Escrito por el maestro Samael Aun Weor
Narración por Parsifal Flores Aguila
https://www.facebook.com/audiolibrosgnosticosResulta interesante tener un reloj de pared en casa, no sólo para saber las horas sino
también para reflexionar un poco.
Sin el péndulo el reloj no funciona; el movimiento del péndulo es profundamente
significativo.
En los antiguos tiempos el dogma de la evolución no existía; entonces, los sabios
entendían lo de que los procesos históricos se desenvuelven siempre de acuerdo con la Ley
del Péndulo.
Todo fluye y refluye, sube y baja, crece y decrece, va y viene de acuerdo con esta Ley
maravillosa.
Nada tiene de extraño que todo oscile, que todo esté sometido al vaivén del tiempo,
que todo evolucione e involucione.
En un extremo del péndulo está la alegría, en el otro el dolor; todas nuestras
emociones, pensamientos, anhelos, deseos, oscilan de acuerdo con la Ley del Péndulo.
Esperanza y desesperación, pesimismo y optimismo, pasión y dolor, triunfo y fracaso,
ganancia y pérdida, corresponden ciertamente a los dos extremos del movimiento pendular.
Surgió Egipto con todo su poderío y señorío a orillas del río sagrado, mas cuando el
péndulo se fue al otro lado, cuando se levantó por el extremo opuesto cayó el país de los
faraones y se levantó Jerusalem, la ciudad querida de los Profetas.
Cayó Israel cuando el péndulo cambió de posición y surgió en el otro extremo el
Imperio Romano.
El movimiento pendular levanta y hunde Imperios, hace surgir poderosas
Civilizaciones y luego las destruye, etc.
Podemos colocar en el extremo derecho del péndulo las diversas escuelas seudoesotéricas y seudo-ocultistas, religiones y sectas.
Podemos colocar en el extremo izquierdo del movimiento pendular a todas las
escuelas de tipo materialista, Marxista, ateísta, escepticista, etc. Antítesis del movimiento
pendular, cambiantes, sujetas a permutación incesante.
El fanático religioso, debido a cualquier acontecimiento insólito o decepción, puede
irse al otro extremo del péndulo, convertirse en ateísta, materialista, escéptico.
El fanático materialista, ateísta, debido a cualquier hecho inusitado, tal vez un
acontecimiento metafísico trascendental, un momento de terror indecible, puede llevarle al
extremo opuesto del movimiento pendular y convertirle en un reaccionario religioso
insoportable.
Ejemplos: Un sacerdote vencido en una polémica por un Esoterista, desesperado se
tornó incrédulo y materialista.
Conocimos el caso de una dama ateísta e incrédula que debido a un hecho metafísico
concluyente y definitivo, se convirtió en una exponente magnífica del esoterismo práctico.
En nombre de la verdad, debemos declarar que el ateísta materialista verdadero y
absoluto, es una farsa, no existe.
Ante la proximidad de una muerte inevitable, ante un instante de indecible terror, los
enemigos de lo eterno, los materialistas e incrédulos, pasan instantáneamente al otro
extremo del péndulo y resultan orando, llorando y clamando con fe infinita y enorme
devoción.
El mismo Carlos Marx, autor del Materialismo Dialéctico, fue un fanático religioso
judío, y después de su muerte, le rindieron pompas fúnebres de gran rabino.
Carlos Marx, elaboró su Dialéctica Materialista con un sólo propósito: "CREAR UN
ARMA PARA DESTRUIR A TODAS LAS RELIGIONES DEL MUNDO POR MEDIO DEL
ESCEPTICISMO".
Es el caso típico de los celos religiosos llevados al extremo; en modo alguno podría
aceptar Marx la existencia de otras religiones y prefirió destruirlas mediante su Dialéctica.
Carlos Marx cumplió uno de los Protocolos de Sión que dice textualmente: "No importa
que llenemos el mundo de materialis