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April 22, 2024 21 mins

El pasado de la psiquiatría y un puñado de libros

Las entrevistas telepáticas se han vuelto una necesidad para Ignacio. Cada vez le cuesta más contenerse y necesita respuestas. Respuestas que, con suerte, estarán en los libros de psiquiatría. Y así es como decide pasar las horas, perdido entre las estanterías de la biblioteca de medicina, buscando algún tratado que le aclare qué le pasa.

Cansado de leer, se subirá al tren de pensamientos del historiador de la medicina Ricardo Campos y al del mismo Benedicto Crespo, una de las mentes detrás de menteScopia, que estaban allí, hojeando algunos libros.

Ricardo Campos es historiador especializado en Historia de la medicina y de la psiquiatría. En la actualidad, Campos investiga en el CSIC acerca de los sistemas asistenciales y la construcción del sujeto peligroso. Benedicto Crespo es investigador principal del Grupo de Psiquiatría Traslacional, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla, director de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Virgen del Rocío (Sevilla). Desde 2022, lleva la coordinación del Plan Integral de Salud Mental de la Junta de Andalucía y se encarga de asesorar el contenido de menteScopia.

MenteScopia, divulgando sobre Salud Mental en la etapa adolescente

Este podcast forma parte de MenteScopia, un proyecto multimedia para divulgar información sobre enfermedades mentales y su prevención. Siempre de una forma cercana y rigurosa, y en base al conocimiento que aportan los avances de la neurociencia.

Idea del podcast, guión y locución por Ignacio Crespo. Edición por Enoc Martínez. Difusión de Red Podscastidae. Una producción de OIKOS MSP.

Organizado por Psiquiatría Traslacional (Psynal), grupo de investigación perteneciente al Instituto de Biomedicina de Sevilla y a la red CIBERSAM, con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología – Ministerio de Ciencia e Innovación (FECyT).

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(00:00):
Oiga, somos médicos.

(00:01):
No temblaba la voz al referirse a los pacientes como locos.
Tanto el término enajenado, alienado, como si estuvieras fuera.
Oiga, somos médicos.
¿Cómo la psiquiatría es la disciplina que realmente más protege,
más se preocupa de cuidar los derechos de los pacientes?
El gran lastre que ha tenido la psiquiatría ha sido precisamente

(00:22):
su primera promesa terapéutica, el manicomio, el manicomio, el manicomio.
Oiga, somos médicos.
No todo vale y no cada maestrillo tiene su librillo.
Esto pasó a... Esto es algo obsoleto, ¿no?
Actualmente la psicoterapia es...

(00:47):
Permíteme que me cuelen tu oído.
Esta voz que estás escuchando en realidad no soy yo.
Son chisporroteos eléctricos en el interior de tu cabeza.
Tu particular versión de mí, Ignacio Crespo,
médico y divulgador científico.
Y ahora que llevo dos temporadas habitando en vuestros cerebros,
puedo escuchar lo que pensáis.
Así que, ¿por qué no aprovecharlo para Mentescopia?

(01:10):
Un podcast de Cibersam,
financiado en convocatoria competitiva con la FECIT.

(01:42):
Si algo había aprendido en los últimos días,
era que ni las resonancias magnéticas,
ni los panes ecológicos, ni los psicodélicos
tenían la respuesta a lo que me estaba pasando.
De todos los poderes imaginables,
había tenido que adquirir el menos épico.
Entrevistas telepáticas, carne de podcast,
pero también de pensamientos inducivos, ansiedad,

(02:02):
de pensamientos de la vida, de la vida en general.
Y, por último, de la vida en general,
de la vida en general, de la vida en general.
N

(02:35):
Verdade,
slip.
alguna con los míos. Por desgracia, en ocho horas de intensa lectura, no había logrado encontrar nada,
ni un caso clínico que pudiera ofrecerme la comprensión de un desconocido perdido en el tiempo.
Estaba agotado y mis ojos con la esclera áspera como la lija. Ya no podían leer una sola frase más.

(02:56):
En mal momento se me ocurrió que, para variar, aquello podía resolverse echando mano de esos poderes que cada vez
me extraviaban más en mí mismo. Así que esperé, como un autoestopista del pensamiento, a que fuera otro
quien abriera un libro en la sección de psiquiatría, para parasitar su conocimiento mientras ojeaba la historia.

(03:18):
Un hombre de polo rojo llegó marcando el compás con las baldosas del suelo, rompiendo el silencio de la biblioteca.
Arrastró una silla y se sentó ante mí en lo que pareció, al fin, todo un guiño de la fortuna.
Traía consigo una libreta y un libro, pero antes de que pudiera empezar a leerlo, yo ya le estaba leyendo a él.

(03:38):
Hay una variedad de terminologías a lo largo de la historia, tremenda, y si ya entras en las definiciones de las enfermedades,
nunca mejor dicho, es para volverse loco. Y una de las cosas que hay que tener mucho cuidado es que no podemos
identificar lo que ahora se considera la enfermedad mental X a partir de una descripción de hace 100 años,

(04:01):
o 150 años, porque posiblemente nos estén refiriendo a lo mismo.
Su nombre era Ricardo Campos, un historiador especializado en la historia de la medicina y de la psiquiatría,
y había entendido a la perfección mi problema. Y si estaba buscando con una óptica moderna lo que solo podía entenderse
desde el contexto de otros momentos de la historia, la psiquiatría no había sido siempre como la conocemos ahora.

(04:24):
Porque hace justo dos siglos, digamos que estaba comenzando a desarrollarse la psiquiatría como disciplina científica
con enormes problemas de legitimación, porque en realidad lo que se produjo fue un proceso de un grupo de médicos

(04:45):
que en un momento dado reclamaron el monopolio sobre lo que podríamos llamar salud mental, aunque en ese momento
la palabra no existía, pero bueno, sobre la capacidad de intervenir y curar la locura, que era como se denominaba claramente
en ese momento. Y había distintas vías. La más dura era, más que acudir, era que te llevaban directamente

(05:13):
a una institución manicomial, que era la gran panacea terapéutica hace dos siglos.
Como investigador del CSIC que era, Ricardo pensaba de manera sistemática, con todo perfectamente compartimentado,
partiendo de definiciones claras que nos impidieran caer en malentendidos. Ahora bien, todo ese contexto era de un tiempo

(05:36):
oscuro, donde el cuerpo nos pide dejarnos llevar por malentendidos, épocas donde no temblaba la voz al referirse a los pacientes
como locos. También se utilizó bastante el término enajenado y el término alienado, como si estuvieras fuera.
Al menos todo eso ha cambiado y estamos dejando atrás términos que, más que ayudar, deshumanizan.

(06:00):
Los grupos organizados que han reflexionado sobre lo que les ocurre y su encuentro con los sistemas de salud mental
utilizan otro tipo de terminología, que es el de personas psiquiatrizadas, que tiene una carga que cuestiona
en buena medida la parte oficial de la psiquiatría.
Personas psiquiatrizadas porque han sido convertidas en el objeto de la psiquiatría, porque tal vez no tienen nada

(06:26):
patológico como tal, pero con ellos la psiquiatría estaba sirviendo a otros intereses. Y Ricardo sabía mucho de ello,
porque una de sus especialidades era la de los sistemas asistenciales, pero otra era la construcción del sujeto peligroso,
un concepto muy atravesado por esta dimensión social.
Ver la inmensa cantidad de literatura psiquiátrica para definir lo que es la normalidad y cómo de repente en la normalidad

(06:54):
entran los mendigos, entran los pobres, los que tienen una relación cuanto menos no continua con el trabajo
y se utiliza como medidas y criterios para establecer lo que debería de ser la normalidad,
en realidad, pasados por un tamiz científico, conceptos que son más bien de índole político.

(07:22):
Y así es como acabó naciendo una de las instituciones más aterradoras de la cultura popular.
El gran lastre, yo creo que ha tenido la psiquiatría, ha sido precisamente su primera promesa terapéutica, el manicomio.
La idea era que las personas con trastornos mentales debían ser aisladas de manera terapéutica en una institución

(07:46):
más o menos cerrada, donde se les aplicase un tratamiento que les hiciese volver a la razón.
Y en principio debía de ser un tratamiento dulce, de entender qué pasaba y buscar el punto de razón que quedaba
para tirar de él y que es la persona volviera a la razón.
Lo llamaban tratamiento moral y el espacio era el manicomio.

(08:08):
El problema es que los manicomios enseguida se masifican por toda una serie de cuestiones
y se convierten en muchos casos en lugares donde la gente se cronifica y donde no hay medios.
Y donde se aplican medios coercitivos, camisas de fuerza, las duchas, los manguerazos, etc.

(08:29):
Lugares con una ética oscura, levantados piedra a piedra desde una medicina paternalista
y contaminada por la moral, el clasismo y el machismo.
Las herramientas de represión que llegaron a albergar a quien se pudiera desviar de la norma.
Y aunque esa imagen popular tiene parte de realidad, tampoco podemos caer en la fábula

(08:50):
porque aquellas instituciones estaban regentadas por médicos, no por demonios.
Nunca se puede considerar que haya ahí como una especie de individuos malvadísimos
dispuestos a hacer muchísimo daño porque sí, no.
La cosa es bastante más compleja y los efectos luego sí que pueden ser,
bueno, no quiere decir que no pueda haber sádicos, pero no colectivamente.

(09:14):
Una tos a mi izquierda me distrajo.
A cinco sillas de distancia se había sentado Benedicto Crespo,
el investigador principal de Sainal, los organizadores de Mentescopia.
Me tapé un poco la cara con la mano izquierda e intenté hacerme el loco.
Con toda esta cuestión de la telepatía me había sido imposible concentrarme
y entre mis muchos compromisos incumplidos estaba la entrega de la última temporada de Mentescopia.

(09:37):
Y aunque sé que Benedicto lo entendería, en ese momento no tenía las fuerzas
para explicar la bizarrísima situación que estaba viviendo.
De hecho, tal vez él podía ayudarme.
No en vano era catedrático de psiquiatría, investigador y director
del Instituto de Investigación y de Programas Nacionales.
Seguro que también tenía algo que decir.

(09:58):
Cómo la psiquiatría es la disciplina que realmente más protege, más se preocupa
de cuidar los derechos de los pacientes, de las personas a las cuales tratamos.
Y evidentemente, ahí afortunadamente también hay una concienciación social, hay un crecimiento,
hay un interés por las instituciones y por la ley en proteger los derechos de las personas
con enfermedad mental porque sin duda es un grupo vulnerable

(10:21):
y que durante muchos años ha estado, pues eso, no ha sido el foco estas cosas que estamos viviendo.
Vale, la visión de Benedicto era algo diferente a la de Ricardo, aunque solo en apariencia.
Porque hablaban desde extremos históricos diferentes, uno desde el presente y el otro desde el pasado.
Y en realidad, entre aquellos tiempos y los nuestros, ha habido muchísimos cambios.

(10:42):
Oiga, somos médicos y podemos, como gran promesa, curar la enfermedad mental.
Y además traemos un plan filantrópico de asistencia y de humanización de los locos y de la locura.
Entonces, digamos que esto está muy vinculado a la ilustración del siglo XVIII

(11:05):
y al progreso y al espíritu de emancipación. Y es muy interesante esa propuesta.
Pero es cierto que lo que sucede, y es un lastre que la psiquiatría lleva hasta nuestros días,
es que al mismo tiempo sospechan de sus pacientes.

(11:26):
O sea, el enfermo mental, el loco, no es exactamente igual que un paciente que tiene una cardiopatía o que tiene fiebre, etc.
Y la sospecha siempre está relacionada con el potencial peligro que puede suponer para la sociedad.
La verdad es que, por aquel entonces, la psiquiatría era a duras penas una ciencia.

(11:48):
Pero ahora sus afirmaciones cuentan con un aval sin precedentes.
No todo vale. Cada maestrillo tiene su librillo. Esto es algo obsoleto.
Actualmente las psicoterapias tienen que demostrar de manera científica, siguiendo el método científico,
que realmente tienen el efecto que se buscan con ellas.

(12:11):
Y esa duda sigue más viva que nunca.
Porque si bajamos la guardia y dejamos pasar el rigor, nos arriesgamos a volver a aquellos tiempos oscuros
donde nadie sabía muy bien qué estaba haciendo.
Realmente hay que ver qué tipo de psicoterapia es más eficaz para determinadas situaciones,
incluso para determinadas edades, y también cuestionando muchas veces la duración de la psicoterapia.

(12:35):
La revolución ha sido absoluta, y en este tiempo hemos llegado a un nivel de precisión molecular sin precedentes.
Ahora, para entender una enfermedad no basta con comprender sus síntomas.
Hace falta rastrear su relación con cuestiones bioquímicas, si las hubiera.
Cualquier pregunta clínica puede tener un marcador biológico.
Y esos marcadores biológicos que estamos buscando pueden ser, vamos a llamar,

(12:57):
que vengan directamente de lo que es el cerebro, marcadores biológicos de sistema nervioso central,
y aparecerían, por ejemplo, datos de neuroimagen o marcadores que podamos tener del líquido cefalorraquídeo directamente.
O podemos tener marcadores que vamos a llamar periféricos,
donde aparecerían marcadores de tipo más inmunológico, de tipo genético, de tipo a veces molecular.

(13:20):
Podemos hacer, digamos, experimentos o investigaciones con células de pacientes.
Es decir, que tenemos esos dos tipos.
Por suerte, nos guste más o menos la psiquiatría.
Tenemos que entender que ahora no significa lo mismo que significaba hace un siglo,
como tampoco significa lo mismo la palabra loco.
Todo gracias a esos psiquiatras que quisieron traer a la ciencia, a la psiquiatría y a la humanidad a la ciencia.

(13:43):
Llevaron a cabo distintas reformas y los manicomios como tales se fueron cerrando.
Entonces la asistencia psiquiátrica ya no pasa por encerrar a una persona de por vida casi en una institución psiquiátrica.
Después de la Segunda Guerra Mundial, ese tipo de terapias chocan frontalmente,

(14:05):
desde luego con los derechos ciudadanos que se recogen en distintas constituciones
y desde luego también con la declaración de derechos humanos.
Y es en los años 50, 60 cuando se produce la Gran Revolución Psicofarmacológica.
Porque hay que reconocer que en este tiempo los tratamientos farmacológicos han avanzado mucho

(14:26):
y ya podemos hablar de algo así como una psiquiatría de precisión.
Algo que empieza a tomar tímidamente el control en una especialidad médica que lo necesitaba especialmente.
La psiquiatría se está moviendo hacia esa investigación de mecanismos moleculares,
de combinación de distintas técnicas experimentales que abogan o que intentan llegar a ese conocimiento,

(14:52):
digamos, de cuáles son los sistemas biológicos alterados que nos permitirían el diseño de compuestos
o la utilización de compuestos dirigidos a esos mecanismos.
Y lo que queda, porque aunque son mucho mejores que hace unas décadas, el margen de mejora sigue siendo abrumador.
Todos o la mayoría de los tratamientos que tenemos se basan en las teorías de neurotransmisión,

(15:14):
estamos tratando, modificando neurotransmisores.
Si somos capaces de ver cómo o qué ocurre debajo de la estimulación receptorial de los psicofármacos,
qué ocurre a nivel de señalización o a nivel de sistemas biológicos o de transcripción genética,

(15:36):
seguramente estamos acercándonos a esa realidad biológica que ocurre en otras disciplinas
y que evidentemente nos ha dado tantas alegrías en otras especialidades.
Aunque la psiquiatría es mucho más que fármacos y eso también se refleja en su progreso.
El que podamos tener dispositivos que nos controlan, por ejemplo, factores de riesgo de suicidio en el teléfono

(15:59):
o que podamos tener una asistencia a especialistas, por ejemplo, en zonas rurales de difícil acceso
que están lejos de especialistas, por ejemplo, esto en Andalucía es un tema que estamos intentando controlar
con el tema de la psiquiatría infanto-adolescente, que necesitamos especialistas,
pero claro, los especialistas no pueden llegar a toda la zona rural, entonces en muchos pueblos,

(16:24):
de pueblos de 20, 20 y tantos mil habitantes que no tienen cobertura, pero la tienen a lo mejor a 80 kilómetros
o a 60 kilómetros de donde están.
Y si levantamos la cabeza del mapa de carreteras de nuestro país,
entenderemos hasta qué punto esto es un gran problema.
Esto es uno de los grandes problemas que ocurre en Latinoamérica,
la gente no tiene, pero no tiene, te hablo de cifras que te quedas asustado,

(16:47):
a lo mejor del 80 o el 80 y tanto por ciento de la población no tiene acceso a la salud,
a ningún profesional de salud mental.
Una atención muy importante en un momento donde estamos especialmente abiertos a ella.
Los problemas de salud mental han existido siempre, las prevalencias, vamos a decir,
de patología mental ha aumentado, habría que matizar, pero ha aumentado en estos últimos años,

(17:09):
lo que sí ha aumentado mucho es la pérdida del bienestar, esas alteraciones subclínicas,
ahí no hay duda, luego la determinada prevalencia de determinadas enfermedades,
vamos a decir que han aumentado, insisto que habría que matizar, pero han aumentado la prevalencia,
pero lo que ha aumentado más es que la sociedad ahora entiende que estos problemas de salud mental
son tan importantes o más importantes que otros problemas de salud,

(17:32):
y también yo creo que va entendiendo la sociedad de que las personas, los ciudadanos, nuestros vecinos,
digamos, que tienen enfermedades mentales, no son personas que habría que alienar,
ni personas que han hecho algo mal en su vida, sino que realmente su cuerpo, su cerebro,
empieza a funcionar mal y tienen síntomas que son, pues, los que estamos hablando de ansiedad,

(17:54):
depresión, de alucinaciones o de impulsividad o de adicciones o de pérdidas de memoria.
Y a veces es porque el cuerpo funciona mal, pero otras es porque algo falla en nuestro entorno,
porque lo que está mal no somos nosotros, es el mundo que nos hemos construido alrededor,
a costa de retorcernos el espinazo.
Nos está llegando mucha demanda de atención de problemas que no tienen diagnóstico,

(18:21):
que no son diagnosticables y que son muchas veces problemas de adaptación y de respuesta a un entorno
cambiante, exigente, estresante, que nos hace como población tener estos síntomas.
Entonces, ahí sí que tenemos que tener cuidado porque el gran boom, la gran demanda, viene más de estas, digamos,

(18:44):
alteraciones subclínicas, pero que llevan al malestar.
Es decir, que la persona no dice, oiga, usted no me diga que no tengo nada, claro que usted tiene,
y claro que hay que ayudarle, pero no podemos diagnosticar porque no tiene una enfermedad,
tiene usted un malestar, un malestar psicológico, emocional, social, como queramos llamarlo.
Tal vez fuera eso lo que me ocurría, un malestar externo, ajeno a mí.

(19:07):
Ese pensamiento complaciente habría tranquilizado a alguien menos obsesivo, supongo,
pero justo cuando había decidido levantarme a por otro tratado con el que sentir que tenía algún tipo de control
sobre mi pesadilla, me di cuenta de que algo fallaba.
Si había otros como yo, tal vez no habían llegado a las historias clínicas.
Puede que hubieran mantenido un perfil bajo por miedo a ser tachados de locos,

(19:29):
aterrados bajo la amenaza de uno de esos manicomios que, por suerte, ya formaban parte del pasado.
No era algo descabellado, muchas enfermedades mentales están infradiagnosticadas,
en parte por el estigma, en parte por el desconocimiento.
De ser cierto, estaba buscando en el lugar equivocado, tenía que salir ahí afuera,
y quién sabe, tal vez era una elaborada excusa para abandonarme del todo a esa telepatía

(19:53):
que poco a poco me estaba consumiendo, pero tenía que buscar a otros como yo,
sondear los cráneos de los transeúntes, proyectarme de algún modo a lo largo y ancho de la ciudad
para descubrir si estaba tan solo como parecía.
Sería un último intento de volver a la normalidad, un esfuerzo a la desesperada que,
si no salía bien, podía arrastrarme del todo a las profundidades de mi mente.

(20:17):
Me levanté, saludé a Benedicto, que acababa de reconocerme, y antes de que pudiera decir nada,
me alejé a zancadas por el pasillo. Iba a tomar el sol. Y puede que fuera por última vez.
Mente Scopia

(20:49):
Mente Scopia es un proyecto impulsado por el Grupo Multidisciplinar de Psiquiatría Translacional Sinal,
grupo de investigación perteneciente al Instituto de Biomedicina de Sevilla y a la red CiberSAM,
con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología,
Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, Fecyt y de Angelini-Farma,

(21:12):
coordinado por Quantum Fracture.
Idea del podcast Guión y Locución, Ignacio Crespo.
Edición Enoch Martínez.
Difusión Red Podcastidae. Una producción de Oikos MSP.
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