El tren del bosque

El tren del bosque

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Episode Transcript

Speaker 2 (00:00):
El tren mágico del bosque En lo más profundo de
un bosque mágico existía un tren muy peculiar. No era
un tren común, hecho de metal y con vapor humeante,
sino uno completamente construido por la propia naturaleza. Su locomotora
y vagones estaban formados por troncos robustos de árboles antiguos,
con ruedas hechas de discos de madera cortados con la

(00:21):
precisión de la naturaleza misma. Los animales del bosque lo
llamaban el tren del bosque. Una mañana, al amanecer, el
tren se despertó. Aunque no tenía conductor humano, poseía vida
propia gracias a los espíritus del bosque. Se estiró, hizo
crujir sus ramas y troncos como si fueran huesos, y
sus ruedas comenzaron a girar lentamente. El tren siempre tenía

(00:44):
una misión especial, llevar flores, semillas y pequeños brotes a
las áreas más remotas del bosque, asegurándose de que cada
rincón tuviera vida. El líder del bosque, un viejo roble
que había estado allí durante siglos, confiaba en el tren
para mantener el equilibrio de la naturaleza. Le hablaba con
su voz crujiente cada vez que había una nueva misión
y aquella mañana no fue diferente.« Tren del bosque», dijo

(01:10):
el roble con un susurro de hojas. Es tiempo de
ir al claro lejano, donde los árboles jóvenes necesitan nuestra ayuda.
La sequía reciente ha dejado el suelo seco y debes
llevar las nuevas flores para repoblar la tierra. El tren,
con sus faros que brillaban como ojos, asintió y se

(01:31):
puso en marcha. Mientras avanzaba por los senderos del bosque,
los animales lo saludaban. Las ardillas corrían a su lado,
los pájaros revoloteaban sobre él y los conejos se paraban
sobre sus patas traseras para verlo pasar. Este tren era
más que un simple medio de transporte, era un símbolo
de esperanza y regeneración. A lo largo del camino el

(01:52):
tren del bosque hizo varias paradas. En la primera recogió
margaritas y amapolas de un campo soleado. En la segunda
unas luciérnagas depositaron pequeñas semillas brillantes en los vagones, que
habían sido esculpidos dentro de los troncos como jardineras vivas.
En cada parada el tren se hacía más rico en
vida y belleza. Cuando llegó al claro lejano el paisaje

(02:13):
era desolador. Los árboles estaban marchitos y la tierra agrietada.
Parecía pedir agua a gritos. Pero el tren del bosque
no se desanimó. Con delicadeza inclinó sus vagones y dejó
caer las flores y semillas sobre el suelo. Los animales
que lo habían seguido comenzaron a ayudar. Las ardillas enterraban semillas,

(02:34):
las aves las esparcían con sus picos y hasta los
zorros y ciervos cavaban con sus patas para ayudar a
la tierra a respirar de nuevo. El tren observaba con
satisfacción cómo la vida volvía a florecer. Las primeras gotas
de lluvia comenzaron a caer, como si el propio cielo
quisiera ayudar en la misión. Las flores, aún frescas en

(02:54):
sus vagones, comenzaron a crecer casi de inmediato, sus colores
brillantes contrastando con el marrón apagado del suelo. En cuestión
de horas, el claro se transformó en un jardín lleno
de vida y los árboles jóvenes, que antes parecían derrotados,
comenzaron a enderezarse. El viejo roble sintió la energía del
bosque renovarse y una sonrisa de sabiduría se dibujó en

(03:17):
sus ramas.« Has cumplido bien tu misión, tren del bosque», murmuró.«
Gracias a ti, este lugar vivirá muchos siglos más». El tren,
con un suave crujido de ruedas, hizo una pequeña reverencia
y lentamente regresó a su estación oculta entre los árboles.

(03:39):
Sabía que su trabajo nunca terminaba, pero mientras la naturaleza
lo necesitara, seguiría rodando por los caminos secretos del bosque,
llevando vida y esperanza a donde hiciera falta. Y así
el tren del bosque continuó su viaje eterno, custodiado por
la magia de la naturaleza y los corazones agradecidos de
los animales que lo llamaban su héroe. Autor José Pardal

(04:01):
Narración Coral Bravo