Episode Transcript
Available transcripts are automatically generated. Complete accuracy is not guaranteed.
Speaker 2 (00:00):
laudes jueves de la 32ª semana del tiempo ordinario semana 4 del
salterio señor abre mis labios y mi boca proclamará tu
alabanza gloria al padre y al hijo y al espíritu
(00:22):
santo como era en el principio ahora y siempre por
los siglos de los siglos Amén. Entrad en la presencia
del Señor con aclamaciones. Venid, aclamemos al Señor. Demos víctores
(00:45):
a la roca que nos salva. Entremos a su presencia
dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un
Dios grande, soberano de todos los dioses. tiene en su
mano las cimas de la tierra, son suyas las cumbres
de los montes, suyo es el mar, porque él lo hizo,
(01:08):
la tierra firme que modelaron sus manos, venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro, porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía, ojalá
escuchéis hoy su voz, No endurezcáis el corazón como en Meribah,
(01:31):
como el día de Masá en el desierto, cuando vuestros
padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque
habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me
repugnó y dije, es un pueblo de corazón extraviado que
no reconoce mi camino. Por eso he jurado en mi
(01:53):
cólera que no entrarán en mi descanso. Gloria al Padre,
al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.
Speaker 3 (02:17):
Himno. Oh Dios, autor de la luz, de los cielos
la lumbrera, que el universo sostienes abriendo tu mano diestra.
La aurora, con mar de grana, cubriendo está las estrellas,
bautizando humedecida con el rocío la tierra. Auséntanse ya las sombras,
al orbe la noche deja, y al nuevo día el lucero,
(02:40):
de Cristo imagen, despierta. Tú, día de día, oh Dios,
y luz de luz, de potencia soberana, oh Trinidad, doquier
poderoso reinas. Oh Salvador, ante ti inclinamos la cabeza, y
ante el Padre y el Espíritu, dándote gloria perpetua. Amén.
Speaker 2 (03:03):
En la mañana, Señor, hazme escuchar tu gracia. Señor, escucha
mi oración. Tú que eres fiel, atiende a mi súplica.
Tú que eres justo, escúchame. No llames a juicio a
tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.
(03:27):
El enemigo me persigue a muerte, empuja mi vida al sepulcro.
Me confina a las tinieblas como a los muertos ya olvidados.
Mi aliento desfallece, mi corazón dentro de mí está yerto.
Recuerdo los tiempos antiguos, medido todas tus acciones. Considero las
(03:50):
obras de tus manos y extiendo mis brazos hacia ti.
Tengo sed de ti como tierra reseca. Escúchame enseguida, Señor,
que me falta el aliento. No me escondas tu rostro,
igual que a los que bajan a la fosa. En
la mañana hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti.
(04:15):
Indícame el camino que he de seguir. pues levanto mi
alma a ti. Líbrame del enemigo, Señor, que me refugio
en ti. Escúchame, enséñame a cumplir tu voluntad, ya que
tú eres mi Dios. Tu Espíritu que es bueno, me
guíe por tierra llana. Por tu nombre, Señor, consérvame vivo.
(04:40):
Por tu clemencia, sáname de la angustia. Gloria al Padre,
al Hijo y al Espíritu Santo. como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
En la mañana, Señor, hazme escuchar tu gracia. El Señor
(05:04):
hará derivar hacia Jerusalén como un río la paz. Festejad
a Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis,
alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto,
a su pecho seréis alimentados, y os saciaréis de sus consuelos,
(05:28):
y apuraréis las delicias de sus pechos abundantes. Porque así
dice el Señor, yo haré derivar hacia ella como un
río la paz, como un torrente encrecida, las riquezas de
las naciones, llevarán en brazos a sus criaturas, y sobre
las rodillas las acariciarán, como a un niño a quien
(05:52):
su madre consuela, así os consolaré yo, y en Jerusalén
seréis consolados, al verlos se alegrará vuestro corazón, y vuestros
huesos florecerán como un prado, gloria al Padre, al Hijo
y al Espíritu Santo. como era en el principio, ahora
(06:14):
y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. El
Señor hará derivar hacia Jerusalén como un río la paz.
Nuestro Dios merece una alabanza armoniosa. Alabad al Señor que
(06:36):
la música es buena. Nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén, reúne a los deportados de Israel.
Él sana los corazones destrozados, vende a sus heridas, cuenta
el número de las estrellas, a cada una la llama
(06:57):
por su nombre. Nuestro Señor es grande y poderoso, su
sabiduría no tiene medida. El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados. Entonad la acción
de gracias al Señor. Tocad la cítara para nuestro Dios,
(07:18):
que cubre el cielo de nubes, preparando la lluvia para
la tierra, que hace brotar hierba en los montes para
los que sirven al hombre, que da su aliento al
ganado y a las crías de cuervo que grasnan. No
aprecia el vigor de los caballos, no estima los músculos
(07:39):
del hombre, El Señor aprecia a sus fieles, que confían
en su misericordia. Gloria al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Nuestro Dios merece
una alabanza armoniosa. De
Speaker 3 (08:04):
la Carta a los Romanos Los padecimientos de esta vida
presente tengo por cierto que no son nada en comparación
con la gloria futura que se ha de revelar en nosotros.
La creación entera está en expectación, suspirando por esa manifestación
gloriosa de los hijos de Dios, porque las criaturas todas
quedaron sometidas al desorden, no porque a ello tendiesen de suyo,
(08:28):
sino por culpa del hombre que la sometió. y abrigan
la esperanza de quedar ellas, a su vez, libres de
la esclavitud de la corrupción, para tomar parte en la
libertad gloriosa que han de recibir los hijos de Dios.
Velando medito en ti, Señor. Velando medito en ti, Señor.
(08:49):
Porque fuiste mi auxilio. Medito en ti, Señor. Gloria al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo. velando medito en ti, Señor.
Del libro del profeta Ezequiel. En aquellos días, el Señor
(09:11):
me dirigió la palabra y me dijo, hijo de hombre,
tú vives en la casa rebelde, tienen ojos para ver
y no ven, tienen oídos para oír y no oyen,
pues son casa rebelde. Tú, hijo de hombre, prepara tu
equipo de desterrado y emigra a la luz del día,
a la vista de todos, a la vista de todos,
(09:32):
emigra a otro lugar, a ver si lo ven, pues
son caza rebelde. Saca tu equipo como quien va al destierro,
a la luz del día, a la vista de todos,
y tu sal al atardecer, a la vista de todos,
como quien va deportado, a la vista de todos abre
un boquete en el muro y saca por allí tu ajuar.
(09:54):
Cárgate al hombre latillo, a la vista de todos, sácalo
en la oscuridad, cúbrete el rostro, para no ver la tierra,
porque hago de ti una señal para la casa de Israel.
Yo hice lo que me mandó, saqué mi equipo como
quien va al destierro, a la luz del día. Al
atardecer abrí un boquete en el muro, lo saqué en
(10:16):
la oscuridad, y me cargué al hombro el atillo, a
la vista de todos. A la mañana siguiente me vino
esta palabra del Señor, Hijo de hombre,¿ no te ha
preguntado la casa de Israel, la casa rebelde, qué es
lo que hacías? Pues respóndeles, esto dice el Señor, este
oráculo contra Jerusalén va por el príncipe y por toda
(10:39):
la casa de Israel que vive allí. Di, yo soy
un símbolo para vosotros, lo que yo he hecho lo
tendrán que hacer ellos. Irán cautivos al destierro. El príncipe
que vive entre ellos se cargará al hombre latillo, abrirá
un boquete en el muro para sacarlo, lo sacará en
(10:59):
la oscuridad, y se tapará la cara para que no
lo reconozcan. Pero tenderé mi red sobre él y lo
cazaré en mi trampa, lo llevaré a Babilonia, país de
los caldeos, donde morirá sin poder verla. A su escolta
y a su ejército los dispersaré a todos los vientos
y los perseguiré con la espada desenvainada. Y sabrán que
(11:22):
yo soy el Señor, cuando los desparrame por los pueblos
y los disperse por los territorios. Pero dejaré a unos pocos,
supervivientes de la espada, del hambre y de la peste,
para que cuenten sus abominaciones por los pueblos a donde vayan,
y sepan que yo soy el Señor. Palabra de Dios.
(11:44):
Te alabamos Señor. Cuando los desparrame por los pueblos y
los disperse por los territorios, entonces sabrán que yo soy
el Señor. Si abandonan mi ley y no siguen mis mandamientos,
castigaré con la vara sus pecados. Entonces sabrán que yo
soy el Señor. De la homilía de un autor del
(12:09):
siglo II. Dice el Señor, todo el día, sin cesar,
ultrajan mi nombre en medio de las naciones, y también
en otro lugar, hay de aquel por cuya causa ultrajan
mi nombre.¿ Por qué razón ultrajan el nombre de Dios?
Porque nuestra conducta no concuerda con lo que nuestros labios proclaman.
(12:31):
Los paganos, en efecto, cuando escuchan de nuestros labios la
palabra de Dios, quedan admirados de su belleza y sublimidad,
pero luego, al contemplar nuestras obras y ver que no
concuerdan con nuestras palabras, empiezan a blasfemar, diciendo que todo
es fábula y mentira. Cuando nos oyen decir que Dios afirma,
(12:53):
si amáis a los que os aman no es grande
vuestro mérito, pero grande es vuestra virtud si amáis a
vuestros enemigos y a quienes os odian. Se llenan de
admiración ante la sublimidad de estas palabras. Pero luego, al
contemplar cómo no amamos a los que nos odian y
que ni siquiera sabemos amar a los que nos aman,
(13:13):
se ríen de nosotros y con ello el nombre de
Dios es blasfemado. Así pues, hermanos, si cumplimos la voluntad
de Dios, perteneceremos a la iglesia primera, es decir, a
la iglesia espiritual, que fue creada antes que el sol
y la luna, pero, si no cumplimos la voluntad del Señor,
(13:34):
seremos de aquellos de quienes afirma la Escritura, habéis convertido
mi templo en una cueva de bandidos. Por tanto, procuremos
pertenecer a la iglesia de la vida, para alcanzar así
la salvación. Creo que no ignoráis que la iglesia viva
es el cuerpo de Cristo. Dice, en efecto, la Escritura,
(13:55):
Creó Dios al hombre, hombre y mujer los creó, el
hombre es Cristo, la mujer es la iglesia, ahora bien.
Los escritos de los profetas y de los apóstoles nos
enseñan también que la iglesia no es de este tiempo.
sino que existe desde el principio. En efecto, la iglesia
era espiritual como espiritual era el Señor Jesús, pero se
(14:18):
manifestó visiblemente en los últimos tiempos para llevarnos a la salvación.
Esta iglesia que era espiritual se ha hecho visible en
la carne de Cristo, mostrándonos con ello que, si nosotros
conservamos intacta esta iglesia por medio de nuestra carne, la
recibiremos en el Espíritu Santo. pues nuestra carne es como
(14:39):
la imagen del Espíritu y nadie puede gozar del modelo
si ha destruido su imagen. Todo esto quiere decir, hermanos,
lo siguiente, conservad con respeto vuestra carne, para que así
tengáis parte en el Espíritu. Y, si afirmamos que la
carne es la iglesia y el Espíritu es Cristo, ello
(14:59):
significa que quien deshonra la carne deshonra la iglesia, y
este tal no será tampoco partícipe de aquel Espíritu, que
es el mismo Cristo. Con la ayuda del Espíritu Santo,
esta carne puede, por tanto, llegar a gozar de aquella
incorruptibilidad y de aquella vida que es tan sublime, que
nadie puede explicar ni describir, pero que Dios ha preparado
(15:23):
para sus elegidos. de la homilía de un autor del
siglo II. Así dice el Señor de los ejércitos, Dios
de Israel, enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, y habitaré
con vosotros en este lugar. Acercaos a Dios y Él
se acercará a vosotros, purificad, pecadores, vuestras manos, lavad vuestros corazones,
(15:47):
y habitaré con vosotros en este lugar. del Santo Evangelio
según San Lucas. Habiéndole preguntado a los fariseos cuando llegaría
el reino de Dios, les respondió, el reino de Dios
viene sin dejarse sentir. Y no dirán, vedlo aquí o allá,
(16:10):
porque el reino de Dios ya está entre vosotros. Dijo
a sus discípulos, días vendrán en que desearéis ver uno
solo de los días del Hijo del Hombre, y no
lo veréis. Y os dirán, vedlo aquí, vedlo allá. No vayáis,
ni corráis detrás. Porque, como relámpago fulgurante que brilla de
(16:33):
un extremo a otro del cielo, así será el Hijo
del Hombre en su día. Pero, antes, le es preciso
padecer mucho y ser reprobado por esta generación. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús. Anuncia, Señor, la salvación a
(17:02):
tu pueblo y perdónanos nuestros
Speaker 2 (17:02):
pecados. Bendito sea el Señor Dios de Israel, porque ha
visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de
salvación en la casa de David su siervo, según lo
había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y
(17:24):
de la mano de todos los que nos odian. Ha
realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando
su santa alianza y el juramento que juró a nuestro
padre Abraham para concedernos que, libres de temor, arrancados de
la mano de los enemigos, les sirvamos con santidad y
(17:47):
justicia en su presencia hoy. todos nuestros días y a
ti niño te llamarán profeta del altísimo porque irás delante
del señor a preparar sus caminos anunciando a su pueblo
la salvación el perdón de sus pecados por la entrañable
(18:07):
misericordia de nuestro dios nos visitará el sol que nace
de lo alto para iluminar a los que viven en
tiniebla y en sombra de muerte para guiar nuestros pasos,
por el camino de la paz. Gloria al Padre, al
Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio,
(18:28):
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Speaker 3 (18:33):
Anuncia, Señor, la salvación a tu pueblo y perdónanos nuestros pecados.
Invoquemos a Dios, de quien viene la salvación para su pueblo, diciendo... Tú,
que eres nuestra vida, escúchanos, Señor. Bendito seas, Dios, Padre
(18:55):
de nuestro Señor Jesucristo, porque en tu gran misericordia nos
has hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, por
la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. Tú, que
eres nuestra vida, escúchanos, Señor. Tú que, en Cristo, renovaste
al hombre, creado a imagen tuya, haz que reproduzcamos la
(19:17):
imagen de tu Hijo. Tú, que eres nuestra vida, escúchanos, Señor.
Derrama en nuestros corazones, lastimados por el odio y la envidia,
tu espíritu de amor. Tú, que eres nuestra vida, escúchanos, Señor.
Concede hoy trabajo a quienes lo buscan, pan a los hambrientos,
(19:39):
alegría a los tristes, a todos la gracia y la salvación. Tú,
que eres nuestra vida, escúchanos, Señor.
Speaker 2 (19:51):
En este momento, pueda pausar el video para pedir sus
intenciones personales al Señor. Concluyamos nuestra oración. diciendo juntos las
palabras de Jesús, nuestro Maestro. Padre nuestro que estás en
(20:13):
el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No
(20:37):
nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Como hermanos en Cristo, compartimos el saludo santo de la paz.
Speaker 3 (20:55):
Concédenos, Señor, acoger siempre el anuncio de la salvación para que,
libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos
te sirvamos, con santidad y justicia, todos nuestros días. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
(21:16):
los siglos de los siglos. Amén. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la
vida eterna. Amén.