La Palabra se cumplirá

En este episodio de La Biblia en un año con el pastor Jack Graham, acompañamos a Jesús en sus últimos momentos antes de ser arrestado. En el huerto de Getsemaní, ora con profunda angustia, rindiendo su voluntad al Padre y aceptando la copa del sufrimiento. Aun sabiendo lo que le espera, muestra obediencia perfecta y fortaleza divina. Un recordatorio de que, como Jesús, también somos llamados a confiar en la voluntad de Dios, incluso cuando el camino es difícil, sabiendo que su propósito siempre trae redención y esperanza.

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Episode Transcript

Speaker 1 (00:00):
Oremos. Pero Jesús le dijo, Judas,¿ con un beso entregas
al Hijo del Hombre? Lucas 22, 48. Mientras marcho hacia el lugar
de mi propósito y destino, y a medida que la
presión de la tarea que tengo delante comienza a pesar
en mi corazón, te agradezco que pongas personas a mi

(00:22):
alrededor que oren e intercedan por mí, para que pueda
tener la fuerza de terminar con éxito. Aumenta mi fe
para que pueda operar en la plenitud de quien soy.
Incluso cuando experimente traición de amigos como Judas, permaneceré tranquilo. Porque,
aunque pueda sorprenderme, sé que a ti no te sorprende, Señor.

(00:44):
Cuando me sienta tentado a arremeter y contraatacar como Pedro, refrename,
Espíritu Santo, y recuérdame que tu palabra hablada sobre mi
vida se cumplirá, sin importar quién me dé la espalda.
Ninguna cantidad de traición podrá desviar mi destino, porque a
través de mi obediencia estoy protegido y cubierto. En el

(01:07):
nombre de Jesús. Amén. La Pascua

Speaker 2 (01:26):
En la historia anterior, Jesús se trasladó a Jerusalén, el
lugar donde haría su último sacrificio. Allí enseñó por medio
de diferentes parábolas. Hizo que una higuera se marchitara, volcó
las mesas de unos cambistas corruptos en el templo y
contó una parábola sobre un terrateniente que perdió a su hijo.
En nuestra historia de hoy, descubriremos cómo Jesús preparará a

(01:50):
sus discípulos para su muerte mediante la cena de la
Pascua y cómo Jesús identificará a aquel que lo traicionará,
inspirado en los evangelios.

Speaker 3 (02:02):
Estoy tan contento de que te hayas unido a nosotros
en el podcast de la Biblia en un año hoy.
Pero antes de llegar al episodio de hoy, quiero que
sepas que me encantaría enviarte mi devocional diario que te
dará un nuevo ánimo cada mañana y día. Desde el
momento en que nos despertamos hasta el momento en que
finalmente apoyamos la cabeza en la almohada, hay miles de

(02:25):
cosas que demandan nuestra atención. Pero es en medio de
todo este ajetreo y bullicio que tú y yo necesitamos
paz y verdad en la palabra de Dios. Por eso
quiero ayudarte a pasar tiempo cada día creciendo en la
palabra de Dios que da vida y cambia vidas enviándote
mi devocional diario gratuito por correo electrónico PowerPoint hoy. Así

(02:46):
que visita jackgraham.org para inscribirte en tu devocional PowerPoint hoy.
Eso es jackgraham.org, jackgraham.org. En nuestro último encuentro, escuchamos sobre
la cena de Pascua en la que Jesús lavó los
pies de sus discípulos, dándoles a ellos y a nosotros

(03:07):
un modelo de servicio. También identificó a su traidor, Judas Iscariote, quien,
lleno de Satanás, se apartó del grupo para hacer esta
terrible cosa de entregar a Jesús para el sacrificio. Finalmente,
escuchamos cómo Jesús dio un nuevo significado a los elementos
de la comida de la Pascua. Esta comida de Pascua
se transforma en la última cena y la cena del

(03:29):
Señor que practicamos hoy como cristianos, porque la sangre de
Jesucristo está representada en el fruto de la vid en
la copa, y el pan representa el cuerpo del Señor.
que fue dado y se da por nosotros. Hoy encontraremos
a Jesús lleno de tristeza yendo al Padre en oración,
porque sabe que su tiempo se acerca y luego somete

(03:50):
su voluntad para hacer la voluntad de Dios. Mientras Él
desea ser librado del gran sufrimiento de cargar con el
pecado del mundo, ora, no se haga mi voluntad, sino
la tuya. La cruz de Cristo se cierne grande mientras
comenzamos la lectura de hoy. Así que escuchemos reverentemente la
palabra de...

Speaker 2 (04:16):
Jesús, como había hecho ya varias veces, comenzó a preparar
a sus discípulos para lo que estaba a punto de acontecer.
La Pascua se celebraba en dos días. Era una fiesta
y ceremonia en agradecimiento a la provisión y protección de Dios.
Dios continuaría la provisión y protección de su pueblo, pero
esta vez lo haría por medio de Jesús. La fama

(04:38):
de Jesús creció y su influencia llegó a superar la
del mismo sumo sacerdote y la de los legisladores religiosos.
Sus enseñanzas de amor, sacrificio propio y dedicación personal socavaban
el mensaje del dogma, la obediencia y el legalismo de
las autoridades religiosas, cuya envidia e ira estaban profundamente arraigadas.

(05:02):
Jesús amenazaba el afán de poder de estos, así que
se reunieron en los oscuros rincones de Jerusalén y empezaron
a confabular para destruirlo. Sin embargo, jamás imaginaron que serían
protagonistas de una misión de rescate cósmica que traería la
salvación a la humanidad. Satanás también confabuló, y ya había

(05:23):
conquistado el corazón de uno de los discípulos de Jesús,
Judas Iscariote. Sin que Judas lo supiera, el enemigo usaba
su egoísmo y avaricia como sus herramientas. Judas fue a
ver a las autoridades religiosas y se hizo partícipe de
sus planes para matar a Jesús. Judas les dijo dónde

(05:43):
podían encontrarlo y buscaba el mejor momento para entregarles a Jesús.
A cambio, Judas recibió 30 piezas de plata, una transacción perversa
que más tarde sería una carga muy pesada para el
corazón de Judas. Llegó el día de la Pascua, y
Jesús envió a Pedro y a Juan a preparar todo

(06:03):
para la cena de la Pascua. Cuando le preguntaron dónde
sería la cena, Jesús les dijo,« Vayan a la ciudad
y busquen a este hombre y díganle, dice el Maestro,
mi tiempo está cerca, celebraré la Pascua en tu casa
con mis discípulos». Entonces fueron, y el hombre los recibió
en su casa tal y como Jesús ordenó. Esos y

(06:26):
sus discípulos celebrarían la Pascua en un aposento alto. Esos
meditaban lo que Dios estaba a punto de hacer con
él y por medio de él cuando entró con sus discípulos.
Los discípulos se pusieron cómodos, listos para desatar sus sandalias
y limpiarse antes de que la fiesta iniciara. Jesús, tal
y como harían los esclavos de la época, se quitó

(06:48):
su manto y se sujetó una toalla a la cintura.
A continuación, comenzó a lavar los pies de sus discípulos.
Apoyado sobre los charcos de lodo y suciedad, mojado con
agua sucia, el Hijo de Dios lavó los pies de
sus seguidores. Pedro, sorprendido por lo que sucedía, gritó,«¡ Señor,
tú nos lavas los pies!». Jesús, consciente de la confusión

(07:11):
de Pedro, le dijo,« Lo que yo hago no lo
entiendes ahora, pero en su momento lo entenderás». Pedro, aún
confundido e inquieto porque su maestro estaba a punto de
lavarle sus sucios pies, le dijo,«¡ Jamás me lavarás los pies!¡
No puedes humillarte de esa forma!». Jesús miró con seriedad
a Pedro y le dijo,« Si no me dejas lavarte

(07:32):
los pies, no tendrás parte conmigo». Después de escuchar esto,
Pedro le insistió a Jesús que le lavara no solamente
los pies, sino el cuerpo entero. Jesús por un momento
se expresó literalmente y dijo,« Ustedes ya están limpios». Y
a continuación dijo,« No necesito más que lavarle los pies,

(07:52):
pues han caminado todo el día». Sin embargo, después de
decir esto, agregó una metáfora,« Aunque no todos están limpios».
Con esto se refería a Judas. Jesús ya sabía lo
que Judas planeaba hacer, pero también lavó sus pies. Cuando
Jesús terminó de lavar los pies de sus discípulos, lavó

(08:13):
sus propios pies y volvió a la mesa.«¿ Saben lo
que he hecho con ustedes?» les preguntó.« Yo soy su
maestro y me he humillado para lavarle los pies, una
tarea que solo los esclavos hacen». Si yo estoy dispuesto
a hacer esto por ustedes, seguramente ustedes lo pueden hacer
por los demás. El siervo no es mayor que su señor,

(08:34):
pero yo hice esto por ustedes. Serán bienaventurados si hacen
estas cosas por los demás. La cena continuó y los
discípulos celebraban entre ellos. No obstante, algo entristecía el corazón
de Jesús.« De cierto les digo, que uno de ustedes
me traicionará», dijo repentinamente. Los discípulos se sorprendieron y se preocuparon.

(08:57):
Juan se recostó cerca de Jesús y le preguntó de
quién hablaba. Entonces, todos los discípulos se preguntaron quién lo traicionaría.
Jesús les explicó que el que lo traicionaría sería el
que le diera un pedazo de pan mojado. Era una
pista misteriosa y confusa, por lo que los discípulos siguieron confundidos. Entonces,

(09:17):
Jesús dijo,« Está escrito que yo seguiré mi camino, pero
hay de aquel que me traicione, más le valdría no
haber nacido». Entonces, Judas, del otro lado de la mesa
con engaño en su voz, le preguntó,« Soy yo, Señor».
El Señor miró fijamente los ojos del que lo iba
a traicionar y simplemente contestó,« Tú lo has dicho». Entonces

(09:41):
le dio un pedazo de pan mojado a Judas y
le dijo,« Lo que has de hacer, hazlo rápido». Judas
tomó el pan y se fue. Sin embargo, los discípulos
no estaban seguros de lo que Jesús le había dicho.
Ellos pensaron que, como Judas estaba a cargo de la
bolsa de dinero, Jesús le había pedido que trajera todo
lo necesario para la fiesta y que les diera dinero

(10:03):
a los pobres. Esa misma noche, Jesús tomó el pan,
dio gracias a Dios y luego lo partió y se
lo dio a sus discípulos. Entonces dijo,« Este es mi cuerpo,
quebrantado por ustedes». Luego tomó una copa de vino, dio
gracias y la pasó a sus discípulos. Entonces dijo,« Beban

(10:25):
todos de ella, porque esta es mi sangre que será
derramada por ustedes para el perdón de sus pecados». Los
discípulos participaron en la cena de Jesús. Aún no podían
comprender el profundo significado de las palabras de Jesús. Muy pronto,
Jesús le daría un significado eterno a lo que había ocurrido.
Jesús y sus discípulos cantaron un himno, y luego fueron

(10:47):
al Monte de los Olivos a orar. Mientras tanto, en
otro rincón de la ciudad, Judas reunía a un grupo
de más de cien hombres armados. Estaban a punto de
presenciar un enfrentamiento entre el bien y el mal, y
las promesas de Dios de liberar al mundo entero de
las tinieblas estaban a punto de cumplirse.

Speaker 3 (11:13):
Abrir la lectura de hoy con Jesús y Pedro en conversación.
Jesús sabía que lo que estaba por venir infundiría miedo
en sus seguidores y ellos huirían con miedo y terror. Pedro,
terco y testarudo como siempre, insistió en que, aunque otros
se fueran, él nunca abandonaría a Jesús.« Puedes contar conmigo, Jesús»,
dijo Pedro. Jesús le dijo a Pedro que antes de

(11:36):
la mañana siguiente lo negaría no una, sino tres veces.
Pedro y los demás insistieron en que nunca se irían,
pero Jesús sabía lo que venía. Sería una noche solitaria
de dolor y sufrimiento. Luego Jesús llevó a los discípulos
a un jardín, el jardín de Getsemaní, para orar. Les
dijo que se quedaran y lo esperaran, y luego llevó

(11:57):
a tres de sus discípulos más cercanos un poco más lejos.
Y con Pedro, Santiago y Juan al alcance del oído,
Jesús comenzó a derramar su corazón a Dios. Esto iba
a ser insoportable. Así que, si había alguna otra manera,
Jesús le pidió al Padre que lo liberara y de
alguna manera le quitara la copa de sufrimiento. Y sin embargo,

(12:18):
en medio de eso, Cristo se comprometió a hacer la
voluntad del Padre. Y cuando pidió que se le quitara
la copa, esa copa que representa los residuos del pecado
de todo el mundo, lo que había en esa copa
era el pecado de cada persona que alguna vez vivió.
Por eso Jesús se apartó de beber la copa. Y
sin embargo dijo, no se haga mi voluntad, Padre, sino

(12:41):
la tuya. Esta rendición lo prepararía para el sacrificio que
daría por todo el mundo, para todos los que creerían
en él. Es imposible para nosotros imaginar la profundidad del
dolor que Jesús estaría sintiendo, experimentando esa noche. Estaba a
punto de soportar la muerte, pero no solo la muerte física.
Iba a experimentar la muerte espiritual cuando muriera en la cruz,

(13:04):
llevando el pecado, entregando su vida y experimentando la ira
de un Dios Santo. Su angustia era tan profunda que
Jesús comenzó a sudar como gotas de sangre. Esto no
era lenguaje figurado y sabemos que algunas personas bajo estrés
extremo pueden realmente sudar sangre. Así de quebrantado y angustiado

(13:25):
estaba nuestro Señor. Y sin embargo, estaba dispuesto por ti
y por mí a soportar el dolor insoportable, el dolor
espiritual de lo que estaba por venir. Aunque el padre
no quitó la copa, no dejó a su hijo sin consuelo.
En Lucas capítulo 22, versículo 43, leemos esto. Y se le apareció
un ángel del cielo, fortaleciéndole. En nuestras propias vidas hay

(13:49):
momentos en que oramos. Dios, quita esta copa, quita este dolor,
quita este sufrimiento. Y sin embargo, el dolor permanece. Pero
Dios nos promete que siempre estará allí para nosotros, para
consolarnos y fortalecernos mientras caminamos con Él. Puede enviar ángeles.
Su consuelo, el consuelo del Espíritu Santo, está con nosotros.

(14:09):
Podemos saber que nunca nos deja ni nos abandona. Así
como cuidó de su amado Hijo Jesús, Él cuidará de
nosotros en Cristo. Jesús entonces se levantó y encontró a
sus discípulos durmiendo. Los despertó y les dijo que oraran
para que no cayeran en tentación. Y aunque no enfrentarían
los mismos desafíos y sufrimientos que Jesús, esta noche tampoco

(14:31):
iba a ser fácil para ellos. Incluso mientras nuestro Señor
se preparaba para ir a la cruz, ministró a aquellos
bajo su cuidado. Mientras aún estaban en el jardín, llegó Judas,
junto con soldados romanos y líderes religiosos que habían venido
a arrestar a Jesús. Judas se acercó a Jesús y
besó su mejilla, señalando a los soldados que éste era

(14:53):
su hombre. Y, en efecto, Judas le dio un beso
de despedida a la vida. Besó a Jesús, quien es
el camino, la verdad y la vida, pero también besó
su propia vida de despedida y selló y decidió su destino.
Jesús habló con calma y suavidad a los soldados preguntando
a quién buscaban. Él respondió, yo soy. Y esa es

(15:13):
una declaración poderosa. Fue una declaración de yo soy. Y
cuando la hizo, algunos fueron derribados y arrojados al suelo.
Incluso en estos momentos, las palabras de Cristo estaban llenas
de poder y fuerza. Pedro nuevamente actúa de manera imprudente.
Toma una espada y logra cortar la oreja de Malco,
siervo de uno de los sumos sacerdotes. Jesús entonces reprendió

(15:35):
a Pedro y luego tocó al hombre, sanando su oreja.
Si alguien todavía esperaba que Jesús se levantara como un
rey conquistador para derrocar al gobierno, toda esperanza se perdió
en este punto, ya que se rindió en silencio a
la voluntad del Padre y fue con los acusadores a
beber la copa que el Padre le había dado. De hecho,
parecía que toda esperanza estaba perdida, pero Dios estaba a

(15:56):
punto de traer la mayor esperanza, a todo el mundo. Jesús, ay,
cómo te agradecemos que entregaste tu voluntad a la voluntad
del Padre, que diste tu vida para cumplir tu propósito
y plan en la tierra, y eso es morir en
la cruz por nuestros pecados. Gracias por esta buena noticia
de salvación, que si ponemos nuestra fe y confianza en ti,
al arrepentirnos de nuestros pecados y recibirte como Señor y Salvador,

(16:19):
todos nuestros pecados pueden ser perdonados, que vivirás en nosotros
y que viviremos contigo para siempre en el cielo. Te
agradecemos por la esperanza que nos has proporcionado en la
cruz y en el poder de tu resurrección. En el
nombre de Jesús. Amén. Gracias por escuchar el podcast de
la Biblia en un año de hoy. Soy Jack Graham
de Dallas, Texas. Puedes descargar la aplicación Pray.com y hacer

(16:42):
de la oración una prioridad en tu vida, tal como
lo han hecho más de 20 millones de personas hasta la fecha.
Si disfrutas de este podcast, compártelo con alguien que conozcas
y ames, porque al compartir este mensaje de la palabra
de Dios, puedes hacer una diferencia eterna en la vida
de alguien. Gracias por escuchar el podcast de la Biblia
en un año de hoy. Soy Jack Graham de Dallas, Texas.

(17:03):
Y antes de irnos, quiero que sepas que me encantaría
enviarte mi devocional diario para darte un nuevo ánimo cada día.
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Eso es jackgram.org.