Cueva de ladrones

En este episodio de La Biblia en un año con el pastor Jack Graham, Jesús entra en Jerusalén y confronta la hipocresía y la corrupción de los líderes religiosos. De camino al templo, maldice una higuera que aparentaba tener vida pero no daba fruto, simbolizando a aquellos que fingen piedad sin verdadera fe. Al llegar al templo, encuentra un mercado lleno de cambistas y comerciantes que se aprovechan del pueblo en el lugar destinado para la adoración. Lleno de celo por la casa de su Padre, Jesús vuelca las mesas y declara: “Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones, pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones”. Su autoridad y justicia provocan la ira de los fariseos, que comienzan a planear su muerte. Al día siguiente, los discípulos ven que la higuera se ha secado, y Jesús les enseña que la verdadera fe tiene poder para mover montañas, pero debe ir acompañada de perdón y oración sincera. Este relato en Marcos 11 nos recuerda que Dios busca corazones auténticos, templos limpios y vidas que produzcan fruto de fe y obediencia

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Episode Transcript

Speaker 1 (00:00):
Oremos, y les enseñaba, diciendo, No está escrito, Mi casa
será llamada casa de oración para todas las naciones, pero
vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. Marcos 11, 17. A medida
que la verdad de Marcos 11 y 12 impacta mi alma. que
sirva como un recordatorio de nunca permitir que mi vida

(00:23):
sea como un árbol falso. Nunca permitir que mi vida
tenga la apariencia de piedad y la apariencia de obediencia,
cuando en realidad no hay fruto de ello en mi vida.
En este momento, estoy tomando la decisión consciente de permitir
que mis palabras y mis acciones permanezcan alineadas. Dame la

(00:43):
valentía para defender la justicia como Jesús en el patio
del templo, para oponerme a todo lo que sea contrario
a la palabra de Dios. Déjame hablar con la autoridad
del cielo detrás de mí. Déjame hablar con el amor
de Jesús dentro de mí. Y déjame hablar con un
corazón compasivo para restaurar a las personas a su lugar

(01:05):
legítimo contigo. Dios, decreto y declaro que no seré intimidado
ni silenciado por aquellos que dan la apariencia de estar
en el poder, pero que son corruptos de corazón y obra.
A partir de este momento, viviré con la plena seguridad
de que todo lo que hable en tu nombre podré recibirlo,

(01:26):
porque vivo en directa obediencia a ti y a tu palabra.
En el nombre de Jesús. Amén. Cueva de ladrones

Speaker 2 (01:48):
En nuestra historia anterior, aprendimos sobre la entrada triunfal de Jesús.
El pueblo le abrió camino a Jesús para que reinara
sobre Israel, pero no era el rey que ellos esperaban.
Ellos esperaban que se sentara en un trono y derrocara
a Roma. Sin embargo, Jesús venía para que lo crucificaran
y para derrocar al pecado. En nuestra historia de hoy,

(02:10):
veremos a Jesús reprender las cosas que aparentan ser santas,
pero que están llenas de corrupción y avaricia, inspirado en
los evangelios.

Speaker 3 (02:22):
Hola, soy Jack Graham con el episodio de hoy del
podcast La Biblia en un Año. Pero antes de comenzar,
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(02:44):
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Eso es jackgrahan.org. En nuestro último episodio escuchamos cómo Jesús
fue ungido por María en un acto generoso de adoración
que presagiaba su próxima muerte. También escuchamos cómo Jesús entró

(03:09):
en Jerusalén con mucho júbilo y celebración ante una multitud
que buscaba un conquistador militar, un rey que derrocaría el
dominio de Roma. Pero esta multitud no entendió el verdadero
propósito de Jesús. No vino como un rey conquistador la
primera vez, sino como el Salvador sufriente, para dar su
vida por nosotros en la cruz, para morir y resucitar

(03:31):
al tercer día. Este es el mensaje del Evangelio. Es
por eso que Jesús vino. Hoy vamos a escuchar a
Jesús llamando a aquellos que tienen una apariencia de justicia,
pero en su autojusticia están lejos de Dios. Escuchemos ahora
la lectura de la palabra de Dios.

Speaker 2 (03:50):
Después de que Jesús entró a la ciudad de Jerusalén,
caminaba junto con sus seguidores de Betania. El sol brillaba
en lo alto del cielo, y el día era largo
e interminable. Desde lejos, Jesús vio una higuera y caminó
hacia ella para ver si hallaba un refrigerio. Sin embargo,
cuando llegó a la higuera, no encontró fruto alguno en ella.

(04:11):
Sus hojas eran de color verde intenso y sus ramas
lucían saludables, pero no tenía higos. Jesús contempló el árbol
por un buen tiempo, y después de explorar sus ramas
y hojas, susurró,« Que nadie vuelva a comer de tu fruto»,
y a continuación se marchó. Luego se fueron al templo.

(04:31):
Incluso desde lejos, podían sentir el suelo temblar a causa
de la gran multitud que estaba allí reunida. Los discípulos
podían escuchar el ruido de los cambistas y de los
vendedores que se hacía cada vez más fuerte. Al mirar
a Jesús, se dieron cuenta de que tenía algo en mente. Anteriormente,
habían presenciado este tipo de ira. Jesús estaba a punto

(04:54):
de hacer otra purificación. Atravesó la puerta del templo y
subió las escaleras. Jesús vio que un mercado completo estaba
instalado en el único lugar donde los gentiles podían venir
a adorar. Eso servía de ira. Solamente vendían los animales
del templo para sacrificarlos, lo que provocaba que los pobres

(05:15):
no pudieran adorar. Solo aceptaban una moneda especial del templo,
con la que los sacerdotes se enriquecían. Una vez más,
los hombres impedían que el pueblo adorara a Dios a
causa de la avaricia. Jesús no perdió el tiempo en
hacer un látigo como la vez anterior. Esta vez, el
Hijo de Dios se abalanzó sobre el alboroto de los

(05:36):
vendedores y volcó sus mesas. Jesús mostró su gran fuerza
al arrojar al suelo los altares de piedra. Caminó hacia
la mesa de los cambistas y arrojó su estructura de
madera contra las paredes del templo. Jesús vio que algunos
hombres trataban de llevar sus productos adentro del templo. Entonces,
tomó sus bolsos y los arrojó al suelo y les

(05:57):
prohibió que entraran a la casa santa de Dios con
sus manos a varas. Hubo conmoción en todo el atrio
del templo. Todos miraban a Jesús con miedo, respeto y admiración.
El pecho de Jesús se agitaba de ira mientras subía
las escaleras del templo. Se asomó para ver a la
multitud y gritó,«¿ Acaso no está escrito, mi casa será

(06:20):
un lugar de clamor a Dios para todas las naciones?
Debe ser una casa de oración y amor para todas
las naciones, pobres y ricos por igual». Jesús miró a
los fariseos que lo observaban desde un rincón, los miró
directo a los ojos y les dijo,« Pero ustedes han
hecho de ella una cueva de ladrones». El sacerdote principal

(06:41):
y sus siervos lo observaban desde la rejilla del aposento
alto destinado a la oración. Vieron cómo Jesús inspiraba a
la multitud con admiración y autoridad. Lo odiaban. No soportaban
la verdad que él predicaba. Sus palabras desafiaban sus tradiciones.
Sus acciones desafiaban su autoridad. Le temían y, al llegar

(07:02):
la noche, comenzaron a buscar la manera de matarlo. La
mañana llegó, y rayos de luz iluminaron los cielos de
Jerusalén como flechas de oro. Jesús caminó con sus discípulos
en medio del frío de la mañana. Regresaron a Betania
para comer y orar. Pasaron por la misma higuera que
Jesús había maldecido el día anterior, la cual se había

(07:24):
marchetado y secado. Sus hojas, que algún día fueron verdes,
ahora eran marrones y caían al suelo. El primero en
darse cuenta de esto fue Pedro, y rápidamente dijo,« Maestro,
mira la higuera, se ha marchitado». Jesús asintió y les
hizo señas a sus seguidores para que la vieran.« Tengan

(07:44):
fe en Dios, amigos. Pidan con convicción y crean en
su bondad. Quien diga a una montaña, muévete, la verá moverse.
No sean indecisos, crean en lo que han recibido, y
cuando oren, asegúrense de perdonar también a los demás». Jesús
y sus discípulos se alejaron de la higuera, pero Pedro
se volteó para verla una vez más. En muchos sentidos,

(08:07):
las hojas marrones mostraban lo que la higuera guardaba en
su interior. No daba frutos, entonces quizás también había muerto.
De esta manera, muchas personas pueden lucir vivas por fuera,
pero por dentro están muertas y no dan fruto.

Speaker 3 (08:30):
Al comenzar hoy, Jesús camina con sus seguidores fuera de Jerusalén,
en Betania. Tenía hambre, así que se acercó a una higuera,
y desde lejos, el árbol parecía saludable con hojas que
cubrían las ramas, pero al inspeccionarlo más de cerca, el
árbol no tenía fruto. Jesús habló al árbol diciendo, que

(08:50):
nunca más salga fruto de ti. Jesús una vez más
entró en Jerusalén tal como lo había hecho antes. El
templo estaba infestado de cambistas y comerciantes avaros y deshonestos,
que en efecto eran estafadores engañando a la gente. Esto
enfureció al Señor. La casa de Dios estaba destinada a
ser un lugar de oración, un lugar donde la gente

(09:11):
pudiera encontrar perdón. Pero en lugar de ayudar a las
personas a adorar a Dios vendiendo animales para sacrificios a
precios razonables, estos comerciantes se estaban aprovechando de aquellos que
venían a buscar a Dios. Nunca debemos suponer que la
dulzura de Cristo, la bondad de Cristo, es igual a
debilidad o permisividad. Y la lectura de hoy es un

(09:32):
claro ejemplo de esto. Viendo la maldad y la avaricia
exhibidas en los patios del templo, Jesús entró apresuradamente en
el templo y comenzó a volcar las mesas y a
expulsar a los cambistas. Él protegería ferozmente la casa de
su Padre. Y en Marcos capítulo 11, versículos 17 al 18, esto es
lo que leemos. Y les enseñaba diciéndoles,¿ no está escrito?¿

(09:54):
Mi casa no será llamada casa de oración para todas
las naciones? Pero ustedes la han convertido en una cueva
de ladrones. Y los principales sacerdotes y los escribas lo
oyeron y buscaban cómo destruirlo, porque le temían, ya que
toda la multitud estaba asombrada de su enseñanza. La casa
de Dios, el templo de Dios, debe ser un lugar
para todas las naciones. Sí, Israel tenía un papel especial

(10:17):
en el plan de Dios, pero su deseo es que
todos lo conozcan, lo adoren y lo busquen. La buena
noticia de Jesucristo es para todas las personas de todas
las naciones. Eso incluye a nuestros vecinos y a las
naciones del mundo. Así como Israel estaba destinado a señalar
a las naciones hacia Dios, nosotros también debemos señalar a
otros hacia Jesús porque somos sus testigos. Y porque hemos

(10:40):
experimentado su amor y gracia en nuestras vidas, queremos contar
estas buenas noticias a otros. Queremos que todos los que conocemos,
e incluso las personas que no conocemos, sepan quién es
Jesús y cómo encontrar la salvación en Él. Los fariseos
y otros líderes religiosos observaban mientras Jesús enseñaba a la gente.
Tenían miedo de su poder y por eso lo odiaban.

(11:03):
Entonces intensificaron sus esfuerzos para deshacerse de él y comenzaron
a conspirar para matarlo. Al día siguiente, mientras los discípulos
y Jesús caminaban de regreso por el campo, vieron la
higuera que Jesús había maldecido. No se veía como el
árbol saludable lleno de hojas que habían visto antes. Sus
ramas estaban marchitas y las hojas se habían vuelto marrones

(11:23):
y muertas. Pedro lo notó y lo señaló con sorpresa.
A pesar de todo lo que habían visto hacer a Jesús,
todavía estaban asombrados por su poder para hacer cualquier cosa
que él eligiera hacer. Jesús respondió a Pedro y a
los demás que debían tener fe en Dios y no dudar.
Su fe les permitiría hacer cosas aún mayores que las
que Jesús estaba haciendo. Y porque podemos hacerlo juntos en

(11:45):
el poder del Espíritu Santo, Dios hace grandes cosas e
incluso cosas mayores a través de nosotros. Los discípulos y
todos nosotros podemos mover montañas por la fe cuando oramos
y confiamos en un Dios, el Salvador, que puede hacer
cualquier cosa. Querido Señor, sabemos que nuestros cuerpos son el
templo del Espíritu Santo según las Escrituras y que Tú

(12:05):
quieres que los templos estén limpios, nuestros templos. Entonces, Señor,
elimina cualquier cosa en nuestras vidas. Expulsa cualquier cosa en
nuestras vidas que no te honre. Que tu templo sea
un lugar de oración. Que seamos personas de oración. Y
ayúdanos a recordar que por tu poder, el poder de
Jesús vivo en nosotros, podemos hacer cualquier cosa. Podemos mover

(12:27):
montañas según tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.
Gracias por escuchar el podcast de la Biblia en un
año de hoy. Soy Jack Graham de Dallas, Texas. Puedes
descargar la aplicación Pray.com y hacer de la oración y
el estudio de la Biblia la prioridad de tu vida.
Y si disfrutaste este podcast, cuéntaselo a alguien. Pásalo, hazlo

(12:47):
saber a otros, porque es nuestro deseo llevar la palabra
de Dios a tantas personas como sea posible, lo más
rápido posible. Antes de irnos, quiero informarte sobre un e-book
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(13:09):
estrés

Speaker 4 (13:10):
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