1 CRÓNICAS 13.
CONSULTAR ANTES DE DECIDIR.
1 David consultó con todos sus oficiales, entre ellos los generales y capitanes de su ejército. 2 Luego se dirigió a toda la asamblea de Israel con las siguientes palabras: «Si ustedes lo aprueban y si es la voluntad del SEÑOR nuestro Dios, enviemos un mensaje a todos los israelitas por toda esta tierra, incluidos los sacerdotes y los levitas en sus ciudades y pastizales, a que se unan a nosotros. 3 Es hora de traer de regreso el arca de nuestro Dios, porque la descuidamos durante el reinado de Saúl». 4 Toda la asamblea estuvo de acuerdo, porque el pueblo comprendía que esto era lo correcto. NTV.
Muchos hombres, al estar frente de una nación, cuando tienen que tomar decisiones que puedan afectar a toda la población, tienden a actuar autoritariamente, y toman decisiones sin poner a consideración de sus colaboradores o peor aún de la población. David en contraste a la mayoría de los gobernantes del mundo, a pesar de tener la máxima autoridad sobre el pueblo hebreo, en los asuntos de gran importancia para la nación, no tomaba las decisiones por si solo, consultaba a sus colaboradores más cercanos, e inclusive a todo el reino.
David por la gratitud a su amado Creador, por la alta y espléndida dignidad a la cual había sido elevado, quiso hacer las cosas en conformidad a la voluntad de su Señor. Por eso, antes de organizar los asuntos políticos y estructurales de su reino, quiso restablecer la verdadera adoración a Dios. David, en su corazón tenía el anhelo de regresar el Arca del pacto a Jerusalén, la ciudad que sería el centro de su gobierno. Durante el gobierno de Saúl, los filisteos capturaron el Arca de Dios, la retuvieron por un tiempo, y después la regresaron porque habían comprobado que era más un problema que algo útil para ellos. El Arca llegó a tener reposo en la casa de Abinadab por alrededor de vente años, en Quiriat-jearim, una aldea localizada alrededor de quince kilómetros al oeste de Jerusalén.
En todo ese tiempo, Saúl y el pueblo hebreo, habían mostrado total desinterés por el Arca del Pacto. El resultado de esto fue que el pueblo hebreo, en gran medida, fue negligente en cuanto a las ordenanzas del culto y la adoración al eterno Creador. Los hebreos se habían satisfecho con ofrecer sacrificios en Gabaón, sin pensar en el arca, aunque era la parte principal y vital del tabernáculo. El anhelo de traer de regreso el arca al centro de la vida de Israel reflejaba el deseo de David de recordar a la nación su verdadero cimiento: Dios.
Para David, la tarea de traer de regreso el Arca del Pacto era demasiado importante como para tratar de hacerlo solo. Por eso, dio a conocer su deseo a los generales y capitanes de su ejército y luego a toda la asamblea. Solamente después de consultar, David llegó a la conclusión de que era correcto proceder con este plan. Y también en ese momento el objetivo fue puesto en las manos de Dios. David no tenía la intención de proceder precipitadamente ni de prisa. Después de enterarse de que los jefes de Israel estaban de acuerdo con su idea, reunió a todo Israel con el propósito de que todos se pudieran unir a él en esa alegre tarea.
Queridos hermanos, David tomó el tiempo necesario para consultar a sus oficiales y al pueblo en cuanto a llevar de regreso el Arca del Pacto a Jerusalén. Como rey, tenía la autoridad final y podría haber dado las órdenes por sí mismo, pero decidió involucrar a otros en el liderazgo. Hermanos, cuando estamos a cargo del liderazgo, nos vemos tentados a tomar decisiones unilaterales, sin tener en cuenta las opiniones de los demás. No obstante, como seguidores de Cristo, antes de tomar una decisión, debemos escuchar cuidadosamente las opiniones de los demás y alentar a otros a participar en la toma de decisiones. Por supuesto, antes de nada, primero debemos consultar siempre a Dios. “Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones, y él te ayudará en todo.” Proverb