Episode Transcript
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(00:00):
Bienvenidos a Bacteriófagos, un podcast de EmilcarFM, capítulo 191 del 26 de noviembre
(00:13):
de 2024.
Muy buenas, yo soy Carmela García y esto es Bacteriófagos, un podcast de curiosidades
biológicas y actualidad científica para todos los públicos.
Este otoño se me está pasando volando.
(00:33):
En sí este año se me está pasando volando.
Y no sé por qué pero esto me da cierto mal rollo.
Pero aquí hablamos de ciencia y no de superstición y nada de eso, así que vamos ya al tema de
hoy.
Pero que quede constancia que yo tengo la impresión de que hay algo que me da cierto
mal rollo.
Y el tema de hoy tiene también su parte negativa.
(00:56):
Pero vamos a ponerlo todo desde el lado de la esperanza.
Por eso también el título bien claro, para que cualquiera que quiera entender o explicar
esto en un lenguaje más común pueda encontrar fácilmente este capítulo.
El tema fue solicitado hace ya unos meses y fue entonces añadido a la lista.
(01:17):
No ha sido hoy por nada en particular, simplemente porque le tocaba.
Pero pese a que le tocaba, quizá el subconsciente me lo ha hecho poner en este mes en el que
ya hace muchos años perdí a una persona cercana por un linfoma.
Cuando te dicen que alguien tiene un linfoma no siempre entiendes qué es lo que te están
(01:39):
diciendo.
Y menos si no tienes edad como para entender eso.
Un linfoma implica un crecimiento descontrolado de células del sistema linfático.
Es decir, es un tumor que afecta a las células linfáticas, a los linfocitos.
Los linfocitos son un tipo de lo que venimos llamando glóbulos blancos y son células
(02:04):
fundamentales en nuestro sistema inmune.
Por lo tanto, podríamos decir que un linfoma es un cáncer que afecta a nuestro sistema
inmune.
Puede afectar a muchas partes del cuerpo, pero se asocia principalmente con los ganglios
linfáticos.
Aunque son un tipo de tumor que afecta a las células de la sangre, es importante diferenciar
(02:29):
linfoma y leucemia.
Mientras que el linfoma se centra en los linfocitos localizados y forma un tumor sólido, las
leucemias son enfermedades que provocan un crecimiento de leucocitos, de los glóbulos
blancos, pero que pueden viajar por el torrente sanguíneo, considerando que el crecimiento
(02:50):
descontrolado afecta la sangre de todo el cuerpo.
Volviendo a los linfomas.
Hay muchos tipos y tienen nombres a cada cual más complejo, pero si alguno os suena
es seguramente el de Hodkin.
Una de las formas de clasificar los linfomas es entre Hodkin y no Hodkin.
(03:13):
Y entre ellos se diferencian por tipos de células presentes, forma de crecimiento y
una serie de detalles que requerirían que se le dedicase a cada uno un capítulo entero.
Hoy vamos a quedarnos con que más o menos el 10% de los linfomas son linfomas de Hodkin.
Y estos son los que se relacionan con, por ejemplo, el virus de Epstein-Barr, un virus
(03:39):
que causa mononucleosis, que es un herpesvirus.
Una infección con este virus es un factor de riesgo, pero ni todas las personas con
el virus tienen linfomas, ni todos los linfomas de este tipo se asocian a la presencia del
virus.
Y en sí cada vez hay menos casos.
(04:00):
Por otra parte, el 90% restante de los linfomas son linfomas no Hodkin, que también tienen
sus factores de riesgo.
Hace unos años el factor de riesgo más conocido para los linfomas no Hodkin era la presencia
del VIH y la medicación inmunosupresora, pero gracias a las muchas campañas para reducir
(04:24):
la incidencia del VIH ahora preocupan más los pesticidas.
Por cierto, el consumo de carne roja y procesada es un factor de riesgo de linfoma no Hodkin.
Al contrario que los otros, cada vez hay más linfomas de este tipo.
(04:53):
El caso es que antes os dije que la leucemia y el linfoma eran cosas distintas, pero esa
es la realidad en la calle.
A nivel de clasificación la cosa no es tan fácil.
La clasificación cuando se tienen en cuenta las células afectadas a un nivel más detallado
(05:14):
es que los no Hodkins se pueden dividir a su vez en linfomas de linfocitos B y linfomas
de linfocitos T y células NK.
Las células NK son los linfocitos citolíticos naturales, que en inglés se llaman Natural
Killer y de ahí lo de NK.
Pues dentro de estos tipos se incluyen también leucemias, aunque tradicionalmente se habla
(05:39):
de si sólido es linfoma y si no es leucemia, pues es que esto de la fase sólida es algo
complejo porque hay veces en las que las dos fases están presentes.
Pero esto ya es mucho más técnico y estábamos intentando mantener esto para todos los públicos.
El caso es que llegados aquí tenemos que tener claro que un linfoma es un tipo de cáncer
(06:03):
que afecta a las células que están en la sangre, concretamente a los linfocitos, y
que normalmente se concentra formando un tumor sólido y que es común que esto ocurra en
los ganglios linfáticos.
Ah, y que esas células son muy importantes por ser parte de nuestro sistema inmune.
Pero entonces, ¿estas células de dónde salen?
(06:27):
A veces se decía que la leucemia es un cáncer que afecta a la médula ósea.
Supongo que la tele ayudó mucho en su momento a extender esa imagen de que la leucemia es
el tumor de la sangre y que se arregla con un trasplante de médula.
Y por eso hemos asociado tan rápido en nuestro cerebro que las células de la sangre salen
de la médula ósea.
(06:48):
Vale, pero ¿qué es la médula ósea?
Si estás pensando en que soba por la espalda, sí, pero no.
Estás pensando probablemente en la columna vertebral, en los nervios, y los nervios ahí
pues no sobran.
En la espalda hay médula ósea, concretamente dentro de las vértebras, pero también hay
(07:11):
médula ósea dentro de otros huesos.
La médula ósea roja, que es la que nos interesa, está en el tejido esponjoso de los huesos
planos.
Para ejemplificar esto mejor, úsese como referencia un hueso de un animal no humano.
La médula es lo que al cocinar llamamos tuétano.
Está en las vértebras, pero también está en la pelvis o en las costillas.
(07:35):
En la médula ósea roja se produce la hematopoiesis, que es el proceso por el que se producen las
células sanguíneas a partir de las células madre hematopoieticas.
Osea, de los precursores hematopoieticos.
Así se producen los leucocitos ó glóbulos blancos, pero también los eritrocitos ó hematíes
(07:59):
ó glóbulos rojos, y las plaquetas ó plaquetas.
A las plaquetas diría que nunca les hemos puesto otro nombre, o al menos no es común.
Por lo tanto, volvamos a resumir un poco.
Las células de la sangre vienen todas de la médula.
De células madre hematopoieticas.
A estas células las llamamos también precursoras ó progenitoras.
(08:22):
Por lo tanto, para tener células sanas diferenciadas, necesitas unos buenos progenitores hematopoieticos.
Si tienes un linfoma ó una leucemia, los tratamientos que se van a utilizar van a depender
de muchos factores.
Va a depender del tipo concreto de linfoma.
(08:43):
De tu situación particular.
De cómo de avanzado se encuentre y también de la localización.
Pero podemos resumir los tratamientos más comunes en quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia.
Hay otro tipo de terapias menos extendidas, pero estos tres grupos son los comunes y comparten
un resultado.
(09:04):
Van a cargarse tus células inmunes.
Y lo van a hacer con pocos miramientos.
Aunque el tratamiento vaya a ser más o menos localizado, a nadie le voy a descubrir yo
ahora que todo esto tiene consecuencias en todo el cuerpo.
La inmunoterapia un poco menos, pero quimioterapia y radioterapia mal.
(09:24):
Pero es que ni tan siquiera queremos pensar en el resto del cuerpo.
Si solo pensamos en las células inmunes, pues esto tiene sus consecuencias y eliminamos
todas las células sin hacer distinciones.
(09:47):
Si vas a eliminar células a lo loco, estaría bien tener un backup.
Un sitio en el que tuvieses una copia.
Unas pocas células con las que poder empezar a reponer.
La copia de seguridad por si algo falla.
Y a ver, nacemos con una copia de seguridad, pero la mayor parte de nosotros no la tenemos
(10:09):
guardada por si acaso.
La copia de seguridad nuestros progenitores hematopoléticos por si acaso estaban dentro
del cordón umbilical.
Y si no tenemos nuestro cordón guardado en condiciones?
Otra forma de asegurarnos la copia de seguridad es hacerla cuando todavía estamos a tiempo,
(10:30):
si llegamos a tiempo, claro.
Por ejemplo, en casos en los que se va a realizar un tratamiento más localizado y se es consciente
de que existen células sanas medulares.
En ese caso se pueden extraer antes y congelar.
Después del tratamiento se pueden reinyectar las células y esperar a que vuelvan a ocupar
(10:51):
su espacio y ponerse a producir sus linfocitos en condiciones.
Pero a veces llegamos demasiado tarde, que es lo más común.
Y en estas ocasiones nos importa el resto.
Nos importa la solidaridad.
Importa conocer qué es lo que es la médula.
(11:12):
E importa eso de dar sin esperar nada a cambio.
Aquí viene la parte en la que nos pueden trasplantar progenitores hematopoléticos
de otra persona.
El proceso es bastante sencillo.
No implica una punción lumbar.
No implica quedarse en una silla de ruedas.
Y nadie se va a morir por donar.
(11:35):
Los progenitores hematopoléticos que vengan de otra persona pueden venir de tres fuentes
diferentes.
Por una parte, de un cordón umbilical compatible.
Luego os comento esto de la compatibilidad.
Pero claro, no siempre se tiene un cordón umbilical.
La segunda opción es el trasplante de médula, que en contra de lo que la gente suele pensar,
(11:58):
no tocan la espalda.
Se suele extraer de la parte de atrás de la cadera y requiere anestesia.
Pero los riesgos son mínimos y lo que te va a pasar como donante es que te dolerá el
pinchazo.
Porque no voy a mentir, la aguja es gorda.
Los trasplantes de médula son seguros y salvan muchas vidas.
(12:21):
Pero hay una tercera opción que no se suele contar.
Y que es más sencilla.
Porque se parte de la sangre periférica.
Esto ayuda bastante a conseguir donantes, ya que dan menos miedo.
A ver cómo explico yo esto.
En la sangre siempre hay alguna célula madre.
Pero suelen ser más bien cuatro células perdidas que ni saben muy bien qué pintan
(12:44):
ahí.
Pero si se da al donante un factor de crecimiento, se le dice al cuerpo, tú, produce células
rápido, venga rápido, rápido.
Y al cuerpo se le va un poco la mano y suelta células madres a la sangre.
Porque con las prisas no regula.
Al pasar un par de días se pueden extraer esas células mediante aferesis.
(13:06):
Una técnica en la que se te enchufa una máquina y se va filtrando la sangre para sacar lo
que sea que hay que sacar.
Más o menos como cuando se donan plaquetas.
En cualquier caso, para que se pueda realizar un trasplante desde otra persona, es necesario
que esa persona sea compatible.
(13:26):
Es necesario que sus antígenos leucocitarios, su HLA, sea compatible con el tuyo.
Es como lo del grupo sanguíneo pero con muchos factores más.
Porque es más difícil encontrar a una persona que sea compatible.
Lo fácil eres tú mismo, pero a partir de ahí, según te alejas, la probabilidad de
(13:47):
compatibilidad va disminuyendo.
Un gemelo idéntico sería lo ideal, pero es posible que no tengas un gemelo idéntico.
Podrías tener un familiar que fuese compatible, pero no necesariamente lo van a ser.
Y si no lo son, entonces dependerás de un donante anónimo que sea haplo-idéntico.
(14:11):
Puedes buscar una aguja o un pajar, pero es posible encontrarla.
Cuando ha encontrado un donante para ti, se abre tu ventana de esperanza.
Si no ha habido ningún tipo de tratamiento previo y se parte directamente de la opción
(14:35):
con donación, primero pasarás por una fase de preparación en la que se eliminan todas
las células que puedan ser cancerosas con quimioterapia o con radioterapia.
El objetivo es dejar tu médula preparada para alojar a los progenitorios donados.
Al eliminar las células que quedaban sanas, aparecerán los síntomas típicos del tratamiento
(14:59):
con la quimio o la radio.
Pasados unos días se hará el trasplante, pero la fase más complicada realmente vendrá
después porque te has quedado sin tus propias células, madre, pero tampoco se habrán instalado
todavía las nuevas.
Aquí aparecerán los síntomas externos más chungos, el peligro de infección, la caída
(15:22):
del pelo, las náuseas… Pero pasadas un par de semanas, empezará a verse un rayo
de luz al final del túnel.
Las células trasplantadas empezarán a producir nuevas células y poco a poco te podrás recuperar.
Y no, esto no funciona en todos los casos y depende mucho del punto en el que se haga
(15:45):
el diagnóstico, de la localización, del estado del paciente y de muchas cosas.
Pero esto salva vidas.
Y hasta aquí supongo que está lo que tenía que contar hoy, pero no me puedo ir así sin
más.
No me voy a ir así sin más porque espero que en alguna cabecita esté por ahí sonando
(16:08):
la pregunta de ¿qué tengo que hacer yo para poder ser donante?
Como decía antes, el proceso de donación es fácil.
Pero para ser donante de médula ósea, o mejor dicho, de progenitores hematopoléticos,
que es más exacto, primero hay que registrarse.
El proceso para registrarse va a variar en cada país y dentro de España en función
(16:32):
de la comunidad autónoma.
Aunque no voy a revisar el proceso una por una, estoy casi segura de que os podéis registrar
en vuestro centro de transfusión más cercano.
Lamentablemente, la mayoría de los que me escucháis tenéis ya una edad y vais tarde,
pero alguno quedará por ahí.
(16:53):
Si pasáis de los 40, id convenciendo a la siguiente generación de la casa.
Y si tenéis menos de 40, lo normal es que al ir a donar sangre por primera vez os pregunten.
Si ya habéis donado sangre alguna vez y no os habéis apuntado, pues podréis indicarlo.
Pero si no habéis donado sangre ninguna vez, igual hay que empezar por ahí.
(17:16):
Para el registro y el análisis del HLA se utiliza el mismo tubo que se utiliza para
las donaciones de sangre normales.
Es decir, cuando donáis sangre, si sois de los que miráis, os habréis dado cuenta de
que además de la bolsa llenan un tubito.
Ese tubo se utiliza para todas las pruebas necesarias, de forma que la sangre de la bolsa
(17:39):
no se toca hasta que se vaya a utilizar para otra persona.
En ese tubito ya se pueden hacer todos los análisis.
Vamos, que registrarse es tan fácil como decir apúntame para la médula, cuando te
están haciendo el cuestionario para donar sangre.
Por cierto, donad sangre directamente en los centros de transfusión, no seáis vagos.
(18:02):
Una vez registrados, seguramente os llamen para confirmar.
Y quizá ahora envían correos electrónicos o cosas así.
Y así pues ya está.
Ahí os olvidáis, porque ya se ocupan ellos de mantener vuestro registro.
Y si algún día vuestro HLA hace match, entonces os llamarán y os dirán que podéis salvarle
(18:25):
la vida a alguien.
Os tendrán que hacer primero una prueba para asegurar la compatibilidad y después la donación.
Y ahora sí que me puedo ir ya tranquila.
Si sois de esos que estáis pensando un, ¡ay, cómo puedo ayudar a la gente que lo pasa mal!
Pues a ver, una donación a una ONG no está mal.
Es más, se puede hacer el resto del año, no tiene que ser necesariamente antes de
(18:49):
Navidad, aunque sea ahora cuando nos están saturando pidiendo ayuda aprovechándose del
espíritu navideño y todo ese bla bla bla.
Pero a lo mejor no estáis en condiciones de ayudar económicamente.
Aunque yo considero que hay muchas formas de ayudar más allá de soltar billetes.
Y considero que los billetes habría que soltarlos de otra forma.
(19:12):
Pero hoy no vamos a entrar en eso.
Vamos a centrarnos en la parte de ayudar sin que nos cueste dinero.
Empecemos por una bolsa de sangre.
No cuesta nada.
Y accede esa marca de la médula, ese sí, médula sí.
Y no lo hagáis pensando aunque quizá algún día podéis necesitarlo vosotros.
Que también.
(19:33):
Pensad de forma altruista.
Esa sensación de ayudar sin esperar nada a cambio.
Eso sí que genera felicidad.
Y sí debería ser vuestro espíritu pre-navideño y de todo el año.
Gracias por el tiempo que habéis dedicado a escucharme.
Espero que os haya resultado entretenido y de utilidad.
(19:56):
Toda la información de este capítulo la encontraréis en emilcar.fm/bacteriofagos.
Mientras esperáis el próximo capítulo, espero vuestros comentarios en cualquier red
social como cgdoval y en nuestro grupo de Telegram en T.me/bacteriofagos en
el que hablaremos de este capítulo y de otras muchas cosas más.
(20:17):
Y recordad, la curiosidad no mató al gato.