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November 7, 2025 33 mins

En este episodio de Relatos de la Noche nos adentraremos en tres experiencias muy distintas entre sí, pero unidas por algo que siempre está presente en estas historias: lo que se mueve silencioso cuando nadie lo está esperando.

Viajaremos hasta Nicaragua, donde el encuentro de un joven con una de las temidas “monas brujas” rompe por completo la frontera entre las leyendas y lo real. Una sombra agazapada, un silencio que pesa, y un techo que no debería sonar a esa hora de la noche.

La segunda historia nos lleva a una habitación iluminada apenas por la luz de madrugada, donde una hija cansada descubre que tal vez su mamá no estaba tan sola como creía. Entre polvo, luz y figuras imposibles, entenderá que hay presencias que no vienen para asustar… sino para acompañar.

Y finalmente, conoceremos el caso más inquietante del episodio: la historia de doña Elvia, una mujer cuya vida estuvo marcada por un deseo imposible… y por algo que siempre la acompañó desde las sombras. Testimonios, documentos, y un final que todavía sigue persiguiendo a quienes lo vivieron. Tres relatos distintos, tres formas de entender lo paranormal, y una sola invitación: apagar la luz, ponerse cómodo, y dejar que estas voces los acompañen esta noche.

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Transcript

Episode Transcript

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Speaker 1 (00:01):
Tenía alrededor de 55 años cuando conoció a ese hombre extraño y,
para sorpresa del pueblo, pronto quedó embarazada. Pero la mayoría
de la gente hablaba mal de ella y, con razón,
aseguraban que aquella obsesión la estaba destruyendo y otros dudaban
abiertamente de que estuviera realmente embarazada. Sin embargo, otros pensaban

(00:24):
que había algo demoníaco en todo ello. Muy buenas noches
comunidad y gracias por acompañarnos de nueva cuenta en esta
selección de historias e encuentros con lo paranormal. Espero de
corazón que la disfruten y que este episodio les sirva
de compañía si se sienten solos, que sientan que un

(00:47):
amigo les está contando historias, porque eso es exactamente lo
que está pasando. Apaguen la luz porque ya comenzamos. Estás
escuchando Relatos de la Noche. Hola comunidad de relatos de

(01:07):
la noche, soy Xochitl y quiero compartir un relato que
aunque no es mío pertenece a uno de mis mejores amigos.
Somos de Nicaragua, un país lleno de leyendas y creencias,
incluso quienes vivimos en la ciudad conocemos la más común
que es la de las monas brujas, mujeres que usando
magia o hechicería se transforman en monas por las noches

(01:30):
para vigilar, robar en las casas o incluso acosar a
una persona si así lo desean. Este es el relato
del día en que mi amigo se encontró con una
de ellas. Él siempre ha sido muy susceptible a temas paranormales.
Muchas veces me ha contado cómo, en su casa, escuchaba
ruidos extraños que lo asustaban cuando era pequeño, o aquella

(01:51):
vez en que, trabajando en un pueblo lejano, escuchaba cómo
le tocaban la ventana. Él es quien me ha dicho
que si escuchas un ruido fuera de tu casa en
la noche, no abras la puerta ni la ventana, ya
que permites la entrada de estas entidades que solo buscan
llamar la atención para que las dejes entrar. La noche
en que tuvo este encuentro fue alrededor de las 4 de

(02:13):
la mañana. Tenía el hábito de despertarse a esa hora
para amarrar a los perros de su casa, ya que
vivía en una casa donde su abuela rendaba cuartos y
no quería que hubiera algún accidente con los inquilinos. Desde
hacía tiempo se rumoraba entre quienes vivían ahí que alguna
mona andaba rondando la zona, ya que se escuchaban ruidos
en los techos de las casas vecinas y los perros

(02:34):
se alborotaban, ladrando frecuentemente por las noches. Estas brujas suelen
rondar las casas entre las 12 y las 3 de la mañana,
por lo que cuando él se levantó debería ser una
hora segura. Ese día mi amigo se levantó con su
rutina usual, salió de su cuarto, y en ese tipo
de cuartería deben tomar en cuenta que la estructura era

(02:55):
como una línea de cuartitos cada uno concentrada. Luego seguía
un patio amplio y atravesándolo al frente de los cuartos
estaba el baño. Él tenía que regresar por el cuarto
para dirigirse hacia sus perros. Mientras iba a mitad de camino,
dirigió su mirada hacia unos árboles de mango que quedaban
detrás de su cuarto, justamente detrás, plantados en la casa vecina.

(03:17):
Ahí logró divisar una sombra negra en la esquina de
la cuartería, en uno de los últimos cuartos, algo fijo,
sin moverse. Cuando su vista se adaptó a la oscuridad,
vio a una mujer sentada como un perro. Él dice
que su rostro le pareció en ese momento similar al

(03:38):
del personaje de la película Escuadrón Suicida, Whistle. Su cabello desmarañado,
un medio hocico con dientes o colmillos que se dejaban ver,
y sus ojos profundos que lo miraban a él fijamente.
Lo inquietante era que según cuenta, estaba seguro de que
ella sabía que él había notado. pero no hacía ningún movimiento.

(04:01):
Su única reacción fue bajar lentamente la mirada, como tratando
de que este ente no se diera cuenta que la
estaba viendo, y mirar directo a la entrada de su cuarto.
Empezó a caminar y hasta silbar una canción para tratar
de calmarse, para despistar a la bruja, la cual seguía inmóvil,
únicamente mirando hacia él. Mi amigo cuenta que en cuanto

(04:24):
llegó a su cuarto entró rápidamente, cerró la puerta con seguro,
cerró la ventana y corrió las cortinas. Luego volvió a
su cama, tapándose completo de pies a cabeza, aún con
la impresión de lo que había visto. Después de esto

(04:46):
escuchó como esa cosa, con pasos pesados, se acercó al
techo de su cuarto y se plantó en medio de él,
y de pronto empezó a rascuñar el techo. No dejó

(05:08):
de escuchar ese sonido acosador hasta que empezó a salir
el sol, lo cual no fue mucho tiempo ya que,
como les dije, eso fue alrededor de las cuatro de
la mañana. Es muy extraño que estas brujas anden rondando
esas horas a la madrugada, ya que muchas personas empiezan
su día a esas horas y a ellas no les
gusta que la gente las vea. Por eso, mi amigo

(05:30):
cree que esta bruja ya conocía su rutina, quería asustarlo
y por eso se quedó esperando a que él se levantara.
Muchas de esas personas que pueden ser tanto hombres como mujeres,
disfrutan de molestar a la gente, más aún si los conocen,
porque incluso podrían ser tu vecino y tú no te
das cuenta. Este ha sido uno de los encuentros más

(05:52):
cercanos que mi amigo ha tenido con algo paranormal, sin
embargo no es el único. Hay muchas historias que me
ha contado y que, si les interesa, también puedo compartirles, claro,
siempre que él me dé su consentimiento. Un encuentro parecido
tuvo un tío mío, por parte de mi mamá, que
vive en un caserío casi en los linderos de la ciudad,

(06:13):
pero eso se los quiero contar en otro momento. Quede
pendiente esa otra historia de monas brujas. Feliz noche comunidad,
y recuerden, no hagan caso de esos ruidos que escuchan
en medio de la noche. No abran la ventana, no
abran la puerta. Hola equipo de Relatos de la Noche,

(06:42):
mi nombre es Linda y si acaso mis relatos se publican,
hola también a la comunidad. Por favor, no publiquen mi apellido.
Fue entre 1999 y 2001. En ese tiempo estudiaba en las mañanas
y por las tardes tenía un trabajo de tiempo completo.
Llegaba a la casa alrededor de la una de la
mañana y caía rendida para descansar y reiniciar la rutina.

(07:06):
Una ocasión salía del trabajo especialmente cansada, tanto que decidí
dormir en la primera cama que encontré, que era la
de mi mamá. Me preparé y me metí a la
cama y para mi suerte, sentí que se me quitó
el sueño apenas y me acomodé. Pensé en relajarme y
dejar que el sueño llegara por sí solo, y me
concentré en la luz que entraba por una ventana grande,

(07:28):
que estaba en la cabecera de la cama. En algún
momento me di cuenta de que en la luz dentro
de la habitación se alcanzaban a ver partículas de polvo,
como si hubiera una brisa que las moviera suavemente. Me
alegré porque pensé que por fin me iba a dormir,
que la relajación estaba haciendo efecto. Empecé a seguir el

(07:51):
movimiento de las partículas a ver qué pasaba, pero fueron
formando dos figuras humanas perfectamente que estaban junto a la cama,
del lado donde descansaba mi mamá. En ese momento no
sentí miedo, estaba cautivada por lo que pensé en mi
mente estaba imaginando. Las figuras pasaron de verse con un
montón de partículas a ser siluetas difuminadas, y luego aparecer

(08:15):
dos personas que estaban ahí. De pronto me di cuenta
de que ahora podía ver cómo vestían, cómo estaban peinados,
sus rasgos. Incluso noté que veían a mi mamá con
mucha ternura, como si vieran a un bebé. A mí
me pareció muy extraño, pero seguía sin sentir miedo. Intentaba

(08:36):
entender por qué me estaba imaginando eso, hasta que recordé
que mi mamá tenía semanas de estar enferma. Yo tenía
miedo de que pasara lo peor. No podía hacer más
que estar al pendiente de ella y de sus necesidades.
Y así se me ocurrió que esas personas no solo
venían a visitarla, sino que venían a llevársela. En ese

(08:58):
momento me mató el miedo, pensé en levantarme rápido para
asustarlos y que se fueran, pero al mismo tiempo no
quería o no podía dejar de verlos. Le di de
codazos a mi mamá, primero despacio y luego un poco
más fuerte, pero ella apenas se quejó sin despertarse. Para
ese momento yo tenía pánico, me angustiaba muchísimo que mi

(09:20):
mamá no fuera a amanecer bien. Seguía sin querer moverme
para que no se fueran, aún con el miedo que
me daba que estuvieran ahí. Tomé la cobija y me
cubrí la cara. En algún momento me quedé dormida. Esas
figuras en ningún momento me vieron a mí. No noté
que dejaran de ver a mi mamá y nunca cambiaron

(09:42):
la forma en que la veían, con mucho amor. A
la mañana siguiente desperté con el ruido de mi mamá
preparándose para ir a trabajar. Normalmente yo también debía alistarme
para ir a estudiar, pero me quedé contándole lo que
había visto. Fue tan extraño que mientras le contaba ella
empezó a reírse. Parecía que más que relatarle algo que

(10:06):
me había aterrado, le estaba contando un chiste, y ninguna
de las dos teníamos esa costumbre. Yo seguí contándole un
poco desanimada por su reacción. Pensé que al escucharme se
preocuparía o podría explicarme lo que había visto. Decidí contarle todo.
Cómo vestían, sus peinados, el color de su piel, todo.

(10:27):
Y ahí fue cuando el semblante de mi mamá cambió.
Pasó de estar divertida a quedarse asombrada. Según ella, esas
dos personas eran sus abuelos, a quienes yo no conocí.
Ellos la criaron desde muy pequeña. Cuando ella se mudó
a esta ciudad dejó de frecuentarlos, pero intentaba visitarlos en
cada oportunidad posible. Fallecieron en los noventas. Mientras me contaba

(10:53):
esto no la vi con temor, sino con la añoranza
de quien recuerda algo con mucho cariño. Desde entonces la
salud de mi mamá mejoró. Yo no volví a ver
algo igual. Sí tuve otra experiencia muy rara que hasta
ahora no puedo explicar, pero no parece estar relacionada. Espero
que cuando llegue el momento de partir, alguno de nuestros

(11:15):
familiares venga a acompañarnos en ese nuevo viaje. Gracias por
permitirme contar esta experiencia que yo sé que no da
tanto miedo, al contrario, y gracias por darnos un espacio
para compartir y desahogarnos, incluso para darnos ánimos cuando hace falta.
Me da mucho gusto ser parte de esta comunidad. Un
abrazo para todos. Gracias comunidad por escuchar estos dos primeros

(11:44):
relatos y si hay gente por ahí con más historias
sobre las monas brujas... Por favor escríbanlas, compartanlas con nosotros
porque nos encantaría saber más al respecto. Igual si alguien
más por ahí ha visto fantasmas formarse a través de
pequeñas partículas, por favor esperamos sus historias, sobre todo para

(12:09):
que la gente que nos ha compartido hoy no se
sienta sola y sepa que hay alguien más allá afuera
a quien le ha ocurrido algo similar. A continuación viene
una historia muy muy diferente porque está redactada casi como
un documento académico. Sin embargo, eso es precisamente lo que
siento que la vuelve muy, muy interesante y no quise cambiarla.

(12:34):
No quise adaptarla mucho salvo cambiar algunas palabras para que
todos podamos entenderla, pero dejé ese tono y espero que
les agrade.¿ Me dicen qué les parece este experimento? Yo
siento que esto le da una personalidad única a la historia,
algo que nunca hemos explorado antes en Relatos de la Noche.

(12:54):
Continuamos entonces con esta historia de Carlos Valcázar, el extraño
caso de Doña Elvia. Hola comunidad, antes que nada quisiera
agradecerles por su atención y por su paciencia, porque quizá
no sea yo el más apto para escribir esta historia,
pero he considerado una responsabilidad personal intentarlo. Existe una relación

(13:19):
indirecta que me hubiera gustado evitar, sobre todo porque la
llegada de esta historia no fue casualidad. Hasta cierto punto
he tenido que responder por mis actos, después de aquel
episodio tan extraño cuyos hilos se extienden más allá de
una simple coincidencia. Puedo asegurar que esta historia aún persigue
a quienes estuvieron involucrados, y no seré yo quien intente

(13:40):
darle una conclusión. Esa no es mi intención hoy. Lo
que quiero es tratar de ordenar las ideas y despejar
un poco la mente para dar luz a unos hechos
que tuvieron un desarrollo tan repentino como arbitrario. Antes de
cualquier descripción, necesito hacer hincapié en que las consecuencias de
esta historia involucran a varias personas, por lo que debo

(14:00):
manejar cierta información con mucho cuidado. Verán, hace aproximadamente un
mes tuve una conversación con una psicóloga académica llamada Alicia.
quien investiga el caso de una señora que predijo su
propia muerte unos días antes de fallecer, a los 60 años
de edad. Alicia me contactó mientras reunía información sobre las
posibles causas de esa muerte, pues según sus registros no

(14:24):
fue un caso convencional. En cuanto a mi participación en
todo esto, compartiré únicamente lo necesario y en el momento adecuado.
Mientras tanto iremos consultando los archivos de Alicia para ir
desenredando esta historia. cuidando de no mencionar nombres completos ni
fechas exactas que puedan comprometer su investigación. Aunque debo decir

(14:46):
que ella forma parte de una organización que trabaja sin
fines de lucro ni de divulgación y que se ha
dedicado a documentar y acompañar casos paranormales por más de
siete años. A pesar de su profesionalismo, Alicia no puede
dejar de lado lo humano. Fue ella quien propuso que
este relato pudiera publicarse de manera independiente, aquí, sabiendo que

(15:07):
había un antecedente relacionado con relatos de la noche. Por
eso agradezco profundamente la disposición. También agradezco a Uriel por
darnos este espacio para compartirles lo que encontramos. El trabajo
de Alicia no es solo una contribución, sino la lupa
con la que podemos contextualizar el caso de la mujer

(15:28):
que predijo su muerte, en tiempo y forma. Para esto
seguiré únicamente los testimonios realmente relevantes, y después también las
aclaraciones de los dos principales testigos, personas que cargaron durante
años con la impotencia de no poder ayudar a alguien
tan querido. Después de cinco años guardando silencio, fue como

(15:49):
si una especie de maldición se levantara, y tras la
muerte de aquella mujer, ambos se limitaron a decir, ya
no podíamos ayudarla, ya nadie más podía ayudarla. Alicia llegó
a ellos gracias a su investigación, llevando consigo la información
más importante del caso. Ellos lo compartieron todo con mucha apertura,

(16:11):
aunque admitieron que aún sentían mucho miedo por lo que vieron.
Fue entonces cuando Alicia les mostró su propia versión de
los hechos, junto con la documentación y la evidencia, y
solo así encontraron la seguridad para hablar libremente sobre Doña Elvia.
En los archivos Alicia explica que comenzó todo investigando una

(16:32):
pequeña casa en un pueblo oaxaqueño, donde se reportaba actividad
paranormal muy fuerte. En esa casa vivieron dos mujeres, Elvia
y su madre. Sabemos que Elvia fue hija única de
una madre soltera que vendía medicamento hecho con hierbas y
que realizaba limpias, motivo por el cual la gente la
conocía como curandera. Elvia creció ahí mismo, y desde joven

(16:56):
mostró un fuerte deseo de ser madre, aunque siempre tuvo
una personalidad muy solitaria. A una edad ya avanzada, le
realizaron estudios porque jamás había tenido un ciclo menstrual. Los
médicos encontraron una malformación en los ovarios que le impedía ovular,
y por lo tanto le dijeron que nunca podría tener hijos.

(17:18):
Su madre siempre intentó ayudarla con sus propios métodos, pero
nada funcionó. Entonces la llevó con un brujo que había
atendido casos similares. Él les explicó que ser madre no
era su destino, y peor aún, que insistir podría traer
consecuencias muy peligrosas. Les advirtió que esa búsqueda podía exigir

(17:40):
sacrificios importantes, y les recomendó adoptar. Pero él me insistió
una y otra vez en que quería tener un propio hijo,
sin importar el costo. El brujo trató de hacerle entrar
en razón. Veía claramente su desesperación. Incluso les habló del
caso de una mujer muy joven que perdió la vida

(18:00):
intentando obtener fertilidad por medios ocultos, sin entender los riesgos.
Recordó también que había librado un caso parecido al de Elvia,
pero dijo que el precio había sido demasiado alto, incluso
para él. Por eso se mantuvo firme en su recomendación
de que, si quería ser madre, adoptara. En los reportes

(18:20):
que hablan sobre aquel brujo, Alicia hace mucho énfasis en
su advertencia sobre el cierre de portales y las consecuencias
de dejar alguno abierto. Según ella, algunos de sus síntomas
se manifestaron en Elvia durante el resto de su vida,
cambios graduales que terminaron convirtiendo su entorno en una especie
de infierno para ella y para quienes convivieron cerca. Alicia

(18:44):
admite que para ella no fue fácil localizar a ese brujo,
pues ya era un hombre muy mayor, pero su testimonio
dio una nueva perspectiva al trabajo de su equipo, que
llevaba tiempo investigando varios casos en esa zona. El brujo
fue clave para entender la naturaleza de la muerte de Elvia.
porque desde ahí Alicia comenzó a unir los hilos, hasta

(19:06):
concluir que su muerte fue pactada, y no precisamente en
términos figurados. Más adelante aparece un testimonio sobre lo que
podría llamarse la primera etapa de la maldición de Elvia.
Personas del pueblo dijeron que ella cambió después de la
muerte repentina y sospechosa de su madre, que a partir

(19:27):
de ahí vivió mucho tiempo sola, y su comportamiento se
volvió cada vez más extraño. Su obsesión por un bebé
llegó a tal punto que empezó a usar una especie
de almohada bajo el vestido todo el día, simulando estar embarazada.
Los niños se burlaban de ella en la calle. Una
vez aquella almohada cayó al piso mientras cargaba la despensa,

(19:51):
y la persona que la atendía en el mercado juró
haber visto que esa almohada parecía más bien un saco
del que salían mechones de cabello. Elvia lloraba en el
piso desesperada por haber descuidado a su milagro, hasta que
un hombre callado se acercó para ayudarla. Ese hombre sería
su futuro esposo, un trabajador de una granja local, muy

(20:13):
sencillo y originario del Estado de México. Algunos testimonios afirman
que Elvia tenía alrededor de 55 años cuando lo conoció y
que para sorpresa del pueblo pronto quedó embarazada. Su boda
fue sencilla, casi privada, pero la mayoría de la gente
hablaba mal de ella. Aseguraban que aquella obsesión la estaba

(20:36):
destruyendo y otros dudaban abiertamente con justa razón de que
estuviera realmente embarazada. Los rumores llegaron al extremo cuando algunos
dijeron haberla visto caminar junto a un hombre muy alto
y muy extraño, una noche en la que su esposo
Norberto estaba fuera por trabajo. Ese chisme provocó una fuerte

(20:58):
discusión entre ellos y terminaron decidiendo mudarse. Días después se
trasladaron al Estado de México, donde nacería su hija. En
el último apartado del archivo biográfico de Elvia, aparece una
lista de personas que aseguran que la casa donde creció,
la misma donde su madre atendía a la gente, ahora

(21:18):
está embrujada. Hablan de sombras, de voces infantiles que se
escuchan llorar en las noches y que no dejan dormir
a los vecinos. Hasta la fecha, nadie ha podido resolver
nada al respecto. En un momento continuamos con el resto

(21:39):
de esta historia, sin embargo aprovecho esta pausa para que respiren,
para que descansen un momento y les recuerdo que suscribirse,
dejarnos un pulgar arriba en YouTube, una calificación de 5 estrellas
en Spotify y un comentario nos ayuda mucho a continuar
con este hermoso proyecto. No se olviden de interactuar con
este episodio, demuéstrenos que están ahí afuera y no sean

(22:02):
solo una vista más, una escucha más. Digan hola, sean
parte de la comunidad. Ahora sí, continuamos. En cuanto a Norberto,
el esposo de Elvia, podemos decir con seguridad que fue
otra víctima en esta tragedia. Hizo todo lo posible por

(22:24):
formar una familia durante los últimos dos años de su vida.
Fue bien recibido en el Estado de México por un
primo y su esposa, Luis y Norma. Los testimonios de
este matrimonio son la base gracias a la cual conocemos
el horror que rodeaba a Elvia, así como los hechos
que desembocaron en la enfermedad de Norberto y de su hija.
En las entrevistas, Luis demuestra un cariño verdadero por su primo.

(22:49):
Cuenta que quiso asociarse con él en un negocio de
bienes raíces, aunque Norberto era demasiado reservado para este tipo
de trabajo. Aún así lo apreciaba profundamente. Norma por su
parte es una mujer empática que administra la renta de
varias casas en esa misma privada. Cabe mencionar, haciendo un
pequeño paréntesis, que ellos mismos me rentaron una casa en

(23:12):
esa privada hace algún tiempo. El plan que ofrecieron a
Norberto y Elvia consistía en pagar la casa en mensualidades accesibles,
como renta. Para entonces Norberto ya había encontrado trabajo gracias
a Luis, y con eso podía mantener a su familia.
Durante los últimos meses de embarazo, Norma pasó mucho tiempo

(23:33):
con Elvia, y pronto notó que no era una mujer común.
Intentaba no juzgarla, pues ella misma no tenía hijos, pero
había cosas que no podía ignorar. La escuchaba hablar sola
con frecuencia, Una vez la oyó conversar en el comedor
y al asomarse vio que Elvia hablaba hacia una silla vacía,
con la misma naturalidad con la que se le habla

(23:54):
a una persona real. Norma le preguntó con quién hablaba,
y Elvia respondió, sin mostrar ninguna incomodidad, con mi ángel
de la guarda. Desde entonces Norma puso más atención. Escuchaba
cómo Elvia hablaba de su miedo a perder a su hija,
de pedir perdón, de tratar de ser obediente. Norma no

(24:16):
entendía del todo a qué se refería, pero no pudo
evitar tomarle cariño. Con el tiempo, Elvia le confesó que
su embarazo había sido posible gracias a ese mismo ángel,
pues antes no podía tener hijos y sufría muchísimo por ello.
Según decía, el ángel le había concedido un milagro como
recompensa por su fe. Norma comenzó a verla como una

(24:40):
mujer con una fuerza interna enorme, aunque fuera extraña en
muchos aspectos. Luis, en cambio, no confiaba en ella. Aún así,
aceptaba que él le fuera compañía para Norma mientras él trabajaba.
Lo que sí le molestaba era que su esposa empezara
a adoptar hábitos peculiares de Elvia, como colocar una silla

(25:00):
extra en cada cuarto, incluso en el baño. Ese tema
se volvió motivo de discusión, hasta que llegó a un
punto crítico durante una cena. Esa noche cenaron los cuatro
en casa de Luis y Norma. La convivencia era tranquila
hasta que Elvia pidió que agregaran una quinta silla a
la mesa. Luis, en tono amable, comentó que era justo

(25:21):
empezar a considerar a la bebé. Pero Elvia aclaró que
la silla era para su ángel de la guarda, porque
a veces le gusta estar cerca, dijo. Luis intentando bromear
preguntó si también quería que le sirvieran de cenar. Elvia
no respondió. Se creó un silencio incómodo, roto solo cuando

(25:41):
Norberto levantó su copa y dijo. Quiero brindar por esta familia,
ha sido una bendición para mí. Y todos brindaron. La
cena terminó sin más sobresaltos, o eso parecía. Más tarde,
ya solos, Norma se fue a descansar y Luis se
quedó recogiendo la mesa. Al levantar la quinta silla, recordó

(26:03):
la escena anterior y soltó una risa leve, dejándola junto
a la pared. Apagó la luz del comedor y en
ese exacto instante... Escuchó un estruendo detrás de él, sillas arrastrándose, golpes,
madera chocando. Encendió la luz inmediato. Las cinco sillas estaban

(26:28):
apiladas sobre la mesa, todo lo demás intacto. Luis las
bajó una por una con la piel erizada y se
fue a dormir sin poder entender lo que había pasado.
Por supuesto que esa noche no pudo dormir y a
la mañana siguiente buscó a Norberto para hablar. No lo
movía la curiosidad, sino la preocupación por Norma y por

(26:51):
la convivencia con Elvia. Norberto reconoció que Elvia tenía comportamientos
fuera de lo común, que había sufrido mucho por no
poder ser madre y que eso la marcó profundamente. Aún
así la amaba y creía que Dios lo había bendecido
con una mujer espiritual y con una hija en camino.
Luis decidió no insistir más. Los meses siguientes estuvieron llenos

(27:15):
de preparativos para el parto. La partera acudía con frecuencia
y Norma participaba activamente. Todo parecía bajo control hasta que
el parto se adelantó de forma abrupta. Una madrugada mientras
los hombres estaban fuera, Elvia rompió fuente. La partera no
llegó a tiempo. Norma, con lo poco que había aprendido,

(27:38):
tuvo que asistir al nacimiento. Pidió una ambulancia y trató
de controlar el pánico, pero cuando por fin tuvo a
la bebé en sus manos, notó que no respiraba. Elvia
la tomó con desesperación, repitiendo oraciones, pidiendo perdón, rogando a
su ángel que no se la quitara. En ese momento

(27:58):
Norma sintió que todo se le nublaba, la vista, el oído,
el equilibrio... Giró la cabeza y vio una sombra oscura
al fondo del cuarto, mucho más oscura que la penumbra.
Una sombra alta y sin rostro, balanceándose de lado a lado.
Esa sombra extendió un brazo hacia Elvia, y justo cuando

(28:20):
Norma quiso gritar, escuchó el llanto de la bebé. Elvia
lloraba agradeciendo, abrazándola, y en ese momento entró a la partera.
Vio a Norma paralizada y Elvia llorando en la cama
con su hija viva entre los brazos. La ambulancia ya
esperaba fuera. Los testimonios de Luis y de Norma fueron

(28:41):
los más complejos de documentar. Ambos revivieron episodios traumáticos y
solo con el tiempo pudieron contárselos a Alicia abiertamente. Luis
entendió por qué Norma evitaba hablar del parto y Norma
entendió por qué Luis nunca quiso hablar de las sillas.
Cada uno cayó para no lastimar al otro. Luego vino

(29:04):
la parte más dura. La bebé, aunque viva, no logró alimentarse.
Él ya no pudo darle pecho y los doctores aseguraron
que la pequeña no absorbía ningún tipo de alimento. Murió
al poco tiempo de nacer. Norberto también enfermó en ese
mismo periodo. No podía tragar ni siquiera agua. Cada intento

(29:26):
le causaba un dolor insoportable, como si algo dentro de
él se negara a dejarlo vivir. Luis estuvo con él,
con su prima en el hospital hasta el final, sin
poder hacer nada. La ausencia de ambos marcó un antes
y un después en esa familia. Luis se refugió en
el trabajo, Norma en sus responsabilidades. Habían acordado alejarse de Elvia,

(29:49):
pero Norma no pudo hacerlo. Le llevaba despensa y parafina
para que hiciera velas para los espíritus. Luis en cambio
empezó a resentirla profundamente. Norma aún pensaba que él viera
una víctima de algo mucho más grande. Hasta una tarde
en la que fue a visitarla y todo cambió. Entró

(30:10):
sin anunciarse como siempre, la casa estaba oscura excepto por
unas velas que proyectaban un brillo verde sobre la pared,
algo que nunca había visto antes. Escuchó quejidos, pensó que
Elvia estaba mal así que empujó la puerta, y lo
que vio la asustó, como nunca antes en la vida.
Elvia estaba recostada sobre la cama retorciéndose, había objetos tirados

(30:33):
en el piso y entre ellos una tabla de madera.
Encima de él vio una sombra, una oscuridad compacta tan
densa que no reflejaba la luz. Moviéndose de forma grotesca
sobre su cuerpo, Norma gritó, aléjate de ella, maldito. La

(30:53):
sombra se detuvo, después se incorporó y empezó a avanzar
hacia ella. Su altura era monstruosa y su oscuridad... Su
oscuridad la cubrió por completo.¡ Ella es mía! En ese instante,

(31:13):
una voz profunda rugió desde adentro de la oscuridad. Y
luego todo desapareció. Las velas volvieron a su luz normal.
Elvia quedó exhausta pero consciente. Normal ayudó a incorporarse y hablaron.
Elvia confesó que ese cero era su ángel de la guarda,

(31:33):
que había hecho un pacto para poder ser madre. Norma
miró la tabla en el piso y reconoció que era
una ouija. Le preguntó si la usaba para invocar a
ese ángel y Elvia dijo que sí, que la tenía
desde joven, heredada de su madre y de su abuela,
y que su ángel ya le había revelado la fecha
exacta de su muerte. 12 de junio de 2020. Y así ocurrió.

(32:00):
Doña Elvia murió exactamente el día que había dicho. Cuando
llegó la pandemia a México, Luis y Norma recordaron su predicción.
28 días antes de su muerte, Elvia tuvo un episodio
de absoluta histeria. Fue encontrada caminando por la privada riendo
sin control. La internaron en un hospital psiquiátrico y ahí murió.

(32:24):
Como nota personal debo confesar algo incómodo. El evento que
desencadenó la histeria de Elvia está relacionado con un antecedente
ya narrado en relatos de la noche bajo el título
La Casa Vacía. Seguiré el consejo de Alicia y me
mantendré al margen de mi responsabilidad. Sé que mis actos
están vinculados a la crisis de Elvia, aunque quizá todo

(32:45):
haya sido parte de un destino que escapaba a mi control.
Finalmente quiero agradecer a Luis y Norma, quienes han mostrado
una enorme resiliencia. Alicia asegura que hoy siguen en terapia
y han encontrado algo de paz. La casa donde vivieron
Norberto y Elvia permanece cerrada. Cuando Norma entregó la ouija
a Alicia acordaron destruirla. La quemaron hasta convertirla en cenizas.

(33:09):
Pero días después, durante la limpieza, los trabajadores encontraron otra
ouija idéntica en una de las habitaciones. Aparentemente, la misma
que había sido destruida. Hoy está bajo custodia de la
organización de Alicia. La investigación continúa abierta.
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My Favorite Murder is a true crime comedy podcast hosted by Karen Kilgariff and Georgia Hardstark. Each week, Karen and Georgia share compelling true crimes and hometown stories from friends and listeners. Since MFM launched in January of 2016, Karen and Georgia have shared their lifelong interest in true crime and have covered stories of infamous serial killers like the Night Stalker, mysterious cold cases, captivating cults, incredible survivor stories and important events from history like the Tulsa race massacre of 1921. My Favorite Murder is part of the Exactly Right podcast network that provides a platform for bold, creative voices to bring to life provocative, entertaining and relatable stories for audiences everywhere. The Exactly Right roster of podcasts covers a variety of topics including historic true crime, comedic interviews and news, science, pop culture and more. Podcasts on the network include Buried Bones with Kate Winkler Dawson and Paul Holes, That's Messed Up: An SVU Podcast, This Podcast Will Kill You, Bananas and more.

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