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October 12, 2025 22 mins
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Episode Transcript

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Speaker 2 (00:10):
Para poder sentarse en un lugar con amigos a debatir
sobre experiencias paranormales que nos hayan ocurrido, primero debemos vivir
una de estas para tener fundamentos y anécdotas. Yo era
una de esas personas que escuchaba las historias de los demás,
y me mantenía muy incrédulo, pensando que todo lo que

(00:33):
contaban se lo inventaban para llamar la atención o entretener
a los que escuchábamos. Fue entonces cuando fui protagonista de
un suceso inesperado y muy difícil de explicar, y a
partir de ahí comencé a creer en aquello que se
relacionara con entes malignos del más allá. Era velador de

(00:58):
un restaurante de McDonald's para ese entonces. El trabajo me
lo había conseguido un amigo que trabajaba ahí como cocinero.
Le dije que estaba pasando por un momento muy delicado
en mi vida y en mi familia se necesitaba el dinero.
Papá trabajaba pero la vejez poco a poco le cobraba factura.

(01:20):
Eso sin mencionar que dejé mis estudios universitarios por la mitad.
No me agradó la idea de seguir estudiando, siendo un
gasto para mis padres, mientras los veía como necesitaban ese dinero.
tenía presente que cuando me comprometo en algo soy muy

(01:41):
disciplinado y así era con mi trabajo llegaba antes de
la hora de entrada y acataba cada orden aunque todos
los turnos eran de noche y me la pasaba solo
después de que cerraban el lugar y todo el personal
se iba a casa mi amigo a veces me dejaba
papas fritas nuggets o hamburguesas para degustar un buen menú

(02:06):
por la noche La jefa lo aprobó después de que
nos descubrió. Ni siquiera se molestó y nos comentó que
ella lo hacía muy a menudo, ya que las cámaras
casi no eran inspeccionadas. Fue una de esas noches cuando
mi vida cambió para siempre. Hice una ronda por todo

(02:28):
el lugar como habituaba y después me senté en uno
de los asientos a comer lo que mi amigo me
había dejado. Al parecer sobró mucho. Tuve que usar una
bandeja para no ensuciar las mesas. Confieso que las cámaras
me hacían sentir un poco incómodo, Pero se me pasaba
al recordar que la jefa aclaró que nadie las revisaba

(02:51):
porque no era necesario, a menos que algo especial ocurriera
por la noche o durante el día. No pude terminar
de comerme todo. Era demasiado. Así que agarré una bolsa
y el resto lo metí en mi mochila. Se lo
iba a llevar a papá. Le gustaba mucho la comida

(03:13):
de ahí. Al regresar a los asientos del gran salón...
Me llevé la sorpresa de ver a una mujer ahí,
sentada con las manos en el rostro, llorando y vistiendo
una bata blanca de dormir, semitransparente, que dejaba ver más
de lo que debería. Mi impresión fue que no encontré

(03:36):
una respuesta a cómo logró entrar sin que me diera cuenta.
Todas las puertas tenían llave, ni siquiera escuché sus pasos.
Al acercarme era mucho más audible su respiración agitada. Sentí
un escalofrío de terror mientras daba cada paso lentamente, pero

(03:58):
no tenía otra opción más que indagar. Le pregunté quién era,
qué hacía ahí y cómo había entrado. Se quitó las
manos del rostro y vi las lágrimas caer por su
mejilla mientras me confesaba que sus hijos habían desaparecido. y
no tenía idea de dónde estaban o quiénes se los

(04:18):
habían llevado. Le propuse llamar a la policía, pero no
sin antes preguntarle nuevamente qué hacía ahí. Si sus hijos
estaban desaparecidos, lo más lógico era acudir con las autoridades.
No a un restaurante de comida rápida de la cadena
de McDonald's. Ella empezó a llorar nuevamente y me dijo

(04:43):
que uno de ellos había caído a la piscina de
pelotas y nunca más salió. Todo eso me estaba empezando
a sonar raro. Además, su vestimenta no me convencía para nada,
ni me inspiraba confianza. Estaba a punto de llamar a
la policía, pero no lo hice ante la idea de

(05:05):
que no corría ningún riesgo. Solo era una mujer aparentemente indefensa.
Le pedí que, por favor, se fuera del restaurante y
se negó, diciéndome que ella no se iba a ir
sin antes buscar a su hijo en la piscina de pelotas.
Con lágrimas me pidió que la ayudara, y comprendí que

(05:28):
esa era la única opción que tenía para sacarla de
ahí sin tener que recurrir a la fuerza. Así que acepté.
Caminamos y abrí la puerta que daba con la sección
para niños. Esperaba no tener problemas por eso, confiando en
aquello que la jefa me dijo sobre las cámaras. Llegamos

(05:50):
hasta la famosa piscina para niños y le dije que
revisara pero que después se marchara de ahí porque no
iba a encontrar nada. Si ahí estuviese un niño todos,
nos habríamos dado cuenta desde hace tiempo. Tal y como
se lo exigí, ella misma se metió y buscó. Noté

(06:12):
que su cuerpo se sumergía mucho más de lo que debía.
La piscina no tenía ni siquiera un metro de profundidad
hasta donde yo tenía entendido, y ella se lanzó como
si fuesen mínimo dos. Quise ignorar eso. Así que decidí
esperar hasta que ella salió, y me miró fijamente a

(06:32):
los ojos, diciéndome que ahí estaba uno de sus hijos,
y que si quería podía corroborarlo. Yo no le creía
ni una sola palabra, pero la intriga y la curiosidad
me hicieron caminar y ver apoyándome en los bordes de
la piscina, estirando mi cuello para ver si era cierto
lo que hablaba. Mi nariz estaba a punto de tocar

(06:58):
las pelotas y entonces surgió una mano que me agarró
la cabeza con semejante fuerza que me arrastró hasta adentro
de la piscina sin poder hacer nada para impedirlo. Ahí
la desesperación me ganó e intenté darle golpes a quien
sea que me sujetaba del rostro. No le daba a nada.

(07:20):
Apreté entonces la mano que me apresaba, pero su fuerza
era descomunal. No podía librarme. El aire parecía no entrar
en mis pulmones, sin importar lo mucho que jadeaba. No
sé qué estaba sucediendo, pero... Y pude agarrarme de uno

(07:41):
de los bordes de la piscina e impulsarme hacia arriba.
Segundos después, la mano soltó mi rostro y pude moverme
con más facilidad. al día siguiente dejé mi renuncia de
ninguna manera regresaría a ese lugar fue la peor noche

(08:03):
de mi vida y lo peor fue que revisaron las
cámaras y me mandaron en vídeo según lo que vi
nunca hubo una mujer ahí dentro conmigo y se vio
claramente cuando caí a la piscina de pelotas y mis
piernas quedaban por fuera Nunca me sumergí por completo. Eliminé

(08:25):
ese video y traté de convencerme cada noche de que
eso no fue real. Pero nunca lo olvidé y a
veces tengo pesadillas con aquella extraña mujer. He pasado gran

(08:49):
parte de mi vida escuchando los diversos nombres que se
le han puesto a un personaje muy conocido a través
de los tiempos. Algunos de los más famosos son Lucifer, Satanás,
entre otros. En mi pueblo aprendí a llamarlo El Diablo
y jamás creí que tendría un encuentro con él, hasta

(09:12):
que decidí trabajar en un McDonald's. estudiaba y trabajaba al
mismo tiempo casi no me gustaba que me regalaran las
cosas además vivía con mi madre y su marido papá
falleció cuando yo tenía 12 y desde entonces la vida no

(09:33):
fue la misma Aquel que se hacía llamar mi padrastro
aparentaba ser una buena persona, pero con el tiempo se
acostumbró a sacarme las cosas en cara, bajándome la moral
y los ánimos, haciéndome desear que mi padre resucitara para
que me rescatara. La universidad no me la pagaba nadie.

(09:58):
Yo mismo me esforcé por salir becado y no necesitar
nada de mi padrastro. Mamá me ayudaba con los pasajes,
y eso hasta que comencé a trabajar en un McDonald's,
que por fortuna me adaptaron el horario con el de
mis clases para que no se me cruzaran, y no
me quedaba lejos tampoco. el ambiente de trabajo era muy

(10:23):
agradable la mayoría tenía mi edad y eso me agradaba
yo duré meses trabajando en un centro comercial en un
local de la misma cadena de comida rápida pero después
me trasladaron a un restaurante en la zona norte donde
se me complicó la ida y venida de la universidad

(10:45):
sin embargo Eso no fue lo que vine a contarles.
Ese traslado no sólo venía con un ligero aumento de sueldo,
sino también con una experiencia que me cambiaría la vida
y que al final me puso a prueba. Yo trabajaba
en el área de cocina, fritando y todo eso. En

(11:10):
ocasiones me tocaba cerrar el restaurante, el cual carecía de
velador porque, según, esa zona de la ciudad era muy
segura y nadie se atrevería a robar. De todos modos
estaban las cámaras. Yo no protestaba. El restaurante no era mío.
Sólo me limitaba a hacer lo que me pidieran, y ya. Así,

(11:33):
llegó la noche en la que al cerrar decidí echarle
un vistazo a los asientos antes de irme. No faltaba
la familia a la que se le caían algunos billetes,
que yo aprovechaba. En esa ocasión encontré un sobre con fajos.
Era mucho dinero. No tenía nombre ni nada, solo estaba ahí,

(11:54):
como si apenas alguien lo hubiera dejado. Me sorprendió que
el resto del personal no lo notara, y me sentí afortunado.
Le di las gracias a Dios, y me fui a
casa en taxi. de la emoción ni siquiera lo conté
le di algo a mi madre y le dije que

(12:16):
lo ocultara de su marido quien ya no me caía
para nada bien lo que me quedó a mí lo
guardé debajo de la cama Decidí que lo ahorraría para
irme a vivir solo, apenas tuviera la oportunidad. La cosa
es que esa noche no fue la única en la
que el dinero me llegaba así tan fácil. Al menos

(12:40):
dos o tres veces por semana me encontraba el mismo
sobre en las mesas donde la gente comía. Ya tenía
suficiente para irme, pero no lo hacía por la esperanza
de seguir encontrando más y más. Y así pasó. hasta
que una de esas noches no encontré un sobre con

(13:01):
billetes sino a un hombre vestido de negro y con
sombrero que me dijo que me sentara con

Speaker 3 (13:08):
él

Speaker 2 (13:10):
el miedo que sentí hizo que fuese imposible que me
negara así que obedecía me dijo en mi propia cara
que él era el diablo y que con todo el
dinero que me había dado compró mi alma Así que
estaba destinado a irme al infierno después de morir. No
supe qué responder. Mi mirada fue la de un niño pequeño,

(13:33):
aterrado y asustado. Ante eso, él se echó a reír
y me tocó el hombro diciéndome que no me preocupara,
que todo tenía solución. Él dejaría mi alma en paz
sólo si le entregase la de mi compañera Andrea. Mi
cobardía se apoderó de mí en ese momento. Ese hombre

(13:54):
imponía un respeto y terror increíble. Le dije que sí,
y después le pregunté cómo lo haría. Dijo que con
su cuerpo le bastaba, y después lo vi esfumarse entre
la oscuridad del restaurante. las luces estaban apagadas y sólo
la luna iluminaba Pasé todo el día pensando en lo

(14:20):
que haría o si me atrevería. De hecho, recuerdo que
por la mañana tuve clases y me quedé dormido. Soñé
con ese hombre que me dijo que si yo no
le cumplía, entonces no sólo me iba a llevar a mí,
sino a mi madre también. Entendí que no tenía opción.

(14:41):
Debía hacer lo que me pedía. Me sentí como un tonto.
Estaba claro desde el principio que ese dinero no podía
ser de gratis. Pero fui inocente, inmaduro, y no pensé
en alguna consecuencia que eso me traería. Llegó la noche,
y decidí que no vería a mi madre morir, mucho

(15:05):
menos condenar su alma al infierno. Cortejé a Andrea y
le dije que se quedara conmigo para cerrar el McDonald's. Aceptó.
Desde hace días nos veníamos echando miradas. Cuando todos se
fueron y quedamos solos, le di una bebida que tenía

(15:26):
una píldora muy fuerte, que la adormecería en minutos. Le
dije que iría al baño, y me demoré un poco.
Al volver, la encontré tirada en el piso, y aquel
hombre que afirmaba ser el diablo a su lado. Me
dijo que con eso quedábamos a mano. Cargó el cuerpo

(15:47):
de Andrea y salió del McDonald's como si nada. Nunca
la volví a ver. En los noticieros salió como desaparecida,
y fui investigado por haber sido el último que la
vio con vida. Pero no hallaron pruebas en mi contra,
y negué todo de lo que se me acusaba. Con

(16:11):
el dinero que me quedó, me fui de casa. Logré
terminar mi carrera y todo, pero aquello que hice me
va a atormentar para siempre. Espero, de algún modo... recibir
perdón de Dios. Una experiencia paranormal me hizo entender que

(16:41):
el mal a veces usa un objeto, cosa o en
este caso, un juguete como medio para manifestarse y causar
terror y pánico en el mundo de los vivos. Si
de entrada me lo hubieran dicho de esa manera en
el momento en que todo pasó, no lo hubiera creído.

(17:02):
Tuve que vivir aquello para comprender que hay cosas mucho
más allá de lo inexplicable, y que a veces sólo
podemos considerarnos afortunados de que Dios nos haya dado la
oportunidad de seguir con vida. Ocurrió en una época de
mi vida en la que trabajaba en un restaurante de McDonald's.

(17:25):
No era un trabajo especial. Lo hacía para no quedarme
en casa sin hacer nada y tener que aguantar los
regaños de mi madre, diciéndome que era vago esto y aquello.
En verdad era irritante, pero confieso que en el fondo
tenía razón. Si no fuera por la presión que ejerció
en mí, no me habría animado a conseguir trabajo. Ya

(17:51):
llevaba unos cuantos meses trabajando ahí mientras una mejor oportunidad
se presentaba. Mi jefe me asignó como el encargado de
cerrar todo después de que todo el personal se fuera.
Me daba igual. Ni siquiera me interesaba la paga extra
por el tiempo adicional que me quedaba. Honestamente siempre he

(18:13):
sido una persona difícil de impresionar, pero muy disciplinado y aplicado.
Fue así como llegó aquel día. El reloj debía señalar
las cuatro de la tarde cuando noté que en una
de las mesas donde la gente comía había una muñeca.

(18:35):
Por esa zona nadie estaba sentado, así que me animé
a acercarme y guardarla. Si su dueño original se acordaba
entonces regresaría y se la entregaría. La idea era que
no estorbara ni incomodara a los demás clientes que pronto llegarían.
A eso de las seis siempre se llenaba el restaurante.

(19:02):
Al final nadie apareció y pensé que no iba a
tener otra opción más que llevarme la casa. Mamá se
la daría a alguna de mis primas. Desafortunadamente esa muñeca
no salió del McDonald's, al menos no conmigo. Cuando cerré
todo y apagué las luces, pasé por las mesas para

(19:23):
dirigirme hacia la puerta e irme. Pero entonces escuché una
voz a mis espaldas que me dijo que, No me
podía llevar esa muñeca. Volté rápidamente y me encontré de
frente con una niña pequeña de unos diez años. Su
piel era increíblemente blanca. Casi daba la impresión de que brillaba.

(19:50):
Le pregunté si ella era la dueña y asintió con
la cabeza. Fue entonces cuando tuve la duda de cómo
ella pudo entrar al restaurante si todas las puertas estaban cerradas.
La única explicación que encontré fue que debió haberse quedado
en alguna parte escondida donde nadie la vio. De todos

(20:13):
modos no lo pensé tanto. Busqué en mi mochila para
darle la muñeca, pero, curiosamente, ya no se encontraba ahí.
Le dije a la niña que tal vez se me
había caído, pero que lo mejor era buscarla al día siguiente.
Le dije que teníamos que buscar a sus padres para
que vinieran por ella o yo la llevaría con gusto.

(20:37):
A la pequeña le molestó el hecho de que la
muñeca ya no estuviera en mi poder, y entonces las
mesas comenzaron a moverse por sí solas. Era algo imposible.
Todas estaban soldadas al piso. Escucha el ruido del metal
rechinando mientras la pupila de la niña desaparecía, dejando sus

(21:01):
ojos totalmente blancos. Me di la vuelta para salir de
ahí lo más rápido posible, pero la puerta no se día,
ni siquiera con la llave. Una fuerte corriente de viento
helado entró en la inmensa sala y el miedo se
apoderó de mí. Esa no era una niña ordinaria, y

(21:21):
entonces vi a la muñeca a su lado, con una
sonrisa en su diseño que no tenía cuando la encontré
entre las mesas. Sentí que iba a morir, pero entonces
la puerta principal del restaurante se abrió. Mi jefe había
dejado el celular en la cocina y regresó para buscarlo.

(21:45):
Se encontró de frente con una escena paranormal y aproveché
para salir corriendo de ahí casi llevándomelo por delante. Él
me imitó y corrimos lo más lejos que pudimos. Al
día siguiente las mesas estaban como si nada, ninguna fuera

(22:05):
de su lugar, y aquella muñeca reposaba sobre una de estas.
Se buscó la manera de llamar a un sacerdote para
que se la llevara. El jefe movió algunas influencias para
que eso pasara antes del mediodía. El cura nos dijo
que en ese juguete había Había un ente demoníaco muy poderoso,

(22:27):
y que lo mejor era que se bendijera para que
no atormentara a más nadie. No sé por qué, pero
hasta el sol de hoy me da la impresión de
que alguien dejó esa muñeca ahí a propósito, como una
trampa para que alguien pasara una noche realmente espantosa, y

(22:51):
el desafortunado había sido yo.
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