Episode Transcript
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Speaker 2 (00:02):
Hola a todos y bienvenidos a Ideas para vivir mejor.
Soy Eugenio Pallarruiz, lector empedernido, escritor y experto en desarrollo personal.
Y hoy te traigo las ideas principales del octavo hábito,
un libro escrito por Stephen Covey y que, como sabes,
es la continuación de otro libro del que también hemos
hablado en este podcast, un libro famosísimo que se llama
(00:25):
Los siete hábitos de la gente altamente efectiva. El libro
nos dice que vivimos en una época que está cambiando
a una velocidad que ni siquiera alcanzamos a comprender. Lo
que hoy funciona mañana deja de funcionar. Lo que ayer
era un éxito hoy ya es historia y no sirve
(00:45):
para nada. Pero mientras el mundo gira cada vez más
rápido hay muchas personas y muchas organizaciones que siguen atascadas
en otro tiempo. Todavía hay empresas que operan como si
estuviéramos en plena revolución industrial. Todavía hay empresas que mandan,
controlan y ordenan a sus empleados. Y sus empleados simplemente obedecen.
(01:11):
Esto es un paradigma antiguo. Esto está ya superado. Eso
ya no funciona. El trabajo ha cambiado porque nosotros hemos cambiado.
Ya no vivimos en la era de las máquinas, vivimos
en la era del conocimiento y esa pequeña diferencia lo
cambia absolutamente todo. En el mundo tecnológico actual, un programador excelente,
(01:37):
por ejemplo, puede ser mil veces más productivo que un
programador promedio. Mil veces más productivo. Esto en una fábrica
habría sido imposible. Pero en el mundo del conocimiento, en
esta era donde el valor está en la creatividad, donde
el valor está en las ideas, donde el valor está
en la conexión entre personas, las diferencias individuales importan. Importan
(02:02):
mucho además. El problema es que seguimos usando las reglas
de la vieja era para jugar a un juego que
es completamente nuevo. El problema es que muchos líderes todavía
creen que su trabajo consiste en controlar a los demás
o en decirle a la gente cómo, cuándo y qué
es lo que tiene que hacer. Y no se dan
(02:24):
cuenta de que ese tipo de liderazgo apaga justamente lo
que necesitamos encender. El talento, la iniciativa y la voz
interior de las personas. Porque cuando a alguien no se
le permite pensar, cuando a alguien no se le permite
decidir por sí mismo o crear, esa persona se apaga.
(02:44):
Es inevitable. Por eso, hoy más que nunca, lo que
necesitamos son empresas y líderes que inspiren en lugar de mandar.
Necesitamos personas que sepan escuchar antes de hablar. Necesitamos equipos
donde se confíen las personas, donde haya un espacio para
la creatividad, para el error también, por supuesto, y para
(03:06):
el aprendizaje. Porque cuando tratamos a alguien con respeto, algo cambia,
esa persona que se siente respetada empieza a creer que
lo que hace importa y cuando esa persona siente que
importa da lo mejor de sí misma no porque alguien
se lo esté exigiendo o porque alguien la esté controlando
sino porque le nace de dentro hacer eso es el
(03:29):
verdadero liderazgo y eso es lo que Stephen Covey llama
el octavo hábito que consiste en encontrar tu voz y
en ayudar a los demás a encontrar la suya propia
Porque todos tenemos una voz interior, todos tenemos una voz
que nos dice quiénes somos, que nos dice qué nos
apasiona y que nos dice qué es lo que nos mueve.
(03:51):
Pero muchas veces la silenciamos, muchas veces enterramos esa voz
bajo capas de miedo o bajo capas de rutinas o
de normas absurdas o de jefes que no nos escuchan.
Hasta que un día, sin darnos cuenta, dejamos de hablar
con esa voz y entonces solamente seguimos el guión que
alguien más ha escrito para nosotros. No necesitas pedir permiso
(04:15):
para encontrar tu voz. No hace falta que nadie te
diga cuándo puedes usar tu talento y cuándo no. Y
si tú eres el líder de un equipo, de una
familia o de un proyecto, tu misión no es controlar
a la gente que trabaja para ti, sino inspirarla. Hacer
que cada persona que te rodea sienta que su trabajo
(04:36):
tiene sentido. que sienta que puede decidir, que puede equivocarse,
que puede aportar y que puede crecer. Una persona que
encuentra su voz va a dejar de trabajar por obligación
y va a empezar a hacerlo por propósito. Y una
organización llena de gente así, pues evidentemente no tiene límites
(04:58):
y va a llegar muy alto. Piensa que tu superpoder
más grande no es tu inteligencia, ni tu talento, ni
tu fuerza de voluntad. Tu superpoder más grande como ser
humano es tu libertad de elegir. Esa capacidad que todos
tenemos para decidir, para decir sí o para decir no,
para cambiar de rumbo, para empezar de nuevo otra vez
(05:20):
si es que hace falta. Es algo que todos traemos
de fábrica. Lo que pasa es que a veces se
nos olvida, a veces olvidamos que tenemos ese superpoder. Nacemos
con un cuerpo, nacemos con una mente, nacemos con un
alma y también nacemos con esa libertad. Y junto a
ella nos viene otro regalo que es igual de importante,
(05:41):
la inteligencia. La combinación de esa libertad con la inteligencia
es una bomba, es una mezcla explosiva que si aprendes
a usar bien te puede cambiar la vida. La libertad
de elegir es algo muy importante, como te decía, pero
también es algo muy frágil.¿ Qué quiere decir esto? Que
si no la cuidas, se oxida. Que si la dejas
(06:03):
en manos de otros, se apaga. Porque claro, no siempre
puedes controlar lo que te pasa. La vida no funciona así,
como todos sabemos. No puedes controlar si pierdes un trabajo,
no puedes controlar si alguien te va a decepcionar o
si un plan te va a salir mal. Pero sí
puedes controlar cómo vas a reaccionar ante esa circunstancia. Y
cada vez que eliges cómo reaccionar, estás decidiendo de alguna
(06:26):
manera quién eres. Si te quedas en la queja o
si buscas una salida. Si repites lo mismo de siempre
o si das un paso hacia algo nuevo. Ahí está
tu poder. Ahí está tu libertad también. Usar bien esa
libertad significa recuperar el control de tu vida. Significa dejar
(06:48):
de funcionar en piloto automático también. Significa mirar de frente
las cosas y decir, vale, esto que está pasando no
depende de mí, pero esto otro sí. Y aquí es
donde voy a actuar. Haz lo que sea, pero elige, elige.
Porque incluso no hacer nada también es una elección. Y
(07:09):
esa elección tiene un precio que vas a pagar más
tarde o más temprano. Claro, la libertad sin inteligencia,¿ a
dónde te lleva? Al caos. Y la inteligencia sin libertad,¿
en qué te convierte? En un robot. Por eso necesitamos
la combinación de ambas. Son dos caras de la misma moneda.
(07:29):
Y aquí entra en juego la inteligencia, que según el
libro no tenemos una, sino que tenemos cuatro. Cuatro formas
distintas de entender y de manejar y de gestionar el mundo.
La primera es la inteligencia física. La inteligencia física es
la que te mantiene vivo sin que te des cuenta.
Tu corazón late, tú respiras, digieres, tus heridas sanan y
(07:52):
todo eso el cuerpo lo hace sin pensar. Tu cuerpo
está trabajando por ti y para ti las 24 horas del
día y muchas veces esto es algo que ni siquiera
nos damos cuenta y ni siquiera agradecemos. La segunda es
la inteligencia mental, que es la que analiza, la que compara,
la que calcula, la que te ayuda a tomar decisiones,
a razonar, a crear. Pero el problema es que si
(08:15):
la dejas sola, se puede volver peligrosa. Porque la mente,
como sabemos, es una herramienta brillante o también puede ser
un enemigo muy cruel. Depende de cómo lo usemos. Es
exactamente igual que un cuchillo o exactamente igual que el fuego.
Y luego está la inteligencia emocional, que es la más
olvidada de todas las inteligencias, pero probablemente sea la más importante.
(08:38):
La inteligencia emocional es la que te permite conectar con
los demás, es la que te permite sentir empatía, es
la que te permite leer el ambiente, es la que
te hace comprender sin necesidad de palabras, es la que
te hace escuchar con el corazón. Sin esta inteligencia emocional
la vida se vuelve fría, se vuelve distante y no
merece la pena. Y por último tenemos el cuarto tipo
(09:01):
de inteligencia que es la espiritual. No tiene nada que
ver con la religión, tiene que ver con el propósito,
con el sentido, con esa voz interior que te pregunta¿
para qué estoy haciendo esto?¿ Para qué estoy aquí?¿ Qué
estoy haciendo con mi vida? Es esa voz que cuando
la escuchas te recoloca y te da un cierto sentido
de dirección. Entonces, si logras alinear tus cuatro inteligencias, repito, física, mental,
(09:28):
emocional y espiritual, vas a empezar a vivir desde otro lugar.
Vas a empezar a vivir desde la coherencia, desde la
calma y desde la verdad. Y justo ahí va a
aparecer tu voz. Tu voz auténtica. Porque la verdadera libertad
no es hacer lo que te da la gana todo
el tiempo. La verdadera libertad va más allá. Es poder decir...
(09:51):
Esto soy yo y actuar en coherencia con eso que
eres tú. Es también tomar decisiones difíciles sin traicionarte. Es
vivir con propósito. Vivir con propósito es libertad, aunque no
todo el mundo entienda esto. Vivir con propósito es vivir
con libertad. Todas las organizaciones tienen líderes, empresas, ministerios, da igual.
(10:16):
Da igual si estamos hablando de una multinacional con miles
de empleados o si estamos hablando de una empresa familiar pequeña.
En todas ellas hay personas que dirigen, hay personas que
toman decisiones y hay personas que influyen en los demás.
Pero no todas las personas lo hacen igual. Hay algunas
que inspiran y hay otras que simplemente mandan. Hay algunas
(10:38):
que hacen crecer a las personas que tienen cerca y
hay otras que las empequeñecen para sentirse ellos más grandes.
Y todos, absolutamente todos, dejan una huella, positiva o negativa. Todos.
Lo que nos dice el libro es que liderar no
va de mandar, no va de tener siempre la razón,
no va de imponer tu criterio solamente porque tu nombre
(11:02):
aparece más arriba en algún organigrama hecho en PowerPoint. Liderar
de verdad es mirar a tu equipo a los ojos
y poder transmitirles que lo que hacen cada uno de
ellos importa, que su esfuerzo tiene sentido. Un buen líder
en realidad no está desempeñando solamente un papel. Está desempeñando
(11:24):
cuatro papeles, cuatro funciones que se complementan y que se
necesitan unas a otras. Vamos a ver cuáles son esas funciones.
La primera es la visión. Sin una visión clara, sin
una dirección de hacia dónde estamos remando, todo lo demás
se convierte en movimiento sin sentido. Todo lo demás no
(11:45):
sirve para nada si no hay una visión. El segundo
es el ejemplo. Nadie sigue a quien no predica con
el ejemplo. Tus actos pesan mucho más que tus palabras.
Puedes estar hablando horas sobre compromiso, sobre responsabilidad, sobre lo
que quieras. Pero si tú no lo practicas, esas palabras
(12:06):
no sirven para nada. Liderar es hacer primero lo que
tú esperas de los demás. Liderar es demostrar con hechos
lo que estás diciendo con palabras. El tercero es la pasión.
Sin pasión todo se vuelve gris. La pasión no se
finge además, la pasión se nota, se contagia. Es lo
(12:29):
que hace que la gente quiera venir a trabajar contigo
y no solamente quiera venir a trabajar para ti para
cobrar un sueldo. Los líderes tienen que tener pasión. Y
el cuarto es la gestión, por supuesto, que no tiene
tanto glamour, pero es igual de importante o más. Gestionar,¿
qué es? Es construir estructuras sólidas que permitan que las
(12:50):
ideas funcionen. Es mantener el equilibrio entre el orden y
la libertad. Si no hay estructura, esas ideas magníficas se
quedan en sueños. Se quedan en sueños. Y esos sueños,
sin esas estructuras, se terminan marchitando. Entonces, si logras equilibrar
(13:10):
esos cuatro papeles del líder, visión, ejemplo, pasión y gestión,
estás recorriendo el verdadero camino del liderazgo. Estás haciendo las
cosas bien. Nos dice también el libro que todos hemos
estado ahí, sentados frente a la vida, con los brazos cruzados,
simplemente esperando a que algo cambie, como si el universo
(13:32):
tuviera alguna obligación de mover las piezas por nosotros. Esa
idea es muy cómoda.¿ Por qué es muy cómoda? Porque
te quita el peso de encima, te quita la presión,
te hace creer que no pasa nada por esperar un
poco más, te hace creer que no pasa nada por
dejar que el tiempo pase y ya que el tiempo
sea el que ponga las cosas en su sitio. Pero mira,
(13:53):
el tiempo no pone nada en su sitio, el tiempo
solamente pasa y lo que no cambias tú se va
a quedar exactamente igual. Lo que pasa es que nos
encanta pensar que basta con tener fe, que si somos
pacientes llegará un momento en que el viento empiece a
soplar a nuestro favor. Pero la verdad, aunque duela, es
que muy rara vez las cosas mejoran solas. Y tú
(14:17):
lo sabes, tú lo sabes. Y lo sabes incluso cuando
te repites que esto ya se arreglará solo. Pasan los días,
pasan las semanas, pasan los meses y normalmente todo va
a seguir igual.¿ Cuál es la buena noticia aquí? Pues
vuelvo a la idea de antes, que tienes la libertad
de elegir.¿ Elegir qué? Elegir dejar esperar a que algo
pase y empezar a hacerlo pasar. Dejar atrás eso de
(14:41):
esperar y ver y cambiarlo por voy a pasar a
la acción. Podrías mirarte al espejo y reconocer que, aunque
no puedas cambiarlo todo, sí que puedes cambiar algunas cosas.
Me basta con que reconozcas que no eres una víctima,
que puedes elegir, que incluso dentro de una situación difícil
(15:01):
siempre tienes un margen para moverte, para influir, para respirar distinto.
Porque la gran mayoría de las veces... Algo puedes hacer,
aunque sea algo pequeño. Y a veces ese algo pequeño
es suficiente para empezar una auténtica revolución personal. Solamente te
hace falta un poquito de iniciativa y un poquito de
(15:23):
responsabilidad también. Cuando dejas de esperar a que otros te
digan qué es lo que tienes que hacer y empiezas
a decidir tú, las cosas se recolocan. Por supuesto que
habrá cosas que no puedes controlar incluso aunque hagas.
Speaker 3 (16:41):
Gracias por ver el video! Gracias por ver el video.¡
(19:08):
Gracias por ver el video! Chau.¡ Gracias por ver el video! Chau.¡
(24:12):
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(26:50):
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(29:16):
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(32:21):
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(35:21):
CC por Antarctica Films Argentina