Episode Transcript
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Speaker 2 (00:01):
Hola a todos y bienvenidos a Ideas para vivir mejor.
Soy Eugenio Paya Ruiz, lector empedernido, escritor y experto en
desarrollo personal. Y hoy te traigo las ideas principales de
un libro que se llama Mejores decisiones menos lamentos. Está
escrito por Andy Stanley. Antes, como siempre, muy rápidamente déjame
(00:22):
saludar al Instituto Valenciano Digestivo, iBody, que ha creado un
programa intensivo 100% online para ayudarte a mejorar tu bienestar
de una manera integral. Ellos son médicos, son profesionales de
la salud que te pueden acompañar en diferentes temas, alimentación consciente, ejercicio,
gestión del estrés, etc. Todo a tu ritmo y desde
(00:43):
tu casa. Y solamente por ser oyente de este podcast
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enlace que te dejo en la descripción. Y ahora sÃ,
vamos con las ideas principales de mejores decisiones menos lamentos.
(01:10):
Tu vida, tal y como es hoy, es la consecuencia
directa de las decisiones que has ido tomando durante tu camino.
Una detrás de otra. Decisiones pequeñas, decisiones un poquito más grandes,
decisiones conscientes, decisiones impulsivas. Todas ellas juntas han dibujado el
(01:31):
mapa en el que estás parado ahora mismo. Y aceptar
esto puede doler, porque por un lado significa reconocer que
no hay nadie más a quien puedas culpar, pero por
otro lado también es una buena noticia, porque si fuiste
tú la persona que tomó las decisiones que te han
traÃdo hasta aquÃ, también eres tú la persona que puede
(01:53):
tomar las decisiones que te lleven a un lugar mejor
del que estás ahora. El problema es que saberlo no
significa automáticamente que vayas a elegir mejor. No funciona asÃ.
Porque en cada decisión que tomamos entran en juego las emociones.
(02:15):
Y las emociones son como esos invitados incómodos, ¿verdad? Que
llegan a una fiesta y se ponen a gritar más
alto y más fuerte que todos los demás invitados, ¿no?
Y entre esa algarabÃa, tu razón, la pobre, apenas se
escucha en ese ruido. Por eso tantas veces elegimos lo
que no nos conviene, aunque sepamos perfectamente qué es lo
(02:38):
que tenemos que hacer o lo que deberÃamos hacer. El
reto no está en saber qué es lo correcto. Eso
lo sabemos todos. El reto es elegir lo que es correcto.
Ese es el salto. Dejar de decidir con el miedo
o con la ilusión, con esa emoción, y empezar a
(02:59):
tomar decisiones con calma, con reflexión y con intención, dejando
a un lado las emociones. Porque cuando pones pausa, cuando respiras,
cuando te preguntas qué quieres proteger o qué quieres construir
con esta o aquella decisión, cuando piensas en cómo te
vas a sentir en el futuro con esa decisión, en 10 meses,
en 10 años, etc., algo cambia. Tu foco pasa de la
(03:23):
hora inmediato al después importante. Tampoco se trata de eliminar
las emociones. He dicho dejarlas de lado, no eliminarlas. Hay
que darles un lugar sin que lo ocupen todo. Se
trata de que dejemos de vivir en piloto automático y
empecemos a vivir de una manera deliberada. Cada elección es
(03:44):
un ladrillo y ladrillo a ladrillo vamos construyendo la casa
en la que vamos a vivir mañana. Ese es el
poder que tenemos y esa es también nuestra responsabilidad. La
mayor parte del tiempo el obstáculo entre tú y la
vida que quieres eres tú. No es tu jefe, no
es tu pareja, no es tu pasado, no es el mercado,
(04:07):
no es la mala suerte. Eres tú. tu capacidad para
engañarte a ti mismo con argumentos tan pulidos que parecen verdad.
Y lo más peligroso no es la gran mentira que
le cuentas al mundo. Lo más peligroso son las pequeñas
mentiras que te vas repitiendo a ti mismo en la
intimidad y que te hacen sentirte de alguna manera bien
(04:30):
o te hacen sentirte a salvo. Bueno, no es para tanto,
mañana empezaré, es que ahora no puedo, cuando se calme
todo entonces empiezo... Y eso, les pones una etiqueta, lo
llamas prudencia, equilibrio, realismo, pero por dentro sabes que muchas
veces esas cosas te están frenando, esa historia que te
estás contando te está frenando. Lo que realmente marca la
(04:53):
diferencia en una vida no es lo listo que seas,
no es la cantidad de cosas que has vivido, no
es tampoco las intenciones que tengas, buenas o malas. Lo
que separa una biografÃa normal de una biografÃa extraordinaria es
algo más simple. Es tener honestidad brutal con uno mismo.
(05:15):
Brutal no significa cruel ojo, significa sin anestesia, sin adornos.
Decirte lo que es, no lo que te gustarÃa que fuese.¿
Pero por qué nos cuesta tanto? Nos cuesta porque el
autoengaño es parte de nuestro cableado como seres humanos. Nuestra
mente está programada para proteger la imagen que tenemos de
(05:38):
nosotros mismos. Está programada para mantenernos coherentes con nuestro relato.
Está programada para ahorrarnos el dolor de reconocer que nos
hemos equivocado. Cada vez que tomas una mala decisión, tu
cerebro está inmediatamente fabricando justificaciones a una velocidad de vértigo.
(05:58):
Es un abogado muy brillante que está defendiendo al cliente
equivocado y lo hace tan bien que tú terminas creyéndote
tu propio discurso. Es supervivencia psicológica. Pero esa supervivencia, si
no la vigilas, te va a dejar varado donde no
(06:20):
quieres estar. Romper ese ciclo empieza por aceptar que el
autoengaño no se cura ni con los años ni con
la experiencia. Es algo que tenemos que gestionar, es algo
que no desaparece, es algo que tenemos que vigilar constantemente.¿
En qué consiste esa vigilancia? En practicar una y otra
(06:40):
vez la primera de las cinco preguntas que nos dice
el libro que pueden cambiar tus decisiones y que pueden
cambiar tu vida. Esa primera pregunta es,¿ estoy siendo honesto
conmigo mismo de verdad? Esta última parte es clave, de verdad.
Porque la primera respuesta que des a esa pregunta suele ser,
llamémoslo asÃ, la versión oficial. La segunda, si te das
(07:02):
dos minutos más, empezará a rozar la realidad. Y la tercera,
cuando ya bajas la voz y miras a tu vida
sin excusas, esa tercera versión es la que contiene seguramente
la pieza que te faltaba. Pregúntate,¿ qué cuento me estoy
contando para no hacer lo que sé que tengo que hacer?
(07:25):
Escucha lo tÃpico que nos dice la mente. Es que
no es un buen momento, es que necesito hacer otro curso,
es que no quiero molestar, es que solo lo voy
a hacer hoy. Si suena excusa, esa justificación probablemente es
una justificación y es una excusa. Y después saca el
foco de ti y mira los hechos. Escribe dos columnas.
(07:48):
Evidencias que tengo a favor de mi versión y evidencias
en contra. Escribir de alguna manera disuelve la niebla mental
y te obliga a concretar. Y si aún tienes dudas,
somete tu historia a un espejo humano. Ve a alguien
que te quiera lo suficiente como para no comprarte una
mentira y dile, esta es mi versión de esto. Dime
(08:11):
qué cosas no estoy viendo. La honestidad radical, en cierta manera,
es un deporte de equipo. Uno se miente mejor cuando
juega solo, ¿verdad? Es asÃ. Pon esto en tu vida cotidiana.
Dejas de escribir porque no tienes inspiración. Honestidad brutal serÃa,
no escribo porque tengo miedo de escribir mal.¿ Cuál es
(08:35):
la solución honesta a esto? Oye, escribe mal 10 minutos y
vuelve mañana. Otro ejemplo, no vas al gimnasio porque llueve.
Con brutal honestidad, si fuera una reunión pagada irÃas, aunque lloviera.¿
Cuál es la solución honesta? Haces 15 minutos de ejercicio en
tu casa. Habrá resistencia, por supuesto, y tu cerebro va
(08:56):
a protestar. No seas tan duro contigo mismo, bla, bla, bla.
No se trata de fustigarte. Te tienes que hablar como
hablarÃas a alguien al que quieres de verdad. sin mentiras
que le vayan a hacer daño mañana y sin castigos
que le vayan a afectar hoy. LÃmite y cuidado, ese
(09:18):
es el tono, el equilibrio entre lÃmite y cuidado. La
libertad no va a aparecer cuando la vida por fin
se ponga fácil, porque no se va a poner. La
libertad llega en el momento en el que dejas de
contarte cuentos y decides por fin enfrentarte a ti mismo.
Cuando respondes a la pregunta,¿ estoy siendo honesto conmigo mismo
(09:40):
de verdad? Y actúas en consecuencia, por supuesto, aunque sea
dando un pasito mÃnimo. Y casi sin darte cuenta, empieza
a cambiar lo único que siempre estuvo en tus manos.¿
Y eso qué es? Pues tu siguiente decisión. Cada decisión.
(10:00):
que has tomado, te repito, cada trabajo que aceptaste o
que no aceptaste, cada relación que empezaste o que terminaste,
cada crisis que afrontaste o que no afrontaste. Ya está escrita.
No es un borrador. Son capÃtulos permanentes en tu vida,
en tu narrativa personal. Y más tarde o más temprano,
(10:20):
esa narrativa la vas a tener que leer en voz alta.
Ante otros sÃ, pero sobre todo ante ti mismo. Por eso,
la pregunta es más importante de lo que parece. La
segunda pregunta es,¿ esta es la historia que quiero estar
contando cuando ese momento llegue? Cuando piensas asÃ, cada decisión
(10:40):
deja de ser un simple¿ qué hago hoy? y se
convierte en¿ qué capÃtulo quiero escribir hoy? Deja de ser
una acción aislada y pasa a ser un párrafo con
consecuencias en tu historia. Pasa a ser un giro de
la trama que va a construir o que va a
derribar el arco del personaje principal, que obviamente en tu
(11:01):
vida eres tú. La vida cambia de escala temporal. Ya
no decides solo para salir del paso. Decides porque quieres
sostener el relato que inevitablemente vas a tener que releer
algún dÃa.¿ Se entiende? El problema es que la escritura
de esa historia normalmente sucede en mitad de una tormenta.
(11:23):
No es algo frÃo. Las emociones son la niebla de
esa tormenta. Esa euforia que te promete atajos, ese enfado
que te pide venganza, ese deseo que te arrastra, ese
miedo que te encoge. Y cuando la niebla de las
emociones está baja, pierdes la visión del conjunto. Y entonces
lo urgente tapa lo importante. Lo que decides en un
(11:44):
segundo en realidad puede convertirse en una sombra que te
acompañe durante años. Esa niebla no te hace mala persona,
solamente te hace miope. Y un narrador miope va a
escribir escenas que luego nadie va a soportar leer. Y
él mismo tampoco.¿ Cuál es el antÃdoto? Pausa. Tan simple
(12:07):
y tan difÃcil. Haz una pausa y respira. Retrocede un
paso y mÃralo todo como si fueras el autor y
no el personaje.¿ Al autor qué le importa? El tema,
la coherencia, el arco.¿ Y al personaje qué le importa?
La emoción del momento. Cuando te colocas en lugar del autor,
la pregunta cambia.¿ Qué historia quiero que cuente esta decisión
(12:32):
dentro de 10 años?¿ Esto encaja en el relato que quiero dejar?
Y de repente las recompensas inmediatas pierden su brillo. La
importancia del placer rápido se disuelve, la rabia se enfrÃa,
el miedo se vuelve más manejable y lo que permanece
es la historia, tu historia. Imagina que esta escena, la
(12:59):
que sea, tendrá que ser contada en voz alta a
alguien a quien respetas.¿ Te sentirás orgulloso, orgullosa de narrarla
tal cual ha sucedido o empezarÃas a maquillar detalles? Si
necesitas maquillar detalles, si necesitas excusas, la escena no está
a la altura de tu libro. Cambia la escena, no
(13:20):
cambies el relato. Otra forma es recordar cuál es el
tema de tu historia. Toda buena narrativa, los que escribimos
sabemos esto muy bien, tiene que tener un tema. Los
valores que quieres honrar, Llámalo verdad, salud, responsabilidad, amor, libertad,
da igual el nombre. Importa que esos valores estén vivos
(13:42):
en tus páginas. Si tus decisiones contradicen tu tema, el lector,
que eres tú en el futuro básicamente, lo va a notar.
Lo va a notar. Y no puedes reescribir los capÃtulos pasados,
no puedes borrar, pero puedes subrayar, puedes añadir notas al
margen con nuevos actos, puedes transformar el sentido de una
(14:06):
escena antigua con la siguiente escena que escribas. Eso se
llama redención. Cuando hablamos de literatura, eso es la redención.
Y en la vida,¿ cómo se llama? Aprender. Una mala
página no va a arruinar un buen libro siempre que
a partir de esa mala página empieces a elegir las
cosas mejor y con intención.¿ Cómo se convierte esta elección
(14:31):
en costumbre? Pues con rituales pequeños que te devuelvan al
puesto de autor cuando la niebla de las emociones baje.
Una pausa de 30 segundos antes de cualquier decisión que pueda
tener consecuencias. Tres respiraciones por la nariz, exhalando el doble
de largo de lo que la inhalación ha sido. Una pregunta,¿
(14:54):
qué capÃtulo de mi historia estoy escribiendo? Este tipo de cosas, ¿no?
Y habrá dÃas de páginas más brillantes y dÃas de
páginas con tachones. Está bien, un buen libro no es
una sucesión de escenas perfectas. Un buen libro es una
dirección clara, mantenida en el tiempo, a pesar de los baches.
(15:17):
Esa dirección se llama coherencia. Lo que haces se tiene
que parecer a lo que dices que importa. Los cinco
minutos que regalas a lo importante cuando nadie mira... Ese
no que dices sin culpa. Ese lo siento que dices
cuando todavÃa estás a tiempo. Esos párrafos sostienen los capÃtulos
(15:41):
que un dÃa querrás leer con orgullo. Eso si no otros.
Cuando nos enfrentamos con decisiones importantes, a veces cogemos un
papel y un boli, ¿verdad? Y hacemos una lista de
pros y una lista de contras y sumamos y restamos
y les damos puntos y sentimos que si las matemáticas salen,
(16:01):
pues la vida también. Pero mientras tú haces esas cuentas,
tu subconsciente, que obviamente no tiene ni pizarras ni gráficos
ni sabe sumar ni restar, ya ha terminado el examen.
Tu subconsciente ha olido patrones, ha detectado incoherencias, ha visto
riesgos que aún no han llegado a tu mente consciente
(16:22):
y como no habla con párrafos, tu subconsciente te avisa
con lo único que tiene a mano.¿ Y eso qué es?
La incomodidad. Y entonces sientes el nudo en el estómago,
la presión en el pecho, oyes esa voz que te
dice que algo no cuadra... no es miedo irracional, es
(16:44):
también información. Es información valiosa que todavÃa no sabes traducir.
El error no es sentir esa información, el error es
silenciar esa información o racionalizarla con el clásico no pasa nada,
estoy exagerando. Tapar el sensor porque pita en lugar de
(17:05):
mirar el cuadro de mandos es un error.¿ Qué hay
que hacer entonces? Pues no huir de esa incomodidad. Quédate
un poco más en esa incomodidad. Sosténla sin prisa como
quien está afinando una radio hasta que la señal entra limpia.
Ponle nombre a lo que sientes.¿ Es tensión?¿ Es impulso?¿
(17:29):
Es vergüenza?¿ Es prisa? Ponerle nombre baja el ruido. Y
luego pregúntate,¿ qué me está intentando decir esto? A veces
la respuesta es muy simple, solamente falta una pieza de información,
pues pide más datos, habla con una persona más, visita
el lugar, lo que sea. Otras veces esa incomodidad te
(17:52):
está empujando hacia un camino que no habÃas considerado de
una manera racional, pero que encaja mejor con la persona
que eres, aunque te saque de la ruta cómoda, vamos
a llamarlo asÃ. Escuchar bien exige dos oÃdos, la razón
y la emoción. La razón es la que ordena los
hechos y la emoción es la que señala el contexto invisible.
(18:15):
Es la que se fija en los valores que están
en juego, es la que se fija en los lÃmites,
en deseos, lealtades, etc. Trátalas también como lo que son datos.
Pregúntate qué valor se está viendo amenazado, qué valor quiere
expresarse con cada opción. Puede ser verdad, salud, libertad, lealtad, crecimiento,
(18:35):
cada uno tiene los suyos. Y observa dónde tu cuerpo
se contrae y dónde tu cuerpo se expande. La contracción
suele indicar defensa o renuncia. La expansión suele indicar alineación
con algo que te importa, aunque te dé vértigo. Una
práctica concreta. Ensaya la decisión por un dÃa en tu cabeza.
(19:01):
Es decir, vive 24 horas como si hubieras dicho que sÃ.
Y luego 24 horas como si hubieras dicho que no. No
busques euforia, no busques cataclismos. Escucha lo sutil.¿ Con qué
escenario te sientes mejor?¿ En qué escenario te pillas justificándote?
(19:25):
Y no olvides distinguir entre los dos tipos de incomodidad,
que son bastante parecidas, pero son opuestas, por lo menos
a nivel de consecuencias. Hay una incomodidad que es la
incomodidad del crecimiento y que duele como estirar un músculo
que llevaba tiempo acortado, pero detrás de esa incomodidad hay amplitud,
hay aprendizaje. Y luego está la incomodidad de traicionarse a
(19:46):
uno mismo. que esa duele como cuando te aprieta un
zapato porque llevas un zapato con dos tallas menos. Hay estrechez,
hay desgaste. La primera te deja cansado, pero orgulloso. El
segundo tipo de incomodidad te deja, según el Excel, bien,
pero te deja vacÃo por dentro y tienes que aprender
(20:08):
a reconocerlas. Esto no va de jubilar la lógica para siempre,
va de ponerla en su sitio. La hoja de cálculo
es una herramienta excelente para no autoengañarte con cifras. Y
tu sensación profunda, tus emociones, son una herramienta excelente para
no autoengañarte con relatos. Usa las juntas. Decide con la
(20:30):
cabeza frÃa y con el corazón templado. Si después de
pedir la información que te faltaba, si después de dormir
una noche con el asunto en la mente... Si después
de mirarlo a 10 años vista la incomodidad persiste, cree en
esa incomodidad. Ahà hay un no que te está protegiendo.
(20:51):
Si en cambio la incomodidad se calma cuando te acercas,
cuando preguntas, cuando imaginas el futuro con esa elección, probablemente
ahà hay un sà que te hace más tú. A
veces la vida nos pone en auténticas encrucijadas y no
nos avisa además. Y ahà es donde importa de verdad
(21:14):
la pregunta que casi nunca nos hacemos, la siguiente pregunta
de la que habla el libro.¿ Qué decisión me beneficiará
no hoy ni mañana, sino dentro de un año, dentro
de cinco, dentro de diez? Porque hay elecciones que son
perfectamente legales, que son socialmente aplaudidas, incluso que son moralmente defendibles,
(21:37):
pero esas mismas decisiones para tu vida pueden ser un desastre.
no porque sean malas en sentido abstracto, sino porque chocan
con tu historia, chocan con tu carácter, chocan con tus lÃmites.
Y la sabidurÃa empieza cuando dices, vale, esta es mi
debilidad o mi circunstancia especial, la reconozco y decido a
(22:00):
partir de aquà en consecuencia. La honestidad contigo mismo es
un salvavidas. Significa admitir Que hay ambientes que no te
sientan bien, que te desordenan, que hay horarios que te degradan,
que hay personas que activan en ti la peor versión
de ti mismo. No por culpa suya, por responsabilidad tuya.
(22:23):
Ser adulto es, a fin de cuentas, dejar de pedirle
al mundo que se adapte a tus fragilidades y es
empezar a diseñar una vida que no dispare esas fragilidades.
Y eso incluye decisiones que desde fuera nos pueden parecer exageradas.
No ir a tal sitio, no probar tal cosa, no
aceptar según qué cosas, no hacerlo solo por esta vez.
(22:46):
Quien no conoce sus abismos los visita más de lo
que se puede llegar a imaginar. Por supuesto no siempre
decides con calma, no siempre tienes el tiempo. A veces
la vida te empuja a elegir en mitad de esa
tormenta de la que hablábamos. Cuando estás estresado, cuando te
duele algo, cuando las facturas no perdonan, cuando hay una
(23:07):
noticia que te descoloca completamente... En esos momentos nuestra visión
se estrecha, es normal. Pero esto la gente sabia lo
sabe y entonces¿ qué hace? Esperar. Pospone lo irrevocable. Entiende
que esa circunstancia temporal puede tener consecuencias permanentes. Si tienes hambre,
si estás enfadado, si te sientes solo, si te sientes cansado,
(23:32):
no puedes firmar nada que vaya a cambiar tu historia.
Primero te tienes que regular. Luego tienes que decidir. Retrasar
una decisión un dÃa o una semana no es cobardÃa,
muchas veces es un sÃmbolo de coraje. Cada sà y
cada no es dirección, aunque sea pequeño, aunque no lo parezca.
(23:53):
Hay mucha gente que dice que quiere paz, pero está
continuamente eligiendo ruido y llena la agenda y enciende todas
las pantallas y multiplica sus compromisos. Hay otra mucha gente
que dice que quiere libertad, pero sin saber por qué,
lo que hace es encadenarse con deudas, con promesas, con
hábitos que le llevan de la correa.¿ Por qué? Porque
(24:17):
vivimos en un mundo que empuja hacia el ahora. Compra ahora,
responde ahora, disfruta ahora, opina ahora. La gratificación instantánea es
una especie de nuevo Dios.¿ Y cuáles son sus templos?
Pues esos que brillan en la palma de tu mano, ¿verdad?
Esos teléfonos. Nunca fue tan fácil elegir lo que te
(24:39):
destruye con una sonrisa mientras alguien te dice te lo mereces.
Elegir con sabidurÃa a dÃa de hoy es casi un
acto de resistencia. soportar la tentación de lo rápido y
lo fácil y elegir lo que de verdad importa, aunque
duela un poquito más, eso lo hace ahora mismo muy
poca gente. Pero ese dolor bueno se reconoce, porque no
(25:03):
es el pinchazo de traicionarte, es la sensación de estar creciendo.
Duele levantarte antes para ir a entrenar, pero vas a
estar mejor todo el dÃa. Duele no contestar ese mensaje
que te han mandado incendiado, pero va a preservar una
relación que a lo mejor quieres cuidar. El otro dolor,
el que sà que conviene evitar, también se reconoce muy fácil. ¿Cómo?
(25:28):
Porque empieza dulce y termina vacÃo. Aprende a distinguirlos y
elige en consecuencia.¿ Cómo se hace? Bajándolo a lo concreto.
Te repito, haciendo una pausa real cuando estés en esa encrucijada.
Tres respiraciones profundas por la nariz, exhalando el doble de largo,
(25:49):
preguntándote en voz baja.¿ Qué me acerca más a la
vida que quiero?¿ El sà o el no? Ojo, no
a la vida que otros esperan, no a la vida
que queda bien en redes sociales, no a la vida
que apaga el miedo hoy. No, a la vida que
tú querrás seguir viviendo dentro de 10 años. Si la respuesta
(26:11):
duele un poco, pero te ensancha por dentro, suele ser
por ahÃ. Si la respuesta es cómoda, pero te encoge
por dentro... probablemente es que eso sea un atajo que
trae trampas implÃcitas. Otra cosa que también ayuda es ensayar
el futuro en pequeño. Como te decÃa antes, vivir 24 horas
(26:35):
con la decisión A y con la decisión B y
ver cuál de las dos te encaja más, cuál te
encaja más en tu biografÃa, sin retocar los detalles. Pero
a la encrucijada no se llega por casualidad, se llega
con inercias. Por eso conviene recordar que la mejor manera
de tomar buenas decisiones grandes es entrenarte a tomar buenas
(26:58):
decisiones pequeñas. No esperes a la bifurcación épica para practicar
todo esto. Empieza con los 5 minutos que estás regalando a
lo importante cuando nadie te mira. Empieza diciendo que no,
un no simple que va a proteger tu foco. Empieza
(27:19):
con esa norma privada de no decidir cuando estás desregulado.
Cada elección mÃnima es un voto que haces por el
tipo de persona que quieres ser. Y los votos, ya
sabes que agrupados forman o no forman gobiernos. La famosa
regla de oro de tratar a los demás como nos
(27:40):
gustarÃa que nos tratasen a nosotros mismos... Es un buen suelo,
está muy bien para comenzar, pero se queda corta como techo.
Nos ayuda a no hacer daño, nos empuja a ser
justos y ya está. Pero¿ y si pudiéramos ir un
pasito más allá?¿ Y si el listón fuera ama a
los demás como fuiste amado en tus mejores momentos? En
(28:03):
tus mejores momentos. La paciencia, por ejemplo, no puede ser
apretar los dientes y aguantar. La paciencia es ajustar el
ritmo al ritmo del otro, aunque tu ritmo vaya más rápido.
La amabilidad no es solamente sonreÃr y decir por favor
y gracias, es colocar tu fuerza justamente donde al otro
(28:23):
le está faltando fuerza. La generosidad deja de ser dar
lo que te sobra para convertirse en un compartir lo
que valoras. El perdón no es amnesia, es decidir no
usar el daño como moneda de cambio. Este enfoque termina
cargándose nuestras excusas habituales.¿ Por qué? Porque te obliga a
(28:46):
responder a la pregunta incómoda, que es la siguiente pregunta
del libro,¿ qué harÃa el amor aquà y ahora?¿ Qué
decidirÃa el amor? Esa pregunta desordena porque a veces amar
significa pedir perdón cuando menos te apetece pedir perdón o
significa empezar una conversación difÃcil que llevas años evitando o
(29:09):
decir no con respeto donde siempre decÃas que sà por miedo.
O retirarte a tiempo, cuando seguir haciendo lo que estás
haciendo te está alimentando un daño. Amar no es complacer,
amar incluye lÃmites. La ecuación correcta es firmeza cálida, claridad
con cuidado. Hay garantÃas de que funcione con la otra persona, ninguna.
(29:32):
Puede que el otro no responda, puede que se lo
tome mal, puede que no lo entienda, puede que incluso
lo rechace. Pero si tú eliges actuar desde lo que
dicta el amor, estás en la ruta correcta. Cambias el
clima de la escena. Cambia lo que te cuentas a
ti mismo de ti. Para aterrizar esto, tres hábitos. Primero,
(29:57):
cambia prisa por presencia. Antes de responder, mira a los
ojos y repite por dentro. Primero la persona, luego el asunto. Segundo,
pregunta antes de aconsejar. Pregunta a la persona,¿ qué necesitas
de mà ahora mismo? Que te escuche, que te ayude
o que te dé espacio. Y tercero, repara rápido. Si fallas,
(30:21):
que todos fallamos, vuelve. Me equivoqué aquÃ.¿ Cómo lo puedo reparar?
Reparar a tiempo siempre vale más que tener la razón siempre.
Asà que ya lo sabes, tu vida no la escriben
las circunstancias, ni los demás, ni la suerte. Tu vida
la escribes tú. Y la escribes con cada micro decisión
(30:44):
que tomas a diario. Con cada sà y con cada no.
Con cada excusa que te cuentas o con cada verdad
que te atreves a mirar sin adornos. La pregunta clave
no es qué me toca hacer hoy. La pregunta clave
no es qué quiero hacer ahora. pregunta clave es qué
(31:04):
historia querrÃa estar contando cuando mire atrás porque tu biografÃa
no se construye en los grandes momentos épicos solamente normalmente
una biografÃa se construye en la suma de los pequeños
actos invisibles que repites todos los dÃas sin testigos Y
(31:25):
ahà es donde tienes un poder inmenso. Decidir con brutal
honestidad qué ladrillo vas a poner hoy en la casa
en la que mañana tendrás que vivir. No esperes a
que llegue el momento perfecto, a que llegue la calma
o a que alguien te dé permiso. No hay excusas,
no hay culpables externos, no hay un guión escrito de antemano.
(31:49):
Solamente hay una pluma en tu mano, un bolÃgrafo, y
un papel en blanco que está esperando la siguiente lÃnea,
tu siguiente lÃnea. Bueno, espero que este episodio te haya
inspirado y que te lleves al menos una idea que
puedas poner en marcha hoy mismo. Y si quieres seguir profundizando,
pues quiero contarte que hace unos dÃas lancé el volumen 1
(32:11):
de mi nueva colección de libros. Se llaman« Secretos para
vivir mejor» Y es un compendio de ideas y de
herramientas prácticas para que puedas aplicarlas en tu dÃa a
dÃa y empieces a dar pasos reales hacia esa vida
que deseas. Lo tienes ya disponible en Amazon y te
dejo el enlace directo en la descripción de este episodio
para que le puedas echar un vistazo sin compromiso. Gracias
(32:35):
de verdad por estar al otro lado. Si este episodio
te ha aportado valor, por favor, compártelo con alguien a
quien también pueda ayudar. SuscrÃbete al canal, por supuesto, y
sigue al podcast en Instagram. Y si alguna vez te
apetece apoyar este proyecto con un café virtual, ya sabes
que puedes hacerlo fácilmente a través de PayPal o de transferencia.
También vas a encontrar todos los detalles en la descripción
(32:59):
del episodio. Y sin más, me despido. Un fuerte abrazo
y hasta la próxima.