdes. A que
tú recuerdes que no somos olas perdidas buscando un océano.
Somos el océano que por un instante se ha olvidado
de sí mismo. Cuando recuerdas eso, aunque sea un ratito,
ya nada puede volver a ser igual. La vida no

(31:32):
se vuelve perfecta, por supuesto que no. Se vuelve real,
se vuelve plena. Vives desde el centro, no desde el miedo,
desde la unidad, no desde la separación. Y entonces comprendes
algo que no se puede explicar, que solamente se puede vivir.
No estás simplemente en el mundo. Tú también estás creando

(31:55):
el mundo. Bueno, espero que este episodio te haya inspirado
y que te lleves al menos una idea para poner
en marcha hoy mismo. Y si quieres seguir profundizando, quiero
contarte que ya está disponible el volumen 1 de mi nueva
colección de libros secretos para vivir mejor. Es un compendio

(32:15):
de las ideas y de las herramientas prácticas que tocamos
en este podcast para que puedas tenerlas por escrito, para
que puedas repasarlas, para que puedas aplicarlas en tu día
a día y para que puedas dar pasos reales hacia
esa vida que deseas. Lo tienes ya disponible. Te dejo
el enlace directo en la descripción de este episodio para
que le eches un vistazo sin compromiso. Gracias de verdad

(32:38):
por estar al otro lado. Si este episodio te ha
aportado valor, compártelo con alguna persona a quien también pueda ayudar.
Suscríbete al canal, por supuesto, y sigue a este podcast
en Instagram. Y ahora sí, me despido. Un fuerte abrazo
y hasta la próxima.
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