El ciclismo lo hizo fuerte, la epilepsia resiliente

A través de este episodio descubriremos cómo cada quien tenemos un camino individual de crecimiento que tiene puntos de intersección con las personas que nos aman. 
Cuando escucho los nombres: Pepe y Mili juntos, para mí es una frase completa de amor incondicional. En este episodio invité a mi hermano y nos regalamos el privilegio de experimentarnos vulnerables, sensibles y hermanos. Entre risas y quiebres de voz vamos narrando cómo entre hermanos nos ayudamos a crecer, nos conocemos, nos acompañamos y nos decimos las cosas que difícilmente te dirá alguien más. Con el deseo más profundo de que no te detengas y vayas por tu mejor versión. 
El sufrimiento no está en lo que sucede, recae en la resistencia a aceptarlo. 
Eso que alguna vez dolía tanto hoy se ha convertido en admiración y crecimiento. 
Me siento muy orgullosa de ti hermano! La forma en la que vives tu disciplina, fuerza y pasión, la manera en la que has integrado la epilepsia a tu vida con aceptación y coraje del bueno, nos modela que eso a lo que nos estamos resistiendo puede ser lo que más necesitamos para fortalecernos, la presión que hace de la piedra un diamante. Que cada día brilla más. 
“Por encima de todo quiero ver,” es una frase del curso de milagros que ha cambiado mi forma de interpretar la vida. Es mirar las bendiciones y los milagros incluso ahí donde antes no los podía ver.Con el corazón lleno de gratitud agradezco poder escuchar tu voz y compartir un tema que nos enseñó que como tú lo dices en el podcast: “el control no existe.”

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